a traves de tus ojos

Autor: darydeth
Género: + 18
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 03/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 17
Visitas: 45279
Capítulos: 20

 

Después de un terrible accidente, el mundo de Isabella Swan y todo lo que la rodea se convierte en una terrible oscuridad. Ella tendrá que aprender a ver el mundo de otra manera y lo lograra de la mano de un misterioso joven el cual guarda muchos secretos

 

 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 15: Renacer



POV: BELLA

Ya había probado el dolor con anterioridad. Fue aquella vez, hace más de dos años, cuando padecí aquel terrible accidente. Todo mi cuerpo sufrió cada golpe, cada contusión y horrible malestar, durante las primeras semanas de mi recuperación. Sin embargo, aquella vez no era nada en comparación a este fuego que cubría cada parte de mí anatomía. Mi cabeza no funcionaba muy bien para entender y asimilar lo que me estaba pasando. El último recuerdo fresco, era la sensación de los colmillos de Thomas en mi piel. Ese primer ardor y luego la succión, que con cada segundo, se llevaba un poco mas de mi vida.

Iba a morir… eso fue era que pensaba, mientras me debilitaba con el correr de los segundos. No obstante, oí a Simón apartarlo de mí y el pequeño vampiro término de alimentarse. Creí que había parado, pero el verdadero sufrimiento inicio al instante. Percibía que me quemaba viva, sentía cada partícula de mi anatomía encenderse y aumentar el horror que no cesaba. Moría rápidamente o eso me repetía para consolarme. No era así. Solo me quedaba esperar esa muerte que anhelaba con locura, pero que no llegaba con el correr de las horas.
Solo me quedaba esperar…

-Ya no grita, eso es bueno no?

-Pronto la transformación será completa.

-¿Se enfadara conmigo? No quise herirla…es solo que… yo n…no podía detenerme.

-¡Eres un niño estúpido¡. Si hubiera llegado unos minutos mas tarde, la hubieras vaciado por completo.

-No sabía que eso pasaría.

-La sangre humana, no es como la de los animales con los cuales James, apenas saciaba tu sed.

-Ella dijo que…

-La humana es asunto de de James, tu solo debías vigilarla…no era una gran tarea, teniendo en cuenta que es ciega y eres 100 veces mas fuerte que ella.

-Lo siento.

-Quien va a sentirlo es ese maldito Psicópata. Me las pagara por dejarme la cuidado de un niño estúpido y ahora una neófita. Matare a James, por meterme en este problema.

-Los lobos continúan cerca de la cabaña?

-Bastante cerca, aun no puedo entender de donde salieron esas creaturas.

-¿Cuando saldremos de aquí?

-Escucha Thomas…me encargare de los extraños si aun merodean por aquí. Cuando eso pase, te quiero a ti y a la neófita muy lejos. Me importa una mierda lo que piense James. Por su culpa estoy en estos malditos túneles y mi refugio ha sido invadido. Cuando ella reaccione pasa a ser tu problema. Te recomiendo que la alimentes y luego te esfumes tal como llegaste.

-¿A donde iremos?

-¡Que demonios, se ¡ es tu problema a partir de este momento. Hare una ronda por los alrededores y cuando regrese espero te hayas largado.

Las voces se silenciaron mientras el dolor repentinamente comenzaba a mitigar Era un milagro…no me importaba si había muerto, solo quería que esto pasara. Lentamente, todo cobraba un significado diferente. Mis sentidos se agudizaban a cada segundo que pasaba, ahora era consiente de cada pequeño movimiento, sonido y olor a mi alrededor. Alguien sostenía mi mano de una manera cariñosa.

Mis ojos se abrieron.

-¿Bella?

¿Thomas?...¿Acaso todo había acabado? ¿Lo había superado?

La oscuridad me dio la bienvenida como siempre, solo pude reconocer su voz cantarina. La decepción se abrió paso en mi pecho, pero no pude darle demasiada importancia. Un nuevo ardor se hizo presente en un lugar en particular… Mi garganta.

-Quema-gemí llevando mis manos a ese lugar.

-Es la sed, Simón dijo que debo alimentarte rápido.

Me incorpore con ayuda del pequeño y me afirme sobre una pared cercana. Me hallaba sobre un suave colchón.

Una brisa fresca sacudió mis cabellos. Luego sentí algo cálido sobre mi regazo. Se movía y eso me asusto.

Apenas fui consiente de mis movimientos. En un segundo me encontraba contra otra pared y miles de pequeñas rocas caían sobre mi cabeza. Tantee sobre el suelo húmedo. Había tierra fresca y todo olía a lluvia y barro.

-Tranquila-dijo Thomas colocando sus manos sobre mis hombros.- Solo era un pequeño ciervo. Simón lo trajo, junto con otros, para que te alimentes.

¿Un ciervo? Eso es asqueroso, pensé olfateando el lugar. Los aromas eran más fuertes ahora, y eso me confundía.

Un aroma en particular llamo mi atención y mi garganta se incendio aun más. Otra vez, mi cuerpo reacciono por si solo hacia donde ese pequeño latido sonaba de manera atrayente. No me puse a pensar en lo que hacia. Me deje guiar, bajo ese anhelo y ardor que me controlaba.
Sentí de nuevo es cuerpo cálido y el pulso en mis manos. Hubo un crujido y el cuerpo del animal cayo flácido en mis manos. Mis dientes se clavaron el la fina piel del animal y bebí de forma descontrolada.
Solo quería que dejara de doler.

Demasiado rápido la sangre se agoto y mi garganta pedía más.

-No es suficiente-gruñí molesta. Mi voz había cambiado ligeramente y me sentía molesta.

-Aquí tienes otro-murmuro Thomas poniendo un nuevo animal en mi manos. Este era más grande y mis brazos envolvieron la presa. No dejaría que me quitaran mi alimento.

Bebí por un largo tiempo y disfrute de ese sabor que poco a poco se tornaba apetitoso y sustancioso. Cuando deje caer el cuarto al piso, la sed y el ardor menguaron de forma considerable. Palpe mi ropa y la encontré húmeda.

-Es la sangre de los animales, creo que no has sido muy cuidadosa-mascullo Thomas y por el tono utilizado sabia que sonreía.

-¿Donde estamos?-inquirí volviendo a la realidad.

-En unos viejos túneles, tuvimos que escondernos cuando los extraños llegaron.

-Extrañ…

Mi frase quedo inconclusa cuando de pronto un nuevo ardor se traslado a mi ojos. Lleve mis manos allí intentando comprender porque el dolor regresaba. Mis piernas que antes sentía sólidas y confiadas flaquearon y caí de rodillas al suelo.

-¿Que te sucede?

-Mis ojos-jadee parpadeando infinidad de veces.

-¿Te duelen?-pregunto una forma extraña a mi lado.

-Quédate quieto.-susurre a esa sombra

La forma se detuvo.

Mierda, pensé fregando mis ojos de nuevo. Ahora la pequeña figura comenzaba a tomar significado. Cada parte de la pequeña personita a mi lado se hacia mas clara y definida. Mis manos temblaban y continúe parpadeando intentando limpiar la nueva imagen.

-No puede ser…él tenia razón-jadee incorporándome. Retrocedí hasta la pared más lejana, mientras un hermoso niño me miraba de forma recelosa.

-Puedo verte-masculle incrédula.

-¿Me vez? ¿Creí que no podías?

-No podía…tal vez la sangre-masculle, viendo los animales completamente secos, sobre aquel suelo mojado.

¿Yo había echo eso?

-Activo el proceso-añadió Thomas.

Lo estudie un momento, era un niño muy bello. Tenía su cabello de un profundo negro azabache. Sus ojos eran dorados y brillantes, casi hipnóticos. La contextura física era como la de un pequeño de 10 o 11 años. Era tan solo un niño.

-Eres muy hermoso.

Sonrío, se acerco despacio y tomo mi mano con ternura. Me deje llevar a una improvisada cama y me senté a su lado. Acaricie su rostro, suave y terso. El contraste de mi piel y la suya eran similares.

-Tú también eres muy bella.¿ Quieres verte?-pregunto emocionado.

Observe mi cuerpo por un lago tiempo. Mis piernas y brazos eran más esbeltos y ahora más pálidos que los recuerdos que estaban en mi mente.

-Me gustaría-masculle observando todo a mí alrededor. Había una pequeña lámpara en un rincón y su lado una maleta. Los cuatro ciervos se hallaban desparramados e lo largo del hueco donde me hallaba. Mi garganta recordó la sed y enfoque mi vista en otra parte.

Thomas fue al rincón y abrió la maleta. Tomo un pequeño estuche y algo de ropa.

-Creo que debes cambiarte antes, yo llevare los restos de tu primera cena a otro lado-bromeo y me guiño un ojo.

Sonreí algo incomoda y mire mi ropa. Era asqueroso.

De un tirón arranque todas las prendas. Elegí un Jean azul y una camiseta gris. No me importo demasiado el atuendo. Lo único que me tenía cautivada era el hecho de poder ver, de recuperar mis ojos y notar como mi vista se agudizaba con cada segundo.

Abrí el pequeño estuche y tome un cepillo y el espejo.

“Te veras…después de tanto tiempo, veras tu rostro Isabella”

Se suponía que cuando te transformabas en un vampiro, todo en ti era perfecto. Eso era lo que había escuchado. Velocidad, fuerza, agilidad y muchos más.
Ahora mientras acercaba el pequeño espejo mi mano temblaba de anticipación e incertidumbre. Mi mentón apareció lentamente, luego mis labios carmesí, mi nariz, pómulos y mis ojos…
El color chocolate, había sido remplazado por un rojo profundo y amenazador. Deje caer la pequeña pieza al suelo. Miles de fragmentos se desparramaron a mis pies.

-¿Que sucede Bella?

-Mis ojos…

Como un rayo Thomas se posicione frente a mí. Tomo mi rostro y me miro alarmado.
No pude evitarlo y desvíe la mirada.

-¿Ya no ves?-Pregunto preocupado

-Si veo…no me gustan…son rojos y aterradores.

Lo escuche suspirar y acariciar mi mejilla.

-Con el tiempo cambian de color, no te preocupes serán dorados como lo míos.

-¿Estas seguro? Edward nunca me hablo sobre…

Edward…

-¡Que sucede?

-¡Tengo que regresar con Edward, tengo que escapar¡

-Tranquila Bella, no podemos salir. Hay extraños afuera, por eso estamos aquí escondidos.

-Extraños?

-Si, cuando Simón llame, tendremos que marcharnos. El señor no ha vuelto, así que estamos solos.

¿James no ha vuelto? Tengo que huir…

-¿Cuanto tiempo ha pasado, porqué James no esta aquí ?

-Hace tres días que te trajimos aquí. Fue muy malo…gritabas demasiado y luego los lobos llegaron. Simón se enfado conmigo por morderte y además su cabaña ahora no es segura y…

-Lobos?

Jacob, ¿seria el?

-Tenemos que salir de aquí, son mis amigos…ellos pueden ayudarnos.

-Espera…Simón dijo que son enemigos nuestros. Nos mataran, estamos solos Bella y no quiero que me separen de ti. Prometiste que estaríamos juntos, recuerdas?-dijo envolviendo mi cintura con sus brazos.

-Déjame que te explique Thomas. No dejare que nos hagan daño y cumpliré mi promesa. Estaremos juntos, pero debemos salir de aquí para que no nos encuentre James, ¿entiendes?.-explique acariciando su espalda.

-El señor no sabe de este lugar, el no nos hallará aquí.

Eso me tranquilizaba un poco, pero tenía que contactar a Edward. Ya habían pasado cuatro días. Parecían pocos, pero era una eternidad sin el hombre que amaba.

Correspondí con más fuerza a su abrazo e intente acomodar mis ideas. ¿Que haría ahora?

-Bella, eres muy fuerte-se quejo el pequeño.

-Lo siento-susurre aflojado mis brazos.

Nos sentamos en el viejo colchón. Thomas coloco su cabeza en mi regazo y me dedique a acariciar sus suaves cabellos. Tendría que sincerarme con el y hacerle ver que tal vez esos lobos fueran aliados y no enemigos como el pensaba…


****

-Como puedes ser amiga de esos animales, huelen horrible, créeme anoche hice una pequeña ronda con Simón y su aroma envolvía el aire.-Hizo una mueca de asco, igual a la que solía escuchar por parte Edward.

-Bueno, estos últimos meses he aprendido que estoy rodeada de extraños fenómenos. Mi mejor amigo, resulto ser un lobo y el hombre que amo es un vampiro. Sin mencionar que ahora también yo lo soy, así que es hora que te acostumbres Thomas.

-Crees que tu compañero me aceptara?

-Claro,¿ porque no?. Eres un buen niño y me has cuidado todo este tiempo.- Asegure sacudiendo su cabello.

-Casi te mato-murmuro apartando su mirada.

-Eso no fue tu culpa. -susurre colocando mis pálidas manos en su mandíbula para que me mirara.-No debí pedirte que lo hicieras, pero estaba desesperada y ambos no teníamos idea de cómo se llevaban a cabo las transformaciones.

El suspiro y sonrío a medias.

-¿Y a Sharon?¿También la querrán, aunque sea humana?

-También. Recuerda que ellos cuidaron de mi todo este tiempo. Los Cullen son buenas personas y cuando logremos reunirnos con ellos, lo veras tu mismo. Ahora es mejor que localicemos a tu hermana y luego busquemos otro escondite hasta que pueda contactarme con Edward.

Pasaba más de medianoche cuando Thomas y yo emprendimos el viaje al orfanato donde estaba su hermana. Tomamos dos pequeñas mochilas y salimos de los túneles con mucha precaución. Había llovido mucho las últimas horas y el rastro de los lobos se había esfumado casi por completo. Advirtiéndonos que su presencia era resiente me percate de ese olor peculiar. Era muy dulce y como dijo Thomas, molestaba un poco en mi nariz.

Tomados de la mano, intentamos seguir por un viejo camino casi deshabitado. Eso fue un pedido especial que le exigí a mi pequeño compañero de travesía, ya que no deseaba dar muerte a ningún inocente. Thomas, se comporto como todo un pequeño adulto, indicándome por donde ir y explicándome cada una de mis nuevas habilidades y sensaciones. Rodeamos colinas y montañas en busca del viejo pueblo en medio de la nada. A medida que corríamos, volvía a disfrutar de todo lo que me había perdido y había extrañado estos últimos años. Era como volver a nacer y conocer todo de una forma diferente y sumamente peculiar, gracias a mis nuevos sentidos mas desarrollados.

A unos cuantos kilómetros, otra vez nos alimentamos. Thomas insistía en que tenía que aprender rápidamente a controlar la sed y dominar esos bajos instintos. Algo fácil de decir y muy difícil de hacer, reflexionaba para mi misma. Me alimente todo lo que pude y aun así mi garganta apenas podía mitigar aquella molesta quemazón.

-Creo que será mejor, que espere a una distancia considerable cuando lleguemos al orfanato.

-Porque?

-Que sucede si me descontrolo. No quiero atacar al bebe.

Thomas hizo un gesto doloroso al oír mis palabras.

-Como estaremos juntos, si no puedes estar cerca-pregunto apenado.

-He oído que es solo una etapa…tal vez…-no pude continuar cuando vi la expresión en su rostro.

-¿Como serás nuestra madre, si no podemos estar cerca?

Me detuve un momento a pensar en sus palabras… ¿Ser su madre? ¿Cómo una vampira recién convertida pondría hacerse cargo de un pequeño niño vampiro y su hermanita humana?

Un antiguo recuerdo se abrió paso en mi mente.

“-Me quedare sola mama, quien se querrá casar con una ciega torpe y estéril?

-Bella, no eres torpe. Veras que con el tiempo aprenderás infinidad de cosas y serás más independiente. Además eres hermosa cielo, cualquier muchacho te querrá y podrían formar una linda familia adoptando un niño.

-¡Eso es mentira, no hace falta que me engañes¡- había gritado entre lagrimas.”

Thomas se sentó sobre un viejo tronco mojado. Me acerque y lo abrase para que lograra cambiar su estado de ánimos.

-Ya no quiero estar solo-murmuro con tristeza.

Esta vez un dolor más fuerte que la sed, se posiciono en mi pecho, al oírlo hablar de esa forma.

-No se como, pero haré lo posible para que eso nunca vuelva a suceder. Tienes que ayudarme, porque no se muy bien como se hace, pero intentare ser una buena madre.

- Yo seré un buen hijo y cuando conozcas a Sharon te vas a enamorar de ella, es muy buena ya lo veras-explico mas animado.

Me incorpore y tome su mano para emprender la marcha otra vez. Solo quedaban un par de kilómetros y una fina lluvia cálida comenzaba a caer otra vez.

-Creo que me dijiste que no habías vuelto a ver a tu hermanita. ¿Como sabes que es tan encantadora?, no digo que lo dude, ¿pero no era una bebe cuando se separaron?.

-Si…pero a veces cuando el señor me permitía ir a cazar solo, me escapaba unas horas y corría a verla. La he espiado en secreto estos últimos meses. En un comienzo lo hacia a mucha distancia, ya que no quería hacerle daño, pero a medida que controle mi sed, pude hacerlo mas de cerca.

Controlar la sed… sin proponérselo, Thomas continuaba dándome la razón, con respecto a la suerte que le podría tocar a Sharon, teniendo a una neófita cerca. Tienes que controlarte Bella…

-Como es eso?-pregunte intentando apartar mis malos pensamientos.

-Me metía a los cuartos de los bebes y jugaba con ella.

Sonreí con cada anécdota del niño que tenia a mi lado. Thomas relataba sus travesuras con mucho orgullo y picardía. Era un ser muy dulce, al cual James había torturado infinidad de veces con el tesoro que tanto cuidaba y adoraba. En estas pocas horas no fue difícil, darme cuenta que Thomas disfrutaba mucho alimentarse con migo. James apenas si le permitía cazar lo suficiente para poder dominarlo. No me lo dijo de viva voz, pero no era estúpida para ignorar la sonrisa en su hermoso rostro cuando hace media hora había atrapado un enorme ciervo. Ya me sentía completamente satisfecha y el observaba al animal con mucho anhelo. Él apenas había cazada un pequeño ciervo y luego de alimentarse de el, intento enfocar su atención en otra cosa. Deje lo que tanto quería a sus pies y le dije que era en honor a todos sus cuidados para conmigo.

-“No es correcto, tu eres mayor…lo necesitas mas”-había dicho sin quitarle los ojos de encima.
-“Si lo rechazas, me ofenderé”-murmure muy convincente.

Cinco segundos más tarde, lo veía sonreír satisfecho por haber saciado su apetito.

-Allí esta debajo de la colina, ves?-dijo señalando una vieja construcción, muy grande.

Suspire y me sentí insegura en ese instante.

-Bella…solo no respires…todo saldrá bien y nos iremos pronto.

-No quiero herirla-susurre mas para mi misma.

-Se que no lo harás…eres muy fuerte y una buena persona. Serás una buena madre-afirmo con convicción tomando mi mano con más fuerza

A paso lento y con cautela nos fuimos mezclando con la oscuridad de la noche.

Haz esto bien Bella y pronto podrás reunirte con Edward.

“Que pensaría Edward de ser padre????”

Capítulo 14: Revelaciones Capítulo 16: REENCUENTRO

 
14443979 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10761 usuarios