a traves de tus ojos

Autor: darydeth
Género: + 18
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 03/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 17
Visitas: 45271
Capítulos: 20

 

Después de un terrible accidente, el mundo de Isabella Swan y todo lo que la rodea se convierte en una terrible oscuridad. Ella tendrá que aprender a ver el mundo de otra manera y lo lograra de la mano de un misterioso joven el cual guarda muchos secretos

 

 

 

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Capítulo 4: UN GRAN DOLOR

CAPITULO 4: UN GRAN DOLOR

POV: BELLA

Hace cuatro meses que estaba viviendo en Forks. A veces era muy duro, ya que extrañaba a mi madre, a mis escasos amigos de Jacksonville y a mi viejo cuarto. Sin embargo poco a poco había hecho de este húmedo y tranquilo lugar, un sitio en cual llegaba a sentirme aceptada.

Los Cullen habían sido los principales protagonistas de todo esto. Mi amistad con Alice era muy fuerte y ella se había convertido en una hermana para mí. Tanto que hasta Renesme se había puesto un poco celosa. Pero Nessie siempre seria mi mejor amiga y otra hermana para mi. No obstante no podía ocultar el hecho de que ella tuviera una vida aparte y no me gustaba ser una carga, ni mucho menos estar de entrometida entre ella y Jacob. La parejita se la pasaban casi todo el día juntos y eso muchas veces me resultaba incomodo.
Los dos eran el uno para el otro y todo el tiempo lo estaban demostrando. Isabella Swan era ciega, pero no sorda y cuando los besos, llevaban a los gemidos tenía que huir de allí pronto.

Afortunadamente Alice pasaba por mí casi todos los días y me llevaba a su casa. Esme era la persona más encantadora del planeta. Se que suena exagerado, pero allí me sentía como en mi casa. Había dispuesto que los muebles no se volvieran a cambiar de lugar, para no tener dificultad alguna y poder moverme a mi antojo por todas partes. Ya era habitual ayudarla en sus trabajos de jardinería. Amaba las plantas y disfrutaba de todos sus aromas. Los Cullen tenían un enorme jardín en la parte trasera de su residencia y había un sector muy especial para mí. En el, se habían plantado una gran variedad de Jazmines, mis flore preferidas. Cada tanto me quedaba allí y pasaba horas aspirando el perfume de aquellas flores. Me sentía muy cómoda en compañía de los Cullen y me llevaba muy bien con todos.
Bueno casi todos….

Emmet era el bufón de la familia y le gustaba demasiado bromear conmigo y jugarme alguna broma de mal gusto. Como aquella vez que me trajo un dulce exquisito, pero en el centro era realmente acido y picante. No recuerdo haber tomado tanta agua en mi vida. Carlisle lo regaño durante un largo rato y Esme no se quedo atrás. Luego me pidió perdón, se lo escuchaba muy apenado y arrepentido. Al final no pude evitar reírme y el se unió a mi describiendo las muecas que había hecho mientras escupía aquella asquerosa golosina.

A partir de ese día Alice y Esme estuvieron controlando que me daba de comer. En el fondo me parecía ridículo ya que solo había sido una broma y Emmet no intento hacerme nada más. Jasper también era muy amable y solía pasar algo de tiempo con migo y Alice, pero tenia un comportamiento mas reservado. Rosalíe era como de otro planeta. Solo me saludaba cuando llegaba y cuando me iba de su casa. Nunca mantenía ninguna charla abierta conmigo, ni nada por el estilo. En el fondo no la culpaba, tal vez no sabia como tratarme y por eso me evitaba.

Con quien estaba desconcertada era con Edward. Aquella vez que hablamos, el me cayo muy bien y además le debía mi vida. Pero siempre que me presentaba en su casa, el nunca estaba. Cuando le preguntaba a Alice o a su madre por el, me decían que se encontraba en casa de algún compañero de la facultad o estudiando en su cuarto para algún examen final.

Yo sabía que lo último era mentira. Jacob también asistía a la universidad y estaba al tanto, de que los exámenes aun no se tomaban. Además había escuchado a mi amigo quejarse sobre los extraños merodeos que daba Edward por los alrededores de mi casa la mayor parte del día. Aun se llevaban mal y no entendía la causa

Ese asunto que no tenía ni pies ni cabezas. Por más que insistía, Jacob no soltaba prenda alguna y Alice también negaba mis suposiciones. Sin embargo era evidente que los Cullen y los miembros de la reserva no se llevaban nada bien. Jake no hacia otra cosa que hablar mal de los Cullen y las veces en que me había acercado a la reserva, escuchaba más de lo mismo.

Todo era muy raro y sabia que había una espacie de secreto en todo este asunto. Sobre todo cuando Alice comenzó a interrogarme sobre mi vieja relación con James. No es que no le tuviera confianza, pero hablar de mi ex me resultaba muy difícil. Era como meter el dedo en la herida y siempre terminaba llorando al recordar todo lo que me había hecho.

Con mis ojos se esfumaron mis esperanzas en el amor. Ya era una constante deprimirme y llorar casi todas las noches. Me sentía sola y deseaba vivir algo como lo que Jacob y Renesme tenían. Me sentía feliz por ellos, pero me era inevitable sentir algo de envidia. Después de todo, mi pequeña experiencia en el amor había sido horrible.

No obstante la realidad constantemente me golpeaba, quien se iba fijar en mí ahora. Quien me tomaría de la mano o me daría un abrazo cargado de amor?, quien desearía formar una familia conmigo?, Quien me diría te amo?,.

Esas preguntas aparecían cada tanto en mi cabeza y me atormentaban todas las noches. Por fortuna agradecía que mi cuarto estuviera alejado de los demás. De esa forma podía desahogarme a mi antojo y no responder a nadie cuando me preguntaran porque me sentía triste y cual era el motivo de mis lágrimas.

Ya había escuchado muchas veces a mi madre asegurarme que algún día encontraría a alguien especial y que todo lo que deseaba podría hacerse realidad. Pero yo no quería que nadie se sacrificara por mi, solo tenia que aceptar mi destino y aprender a convivir con mi soledad.

-Te pasa algo Bella?-pregunto Jasper sacándome de mis pensamientos

-Ah..no, no me pasa nada-mentí y suspire sin poder evitarlo.

-Pareces triste.-aseguro ignorando mi respuesta

Que es adivino?-pensé encogiéndome de hombros

-No es nada, solo que ya es tarde y en casa deben estar preocupados

- Si tienes razón mejor te llevo a casa-dijo Alice

Mi amiga condujo muy rápido a casa. No estaba de ánimos así que solo me dedique a escuchar la música de la radio y no hablamos de nada. Alice afortunadamente era muy perceptiva y no me hizo ninguna pregunta.

En diez minutos ya estábamos en casa de mi padre. Alice saludo a Charlie y se quedo unos minutos, mi padre la adoraba y ella cada tanto tenia algún detalle con el. La última vez le trajo un exquisito pastel de manzana, el cual, el devoró en segundos.

Como siempre Sue invito a mi amiga a cenar, pero con toda amabilidad Alice dejo pasar la oferta. La cena olía muy bien, pero me sentía deprimida y mi apetito se tomo un descanso. De manera que fui directamente a mi cuarto. Después de un baño caliente me coloque mi camisón y me acosté para leer un poco.

Leer novelas románticas no contribuía mucho a que mi estado de ánimo cambiara. Solo me mostraban una vez más todo lo que no volvería a vivir otra vez.

-Tendrás que conformarte con esto Isabella-murmure tomando una de mis novelas.

Abrí el libro que estaba leyendo desde hace unos días y busque con mis dedos en donde me había quedado la noche anterior. Agradecía que Ángela, mi amiga de Jacksonville, me regalara este titulo. Ya había leído el primer volumen y fui muy afortunada que consiguiera el segundo volumen en braille.


“-No soy a lo que estás acostumbrado. -Dijo ella suavemente. –No soy…hermosa. –El frunció el ceño, pero ella negó con la cabeza.
-Confía en mí sobre eso.
Rhage la merodeó, aquellos hombros se movieron como un león.
–Permíteme mostrarte lo hermosa que eres. Amablemente. Despacio. Nada violento. Seré un perfecto caballero, te lo prometo.
Sus labios se separaron y tuvo un vistazo de las puntas de sus colmillos. Entonces su boca se posó sobre la suya y Dios, él era fantástico, todo droga barriendo sus labios y su lengua. Con un gemido, ella enrolló sus brazos alrededor de su cuello, clavando sus dedos en su cuero cabelludo.
Cuando él la poso sobre el suelo, ella se preparó para recibir su peso. En cambio él se estiró a su lado y alisó su pelo hacia atrás.
-Despacio. -Murmuró él. –Con cuidado.
Él la besó otra vez y esto fue un rato antes de que sus largos dedos fueran al interior de su camiseta. Cuando subió la camiseta, ella intentó concentrarse sobre lo que le hacía con la boca, obligándose a no pensar en lo que se revelaba. Pero cuando él retiró la tela sobre su cabeza, el aire fresco golpeó sus pechos. Ella se los cubrió con las manos y cerró los ojos, rezando para que estuviera lo suficientemente oscuro entonces él no podría ver la mayor parte de ella.
Una yema del dedo acarició la base del cuello, donde estaba la cicatriz de su traqueotomía. Luego permaneció sobre la piel fruncida de su pecho dónde los catéteres habían sido enchufados. Él le bajó la cinturilla de su pijama hasta dónde estaban las perforaciones de los agujeros de su estómago de los tubos alimenticios. Entonces él encontró el sitio de inserción de su transplante de médula ósea, sobre su cadera.
Ella no podía soportarlo. Se sentó y agarró la camiseta para protegerse.
-Oh, no, Mary. No lo pares. –Él capturó sus manos y las besó. Entonces él tironeó de la camiseta.
-¿No vas a dejar que te mire?
Ella giró su cabeza cuando él tomó su camiseta. Sus pechos desnudos se pusieron de punta y elevaron cuando sus ojos la tocaron.
Entonces Rhage besó todas y cada una de las cicatrices.
Ella tembló no importaba cuanto intentara quedarse quieta. Su cuerpo había sido bombeado lleno de veneno. Dejando agujeros y cicatrices a su paso. Haciéndola infértil. Y aquí estaba este hermoso hombre rindiéndole culto como si todo lo que tenía era digno de reverencia.
Cuando la miró y le sonrió, ella se echó a llorar. Los sollozos le salieron duros como puñetazos, rasgándole el pecho y la garganta, exprimiendo sus costillas. Ella se cubrió la cara con las manos, deseando tener la fuerza para irse a otro cuarto.
Mientras ella lloraba, Rhage la sostuvo contra su pecho, meciéndola hacia delante y hacia atrás. Ella no tenía idea de cuanto tiempo iba a durar antes de hacerse pedazos, pero eventualmente el llanto redujo la marcha y ella se dio cuenta de que él le estaba hablando a ella. Las sílabas y la cadencia le eran completamente desconocidas y las palabras indescifrables. Pero el tono…el tono era encantador.
Y su bondad era una tentación para la que ella no tenía valor.”(…)[1]


Que se sentirá que te profesen un amor, tan grande y sincero, que te aceptaran con tus defectos y virtudes.

- Me gustaría vivir una historia así…-murmure antes de cerrar mis ojos y dejar que el sueño me llevara.


POV: EDWARD

Llevaba más de una hora sentado bajo su ventana. Desde hace meses se me había vuelto una rutina velar su sueño y cuidarla para que ese desgraciado no la encontrara, ni le hiciera daño. Paulatinamente y todavía con dificultad intentaba controlar mis impulsos y mantener todo en orden. Sobre todo el asunto de mi sed. Por suerte mi autocontrol se tornaba más fuerte con el tiempo y las horas que convivía con su aroma eran de gran ayuda para logarlo. Mi casa guardaba la esencia de Bella en cada rincón y era habitual cada vez que ponía un pie allí, tomar aire con mis pulmones y llenarme de su fragancia.

Si, era un masoquista, pero eso ya no me importaba. La conexión estaba echa y por mas que no quisiera reconocerlo en un principio, allí estaba. El resto de mi familia también lo sabía, pero ninguno se inmiscuía. Ninguno salvo Alice. Ella no tenía pelos en la lengua para decirme que reconociera de una vez por todas, que algo muy fuerte me pasaba con Bella. Pero Edward Cullen era muy terco y hasta había dejado de frecuentar por varios días su casa. Alice y Jasper me cubrieron esas noches, pero la pena de no verla pudo más y aquí estaba otra vez viviendo mi agonía personal.

A pesar de todo me conformaba con esto, con mantener una distancia razonable. Sin embargo poner esta barrera muchas veces me llevaba a comportarme como un idiota. A través de sus pensamientos, era conciente de la mala impresión que le causaba. Ante ella no solo era el hermano de Alice, también era el que la esquiva todo el tiempo, el que no la soporta y por eso nunca estaba en casa.

Si supiera lo equivocada que estaba. Si tuviera idea de lo que ella ha sido capaz de despertar en mí. De las miles de emociones que jamás pensé que se guardaban en mi interior. Edward Cullen la quería y cada vez la deseaba más.

Su frescura y el modo de ver la vida me tenían cautivado, pero eso no era más que un espejismo para todos los que la rodeaban, para todos los que no podían ver en su interior. Sin embargo yo no era inmune a eso, ella era transparente para mí.
No podía entender como un ser que aparentaba ser tan feliz y demostrar tanta entereza y fuerza, pudiera sufrir tanto en silencio. Sus pensamientos me atormentaban y su profundo dolor no hacía más que incrementar el odio que sentía por James.

Como una joven tan hermosa y llena de vida, tenía que preguntarse cada noche si algún día, alguien podría llegar a amarla. Ese maldito no solo le había arrebatado la luz en sus ojos, también le quitaba día a día las ganas de creer en el amor, de formar una familia, de tener un hogar.

En tanto, ella se dedicaba a vivir el amor por medio de su extensa colección de novelas románticas. Bella era admiradora de esta clase de relatos y últimamente se había inclinado por el género paranormal, dejando de lado las novelas de época. Lo extraño y verdaderamente insólito era que los protagonistas de su última novela eran, ni más ni menos que vampiros. Ella pensaba que era mundo maravilloso y se emocionaba con cada línea que descubría. Me preguntaba porque se emocionaba con algo así?. Si ella supiera el monstruo que podría llegar a ser un vampiro, seguro cambiaria de opinión respecto a su apasionado héroe. A pesar de todo, todas las noches tomaba su novela favorita y daba rienda suelta a su ingenio.

La historia era interesante y los encuentros entre la pareja protagonista, estimulaban demasiado la imaginación de Bella. Sus mejillas se sonrojaban y su corazón palpitaba desbocado cuando leía aquellos pasajes tan excitantes. Me resultaba incomodo estar cerca cuando se veía así misma realizando aquellas escenas. Pero lo más aterrador era que yo quería llevar a cabo cada fantasía con ella. Eso era muy peligroso… si no me controlaba, cometería una locura .No podía estar con ella, Bella es muy frágil y debía protegerla y no ponerle mis manos encima.


Dos horas más tarde, al fin se quedo dormida. Ahora era libre de entrar a su recamara y observarla dormir como el verdadero idiota que era. Tenía como costumbre quedarme en un sillón que estaba junto a su puerta y estudiar los cambios en su aspecto. Su cabello era mas largo y estaba mas delgada que cuando la vi por primera vez. Emmet me criticaba a diario y se preguntaba como soportaba tantas horas sentado sin hacer nada. Pero yo siempre hallaba algo nuevo para hacer. Ayer encontré un viejo álbum fotográfico de Bella en su armario. Fue muy emocionante ser testigo de su crecimiento através de todos estos años y como se había convertido de un hermoso bebe a la mujer que tenia en frente. Se que estaba mal, pero no pude contenerme y tome algunas fotografías para mí.

Esta noche no era como las anteriores, Bella se encontraba muy inquieta y decía cosas sin sentido. Su sueño no era nada claro y las imágenes se mostraban borrosas en su mente.

A mitad de su pesadilla derramo algunas lágrimas y con sus bruscos movimientos sus frazadas cayeron al piso. Me quede observando sus largas y torneadas piernas mientras una inusual ola de calor me invadía. Tenía que apartar mis ojos de su cuerpo pero no podía. Sentía un tremendo impulso, por acercarme y acariciar su piel desnuda. Su pequeño camisón dejaba mucha de esa piel blanca al descubierto y era una tortura mirarla.

Otra vez se movió y una de sus manos golpeo su vaso con agua. Este cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos y el ruido despertó a Bella bruscamente.

Todavía estaba agitada por el mal sueño y para tranquilizarse busco el agua que siempre dejaba su lado. Tanteó a su alrededor y no encontró lo que buscaba. Decidió ir a la cocina y sus pies estuvieron a punto de tocar los cristales del suelo.

Sin embargo reaccione más rápido. Me abalance sobre ella y la derribe sobre el colchón. Maldije internamente, cuando se asusto y comenzó a luchar bajo mi cuerpo. Comenzó a temblar y su corazón latía frenético por el miedo.

-No me hagas nada, no puedo ver!!- grito con su voz entrecortada

-Tranquila Bella, soy yo- susurre contra su oído.

-Edward?!

Como era de esperar, se pregunto que hacia en su cuarto. Varias teorías atravesaron por cabeza, un sueño, otra persona haciéndose pasar por mí…

Su cara se hundió en mi cuello y aspiro con fuerza….Me estaba oliendo?

-Si eres tu-dijo al identificar el perfume que Alice me había regalado.

Ya más tranquila se relajo y descanso su cabeza sobre su almohada.

-Que haces aquí? Y porque me empujaste de esa forma?-pregunto frunciendo el ceño.

Así como me arroje sobre ella, en un segundo estuve otra vez sobre su sillón.

-Lo siento, ibas a cortarte con los cristales.

-Que cristales?

-Tiraste tu vaso con agua al suelo.

-Oh … ya veo-murmuro tanteando su mesita.

“Porque esta en mi cuarto?”

-Y con respeto a tu otra pregunta…. caminaba por los alrededores, te escuche gritar y cuando me asome te despertaste.

-Que hora es?

-Las cuatro de las mañana.

“Quien demonios sale a las cuatro de la mañana, a caminar?”

-Perdón pero eso suena un poco extraño…me refiero a caminar a esta hora-musito acomodando su cabello.

Definitivamente si era extraña mi estupida explicación. Pero seria peor que supiera que todas las noches me introducía a escondida en su cuarto.

-Perdón no me he explicado muy bien. Venia de una fiesta y mi coche se descompuso a unos metros de tu casa.

“eso es mas convincente”, “bien por lo menos el sale divertirse y no solo se la pasa estudiando, como dice Alice”, “entonces no es tan aburrido como también dijo Emmet”

Mataría a Emmet por hacerme quedar como un idiota y hablarle a Bella de esa forma sobre mí.

-Entiendo, quieres que llame a mi padre?, tal vez el pueda ayudarte y ver tu coche.

-No gracias, ya le envíe un mensaje a Emmet… seguro viene en camino.

-Deje la ventana abierta no es cierto?, por eso me escuchaste.

-Si estaba abierta. No quise ser entrometido, pero te oías muy afectada.

-Tuve un mal sueño, cada tanto me pasa-murmuro frotando sus brazos.

Me levante y tome las frazadas del suelo para arroparla.

-Gracias-susurro y sus dedos rozaron los míos ocasionando una pequeña corriente eléctrica por mi cuerpo.

-De nada y será mejor que levante los cristales.

-En el pasillo hay una escoba.

Salí a buscar lo necesario para recoger los restos del vidrio. Toda la casa estaba a oscuras y por suerte nadie había escuchado los gritos de Bella. En la cocina tome un vaso de plástico y serví un poco de agua para ella. Otra vez en su habitación, coloque el pequeño recipiente entre sus dedos y limpie el desorden.

-La próxima vez traeré uno de plástico- sonrío y anhele acariciar su mejilla

Vete Edward…vete antes de que quieras hacer una tontería.

-Creo que mejor voy a esperar a Emmet a mi coche

“Otra vez esta huyendo mí”

-Bueno si eso es lo que quieres…te agradezco otra vez por todo y perdón si desconfíe de ti Edward.

Ahora me sentía como un verdadero imbecil. Me estaba pidiendo perdón, cuando el que debía disculparse por actuar como un psicópata era yo.

Me acerque a su cama y me senté a su lado. No me importaba nada más, nunca mas le haría sentir que no quería estar con ella.

-Tienes sueño Bella?

-La verdad no.

-Entonces me permitirías disfrutar de tu compañía mientras mi hermano viene por mí.

Una sonrisa enorme apareció en su rostro y busco mis manos para envolverlas con las suyas.

-Si, quiero que te quedes conmigo.

“Para siempre”… agregue para mi mismo

Capítulo 3: OBRA DEL DESTINO Capítulo 5: HISTORIAS ATERRADORAS E INCREIBLES

 
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