a traves de tus ojos

Autor: darydeth
Género: + 18
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 03/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 17
Visitas: 45280
Capítulos: 20

 

Después de un terrible accidente, el mundo de Isabella Swan y todo lo que la rodea se convierte en una terrible oscuridad. Ella tendrá que aprender a ver el mundo de otra manera y lo lograra de la mano de un misterioso joven el cual guarda muchos secretos

 

 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: Carrera contra el tiempo


POV: BELLA

La oscuridad ya no era ninguna novedad en mi vida. Pero cuando me incorpore sobre mis codos, un ligero mareo, logro que inmediatamente volviera a la misma posición. Sentía como si mi cuerpo estuviera en continuo movimiento. Era como volver a ser una niña y balancearme en una hamaca cada vez más alto.

Afortunadamente, el lugar donde descansaba era muy cómodo. Mis manos palpaban la suavidad de las frazadas que me envolvían y el placentero colchón bajo mi cuerpo. El ambiente olía muy bien, a flores de lavandas y jazmines. Por un momento creí que todo seguía igual. Que me encontraba en la tranquilidad de la residencia Cullen, Alaska. Pronto Edward, vendría a despertarme con un suave beso en mis labios y me preguntaría que me gustaría desayunar. Luego movería cielo y tierra para conseguir y consentir hasta el más mínimo detalle fuera, lo que fuera le pidiera. Mas tarde planearíamos que hacer, para que hacer mis estancia lejos de mis familia y amigos, mas amena. Además siempre procuraba que no pensara en el peligro que nos rodeaba. Que no pensara en el…

James…

Mi mente proceso los últimos vestigios de aquellos terribles momentos. Todo había pasado tan rápido, tan confuso.

Edward…

¿Porqué había pasado aquello, justo cuando todo se estaba acomodando?¿Dónde me encontraba?

Miles de preguntan se asomaron en mi mente. Pronto comencé a temblar y mis manos se volvieron algo sudorosas.

- Donde diablos esta James?, han pasado mas de ocho horas.-Pregunto, un poco molesto, una grave voz, que se escucho no muy lejos de donde sea que estuviera acostada. Parecía que intentaban hablar increíblemente muy bajo. Pero con mis oídos sensibles, podía escuchar a la perfección, si ponía atención.

-El señor, dijo que debía de ocuparse de ese vampiro y luego nos alcanzaría.-respondió la melodiosa voz de un niño

-Maldito enfermo, no tengo porque perder mi tiempo, cuando no había pactado este inconveniente.

-Yo cuidare de la humana, hasta que el señor llegue, no se moleste.

-Mi tiempo es oro niño. Cada segundo que pasa es mucho dinero el que pierdo, en Italia ya requieren mis servicios.

-El señor dijo que le pagaría más, si se tardaba demasiado. Es importante que me mantenga informado por si llegan intrusos. Por favor…tengo que hacer bien esto para recuperar a mi hermana.

- Me importan muy poco tus problemas, niño. Permaneceré aquí un par de horas más y luego me iré, ese era el trato en un principio. Si te quedas solo con esa humana es tu problema, pero no lo harás aquí en mi refugio. Ahora será mejor que le prepares algo para que coma.

-No se hacerlo

-No me mires a mi, llama a alguien que te traiga alguna pizza o algo por el estilo. Solo recuerda que debes mantenerte bien alimentado, este es mi lugar y no me gustaría llamar la atención, con humanos desaparecidos.

-Lo se señor, ya fui de caza temprano y estoy bien satisfecho.

-Bien, haz lo que te dije y luego ve con la humana que ya debe estar despierta. Es tu deber protegerla, sobre todo de ti mismo.

Las dos voces se silenciaron y sentí un profundo temor. ¿Ahora vendrían por mí?

Me quede inmóvil, mientras apenas escuchaba, como unos firmes pasos se acercaban más y mas. Instintivamente me acurruque en el colchón e intente pasar por dormida.

¿Que me esperaba cuando entraran a buscarme? ¿Tardarían mucho en matarme?

La puerta se abrió y trate de aplacar los temblores. Mis manos seguían sudando y los latidos de mi corazón se habían descontrolado completamente.

-Se que estas despierta-murmuro el niño.

Ignore lo que dijo y permanecí en mi lugar, intentando moverme lo menos posible.

-No te hare daño-hizo una pausa- Tengo órdenes de protegerte hasta que llegue mi señor.

¿Que se supone que significaba eso?, ¿Luego me matarían, entre los dos?

-Si tienes hambre, pronto traeré algo para que comas-dijo con más suavidad.

Tenía mucho miedo, pero ese tono de voz era reconfortante e imposible de creer, que su portador fuera a hacerme daño. Además había algo familiar en la cadencia de sus palabras, ya las había escuchado alguna vez.

Unos viejos recuerdos aterradores regresaron a mi mente.

“-Disculpe Srta., su amiga la necesita”-me había dicho la misma voz hace unos meses cuando James, me capturo en aquel viejo almacén”

-Tu…tu eras ese niño…en Seattle-murmure con cautela

-Si, era yo…tenia que llevarte con James, eres su compañera.-explico con la misma suavidad de antes

-No soy su compañera…mi compañero se llama Edward-dije muy segura de mis palabras.

Edward… ven por mí, pensé abrazando mi cuerpo.

El niño se aproximo y sentí uno de sus fríos dedos apartar una de mis lagrimas. Con ese contacto tan tierno, temblé e intente alejarme, chocando contra la pared.

-No llores, te dije que no te lastimare-repitió con lentitud.

-Quiero volver con mi familia, con los Cullen-solloce limpiando mi húmedo rostro.

-Ellos no son tu familia, te robaron y estas confundida. James es tu esposo.

¿Que diablos estaba diciendo este niño?. Cuantas mentiras podrían salir de la boca de James?

-Dijo que cuando nos reuniéramos todos, buscaremos a Sharon y seremos una familia.

¿Una familia¿. Que retorcidas ideas se creo James en esa cabeza? Acaso pensaba que después de todos los años que levo sufriendo por su culpa, me gustaría jugar a la casita feliz con el?

-Quien es Sharon, otro vampiro?-inquirí tratando de sacar la mayor información posible

-Es mi hermanita…y no es un vampiro-explico con un tono diferente y lleno de adoración

¿Su hermanita? No comprendía nada. Acaso estaba rodeada por un grupo de vampiros esquizofrénico?.

-Hay mas vampiros en este lugar?

-No te puedo dar esa información

Dios, que podía hacer? Como me las arreglaría para escapar de aquí?

-Donde esta tu hermanita?-pregunte tratando entender un poco mas lo que sucedía.

-Esta en un orfanato, fuera de la ciudad.

-Porque esta allí. Tus padres…acaso…los asesino James?

Hubo un incomodo silencio y pude oír con claridad mi respiración y mi loco palpitar continuo.

-No, ellos murieron en un accidente, hace casi un año.

-Lo siento-susurre

-No importa, porque toda ira mejor ahora que estas aquí, eso prometió James.

-Como lo conociste?

Al principio, pensé que no me contestaría, pero luego de unos segundos de incomodidad el hablo sin detenerse. Parecía complacido de compartir algo de su historia conmigo.

Los padres de Thomas murieron en un accidente automovilístico, cuando iban de camino a casa de su abuela, quien se encontraba muy enferma. Sus padres deseaban que conociera a la pequeña Sharon, que apenas tenia unas semanas de vida, cuando este horror llego a su corta edad. Luego que todo paso, fueron llevados a un hogar a las afueras de Montana. Thomas lucho porque el junto con su hermana fueran enviados a la misma institución. El con tan solo 11 años había perdido a casi toda su familia y no permitiría que también le arrebataran a su indefensa hermana. Durante los primeros meses, tuvo los privilegios de pasar mucho tiempo con ella, en la zona de los niños menores de 1 año. Ayudo a las monjas a cuidar a Sharon, gracias a su increíble facilidad de conquistar a todas las personas que lo conocían. Tres meses desde su llegada, tuvo una de las peores noticias. Una joven pareja quería un bebe y ella había sido la elegida. Como el era mayor, no seria adoptado junto a la única persona que le quedaba, ya que su abuela, había fallecido poco después del deceso de sus padres.

En las noches, Thomas oraba para que Sharon no fuera adoptada o para que también lo incluyeran a el en esa nueva vida. Sin embargo, todo estaba listo, al otro día su hermana se iría de ese lugar y nunca volvería a verla.
Una luz se abrió paso, cuando James irrumpió en su corta vida. O por lo menos así lo veía este pequeño niño, el cual también había sido engañado. Thomas, no pensó dos veces y tomo una drástica decisión. Había planeado huir con la pequeña esa misma noche.
Cuando caminaba con sigilo, por los pasillo oscuros del orfanato, escucho un fuerte gruñido en las a la de los bebes. Con el corazón desbocado por cualquier cosa que le pudiera suceder a su pequeña hermana. Entro al recinto de forma precipitada, y vislumbro como la hermana Teresa, era retenida por este hombre de increíble tez blanca. El cuerpo de la mujer callo flácido minutos después, ante la mirada de incredulidad del joven niño. Por unos momentos Thomas se quedo observando los ojos sin vida de la monja que tan bien cuidaba de todos estos indefensos bebes.

-No lastime a mi hermana-murmuro luego de unos minutos, clavando su mirada en la cuna de la bebe.

-Mmm…que haces aquí niño, no deberías estar durmiendo como los demás?-pregunto el extraño hombre, mientras lamia uno de sus dedos manchados con la sangre de la mujer que yacía, muerta a sus pies.

-Tengo que escapar con Sharon, no dejare que la separen de mi-explico temblando.

-Así que adoptaran a esta pequeña?-dijo levantando a la bebe de su cuna.

Thomas no supo de donde saco el valor, para correr y quitarle al bebe, de los brazos de aquel demonio .cuando se percato de su osada acción, el niño pensó que había sido demasiado fácil, seguro ahora los mataría por su impertinencia.

-Por favor no dañe a mi hermana, es solo un bebe-murmuro a acurrucando junto a su pecho a la creatura.

El demonio se paseo frente al niño y lo estudio de forma atenta.

-Ahora que te observo muy bien, creo que podrías serme útil niño…como te llamas?

-Tho...Thomas señor

-Thomas…si me prestas tu ayuda y eres un buen niño, puedo hacer que te quedes con tu hermanita. Apuesto que con tu edad ningún humano quiere adoptarte. Pasaras toda la vida en este recóndito lugar y crecerás solo, sin un hogar, sin esa pequeña que cargas con tanto….cariño-escupió la última palabra.

El niño permaneció confuso ante los que acaba de escuchar. Esto era una extraña pesadilla pensó, mientras observaba otra vez el cuerpo sin vida de la hermana Teresa. Parecía que su cuerpo había sido vaciado completamente por aquel hombre que sin duda era un demonio. Durante su breve estancia en ese hogar, las monjas le habían contado infinidad de historias, donde los protagonistas eran como el monstruo que le estaba hablando.

El miro a su hermana y deposito la poca confianza que le quedaba en aquel demonio, que con una sonrisa torcida en sus labios, afirmaba que podía ayudarlo y mantener a salvo a su pequeña Sharon.

-Lo ayudare pero quiero a mi hermana conmigo, es mi única familia.

-Puedo darte una familia Thomas-dijo con una sonrisa burlona

-Y mi hermana?

-A ella también, pero primero debes hacer un encargo para mi, luego vendremos por ella.

-Pero la adoptaran, no puedo dejarla sola

-No lo harán, confía en mi… esta pequeña permanecerá aquí, al cuidado de estas personas hasta que en un tiempo regresemos por ella-dijo el extraño quitándole de sus manos al indefenso bebe. Luego lo coloco en la cuna.

-Las monjas dicen que no se pueden confiar en los demonios-susurro viendo esos ojos rojos que tanto temía.

-No soy un demonio niño…

-Que es usted?

-Un ser inmortal, poderoso…un vampiro-susurro antes de inclinar su cabeza y hundir sus colmillos en aquella frágil piel.

Thomas cerró los ojos con fuerza y pidió que si el moría, Sharon fuera feliz en su nuevo hogar. Eso era lo único que le importaba al pequeño.

Otra vez, sentía que mis mejillas se humedecían con mis silenciosas lágrimas, Como podía James haberle negado un hogar a este niño y a su hermana. Engañarlo con mentiras y falsas promesas que estaba segura, que el muy maldito no cumpliría jamás.

-Thomas no puedes creer lo que dice James, el es un mentiroso. Nunca cumplirá lo que te prometió, lo conozco y todo lo que te contó sobre mi son mentiras.

-No es verdad. El dijo que mi hermana seguiría en el hogar y he comprobado que ha si es.

No fue difícil comprender lo que James había hecho, para que la pequeña continuara en ese hogar.

-Y no te importa el precio. Esas personas eran inocentes.

-Solo fueron dos veces, desde entonces nadie ha querido adoptar a Sharon. Creen que trae mala suerte.-murmuro muy bajo

Maldito monstruo enfermo...mil veces maldito. Que se suponía que deseaba hacer, jugar a la familia feliz conmigo y con este niño traumatizado?

-Tengo que regresar-susurre para mi misma.

-Eso no va a pasar, ya te lo dije. Ahora iré por tu comida y luego seguiremos hablando.

Lo que paso a continuación hizo que me quedara en shock.

Sentí los fríos labios de Thomas en mi mejilla y luego me abrazo brevemente de forma titubeante. Pude notar que tenía las extremidades delgadas, al igual que su cuerpo. Era un niño en su complexión física y seguro si pudiera verlo, a simple vista pasaría por tal. Pero cuando sentí su abrazo y su cuerpo duro como la piedra, quedo en claro que era tan peligroso como un vampiro adulto.

-Me gusta hablar contigo, Bella-susurro complacido

-Como sabes mi nombre?

-James me ha hablado mucho de ti.

Luego salió para buscar mi comida. No sabia cuanto tiempo había pasado, ni cuanto tenia para poder intentar persuadir a este niño. Mi única posibilidad para buscar un aliado era Thomas y era todo lo que tenía a mi alcance. A lo mejor, si aun la suerte no me había abandonado llegaría a contarle la verdad acerca de James. Los Cullen podrían ayudar a Thomas y a su hermana a encontrar un hogar.

Unos minutos después, el apareció con mi comida… una Pizza. No tenia tanta hambre, ni ganas de llevar algo a mi estomago. Pero quería ser amistosa con el y con lo que hacia por mi. Thomas se comportaba de una forma muy amable conmigo y estuvo pendiente en cada detalle, debido a mi condición. Fue un poco incomodo al principio, ya que no me gustaba que estuvieran al pendiente de cada cosa que hacia, pero no pude evitar sentirme alagada.

-Te gusta la comida?, no te pregunto si sabe bien, porque se que huele asqueroso-dijo y me pareció que sonrío.

-Esta muy bien, gracias

-Si no esta bien, puedo pedir otra cosa

-No, me gusta, es solo que no tengo mucha hambre. Estoy un poco nerviosa.

-Ya te dije, que no te haremos daño. Me he alimentado muy bien y no tengo sed…ahora.

-Tu no… pero los demás, tal vez…

-Simón, no te dañara y no hay nadie mas aquí.

¿No había nadie más?. Eso era tan confuso, porqué me tendría al cuidado de solo dos vampiros.

-Donde estamos?

-No puedo decirte

-Por favor Thomas, soy ciega y ya me siento muy perdida, no me gusta no saber donde estoy.

-Estamos a las afueras de Montana, en una cabaña.

-Cuanto esperaremos aquí?

-Hasta que venga James, el ya debe estar en camino.

No podía dejar que me encontrara tenia que llamar a Edward y decirle donde estaba.

Más tarde, cuando ya no pude pasar mas comida por mi garganta. Intente explicarle como eran las cosas en realidad. Sabia que el no me creería o le costaría mucho ver la verdad en mis palabras. Si algo había aprendido, era que James era un completo manipulador. Ya había echo parte de ese particular talento con Thomas y con sus anhelos de recuperar su familia.

Sin embargo, sabía perfectamente que más mentiras no le harían abrir los ojos a este niño. Debía ser completamente franca con el, como el lo había sido conmigo.

Empecé desde el principio. Le relate como era mi vida antes de James, cuando podía ver y disfrutar de todo lo que me rodeaba, con la luz de mis ojos. Lo feliz que era con mi mama en Jacksonville y las tantas veces que vine a Forks a pasar un tiempo en casa de mi padre y visitar a mis viejos amigos.

Luego vino la parte dura de mi vida. Relate como creí haber estado enamorada de James y como el me rompió el corazón, al abandonarme luego de ese terrible accidente. Cuando Thomas intento interrumpirme, alegando que las cosas no eran así. Le rogué que escuchara mi versión de la historia, después intercambiaríamos puntos de vistas.

Al quedar ciega, le explique que no quería ser una carga para mi mama y por ello vine a vivir con mi padre. El interrumpió por segunda vez y dijo que nunca debí haber pensado algo así, ya que las mamas están para cuidarnos. Por un momento, sentí ternura al escuchar esas palabras de sus labios y oír el anhelo impreso en ellas.

Seguí con mi relato y llegue a la parte de mi accidente en el lago y de cómo por segunda vez en mi vida, había vuelto a nacer de la mano de Edward.
Le conté, como había entrado a partir de ese incidente en la vida de los Cullen y como toda esa familia de vampiros me apreciaban y cuidaban de mí, como si ya fuera parte de ellos.
Un vampiro más.

-Me voy a casar con Edward-dije con un nudo en la garganta, mientras me preguntaba de forma silenciosa, si eso llegaría a suceder.

-El dijo que ellos te confundirían con mentiras. Tienen poderes y juegan con la mente…hay uno que lee los pensamientos, seguro el hizo que te enamoraras de el.

-No Thomas…eso no es cierto, James es el que miente, yo lo conozco y se lo que dijo pero si tu…

-No-grito de repente-el señor dijo que me confundirías y no voy a dejar que eches a perder todo, tengo que volver a buscar a mi hermana…no lo vas a arruinar-dijo enfadado.

Al parecer si quería lograr algo con el, tenia que incluir a su hermana en el plan. Ella era todo para el y sin duda la única oportunidad para escapar de aquí.

-Thomas si pudiera ayudarte a ti y a tu hermana, escaparías conmigo?

-Escapar contigo?

-Si, yo puedo ayudarte a recuperarla, puedes venir con migo y James ya no podrá hacerles daño.

-Eres una humana, no puedes ayudarme.

-Si podría… si me trasformaras-susurre y un escalofrío me recorrió la columna vertebral.

Había tomado esta decisión, pensando que seria Edward, quien lo llevaría a cabo. Pero el tiempo corría y James podría ganar esta carrera contra el tiempo.

-Yo no se hacer eso, nunca lo he hecho antes-dijo confundido.

-Es fácil solo debes morderme y la ponzoña hará lo suyo.

Los Cullen me habían hablado de cómo era todo esto, pero nunca quisieron entrar en tantos detalles. Pero no podría ser tan difícil, no?

-Solo morder?

-Si y en un tiempo seré como tu e iremos por tu hermana- asegure muy convencida de mis palabras.

El silencio irrumpió en la habitación por un instante sopese la posibilidad de que me había dejado sola con mis locas ideas.

-Esta bien, pero prométeme que estaremos contigo…Sharon y yo-aclaro como si lo hubiera interpretado.

-Claro

-Bien…donde debo morderte para que te transformes?

Los Cullen me habían mencionado que en cualquier parte del cuerpo cuando la ponzoña entraba en contacto, sucedía el cambio.

-En la muñeca-murmure muy bajo

Sus gélidos dedos tomaron mi mano derecha y sentí como acariciaba mi piel con lentitud.

¿Dolería? Edward no había querido hablarme sobre ello cuando se lo preguntaba. Parecía siempre querer obviar cualquier tema cuando intentaba matar mi curiosidad.
¿Cuánto tardaría en transformarme? Unos minutos, una horas…

¿Puedo hacer que tus ojos se curen?-había dicho James una vez…

¿Volvería ver, cuando fuera un vampiro?

Una fuerte presión en mi muñeca hizo que cortara el hilo de mis pensamientos. Lance un jadeo cuando la carne fue cortada y un extraño fuego comenzó a extenderse por todo mi brazo. Me quemaba y dolía mucho, intente apartar mi bazo pero fue en vano.
Grite.
Otra fuerte mano acallo mi grito tapando mi boca. Solo fui consiente de los primeros sorbos de la boca de Thomas sobre mi piel. Luego solo se redujo a percibir un ardor impresionante y sentir que me vaciaba por dentro cada segundo más y más…

 

 

 

Capítulo 12: DESESPERADO Capítulo 14: Revelaciones

 
14444012 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10761 usuarios