Cuerpos Distintos, La Misma Alma

Autor: Twilight_Cullen
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 13/03/2011
Fecha Actualización: 06/04/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 64
Visitas: 42030
Capítulos: 20

Bella muere en un accidente de coche, pero solo su cuerpo, por que su alma sigue viva. Se convierte en fantasma. Pero ¿Qué será capaz de hacer para volver a ser humana? ¿Qué será capaz de hacer para volver a estar de nuevo con Edward? 

Hola, esta es mi nueva historia, espero que os guste mucho, creo que así sera, por que sinceramente este es el tipo de historias que me gustan leer a mi, creo que os va a gustar y no os dejara indiferentes ;)

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misma%20alma 

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Capítulo 7: Reencuentro

Capítulo 7: Reencuentro

 

POV Bella

 

No tenía la intención de estarme los próximos días de mi vida sentada en el sofá de mi nuevo hogar. Mis intenciones eran bien distintas, para empezar esta nueva vida necesitaba algo, a alguien, y ese alguien era Edward.

 

Me levanté del sofá en el que estaba sentada, cogí las llaves de la casa, una chaqueta impermeable y salí fuera. La verdad, quería encontrarlo, pero no sabia donde podía estar. Empezaría por su casa.

 

Baje las escaleras corriendo y me puse en la acera con el pulgar arriba esperando que pasara algún taxi. Cuando paró uno, me subí en el e inmediatamente el conductor me pregunto cual era mi destino, yo se lo indique.

 

El taxi me dejo a pocos metros de la casa de Edward. Costo mas caro de lo que creía que iba a costar, tuve que dar todo el dinero que llevaba encima.

 

Empecé a andar dirección a la casa. Ya era casi de noche y empezaba a hacer frío. Cuando llegué me quede en una esquina simplemente observando. Solo las leves luces de dentro de la casa iluminaban los alrededores. De repente la puerta principal se abrió y pude ver a Edward bajando las escaleras. Inmediatamente me puse detrás de unos matorrales, pero me tropecé con una rama y me caí al suelo. Me levante, miré hacia atrás y vi a Edward que estaba mirándome. Me disponía a esconderme cuando la voz de Edward me aturó.

 

- Espera

 

Me sacudí los pantalones y me sorprendí al ver que estaba justo delante de mí.

 

- Tu eres la chica del prado, ¿como supiste donde vivo?, ¿por que me estabas espiando? ¿Quien eres?

 

- emm… yo… no se – dije nerviosa evitando su mirada

 

- ¿no sabes? – preguntó él con una ceja levantada

 

- Yo… lo siento – dije, me giré e iba a empezar a correr cuando me cogió del brazo

 

- ¿Quién eres? – volvió a decir 

 

- Me llamo Eveline – dije tartamudeando

 

- ¿Por qué me espiabas?

 

- No… te espiaba, solamente… pasaba por aquí y vi tu hermosa casa y me pare a… verla – dije. Era muy mal mentirosa.

 

- Si, claro, lo que tu digas – dijo el apartando la mirada y haciendo una risita irónica – ¿De donde eres? – preguntó volviéndome a mirar

 

- Yo… no soy de ningún lado, soy huérfana y hoy acabo de salir del orfanato – dije bajando la cabeza

 

- ¿Entonces como llegaste al prado?

 

- Me escapé

 

- ¿Nos conocemos de algo? – preguntó de repente

 

- Emm… yo… no – dije poniéndome aun más nerviosa 

 

- Tu mirada… me recuerda a alguien

 

El corazón se me disparo de repente, no podía ser que me reconociera.

 

De repente una leve llovizna empezó a caer y rápidamente se fue convirtiendo en una tormenta.

 

- Oh vaya, vayamos dentro – dijo

 

- ¿Qué? Pero si, si no me conoces apenas – dije extrañada

 

- ¿Prefieres quedarte empapando bajo la lluvia? – dijo mientras empezaba a correr bajo la lluvia hasta la casa, yo no dije nada, me limite a seguirlo

 

Llegamos a la puerta y el la abrió dejándome pasar Una sensación de tranquilidad  me invadió al entrar dentro de la casa. Al fin volvía a estar en un sitio reconocido para mí. Me quede mirando toda la casa, todo seguía igual.

 

- Puedes dejar la chaqueta en el perchero de allí – dijo señalando-lo

 

- Gracias – dije sacándome la chaqueta y colgándola.

 

- Edward – dijo Alice saltando mientras entraba en la entrada de la casa. En cuanto me vio dejo de saltar.

 

- Alice, te presento a Eveline – dijo Edward

 

- Hola, mucho gusto – dijo ella

 

- Igualmente – le dije estrechándole la mano

 

- Vaya llueve mucho ahí fuera ¿no? – dijo ella mirando por encima mi hombro. Como la puerta era de cristal, se podía ver el exterior.

 

- Si, por eso hemos entrado – dijo Edward

 

- Bueno pasad – dijo Alice hiendo hacia el comedor de la casa.

 

Yo los seguí y cuando entramos me sorprendió ver solo a Jasper. Se encontraba sentado en el sofá de piel blanca mirando la televisión, que se encontraba encima de una chimenea encendida.

 

- Jasper, ella es Eveline – dijo Alice

 

- Hola, un gusto conocerte – dijo Jasper un poco extrañado

 

- Igualmente – dije yo

 

- Estaba preparando un poco de chocolate desecho, ¿queréis una taza?

 

- Yo no quiero Alice – dijo Edward

 

- Yo… bueno esta bien pero no me pongas mucho – dije

 

- Vale - dijo ella dirigiéndose hacia la cocina

 

- Eveline siéntate, no te estés ahí de pie – dijo Jasper

 

- Oh esta bien – dije sentándome en el mismo sofá que él. Edward se sentó a mi lado

 

- ¿Cuantos años tienes Eveline? – preguntó Jasper

 

- Hoy acabo de cumplir los diez-y-ocho – dije yo

 

Entonces llegó Alice con dos tazas blancas en la mano, me ofreció una de ellas.

 

- Gracias – dije cogiéndola

 

- ¿Y donde vives? – me preguntó Alice sentándose en un sillón a conjunto con el sofá delante mío, después se tomó un sorbo de su taza.

 

- Bueno, vivía en un internado por que soy huérfana hasta hoy, me dieron una casa a las afueras de Seattle – dije tomando un sorbo de mi taza

 

- Oh, entiendo – dijo ella

 

- Alice, ¿papá y mamá ya se han ido? – preguntó de repente Edward.

 

- Si, volverán mañana por la tarde – contestó ella

 

- Esta bien

 

Yo me terminé mi taza de seguida.

 

- ¿Qué hora es? – pregunté cuando la hube terminado

 

- Las diez y media – dijo Edward mirando el reloj de encima la televisión

 

- Oh dios se ha hecho súper arde, debería irme a casa – dije levantándome del sofá 

 

- ¿Donde quieres ir? Aún está diluviando, no puedes salir con esta tormenta.

 

Me metí las manos en los bolsillos del pantalón buscando dinero, al no encontrar ni una sola moneda me acordé de que me había gastado todo el dinero en el taxi que me había traído hasta aquí.

 

- Oh dios, no tengo dinero - dije desesperada

 

- ¿Para que lo necesitas? – preguntó Edward

 

- Para volver a casa. Vine en taxi y no tengo con que volver – dije preocupada

 

- Bueno puedes quedarte a dormir aquí, mañana te llevare a tu casa – dijo Edward

 

- ¿Qué? De ninguna manera, no pienso estorbar – dije

 

- Eveline no estorbas – dijo él

 

- Bueno pero…

 

- Alice, ¿a que le dejaras un pijama? – dijo él mirando a Alice

 

- Emm… si claro – dijo Alice un poco desconcertada levantándose del sillón.

 

- En serio, no quiero molestar Edward – dije

 

Él se limitó a sonreír y seguir a Alice que subía por las escaleras y yo los seguí.

Llegamos a la habitación de Alice y ella empezó a rebuscar entre sus cajones, hasta que encontró un pijama.

 

- Toma, creo que este te ira bien – dijo dándome un pijama de pantalón largo y camisa de manga corta de algodón. Tenía una tonalidad marrón y crudo.

 

- Gracias – dije cogiéndolo

 

- ¿Queréis cena chicos? – preguntó Alice

 

- No, gracias ya me he quedado llena con la taza – dije yo

 

- Yo no tengo hambre – dijo Edward

 

- Vale, me voy abajo – dijo Alice saliendo de la habitación

 

Edward y yo nos quedamos en silencio, se hizo un poco incomodo. Al final carraspee y dije:

 

- No quiero molestar, en serio

 

- ¿Eveline, cuantas veces te tengo que decir que no molestas? – preguntó él con esa sonrisa suya. Yo me sonrojé – Oh vaya

 

- ¿Que pasa? – pregunté

 

- Nada, solo que haces cosas que me recuerdan mucho a una persona que quería mucho – dijo el bajando la mirada triste

 

- Lo siento – dije

 

- ¿Por qué? – dijo el levantando la mirada

 

- Te estoy haciendo recordar a ella y eso te pone triste, yo… - intenté disculparme

 

- No pasa nada, ya se me pasara, es solo que la añoro, ella… murió hace poco – dijo, y una lagrima silenciosa cayó de sus ojos

 

- Yo… lo siento – dije. No sabia que hacer, quería abrazarlo, decirle la verdad y que lo quería, pero si lo hacia… creería que estoy loca

 

Poco a poco fui acercándome a él y finalmente envolví su cuello con mis brazos y apoyé mi cabeza en su hombro. Sentí como él se quedaba helado ante mi abrazo inesperado, para él nos acabábamos de conocer. Pero al final acabo devolviéndome el abrazo. El enterró su cara en mi pelo, como lo hacia entes. Sollozó y lloró, eso provocó que yo hiciera lo mismo, si solo pudiéramos volver en el tiempo y que ese maldito accidente no hubiese ocurrido nunca, lo aria. Pasamos así minutos. Desearía poder estar así con él toda la eternidad.

Poco a poco él me fue soltando y yo ice lo mismo. Nuestros rostros quedaron a pocos centímetros, nos miramos fijamente y luego poco a poco fuimos cerrando nuestros ojos y fuimos acercando nuestros labios lentamente. Volví a  envolver su cuello con mis brazos. Un pequeño roce de labios bastó para volver al pasado. Todos eso recuerdos, esos momentos que pasábamos juntos… Ese beso fue especial, nostálgico, dulce… Poco a poco, él fue apartándose de mí, nuestros rostros volvieron a quedar a pocos centímetros de distancia. Podía sentir su aliento rozando mis labios dulcemente. Poco a poco nos fuimos separando, bajando las miradas pensativos. Ninguno de los dos dijo nada después de eso. La verdad es que nos habíamos dejado llevar, yo no esperaba hacer eso, no aún… Al final decidí hablar.

 

- Yo… lo siento

 

- Esto no debería de haber pasado – dijo él

 

- Lo siento de veras, mejor me voy – dije dejando el pijama encima de la cama de Alice

 

- No, no hace falta, ha sido un mal entendido, nada más. Ven te enseñare la habitación donde dormirás hoy – dijo él saliendo por la puerta hacia el pasillo. Yo lo seguí y llegamos a una habitación. – Esta es la habitación de los invitados, mi habitación esta justo al lado y el baño es ese de allí – dijo señalando la puerta cerrada – si necesitas algo solo tienes que decírmelo.

 

Después de decirme eso bajo las escaleras hacia el comedor.

Suspiré y abrí la puerta de la habitación. Casi nunca había entrado allí, esa habitación la usaban poco. Encendí la luz y entré, me senté en la cama y observé toda la habitación. Estuve minutos reflexionando en lo que había pasado, hasta que decidí ponerme el pijama y estirarme en la cama, fue entonces cuando empecé a llorar. Él había dicho que había sido un mal entendido, ¿eso quería decir que ya no podía quererme?, aún se acordaba de mí, y sufría por eso, no quería que se sintiese así. ¿Por qué tenían de haber cambiado tanto las cosas? ¿Por qué no podía volver a ser todo como antes?

Holaa!!

Buenas noticias, ya traigo nuevo capítulo, dediqué todo un día ha hacerlo, y espero que os guste mucho. En mi opinión, este es mi favorito hasta ahora, sobretodo la parte del beso *____* Espero que a vosotros os guste tanto como a mi.

 

Que lo disfrutéis :)

Por favor dejad vuestros votos y comentarios.

 

Miriam. 

 

 

 

 

 

Capítulo 6: Sin plan B, problemas en el orfanato Capítulo 8: Imágenes

 
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