Capítulo 6: Sin plan B, problemas en el orfanato.

POV Edward

Una vez llegué al bosque aparque mi coche, me baje de él y empecé a caminar hacia el prado. Cuando llegué me ature y lo mire con nostalgia, la ultima vez que había ido allí fue con Bella. Me adelante saliendo de entre los árboles. Una leve luz de la luna iluminaba el prado. Me senté apoyándome con los brazos levemente inclinados hacia atrás y con las piernas estiradas delante de mí. Me relaje cerrando los ojos, estuve así unos minutos hasta que oí unos susurros de entre los árboles. Y cuando me gire un flash vino a mi cabeza al ver una chica morena, con el pelo ondulado mirándome fijamente como yo la miraba a ella. La imagen de Bella vino a mi mente y no pude evitar que de entre mis labios saliera un “Bella”. No lo podía evitar, algo en su mirada me recordó a ella, la misma mirada, los mismos ojos… Nuestras miradas se quedaron suspendidas en el aire durante minutos, hasta que una chica le pregunto algo a “Bella”. Seguidamente la otra chica y un chico que las acompañaba empezaron a andar hacia dentro del bosque, adentrándose en la oscuridad de la noche. La chica empezó a seguirlos sin apartar la mirada de la mía, hasta que la oscuridad separo nuestras miradas.  Aun que ella no seguía allí mi mirada seguía en el mismo lugar en que la vi por última vez, allí donde la oscuridad no permitía ver más allá de los árboles. En ese momento parecía como si el mundo se hubiera aturado, como si el tiempo no pasara, como si ya no soplara el viento, como si las aves nocturnas ya no hicieran ese particular sonido suyo… Algo que me habían arrebatado en mi pasado había vuelto en mi vida, ahora entendía a que se refería el mensaje “Ella esta bien, aún sigue viva, pero su apariencia no es la misma” aún que mi cabeza no me permitía creerlo, ese pensamiento no me parecía posible. Talvez ella no podía volver como yo deseaba, pero esa chica tenia algo que llenaba un trozo de mi vacío con solo su mirada y sabia que volveríamos a vernos algún día.

POV Bella:

Los tres nos quedamos parados sin saber que hacer, ninguno de nosotros tenia un famoso plan B. Al final Nicholas reaccionó:

- Será mejor que vayamos lo antes posible

Empezamos a correr hacia el internado, cuando una leve llovizna empezó a caer, provinente de unas nubes que tapaban la leve luz lunar.

- ¡Se puede saber donde os habíais metido muchachos, sabíais que esta prohibido salir de las tierras de este internado sin la compañía de uno de los profesores o yo mismo! – Nos empezó a chillar el director – ¡Estaréis castigados durante tres semanas, cada día fregareis los suelos de este internado y también las ventanas! ¡Ha partir de mañana empezareis vuestro castigo! ¡No quiero excusas ni explicaciones, ahora cada uno a sus habitaciones!

Nosotros nos limitamos a asentir avergonzados y empezamos a correr hacia dentro del edificio debido a la llovizna que cada vez se intensificaba más.

- Hasta mañana chicas – dijo Nicholas antes de entrar a su habitación

- Adiós – dijimos nosotras

Al llegar a nuestra habitación Danna se sacó su sudadera y yo mi chaqueta.

- ¿Ves? Te dije que no era buena idea – dijo de repente Danna

- No, eso lo dijo Nicholas, tu dijiste “Solo será esta noche” – me quejé yo

- Bueno… pero en realidad lo pensaba… - dijo ella

- Claro seguro

- Bueno lo que importa aquí es que mañana tenemos un montón de faena y todo por tu fabulosa idea, a ver ¿puedes contarme que se te ha perdido en el bosque?

- mm… nada – dije un poco nerviosa, no se me daba muy bien mentir

Ella se me quedó mirando no muy convencida pero no dijo nada más. Nos pusimos nuestros pijamas y nos metimos en nuestras respectivas camas.

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- A ver chicos, ya sabéis vuestro castigo respeto lo que paso ayer por la noche – dijo el director a la mañana siguiente. Nos había traído a su despacho después de nuestras clases para hablar acerca de nuestro castigo. – Uno tendrá que limpiar el salón, otro el pasillo, y el otro las clases y eso incluye suelo y ventanas. Ya podéis empezar.

Salimos de su despacho y nos dirigimos hacia el armario donde se encontraban los objetos de limpieza.

- ¿Qué? ¿Con cepillos? – casi gritó Danna

- No puede ser, ¿tenemos que fregar el suelo con cepillos como en siglos pasados? – preguntó Nicholas

- Esta vez se han pasado – bufó Danna cogiendo sus cosas

Yo no dije nada, mejor no quejarse, no sea que nos doblen el castigo.

Danna se puso con las clases, Nicholas con el salón así que a mi me tocaron los pasillos.

Me dirigí hacia el pasillo mas alejado del orfanato para luego ir acercándome a los más cercanos. Ese pasillo era oscuro y solitario ya que allí no habían ni clases ni dormitorios, solo habían dos habitaciones donde se guardaban los documentos de todos los alumnos registrados. Llevaba un cubo de agua y jabón, algunos trapos y un cepillo, así que empecé a fregar. De repente una figura se fue formando delante de mí.

- Hola Jacob – saludé poniéndome en pié

- Hola, ¿castigada Bella? – me pregunto medio riendo

- Ahora soy Eveline ¿recuerdas?

- Ya pero Eveline ya estuvo castigada unas cuantas veces en este orfanato, sin embargo para ti es la primera vez – dijo él. Yo puse los ojos en blanco.

- ¿Se lo dijiste ya? – le pregunté cambiando de tema, a lo que él se puso serio.

- Si, me parece que se sobresalto un poco pero… - no lo deje terminar

- ¡¿Te apareciste delante de él?! – le grité

- ¡No! Claro que no, le hubiera dado un infarto, se lo dije y el lo recibió como si fuera un pensamiento

- ¿Y que hizo? – pregunté

- Nada, se quedo pensativo y luego se fue

- Al prado… – dije yo pensativa mirando el suelo

- Si, sobre eso… creo que él sospecha algo, pero no creo que legue a saber…

- ¿Nos espiaste? Y ¿Cómo que sospecha algo? No le dije nada – le pregunte alarmándome

- Si pero según él tienes algo que le recuerda a… ti

- ¿Ay dios, por que tuve que decirte que le dieras ese mensaje? Lo he complicado todo

- Bella, tranquilízate, no sabe nada, solo pensó que por alguna razón le recordabas a ti – dijo él intentando calmarme

- Vale, será mejor que no digamos nada mas – dije yo

- No le diré nada más mientras me lo pidas – me dijo él

- Vale

Seguidamente su cuerpo se fue volviendo cada vez más translucido hasta que acabó desapareciendo.

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Ya había pasado un mes, me habían destinado a un apartamento en Seattle, no tenía transporte alguno, solo una maleta llena de ropa y poco mas y ese pequeño apartamento, sabia que era pequeño ya desde fuera ya que no había entrado aún.

El taxista me dejó delante de la puerta, entré y vi que no eran edificios para nada lujosos, bueno tampoco esperaba que lo fueran viniendo de un orfanato.  Olía a viejo, la pintura de las paredes se estaba cayendo y solo había una luz que apenas iluminaba. Un portero con el rostro indiferente me miro al abrir la puerta, yo me acerqué y le dije que era la nueva inquilina de la puerta siete del piso cuarto. El asintió y me dio una llave sin decir nada. El apartamento era como yo esperaba, un salón, una cocina, una habitación y un baño. Todo pequeño, pero al menos era mejor que dejarme tirada en la calle. Empecé a instalarme con las pocas cosas que tenía y cuando terminé empecé a recordar lo extraño que había sido ese día y la noche anterior.

Flashback:

Estaba saliendo del despacho del director, habíamos acabado de firmar todos los papeles para mi partida del día siguiente. Ya era de noche y me dirigía hacia mi habitación. Tenía ganas de estirarme ya en la cama, estaba cansada de tantos papeles y mañana me esperaba un día aún mas largo.

Sin embargo al abrir la puerta de mi habitación los planes que tenia cambiaron rápidamente.

- ¡Feliz cumpleaños! – gritaron Danna y Nicholas a la vez

Se encontraban de pié con una tarta de chocolate en las manos.

- Gracias chicos – les dije – de donde habéis sacado la tarta dije mirándola.

- Nicholas y yo la hemos hecho mientras estabas en el despacho del director arreglando los papeles para mañana, nos colamos en la cocina, cogimos los ingredientes y la hicimos sin que nadie nos viera.

- No sabemos si estará buena, nunca habíamos echo una – dijo Nicholas mirándola.

- Bueno al menos el aspecto es bueno – dije yo – Gracias otra vez

Danna le dio la tarta a Nicholas y me abrazó. Yo también la abracé. 

- Te echare de menos – me dijo

- ¿Estas llorando? – le pregunté al oír sus leves sollozos.

- Pues claro, estuviste conmigo desde el primer día que llegué aquí, ¿que voy a hacer sin ti? – dijo separándose un poco de mi y mirándome a los ojos.

- Aún me tienes a mí – dijo Nicholas con una leve sonrisa mirándola, ella se la devolvió y nos abrazamos los tres. 

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Hola, siento muchísimo el retraso. 

Espero que os guste este capi, el próximo promete. El reencuentro de Edward y Bella.

Comentad mucho y votad por favor. 

Miriam