Cuerpos Distintos, La Misma Alma

Autor: Twilight_Cullen
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 13/03/2011
Fecha Actualización: 06/04/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 64
Visitas: 42020
Capítulos: 20

Bella muere en un accidente de coche, pero solo su cuerpo, por que su alma sigue viva. Se convierte en fantasma. Pero ¿Qué será capaz de hacer para volver a ser humana? ¿Qué será capaz de hacer para volver a estar de nuevo con Edward? 

Hola, esta es mi nueva historia, espero que os guste mucho, creo que así sera, por que sinceramente este es el tipo de historias que me gustan leer a mi, creo que os va a gustar y no os dejara indiferentes ;)

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misma%20alma 

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Capítulo 14: El baile y la noche

Capítulo 13: El baile y la noche

 

- ¿Bailamos? – dijo Edward levantándose y ofreciéndome su mano.

 

- Eh… sí, claro – dije tartamudeando sorprendida, poniendo mi mano encima de la suya. Sus dedos se cerraron alrededor de mi mano y una corriente eléctrica recorrió por todo mi brazo

 

De seguida reconocí la canción. Ya la había escuchado y me encantaba, pero la letra jamás había tenido tanto sentido para mí del que tenia ahora.

 

Al llegar al centro de la pista Edward se puso delante mío y con una mano cogió una de las mías mientras que con la otra rodeó mi cintura. Yo coloqué mi mano libre en su hombro. No sabía si le molestaría, pero apoyé mi cabeza en su pecho.

 

(La canción es Talking to the moon de Bruno Mars. Link ara que podais escucharla:

http://www.youtube.com/watch?v=w9yc36IoeLM)

 

Cuando la canción termino me separé un poco de él para poder mirarlo a los ojos. Él también me miraba. Jamás me había mirado de esa forma desde que ya no era del todo yo. Su mirada solo reflejaba amor. Poco a poco nuestros rostros se fueron acercando hasta que pude sentir su respiración agitada como la mía y su calido aroma rozar mi mejilla.

Cerré los ojos y me dejé llevar. De repente pude sentir como sus labios se amoldaban a los míos a la perfección. Soltó la mano que tenia en mi cadera y la coloco en mi mejilla sonrojada, yo subí la mano de tenia en su hombro y la posicioné en su pelo, solté la que tenia junto su mano y al puse en su pelo, solté la que tenia  en su mano y la puse en el mismo lugar que la otra, con lo cual él colocó su mano libre en mi cintura.

Mi respiración cada vez mas agitada al sentir como me cogía y se negaba a soltarme, al ver que no me rechazaba. Había esperado tanto ese momento, y ahora todo parecía perfecto, como en un cuento de hadas.

Poco a poco fue apartando su rostro del mío, aún sin apartar sus manos ni yo las mías.

Nos quedamos mirando uno al otro, hasta que una lágrima se deslizó por su mejilla. Él apartó la mirada.

Mi mundo se vino abajo, creía que no me rechazaba, pero estaba equivocada.

- Lo siento – se disculpo – lo siento de veras, siempre lo estropeo todo, pero no lo puedo evitar ¡maldita sea! ¿Por qué siempre me recuerdas tanto a ella? – Tragué con dificultad – yo… lo siento muchísimo, debes estar harta de mí, de que no pare de hablar de ella…

- Mírame – le pedí, cogiendo su rostro entre mis manos -  no te disculpes, no tienes motivo por que hacerlo – dije limpiándole la lágrima con uno de mis dedos – yo… te quiero y no me importa cuantas veces hables de ella

- Yo… no se si estoy preparado para esto

- Yo se que sí – dije limpiándole otra lágrima en la comisura de sus labios con un beso

- Supongo que podemos intentarlo, pero… - no lo dejé terminar, tomé su rostro entre mis manos y lo volví a besar

- Vamos – dije tomándole de la mano y llevándole hacia nuestra mesa

Al llegar encontramos a Rosalie y Emmet sentados allí también.

- ¿Qué hacen aquí los dos tortolitos? – dijo Emmet sonriendo. Yo me sonrojé. – Vamos, os hemos visto

- Métete en tus asuntos Emmet – dijo Edward

- Vale, vale, hemos captado la indirecta, os dejaremos a solas – dijo Emmet cogiendo a Rosalie de la mano. Los dos se fueron riendo hacia la pista de baile

- Perdona a Emmet, siempre esta gastando ese tipo de bromas – dijo Edward mientras nos sentábamos

- Sí, lo se – él me miro confuso – Quiero decir que me he dado cuenta estos últimos días – me apresuré a rectificar

Después de unas dos horas de baile, el sueño pudo conmigo, bostecé y él lo vio.

- ¿Tienes sueño?

- Un poco

- ¿Quieres que te lleve a casa?

- Bueno, no se si les molestara que marchemos ya, y no quiero estropearte la fiesta a ti tampoco

- Eveline, ni a ellos les va a molestar ni a mi me estropearas la fiesta, anda vamos – dijo él cogiéndome de la mano y guiándome hacia la pista de baile donde se encontraban Alice y Jasper. Le dio unas palmaditas en las espalda de Alice y esta se giró – Nosotros nos vamos ya

- ¿Ya? – preguntó Alice haciendo un puchero de los suyos

- Sí, Eveline esta cansada y la verdad, yo también lo estoy

- ¿Qué hora es? – preguntó Alice

- Las tres de la madrugada – dijo Edward mirando su reloj

- ¿Hijo, os vais ya? – preguntó Esme acercándose a nosotros

- Sí, llevare a Eveline a su casa

- Esta bien, que descanséis

- Adiós – dije yo

Edward cogió de la cintura

Una vez delante del coche abrió la puerta del copiloto para mí, yo entré.

- Había pensado que tal vez, no te apetecería pasar sola esta noche – dijo Edward cuando ya nos dirigíamos hacia la carretera – Quiero decir, ¿nos dirigimos a tu casa o a la mía?

- ¿No seré un estorbo? Ya me quedé la noche pasada y…

- Siempre con lo mismo… - resopló

- Vale, vale, hacia tu casa entonces – dije riendo mientras apoyaba mi cabeza en su hombro

El viaje pasó lento y en silencio, la mitad lo pase durmiendo.

- Eveline, despierta, hemos llegado

Abrí los ojos poco a poco, solo se veía la calle iluminada por los faros del coche

- ¿Ya estamos en tu casa? – pregunté desconcertada

Pude ver como asentía. Se bajó del coche y se dirigió hacia mi lado para abrir la puerta.

- ¿Quieres que te lleve?

- No, puedo sola, gracias

Me volvió a coger de la cintura y así entramos abriendo todas las puertas, parecían no terminarse nunca, hasta llegar a la habitación de los invitados

- Ya llegamos

- Al fin – dije dejándome caer en la gran cama. Él sonrió – Gracias por todo

- De nada – dijo él – Buenas noches

- Buenas noches – contesté mientras cerraba la puerta.

Deje reposar la cabeza en las mullidas almohadas cerrando los ojos y pensando en como me iba a quitar ese vestido. Al fin me levanté tambaleándome y me dirigí hacia el baño. Me miré al espejo. Tenía un aspecto cansado, como me sentía, el vestido arrugado después de una noche entera bailando y de un lado para otro, el peinado medio desecho. Intenté desabrocharme el vestido, pero como supuse, sería difícil. Al final lo logré con esfuerzos, lo dejé caer al suelo, me quité el resto de la ropa y me di una ducha rápida. Al salir me puse el pijama que me había traído la noche anterior, al final acabaría mudándome, últimamente pasaba mas noches aquí que en mi casa.

Salí del baño y me fui hacia la cama.

Estuve varios minutos retorciéndome en la cama, intentando encontrar una posición cómoda, todo ese sueño parecía haber desaparecido. Esas sabanas me provocaban un calor insoportable y el silencio sepulcral me inquietaba. Sería imposible dormirme allí esa noche.

Me levanté y me dirigí hacia el pasillo. Solo esperaba que aún no estuviera dormido. Di unos golpecitos casi inaudibles en su puerta.

- Adelante

Abrí la puerta y entre cerrándola detrás de mi.

- ¿Qué ocurre? – preguntó. Se encontraba delante de la puerta del baño. Mi respiración se aceleró al ver que solo llevaba puestos los pantalones del pijama

- Yo… no podía dormir

Él sonrió y se dirigió hacia mí. Cada paso que daba, mi respiración se volvía aún mas acelerada. Si la pudiera oír seria demasiado vergonzoso. Me cogió de la mano y me condijo hacia su cama. Se metió dentro y dejo las sabanas medio destapadas.

- Puedes quedarte conmigo esta noche

Me tumbé a su lado y él me tapo con sus sabanas

- ¿No te vas a poner la parte de arriba? – pregunté nerviosa

Él rió

- Hace calor ¿no crees?

Yo asentí y apoyé mi cabeza en su pecho desnudo

- Dulces sueños – dijo él cerrando la luz

Me apreté aun más contra su pecho y pude sentir como él besaba mi pelo antes de que mis ojos se cerraran

 

Capítulo 13: La boda Capítulo 15: Cuando todo parecía perfecto

 
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