Cuerpos Distintos, La Misma Alma

Autor: Twilight_Cullen
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 13/03/2011
Fecha Actualización: 06/04/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 64
Visitas: 42029
Capítulos: 20

Bella muere en un accidente de coche, pero solo su cuerpo, por que su alma sigue viva. Se convierte en fantasma. Pero ¿Qué será capaz de hacer para volver a ser humana? ¿Qué será capaz de hacer para volver a estar de nuevo con Edward? 

Hola, esta es mi nueva historia, espero que os guste mucho, creo que así sera, por que sinceramente este es el tipo de historias que me gustan leer a mi, creo que os va a gustar y no os dejara indiferentes ;)

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misma%20alma 

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Capítulo 15: Cuando todo parecía perfecto

Capítulo 14: Cuando todo parecía perfecto

*Primero de todo quiero recomendar una canción, acabo de encontrar este grupo pero ya me encanta, la canción es preciosa, en serio, aquí os dejo el link (Memories de EarlyRise)    http://www.youtube.com/watch?v=kEe260z453k&feature=related

Ya habían pasado dos semanas desde que habíamos confirmado nuestra relación. Los días de entre semana nos quitaban tiempo para poder estar  a solas, aun que no me quejaba, al menos nos podíamos ver todos los días en el trabajo.  Todos los Cullen se habían enterado, Patricia también, aun que ¿Cómo ocultarlo? Alice y Jasper aun se encontraban en su luna de miel, llamaban de vez en cuando, para saber como estábamos todos. Cuando Alice se entero de que Edward y yo estábamos saliendo, se volvió loca, tuve que apartarme el teléfono de la oreja del grito que dio. Rosalie y Emmet se quedaron una semana más después de la boda, y luego volvieron a marchar. 

Era un sábado, Edward me había llevado a comer fuera y luego me había invitado a ir a ver una película al cine. Eran las cinco de la tarde cuando volvíamos hacia casa, teníamos pensado ir a pasear un rato por la ciudad, pero el cielo empezó a nublarse, previniendo que llovería. El parabrisas del coche limpiaba cada gotita de la llovizna que caía fuera. Edward aparcó en frente de la puerta del edificio, como siempre, y me ayudó a salir, pero mi mala suerte no tardó en hacer presencia, me tropecé cuando iba a salir y apoyé todo mi peso en mi mano derecha. Solté una maldición.

- ¿Estas bien? – preguntó él ayudándome a levantarme

- Sí, solo me duele un poco la muñeca

- Vamos arriba, te lo curaré – dijo envolviendo mi cintura con su brazo

Una vez arriba nos quitamos las chaquetas mojadas por la lluvia y las dejamos secar en el perchero de la entrada y nos dirigimos al baño, donde tenía un botiquín de primeros auxilios. Me senté en un taburete mientras Edward  vendaba mi muñeca lesionada.

- Déjalo así de momento, pero si no se te pasa el dolor en unos días ve al medico ¿de acuerdo?

- Sí – dije levantándome del taburete y dejándolo en su sitio con la mano buena, luego me volví hacia él mientras empezaba a reírme – ahora no podré acariciarte el pelo mientras te beso

- Apuesto a que si – dijo él también riendo

- Aja – dije acercándome a él y poniendo los brazos alrededor de su cuello, mientras él ponía los suyos alrededor de mi cintura.

Nos besamos y el me alzó del suelo. Le acaricié el pelo demostrando que aun y la venda podía seguir haciéndolo, entonces me volvió a dejar en el suelo y nos quedamos los dos enfrente del espejo. 

Nuestras risas fueron silenciadas al instante. Mi cara pasó de la diversión al horror y la suya pasó a la confusión. Me había olvidado por completo del espejo, que ahora reflejaba mi antiguo reflejo, no el de Eveline, si no el de Bella Swan.

Mi reacción fue instantánea, me lleve las manos a la boca para ahogar un grito de horror, sin embargo mis pies parecían anclados al suelo. Edward también estaba inmóvil a mi lado, intentando entender lo que eso significaba, aun que claro nada tenia sentido para lo que estaba pasando.

No se cuanto tiempo paso hasta que logro producir algún sonido, podrían haber sido minutos, pero para mi se sintieron como horas interminables.

- Ev… que-e... – tartamudeo

Yo sin embargo aun no lograba producir ningún sonido coherente

- ¿Que-e significa esto-o? – logró preguntar esta vez con mas claridad pero aún sin apartar la mirada de mi reflejo

- Yo… Tengo que contarte algo que no supe como explicarte durante todo este tiempo – logré decir

Él por fin pudo apartar la mirada del reflejo, aun que aún con dificultad, y me miro a la cara

- Pues empieza ya porque no entiendo nada

- Esta bien, vamos al salón

Jamás había estado tan nerviosa, toda yo temblaba y eso dificultaba mi andar. Si ya era una persona torpe de por si, ahora tenia aun mas posibilidades de tropezar con mis propios pies. Un sudor frío empezaba a aparecer en mis manos que se retorcían entre si con nerviosismo.

Una vez en el salón me senté en el sofá, Edward, sin embargo, decidió sentarse a una cierta distancia, cogió una silla y se sentó aproximadamente a un par de metros delante mío.

Hice varios intentos de empezar a hablar, todos ellos sin resultados.

- Yo… esta es una larga historia, no se como empezar… no me creerás, lo se – dije con frustración mirando hacia el suelo

- Solo empieza, estoy muy confuso, y quiero saber que demonios significa lo que vi en ese espejo

- Esta bien – dije dando un largo suspiro – Cuando… morí, cuando morí en ese accidente de auto… - lo mire, su rostro una mezcla entre el horror y la confusión – Encontré a alguien que me ayudo a volver…

Me quede en silencio, esperando que él dijera algo.

- ¿Cómo?

- Se que esto va a sonar fatal, pero es la verdad – hice una pausa, tomé una fuerte respiración – me metí en el cuerpo de otra chica que acababa de morir, Eveline. Ella era huérfana, tuve que esperar un mes para poder salir del Orfanato, hasta que ella cumplió los dieciocho, fue entonces cuando vine hacia aquí.

- ¿Pretendes que me crea esa historia?

-  ¿Entonces no me crees? Sabía que pasaría esto – Y en realidad no lo culpaba, si hubiera sido yo tampoco le hubiera creído, pero sentía esa extraña sensación que se siente al querer que te crean cuando estas diciendo la verdad.  

- ¿Como esperas que me crea eso? – dijo elevando la voz y levantándose de la silla – Te conté mi pasado con ella y ahora me vienes con esa historia

Yo también me levante del sofá

- ¿Estas diciendo que me estoy aprovechando de tu pasado? Esta bien que no me creas, no te culpo por eso, a veces me es difícil hasta a mi saber quien soy ahora y saber si cada paso que doy es real o no,  pero no puedes culparme por eso, yo también he sufrido mucho para llegar hasta aquí, a tu lado. Dime, ¿Que es lo que viste en el espejo si lo que te dije no es real?

Se quedo callado por unos segundos

- No lo se, solo necesito tiempo, necesito pensar en todo lo que paso.

Seguidamente se dirigió hacia la entrada, cogió su chaqueta que seguía colgada en el mismo sitio que cuando entramos, me miró, abrió la puerta y se fue.

Me quedé paralizada enfrente al sofá aún, sin saber que hacer, ¿Cómo podían haber cambiado tanto las cosas en cuestión de segundos? Ni siquiera había pensado nunca en como decírselo. Corrí hacia la ventana y aparté las cortinas. La lluvia había aumentado, gruesas gotas salpicaban los cristales. Puse una mano encima del cristal, estaba helado, se formaba vaho con cada respiración que daba.

Vi a Edward salir del edificio corriendo hacia su coche, entro dentro y el motor se encendió cuando apenas había cerrado la puerta, acto seguido las ruedas rechinaron contra el suelo mojado del asfalto y vi desaparecer el coche entre la lluvia y las calles desiertas.

Me dejé caer en el alfeizar de la ventana rodeándome las piernas con los brazos y apoyando la cabeza entre las rodillas. Lagrimas empezaron a caer de mis ojos deslizándose por mis mejillas, una replica exacta de la lluvia fuera. Las gotas de lluvia como las lágrimas, los cristales como mis mejillas simples y delicadas. Se había ido el sol, en parte por que ya era tarde y en parte por que las espesas nubes cubrían el cielo

La lluvia aumentaba junto con mi llanto. Mi corazón también tenia su papel en esto, estaba frío y desierto, propiedad de nadie. Un relámpago ilumino la habitación oscura en la que me encontraba, di un pequeño salto. Mire a mí alrededor. Las calles seguían desiertas debido a la lluvia y todo mi piso parecía vacío también. Miré mi reloj de pulsera, las 8:35 pm. Me levanté y fui hacia el baño. Apreté el interruptor y la luz parpadeó antes de encenderse del todo. El espejo quedó en frente mío, aparté la mirada, un espejo y mi reflejo era lo ultimo que quería ver. Cogí una toalla, cerré la puerta y empecé a desnudarme.

Me quité la venda que Edward me había puesto, encendí el grifo de la bañera y me metí dentro. No lo cerré hasta que estuvo hacia arriba. Me senté y apoyé la cabeza en el respaldo de la bañera. Me dejé resbalar hasta que también mi cabeza estaba dentro del agua. Volví a salir, y volví a apoyarme en el respaldo, cerré los ojos y dejé mas lagrimas salir y deslizarse por mis mejillas ahora más que mojadas. Estuve minutos ahí dentro, escuchando el movimiento del agua con cada leve movimiento que daba, escuchando la lluvia que seguía cayendo afuera. Me enjabone y lavé mi pelo hasta que me cansé. Salí fuera y me envolví con la toalla, cogí otra y froté mi pelo con ella. Cuando termine, la deje en el suelo, y una vez más quede frente al espejo. Me dio tanta rabia, ira, el ver mi reflejo, que no pude evitar golpearlo. Se rompió en mil pedazos bajo mi puño. Mi mano empezó a sangrar. ¡Mierda, ahora si que tendría que ir al medico! Cogí un rollo de papel y me lo enrollé en la mano, dolía y no era lo único que me dolía. Me presioné el papel contra la herida, pero algo me pincho, aparté el papel y miré la herida. Un pequeño cristal había entrado dentro, con toda la delicadeza con la que fui capaz, me lo saqué con la otra mano. ¡Eso era! Mi corazón tenía clavado una espina, era pequeña, pero dolía, dolía demasiado. Cogí alcohol y limpié la herida, luego me volví a envolver la mano con la venda. Recogí todos los cristales que habían quedado esparcidos por toda la habitación y limpie el baño. Después de todo aquello, me dirigí hacia mi habitación, me puse el pijama que había debajo de la almohada y me metí debajo de las sabanas, echa un ovillo. Cerré los ojos intentando dormir, una lágrima fue la primera en resbalar hacia la almohada. Fuera seguía lloviendo y relampagueando y una vez más me pregunté por que me pasaba esto cuando todo parecía perfecto.  

 

Hola al fin puedo actualizar, lo siento muchísimo se que he tardado un montón pero es que tenia un montón de exámenes estas semanas y cuando tenia tiempo libre no se me venia la imaginación, lo siento muchísimo, pero bueno aquí estoy, en mi país son la 1:17 de la madrugada, yo aquí con dolor de garganta, muerta de sueño y cansancio acabo de escribir esto, así que si hay algo raro que no hos extrañe xD Por cierto quiero decir que en el final del capítulo me inspire en el videoclip de Everybody Fool's de mi banda de musica favorita Evanescence

Espero que os guste

Y bueno ya se acerca el final...

comentad y votad porfavor

*Miriam*

 

 

Capítulo 14: El baile y la noche Capítulo 16: Cegada por el dolor

 
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