Cuerpos Distintos, La Misma Alma

Autor: Twilight_Cullen
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 13/03/2011
Fecha Actualización: 06/04/2012
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 64
Visitas: 42027
Capítulos: 20

Bella muere en un accidente de coche, pero solo su cuerpo, por que su alma sigue viva. Se convierte en fantasma. Pero ¿Qué será capaz de hacer para volver a ser humana? ¿Qué será capaz de hacer para volver a estar de nuevo con Edward? 

Hola, esta es mi nueva historia, espero que os guste mucho, creo que así sera, por que sinceramente este es el tipo de historias que me gustan leer a mi, creo que os va a gustar y no os dejara indiferentes ;)

Nota de la autora: EL FIC NO PUEDE SER PUBLICADO EN OTRA PAGINA SIN AVISO PREVIO A LA AUTORA NI SIN MI PERMISO Y PORFAVOR NO COPIEN LOS CAPITULOS EN SUS FANFIC. GRACIAS


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misma%20alma 

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Capítulo 11: Reunión y cita...

Capítulo 10: Reunión y cita…

 

 

Andamos hacia la puerta uno al lado del otro, nuestras manos estaban tan juntas que tenia ganas de cogerla y entrelazar sus dedos con los míos.

Él abrió la puerta y la sostuvo para que pasara.

 

- Eveline! – gritó Alice entrando a la entrada saltando y abrazándome

 

- Hola Alice – le dije abrazándola yo también   

 

- Esme y Carlisle os están esperando – dijo ella deshaciéndose de nuestro abrazo – por cierto me gusta como te has vestido – añadió con una sonrisa

 

- Gracias -  en realidad sabia que le gustaría, sabia como era ella, amaba la moda, normalmente no le gustaba como me bestia yo ya que no le daba mucha importancia a la ropa que llevaba puesta pero hoy que me había arreglado mas de lo normal sabía que le gustaría

 

- Vamos – me dijo Edward que estaba detrás de mí desde que habíamos entrado. No pude evitar sorprenderme, casi se me salen los ojos de las orbitas cuando vi que me cogió de la mano y me guió hacia el comedor donde Carlisle y Esme nos esperaban sentados en el sofá blanco. Tampoco fue algo que pasó por desapercibido para ellos, ya que note sus miradas clavadas en nuestras manos entrelazadas, para luego mirarse con una sonrisa y mirarme a mí, de seguida me enrojecí.

 

- Hola Eveline – me saludó Carlisle mientras se levantaba del sofá. Vino hacia nosotros y me tendió la mano con una sonrisa.

 

- Hola – dije yo, y le dí la mano, la mano que no tenia ocupada, por que Edward aún no me había soltado la otra. 

 

- Hola – dijo esta vez Esme también levantándose del sofá y acercándose hasta quedarse al lado de Carlisle – un gusto conocerte – dijo con una sonrisa.

 

- Igualmente – le dije devolviéndole la sonrisa

 

- Mi nombre es Carlisle y ella es Esme, mi esposa – dijo Carlisle pasando un brazo por la cintura de Esme.

 

- Un gusto, yo me llamo Eveline – les dije

 

- Si, Edward no ha hablado de otra cosa que no seas tu desde que hemos llegado – dijo Esme sonriéndome. Inmediatamente me sonroje y noté como la mano de Edward se tensaba.

 

- Bueno, también nos contó que necesitabas un trabajo – añadió Carlisle

 

- Si

 

- Entonces puedes pasar a mi despacho, hablaremos mas tranquilos allí 

 

- Claro, vamos – dije yo.

 

Edward me soltó la mano y Carlisle y yo nos fuimos hacia su despacho. Seguía igual que lo recordaba, la gran habitación con las altas paredes llenas de los diplomas de Carlisle, la mesa al fondo de la sala con todo lo necesario en un despacho, una silla en una parte y dos en la otra. Dos estanterías llenas de libros, una al lado de otra.

 

- Siéntate Eveline – dijo señalando una de las dos sillas mientras él daba la vuelta a la mesa y se sentaba en la suya 

 

- Gracias – dije sentándome

 

- Así que dime, que te ha contado Edward

 

- No mucho, me contó que eras abogado y que tu antigua secretaria tubo que irse ya que estaba embarazada.

 

- Así es, ¿Cuántos años tienes Eveline? – preguntó

 

- Acabo de cumplir los dieciocho

 

- Ajá, Edward me contó que acababas de salir de un orfanato

 

- Sí

 

- Entonces, ¿supongo que no tienes ninguna clase de experiencia en trabajos no?

 

- No – dije poniéndome nerviosa en ese momento, debía conseguir ese trabajo, seria una oportunidad para estar mas cerca de Edward y además necesitaba uno, pronto se me acabaría el dinero

 

- Bueno, no te preocupes por eso, para todo hay una primera vez ¿no? – dijo Carlisle sonriéndome para tranquilizarme

 

- Claro -  y lo consiguió, ¿eso significaba que tenía el trabajo?

 

Estuvimos hablando acerca de lo que había estudiado, o más bien lo que había estudiado Eveline.

 

- Bueno Eveline, creo que puedes empezar mañana mismo – dijo Carlisle al cabo de un rato de estar hablando

 

- ¿En serio?, ¿Tengo el trabajo? – dije sorprendida

 

- Claro – dijo él levantándose de la silla

 

- Gracias Carlisle

 

Me dijo las calles donde se encontraban las oficinas, la verdad no había ido nunca.

 

- Entonces nos vemos mañana – dijo él abriendo la puerta de su despacho

 

- Claro, gracias – le dije

 

- De nada

 

Me dirigí hacia el comedor donde me esperaba Edward.

 

- ¿Como ha ido? – preguntó levantándose del sofá

 

- Carlisle me ha dado el trabajo – le dije sonriendo

 

- ¿En serio? Eso es genial – dijo

 

- Si

 

- Oye, ¿te apetece que vayamos a tomar algo?

 

- Claro

 

Él me volvió a coger de la mano y salimos fuera, pero antes de que pudiéramos salir por la puerta de la entrada, Alice me llamó a mis espaldas.

 

- Eveline, ¿te ha dado el trabajo?

 

- Sí Alice, me lo han dado – le dije emocionada

 

- ¡Si! – empezó a saltar

 

- Alice tranquilízate – le dije riendo de verla

 

- Estoy contenta por ti amiga – dijo

 

- Gracias, y felicidades, yo también estoy contenta por ti – le dije

 

- ¿Por mi? – preguntó ella confusa dejando de saltar

 

- Si, me dijo Edward que de aquí poco Jasper y tú os ibais a casar   

 

- Oh, es verdad, gracias Eveline – dijo abrazándome

 

- De nada – le dije. Ella se separo de nuestro abrazo – Creo que nos tenemos que ir ya – dije mirando a Edward que aún me tenia cogida de la mano  

 

- Si, ya nos tenemos que ir, pero si queréis hablar nos podemos esperar un poco – dijo él

 

- No, ya terminamos ¿no Alice?

 

- Sí

 

- Pues vamos - dijo él abriendo la puerta

 

- Adiós Alice – le dije por encima de mi hombro

 

- Adiós Eveline

 

- ¿Por que tanta prisa en marchar? – le pregunté a Edward una vez dentro del coche

 

- Tengo algo que decirte – contestó él encendiendo el coche

 

- Bien, pues dilo

 

- Me temo que tendrás que esperar un poco mas, solo hasta que lleguemos al lugar, así estaremos mas tranquilos – dijo él

 

El resto del camino fue en silencio, ninguno de los dos dijo nada, pero una vez mas ese silencio no era molesto. Fue conduciendo hasta llegar a la ciudad, las calles pasaban y cada vez se veía a más gente, para ese entonces la lluvia ya había cesado y el sol la sustituía provocando que se viera un leve arco iris en algunos puntos. Al final llegamos delante de una heladería, esa heladería a la que siempre me llevaba muchas veces después del instituto para luego ir a nuestro prado. Era lo que solíamos hacer casi todos los días.

 

- ¿Supongo que te gustan los helados, no? – dijo él

 

- Me encantan - le dije

 

- Bien – dijo él aparcando el coche

 

Se bajó y rápidamente fue hacia la puerta del copiloto donde me encontraba yo aún sentada y abrió la puerta.

 

- Gracias – le dije

 

- De nada – dijo cogiéndome otra vez de la mano – ¿De que sabor lo quieres?

 

- Mmm… Creo que voy a pedir el de fresas del bosque, es mi favorito – casi no puedo evitar taparme la boca de la mano al recordar que ese era mi sabor favorito antes, siempre lo pedía del mismo gusto, pero la mano de Edward me lo impidió. Seria demasiado extraño que hubiera tantas diferencias, pero ya era tarde, ya lo había soltado. Pude oír como suspiraba con frustración, estaba segura que él estaba pensando lo mismo.

 

Nos sentamos en una de las mesas de madera que había en la parte de fuera del local. Habían dos sillas, también de madera como la mesa, nos sentamos uno en frente del otro.

 

- Bueno, ¿Que era lo que tenias que decirme?- le pregunté yo inclinándome en la mesa

 

Pero no le dio tiempo a contestar cuando llegó una camarera.

 

- ¿Ya saben lo que quieren tomar? – nos preguntó sacando una pequeña libreta de su bolsillo para apuntar los pedidos

 

- Sí – contestó Edward – un helado de frutos del bosque y otro de limón

 

- ¿Algo mas?

 

- No, eso es todo

 

- De acuerdo, ahora mismo se lo traigo – dijo la camarera.

 

Puso su libreta en su bolsillo y se fue. Ni siquiera nos había mirado al pedirnos lo que queríamos. Me quede mirando como se alejaba, hasta que desapareció dentro del local, luego me quedé mirando el suelo un rato, los dos en silencio, hasta que me acorde de que debía decirme algo

 

- Bueno ¿me lo vas a decir o que? – le pregunté ansiosa

 

- Ya va, ya va – dijo el riendo. No pude evitar sonreír ante esa risa tan atractiva, ¿Cuándo había sido la ultima vez que lo había visto sonreír?

 

- Aquí tienen – dijo la camarera dejando los helados encima de la mesa, eran helados de copa  – que lo disfruten – dijo con una sonrisa para luego alejarse

 

- Gracias – dijo Edward

 

- Entonces… - dije yo

 

- ¿Es que no tienes espera?, ¿tanto suspense te estoy haciendo pasar? – dijo riendo otra vez mientras me daba mi helado.

 

- Te estas divirtiendo mientras me haces sufrir ¿no?

 

Se me quedó mirando intentando poner cara seria mientras intentaba aguantar la risa, pero no lo consiguió.

 

- ¡Lo haces expresamente!

 

No aguanto más y empezó a reírse a carcajadas

 

- Vale, vale, esta bien, voy a decírtelo – dijo al fin – resulta que yo también he estudiado para ser abogado como mi padre, mañana empiezo

 

Me quedé muda, no sabia si lo que estaba pensando era cierto o estaba equivocada

 

- Sí, es en el mismo sitio en el que trabaja mi padre y en el que empezaras a trabajar tú mañana – continuó él al ver que tenia una cara confusa y que no decía nada

 

- ¿Qué? Y ¿por que no me lo habías dicho antes? – le pregunté histérica de la emoción con los ojos como platos

 

- No quería decírtelo antes de tu reunión, quería darte una sorpresa – dijo él

 

- Gracias Edward

 

- ¿Gracias por que?- dijo él confundido

 

- Por estar conmigo, eres la única persona que me queda ahora – le dije yo mientras recordaba todo lo que había pasado y todo lo que había perdido en un mes y poco mas. Una vez mas, desee volver al pasado, nunca me cansaría de desearlo.

 

- Sabes que eso no es cierto, también tienes a Alice, os habéis echo muy amigas en apenas dos días

 

- Sí ya lo se, pero es contigo con quien paso mas tiempo y además, aparte de vosotros dos no tengo a nadie más

 

- Bueno, en ese caso, de nada, es un placer estar contigo – dijo el sonriendo para intentar animarme un poco

 

Yo le devolví la sonrisa

 

- Anda, come o se te deshará el helado

 

Yo le hice caso y cogí la cuchara y me la llevé a la boca

 

Estuvimos un rato hablando hasta que los dos nos terminamos nuestros respectivos helados. Edward pidió la cuenta y la chica camarera que nos había traído los helados nos la dio amablemente, Edward la pagó, y aún que insistí pagar, por lo menos, mi helado yo, él se negó en rotundo.

Nos dirigimos hacia su coche y cuando llegamos a mi casa ya era tan tarde que las farolas de la ciudad empezaron a encenderse.

 

- Bueno, hasta mañana y gracias por todo – le dije a Edward

 

- De nada

 

Abrí la puerta y me disponía a cerrarla cuando de repente dijo:

 

- Mañana te paso a buscar para ir juntos al trabajo ¿te parece bien?

 

- Claro

 

-  Entonces te estaré esperando aquí mismo a las siete y media – dijo él

 

- De acuerdo, buenas noches

 

- Buenas noches

 

Cerré la puerta y me quede mirando como se alejaba poco a poco. Mañana seria un nuevo día y un nuevo comienzo de esta nueva vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Hola chicas

 

Espero que les haya gustado el nuevo capítulo

 

Dejen sus votos y comentarios

 

 

*Miriam*

Capítulo 10: Curiosidades Capítulo 12: De compras con Alice

 
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