CAPITULO 18: Pov Bella:
El bautizo de Lizzy y Tony y El viaje a Boston
Comenzaba el mes de septiembre, faltaba cinco días para mi cumpleaños numero 16. Le había propuesto a mis hermanas, que ese mismo día mis hijos recibieran el sagrado bautizo. Así que las últimas tres semanas nos habíamos divididos todo lo que se necesitaba, Alice se encargaría de la decoración de la iglesia y de nuestros atuendos, Rosalie y yo de la decoración de la fiesta: alquilar el festejo, el encargado de la música, todo lo que necesitaríamos, mi Bubú y la señora Esme se encargaría de los dulces que se iban a repartir. Pasábamos prácticamente todo los días metidas en los centro comercial, hasta para Seattle viajamos.
La recepción sería intima solo asistirían la familia y nuestros amigos más allegados, en total serian unas cincuenta personas y sería en el jardín de aquí de la mansión. La señora Cullen, me había suplicado una semana entera para que la dejara participar, ni a Charlie ni a mi Bubú les agrado la idea, pero me mantuve firme, ya que en lo referente a la vida de mis hijos, yo soy la que toma las decisiones. Lo que no me gusto e intente hacer que desistiera y no logre, fue que cancelo la mitad de todo lo que se gasto. Tony y Lizzy compartirían las mismos madrinas: Alice, Rosalie y Ángela, a quien se lo ofrecí semanas atrás, pero al hacerlo tuve que apartarme el auricular del oído, sino me hubiese dejado sorda por el grito que dio. Aproveche esa ocasión para preguntarle si tenia noticias de Edward, pero no me dio mucha información, solo que había escuchado que él seguía en Londres. Sus padrinos serian: Ben el novio de Angie y amigo de Edward, Seth y Sam.
El día tan esperado llego, la casa parecía un manicomio lleno de locos. Había muchas personas entrando y saliendo, Alice, Rosalie, mi Bubú eran las encargadas de supervisar que todo estuviera en su lugar, que fuera perfecto. Me encontraba en la habitación de mi gatita hermosa le estaba dando su biberón, termino de comer y les saque los gases, me toco darle de mi pecho ya que al parecer había quedado con hambre.
— Mi bebé tenía mucha hambrita. —susurre acariciando con la yema de mis dedos sus pequeña frente, sus mejillas sonrojadas, levante un poco mi brazo para darle un beso en la frente y susurrar en su oído—. Te quiero tanto mi princesa. —seguí con la tarea de acariciar a mi gatita, mientras ella succionaba con si su vida dependiera de ello—. No sabes cuanto extraño a tu papá, gatita. —susurre con voz rota, no me pude aguantar y mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas—. Lo extraño tanto mi amor.
— Mmmm. —ronroneo mi gatita cuando la levante y la acomode sobre mi hombro, comencé a darle palmaditas en la espalda.
— Te confieso un secreto. —susurre besando su mejilla y sonriendo—. Hoy hace un año exactamente que perdí mi virginidad con él. —mi princesa comenzó a llorar y se le cerraban sus ojitos. Tenía sueño. Comencé a tararear mi nana, no era tan buena tarareando como lo era Edward, pero mis clases de piano me ayudaron un poco.
— Bella si quieras puedes ir a vestirte mientras yo me encargo de vestir a Lizzy. —murmuro Alice entrando a la habitación con su andar de bailarina, traía puesto el vestido que diseño hace algún tiempo con unos Jimmy Choo de doce centímetros de alto color plateados—. Rose esta en la habitación de Tony vistiéndolo. Tú vestido y zapatos están sobre tu cama.
— Gracias Al. —susurre dejando a mi princesa en sus brazos. Salí de la habitación de mi bebé, del vestíbulo podía escuchar como Rose le hablaba con tanto amor a mi príncipe, llegue a mi habitación en el camino a mi cuarto de baño fui despojándome de mi ropa. Tome una ducha rápida, al salir envolví mi cuerpo en una toalla, me pare frente al espejo mientras me alisaba mi cabello luego comencé a secarlo con el secador, al terminar me pase la plancha, cuando acabe me puse un mechón de medio lado sostenido por una horquilla de diamante, cortesía de Charlie al cumplir los quince. Me maquille ligeramente, solo me coloque gloss rosa en los labios y un poco de sombra verde en los parpados, rímel negro en los ojos estaba sencilla pero me veía linda. Mi vestido era el diseño de Alice, de color verde esmeralda strapless hasta medio muslo, de zapatos unos Jimmy Choo de diez centímetros de alto color negro. Solo esperaba que no terminara en el suelo. Salí de la casa con mis hijos y mis hermanas en él mercedes Benz rumbo a la capilla del pueblo, Seth era nuestro chofer y Sam de copiloto.
— ¿Esta usted segura que quiere que nosotros seamos los padrinos? —pregunto Seth un poquito nervioso cuando ya podíamos ver la capilla a unos cuantos metros.
— Por supuesto, ustedes dos son lo que me caen mejor. —respondí con una sonrisa. El coche se detuvo en el bordillo, desde mi posición pude ver a Angie junto a Ben esperándonos en la entrada, como también que detrás de ellos se encontraba Don Carlisle con Doña Esme, mas seis hombres que no conocía. Sam se bajo del coche y abrió mi puerta—. Gracias Sam. —murmure con las mejillas ruborizadas ya que todo el mundo voltee a observarme y varios fotógrafos me sacaron fotos, él solo inclino la cabeza. Me voltee hacia el coche, estire mis brazos para recibir a Tony, podía ver el flash de las cámaras, me hice a un lado esperando que mis hermanas se bajaran. Rosalie salió del coche con mi gatita en sus brazos, se coloco a mi derecha, Alice fue la última en salír, pero cuando lo hizo me arrebato a Tony de mis brazos—. Oigan recuerden que yo soy su madre. —dije sería, me estaba molestando su comportamiento.
— Nosotras somos las tías madrinas mamas y deben entrar en nuestros brazos. —murmuro Alice con una sonrisa. Bufé rodándole los ojos. De un momento a otro fuimos rodeadas por: Sam, Paúl, Quil, Embry, Jared, Collin, Brandy y Ryan. Las tres nos miramos confundidas al mismo tiempo luego volteamos a ver a Charlie que nos miraba con el rostro tenso, le rodeamos los ojos. Al voltear hacia el frente observe con don Carlisle negaba con la cabeza. Sonreí, por dios cuando será el día que dejen de comportarse como niños y comience a comportarse como adultos y hombres de familia.
La misa comenzó y con ella las miradas asesinas de Charlie y Carlisle, una vez tuve que llamarle la atención a ambos, ya que solo faltaban unos segundos para que sacaran sus armas y comenzara una balacera; sorprendiendo a todos nuestros conocidos, ambos me hicieron caso y pidieron disculpas. La señora Cullen me miro sonriendo al ver como ponía en su lugar a su esposo, una hora mas tarde la misa término, las personas comenzaron a disiparse, iban directo a la casa donde seria la recepción. Rosalie salió de la capilla en compañía de Ben y Angie, esta última llevaba a un Tony dormido en brazos luego de haberse tomado cinco onzas de tetero, ellos iban custodiados por Paúl, Quil y Collin. Un poco más atrás iba mi Bubú conversando animadamente con su amiga Martha De Mastronardí, junto a ella iban Brandy y Ryan. Alice iba agarrada del brazo derecho de Charlie, quien iba hablando por teléfono con veto a saber quien. Jared y Embry iban justo detrás de ellos. Yo me había quedado mas atrás, ya que mi bebita no se había conformado con su biberón y me daba un poquito de vergüenza hacerlo delante de todo el mundo, con la manta tejida de color rosado de mi princesa me tape, luego saque mi seno, mi gatita no dudo en tomarla y comenzar a succionar con fuerza, como si no hubiese tomado hacia unos diez minutos atrás cinco onzas de tetero.
— Con cuidado gatita te puedes ahogar. —susurre riendo por los sonidos que hacia al tragar, sentí como coloco su manito encima de mi pecho, como gesto posesivo—. Mamá no se va a ir a ningún lado. —Sam colocó una de sus manos en mi hombro y me empujo suavemente haciéndome caminar delante de él.
— Bella. —me llamo la señora Cullen solo a unos cuantos pasos de que yo traspasara la puerta de la capilla, alce la vista de mi princesa y la posee en ellos.
— Si. —susurre acomodándome el vestido y destapando a mi nena para luego apoyarla en mi hombro dándole palmaditas en su espalda.
— Nos gustaría hablar un momento contigo. —murmuro la señora Esme mirando fijamente a Sam.
— Sam nos puedes dejar solos. Espérame afuera por favor. —dije volteando a verlo sobre mi hombro. Él me miraba con reprobación, pero salió sin decir una sola palabra. Me volví hacia los señores Cullen—. Ustedes dirán.
— Queremos que nuestros nietos lleven el escudo Cullen. —dijo Don Carlisle sacando de su bolsillo dos cadenas de oro blanco, de ellas colgaban el escudo Cullen. Lo recocí de inmediato ya que Edward y sus hermanos llevan una muñequera de cuero con ese mismo escudo—. Les pertenece por derecho.
— No entiendo. ¿Por qué tomarse tantas molestias? Si al final no piensan decirle absolutamente nada a Edward. —pregunte alzando una ceja interrogante.
— Eso no significa que ignoremos que nuestros nietos existen. —murmuro Esme mirando con adoración a mi hija—. ¿Puedo colocársela? —baje la mirada a mi hermosa princesa, esta tenia su carita escondida en el hueco de mi cuello, podía escuchar su respiración acompasada y sus leves ronquidos. No podía hacerle eso a mis bebes, no podía negarle de donde provenían.
— Por mí no hay ningún problema. —respondí con una leve sonrisa. Ella se acerco vacilante, como temiendo que me apartara, le coloco suavemente la cadena, teniendo mucho cuidado en no despertarla, de repente susurro.
— Estas muy hermosa princesita. —le dio un beso en la mejilla—. Es la de mi nieto. —murmuro dejándome en mi mano derecha la cadena—. Cuídate Bella y a ellos. —me sorprendió al darme un abrazo—. Espero que algún día lleguen a perdonarlos, pero es lo mejor. —susurro en mi oído. Desapareció junto a su esposo por la puerta lateral de la capilla. Salí de la capilla muy confundida, por más que le diera vueltas en mi cabeza no entendía, por que los señores Cullen tenían esa actitud. Ellos quieren incluirse en la vida de mis hijos. Ok por mi no hay ningún problema. Pero por que ocultárselo a Edward, esa era la parte que no entendía en esta ecuación. Llegue junto a Rose, a su lado estaba Angie sin ser consiente de cómo había llegado hasta allí, mi mejor amiga tenían aun es sus brazos a Tony pero a diferencia de hace un rato, él se encontraba despierto. No vi por ninguna parte a Alice, así que estaría ya dentro del coche.
— Rose. —llame—. ¿Podrías colocarle esto a Ethan? —le mostré la cadena.
— Claro. —susurro con una enorme sonrisa al detallar la cadena. La tomo de mi mano y se la coloco, lo tomo en sus brazos—. Nos vemos dentro de un rato. —le dio a Angie un beso en la mejilla y subió al coche.
— Bella creo que tú papá no esta muy feliz con esto. —susurro Angie en mi oído al abrazarme—. Nos vemos al rato princesa. —le dio un beso en la mejilla a mi gatita y camino al coche de Ben que la esperaba con la puerta de copiloto abierta. Voltee a mirar a el coche de mi padre, Charlie me fulminaba con la mirada, tenía sus puños apretados a sus costados, con tanta fuerza que tenía los nudillos blancos. No me deje intimidar así que lo mire desafiante, él solo me miro indignado y se subió a su coche.
— Sube Bella que llegaremos tarde. —me apuro Alice con impaciencia. Subí al coche y partimos rumbo a la casa, Seth seguía al coche de mi padre y el coche de Ben nos seguía a nosotros. La fiesta fue perfecta, aunque no dure mucho en ella, no sentía de ánimo para celebrar nada, me sentía muy triste, Edward me hacía demasiada falta. Estaba acostada boca abajo junto a mis bebés en mi cama, ya los tres teníamos puesto nuestras pijama, la mía era de seda color turquesa, mi gatita tenía puesta una de algodón color rosa con dibujitos de las princesas, la de Tony era de color verde con dibujos de oso agente especial. Leyendo las crónicas de Narnia y las travesías del viajero del alba, cuando la puerta de mi habitación es abierta violentamente logrando sobresaltarnos a los tres. Alice y Rosalie entraron con un pastel de chocolate, mi favorito, detrás de ellas venían mi padre y mi Bubú.
— Happy birthday to you, happy birthday to you. —cantaron los cuatro al mismo tiempo. Deje el libro sobre el colchón. “Dios será que por una vez en mi vida no puedes hacer que olviden mi cumpleaños.” Pensé mirando al techo.
— Pide un deseo Bella y sopla las velas. —me animo mi Bubú con una enorme sonrisa. “Qué Edward y yo nos reencontremos pronto” Pedí el deseo y apague las velas.
— No debieron hacer esto. —susurre con las mejillas ruborizadas.
— Claro que si, eres mi niñita. —dijo mi padre sentándose en la orilla de mi cama y halándome contra su pecho, me apretó fuerte—. Perdóname por el comportamiento que he tenido, pero tenia miedo a perderte. —susurro en mi oído—. Tengo miedo a que ese muchacho te aleje de mí.
— Nunca me alejaría de ti papi. —susurre aprestándome contra él—. Aunque ame a Edward, a ti nunca te dejare de querer. Eres el mejor papá y abuelo del mundo.
— Ya basta de sentimentalismo, QUEREMOS PASTEL. —grito lo ultimo Alice con Tony en brazos dando saltitos—. QUEREMOS PASTEL, QUEREMOS PASTEL. —comenzó a cantar bailando con Tony. Sonreí por las locuras de mi hermana.
— Marie Alice Swan vas a marear a mi nieto. —dijo mi padre levantándose de la cama y quitándole el niño a Alice. La mandíbula se me abrió hasta el suelo y no recordaba como cerrarla. Mi padre estaba cargando a mi campeón por primera vez, desde que Rosalie lo obligo a cargar a mi gatita en el hospital, él no había hecho el intento de volverlo hacer y yo no lo había querido obligar a nada—. Hola Ethan Swan yo soy tú abuelito Charlie. —mi bebé hizo un pucherito y puso la carita arrugada, iba a llorar. — No, no llores soy abuelito. —susurro meciéndolo.
— Cierra la boca Bella. —susurro Rose con una gran sonrisa.
— ¿Como? No lo recuerdo. —pregunte con una gran sonrisa.
— ¿Dónde esta la princesa, donde esta Elizabeth Marie Swan? —pregunto Charlie acercándose a Rose, esta no dudo en darle a mi gatita—. Ey, así que usted bella señorita es mi nieta.
— Bella corta el pastel. —dijo Alice pasándome una paleta plateada. Le hice caso y corte cinco rebanadas de pastel, la cual comimos entre risas. A eso de veinte minutos de estar riéndonos por los malos chistes de Alice, Leah nos interrumpió, ya que era la hora del biberón de mis bebes. Sorprendiéndonos aun mas, mi padre se encargo de alimentar y luego de sacarles los gases a mi gatita. Cuando se percato de que estaba totalmente dormida.
— ¿La llevo a su habitación? —pregunto sin despegar la mirada de mi bebita.
— No gracias papi, hoy quiero que duerman junto a mí. —respondí acomodando a Tony que se estaba durmiendo, debía sacarle los gases. Charlie la acostó boca abajo en medio de mi cama.
— Esto no cambia mi decisión, no te quiero ver en Chicago todavía. —susurro antes de darme un beso en la frente—. Que descanses Bella.
— Hasta mañana mi Nina. —se despidió mi Bubú dándome un beso en la frente, salió en compañía de mi padre.
— Hasta mañana Lizzy. —susurro rose dándole un beso a mi princesa, se volteo a mi bebe—. Hasta mañana Tony.
— Hasta mañana mis hermosos bebes. —Alice les dio sonoro beso en las mejillas. Acomode a mi campeón a un lado de mi gatita, en la otra orilla acomode varios almohadones, para evitar que se me cayeran de la cama. Me recosté a su lado pasando mi brazo izquierdo por encima de ambos, empecé a recordar todos los momentos que viví junto a Edward, no se en que momento me abrazaron los brazos de Morfeo.
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El mes de octubre llego y con el nuestra partida a la ciudad de Boston (Massachusetts) por el comienzo de nuestras clases en la Universidad de Harvard. No podía creer que ya hacia un año que no había vuelto a ver a Edward y me gustaría saber como lo estaba sobrellevando. Nuestros hijos estaban hermosos, ya estaban por cumplir cuatro meses de vida.
Charlie se encargó de equipar la casa que íbamos a utilizar, colocó todas las medidas de seguridad correspondientes para hacerla tan segura como la mansión de Chicago, en el sótano instalo un cuarto de pánico, cada una de las habitaciones que utilizaríamos: Alice, Rosalie, Lizzy, Tony y yo tenemos una entrada en el armario para llegar a ella. Como también se encargo de comprar un BMW a Rose de color azul, a Alice un Porsche de color gris perla y a mí me sorprendió al comprarme un Ferrari color Rojo, todos de este mismo año. Solo los vimos por fotos que nos mostro mi Bubú.
Nuestros escoltas aumentaron, Embry y su hermano menor Ender custodiarían a Alice, Rosalie se molesto mucho cuando supo que seguiría al cuidado de Paúl ahora junto a Ryan. Mis tesoros estarían custodiados por Joshua, Samuel y Carter, yo bueno… como ya era costumbre Sam estaría al pendiente de mí en compañía de Jared. Antes de partir de la mansión de Forks hacía Port Ángeles, Charlie volvió a recordarme su amenaza. “Bella no hagas que lastime a mis nietos, por que me dolería en el alma hacerlo, pero si es necesario lo haré.” Eso no lo podía permitir, aunque la verdad tenía serías dudas respecto a eso, ya que aunque Charlie no lo admitiera se desvive por ellos y al parecer mi gatita lo tiene comiendo en la palma de su diminuta mano. Pero para que arriesgarme a confirmar mis sospechas, si lo último que supe de Edward es que seguía en Londres e comenzaría sus estudios de medicina allá.
Así que ahora me encontraba sentada en el Jet privado de mi padre al lado de las sillitas de mis bebés, frente de mis hermanas, rumbo a mi nueva vida de estudiante Universitaria y de mamá. Escoltadas por nueve hombres llenos de músculos, testosteronas y completamente armados hasta los dientes. Aterrizamos sin ningún contratiempo, pasamos por la revisión, al salir del aeropuerto nos esperaban tres camionetas Hummer H2 OVRBIEW- CARGU con vidrios polarizados y creo que hasta eran blindadas. Cada una fue escoltada a una camioneta diferente, Jared se encargó de instalar las sillitas de mis bebés en la camioneta donde viajaría yo.
El camino a casa se me antojo eterno, estaba muy cansada tanto por el viaje como por no dormir bien la noche anterior, ya que mis bebés tienen gastroenteritis viral, según la pediatra Hoffman no es nada grave. Pude apreciar que la casa estaba ubicada en una de las mejores urbanizaciones de la ciudad, tenía un cercado altísimo como de unos tres metros, para poder ingresar a la propiedad hubo que identificarse con un guardia de vigilancia, también había cámara de vigilancia por toda la propiedad. Después de atravesar el portón de la entrada hubo que recorrer un tramo de cien metros flaqueados por distintos tipos de flores: Rosas, Orquídeas, Fresias, Tulipanes y varios pinos silvestres. Me asombre al ver lo inmensa que es la casa, nunca me llegue a imaginar que sería así. La casa de tres plantas pintada de un color blanco y con grandes ventanales. Se podía apreciar el buen gusto de mi padre. El coche se detuvo en la entrada de la casa, vi como Alice saltaba del coche que se había detenido adelante y se perdía en el interior de la casa. Negué con la cabeza por la exageración de mi hermana. Me desabroche el cinturón de seguridad, luego el de Tony en ese mismo instante Rose abrió la puerta y me ayudo sacando a mi gatita de su sillita, baje del coche con Tony en mis brazos.
— Creo que Alice no aguanta la impaciencia. —susurro Rose con una sonrisa.
— Aja, me imagino que quiere aprobar la decoración, ya que Charlie no le pidió su opinión. —susurre de vuelta, acomodando a mi príncipe que venía dormidito—. Sino le gusta, creo que Charlie Swan estará en problemas.
— Señorita Isabella. —me llamo Jared sacando maletas de la cajuela del coche.
— Si. —murmure volteando a verlo.
— ¿Le colocamos las sillitas en su coche?
— Si, por favor. —respondí caminando de nuevo hacia la casa. La casa por dentro era muy espaciosa, tan diferente a la de Forks, las paredes pintadas de color blanco con un rodapié de madera, había dos escaleras de granito y con barandas de hierro forjado, al final de ellas había una puerta de madera. En el recibidor estaba un juego de sofá de color negro, en las paredes descansaban cuadros de pintores reconocidos.
— Bienvenidas. —saludo una voz muy familiar.
— Leah. —murmuramos Rose y yo al mismo tiempo.
— ¿Me extrañaron? —pregunto abrazándonos con una enorme sonrisa.
— La verdad es que estos cuatros días extrañe demasiado tus comidas. —respondí con las mejillas ruborizadas.
— No entiendo absolutamente nada. —exclamo Rose mirando fijamente a Leah—. No te fuiste por que tenías un mejor empleo.
— Rose tiene razón. —dije entrecerrándoles los ojos a esa traidora.
— Gracias, siempre suelo tenerla. —susurro Rose con una sonrisa de suficiencia.
— Oh cállate. —susurre con una sonrisa.
— Si, eso fue lo que dije. Pero también que no me extrañaran ya que iba a estar muy cerca de ustedes. —se defendió.
— Eh… creo que esa parte me la perdí. —dije en mi defensa.
— Por dios Bella que ibas a escuchar si eras un mar de llanto. —murmuro Rose con una sonrisa. Aaaahhhh con que a esa íbamos.
— Y tú Rose, ¿Por qué lo olvidaste? —indague con una sonrisa de suficiencia.
— Por que… porque… por que estaba muy concentrada consolándote. —murmuro encogiéndose de hombros.
— Yo si lo sabía, pero como nadie me pregunto. —Alice se hizo notar en ese momento. Como no, cuando es que Alice no sabe nada, si es la psíquica de la familia.
— Bueno, bueno eso es tema pasado. —nos atajo Leah—. Lo cierto es que la señora Marie me lo ofreció y acepte gustosa.
— Gracias, no sabes el miedo que tenía de dejar con una extraña a mis bebés. —susurre abrazándola.
— No tienes nada de que preocuparte, mientras yo este aquí a ellos no les ocurrirá nada. —me tranquilizo—. ¿Cómo siguen? La señora Marie me llamo avisándome que venían enfermitos.
— Están mejor, la pediatra dijo que es gastroenteritis viral, nada grave. —respondí mientras ella tomaba a Tony de mis brazos.
— Oh mi hermoso bebé, mi chiquito precioso. —murmuraba mientras lo arrullaba.
— Leah ¿Por casualidad sabes cual son nuestras habitaciones? —pregunto Alice haciendo un puchero.
— La señora Marie me indicó que la tuya, es la del lado sur en el segundo piso, la puerta de tú derecha es la de tú taller. —le respondió con un sonrisa.
— TENGO UN TALLER. —grito Alice dando saltitos y aplaudiendo—. Dios como amo a mi Abu.
— Rosalie tu habitación es la del lado norte, la puerta a tu izquierda es la de tu despacho. —dijo esta vez mirando a Rose. Se podía escuchar la cancioncita de Alice al fondo. “TENGO UN TALLER, TENGO UN TALLER, TENGO UN TALLER.”
— Un despacho. —murmuro Rose también entusiasmada, pero no a tal grado como Alice.
— En el tercer piso esta la habitación de Bella y la de los niños. —continuo diciendo—. En el lado sur, tú habitación y tú biblioteca. En el lado norte la habitación Tony y Lizzy, como también su cuarto de juego.
— Guau una biblioteca. —susurre con una sonrisa.
— Ah, se me olvidaba, espérenme un momento. —murmuro antes de desaparecer con mi hijo en sus brazos por la puerta que supongo es la cocina.
— Aún no lo puedo creer. Tengo un taller. —dijo Alice guindándose de mi cuello.
— Tranquila Alice te puede dar algo. —trate de pararla colocando mi mano en su hombro.
— Como quieres que me tranquilice si estoy muy feliz. —me contradijo como una sonrisa de oreja a oreja.
— Muchachas ellas son: Rosalie, Alice y Isabella, las señoras de esta casa. —nos presento Leah a cuatro chicas de no mas de veinte años. Dos eran de tez trigueña con el cabello liso de color negro azabache, una lo llevaba a la altura de los hombros y la otra agarrando en una coleta alta. Otra era de tez blanca, con el cabello liso de color castaño claro agarrado en un moño alto, la última era de tez morena con rizos rojizos agarrados en una coleta baja.
— Es un gusto conocerlas señoras, soy Amy Gray la encargada de la limpieza de sus habitaciones junto a mi compañera. —se presento la chica del cabello castaño claro y señalo a la de cabello rojizo.
— Yo soy Lily Parker y me encargo de la colada, de planchar y como dijo Amy también de sus habitaciones. —se presento la de cabello rojizo.
— Yo soy Eugene Wilde. —se presento la de tez trigueña con la coleta alta—. Y ella es mi prima Janet Davis, nos encargamos de la limpieza del resto de la casa. —señalo a la del cabello corto hasta los hombros.
— Soy Rosalie Swan. —se presento Rose—. Pero me pueden decir Rose, nada de señora que no soy tan vieja, eso déjemelos para mi abuela Marie. —las cuatros sonrieron.
— Soy Alice Swan y vamos hablar muy seriamente de su vestimenta. —dijo Alice mirándolas serias.
— Déjalas en paz Alice. —la rete. Es que no entendía que estas chicas venían a trabajar para sacar adelante a sus familias no para cada vez cambiar su guardarropa—. Soy Isabella Swan pero gusta que me digan Bella y ellos son mis hijos Elizabeth y Ethan, pero los pueden llamar Lizzy y Tony. —no pude evitar presentar a mis hijos con una enorme sonrisa.
— Órale si los tuvo joven. —murmuro Janet con una sonrisa.
— Cállate Janet quieres que te despidan. —la reto su prima con expresión muy sería.
— Lo siento, por favor nome despidanecesito el trabajo, tengo a mimamá enferma. —comenzó hablar atropelladamente.
— Tranquila. —la ataje—. No hiciste nada mal, es verdad los tuve muy joven, apenas hace un mes cumplí los dieciséis. No te preocupes nadie va a despedirte.
— Gracias señora Isabella. —dijo rápidamente Janet.
— Janet. —la rete.
— Si señora.
— En que quedamos nada de señora y no me digas Isabella dime Bella. —le dije con una sonrisa. Esta chica me caía ya me caía bien.
— El jardinero se llama Tom White. —nos informo Leah—. Ellos trabajaran hasta las seis de la tarde, así lo estipulo la señora Marie.
— Ok. —susurramos las tres a coro.
— Pueden subir, dentro de un rato estará lista la comida. Una de las muchachas subirá a avisarles.
— Vamos Bella, Rose. —nos llamo Alice desde el inicio de las escaleras. Camine hacia Leah y tome a Tony.
— Leah tengo una duda. —exclame desde las escaleras, ella volteo a mirarme—. ¿Dónde dormirán Sam y el resto?
— En la casa de campo que esta mas allá de la piscina, ella tiene cinco habitaciones cada una con su respectivo baño y no se preocupe les cocinare yo, al igual que para ustedes. —respondió sonriéndome.
— Ok, nos vemos al rato. —dije volviendo a caminar—. Eh… Leah y esa puerta de madera.
— Es la habitación de la señora Marie. —casi nos grito ya que estaba por atravesar las puerta de la cocina. El vestíbulo de segundo piso era también muy espacioso, las paredes revestidas con muchos cuadros de paisajes. Alice se perdió dando saltitos dentro de su taller. Me voltee hacia Rose extendiendo mi brazo derecho para que me pasara a mi gatita. Me imaginaba que quería salir corriendo a admirar su despacho, ese siempre ha sido su sueño tener su propio bufete. Ella negó con la cabeza.
— Yo la subiré. —dijo con una enorme sonrisa.
— Rose querrás ver todo. —murmure mientras pedía de nuevo a mi bebé con la mirada.
— Luego tendré tiempo para eso. —se encogió de hombros y camino hacía el otro tramo de escaleras.
— Rose sabes que Elizabeth y Ethan son mi responsabilidad. —dije caminado detrás de ella. Siempre estaría en deuda con ella por su apoyo, pero no quería ver truncado el futuro de mi hermana por una responsabilidad que no le correspondía.
— Ellos también son mi responsabilidad Bella. Eres mi hermanita y debo cuidar de los tres. —murmuro en tono enojado.
— Rose. —comencé, pero ella no me dejo seguir.
— Basta Bella. —dijo ahora si muy enojada—. No comiences con la cantaleta. Alice, Elizabeth, Ethan y tú son mi responsabilidad, soy la mayor. —para ese momento ya nos encontrábamos en el vestíbulo del tercer piso.
— Rosalie no debes hacerlo por miedo a Edward. —le dije caminando hacía la habitación que decía “Ethan Swan” con letras azules, en la puerta de madera de color blanca. En la puerta de enfrente decía con letras rosadas “Elizabeth Marie Swan”
— No lo hago por eso Bella. —murmuro un poco triste, la voltee a ver interrogante—. Tú ya eres mamá, yo no se si voy a llegar hacerlo.
— Claro que si, serás una excelente mamá. —la tranquilice abrazándola.
— Es que no entiendes Bella. Como voy hacer mamá si Emmett está lejos y no tengo idea de si lo voy a volver a ver. —murmuro con lágrimas en los ojos.
— Shhh, tranquila Rossi, si Emmett no aparece te haces una inseminación artificial, con el donante mas parecido a él, asunto resuelto.
— No estoy jugando Bella. —me reto fulminándome con la mirada.
— Yo tampoco, te inseminas y listo.
— Ja, ja, ja. —rio sarcásticamente.
— Rosalie si ellos no vuelven, nosotras iremos a buscarlos, solo estoy esperando cumplir mi mayoría de edad, para buscar a Edward hasta el fin del mundo si es necesari… —me corte al ver la decoración de la habitación de Tony. Dos de las paredes estaban pintadas de un color azul cielo, las otras dos estaban cubiertas por un tapizado azul cielo con nubes en color blanco; los muebles en color blanco con azul, en medio de la habitación esta ubicada la cuna de madera color blanco, sus sabanas de color blanco con azul. El ropero esta en la pared de la izquierda a un lado de la cómoda con el cambiar de pañales encima y el monitor de bebé. También hay un sofá con tapicería azul con cuadros blancos, al frente de este hay un banquito con la misma tapicería, a los pies de la cuna entre el sofá y esta hay una alfombra en color azul con un dibujo de una media luna durmiendo sobre una nube y hay muchas estrellas. Una lámpara colgaba del techo justo encima de la cuna, la ventana estaba tapada por unas cortinas de color blanco con adornos en azul. El piso era de madera color blanco y el puerta del cuarto de baño esta en la pared de la derecha.
— Guau esto de verdad lo hizo Charlie. —susurro Rose anonadada. Solo pude asentir con la cabeza, ya que no encontraba mi voz—. No lo puedo creer. —si a Rosalie le costaba creerlo, a mi me costaba mucho más, solo hacía unos días que Charlie comenzaba a aceptar a mis bebés.
— Rose esto es de verdad o lo estoy soñando. —susurre camino hacia el centro de la habitación.
— No Bella. —dijo negando con la cabeza—. Yo también lo veo, al parecer unos Cullen conquistaron el duro corazón de Charlie Swan.
— Ja, ja, ja, quien lo diría. —murmure como pude contralando mi respiración. Acosté a mi príncipe en su cunita—. Vamos a ver la habitación de mi gatita. —Rose salió corriendo como niña chiquita, a los segundo escuche su grito.
— Bella, ven a ver esto.
Arrope muy bien a mi bebé, le di un besito en la frente, antes de salir encendí el monitor de bebé, medio cerré la puerta y atravesé el pasillo. Casi por la sorpresa, tuve que agárrame fuertemente del marco de la puerta. La habitación de mi princesa estaba pintada de un tono rosa oscuro, el piso de madera, sus muebles son de color blanco, la cómoda con el cambiador de pañales, encima había una repisa con adornos de las princesitas y el monitor de bebé, la ventana cubre gran proporción de la pared, el marco pintado de color blanco, el ropero esta a un lado. Cerca de la cuna de madera de color blanco esta un estante con varias cosas, una pequeña alfombra blanca esta cerca de la cuna, la puerta madera de color blanco que da a su cuarto de baño esta en la pared de la derecha.
— ¿Qué ocurre? —pregunto Alice desde el vestíbulo. Ninguna de las dos le contesto, ya que no salíamos de nuestro asombro—. Dios esto es perfecto. —Alice revoloteaba por toda la habitación.
— Respira Bella. —murmuro Rose con una sonrisa desde la cuna de mi gatita. Comencé a respirar agitadamente, no sabía en que momento había dejado de hacerlo.
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Al día siguiente fuimos a la Universidad a inscribirnos y por nuestros horarios, Alice tendría clases desde las ocho y media de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Rosalie desde las siete y cuarenta y cinco de la mañana hasta las tres y medias de la tarde. En cambio yo desde las siete de la mañana hasta las dos de la tarde. Aprovechamos para recorrer todo el campus, los salones de clases, la cafetería, la biblioteca, todo.
Gracias a todos aquellos lectores anónimos que leen esta historia y dejan su voto. También gracias a: Sachiko065, MayaMasenCullen, AstridCullen, BrendiTwilithg, Martha, AngelNegro, Baaarbyguffanti, NathalyR, Bechi, Robsesionada2013, Haf276, Reenes_tylor, Aylin, HindyraCullen, Monica2408, MariaGomez2312, Isabella_256, AndreAlice, Val395, NorblackdPattinson, Vale2Cullens, Ayame, BripatCullen, SablanCullen, Jaedbellsnessi, Yalexa, Honey, Priscy_Cullen, Nenamadilinda, Vikingay, Xiomy, Anayely_29, GloriaCullen, Carocruzz, PrincesaVespa, Kristy_87, SabriiCullen, Zuleidy, LoreeFernandez, Ec07, Silmo, NicoleCullenPattinso, Winney_03, Mafe, Samilan, Adrianav15Diaz@Gmail, Jemi910, ChicaEdward, Rebekah_Mikaelson, Bibi_Cullen_Swan_10, WishanDangel, BeaBell, LoreeIsaCullenSwan, SofiRojas280, Mili_Cullen, Viviana, LucyPattinsonCullen, MimaBells, AymeCullen, Crazy_Jacob_Edwuard, Isvi2507Edward, Micaela Fernandez, Karolay28, Lachopilara, Karenttz3lVulturi, Valegis, RosalieWolfVamp, SofiaCulen, Aleariass, Melii, Nicoli, Maca-c, Jesiflexer, Elenita4_Cullen, Annaris, Andrea_black, Mayita, AnarilRamirez, Hello, OswalgoMonasterius, IsabellaKriste1421, Daryanny Cullen, TikaCullen. Por sus comentarios y su voto.
Los capítulos son dedicados a ustedes espero que les gusten.
Besos desde Venezuela.
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