El amor siempre vence a pesar de todo (+18)

Autor: isakristen
Género: Romance
Fecha Creación: 17/01/2013
Fecha Actualización: 25/08/2022
Finalizado: NO
Votos: 187
Comentarios: 473
Visitas: 340160
Capítulos: 40

Summary: Dos poderosas familias de la mafia enfrentadas desde hace generaciones por dominar la ciudad. Pero serán las hijas Charlie Swan: Rosalie, Alice e Isabella y los hijos de Carlisle Cullen: Emmett, Jasper y Edward quienes decidan que ya era hora de acabar con ese absurdo enfrentamiento Sin ser consciente del horror que se desataría al final, al enfurecer al que creían su mayor aliado.

 

Prologo:

Bella una adolescentes de 14 años, hija menor de Charlie Swan uno de los mafiosos más peligrosos de Chicago. Novia de Edward Cullen un adolescentes de 16 años hijo del mafioso Carlisle Cullen.

Su amor puro e inmenso era amenazado por sus familias, quienes desde hace años tenían una rivalidad por el dominio del poder. Ellos al enterarse de la relación amorosa de los jóvenes deciden separarlos y enviarlos lejos. Sin saber que su amor ya había dado frutos, unas pequeñas personitas que iban protegidas en el vientre de su madre, la cual los unirían para siempre. Dos niños con la marca del sol naciente en el brazo izquierdo de los Swan como la media luna en el brazo derecho de los Cullen.

Diez años después su amor seguía intacto, más grande que antes y ellos estarán listos e dispuestos a luchar por él y por su felicidad, uniendo así ambas familias. Quienes tendrían que unirse y luchar por la misma causa. Dos niños intocables por ambos bando, siendo su talón de Aquiles. Y sus enemigos no dudaran en utilizarlos, matando así dos pájaros de un tiro; rompiendo en el camino el acuerdo llegado desde hace generaciones de no incluir en la rivalidad a las mujeres y a los niños.

  


 "Los personajes más importante de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer pero la trama es mía y no esta permitido publicarla en otro sitio sin mi autorización"

 


 

 Historia registrada por SafeCreative bajo el código 1307055383584. Cualquier distribución, copia o plagio del mismo acarrearía las consecuencias penales y administrativas pertinentes.

 


 

 Traíler de esta historia ya esta en youtube y en mi grupo  en facebook "Entre mafiosos y F.B.I"


Link del grupo de Facebook

https://www.facebook.com/groups/1487438251522534/

 Este es el Link del trailer: 

http://www.youtube.com/watch?v=BdakVtev1eI&feature=youtu.be

 

 


Hola las invito a leer mi Os se llama: Si nos quedara poco tiempo.

http://lunanuevameyer.com/salacullen?id_relato=4201

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Capítulo 10: Día de las madres:

Capítulo beteado por Manue Peralta, Beta FFAD

www facebook com / groups / betasffaddiction

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Día de las madres.

 

BPov.

 

Hoy era el día de las madres.

 

Mis hermanas y yo iríamos a Port Ángeles después de mi consulta mensual con la doctora Banner, al centro comercial a comprar el regalo que le daríamos a mí Bubú.

 

Me tocó rogarle e insistirle que se quedara en la casa. Me dio mucha tristeza y pena la cara de borrego a medio morir que me dio cuando le pedí amablemente que no me acompañara. Casi desisto de la idea, casi, pero me mantuve firme y me negué a su argumento.

 

Me levanté con una enorme sonrisa de mi cama dirigiéndome a mi cuarto de baño, antes de que mi loca hermana Alice viniera a mí cuarto y cumpliera su amenaza de echarme agua fría en mi cara si no me levantaba temprano y bajaba a tiempo al recibidor.

 

Se me antojaron unas crepes de chocolate.

 

Me despojé de mi pijama metiéndome bajo la ducha, donde gracias a Dios ya había puesto a correr el agua caliente. Me duché rápidamente, lavando en el proceso mi cabello con mi shampoo favorito el de olor a fresias, enjaboné mi cabello con jabón líquido con olor a fresas y depilé mi zona íntima. Me sequé con la toalla y la anudé en mi melena, tapé el resto de mi cuerpo con un albornoz rosado, cortesía de mi Bubú, ya que a pesar de la calefacción estaba haciendo mucho frío.

 

Salí directo a mi armario, donde escogí unos Jeans de maternidad de color azul oscuro y un blusón de color marrón claro, lo combiné con un cinturón de un tono más oscuro, ubicado debajo de mis senos y unas botas altas de color marrón con tacón bajo. Alisé mi maraña de cabello dejando suelto con ondas en las puntas, me coloque una diadema de color marrón, tome una cazadora de color marrón claro y unos lentes de sol.

 

Debía aprovechar de mi último día libre, ya que mañana comenzaba de nuevo mis clases con la tutora Bree Tanner por cuatro meses más para así realizar la prueba que daría mi certificado de que ya aprobé todos los créditos de la secundaría, y podría irme con mis hermanas a la Universidad de Harvard a estudiar Literatura, mientras que Rose estudia Derecho y Alice Diseño de Moda.

 

Mi examen del mes pasado lo aprobé con muy buena calificación.

 

Salí de mi habitación, crucé el pasillo que me separa de la habitación de Alice. Me detuve en frente de la habitación de mi princesa pero no logré entrar, al girar el plomo ésta tenía seguro.

 

"Maldita Alice, esa enana piensa en todo."

 

Por más que he rogado y suplicado no me ha dejado ver la decoración de ninguna de las dos habitaciones, ni siquiera en fotos.

 

Llegué a la puerta y toqué ligeramente, como no escuché contestación decidí entrar; Alice no se encontraba a la vista pero podía escuchar el correr del agua en el cuarto de baño. Recorrí toda la habitación con la vista, la detuve en la mesa de diseño. Me picó la curiosidad y caminé hasta situarme al frente, tomé varios diseños en mis manos, el primero era un bello vestido de princesa de color blanco con esmeraldas en toda la parte superior, el segundo era de un traje de príncipe igual de color blanco pero su camisita es de un color verde esmeralda.

 

Los siguientes eran vestidos: uno de color verde esmeralda que combinaba a la perfección con la vestimenta de los niños, era strapless y llegaba cuatro dedos más arriba de las rodillas, traía un cinturón de un tono más oscuro a la altura de los senos con incrustaciones de diamantes.

 

De solo mirarlo me hacia recordar los hermosos ojos de mi Edward.

 

El segundo es de color rosa pálido, de una sola manga del brazo derecho y llega hasta medio muslo con detalles en rubíes en el torso.

 

El tercero es de un color azul eléctrico que llega hasta medio muslo, de una sola manga del lado izquierdo, en su torso diseños con madre perla.

 

El cuarto es de un color azul cielo, largo hasta llegar al suelo con una abertura en la pierna derecha y se amarra en el cuello, éste tenía incrustaciones de zafiros en todo el torso.

 

Los diseños estaban espectaculares, me había quedado sin palabras.

 

— ¿Qué miras, Bella? —preguntó Alice desde la puerta del baño, desvié la mirada de sus diseños y la posé en ella. Su cuerpo estaba cubierto con una toalla y en su mano derecha tenía otra con la que se secaba su cabello.

 

—Alice… estos diseños están fabulosos —respondí con las manos en el aire mostrando a lo que me refería.

 

—Oh, que bien que te gusten, los usaremos en el bautizo de los bebés —dijo caminando hasta su armario y perdiéndose dentro.

 

—Eres un genio —exclamé desde la puerta del armario, Alice estaba frente a unos perchas con el ceño fruncido en plena concentración.

 

—Me alegro que te guste —repitió con una sonrisa—. ¿Qué te parece?

 

Me enseñó un blusón de color verde agua y una mini falda de Jeans en color blanco, con una botas altas del mismo color que el blusón con ocho centímetros de tacón fino y una cazadora de color blanco.

 

—Perfecto.

 

—Tu sentido de la moda va mejorando —me alabó empujándome fuera del armario, me senté en la cama a esperar mientras ella se vestía y luego se peinaba su cabello de un negro intenso, que ahora tenía hasta la altura del mentón de una forma rebelde y con cada punta señalando en una dirección, se colocó una cinta de color verde con un lazo a medio lado que le daba un aspecto inocente y unos lentes de sol.

 

Alice es bajita, con un aspecto de duendecillo de facciones finas, un fideo, de piel blanca, con unos hermosos ojos color miel.

 

Se parece mucho a mi Bubú.

 

Aunque no fue la única en hacerse un cambio de imagen, Rosalie también se cortó su cabellera rubia en forma de cascada hasta la mitad de su espalda. Ella se parece más a mi madre, es alta escultural, con unos bellos ojos de un color azul cielo, de piel blanca; tiene una figura preciosa con el que todas las chicas pierden buena parte de su autoestima solo con estar cerca. Pero si tienes tiempo de conocerla es la persona más dulce y leal en todo el mundo.

 

En cambio yo, me parezco más a Charlie; tengo una melena que me llega hasta la cintura de un color caoba con ondas en las puntas, mi piel es blanca o mejor dicho casi translucida, soy bajita ¡No tanto como Alice! Mis ojos son de un extraño color chocolate iguales a los de mi padre.

 

—Bella —me llamó Alice desde su mesa de diseño, con unos papeles en sus manos.

 

— ¿Si? —pregunté mientras caminaba hasta llegar a su lado, posando mi vista en lo que me mostraba.

 

— ¿Entonces, te gustan? —preguntó con una sonrisa.

 

—Ya te lo dije Al, son espectaculares. ¿Cuál es el mío?

 

—Te va a encantar, es este —murmuró sacando el diseño y mostrándomelo, mi vestido era el strapless de color verde esmeralda.

 

—Me fascina, es muy hermoso. Pero, ¿por qué elegiste este color? No es que no me guste, pero ¿por qué? —pregunté un poco confundida.

 

—Solo me pareció correcto —respondió encogiéndose de hombros—. ¿Entonces, no te parece que exageré?

 

—No, esta vez no exageraste, todo esta perfecto —aseguré dándole un abrazo como pude, con lágrimas en los ojos—. Gracias… y Al, te quiero.

 

—Yo también te quiero mucho, Bella —me dijo acariciando mi espalda, nos separó y miró mis ojos—. Vámonos Bella, ya es tarde.

 

Salimos de su habitación con los brazos entrelazados, me ayudó a bajar las escaleras. Al llegar al segundo piso pasamos por la habitación de Rossi, tocamos ligeramente la puerta.

 

—Adelante —escuchamos a Rose desde adentro. Abrimos la puerta y entramos. Rossi estaba parada frente al espejo de cuerpo completo con el marco dorado y un diseño de intrincadas flores, este está ubicado al lado de su armario. Rosalie vestía unos jeans ajustados de color rojo sangre, unas botas de piel de color negro con tacón fino de ocho centímetros, un top del mismo color que las botas. Lo complementaba con una chaqueta de cuero, su cabellera rubia caía suelta por su espalda, con unos lentes de sol reteniéndolo de que se fuera hasta su cara.

 

—Estás perfecta —exclamó Alice con una sonrisa de orgullo en el rostro.

 

—Ustedes no se quedan atrás. ¿Nos vamos?

 

—Por supuesto, pero me gustaría desayunar antes de partir —dije al ser arrastrada fuera de la habitación, Alice bajó danzando las escalera mientras era seguida por Rosalie quien iba a mi lado, cuidando que no me tropezara.

 

—Guau —murmuró mi Bubú con una sonrisa, esperándonos en el recibidor—. ¿A dónde van mis hermosas princesas?

 

—Primero a desayunar contigo, Abu —respondió Alice por las tres—. Luego a la consulta de Bella y por último a Port Ángeles.

 

En el comedor la mesa estaba repleta con una diversidad de cosas iba desde pan tostado hasta ensalada de frutas, había zumo de naranja y té, además de chocolate caliente. Pero lo que más me llamó la atención fue una rica tarta de chocolate.

 

—Buenos días y felicidades señora Marie —dijo Leah un poco apenada—. Espero que les guste el desayuno.

 

—Gracias, después del almuerzo puedes retirarte —dijo mi Bubú tomando su asiento en la cabecera del lado derecho de la mesa, mis hermanas la imitaron. Rossi se sentó a su derecha y mientras que Al a su izquierda. Yo tomé asiento en la otra cabecera, ese siempre ha sido mi puesto desde que era niña, mi padre siempre se sentaba a mi derecha.

 

"Como te extraño, papi."

 

—Muchas gracias, ¿desean un plato en especial? —preguntó sirviendo el desayuno.

 

— ¿Chicas, que quieren ustedes? —preguntó tomándose su té.

 

— ¿Bella? —preguntó Rosalie a su vez, mirándome intensamente.

 

—Bueno… unos filetes con patatas y ensalada cesar —respondí mirando a la señora Leah con una sonrisa.

 

—Bien… eso cocinaré —susurro colocando mi ensalada de frutas frente a mí—. Todo por complacer a estos bebitos.

 

Colocó su mano derecha sobre mi vientre, mis hijos de movieron y patearon su mano.

 

— ¡Ay por Dios! —exclamó mi Bubú tapándose la cara con ambas manos—. Serán los bebés más consentidos del mundo.

 

—Tienes razón, Bubú —dije con una enorme sonrisa de felicidad.

 

A mis hijos solo les faltaría su padre, del resto me encargaría de complacerlos en todo.

 

Desde que me había encontrado con Don Carlisle en el centro comercial, he recibido todas las semanas regalos de su parte dirigidos a mis hijos.

 

— ¡Hey, menos charla y más acción! —dijo Alice en tono autoritario. Ninguna de las tres le discutimos, terminamos el desayuno en silencio.

 

Media hora más tarde salíamos de la casa en compañía de Sam y los demás al hospital general de Forks, llegamos en veinte minutos. Al entrar por las puertas de cristales fue como en la primera ocasión, todo el mundo volteaba a mirarnos, ya no nos incomodaba, nos habíamos acostumbrado. Sam y compañía nos esperaban en la primera plata mientras nosotras subíamos en el ascensor hasta el tercer piso.

 

—Buenos días señora Cope, ¿cómo está? —saludé con una sonrisa, nada más traspasar las puerta del ascensor. Ella levantó la vista de los papeles que estaba leyendo y me devolvió la sonrisa.

 

—Bien mi niña, ¿y tú? ¿Cómo te has sentido? —preguntó levantándose de la silla y abrazándome.

 

—Perfectamente como siempre. Esto es para usted —respondí tendiéndole mi presente como cada mes, se me había hecho costumbre.

 

—Mi niña no te hubieses molestado —dijo con lágrimas en los ojos. Siempre era así. Ella es muy sentimental en ese aspecto ya que las demás pacientes no la tratan muy bien. Eso siempre me ha molestado, ella es una señora mayor, por lo tanto merece respecto y además hace muy bien su trabajo.

 

—No es ninguna molestia, lo hago con mucho cariño —aseguré contra su hombro derramando lágrimas ya que me había abrazado.

 

—Ay mi niña, eres una gran persona —murmuró limpiando mis mejillas.

 

—Usted también —dije con una enorme sonrisa.

 

— ¿Como se comportan estos bebés? —preguntó acariciando mi vientre con una mano, mientras que con la otra limpiaba sus lágrimas.

 

—Excelente.

 

—Llegas justo a tiempo, sale la señora Yorkie y entras tú —me dijo mirando su libreta de control—. Siéntate un rato, no debes estar mucho tiempo de pie. Asentí con la cabeza.

—Claro —respondí con una sonrisa.

 

—Toma ésta, es tú próxima cita —me tendió la cita.

 

—Gracias —dije dándole un beso en la mejilla.

 

Caminé hasta llegar a donde me esperaban sentadas mis hermanas, cuando disponía sentarme me llamó la doctora.

 

—Isabella Swan —me llamaron. Mis hermanas se levantaron de las sillas quitándose en el proceso los lentes de sol, entré flaqueada por ellas, parecíamos las tres mosqueteras.

 

—Buenos días, Bella, Rosalie, Alice, ¿cómo están? —saludó amablemente con una sonrisa.

 

—Buenos días —respondimos a coro con una sonrisilla.

 

—Espero que te estés cuidando, Bella —dijo caminando hacia mí con los instrumentos en las manos, me tomó la presión y me hizo levantarme para poder pesarme—. Veo que si.

 

—Claro que si, por ellos soy capaz de cualquier cosa —recalqué bajándome del peso—. Hasta de matar.

 

Las chicas me miraron como si me hubiese salido otro ojo. Yo era tan pacífica como mi Bubú. Pero si algo le llegase a ocurrir a mis bebés, me convierto en una leona defendiendo a sus crías.

 

—Vamos con el ultrasonido, hoy será el 3D.

 

Llegamos al cuarto de paredes azules y me subí en la camilla con el apoyo de Rose. Como pude logre subirme el blusón, mientras Rossi bajaba el elástico de mis vaqueros.

 

—Estará frío —informó antes de colocarme el dicho gel sobre mi vientre, me estremecí involuntariamente—. Oh mira, ahí están.

 

La pantalla fue llenada por una hermosa y tierna imagen que había visto en mi vida, uno de los bebés tenía su dedito pulgar en la boca y el otro le ponía su manita en la mejilla.

 

—Mira, tú beba se esta chupando el dedito y tú bebe le acaricia la mejilla —no señaló la doctora con una sonrisa—. Será todo un caballerito.

 

—Igual que su padre —dije con lágrimas en los ojos y rodando por mis mejillas. Gracias a Dios iba a tener a un Edward en miniatura.

 

—Ya tienes treinta y cuatro semanas y dos días. Pesan: el varón dos kilos cien gramos y la niña dos kilos y doscientos gramos, miden ambos, cuarenta y siete centimetros. Ya tienen suficiente cabello, sus diez dedos de las manos y de los pies, unas manchas en ambos brazos que no sé de que se trata. No se ven muy claramente. Escuchemos a su corazón.

 

TUM, TUM, TUM, TUM, TUM, TUM.

TUM, TUM, TUM, TUM, TUM, TUM.

 

Dios, como amaba ese sonido tan maravilloso.

 

—No se preocupe, es mi marca de nacimiento —dije subiendo mi manga y dejándola ver la marca del sol naciente de mi brazo izquierdo—. La de su brazo derecho, es la marca de nacimiento de Edward.

 

—Oh bien Bella, todo esta perfectamente, debes tener mucho reposo. Mira, ya se están poniendo en posición de parto —dijo parando la imagen y limpiando mi vientre con una toallita y al terminar me ayudó a bajar de la camilla—. Vamos por la ecografía y tu receta.

 

Mis hermanas y yo llegamos a su escritorio en compañía de la doctora.

 

—La próxima consulta tráete ya realizado los exámenes que van junto a tu receta. Cuídate Bella y mucho reposo.

 

—Hasta pronto —nos despedimos las tres antes de salir del consultorio.

 

Me entretuve otro rato con la señora Cope, luego de un par de minutos se nos unió la señora Smith. Le entregué su presente derramando muchas lágrimas en el proceso.

 

Como al cabo de una hora nos despedimos y salimos del hospital rumbo a Port Ángeles.

 

Luego de cuarenta y cinco minutos llegamos a nuestro destino. Hice parar a Seth frente a la floristería, pues quería llevarle flores a mi Bubú. Alice le compró un ramo de Tulipanes de color rosa, Rosalie un ramo de Orquídeas de color violetas y yo le compré un ramo de Fresias de color lila, cada una en sus respectivas cestas.

 

Diez minutos más tarde nos encontrábamos entrando por las puertas del centro comercial, Rosalie a mi derecha y Alice a mi izquierda. Una imagen de televisor cada una quitándose su lente de sol y batiendo su cabellera; absolutamente todo el mundo volteó a mirarnos. Todos los hombres presentes comenzaron a babear y a comerse a Rosalie con la mirada, quien sonrió con aires de suficiencia, por mi vista periférica pude apreciar como Sam hacía un movimiento de cabeza y en menos de un segundo Paúl se posicionaba a la derecha de Rossi y Embry a la izquierda de Alice, mientras que él se quedaba detrás de mí.

 

—Me hubiese gustado verle la cara a Emm cuando te viera vestida así —dije en voz baja, pude apreciar como soltó unas cuantas risitas.

 

—Estuviera babeando y con los ojos fuera de sus cuencas —agregó Alice a su vez, soltando unas cuantas carcajadas. Asentí con una sonrisa en el rostro.

 

—No hablen de mi osito, que Jazz estuviera igual —dijo Rose fingiendo estar enojada, mirando a Alice para luego mirarme con una sonrisa malvada, que por unos segundos realmente me asustó—. Ni se diga Edward, babeara cada vez que te viera con esa hermosa pancita.

 

Colocó su mano izquierda sobre mi vientre, le sonreí ya que conocía perfectamente a Edward y aunque tuviera un aspecto de ballena, a él le parecería lo más hermoso que existe en el mundo.

 

—Ok, concentrémonos a lo que vinimos —dijo Alice deteniéndose frente a nosotras—. ¿Qué le compraremos? ¿Bella?

 

Me miró intensamente.

 

—Ah… —dije. Lo pensé por un largo momento. ¿Qué podría comprarle?—. La verdad no lo sé.

 

— ¿Tú Rossi? —preguntó mirando a la aludida, quien solo se encogió de hombros.

 

—Estoy igual que Bella, no lo sé —respondió mirando fijamente a las vidrieras de las tiendas.

 

—Bien… entonces nos vemos en una hora aquí, en este mismo lugar. Vámonos Embry —dijo antes de comenzar a danzar y subir por las escaleras eléctricas, seguida por Embry que caminaba con la cabeza gacha.

 

Lo compadecía.

 

Mi hermana no se medía cuando se trataba de las compras.

 

—Nos vemos en una hora, Bella —agregó Rose dándome un beso en la frente, se volteó hacia Sam—. Cuídala Sam. Camina Paúl, no tenemos todo el día.

 

Rossi se alejó caminando por el lado pasillo derecho, mientras Paúl la seguía en silencio.

 

— ¿Nosotros hacia donde vamos? —preguntó Sam colocando su mano derecha sobre mi hombro, haciéndome caminar a su lado.

 

—La verdad, no tengo idea de qué comprarle —respondí con las mejillas ruborizadas por la vergüenza.

 

—No se preocupe, eso es muy fácil, ¿qué le gusta a la señora Swan? —preguntó subiendo una ceja en interrogación. ¿Qué le gustaba a mi Bubú? Pues a ella le gustan muchas cosas: viajar, ropa, joyas, entre otras cosas.

 

—Bueno… lo que más le gusta son las joyas.

 

—Ahí tiene la respuesta —dijo deteniéndonos frente a una joyería.

 

—Gracias Sam —agradecí dándole un abrazo. Se tensó ante mi repentino contacto. Pensé que se alejaría, pero me sorprendió cuando me estrechó contra su pecho musculoso. Sonreí y dije—. Ya no me caes tan mal.

 

Él se separó y me miró serio.

 

—No fue mi intención hacerla sentir mal, este es mi trabajo —dijo medio sonriendo.

 

—Lo sé —susurré.

 

—Ahora, a comprarle el obsequio a la señora Swan.

 

Asentí y caminamos hasta atravesar las puertas de vidrio de la joyería.

 

—Buenas, ¿en qué puedo ayudarlos? —preguntó amablemente la dependiente, una mujer de no más de treinta años, de estatura mediana, de tez clara, cabello rojizo y unos ojos verdes aceitunas, usaba unas gafas a la moda.

 

—Buenas, busco un juego de artes y collar de rubíes —respondí con una sonrisa acercándome a ella.

 

—Por aquí —me indicó caminando hasta el otro lado de las vidrieras—. Ayer nos llegó esto.

 

Sacó un estuche de terciopelo rojo, al abrirlo mi boca se abrió por la sorpresa. Definitivamente me lo llevaba; en el estuche había dos largos pendientes en forma de gota de rubíes en color rojizo, el collar de oro blanco y al final el rubí en forma de gota.

 

—Me lo llevo —dije decidida. La chica me miró como si de pronto me hubiese salido un tercer ojo.

 

— ¿De… ver… verdad? —tartamudeó un poco.

 

—Si, me lo llevo —dije con una sonrisa.

 

Me imaginaba que eran demasiados caros, por eso ella tenía esa reacción. Me podía dar el lujo de pagar eso y mucho más, porque gracias a Dios mi padre no me quitó su apoyo económicamente.

 

— ¿No preguntará primero? —murmuró un poco avergonzada por el atrevimiento mirando la espalada de Sam, quien a su vez mirada la vidriera donde se encontraban los anillos de compromiso.

 

—No —dije sacudiendo mi cabeza—. Él es solo mi guardaespaldas.

 

Pensaba que Sam era mi pareja o mejor que era mi hermano mayor, es si podría ser. Será que vio como lo abracé afuera y para rematar ando con una hermosa pancita.

 

—Lo siento —de disculpó apenada bajando la vista—. No fue mi intención ofenderla.

 

—No se preocupe, Sam es como un hermano mayor —le tranquilicé tomándola de la mano sobre la vidriera, al levantar la vista mi topé con algo muy hermoso—. ¿Podría ver ese?

 

Señalé con mi dedo mi objetivo, ella me sonrió y lo sacó de donde se encontraba guardado.

 

—Es hermoso, ¿no es cierto? —preguntó con una amable sonrisa. No despegué mi vista del hermoso guardapelo dorado. Era redondo con una esbelta guirnalda de hojas de parra grabada alrededor del borde exterior del círculo, abrí el pequeño pestillo y miré dentro. Había un espacio para una foto pequeña y en el lado opuesto una inscripción en francés—. Eso significa…

 

Más que mi propia vida. —susurré interrumpiéndola. Me miró asombrada y luego asintió con la cabeza.

 

— ¿Lo quiere? —preguntó con una sonrisa.

 

—Si, también me lo llevo —respondí con lágrimas en los ojos.

 

Mi hermosa niña se verá hermosa con este guardapelo colgando de su cuello, podría colocarle una foto pequeña de Edward.

 

—Buena elección. ¿Se llevara algo más? —preguntó colocándola en una cajita de terciopelo rosada para luego envolverla en forma de regalo, igual que el de mi Bubú. Al momento no le contesté, observé a mí alrededor viendo qué podría llevarme para mi hermoso bebé.

 

—Me llevaré esa cadena con la esclava —dije mostrando una cadena de oro blanco con un hermoso Cristo, lo acompañaba una esclava también de oro blanco.

 

Fue y la tomó.

 

—Trae para grabarle una inscripción —me dijo mostrándome la placa en la esclava.

 

—Bien, grábele la misma frase que el guardapelo —le indiqué.

 

—En un momento vuelvo —dijo desapareciendo por la puerta ubicada detrás de las vidrieras.

 

Diez minutos más tarde salió de nuevo colocándola junto a la cadena en una cajita de terciopelo verde y envolviéndola en forma de regalo. Me indicó la suma, que fue bastante elevada. Cancelé con mi tarjeta de crédito y le dejé una jugosa propina y me acerque a Sam.

 

— ¿Todavía no te decides? —pregunté en forma divertida. Él se sobresaltó un poco y me miró.

 

—La verdad… no. ¿Cuál crees que le gustaría? —preguntó con una tímida sonrisa. Se la correspondí y observé la vidriera. Había anillos de todo tipos, anillos de oro con un bello diamante, anillos de plata con diamantes, entre otros.

 

— ¿Ella es de carácter como Rosalie ó como yo? —pregunté mirando detenidamente los anillos.

 

—Pues mi Emily es como usted —dijo rascándose la cabeza. Bien… si era como yo, no le gustan las cosas demasiado ostentosas. Así que el solitario de oro blanco con un pequeño diamante estaría perfecto.

 

—Este es perfecto —le dije señalándoselo.

 

—Me gusta, muchas gracias —me agradeció con una gran sonrisa.

 

—Anda… pues, cómpralo —lo animé empujándolo hacía la dependienta.

 

Salimos veinte minutos más tarde.

 

Llegamos al lugar pactado con diez minutos de anticipación, me senté en la plaza a esperar. Sam me trajo un rico helado de chocolate que no dude en comérmelo.

 

Mis hermanas no tardaron en llegar y salimos rumbo a Forks con nuestras compras.

 

 

 


 

Gracias a todos aquellos lectores anónimos que leen esta historia y dejan su voto. También gracias a: Sachiko065, MayaMasenCullen, AstridCullen, BrendiTwilithg, Martha, AngelNegro, Baaarbyguffanti, NathalyR, Bechi, Robsesionada2013, Haf276, Reenes_tylor, Aylin, HindyraCullen, Monica2408, MariaGomez2312, Isabella_256, AndreAlice, Val395, NorblackdPattinson, Vale2Cullens, Ayame, BripatCullen, SablanCullen, Jaedbellsnessi, Yalexa, Honey, Priscy_Cullen, Nenamadilinda, Vikingay, Xiomy, Anayely_29, GloriaCullen, Carocruzz, PrincesaVespa, Kristy_87, SabriiCullen, Zuleidy, LoreeFernandez, Ec07, Silmo, NicoleCullenPattinso, Winney_03, Mafe, Samilan, Adrianav15Diaz@Gmail, Jemi910, ChicaEdward, Rebekah_Mikaelson, Bibi_Cullen_Swan_10, WishanDangel, BeaBell, LoreeIsaCullenSwan, SofiRojas280, Mili_Cullen, Viviana, LucyPattinsonCullen, MimaBells, AymeCullen, Crazy_Jacob_Edwuard, Isvi2507Edward, Micaela Fernandez, Karolay28, Lachopilara, Karenttz3lVulturi, Valegis, RosalieWolfVamp, SofiaCulen, Aleariass, Melii, Nicoli, Maca-c, Jesiflexer, Elenita4_Cullen, Annaris, Andrea_black, Mayita, AnarilRamirez, Hello, OswalgoMonasterius, IsabellaKriste1421, Daryanny Cullen, TikaCullen. Por sus comentarios y su voto.

Los capítulos son dedicados a ustedes espero que les gusten.

Besos desde Venezuela.

Capítulo 9: Por fin noticias de Edward: Capítulo 11: El parto de Bella:

 


Capítulos

Capitulo 1: El comienzo de esta historia de amor: Capitulo 2: Cumpleaños de Bella: Capitulo 3: La separación: Capitulo 4: Forks: Capitulo 5: Sospecha de embarazo: Capitulo 6: El primer movimiento de los bebés: Capitulo 7: La reacción de Charlie y Angustia por Edward: Capitulo 8: La visita de Don Carlisle Cullen: Capitulo 9: Por fin noticias de Edward: Capitulo 10: Día de las madres: Capitulo 11: El parto de Bella: Capitulo 12: Elizabeth Marie y Ethan Anthony Cullen Swan: Capitulo 13: Bautizo de los bebés y El viaje a Bostón: Capitulo 14: El prrimer cumpleaños de los bebés y La aparición de Jacob: Capitulo 15: Paseo con Ethan y Elizabeth: Capitulo 16: El embarazo de Rosalie: Capitulo 17: Altercado con Charlie y El parto de Rosalie: Capitulo 18: Desde el inicio de la relación hasta el encuentro con Elizabeth: Capitulo 19: Una visita inesperada: Capitulo 20: Búsqueda de Bella: Capitulo 21: Jasslye Anthonela ¿Swan? Capitulo 22: Después de diez años vuelvo a verte: Capitulo 23: Es Bella y ¿Son mis hijos? Capitulo 24: Una maravillosa noche Capitulo 25: La cabaña y La visita de Tanya Capitulo 26: Compromiso Capitulo 27: Estoy embarazada Capitulo 28: El gran día Capitulo 29: Luna de miel y Celos Capitulo 30: Enfrentamientos, Risas y Amenazas Capitulo 31: ¿Que es el sexo? Capitulo 32: James Capitulo 33: El secuestro de Tony, Bella y Lizzy Capitulo 34: Parto de Bella Capitulo 35: Regreso del pasado Capitulo 36: Alianza inesperada Capitulo 37: Vulturi, ¡firmaron su sentencia de muerte! Capitulo 38: ¡No debieron tocar lo que más amo! Capitulo 39: ¡Enfrentame como honmbre Demetri! Voy a matarte con mis propias manos Capitulo 40: No me dejes, Edward

 


 
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