Mi pasión (+18)

Autor: mariu
Género: + 18
Fecha Creación: 13/03/2010
Fecha Actualización: 11/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 44
Comentarios: 137
Visitas: 177423
Capítulos: 42

 

(FINALIZADO) Bella es una muy conocida escritora. Pero esconde otra de sus pasiones. Sin siquiera imaginárselo una noche la intriga de un desconocido cambia su destino y la lleva a conocer el amor.

 

mis otros fic:

 LA ESPOSA.

http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1185

 

 

y la continuacion de este fic se llama: Las pasiones

 

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1401

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 10: Otra vez el

 

Pasé varias semanas en mi departamento. Un lunes Alice y Rose tocaron mi puerta y me obligaron a “un día de chicas” nos quedamos a dormir con Rose en casa de los padres de Emmett. Compartimos una parrillada, helados y juegos. Al final de la noche recogimos todo y nos dispusimos a dormir. Después de un buen día no se porque empecé a pensar en Edward. Seguro estaría disfrutando con la regalada de Tanya. Me sentí mal al recordarlo mío. No podía imaginar que ella también disfrutara de ese placer. Se me hizo un vacio en el pecho y empezó a dolerme la cabeza. Decidí bajar y salir al patio un rato, respirar aire fresco y pensar en la vida. No todo tenía que ser tan complicado por una persona. Me sentía feliz y por lo visto el también lo está ya que se la pasaba de compritas con ella.

 

El sentir el aire fresco en mi cara ayudó. Por lo menos me relajó. Me sentí más fuerte y con muchas ganas de superar mí depresión. De pronto unos cálidos brazos se posaron en mi cintura y su aliento traspasó por mi cuello despertando TODO mi cuerpo al instante

 

-Yo también suelo despejar mi mente al aire libre- suspiró –Es muy agradable-

-¿Me puedes soltar por favor?-

-No. ¿Sabes? Tú eres como la noche. Así de agradable. Como cuando uno llega cansado del trabajo y solo quiere paz-

-Cuando llegues cansado de tu trabajo que te de paz Tanya. Y suéltame por favor. Ya me iré a dormir-

-Y si no quiero ¿Qué pasa?-

-Si eres cínico Edward por dios. Tu mujer está en el mismo techo-

-De hecho no. Salió esta noche. ¿Sabes otra cosa? Te extrañe- agarró el lóbulo de mi oreja y empezó a lamerlo. Un gemido se escapó de mis labios y pude oír como soltaba unas risitas –Te extrañé demasiado. Te pensé muchísimo- volvió a decir en mi oído

-Por lo visto no siempre. Sino ELLA no estaría embarazada. No creo que haya sido por obra y gracia del espíritu santo- sentí como se tensó.

-Prometo explicarte lo que pasó- dijo muy serio

-No quiero que me expliques nada Edward. Tú y yo solo…-

 

No me dejó terminar, me volteó y me besó. Se me olvidó porqué discutíamos. Se me olvidó donde estábamos. Se me olvidó el resto del mundo. Solo quería perderme en ese sabor, en su olor, en sus caricias. Llegamos a su cuarto entre besos y caricias. Nos despojamos de la ropa muy lentamente. Es sus besos podía sentir cariño. Un sentimiento muy extraño pero puro y bonito. No había urgencia. Solo un lento deseo. Como el fuego cuando quiere quemar hasta lo último que quede. Me sentí amada. Deseada pero respetada. Toqué el cielo sin estar dormida. Mirando su rostro y esos hermosos ojos verdes, me sentí en otro mundo. Un mundo muy diferente a la realidad. Me sentí en nuestro propio mundo. Donde el tiempo no corre, donde las preocupaciones no existen. Donde ese Dios era mío. Y donde solo YO disfrutaba del arte que es su forma de amar. Esa noche fui suya por primera vez como ISABELLA SWAN.

Después de amarnos sin decirnos nada en un silencio muy cómodo me dejó en la puerta de Rose me dio un pequeño besito en los labios y me deseó buenas noches. Mi cuerpo explotaba de felicidad al saber todo lo que me deseaba. Y más al reconocer el sentimiento que me trasmitió. No solo era sexo. Yo lo sabía. Me desperté feliz. Desayunamos las tres juntas y nos fuimos a nadar y luego al spa. Llegué a mi departamento y tenía otra rosa azul. Estaba pegada muy decentemente a mi puerta y como siempre había una nota.

 

¿Tienes planes para esta noche? Si los tienes cancélalos.

Paso por ti a las 9 pm

Atte. Desconocido del bar

 

Entré riendo sola. Definitivamente esta era mi oportunidad para decirle quien era la bailarina. El me prometió explicarme lo que pasaba con Tanya y yo también debía ser sincera con él. Me armé de valor y tomé la decisión de verlo sin antifaz. Sin disfraces. Solo con mi verdadera cara y dispuesta a aceptar lo que la vida me mandara. Tomé una ducha de esas que te relajan hasta el último musculo. Comí algo, puse un Cd y me acosté en mi cama dejando que la música de Edward en el piano inundara todo el apartamento. ¿Yo de verdad significaría algo para el? ¿Sentiría él lo mismo por mi? ¿Qué habrá pasado con Tanya? Después de varias horas pensando me dispuse a cambiarme para estar lista a lo que llegara. No sabía a donde iríamos así que me puse algo muy bonito pero cómodo sin pasar a ser demasiado elegante. Por fin esta noche tendría todas mis respuestas. El porqué está otra vez él en mi vida.

 

A lo que terminé de arreglarme sonó el timbre. Me acerqué a la puerta, miré por el ojo y ahí estaba él. Mi Dios parado a pocos pasos de mí. Mi corazón empezó a latir muy fuerte. Respiré profundo y abrí para que entrara.

 

-Buenas noches- saludó con una sonrisa

-Edward- fue todo lo que le pude decir debido al nerviosismo.

-Bella- dijo él borrando su sonrisa de la cara y plantando en sus ojos muchas interrogantes.

 

Capítulo 9: Como en los viejos tiempos Capítulo 11: Soy yo

 
14446005 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios