Los días pasaban lentos y no tenía noticias de mi Bella. Alice no hablaba de ella. Mi vida era un completo desastre. Rosalie y Emmett seguían con sus preparativos de la boda y se veían muy felices. Con los días fui conociendo un poco a Tanya, la madre de mi futuro hijo. Resultó ser el tipo de persona que menos me agradaba. Interesada, caprichosa y plástica. No soportaba estar un día completo con ella. No quería que se mudara conmigo aunque Esme me dijo que era lo mejor. Mi madre y Rose le regalaron varias prendas que tenía en mi habitación de la casa de mis padres. Cuando dormía conmigo yo dormía en mi sofá de cuero negro. No me gustaba siquiera compartir la cama con ella. Jamás la llegué a tocar. Ella no era la mujer que yo deseaba. A veces se iba a dormir para su casa, esas eran mis mejores noches. El día de la boda llegó. Todos nos arreglamos y nos fuimos a la iglesia. Todo estaba transcurriendo bien. De un momento a otro llegó Alice del brazo de Jasper y atrás venía Bella sola. Cada vez que la veía así se me partía el corazón. Su lugar debería ser a mi lado. Ella no debería estar con la soledad. Quien falló fui yo y ahora ella debía pagar por mis errores. Se acercó y saludó a mi familia la cual la recibió con mucho amor. Me ignoró. Me ignoró por completo. Y bueno no era para menos. Después de la boda nos fuimos a la fiesta en la casa. La fiesta estaba bastante bien. Pero yo no podía dejar de observar a Bella. Como Bailaba, como disfrutaba. En eso Tanya se me sienta en las piernas y empieza a besarme instintivamente me paré, la alejé muy cordialmente y me retiré con la excusa de que debía hacer una llamada importante que había olvidado y que no me fuera a interrumpir. Me metí en el estudio y me quedé pensando en mi miserable vida. Minutos después entró esa mujer.

-Hola Bella- Saludé con una sonrisa

-Para ti Isabella llamaré un momento. Esme me dio permiso- respondió muy seca.

-Ok- fue todo lo que dije. No quería hacerle daño pero tampoco podía estar lejos de ella.

Al otro lado de la línea contestaron y ella habló – Hola buenas noches ¿tiene algún taxi disponible?- preguntó y antes de que respondieran apreté el boto donde descansaba el auricular colgando la llamada y le dije

-Yo puedo llevarte. No hay necesidad de que pidas un taxi

-No, gracias- volvió a responder seca

-No es ninguna molestia Bella en serio- insistí

-Isabella- volvió a corregirme –y no lo digo por la molestia sencillamente no quiero ir contigo a ningún lado- Me dolió

-A ver y ¿Por qué? ¿Hice algo que te molestó?- Este día sencillamente era Isabella y con ella yo no había tenido “problemas”

-Simplemente no quiero ir contigo. No quiero que me acompañes. No quiero que estés cerca de mi ¿Por qué no vas y buscas a tu noviecita?- dijo casi gritando

-¿Qué tiene que ver Tanya en todo esto?- pregunté divertido. Estaba celosa lo mostraba

-Eres un imbécil Edward Cullen- dijo fingiendo molestia

-¿estas celosa?-

-Oh si claro. Como si tuviera razón para estarlo-

-estas celosa ¿cierto?-

-Llévame a mi casa por favor-

Salimos del estudio y de pronto ¡¡¡Blom!!! Su cuerpo chocó muy fuerte con otro. Un hombre alto, moreno, de rasgos un poco indios. Lo había visto varias veces con Emmett. Pertenecía a su equipo. Los celos me carcomieron al ver que el muy imbécil la agarraba por la cintura. ¿Cómo se atrevía?

-¿estas bien?-  preguntó -No lo puedo creer ¿Bella?- volvió a preguntar emocionado y con una enorme sonrisa en el rostro que me provocó desfigurar.

-¿Jacob?- preguntó de repente Bella

-Si linda, cuanto tiempo sin verte- volvió a decir el muy desgraciado

-Oh Jake- lo abrazó y sentí que el mundo se me vino encima –si, cuanto tiempo. Pero… ¿Qué haces aquí?- carraspeé. Bella se había olvidado de mí por completo

-¿Nos vamos Isabella?- dije molesto y con el ceño fruncido

-¿Pero como? ¿Ya te vas?- ¿Qué no era obvio?

-Bueno… Edward me llevará a mi casa. Ya estoy un poco cansada-

-Si me permites yo puedo llevarte linda. Así hablamos y nos contamos lo que a sido de nuestras vidas- ¿Qué? Estaba loco ese hombre

-Yo la llevaré- volví a decir

-¡Eddy!- gritó Tanya. Y mascullé un ¡por dios no!

-¿Qué quieres Tanya?- le dije molesto. Precisamente ahorita tenía que aparecer ella

-Ven babi. Quiero dormir acompáñame ¿si? Bella, no te había visto- saludó Tanya en forma sarcástica. De verdad esta mujer era mi pesadilla

-Vámonos Jake- dijo Bella y pude notar una fracción de dolor. Él le tendió su brazo y caminaron a la salida.

-¿No puedes dormirte sola Tanya?-

-Hay mi amor no seas así. Vamos a pasarla rico ¿si?-

-Ya hemos hablado de esto Tanya- no sabía como explicarle que no quería tener relaciones con ella.

-Bueno me iré a dormir a mi casa entonces. Ya que no me quieres acompañar-

-Bien- le respondí y me fui a mi habitación.