Mi pasión (+18)

Autor: mariu
Género: + 18
Fecha Creación: 13/03/2010
Fecha Actualización: 11/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 44
Comentarios: 137
Visitas: 177418
Capítulos: 42

 

(FINALIZADO) Bella es una muy conocida escritora. Pero esconde otra de sus pasiones. Sin siquiera imaginárselo una noche la intriga de un desconocido cambia su destino y la lleva a conocer el amor.

 

mis otros fic:

 LA ESPOSA.

http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1185

 

 

y la continuacion de este fic se llama: Las pasiones

 

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Capítulo 40: Sigue creciendo la Familia

 

Sigue creciendo la Familia

Pov Bella

 

------------------------------------------Días después-------------------------------------

Entré al despacho y Edward tenía cara de desilusión unida con dolor e indecisión. Era muy extraño verlo así y mas en estos momentos. ¿Éramos felices no? ¿Qué sería lo que lo tenía así? Me le acerqué, pasé mi mano por su espalda para tratar de consolarlo, pegué mi mejilla en la coronilla de su cabeza y le pregunté.

-¿Qué pasó mi amor? ¿Qué tienes?- pero no respondió. Miraba fijamente al frente, sus ojos estaban perdidos en la nada, pestañaba lentamente, deteniéndose unos segundos mientras cerraba los ojos y luego los volvía a abrir.

-¿Edward? Sabes que puedes confiar en mi, mi amor. ¿Qué pasa?-

-Es Jane- dijo. Y por una vez más en mi vida, mi mundo tembló.

-¿Qué pasa con ella?- pregunté con miedo. No se si en realidad quería saber lo que sucedía, aunque estaba consciente de que quería ayudarlo.

-Está en la cárcel-

-¿Ah?- ¿y eso porque sería? ¿y que le importaba eso a él?

-La arrestaron ayer. Su abogado me llamó- dijo serio

-¿Y porque su abogado tiene que llamarte? ¿No están divorciados pues?-

-Hay un pequeño detalle. Bueno… No tan pequeño-

-¿Qué pasa Edward me asustas?- él quedó en silencio. Tal vez pensando como me iba a dar la noticia.

Yo no entendía que podía ser tan malo para que estuviera así. Después de varios segundos en silencio algo en mi cabeza hizo clic.

1.     Jane estaba presa.

2.     Tenía un hijo.

3.     Su padre podría ser…

4.     El abogado de ella llamó a Edward, aun cuando ya no eran esposos.

5.     Edward debía quedarse con Alec.

Esa era la gran conclusión.

-Alec- susurré

-¿Que?- me preguntó Edward volviendo a la realidad -¿Cómo lo sabes?- inquirió

-Una larga historia- le dije, poniendo en blanco mis ojos.

-Pues tengo tiempo. Habla- no lo había visto tan frío y distante.

-Alec es novio de la hija de Fabiola. La otra socia de las guarderías. Un día me encontré con Jane. Ella y Fabiola no se soportan, pero sus hijos se aman- le dije de forma resumida.

-Debo traerlo conmigo- me dijo con una mirada de suplica

-¿Es tu hijo?- le pregunté

-Sí, legalmente. Al casarme con Jane lo reconocí como mío. Aunque no pude darle mi apellido. Pero legalmente yo soy su padre. Todavía es menor de edad y ya que su madre está presa debo hacerme cargo de él-

-¿Cómo que legalmente? ¿Cómo que no pudiste darle tu apellido? No entiendo Edward- le dije con mi ceño fruncido

-Alec es adoptado Bella. Él, verdaderamente es hermano de Jane. Su padre tuvo un amorío y después obligó a la mujer a darlo en adopción. Jane se enteró y fue quien lo adoptó. Se hizo cargo de su hermano como un hijo ya que ella no podía tener uno.-

 

Ahí me perdí. Por cierta parte la mujer tenía sentimientos. No dejó que más nadie adoptara a su hermanito. Pero ella no podía tener hijos. Y vino aquí a mi casa a burlarse de mí, porque yo no había podido mantener a mi hijo (mi primer embarazo) en mi vientre. ¿Cómo es posible que ella se burle de algo que ni ella misma puede hacer? Estaba totalmente confundida. Si que era una mujer muy extraña. A la vez estaba aliviada porque Alec no era hijo biológico de Edward. No era que el niño me callera mal ni nada por el estilo, pero es un alivio saber que solo es padre de mis hijos. Pensándolo bien no me molestaría “adoptar” a otro niño. Bueno, en este caso sería “adoptar” a un adolescente y por cierto ya conocido y que mi hijo “mayor” prácticamente le temía.

 

-Puede vivir con nosotros- le dije a Edward dándole mí mejor y más sincera sonrisa.

-¿En serio?- sus ojos se iluminaron

-Por supuesto. Claro, sería difícil meter a un adolescente y tratar de llevar su ritmo de vida, esperaba eso en unos años pero creo que nos irá bien-

-Gracias mi amor- me decía mientras inundaba mi cara de besos –Gracias, gracias-

-No tienes nada que agradecer, somos una familia. Como un día me dijiste “mi familia nunca le cierra las puertas de la casa a alguien. Siempre serás bienvenida y yo estaré encantado de recibirte” Así que le abriremos nuestras puertas y estaremos esperándolo ansiosos- En un segundo se me pasó la imagen de Antho corriendo de Alec

-¿Qué pasó?- me preguntó Edward

-Creo que tendrás que hablar con Anthony- le dije tratando de sacar una sonrisa que salió como una mueca. Lo pude sentir

-¿y eso porque?-

-Digamos que no se llevan muy bien. Mas bien, creo que Antho le tiene como miedo- su carcajada rompió los murmullos en los cuales estábamos hablando. Yo fruncí mi ceño levemente ¿Qué se supone que era gracioso?

-¿De que te ríes?- le pregunté con molestia fingida

-Anthony es solo un niño Bella, se acostumbrará. Además solo tienes que hablar con él y explicarle todo.-

-Claro como me escucha tanto. Con el único que se abre es contigo. Así que ¡papá te toca darle la noticia! Suerte- le dije saliendo del despacho con una sonrisa y lanzándole un beso cínico.

-¡BELLA!- gritó

-Nada Edward. Te toca- le grite y después largué a reír. Quería ver la cara de Edward cuando Antho le dijera que no y se pusiera a llorar.

 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 

Estaba en mi oficina, los papeles de Alec llegaron en la mañana. Y reposaban a un lado de mi escritorio. Edward ya tenía la custodia completa del niño. Lo que aun me rondaba en la cabeza era el porque Jane estaría presa. ¿Qué tan malo pudo haber hecho para llegar hasta eso? No aguanté la curiosidad y abrí el sobre. Busqué entre los papeles y encontré lo que deseaba. La cárcel donde estaba Jane y el motivo de su encierro. Lo leí y no daba crédito. Ella se veía como una persona normal, con dinero y de la sociedad. ¿Qué más podría querer? ¿Cómo dañar su vida de esa manera? No se que impulso me obligó pero volví a guardar los papeles en el sobre, lo puse bajo llave en un cajón y salí de la oficina, directo a aquel lugar.

 

Mientras conducía caí en cuenta de cómo iba vestida. Llevaba una ropa muy elegante para un lugar como ese (ropa de oficina en fin) mi cabello recogido en una cola de caballo y unos lentes reposando en mi nariz los cuales utilizaba a veces para leer. No era lo apropiado para aquel lugar. No se que era lo que iba a buscar pero tenía que ir hasta allá. Pensé que lo mejor sería cambiarme de ropa ya que las presas podían agarrarla con la persona que iría a visitar (en este caso Jane) y podían manipularla para conseguir dinero o cuantas cosas más por la apariencia que llevaba. No podía regresarme a casa ya que Edward estaba ahí y luego no me dejaría ir a verla. Así que hice una de las cosas que mas odio. Me metí en una tienda de ropa y compré lo más sencillo que vi. Solté mi cabello y lo alboroté, me quité los lentes y los guardé en mi cartera. Fui al auto, guardé mi celular y las joyas que cargaba puestas. Saqué únicamente mi cedula y algo de dinero. El cual metí en mi bolsillo trasero y agarré un taxi a la dirección.

 

¡QUE HORRIBLE! Parecía un barrio en su último año de vida. No es que se le deba dar prioridad a las presas pero la verdad es que las instalaciones de aquel lugar no eran las más adecuadas para siquiera tener personas ahí. La mujer que estaba de vigilante prácticamente me metió mano (por todos lados) antes de dejarme pasar. Era asqueroso hasta ver su cara de satisfacción cuando entré. ¡Ni siquiera sabía porque estaba aquí!

 

Pov Jane

 

No podía creer que por culpa de Demetri estaba aquí. Ahora Edward debía quedarse con mi niño. Maldito sea el día que lo ayudé con su estúpido vicio de ganar dinero por las drogas. Maldito el día que me fui con él. Maldito el día que deje las comodidades que tenia con Edward para conocer lo que realmente era pasar trabajo. Ahora estaba en esta podrida cárcel acusada de traficante, consumidora, robo a mano armada (ya que Demetri no tenía para comprar la droga y me obligó a ser su “rehén” en un robo a un ¡BANCO! Por dios) y asesinato en primer grado (cosa que tampoco hice pero que debía pagar por ser “cómplice”) perfecto. Me quedaría unos cuantos años aquí, con las sucias que me obligan a “saciar su sed” con ellas. Asqueroso. Quizás hasta ya tenga sida. Pff. Y aun así lo único que me importaba era mi hijo.

-Por aquí- escuché decir. ¿Habría una nueva reclusa? Me paré de mi “cama” y me pegué a las rejas para ver de quien se trataba. Los silbidos ya se escuchaban en todo el lugar y los típicos “piropos”. Los cuales por cierto no eran nada agradables de escuchar.

-Tienes visita Vulturi- me dijo la guardia.

Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi de quien se trataba. No daba crédito a lo que veía. Ahí parada estaba Bella. Llevaba su cabello desordenado, sin maquillaje, una camisa blanca curtida, la cual se veía que la habían arrastrado antes de colocársela, su brasier azul resaltaba de una forma  grotesca hasta casi decir que era una burla. Llevaba un blue jeans desteñido y con algunos huecos, sin correa ni accesorios y unas ligeras pantuflas que se veían que eran casi desechables. Por un momento me pregunté ¿Qué le abría pasado? ¿También estaría necesitada de dinero?

-Hola- dijo ella bajando su cabeza

-Hola Bella- le dije -¿Qué haces aquí?-

-La verdad no lo se- respondió y sus mejillas se tornaron rojas. Imagino que de pena

-Discúlpame- le dije sinceramente. –Discúlpame por ir a tu casa e insultarte. Discúlpame por querer meterme entre Edward y tú. Discúlpame por dañar tu familia y atrasar el divorcio mío con Edward- en eso ella abrió los ojos. Ups. Imagino que eso no lo sabía pero ya que. Estaba pagando por lo errores que cometí y lo primero que tenía que hacer era aceptarlos y pedir disculpa.

-Te disculpo- me dijo con una mirada cargada de ¿comprensión? Ja! Si claro. No creo que también sea una santa. -¿Sabes, Alec se quedará con nosotros?- me dijo apenada

-Lo se. Y si no es mucho pedir, por favor, trátalo como tu hijo. El no tiene la culpa de nada. Se que en tus manos y las de Edward no le va a faltar nada. Pero denle cariño también. Solo es un niño-

 

Pov Bella

 

-Lo se. Y si no es mucho pedir, por favor, trátalo como tu hijo. El no tiene la culpa de nada. Se que en tus manos y las de Edward no le va a faltar nada. Pero denle cariño también. Solo es un niño- dijo y una lágrima silenciosa corrió por su mejilla. La cual se limpió rápidamente. –No lo traigas nunca. No quiero que me vea así. Solo dile que LO AMO y que siempre será mi niño- suplicaba

-Por supuesto, se lo diré. Y no te preocupes que cariño tampoco le faltara. Nuestra familia es muy grande y sin duda encontrará su lugar en ella-

-Gracias Isabella. No sabes cuanto te agradezco. El es lo único que me importa en este momento-

-Se acabó la visita Vulturi- dijo la guardia acercándose a mí. Le di una última mirada a Jane y en una fracción de segundos su rostro estaba empapado de lágrimas.

-Hay la bebe está llorando. Hay que consolarla. Prepárate mi amor que pronto gozaras- escuché decir a otra mujer en forma de burla hacia la celda de Jane.

¿En serio se aprovechaban de ella? Toqué mis bolsillos y había traído muy poco dinero para sobornar a alguien y hacer que la cuidaran. O por lo menos que la apartaran del resto. Vendría otro día y cumpliría con eso.

 

Salí de aquel lugar temblando. No se como me atreví a venir hasta aquí. Caminé unos cuantos metros hacia la carretera y me preocupó una señora que yacía en el suelo. Me acerqué y la ayudé a levantarla.

 

-Hay, gracias mija- dijo con voz cansada –No sabes lo que me cuesta moverme ahora. Estoy demasiado vieja- Miré su rostro y recordé a Alec. No se porqué razón. -¿no es mucha molestia que me ayudes a llegar a la puerta?-

-Para nada señora, lo contrario, mas bien es un placer- caminamos hasta la entrada de aquel lugar luego se volteó.

-Gracias- me dedicó una sonrisa. -¿sabes? No deberías estar en un lugar como este. La clase no se ve en la ropa ni el peinado sino en la mirada. Y por lo visto tú no perteneces a ésta. Deberías irte a tu casa muchacha. Esto no es buena experiencia para nadie. Te lo dice una vieja que ya ha vivido mucho- me dejó sorprendida.

-Eh… S-si claro. Eh… ¿Usted sabe… donde podría agarrar un taxi?- le pregunté gagueando

-Hay hija. Eso si no se. Yo agarro el bus que pasa por aquí. Pero todavía faltan 3 horas. Yo las cuento. Es muy extraño que pasen taxis por aquí-

-Bueno está bien señora. Muchas gracias-

-Ande con cuidado. Esta zona es muy peligrosa- le dedique una sonrisa y me volví a mi destino.

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Estaba a una orilla de la carretera. Ya tenía como media hora parada ahí y no pasaba absolutamente nada. Ni una mosca se asomaba. Genial. Grandiosa la idea de dejar mi carro. Que estúpida Bella. 15 minutos después pude escuchar a lo lejos unas llantas sobre el pavimento. Con mucho miedo me paré en medio de la calle, abrí mis brazos y mis piernas y cerré fuertemente los ojos. De alguna manera tenía que salir de aquí. El auto paró frente a mí. Las llantas rechinaron contra el suelo, por la velocidad en la que venía. Abrí mis ojos poco a poco y no me agradó nada lo que vi. El mercedes de Edward estaba parado en medio de la calle y el me miraba desde dentro del carro con una mirada de odio

-¿Qué es lo que haces? ¿Estas, loca? Pude haberte matado- gritaba mientras se bajaba del carro y me mostraba su furia –Un momento. ¿Qué haces tu por aquí?- ajam. Pregunta a la que no quería llegar.

Sorpresa Bella, te descubrió mintiendo. –Y… ¿Qué haces vestida así Bella?- lo ignoré y me monté en el carro, luego el me siguió, se montó y siguió condiciendo. Directo a la cárcel. Claro que más.

-vine a ver a Jane- le dije

-¿y donde esta tu carro? ¿Qué haces vestida así? ¿Dónde están las argollas  de oro que te regalé? Las cargabas puestas en la mañana cuando saliste- frunció su ceño.

-Están en mi carro. Y mi carro no lo traje. ¿Satisfecho? Quería venir a ver a Jane. Pidió que cuidáramos de Alec.- soltó una gran carcajada

-para eso no tenias que venirte así Bella. Te ves muy cómica-

-Bueno si, ya basta Emmett Cullen- le dije y enseguida se calló

-Yo soy Edward- dijo un tanto molesto

-Pues te pareces a Emmett. Por lo menos vine a hacer algo bueno ¿no?-

-Claro que si mi amor. Gracias- me dijo mientras acariciaba mis mejillas. –ahora espérame aquí. Vendré en un momento-

-¿que? No, no y no. Tu no entraras solo a ese lugar.- le dije agarrando sus manos.

-Bella, tengo que entrar-

-Pues… Yo entro contigo- puso los ojos en blanco y me hizo ademan para que bajara del auto. Volvía a estar en el cuarto con la sádica esa,  me miraba con una sonrisa pervertida de la cual Edward de una vez se dio cuenta. Pude ver que le pasaba varios billetes “escondidos”

-Bien. Pero tu no te salvas- le dijo. Y tuve que ver como le metía mano al padre de mis hijos. Esas lujuriosas y asquerosas manos recorrían el cuerpo que yo disfrutaba casi todas las noches. Casi le arranco la cabeza por ser tan sucia.

-Es parte de mi trabajo cariño- me dijo ella al oído cuando íbamos pasando. Edward soltó unas risitas. Lo fulminé con la mirada.

-Tranquila mi celosita. Solo son tus manos las que deseo- me dijo en susurro mientras caminábamos. Y depositó un castro beso en mi oreja. Cuando entramos a donde estaban todas las celdas los silbidos de las tipas no se hicieron esperar. Claro si conmigo que soy mujer lo hicieron a Edward le lanzan las pantaletas. Él me dio un leve apretón de mano.

-5 minutos- dijo la guardia

Edward y Jane estuvieron hablando de Alec y al fondo se escuchaban las bochornosas insinuaciones con mi hombre. Perras.

-Papi que rico estas, quiero hacerlo contigo, te haré sentir como un verdadero hombre, aquí está lo tuyo, ven papi que yo te lo hago de todas las maneras, te doy lo que me pidas mi cielo- Y muchas expresiones mas.

Cuando íbamos saliendo le comenté a Edward lo que escuché cuando vino sola. Nos llevaron hasta la mayor cabeza del lugar y Edward ofreció una aceptable cantidad de dinero por la salud de Jane. Con la obligación de que después pudiera venir un doctor y hacerle unos exámenes. Algo que por supuesto negaron ya que “era demasiado” pero por los momentos por lo menos ella estaba segura. Edward me prometió que vendría otro día y arreglaría eso.

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-¿Qué haces aquí Bella?- me preguntó Alec en el aeropuerto.

-Eh… Vine a buscarte. Edward tuvo que… hacer unas cosas. Esta ocupado. Y no puedes irte solo a casa-

-Cierto. Olvidaba que ustedes son pareja. Te veo mas como la tía de Fernanda. No como la esposa de mi… De Edward- finalizó

-¿Qué pasará con ustedes?- le pregunté mirándolo fijamente.

-No estoy seguro todavía. Pero no la dejaré. Yo la amo-

-¿Estas seguro? Ese es un sentimiento muy grande Alec. Todavía son niños, tienen muchas cosas que vivir-

-Eso ya nos lo dijiste la vez que nos escapamos Bella. Y lo que tengamos que vivir lo viviré con ella. Nadie nos ganará. Estoy dispuesto a todo. Y sabes que es todo- Ya nos encontrábamos en los asientos de primera clase en el vuelo hacia Los Ángeles.

 

¿Quién lo iba a imaginar? Yo tenía a dos pequeños de menos de cuatro años y ahora debía lidiar con un adolescente de 17 años y ENAMORADO. ¡Dios! Apiádate de mí. Imaginé que empezaría a pasar por estas cosas dentro de 10 años o 12 años como mínimo. Y ahora zas, ya debo lidiar con mas que el principio de la adolescencia y el amor. No tengo problema en afrontarlo pero… Es sorpresivo. Aterrizamos en LAX. Alice nos esperaba. Me saludó como si no nos viéramos en mucho tiempo y saludó a Alec efusivamente. El cual quedó muy impresionado.

-Alice puedes soltarlo ya. Lo vas a hogar- le dije

-Pero míralo Bella. Es demasiado Bello- dijo apretando sus mejillas como si fuera un pequeño.

-Alec ella es Alice. La hermana de Edward-

-Sí, la vi varias veces el la guardería. Es justo como me la imaginé- nos echamos a reír. Y Alice frunció su ceño. Caminamos hasta su auto –Wao. ¿Así que el gran Porshe es de mi tía?- preguntó el niño con una enorme sonrisa en sus labios y después un sonrojo cubrió sus mejillas al darse cuenta que llamó a la hermana de Edward tía. Ósea que aunque prácticamente no ha compartido casi nada con Edward el lo veía como un padre. Se notaba que le tenía respeto. Así las cosas serían más fáciles.

-Te encantaran los carros de la familia Alec. Tienes que conocer a Rose-

-No te preocupes. Se que no se molestará porque lo llames papá- le susurré en su oído mientras subíamos al auto después de acomodar las maletas. Él me sonrió y siguió hablando con Alice.

-¿y podre conducir alguno?-

-Pues… eso tendrás que hablarlo con Edward y Bella.-

Claro Musitó él muy bajito pero pude oírlo. Si supiera que era precisamente lo que estaba haciendo Edward. Se formó una sonrisa en mi cara. Seguro se pondría muy contento cuando vea lo que Edward y yo le regalaremos. Alice me mandó una mirada de complicidad y ambas reímos.

-¿Bella?-

-¿Qué pasó? Alec- le pregunté desde el asiento del copiloto

-Uh. ¿Podrías prestarme tu celular? En el mío no tengo saldo-

-La bolsa que está a tu derecha es tuya- dijo Alice –Es mi regalo.- y le dedicó una sonrisa a través del retrovisor.

 

Alec cuidadosamente sacó el paquete y susurró un “perfecto” cuando vio el BlackBerry que Alice le regaló. Inmediatamente se puso a registrarlo y después de algunos minutos llamó a Fernanda. Cuando llegamos a la casa Edward ya estaba ahí. Alec pasó y Emmett lo ayudó a subir sus cosas al su cuarto. El cual fue decorado por Alice. Creo que no hace falta recordarlo. Esta casa era inmensa. Me impresionaba cada vez más de cuanta gente cabe. Edward y Alec se dieron un abrazo, se le presentó a toda la familia y a sus nuevos “hermanitos”. Todavía recuerdo la noche en que Edward le dijo a Anthony sobre el nuevo integrante.

 

 

Flashback

-Bien, ahora, habla con él- le dije a Edward. Él solo besó mi mejilla y entró al cuarto de mi pequeño.

-Anthony- escuché desde el otro lado de la puerta que lo llamó Edward

-Si, papi- respondió él

-Tengo que decirte algo importante- silencio. Yo tenía mi oreja pegada a la puerta. Esto no podía perdérmelo. El padre todopoderoso por fin no iba a conseguir algo. ¡JA! -¿te acuerdas de Alec? El novio de Fernanda-

-¿Él, Ti?-

-Bueno, su mami tiene algunos problemas y a mi me gustaría ayudarlo. Quiero que venga a vivir aquí. ¿Recuerdas lo que te he dicho de ayudar a las personas?-

-Ti papi-

-¿Te molestarías si se viene a vivir aquí?-

-No- respondió mi pequeño al instante

-¿Seguro?-

-Ti papi- ¿en serio? ¿Eso era todo? Tanto teatro que armaba en la guardería y ahora accedía a vivir con el. Definitivamente Edward debió estar desde que él empezó a razonar. Me habría ahorrado muchas cosas.

-Ese es mi campeón. Así se hace pequeño-

-¿Y memo vene?- preguntó el chiquillo

-¿Quién es memo mi amor?-

-emana anda-

-¿la hermana de quien?-

-Anda. ¡Papi!- chilló al darse cuenta que su padre no le entendía –emana anda. Novia ale. memo-

-Habla de Génova. La hermana de Fernanda. Él le dice memo- dije entrando a la habitación

-Supuse que estarías escuchando. ¿Qué tal te pareció?- me dijo Edward con su sonrisa torcida

Lo fulminé con la mirada. ¿Por qué el siempre tenía que conseguir cosas que yo no podía? –Después hablamos de eso Cullen- le dije apuntándolo con mi dedo. Anthony rió

-Algunas veces podremos decirle a piola que traiga a Fernanda y a Génova. Así Alec y tú podrán verlas- le dije

-Ti mami-

-Bueno ahora duerme. Mañana tienes que levantarte temprano.- Deposité un beso en su frente. Edward se despidió y nos fuimos al cuarto. Donde Renesmee estaba dormida en su cuna.

Fin del flashback

 

Después del bienvenido a la familia de parte de todos, el se metió en su cuarto a arreglar las cosas y cada quien volvió a sus actividades normales.

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Hey nenas. Aki están los últimos capis. No se cuantos quedan. Tal vez dos. Todavía no he terminado de escribir. Ya tengo ideas para la segunda parte y estoy pensando en hacer también un nuevo fic. Ya he pensado en muchas cosas. Disculpen la demora. Estoy terminando el semestre en la uni y estoy un poco ocupada. De todas maneras muchísimas gracias por su apoyo. Besitos MARIU

 

Capítulo 39: Nuevos integrantes Capítulo 41: MI PASION...!!!

 
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