----------------------------------------------------------------Un mes después-----------------------------------------------------

-Bella ¿No estarás embarazada?- me preguntaba Rosalie cada vez que me quejaba de un dolor en el vientre –Tienes un mes con esos dolores. ¿Por qué no vas al medico?-

-Ya pedí la cita Rose no te preocupes-

-Edward sabe de esto ¿verdad?-

-¿Yo se de que?- dijo el entrado a la cocina. Le hice señas a Rosalie para que no dijera nada pero fue en vano.

-Bella se siente mal desde hace un mes- le dijo Rose con el ceño fruncido. Yo primero quería estar segura de mi estado antes de emocionar a Edward. Se acercó a mí. Me abrazó me dio un leve beso en los labios y preguntó.

-¿Qué tienes mi vida? ¿Cómo que un mes? ¿Por qué no me habías dicho nada?-

-No es nada Edward. Rosalie solo exagera-

-Bueno como no es nada vamos al medico-

-Bueno yo me voy. Rosy me necesita- dijo Rosalie saliendo del lugar

-Ya pedí una cita. Iré la semana que viene. No te preocupes que estoy bien- traté de proyectarle valor.

-Ok mi amor pero me avisas para acompañarte ¿si?-

-Esta bien amor. Vámonos al departamento-

El día de la consulta llegó. No le dije nada a Edward. Presentía algo extraño. Tal vez no era ningún embarazo. Tal vez solo era un problema de salud. Traté de no cruzarme con Carlisle para que no le avisara a Edward. Me hice exámenes de sangre y luego bajé al cafetín a comer algo mientras esperaba mi turno en el ginecólogo. Tomé mucha agua. Ya que con la vejiga llena sale mejor el resultado. Entré y me preparé para escuchar lo que me venía

Pov Edward

Me encontraba en una joyería. Buscaba un precioso anillo para Bella. Tenía pensado pedirle matrimonio. Ella era la mujer que yo amaba y la quería conmigo hasta el final de nuestros días. En eso me llama mi padre.

-Hola Carlisle ¿Cómo estas?-

-Intrigado. No se si felicitarte o prevenirte-

-¿Por qué dices eso papá?-

-Bella estuvo por aquí hoy. En ginecología. Está embarazada-

-¿Qué? ¿Y porque ella no me aviso? ¿Por qué estas preocupado papá?-

-Eso si debería decírtelo ella. Llámala y hablen-

-Esta bien papa gracias-

Llamé a su celular y lo tenía apagado. En el carro tampoco contestaba. Ni en el Pent-House. Solo abría un lugar en el que se escondería. En el departamento. Así como en aquellos días lo hicimos juntos. Me fui directo para allá. Saque las lleves, entré y me fui directo al cuarto. Ella dormía. En su carita podía notar las lágrimas secas. La nariz la tenía un poco hinchada y roja. Me dedique a hacer lo que ella hizo conmigo. Salí y cerré todas las ventanas y cortinas. Preparé algo de comida y luego le llene la tina. Era muy difícil saber como sentirse. No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo. Además estaba embarazada. Eso era para alegrase íbamos a ser padres ¿no? ¿Entonces? ¿Cuál era el problema? Fui y me acosté a su lado. Bese sus hombros, sus mejillas, su frente. Se despertó y me miró. Tenía los ojos un poco hinchados también. Sin decirle absolutamente nada la besé. Por su rostro caían silenciosas lágrimas. Fui desnudándola poco a poco. Dejando besos en el camino. Hasta detenerme en su barriga. La acaricié, la bese y le hable. Ella solo me observaba sin hacer ningún movimiento. Luego la llevé en brazos y la bañe. Sin ninguna otra intención. Solo como ella lo hizo conmigo. Después de bañarla la vestí y le di de comer. Ella todavía no articulaba palabras y mi intriga de saber que pasaba crecía cada vez más.

-Tengo tres meses de embarazo- dijo ella por fin

-¿Y no te alegra?- le pregunté nervioso

-Hay complicaciones-

-¿Qué tipo de complicaciones?-

-Tengo quiste en los ovarios. Demasiados. Podría perder el bebe. No se puede hacer nada mientras esté embarazada-

-Todo saldrá bien no te preocupes-

-No quiero ilusionarte- me dijo –No quiero que pases por una perdida otra vez. Prométeme que no compraras nada. Por lo menos hasta estar seguro de que va a nacer-

-Bella no te reprimas todo esto. No tengas miedo mi amor. Si lo perdemos lo volvemos a intentar. Bueno si tú quieres-

-Es lo que mas anhelo Edward. Darte un hijo. No sabes cuanto significa-

-Entonces no te suprimas todos estos sentimientos. Date el placer de sentir-

-Todavía no. Dame un tiempo por favor. Vamos a asegurarnos que nacerá ¿si? Prométemelo Edward-

-Te lo prometo mi amor-

Los días pasaban y cada vez notaba mas extraña a Bella. A veces hacía gestos de dolor pero no me decía nada. Cada vez que comía vomitaba (síntoma típico del embarazo) No soportaba el olor a pollo, ni el pescado, ni el brócoli y lo único que le calmaba las nauseas era oler la concha de mandarina. Su barriga esta pequeña pero se veía la diferencia. Una mañana se despertó llorando. Se agarraba la barriga. Llamé a Carlisle para que estuviera pendiente en el hospital cuando llegara. La llevé lo más rápido que pude. Cuando la baje del carro estaba sangrando. Lloraba desesperada. Gritaba que no lo quería perder. La metieron a quirófano y de ahí no salió. No llamé a nadie de la familia. No quería que me volvieran a ver así. Ya me imaginaba lo que había pasado. Era demasiado pedir tener a Bella en mi vida y ser padre. Siempre tenía que perder. Las horas pasaban y ningún medico salía. Estaba solo en la sala de espera. Un medico Salió. Me informo que Bella había tenido un aborto espontaneo debido a los quistes. Y tuvieron que operarla para sacárselos. Le quitaron el ovario izquierdo y parte de la trompa de Falopio ya que tenía uno grande y se estaba pegando. En el derecho tenía varios pequeños y tuvieron que quitarle la mitad del ovario. El doctor me explicó que el ovario podía crecer. Y que ella podría volver a concebir sin ningún problema. Pasó esa noche en observación. A la mañana cuando llegaron las enfermeras a limpiarle la herida ella vio la pequeña cicatriz en el área del biquini. Pude ver el dolor en sus ojos. Las lágrimas estaban a punto de salir pero pudo contenerlas. Vomitó el desayuno debido a la anestesia. Cuando estuvimos en la casa llamé a mi familia y le explique todo. Querían venir pero yo no lo consideraba adecuado puesto que Bella no salía de la cama solo para caminar un poco luego de cada comida por los gases. La cuidé día y noche. La ayudaba a levantarse ya que era como una cesaría y le costaba mucho sola. La bañaba, le hacía de comer, la consentía en lo que podía pero aun así ella no sonreía. Cuando la herida estuvo seca la lleve al medico para que le quitaran los puntos. Ella lo único que hacía era escribir y escribir. No entendía que podía ser tan importante y llevar tantas hojas. Tuvimos que ir al ginecólogo de nuevo puesto que Bella presentaba la menstruación y según los médicos no podía ser posible. Le mandaron pastillas anticonceptivas. Estuvimos probando tres meses con diferentes pastillas. Las menstruación iba y venia a su antojo. Los medios no lo podían creer. Ese no era el comportamiento normal para las hormonas que estaba tomando. A pesar de ser mi segunda perdida podía ver como en los ojos de ella la esperanza se moría cada día.