Pov Bella

-¿Alice tu sabias algo de esto?-

-¿de que hablas?- se hizo la inocente

-De lo q acaba de pasar. ¿Sabias que él estaría ahí?-

-Viste que si te traías algo con el. No me mientas Isabella Swan-

-Lo conocí en el bar igual que tu y listo. Por cierto ni creas que no me di cuenta que te fuiste con aquel hombre. Cuéntame todo-

Me contó como conoció a Rosalie y como era su relación con ella. Que conoció a su hermano y le encantó.

-Jasper Hale se llama- Dijo orgullosa –Su hermana Rosalie Hale se casará con Emmett Cullen. El otro chico se llama Edward, Edward Cullen. Son hijos del doctor Carlisle Cullen. El dueño de la clínica que está por las delicias. Son muy buenas personas. Por cierto Rose nos invitó a su boda. Yo le estoy diseñando el vestido- Hablaba como si los conociera de toda la vida

-¿Ya sales oficial mente con Jasper?-

-No. Aun no. Pero pronto estaremos en eso- musitó con una sonrisa

-Ya veo- fue todo lo que respondí

-¿Iremos verdad?-

-No se Alice. Yo no conozco a esas personas-

-Perfecto. Mañana habrá una parrillada en su casa. También estamos invitadas. Vamos los conocerás. Te gustaran- Me aseguró. Por un momento lo dudé pero era exactamente lo que estaba buscando. Conocerlo por un medio normal. En un buen ambiente. Sin tener un antifaz

-Ok Alice, mañana vamos-

Me vestí con ropa muy cómoda. Alice me pasó recogiendo por el departamento y nos fuimos a aquella casa. Era blanca y muy hermosa. Amplia y se sentía el calor de hogar. Al llegar a la parte de atrás Rosalie la saludó como si fueran las mejores amigas y tuvieran años sin verse. Me presentó y me saludó de igual manera. Me presentaron a algunos miembros de la familia pero tres de los hombres no estaban.

-Emmett, Jasper y Edward se han tardado mucho- dijo Rosalie –Ya tengo hambre-

-Ya vienen. Solo unos minutos- respondió Esme

-¿Puedo ir a la cocina? Tengo un poco de sed- le dije a la catira

-Claro. Está a la derecha de le puerta principal-

-Gracias-

Tomé un vaso de agua y contesté una llamada de Quil. Después de un rato colgó y una voz familiar se oyó.

Pov Edward

-Es la segunda vez que Esme me llama Em-

-Ellos querían cervezas. Entonces que esperen-

Llegamos a la casa y estaba casi toda la familia. También se encontraba Alice, la saludé y ayudé a meter las cervezas y el hielo en la cava.

-¿Mi amor puedes buscar vasos?- me dijo Esme

-Claro mamá ya vengo-

-Si ves a Bella tráetela. Ya lleva mucho tiempo en la cocina. Tal vez se la tragó la nevera- me dijo Alice muy divertida

Entré a la cocina y había una mujer de espalda.

-Si Quil lo se, no me olvido de mis obligaciones- esperó y prosiguió –Mañana temprano  estaré ahí no te preocupes- se despidió y colgó

-Me imagino que tú debes ser Bella ¿No?- Se volteó y me miró. Volví a ver esos ojos color chocolate. Su rostro completo. Parecía una niña. Su cara era pura inocencia. Ahí estaba mi extraña. Parada en la cocina de mí casa. Sin antifaz y en un encuentro normal. Tan perfecta.

-¿Cómo sabes mi nombre?- fue lo que respondió

-Ah disculpa. Alice me mando a buscarte. Está preocupada por si te tragó la nevera. Perdón por no presentarme Edward Cullen- le dije extendiéndole la mano

-Bella Swan- respondió ella un poco nerviosa. Al tocar su mano volví a sentir las cosquillas. Era algo que definitivamente esperaba pero igual me desconcertaba.

-¿Isabella Swan?- pregunté extrañado

-Sí, ¿Por qué? ¿Algún problema?- Al parecer no esperaba mi reacción.

-No. Por supuesto que no- le dije. Se supone que los escritores son aburridos. La mayoría son locos y su vida es muy dura. No es normal ver a una escritora y apreciar que en su vida disfruta de lo que hace (hasta donde yo he visto)

-Edward Cullen me dijiste ¿no?-

-Sí, es todo un placer conocerte Bella. Alice habla maravillas de ti. Vendrás seguido con ella ¿cierto?-

-Gracias. Y pues, no se. La verdad no los conozco mucho. Me da pena entrar así a tu casa. Me siento como una intrusa- se sonrojó y bajó la cabeza

Con mis dedos levanté su mentón, la miré a los ojos y le dije: -Entraste invitada, no eres una intrusa. Y mi familia nunca le cierra las puertas de la casa a alguien. Siempre serás bienvenida y yo estaré encantado de recibirte- se sonrojó aun más

-¿Se los tragó la nevera a los dos?- preguntó Alice entrando de repente en la cocina. Rápidamente quité mi mano de la cara de Bella y me aparté de ella. Pero al parecer Alice logró vernos porque miró primero a Bella, luego a mí y volvió a depositar los ojos en ella tratando de decirle algo con la mirada.

-Ya llevaba los vasos- dije al ver que Bella no se movía. Agarré los vasos y salí de la cocina dejándolas solas.

Al ratico ellas se incorporaron riéndose y eso me tranquilizó. Pasamos una buena tarde. Aunque la verdad Bella se robaba toda mi atención. Quería saber cada detalle de ella. Quería tenerla cerca. Poder tocarla y tener esa sensación en mi piel que solo ella causaba. Estaba oscureciendo y ellas anunciaron que se irían. Le pregunté a Bella si nos veríamos de nuevo y ella se despidió con un “Por supuesto”

Pov Bella

-Los Cullen. Edward Cullen- me repetía una y otra vez acostada en mi cama. No podía creer el día tan maravilloso que pasé.

Alice solo me dijo que sabía que algo pasaba entre Edward y yo. Y aunque se lo negara de todas las formas posibles ella igual insistía en eso. Al día siguiente me reuní con Quil (mi agente) y preparamos todo lo que teníamos pendiente. Sorpresivamente las semanas pasaban rápido. Ahora bailábamos en el bar solo los viernes ya que tanto Alice como yo teníamos muchos compromisos. Todos los viernes ÉL hacia acto de presencia, en la misma mesa y con esa sonrisa encantadora. No volví a verlo como Bella Swan solo en el bar y una vez más en mi departamento. Un día llegó Alice muy extrañada al departamento con un periódico en sus manos.