Pov Edward

Jane. Era una vieja amiga. Estudiamos juntos antes de ir a la universidad. Realmente era mi mejor amiga en el instituto. Ella era la niña linda e inocente. Y todos los hombres morían por ser el primero en tocar su cuerpo. Yo por el contrario no prestaba atención a eso. Ya había tenido algunos encuentros con unas chicas y sabía suficiente sobre el tema pero jamás traté de sobrepasarme con ella. Tenía a quien quería y no me hacía falta estar precisamente tras de Jane. Era agradable escuchar por los pasillos a las chicas hablar de mi encuentro con ellas. No es que guste hablar sobre el tema pero es bueno para tu orgullo. ¿A quien no le va a gustar? ¡Vamos! Soy hombre. Jajaja. Excusa machista lo se. Pero lo soy.

Un día me pidió o mejor dicho me ofreció ser el primero en su vida sexual. De verdad me impresionó pero ella dijo que era por la confianza y que no pasaría a más, que luego no se iba a estar con cosas y llorando por supuestos sentimientos. Una mañana de clases decidimos saltarnos el día y nos fuimos a su casa. Sus padres nunca estaban. Ella casi siempre estaba sola, al parecer sus padres tenían problemas, ese día  entre una y otra insinuación de parte de ella la hice mujer. Fue delicioso disfrutar con lo que los otros imbéciles soñaban. Recordaba sus apuestas y aquí estaba yo, disfrutando, sin siquiera haber hecho algún esfuerzo por conseguir esto. Una piel virgen. Un lugar donde nadie había estado. Los primeros gemidos de placer combinados con tu nombre (mi nombre). Es increíble ver la sonrisa de satisfacción de la primera vez de una mujer. Para mi no fue la primera. Ya había tenido otras dos vírgenes en mi cama. Y… bueno, unas cuantas con experiencias para pasar algún rato. Jane al día siguiente me buscó como todas las demás. Yo por supuesto no la hice esperar. No me iba a perder ese placer. Como ya les dije, soy hombre. Mejoró mucho y en cada encuentro era más… placentero por así decirlo. La tenía como yo quería. No se quejaba de nada ni colocaba peros. Para cada una de mis posiciones tenía un movimiento y ¿saben? Eso se disfruta. Frente a todos los demás era una niña inocente y conmigo a solas, en la cama, era una de las mejores en el ejercicio. Un día me comentó que estuvo con otro del salón. La verdad no me molestó. Yo la tenía cuando necesitaba y eso me bastaba. En pocas palabras ella se me regalaba. Con el tiempo fui dejándola de ver como una amiga, pues ya no le tenía respeto como mujer. Ella misma no se hacía respetar y eso no es bueno para la reputación de una mujer. Uno antes de ser hijo, novio, esposo, amigo, etc. Es una persona. Yo antes de todo soy un hombre y ella antes de todo eso es una mujer. Si ella no se considera mujer y se da su puesto no puede ser nada más. Primero es definir ¿que soy? Y después ¿Qué quiero lograr? Y ¿con quien?

Bella. Cuando conocí a bella sentí que la vida me cambió. Me cautivó desde el primer momento. Su forma de vida, sus intereses, y no lo voy a negar. Su cuerpo y su piel también. Pero no de una manera sexual sino de una manera que sale desde lo más profundo. De una manera que no tiene nombre. Bueno… que no tenía. Ahora si lo tiene. De una manera con AMOR. Su belleza es natural. No como la de jane que se rompió cuando la hice mujer. La belleza de Bella traspasa todas las fronteras. Ella es bella como persona, como pareja, como mujer. Es pura por dentro no solo de físico. En palabras claves la mujer perfecta. Cambié mi vida por completo aquella noche que ella apareció. Dejé de ser el Casanova y solo me propuse un objetivo. Ella. Cuando la tuve en mis brazos algo muy extraño pasó. Por mi cuerpo sentí mil emociones que no había sentido con ninguna otra y ahí comprobé que ella si era diferente. No era su primera vez pero pude sentir lo cerrado de su centro. Tenía mucho tiempo sin hacer ese “ejercicio”. Sus movimientos eran fluidos imagino que por el baile aun así en sus manos pude sentir su miedo, tal vez era pena. Algo muy común en quien no tiene mucha vida sexual. O casi nada por así decirlo. Su cuerpo era diferente. Su aroma me drogó. Su sabor me hizo adicto a el. Y como un alcohólico y drogadicto cada vez estaba ahí a sus pies, y lo estaría por el resto de mi vida. Le daría todo lo que necesitara sin ella siquiera pedírmelo.

Dos mujeres completamente diferentes. Llenando espacios diferentes en mi persona y corazón. Una con un lugar por cierto cariño que sentí algún día en mi vida. O tal vez era lastima y la otra con el lugar intocable e inalcanzable en mi mente y mi corazón. Jane era como la oscuridad en mi vida. La parte difícil de las cosas. Y mi Bella era mi sol, mis días de juego, mi sonrisa, mi voz. Era todo mí ser. Mi único ser. Ambas tan diferentes y con el mismo título.

La Sra. Cullen.

Esposa de Edward Cullen.

Increíble ¿no? Ya les explico porque.

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Ya lo se chicas, las dejo en suspenso. soy mala. hago los capis cortos. lo se. pero para que vean q no soy tan mala les dejare la explicacion de Edward. Los capis largos ya vendran. un poco de paciencia xfis. recuerden seguir votando. Un beso para todas. Se les kiere en exceso :D MARIU...*!