Cuando de repente jadeó por aire, sentí como si mi corazón se hubiera detenido. Dije el nombre de Carlisle en voz alta, esperando que escuchara donde quiera que estuviera. Le tomó un minuto regresar, dejar de hacer lo que fuera que estuviera haciendo. Para cuando llegó, limitado a un paso humano, todo había terminado.
Carlisle se inclinó sobre ella, revisando su pulso. Cuando no encontró ninguno, se giró hacia mi rostro cubierto de lágrimas y puso una mano sobre mi hombro.
"Lo siento," murmuró. "Tendré que llevarla a la morgue ahora. Luego… luego volveré por Edward."
Asentí de acuerdo. Esta era la forma en que debía ser. Hacía mucho lo había aceptado. Vi como Carlisle empujaba el catre lejos y luego me giré de regreso a Edward. Lo estudié con intensidad, sabiendo que era solo cuestión de tiempo antes que fuera mordido y comenzara la transformación al Edward que conocería en 2005. Su rostro estaba enrojecido, bastantes vetas de color rojo sobre sus mejillas. Su cara era tan suave, simplemente escondiendo la mandíbula cincelada y los altos pómulos que la transformación revelaría. Dulce como un querubín ahora, pronto a ser un ángel caído.
Carlisle regresó un poco más vacilante de lo que se fue. "¿Bella? ¿Crees que puedes regresar a mi casa por tu cuenta?"
"Si," asentí. Después de esto, no me preocupaba mucho por el peligro que las oscuras calles poseían. ¿Cómo podría sobrevivir esta terrible experiencia sólo para morir en la calle?
Carlisle se llevó a Edward después de su madre. Me dolió físicamente verlo irse, pero me obligué a levantarme del piso y me encaminé hacia la salida de enfrente. Vi enfermeras mirándome con compasión por el rabillo de mi ojo, pero mantuve mi cabeza baja. Era más fácil de esa manera.
Estaba a menos de diez pasos de la puerta cuando una mano salió de una de las camas y agarró el borde de mi falda. Me dio miedo. Las alucinaciones histéricas de las víctimas con fiebre podrían venir en toda clase de locuras. Sin embargo, tuve una clase diferente de sorpresa cuando miré y me di cuenta que reconocía el rostro, pálido y desgastado como estaba.
"¡Norman!"
"Bella." Su voz era tosca. Se veía horrible. Su cabello rubio se veía café, empapado como estaba con sudor, y su respiración pacería un sonajero, tanto como Elizabeth en sus horas finales. Hice un gesto de dolor. Sea que me gustara o no Norman, no desearía este destino sobre él.
"Bella," dijo de nuevo. "Quiero disculparme."
"¿Disculparte?" No me lo había esperado.
"Por la forma en que te traté. Las cosas que dije. Por tratar de arruinar tu felicidad. Lo lamento tanto."
Me quedé mirando en completa sorpresa por un momento, tratando de procesar el cambio en su comportamiento. Pero supuse que la perspectiva de morir tenía una forma de cambiar a la gente… especialmente aquellos con causas para tener conciencia culpable.
"Te perdono," dije finalmente. Al final él no había hecho ningún daño… Ya fuera si lo hubiera hecho o no, no podría asegurarlo. Pero no había ningún punto en guardar rencor hora que todo había cambiado.
"Gracias," suspiró cerrando sus ojos y liberando mi falda. Entonces lo dejé. Podría haberme quedado más tiempo por lástima en cualquier otro momento… pero Edward y Carlisle estaban esperando.
Afuera, las calles estaban tan tranquilas como una tumba. No estaba sorprendida. Cualquiera que no estuviera enfermo ya, estaría mejor servido quedándose fuera del camino del peligro. Me apuré a través de la oscuridad. Pasé algunas figuras grandes, algunos enfermos, algunos no, pero nadie me molestó. Estaba agradecida; no podría lidiar mucho más esta noche.
Carlisle me encontró en la puerta de enfrente y me entró rápidamente. Escuché un gemido desde el piso de arriba y me estremecí.
"Ya lo hice," explicó Carlisle. "Yo… temí que no durara lo suficiente para que llegaras. No quise tomar ningún riesgo. Además, probablemente fue más seguro que no estuvieras presente."
"Cierto," acepté. "¿Me puedo quedar con él? ¿Te importa?"
"No, por supuesto que no," Carlisle sonrió amablemente. "Tal vez podamos mantenerte un poco más cómoda aquí. Debes estar exhausta."
"Realmente no puedo decirlo ahora," dije con pesar.
Carlisle me guió escaleras arriba hacia uno de los normalmente inutilizados cuartos. Edward estaba encima de los cobertores, retorciéndose de dolor. Sus dedos enterrados en la cama bajo él, su cuerpo tenso por el esfuerzo de retener sus gritos. Corrí, trastabillando, a su lado. Asumí que Carlisle se quedó atrás, pero no pude estar segura.
"¿Edward? Edward, va a estar bien," prometí, asustada de estirar mi mano y tocarlo, no sea que le causara más dolor. "El Dr. Cullen se encargará de ti."
Sus ojos se abrieron rápidamente para encontrar los míos, labios temblando. "¿B-Bella?" Apenas logró decir mi nombre antes que el sonido se convirtiera en un torturado grito. Sus ojos no contenían nada más que dolor y miedo, y deseé poder encontrar una forma de advertirlo, de prepararlo, de avisarle que esto valdría la pena al final.
"Si, Edward, estoy aquí," dije, tocando su cara con vacilación. Él no se alejó sino que se recostó en mi mano.
"¿E-estoy… muriendo?"
"No," dije rápidamente. "No, sólo cambiando. El dolor se irá, y estarás bien."
"Quédate," rogó. "Quédate conmigo."
"Por supuesto." No lo tendría de otra manera.
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hola chicas se q no le me he dirigido a ustedes q son una fieles lectoras pero es q la universida no me deja time de serio pero horuta tengo una buena merecida vaciones como cinco dias le tengon una new notice tengo un blog deddicado a esta y ala nueva historia q empezare cuando esta llegue a su final ya q le quedan como 2 a 3 capi me siento muy bien a ver q le ha gustdo tanto como ami y espero tener tambien su aprovacion y aceptacion con mi nueva historia aqui le dejo el likhttp://nylevecullentwiling.blogspot.com/ para q lo visiten bye saludo y gracias x sus votos y comentarios se les quiere byyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy T.Q.XD
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