Amor por Obligación (+18)

Autor: neni_bella
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2012
Fecha Actualización: 28/04/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 32
Visitas: 37491
Capítulos: 20

ESTE FIC HA SIDO DESACTIVADO POR FALTA DE ACTUALIZACION SI QUIERES CONTINUARLO COMUNICATE CONMIGO MEDIANTE UN MENSAJE DE LO CONTRARIO SERA ELIMINADO

ORPHA

 

Bella, una chica de 14 años que para salvar el trabajo de su papá tiene que hacer todo lo que Edward Cullen le diga, y aunque el tenga 24 años y sea un sádico, mujeriego, violento y un vampiro tal vez.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 6: Salvada?

capitulo vi: salvada?

Sabía perfectamente que hoy era el primer día en mi infierno propio, con mi mounstro personal, nadie dijo que fuera fácil…

 

Sentí mi cuerpo agarrotado, no me había movido en toda la noche por miedo a molestar a Edward.

 

Ayer había sido definitivamente uno de los peores días de mi vida o mejor dicho el pero en mis cortos 14 años. No podía creer todo lo que había pasado ayer. Había sido secuestrada por el jefe de mi papa, había sido golpeada por el mismo y violada también.

 

Pero menos podía creer que me había entregado, había dejado que Edward hiciera lo que quisiera sin luchar. Tratando de aliviar mi dolor mental, por así decirlo. Me decía a mi misma que de nada hubiera servido luchar anoche. Y con esto trate de moverme.

 

Pero me era imposible mi cuerpo estaba todo dolido tanto por los golpes como por la violación de Edward. Quería ducharme, quería escapar, quería ver a mi mama pero como lo haría con el maldito de Edward tras de mi.

 

No soportaba la idea de tener que convivir con el por el tiempo que el  mismo  había planeado tenerme aquí, ni siquiera podría ver su rostro pero estaba decidida hacerlo, cuando lo viera le daría una cachetada, sabia que podría costarme caro pero quería que por lo menos se diera cuenta de que yo no era una idiota que iba a someter cada vez que quisiera.

 

Con muchísimo esfuerzo me levante de la cama vi que estaba completamente desnuda, cada paso que daba hacia que el dolor de mi entrepierna aumentará cada vez mas.

 

Pero no, no iba a dejar que Edward viera cuanto me había lastimado.

 

Tras lograr llegar al baño. Me metí en la enorme ducha y me di un refrescante baño con agua caliente, mientras el agua caía por mi cuerpo los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente.

 

Sus labios por todo mi cuerpo, el sabor de su boca sobre la mía, el delicioso aroma que desprendía su cuerpo, la marca de sus fríos labios sobre mi cuerpo. Por inercia dirigí mi mano hasta las partes de mi cuello que Edward había besado.

 

No podía negar que se había sentido bien. En mi vida solo había besado a una persona y ese fue un chico que se atrevió en mi 7mo grado a robarme un beso, obviamente sin mi consentimiento.

 

Pero lo de Edward no se podía decir que fue solo un beso, por que técnicamente no lo fue.

 

Terminando de bañarme, salí de la ducha y me coloque frente al espejo desnuda y me puse a observar mi cuerpo. Tenía hematomas en casi todos lados.

 

En mi cuello había pequeñas marcas de mordidas y de los dedos de Edward cuando este me tomo la noche anterior, logrando cortar mi respiración momentáneamente. Sin poder evitarlo mi cuerpo se estremeció al recordar la noche anterior cuando Edward sin mucho esfuerzo me había levantado del suelo solo tomada por mi cuello.

 

Para quitar esos pensamientos de mi mente seguí observando donde mas había marcas de la violencia de Edward

 

Mis brazos tenían marcas de sus dedos y mis muñecas ambas por igual estaban todas moradas. Esas eran los hematomas que mas se notaban por que en el área de mi vientre y mi barriga, todavía podía ver marcas de pequeñas mordeduras juguetonas.

 

Recordar que algunas de estar marcas las había disfrutado era el pensamiento más masoquista de este mundo.

 

Como por ejemplo las pequeñas mordeduras de mi vientre y de mi cuello, esas no habían dolido mas bien me habían dado un gran placer.

 

Quitando esos pensamientos de mi mente tome una toalla que estaba al lado derecho del gran espejo y me seque. Luego recordé que no tenia nada que ponerme, mi camisa había sido destrozada por Edward al igual que mi ropa interior lo único que quedaba era mi pantalón.

 

Me dirigí al cuarto aun con la toalla alrededor de mi cuerpo, tratando de ver que podía usar. Mi pantalón lo encontré tirado en el suelo. Pero no había nada más que podía usar, esto estaba mal.

 

Como mi madre pudo creerme, que clase de persona iba a casa de una amiga y no llevaba ropa de cambio. Supuse que fue el miedo que no me dejo pensar bien en esos momentos. Aunque estaba segura de que mi mama creería que mi amiga me prestaría ropa.

 

Con la toalla aun puesta, recogí el pantalón del suelo y salí de la habitación.

 

Buscaría en todos los cuartos estaba segura de que podría encontrar  algo había 6 habitaciones en total y un baño en todo el pasillo.

 

Empecé por la primera a la izquierda no había nada, era solo un hermoso cuarto con una gran cama. El segundo a la izquierda, tampoco encontré nada.

 

Y llegue al tercero a la izquierda el cuarto en el que me había escondido. Pe… Pero que era esto, la puerta solo estaba rota como si con solo un pequeño empujón Edward hubiera logrado abrirla. Se que en el mundo habían personas que tenia mucha fuerza y esos eran los tipos enormes que levantaban pesas y pesaban una tonelada.

 

Pero Edward no era así, el era musculoso si, pero no tanto.

 

Que clase de persona o cosa era el, como alguien podía tener tanta fuerza como para hace algo así, como para dejar marcas tan oscuras en mi cuerpo como para poder cargarme con una sola mano.

 

Asustada salí de esa habitación estaba decidida a encontrar algo que ponerme para poder bajar al piso de abajo. Por que aunque estuviera en casa de este moustro el hambre era algo que nunca podría evitar.

 

Genial, ya había revisado la mitad de los cuartos y no había encontrado nada, me faltaban solo dos habitaciones y listo si no me vería obligada a andar con la toalla por toda la casa y eso no era nada agradable.

 

Me dirigí al cuarto que estaba al lado del de Edward, cuando abrí este era totalmente rosado y con un enorme armario que para mi suerte tenia algunas prendas en el, suspire aliviada pero ¿de quien era este cuarto? Rosado con ropa de talla no muy grande. Tome una pequeña camisa de tiras muy finas era de una hermoso color azul intenso pero era de mi talla o un poco mas grande.

 

En ese momento llego a mi cabeza la imagen de Edward con una hija pero eso era imposible el no podía tener una hija. Si tenía una hija debería tener esposa.

 

Si pero podía haberse divorciado, fue un pensamiento que llego a mi cabeza como si nada.

 

Vamos Bella no te hagas ideas antes de tiempo, no lo juzgues sin saber.

 

¿Juzgarlo? El debería estar en prisión por todo lo que me hizo, si el tenia una hija ella debería tener casi mi edad por dios que clase de mounstro era Edward. ¿Como podía ser así?,

 

Salí lo mas rápido que pude de allí, baje las escaleras corriendo casi me caigo pero no le preste atención a esto. Cuando llegue a la puerta trate de abrirla pero esta estaba cerrada.

 

Genial ahora estaba encerrada en la casa de un psicópata, esto no era posible tenia que haber una manera de escapar.

 

Estuve casi dos horas tratando de encontrar la manera de salir pero las ventanas estaban selladas y las puertas con llaves o se abrían si ponías una clave, claro como no se me pude ocurrir un multimillonario como Edward debería tener ese tipo de seguridad.

 

Ya vencida y sabiendo que no tenia escapatoria decidí buscar algo de comer, si iba a morir aquí no iba a ser por hambre.

 

Cuando entre en la cocina esta era enorme y hermosa, completamente negra con todo en color aluminio, supuse que debía ser una cocina italiana. Como las de la televisión.

 

Empecé por revisar la nevera, esta no estaba tan llena como yo esperaba conseguirla en casa de una persona con tanto dinero como Edward. Las botellas de agua selladas, los paquetes de galletas también cerrados, todo estaba cerrado.

 

Por que Edward no comía, ¿acaso era diabético o un maniaco de la limpieza y el orden? pero si así fuera abría cosas abiertas pero ordenadas.

 

Vamos Bella que pensamientos mas idiotas estas teniendo, Edward es una persona normal ¿no?

 

Si pero una persona normal no tiene tanta fuerza, una persona normal se alimenta, una persona normal no puede ser tan ordenada, una persona normal no puede ser tan…  rápida…

 

Oh por dios en casa de que diablos estaba, estaba ahora completamente segura de que Edward no era algo normal, ahora que lo recordaba Edward era rápido, mas bien demasiado rápido para ser algo común.

 

Pero vamos que podía ser. El er…

 

Pero un sonido en la puerta principal me hizo callarme, alguien estaba abriendo la puerta podía oír el sonido de las llaves en la cerradura. Lo primero que se me ocurrió fue que era Edward, así que lo más rápido que pude me coloque detrás de un sillón.

 

Podía ver quien era el que iba a entrar, desde mi escondite mi vista estaba fija en la puerta principal.

 

Cuando la puerta se abrió me agache mas para que mi cabeza no se viera pero igual mi vista todavía alcanzaba a ver a la persona era… La hermana de Edward la que parecía un duende, aunque no recordaba su nombre un sentimiento de alivio recorrió mi cuerpo.

 

Pude ver como ella fijaba sus ojos en el lugar donde yo me escondía como si pudiera ver que ahí había alguien.

 

Pero por alguna extraña razón sentí que podía confiar en ella, así que decidí salir de mi escondite.

 

Cuando ella me vio pude ver su cara de terror y de miedo sus pequeñas manos se dirigieron a su pequeña boca, que en estos momentos formaba una perfecta “O”.

 

Pude ver como sus ojos se dirigían a los morados de mis brazos y mi cuello. Y vi en sus ojos el terror de ver semejantes marcas en mi pequeño cuerpo.

 

-Bella, ¿que haces aquí?- Pregunto mientras se me acercaba la verdad me sorprendía que se acordara de mi nombre, si solo se lo habían mencionado una vez- ¿Pero que te paso?

 

Me quede el silencio no sabia si era buena idea decirle que su hermano, Edward me había violado.

 

-Yo no te vi aquí- Dijo mientras me miraba. Y de repente miraba al vació como si tratara de recordar algo- No es imposible- Dijo en un murmullo como si hablara con ella misma.

 

No entendía en estos momentos, ella me estaba viendo así que sus palabras no tenían sentido

 

-¿Donde esta Edward?- Cuando dijo esto pude escuchar en su voz rabia y molestia

 

-Yo...y...yo, no lo se y  no me paso nada, estoy bien- Le dije pero vi como sus ojos se abrían de impresión y fruncía en ceño.

 

-Nos largamos de aquí Bella, ya mismo- Dijo mientras me tomaba de la mano y me jalaba hacia la puerta.

 

Cuando su fría mano toco la mía mi boca inconscientemente dejo escapar un gemido de dolor. Ella volteo a ver y dirigió su mirada hasta mi muñeca.

 

-Lo siento- Dijo mientras tomaba mi mano y la examinaba.

 

Después de ver mi mano por unos minutos me dirigió una mirada de pena y siguió su camino hasta su auto. Un hermoso Porhse Amarillo.

 

Cuando ella vio que yo me había quedado parada observando mi manos. Se detuvo y me grito desde donde se encontraba parada.

 

-Vamos Bella, ¿que sucede?- Me dijo en un grito prácticamente.

-No puedo- Le dije en un susurro que apenas yo oí.

 

No podía hacerlo, Edward se pondría furioso y sabía que su furia la pagaría conmigo y no quería mas marcas en mi cuerpo ya estaba lo suficientemente marcado por sus manos, ya no soportaría mas si el volviera a ponerme sus manos encima.

 

En mi mente algo me decía que debía ir con ella. ¡Vamos era mi oportunidad de escapar! Y si Edward iba a buscarme ella estaría ahí conmigo y no dejaría que Edward me hiciera tanto daño.

 

Pero ese era el problema sabia que Edward no se quedaría quieto y sabia que encontraría la forma de hacerme daño.

 

Y por otro lado estaba el empleo de mi padre había aceptado esto hace tan solo un día y ya me estaba retirando pero es que simplemente no podía, mi cuerpo estaba todo mal por culpa de los golpes y mi entrepierna todavía no dejaba de doler. Apartando el hecho de los moretones.

 

-¿Como que no puedes Bella?- Vi como se devolvía corriendo a mi lado- ¿Que te sucede?- Me dijo mientras me tomaba por lo hombros y me sacudía.

 

-Yo… Edward se pondrá furioso- Le dije mirándola directamente a los ojos.

 

-Me importa una mierda lo que Edward haga, tú y yo no vamos inmediatamente de aquí- Dijo mientras me tomaba de nuevo por mi mano y me jalaba hacia ella.

 

-Me pegara de nuevo, si me voy-  Dije mientras las lagrimas se salían de mi rostro- Se que puedo ir contigo pero cuando me encuentre, me traerá de nuevo aquí y… y…- No pude mas las lagrimas ya caían por montones sobre mis mejillas

 

La hermana de Edward me abrazo por fin recibía un abrazo de alguien en dos días, un abrazo verdadero se que no la conocía pero la necesitaba, ella era la única con a que podía contar en estos momentos.

 

-Todo estará bien- Dijo mientras nos dirigíamos a su auto.

 

Sabia perfectamente que Edward se molestaría de sobre manera pero ya no lo soportaba mas, tal vez su hermana podría ayudarme a escapar.

 

Pero no tenía a donde ir, a mi casa no podría mientras mis morados no hubieran desaparecido y esta vez la excusa de que me había caído no funcionaria, por que las hematomas tenían la forma de los dedos de Edward.

 

Mas y mas lagrimas mientras pensaba todo esto, Edward había arruinado mi vida en solo un día ya no podía ver a mis padres aunque estuviera en libertad por que los golpes serian demasiado obvios y se que mi familia no se quedaría con esto y buscarían la manera de meter preso a Edward pero el era demasiado poderoso mis padres y yo simplemente no podríamos hacer nada. Y terminaríamos perdiendo nosotros.

 

Así era la vida, como la cadena alimenticia, primero va el tiburón y después los peces pequeños.

 

-Yo… No tengo donde ir- Le dije a la hermana de Edward en un murmullo.

 

Vi como me miraba molesta.

 

-¿Como que no tienes donde ir Isabella Swan?- Me grito mientras manejaba la verdad es que la imagen era muy graciosa pero en estos momentos no tenia ganas de hacer absolutamente nada, solo quería dormir dejar que el sueño me llevara y no despertar mas.

 

-Me tienes a mi, estaré siempre contigo- Dijo mientras tomaba mi mano con delicadeza- No dejare que Edward te haga mas daño, pero necesito que me digas lo que te hizo y ¿Porque?

 

Me daba muchísima vergüenza decirle todo lo que había pasado anoche y la verdad no quería hablar de eso en estos momentos y su segunda pregunta el ¿porque? Ahora que me lo había mencionado, no tenia la menor idea de porque Edward había hecho todo esto.

 

Yo solo era una niña de 14 años común y corriente, no tenia nada especial, claro no era fea, pero tampoco era como las mujeres que Edward podía conseguir tan fácilmente. Sabia que el podía conseguir una mujer muchísimo mas experimentada que yo y muchísimo mas hermosa, pero no el había preferido torturarme a mi.

 

Claro ya lo entendía era por eso, el de seguro se había aburrido y había decidido jugar con la pequeña hija de alguno de sus empleados pero yo la verdad no entendía como alguien podía divertirse de esa manera, por supuesto si lo de el conmigo era por diversión.

 

-Bueno Bella, entiendo que no quieras hablar de ello- Vi como volteaba al frente, con el ceño fruncido- Por cierto por si no lo recuerdas me llano Alice.- Dijo mientras me regalaba una hermosa sonrisa.

 

No sabia si se había molestado por que no le había contado nada pero por otro lado no podía entender como ella un ser tan bueno podía ser hermana del peor ser humano de este planeta.

 

Poco a poco en sueño me fue venciendo pero antes de caer completamente el sonido de un teléfono me despertó pude ver como Alice buscaba dentro de su bolso y cuando encontró el teléfono quien no paraba de sonar. Vi que observaba el número o el nombre de la persona que llamaba.

 

Vi como su rostro pasaba de la tranquilidad a la furia. Algo dentro de mí me dijo que podía ser Edward, Alice se dio cuenta de cómo la miraba fijamente en busca de alguna respuesta.

 

-Todo estará bien- mientras dejaba el teléfono sobre su bolso.

 

-¿No vas a contestar?- Le dije temerosa.

 

El hecho de saber que Edward ya se allá enterado de que estaba con Alice me asusto, me iría a buscar a casa de ella y luego me castigaría como un padre lo hace con su hija, pero sabia perfectamente que este castigo seria muy distinto a todos los castigos que había recibido en mi vida.

 

Con estos pensamientos las lágrimas llegaron a mis ojos estuve a punto de decirle a Alice que me llevara de vuelta, tal vez había tiempo de disculparme con Edward.

 

Alice al ver esto detuvo el auto un momento y me abrazo.

 

-Calma Bella, el no te hará mas daño-Dijo mientras besaba mi cabeza maternalmente- No dejare que toque de nuevo.

 

-Gra… gra…ci…cias –Dije con un tono de voz nasal por el llanto

 

-De verdad Bella, te lo prometo- Dijo mientras me regalaba otra de sus hermosas sonrisas.

 

Antes esto trate de devolverle la sonrisa, ella al ver que yo estaba mejor, se dispuso a volver a conducir.

 

La promesa que Alice me acababa de hacer la veía tan lejana.

 

No sabia si eso era posible Edward era tan poderoso, tan grande tan fuerte, no se como Alice lograría cumplir todo lo que me había dicho.

 

Perdida en mis pensamientos llegamos a una enorme casa tanto como la da Edward, pero afuera de esta había varios autos estacionados afuera.

 

El primero era un enorme Jeep, color blanco, con ruedas enormes se notaba que era para personas aventureras.

 

El segundo era un descapotable rojo era uno de los autos mas hermosos que había visto en mi vida. El carro estaba tan limpio que juraría que cualquier podría ver su reflejo claramente.

 

Y El tercero un hermoso y elegante Mercedes, color negro. Como estaba oscureciendo pude ver el reflejo de las estrellas en el.

 

Definitivamente todos eran carros hermosos y elegantes, hasta diría que el Jeep también lo era.

 

-Vamos Bella- Me llamo Alice, que ya había salido del auto.

 

Me baje del auto lo más lento que pude por que supuse que aquí estaría la familia de Edward y me daba demasiada vergüenza que me vieran en este estado. Toda llena de marcas y aparte no quería ser la culpable de una disputa familiar. Yo no quería ser quien separara a Edward de su familia.

 

Antes de que llegáramos a la puerta esta se abrió y salio el hermano de Edward el que tenía enormes músculos, pero a la vez parecía un tierno oso.

 

-Alice que r…- Pero se callo al verme.

 

Pude ver como sus ojos recorrían todas las partes de mi cuerpo que se encontraban marcadas por lo dedos de su hermano, por el propio Edward. El tiempo que estuve siendo observada por el me pareció eterno.

 

Sus ojos se encontraron con los míos y pude ver como los de el centellaron de rabia. Después de esto le dirigió una mirada a Alice.

 

-¿Que le paso? –Pregunto mirando directamente a Alice a los ojos.

 

-Edward- Fue lo único que contesto antes de entrar a la casa.

 

-Vamos Bella- Me dijo el grandote.

 

Pero como es que todo el mundo se recordaba de mi nombre que memoria tan perfecta tenían todos el que todavía estaba parado en la puerta se hizo un lado para dejarme espacio para entrar.

 

Cuando entre vi que la casa era la cosa mas hermosa y enorme que había visto en mi vida. Al comparar esta con la casa de Edward, la de Edward se quedaba corta. Esta casa era magnifica, se veía hogareña pero a la vez tenia muchísimo estilo, los sillones eran de un hermoso color crema.

 

Y… Pero antes de poder seguir con mis pensamientos la voz cantarina de Alice me llamaba desde el salón que estaba a mi derecha.

 

-Bella, ven acá por favor- Creí saber lo que me esperaba, sabía perfectamente que toda la familia de Edward estaba allí.

 

Cuando entre al salón, escuche como la madre de Edward dejo escapar un pequeño grito de horror.

 

Me sentía tan observada como el día de la fiesta, pero esta vez no tenia nada que mirar más que mis pies, me avergonzaba saber que ellos sentían pena por mí. Como lo sienten por un perro de la calle me sentía fatal y estar allí parada frente  a todos me hizo sentir peor.

 

Pero no dejaría que lo que me había hecho Edward arruinara mi vida para siempre, así que levante mi mentón con orgullo para que supieran que yo no tenía miedo que no era ninguna cobarde.

 

Pero me arrepentí de haberlo hecho todos ellos me observaban, Carlisle me miraba con una gran tristeza en sus ojos, Esme me miraba horrorizada, la hermosa hermana de Edward me miraba con terror, como si se asustara con tan solo verme.

 

El hermano de Edward, el grandote me miraba con rabia o más bien miraba las marcas de mis brazos, mi cuello y el brazo.

 

El novio de Alice, me miraba con pena como si quisiera disculparse por Edward.

 

 Me sentía nuevamente como una muñeca que podría romperse en cualquier momento.

 

-Alice, por que no llevas a Bella a que se de un baño- Dijo Carlisle, esta solo asintió y me tomo con cuidado por el hombro y me llevo al piso de arriba.

 

Entramos a una habitación pintada con unos tonos claros de rosado. Una hermosa y grande cama era lo que adornaba el centro de la habitación. Habían hermosas mesas de noche y algo que llamaba demasiado la atención el armario mas grande que había visto en mi vida.

 

-Bella, el baño esta allí, ten usa esta ropa- Dijo mientras me tendía un lindo short y una hermosa pero sencilla camisa de cuadros.- Puedes usarlo después de que te cambies- Se dirigió hasta la puerta y antes de salir se quedo observándome un momento, luego dio un gran suspiro- Bella Lo siento.- Y salio de la habitación dejándome sola.

 

Supuse que había dicho eso por todo lo que su hermano había causado en mi, todas las marcas y demás, algo en mi me dijo que Alice y su familia sabían lo de la violación.

 

Pero no quería pensar mas en ello así que me dirigí al baño. Tome una relajante ducha caliente, me relaje durante unos momentos los cuales parecieron horas, pero lo disfrute este era el tipo de baño que necesitaba desde hace unos días.

 

Pero en ese baño empecé a pensar en todo que seria de mi cuando Edward me encontrara, de mi familia, del empleo de mi padre, mi vida y la de mi familia. Parecía imposible pero estaba en manos de Edward Cullen.

 

Enjabone mi cuerpo, lave mi cabello, quite todo rastro de espuma de mi cuerpo y decidí salirme.

 

Tome la toalla que estaba tendida a un lado de la ducha y fui al cuarto, me comencé a vestir.

 

Cuando ya estaba prácticamente lista, escuche el sonido de un auto frenando fuertemente en la entrada me dirigí a la gran ventana. Era un hermoso y también elegante Volvo plateado.

 

Pero cuando logre ver quien era mi corazón se acelero rápidamente, Edward se acababa de bajar del auto caminando con rapidez, vi que antes de entrara a la casa este dirigía su mirada hasta la ventana, cuando mi mirada se topo con la de el, un escalofrió recorrió mi espalda, su mirada era una mirada de odio.

 

Ahora no sabría que seria de mí.

 

Últimamente mi vida estaba en manos de todo el mundo menos en las mías, esta vez la moneda de mi existencia, estaba en manos de la familia Cullen, podrían ellos salvarme…  

 

Capítulo 5: Mi Infierno Capítulo 7: Edward POV

 
14437146 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios