Amor por Obligación (+18)

Autor: neni_bella
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2012
Fecha Actualización: 28/04/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 32
Visitas: 37492
Capítulos: 20

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ORPHA

 

Bella, una chica de 14 años que para salvar el trabajo de su papá tiene que hacer todo lo que Edward Cullen le diga, y aunque el tenga 24 años y sea un sádico, mujeriego, violento y un vampiro tal vez.

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Capítulo 12: Asi Sera

CAPITULO XII: ASI SERA

Los placeres violentos, terminan en la violencia, ahora creo que soy masoquista…

 

-Pe...pero Edward es mi madre la que me dijo que tendría que irme- Dije mirándolo desesperada. Sabia que si no iba a mi casa, mis padres empezarían a preocuparse o se molestaría y me buscarían en casa de Ángela “donde yo estaba”

 

-Ya lose- Dijo mientras miraba sus uñas con gesto despreocupado.

 

Genial, dije mentalmente, estaba haciendo lo mismo que había hecho yo- Estupida rebeldía.

 

-Edward tengo que ir- Dije mientras me acercaba a el inconscientemente.-Son mis padres- Dije colocando mis manos sobre su pecho.

 

-No- Dijo con firmeza.

 

Lo mire directamente a sus ojos, tratando de ver algún signo de que era una broma, pero no. El no podía hacer esto, mis padre me matarían y lo matarían a el, y aparte mi cuerpo todavía estaba todo marcado.

 

-Y..yo por favor Edward, son mis padres.- Dije mirándolo fijamente.

 

-No, ya dije que no Bella-Dijo mientras con sus manos tomabas las mía- No me hagas repetirlo.

 

Con un exceso de molestia solté el agarre de sus manos de un sopetón, eso si que era mucho, que mas quería el.

 

-POR DIOS! Edward, que mas quieres de mi- Dije mientras sentía como las lagrimas salían de mis ojos- Me has quitado todo, que mas quieres que te de.

 

Observe como sus ojos, cambiaban su expresión a una de molestia.

 

-Como puedes decir eso, si tu los disfrutabas tanto como yo- Dijo mientras se me acercaba unos pasos.

 

Eso fue prácticamente como una cachetada a mi orgullo, dolió tanto que solo pude mirar a Edward fijamente, aun con las lágrimas saliendo de mis cristalinos ojos. Necesitaba decirle algo que lo hiriera tanto como el lo había hecho conmigo.

 

-Fu..fue...fue por que tu me obligaste- Dije buscando algo para acusarlo- Tu me quitaste mi virginidad a la fuerza- Cuando mencione todo esto, las imágenes de todo lo que había pasado estos últimos 3 días llegaron a mi mente- Y también me golpeaste.

 

Ante esto, vi como la mirada de Edward se oscurecía, y por un momento vi, como sus ojos recorrían todas las marcas de mi cuerpo, marcas de sus dedos.

 

-Eso no tiene nada que ver- Dijo mientras se acerba a mi, y yo retrocedía.

-Si, si tiene que ver.- Dije escapando por debajo de su brazo, pero su mano me atrapo, antes de que yo pudiera ir a otro lado.

 

-Vamos Bella- Dijo mientras hacia que lo mirara a los ojos- No quieres que me moleste verdad.

 

Este comentario izo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, e imágenes de todo lo pasado anoche, llegaron a mi mente tan rápidamente, que hasta puedo decir que me mareo.

 

Pero Edward no podía hablar enserio, el no podía volver a pegarme como ayer, no lo soportaría. Hasta podría matarte, si quisiera, las palabras de Rosalie, llegaron a mi mente también, todo esto izo que gotas calientes empezaran  salir de mis ojos.

 

-¿Y ahora porque lloras Bella?- Dijo mientras me abrazaba.

No Quero sus abrazos, no quería que esos formados brazos que me habían golpeado, me tocaran otra vez.

 

Tenia que encontrar la manera de que pudiera ir a casa de mis padres, ok, hoy es miércoles, tengo hasta el viernes, dije mentalmente, tenia que encontrar cualquier manera de que Edward, pero en estos momentos necesitaba relajarme para poder pensar.

 

Cuando Edward me soltó, observe como se dirigía a la puerta pero antes de salir este se volteaba a verme, supuse que iba a decirme algo.

 

-Esta noche vamos a salir-Dijo mientras desaparecía detrás del marco de la puerta.

 

QUE, eso era imposible, me negaba rotundamente a salir, con mi cuerpo en este estado, que pensaría todo el mundo, yo una adolescente con un adulto y la niña toda marcada, cualquiera sacaría la conclusión rápido.

 

Seguí rápidamente a Edward, para darle mi respuesta.

 

Cuando lo encontré, este se encontraba, en la piscina, parada al borde de esta observando todo, las flores, la cristalina agua de la piscina, absolutamente todo.

 

-No voy a salir- Dije firmemente.

-No te pedí respuesta Bella- Dijo aun mirando otra cosa que no era yo, esto me molesto aun mas.

 

-Pero yo te las estoy dando y es no- Dije mientras colocaba mi brazos en forma de jarra.

-Mi respuesta es que, iras conmigo quieras o no Bella- Dijo por fin posando su mirada en mí.

 

-Pero yo no quiero, y menos así como me encuentro, por tu culpa- Estas últimas palabras se salieron de mis labios debidos a la rabia.

 

Me asuste cuando vi que Edward se aproximaba a mi, mi como respiraba con dureza, esto causo un efecto de terror en mi, por un momento creí que me golpearía. Pero no fue así, lo único que izo cuando llego al frente mió fue observarme directamente.

 

-Ya basta Bella, dije que irías por que si- Dijo mientras tomaba mi brazo, por un momento pensé que iba a apretarlo, pero solo lo tomo para cercarme mas a el, aunque ya con mis morados dolía, aunque solo un poco.

 

-Edward por favor suéltame- Dije con un exceso de molestia- Me duele.

 

Ante esto, Edward me soltó apenas yo termine mi oración, nunca hubiera esperado eso y mas con las cosas que yo le había, dicho me imaginaba que estaba molesto.

 

-No tienes que preocuparte de que te vean- Dijo mirándome viendo mi reacción- Rente un lugar, solo estaremos tu y yo.

 

Esto me calmo un poco, pero el hecho de que estaríamos nada mas el y yo, me aterraba mas, sabia que ya no podría hacer mas de lo que me había hecho, pero aun así, el sentimiento no desaparecía.

 

-No quiero- Dije elevando mi mentón, en un movimiento que denotaba orgullo.

-Vamos a ir quieras o no, ya te lo dije- Cuando menciono esto ultimo, no se como, pero me abalance sobre el, tratando de propinarle puñetazos en su pecho que le doliera, pero parecía que era como si le pegara con un pequeño peluche.

 

Pero antes de que pudiera siquiera, pestañear, su manos me tomaron, con facilidad, y en menos de unos segundos, pude sentir la fría agua de la piscina, mojar hasta lo más profundo de mí.

 

Un poco ahogada, Salí a la superficie, y vi como Edward se reía.

 

-Necesitabas bajar tu temperatura- Dijo entre risas, tendiéndome una mano para ayudarme a salir- Estabas que explotabas.

 

Pero orgullosamente, subí mi mentón, sin decir ni una palabra, me dirigí a las escaleras, cuando Salí, me di cuenta que mi camisa estaba prácticamente transparente, ante esto le quise dirigir una mirada de reproche a Edward, pero cuando me voltee para verlo, este tenia la vista fije en mi camisa, mas bien en mi pecho. Ante esto sentí como la toda la sangre de mi cuerpo se acumulaba en mi rostro.

 

No dije nada, pero aun con gesto de orgullo, camine en dirección a la puerta, sentí como Edward seguí mis pasos justo tras de mi, trate de no prestarle atención al hecho de que este no apartaba la viste de mi pecho, aun roja, cuando entre en la hermosa sala, me dirigí a las grandes escaleras.

 

-Necesito ropa- Dije sin mirarlo aun.

 

-Puedes tomar lo que quieras del armario, del cuarto rosado- Cuando menciono esto ultimo, recordé lo de ese cuarto, cuando supuse que era de su hija. Pero como aun estaba molesta  no dije nada.

 

Pero esta vez en ves de entrar a la habitación de Edward me dirigí directamente a la habitación rosa, pero apenas pase a través de la puerta, la cerré. Pude oír la voz de Edward afuera.

 

-Bella, ¿que diablos?- Dijo con tono de reproche.

 

-Lo lamente Edward, pero me voy a dar un ducha- Dije mientras me dirigía al baño, no hablaría mas.

 

-Bueno, como quieras- Eso fue lo último que escuche por parte de Edward.

 

Me dirigí al baño, donde comencé a quitarme toda mi ropa empapada, cuando ya estuve completamente desnuda, me metí en la ducha, el agua caliente se sentía tan bien sobre mi frió cuerpo, esta agua calienta calmaba todos mis sentidos, todo mi orgullo, y cualquier sentimiento desapareció.

 

Me quede un rato largo bajo la ducha, después de unos momentos empecé a enjabonarme completamente, lave mi cabello, todo esto lo ice lentamente, solo quería imaginar que estaba con mis padres y que era libre nuevamente.

 

Con todos estos pensamientos, termine de asearme rápidamente. Llegue hasta el cuarto pero me sorprendí de sobre manera cuando vi a Edward ahí, era imposible, yo había cerrado la puerta con seguro, y el único sitio que quedaba para entrar era una ventana.

 

-Entraste por la venta- Fue lo único que pude decir, escuche como mi voz sonaba perfectamente a reproche.

 

-Eso no importa- Me di cuenta de que intentaba cambiar de tema- Vine a ayudarte a escoger la ropa.

 

-No necesito tu ayuda, se escoger mi ropa sola- Dije aun orgullosa.

 

-Eso ya lose Bella, solo quiero disculparme- Dijo mientras se me acercaba tanto que quedaba solo a unos centímetros de mi rostro.- Y yo quiero ayudarte a es a vestirte.

 

Cuando menciono esto ultimo pude ver como sus ojos brillaban de… ¿lujuria? ¿O era deseo?, en realidad no sabia, ni quería saber, pero los nervios podía sentirlos a flote dentro de mi.

 

-Yo no quiero que tu me ayudes- Dije mas decidida.

 

-Pero yo quiero ayudarte y así será- Dijo mientras buscaba la ropa en el armario.- Ten- Dijo mientras me lanzaba un hermoso conjunto de ropa intima negro de encajes, y una hermosa camisa de cuadros negros y grises de tiras gruesas, que llegaba un poco antes de las rodillas, con esto un pantalón gris claro, tipo pitillo.

 

No pensaba vestirme con el viéndome, sabia muy bien que el ya había visto mi cuerpo todo desnudo completamente, pero siempre era en la oscuridad, así que aquí era realmente incomodo, por lo menos para mi.

 

-Vamos Bella vístete- Dijo mientras cerraba la puerta del armario.

-NO, contigo aquí no.- Dije de forma “autoritaria”

 

-Creo que sabes que no me iré de aquí- Dijo mientras se sentaba en la cama.

 

-Bueno entonces me iré yo- Dijo mientras tomaba toda la ropa y me dirigía a la puerta.

 

-Bella, no me obligues a quitarte esa toalla, a ver si se te quita la pena- Sentí como mi cara pasaba de color a color, rojo, anaranjado, verde, morada, azul. El no se atrevería hacer eso, ¿o si?, Edward me había demostrado que era capaz de hacer muchas cosas.

 

Pero me resultaba realmente difícil con el observándome toda, no quería ni podía, prefería que el lo hiciera ala fuerza, como todo lo que me había hecho, no seria tan vergonzoso.

 

-Bella tenemos que irnos- Dije ya molesto.

 

-¿Tu ya te bañaste?- Pregunte tratando de cambiar de tema.

 

-No, quería hacerlo contigo, pero tu fuiste demasiado rápida- Cuando dijo esto, sentí como si yo fuera un tomate viviente- Además no trates de cambiar de tema vístete.

 

-Yo..yo..yo no puedo- Dije mientras bajaba mi vista, pero pronto sentí como las manos de Edward tomaban mi mentón y me obligaban a mirarlo, pero de repente sentí un frió enrome sobre mi cuerpo, cuando baje la vista para ver que sucedía, no tenia la toalla puesta, Edward la tenia en sus manos.

  

Pero antes de que pudiera hacer otra cosa, las manos de Edward me obligaron a verlo de nuevo.

 

Pero después de esto, sentí como mis pies abandonaban el suelo, era Edward me estaba  cargando y pude sentir la suave cama en mi espalda.

 

Poco a poco Edward fue colocando cada pieza de ropa sobre mi cuerpo, me sentía como una niña pequeña, solo que a una niña pequeña no al tocan como Edward tocaba mi cuerpo, sus dedos hacían que mi piel se erizara, y mientras el me bestia depositaba dulces y suaves besos, en cualquier parte posible de mi cuerpo, mi vientre, mi estomago, mis senos, mi cuello, mis cachetes, y por fin mis labios.

 

Cuando nuestros labios se entrelazaron, sentí como un escalofrío recorrió mi cuerpo entero, la lengua de Edward pedía permiso para entrar, y yo se lo di. Fue algo magnifica, sus labios expertos contra los míos inexpertos, se sentía realmente increíble, sentía que el era mi maestro,  y esto era algo que el solo me podría enseñarme.

 

Nuestro beso fue subiendo un poco de intensa, yo que estaba debajo de Edward, rodee por la cama, y los brazos de Edward me colocaron sobre el, nuestros labios estuvieron unidos por unos pocos momentos ya que, Edward dejo de besar mis labios, para pasar a mi cuello.

 

Yo solo me resignaba a acariciar su cabello, y besar de vez en cuando su cuello, Edward volvió a tomar posición de mis labios, mordiéndolos, ante esto, un gemido de placer se escapo de mi boca, ante esto eso se movió mas rápido.

 

De pronto la camisa que me había puesto solo hace unos minutos ya no estaba, solo quedábamos: el pantalón, mi brazier y yo.

 

 Pronto sentí como Edward se sentaba, posicionándome sobre el, mordiendo mi cuello, y depositando suaves besos, después de esto, sentí como las manos de Edward buscaban el broche de la única pieza de ropa que quedaba sobre mi pecho.

 

Cuando lo encontró, sentí como mis pechos quedaban en el aire, de repente Edward me volvió a costar, esta vez el posicionado sobre mi, cuando esto paso me di cuenta de que el lo hacia para poder besar mis senos.

 

Apenas su boca encontró uno de mis pezones, los mordió, ante esto un gemido mas fuerte salio de mi boca, estaba consiente de lo que podía pasar si seguíamos, pero en estos momentos no me importaba en absoluto.

 

Pero antes de poder seguir besándolo, Edward se separo de mi, lo mire con gesto de confusión.

 

-Es mejor que paremos, si no, no creo que pueda detenerme- Dijo mientras me sentaba sobre el para colocarme mi brazier.

 

-Ten- Dijo mientras se levantaba de la cama y me entregaba mi camisa- Pon tela mientras me baño.

 

Un poco decepcionada, me coloque mi camisa nuevamente, mientras me quede sola me puse a pensar en todo lo sucedido, realmente estaba muy excitada, mi cabello era un desorden total, mi boca roja, de tantos besos.

 

Trate de calmarme un poco, así que baje directo a la cocina, para tomarme un baso con agua excesivamente fría, me sentía como un hombre, que hesitan bañarme con agua fría, para bajar un excitamiento

 

Me senté un momento en el gran muebles, necesitaba pensar en todo lo ocurrido, y esta vez fui yo, la que cedió y quería seguir con mas, no Edward el nos detuvo, recuerdo que hace un momento me sentí decepcionada, y creo que todavía lo estaba, esto me hacia rabiar de sobremanera.

 

Escuche un sonido, proveniente de la escalera, pero antes de que pudiera siquiera voltear a ver, Edward ya estaba a mi lado, como es que podía ser tan rápido, definitivamente Edward no era algo normal. Pero me sorprendí mucho al saber que esto ya no me asuntaba como antes.

 

-Vamos- Dijo mientras me tendía una mano.

 

La tome sin ningún recelo, camínanos directo a la puerta, Edward la abrió y permitió que yo pasara primero, fuimos directo al hermoso Volvo plateado de este. Edward abrió caballerosamente la puerta para mí.

 

Cuando este estuvo dentro del auto, salimos del “mini” estacionamiento de Edward.

 

El viaje fue realmente tranquilo, ninguno de los dos hablo, pero no era un silencio incomodo, mas bien, esta perfecto. Llevábamos una hora de viaje y esta por preguntarle a donde íbamos, pero una visión me distrajo.

 

Frente a nosotros empezaron a formarse filas de enormes y hermosas palmeras, y una suave brisa llego a mis pulmones, en cuanto esto paso, un delicioso olor a playa, llego todo mi ser.

 

Mire a Edward sonriente, la verdad es que me encantaba el sol, y en la playa, este era mas directo, además todo era tan hermoso, la playa que se veía, mientras íbamos en la carretera, se veía extremadamente cristalina.

 

Edward me devolvió la sonrisa, se veía espectacularmente hermoso, parecía un ángel, un adonis, mi propio adonis, o como el había dicho mi “Mounstro personal” .

 

Esto me izo reír en voz alta, Edward al ver esto se volteo a verme con cara de interrogación, pero yo solo negué con la cabeza dándole a entender que no pasaba nada. 

 

Seguí observando el hermoso paisaje, Hermosas palmeras, grandes pájaros, el perfecto sol, el olor del mar, el sonido de las olas reventar contra las rocas. Perfecto, todo esto era simplemente perfecto.

 

Después de unos cuantos minutos, Edward poco a poco fue bajando la velocidad, y vi  que no dirigíamos a algo parecido a un puerto, en este había un vigilante parado, apenas Edward bao un poco mas el vidrio del carro, y el Sr. Lo vio nos dejo pasar de inmediato, dentro de este nos atendieron varias personas, pero yo solo andaba de la mano de Edward.

 

Podía sentir como todos me miraban y dirigían mirada a mis marcas, pero de la mano de Edward nada de esto me importaba. Solo éramos el y yo, en realidad no me entendía ni yo misma, por que con todo lo que el me había dicho y hecho, yo debería detestarlo u odiarlo, pero simplemente no podía, el era demasiado hermoso, como para poder odiarlo.

 

Con las miradas de todos sobre mi, sentí como Edward me jalaba, porque me había quedado tan metida en mis pensamientos, que ni siquiera me movía.

 

Caminando lentamente nos fuimos acercando a un hermoso Velero, Con el nombre “The E.C” , Me supuse que se refería a su nombre, pero en realidad eso no importaba, porque toda mi atención estaba centrada, en ese hermoso barco, de grandes velas, de colores blancos y plateados.

 

-¿Te gusta?- Pregunto Edward, con su vista fija en mí.

-Me encanta- Respondí fascinada, sin quitarle la vista al barco.

 

-Es prácticamente mió, todavía esta en negocio- Dijo mientras tomaba mi mentón y me obligaba verlo- Pero si a ti te gusta, lo termino de comprar, que te aparece- Dijo sonriendo.

 

Me quede asombrada con esto ultimo, nunca esperaría algo así, en mi mente se empezaron a formar imágenes de Edward y yo en una relación seria. Pero todavía estaba en shock, Edward  me estaba tomando demasiado en cuenta para ser alguien de la cual no iba a saber más nada, dentro de unos días.

 

-Y...yo... es hermoso- Dije sonrosada, por su comentario- Pero que a ti te guste es lo importante ¿no?

 

-De Ahora en adelante también tu opinión cuenta- Eso fue lo ultimo que me dijo antes de dirigirse a hablar con alguien. No entendí muy bien lo que quiso decir con esa frase, el y yo no podríamos estar siempre juntos, mis padres no lo permitirían y era legalmente imposible.

 

Cuando Edward termino de hablar con el hombre, que supuse que era con quien estaba haciendo el negocio, se dirigió a mi y me tomo nuevamente de la mano, para entrar en el barco, este por dentro, era mas increíble, que por fuera. Todo de un cuero blanco, con cuadros precisos, lámparas enormes y pequeñas, que iban a la perfección con la decoración.

 

-Es… es precioso- Dije mirándome embelezada, todo lo que estaba a mi alrededor.

 

-Bueno Bella, voy a encender en bote, para salir- Dijo dirigiéndose a un pequeño cuarto que estaba en el centro de todo y al frente.

 

Recorrí todo el barco, era simplemente espectacular, tenia una mini cocina, dos cuartos pequeños, y 3 baños, una mini sala, con un enorme televisor, y una pecera que abarcaba toda la pared.

 

Cuando Salí, me coloque justo en el barandal, el barco ya estaba en movimiento, podía ver como las pequeñas olas de mar, chocaban con este. Desde aquí la vista era hermosa, se veían lejanas y pequeñas islas, y a lo lejos, de donde sobresalían gigantes palmeras.

 

De pronto sentí como unos brazos rodeaban mi cintura, Edward acariciaba mi vientre sobre mi camisa.

 

-¿Hermoso no?-Dijo mientras apoyaba su mentón en mi hombro.

-Mucho- Dije observando una vez mas todo.

-Podremos venir cada vez que quieras- Dijo mientras le colocaba frente a el. Y empezaba a besarme, esto me recordó a lo ocurrido en la casa y me sonroje.

 

-Te ves mas hermosa así- Dijo mientras tocaba mi nariz.

Pero antes de que pudiera responderle, nuestros labios volvieron a unirse, en un beso mas profundo, coloque mis brazos alrededor de su cuello y el en mi cintura, atrayendo mas hacia el.

 

Nuestro beso se izo mas intenso en pocos minutos, tanto que ya yo me encontraba sentada sobre la barandilla, aunque claro sujeta por Edward, y mi camisa ya me llegaba casi al pecho.

 

Poco a poco fuimos calmándonos.

 

-¿Quieres bajar?-Pregunto mirando una pequeña isla.

 

-¿Se puede?- Dije dudosa, no quería molestar.

 

-Solo si tu, quieres- Dijo sonriendo.

 

-Entonces si- Le dije, apenas mencione esto el se dirigió a la “cabina de control” y detuvo el barco

 

Cuando nos bajamos del bote no pudimos evitar que nuestros pantalones se mojaran, pero no me importo mucho, después de un rato de caminar tomados de la mano, no acostamos, yo sobre su pecho, estuvimos así durante un buen  rato, todo estaba perfecto, en absoluta tranquilidad.

 

Luego de hablar sobre todo, el me contó de que trataba su compañía, yo le hable de mi escuela, de mis padres, hablamos de nuestras relaciones, se sorprendió de sobremanera cuando le dije que nunca había tenido una.

 

Luego, antes de darme cuenta, los labios de Edward aprisionaron los míos, y antes de darme cuenta mi camisa había desaparecido, Edward besaba desesperadamente mi cuello, y yo lo besaba a el en los labios, poco a poco logre deshacerme de la camisa de este, todos mojados y llenos de arenas, seguimos besándonos.

 

Después de un momento, sentí como Edward me despojaba de mis pantalones, y me colocaba sobre el, así seguimos besándonos hasta que, sentí las manos de Edward desabrochando mi brazier. Sobre mi, solo quedaba la ultima pieza de ropa interior, aunque esta no duro mucho puesta.

 

Yo también logre, despojarlo de toda su ropa y sin mas sentí a Edward dentro de mi, tan duro y fuerte, un gemido de placer salio de mi boca, y esto incito a Edward a moverse mas rápido, y así lo izo nuestros movimientos eran tan rápidos que dolía un poco.

 

Cuando cambiamos de posición Edward quedo justo arriba de mí, apoyado en sus manos, para que yo no tuviera que soportar su peso. De nuevo nuestros movimientos eran rápidos.

 

Cambiamos de posición nuevamente esta vez ambos quedamos de lado, viéndonos a los ojos. Gemidos y más gemidos era lo único que se podía escuchar en esta solitaria playa, y cuando por fin logramos llegar al clímax, caí rendida en el pecho de Edward.

Ambos respirábamos entrecortadamente, lo habíamos pasado de lo mejor, aunque talvez yo no debería estar haciendo esto, pero no  lo podía negar que el placer era enorme.

 

Pero esto no podría ser para siempre, Edward, sabia que yo tenia que volver con mis padres, así que aproveche que los dos estábamos bien y decidí preguntarle.

 

-Me podré ir con mis padres- Le pregunte.

 

Sentí como Edward se tensaba a mi lado.

 

-No- Dijo mientras tenia la vista fija en el cielo.

 

Esto me izo molestar rápidamente, molesta me levante y empecé a recoger mi ropa poniéndomela, como pudiera.

 

-Que haces Bella- Dijo Edward molesto.

 

-Me quiero ir- Dijo mientras trataba de subir al barco, cuando lo logre.

 

Me fui directamente al baño, ahí me detuve frente al espejo, en este las lagrimas empezaron a salir de mis ojos, sin yo poder retenerlas, no tenia la menor idea del porque de esto, pero lo único que podía hacer era llorar. Llorar por miedo, por desilusión, ¿por amor?

 

No esto era imposible, yo no podía enamorarme de Edward, pero algo en el fondo de mi cabeza me decía que ya lo estaba. Pero no, el no podía saber de esto, porque ahora si seria una presa fácil.

 

Molesta y con los rastros de lágrimas aun en mis mejillas, me mire en el espejo. Me sorprendí al ver que las heridas ya no eran tan visibles, debido a que estaba quemada por el sol y este difuminaba las marcas.

 

Después de esto, decidí lavarme la cara y salir del baño, solo quería llegar a casa, tomar una ducha y dormir.

 

Cuando Salí Edward estaba sentado en uno de los muebles, este me miraba fijamente, pero yo lo ignoraba olímpicamente.

 

Cuando Salí a la cubierta, me coloque en un barandal, y me senté agarrada de este. Todo el viaje estuve, en un momento voltee mi cabeza y vi a Edward, parado en el marco viendo fijamente, nuevamente lo ignore.

 

Cuando llegamos al muelle, me baje sin la ayuda de Edward, aunque en varias oportunidades casi me caigo, y también en varias ocasiones oí múltiples suspiros por parte de este.

 

 En el viaje devuelta a casa, fue de un silencio total, pero este no era como el otro viaje, se notaba la tensión entre nosotros.

 

Pude observar como el sol se ponía en el horizonte. En el pequeño reloj de auto, pude ver que ya eran las 7:30 cuando llegamos.

 

Me baje rápidamente del auto, hiendo directamente, al cuarto. Ya en este, fui directamente a la ducha, aproveche y  me di un relajante baño, me puse, una pequeña bata, que estaba en el armario del cuarto rosa.

 

Y me acosté sabia que no eran más de las 9, pero estaba muy molesta para poder seguir viéndole la cara a Edward.

 

Pero antes de que me quedara dormida pude escuchar la voz de Edward al entrar a la casa.

 

-Si quieres volver con tus padres, tienes que convencerme- Dijo mientras se acostaba a mi lado- Cosas como la que paso en la playa, funcionan. Tienes todo el día de mañana.

 

Sentí como mi cuerpo se ponía todo rojo, de la vergüenza, pero tenia que hacer algo.

 

Así que me recosté en el pecho de Edward… Aquí empezaba mi forma de convención.

 

Del odio al amor, ahí un solo pasó… Con Edward creo que ya son más de uno.

 

Capítulo 11: De Vuelta Capítulo 13: Convenciendote

 
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