Amor por Obligación (+18)

Autor: neni_bella
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2012
Fecha Actualización: 28/04/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 32
Visitas: 37483
Capítulos: 20

ESTE FIC HA SIDO DESACTIVADO POR FALTA DE ACTUALIZACION SI QUIERES CONTINUARLO COMUNICATE CONMIGO MEDIANTE UN MENSAJE DE LO CONTRARIO SERA ELIMINADO

ORPHA

 

Bella, una chica de 14 años que para salvar el trabajo de su papá tiene que hacer todo lo que Edward Cullen le diga, y aunque el tenga 24 años y sea un sádico, mujeriego, violento y un vampiro tal vez.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 11: De Vuelta

CAPITULO XI: DE VUELTA

Pero después de todo quien no se entregaría al placer, si ya no puedes luchar….

..

-Mmmm- Gruñí por el dolor.

 

En realidad todo mi cuerpo gruñía prácticamente por si solo, debido al dolor. Pero debía evitar pensar en eso por que mientras mas lo pensaba mas dolía, tendría que encontrar algo que me ayudara a aliviar el dolor, el que Edward me causo.

 

Hablando de este pude sentirlo a mi lado, tenía los ojos cerrados, debía estar dormido, tenía los ojos cerrados y respiraba profundamente. Se veía tan hermoso así, tan angelical, mas hermoso de lo que era en realidad.

 

No pude evitar, las ganas de tocar su rostro, pero justo cuando mis dedos estaban a unos centímetros de tocar una hermosa nariz, Edward abrió sus ojos, rápidamente, fue tan repentino que yo misma brinque del susto.

 

-Buenos días Bella- Me dijo mirándome directamente.

 

Se veía tan tierno, como lo dijo, hizo que me dieran ganas de besarlo, pero NO, aun podía recordar lo que había hecho anoche. Mis ganas de tocar su hermoso rostro pasaron en el momento que mis ojos se encontraron con los de el. Esto me hizo recordar su mirada de furia anoche.

 

Cuando trate de levantarme, para ir al baño a darme una ducha que aliviara mi dolor, sentí como una mano tomaba mi muñeca, con tanta delicadeza que apenas sentí el toque.

 

Por un momento me asuste, pensando que Edward se había molestado, me detuve abruptamente, y me quede quieta en mi posición.

 

Como le estaba dando la espalda a Edward, no sabia que expresión tenía su rostro, pero antes de que pudiera siquiera pensar algo mas su voz me saco de mis pensamientos.

 

-Bella, quédate conmigo- Dijo dulcemente mientras pasaba una de sus frías manos, por mi adolorida espalda.

 

No supe como reaccionar, Edward siempre había sido muy violento, esto en realidad nunca me lo hubiera esperado.

 

Poco a poco las manos de Edward, se encargaron de ir recostando mi desnudo cuerpo, nuevamente sobre la cómoda cama.

 

Cuando estuve completamente acostada, sin moverme con mi vista fija en el techo, sentí como las manos de Edward empezaban a acariciar las heridas de mi cuerpo, ante sus toques mi cuerpo se estremeció, no sabia si de miedo o por otra cosa.

 

Por un lado sus caricias se sentían muy bien contra las heridas, pero no sabia que planeaba hacer Edward, si volvería hacerme suya, o simplemente tenia ganas de acariciarme.

 

Lentamente fui relajándome un poco, si después de todo que podía hacer Edward que me causara mas dolor del que sentía en estos momentos.

 

Deje que el me acariciara, desde mi vientre, hasta mis mejillas, lentamente, pero después de un rato de acariciarme, empezó a depositar besos en mis hombros, dulcemente, se sentían extremadamente bien.

 

Cuando empezó a besar el área de mi cuello, me estremecí y mi cuerpo se volvió a colocar tieso, el dolor de mi cuerpo era demasiado grande como para poder soportar algo más.

 

Sus besos fueron subiendo, desde mi cuello hasta mi mejilla y poco a poco llegaron a mi boca.

 

Primero empezó besando mis labios lentamente, mientras sentía como sus manos acariciaban lentamente mis hombros.

 

Sus besos, eran como tocar el cielo, con mis dedos, no entendía como después de todo lo que el había causado en mi yo aun podía sentirme así.

 

Después de besar suavemente mis labios, empezó a besar mi pequeña nariz, con pequeños y delicados besos.

 

Yo todavía estaba completamente tiesa, no sabia como responder, si besarlo o dejarlo así, que el siguiera acariciándome y besándome.

 

Cuando sus labios volvieron a tocar los míos, estaba vez el movimiento era mas intenso, su lengua buscaba paso entre mis labios, pidiendo permiso para entrar.

 

Después de un momento no pude aguantar mas y permití  que explorar mi boca nuevamente.

 

Pero mientras de beso se hacia mas intenso, podía sentir como las manos de Edward dejaban de ser delicadas para tomar mi cintura. Pero cuando esto paso un gemido de dolor salio inconscientemente de mi boca.

 

Ante esto Edward dejo de besarme para observarme directamente a los ojos. Por un momento me asuste pensando que se había molestado por yo haber interrumpido nuestro beso. Pero en vez de eso  Edgar se quedo observándome fijamente, en su mirada había algo que no podía descifrar.

 

Pero antes de que pudiera siquiera intentar descubrir que era Edward se levanto lentamente de la cama, Me sonroje de sobremanera cuando me di cuenta de que el también iba completamente desnudo. Pude observar  cada parte de su cuerpo, desde sus musculosas piernas, hasta su hermoso y formado pecho.

 

Vi como se acerba a una pequeña mesa, observe como buscaba algo en una de las gavetas, cuando por fin encontró lo que buscaba, se devolvió nuevamente a la cama.

 

-Te dolerá un poco- Dijo mientras se recostaba a mi lado, y por fin vi que era lo que se encontraba en sus manos, era un pequeño potecito, de crema contra los golpes.

 

Me sorprendí de sobre manera, en el poco tiempo que llevaba conociendo a Edward el había demostrado que no era una persona  delicada.

 

Poco a poco empezó a  esparcir crema por todas las áreas de mi cuerpo que tenían hematomas.

 

Mientras esparcía la crema por mi cuerpo, podía sentir su vista fija en mí, sus ojos, se veían tan tiernos, pero todo esto se me olvido cuando el área de mis costillas, dolió extremadamente, vi como el rostro de Edward se transformaba en una de preocupación por unos momentos.

 

Pero no duro tanto como me hubiera gustado. De repente las caricias de Edward pararon, y vi como se paraba de la cama para ir al baño.

 

-Me voy a dar una ducha, después podrás hacerlo tu- Dijo mientras se dirigía a la puerta que llevaba a este- Solo espera que tu cuerpo absorba toda la crema.

 

Cuando Edward cerró la puerta, las lágrimas empezaron a salir inconscientemente de mis ojos, no sabia si era por dolor, por miedo, por no saber nada de mis padres. Tenia un sin fin de sentimientos en mi cabeza en estos momentos.

 

Pero no podía permitir que Edward me viera llorando, sabia muy bien que a el le molestaba en exceso que yo llorara, pero todo esto era por su culpa, lo ultimo que podría permitirme era que me desahogara aunque fuera solo con mis lagrimas.

 

Muchos más pensamientos siguieron llegando a mi mente mientras el tiempo pasaba, mis padres, la escuela, la familia Cullen, Yo con mis golpes, Edward.

 

No podía creer que solo hace 4 días mi vida, era como la de cualquier adolescente normal, no tenía todas estas marcas sobre mí, veía todos los días a mis padres, al fastidioso de Mike. Todo era simplemente eso Todo, no podía creer cuanto podía cambiar mi vida, solo por tratar de cuidar el empleo de mi padre.

 

Cuando escuche que el sonido de la ducha se paraba, significaba que Edward ya saldría del cuarto de baño, así que me prepare ara yo entrar en el, pero cuando intente levantarme el dolor hizo que fuera imposible.

 

Genial, me dije mentalmente, hace un momento pude, porque ahora ¿no?,. De nuevo intente levantarme, pero lo único que lograba con esto era que el dolor de mis heridas se hiciera mas intenso.

 

Cuando Edward entro en el cuarto, observe que nada más traía una pequeña toalla, alrededor de su cintura, que prácticamente  no cubría nada.

 

Pero, por lo menos no esta desnudo. Me dije internamente, aunque este preciso momento la imagen de Edward completamente desnudo hace unos momentos llego a mi mente como un recuerdo, ante esto pude sentir como mi cuerpo se enrojecía de la vergüenza.

 

-Bella, ya puedes ir a ducharte- Me menciono mientras buscaba su ropa.

 

Nuevamente intente levantarme, pero con esto solo logre que un gemido saliera de mi boca, gracias al dolor. Pero antes de que pudiera siquiera pestañar Edward estaba a mi lado.

 

-Bella, ¿no te quieres bañar?- Pregunto inocentemente.

 

No sabia si lo hacia apropósito, porque gracias a el era que no podía ni siquiera mover mis brazos.

 

-Y...yo... yo no puedo- Dije sin mirarlo. Talvez se molestaría porque pensaba que yo lo estaba haciendo apropósito. Para recordarle que el había sido el culpable de todo esto.

 

Pero antes de que pudiera, pensar otra cosa, sent. Como los brazos de Edward, me tomaban, y me cargaban para llevarme directamente al baño.

 

Apenas sentí, el pecho desnudo de Edward, junto a mi piel, un escalofrió recorrió toda mi espalda, las gotas de agua que recorrían el cuerpo de Edward, se ligaban a mi piel, y hacían que un frió inexistente llegara a mi.

 

Cuando Edward me deposito en la bañera, me di cuenta de su fija mirada, la cual recorría completamente todo mi cuerpo, se sonroje, al darme cuenta que yo también miraba su desnudo pecho.

 

Pero todo esto no duro mucho, ya que Edward se levanto rápidamente dejándome sola y sin saber que hacer porque, las heridas de mi cuerpo impedían que me moviera lo suficiente como para, poder enjabonarme. 

 

¿Y ahora que? Me decía mentalmente, no llamaría a Edward, es más, si lo llamara que le diría, solo podía esperar que el dolor se calmara un poco y después podría empezar a bañarme realmente.

 

Pero antes de que pudiera siquiera relajarme dentro de la tina, con esta relajante agua caliente, me di cuenta de que Edward se encontraba observándome desde el cuarto. No tenia ni la menor idea de que hacia, de seguro se burlaba de mi y de mi desvalido cuerpo.

 

Aunque, mis pensamientos cambiaron cuando vi que Edward se me acercaba, y se colocaba a mi lado, y tomaba el jabón.

 

Con la vista fija en mis ojos, Edward empezó a enjabonar todo mi cuerpo, me dio tanta vergüenza que tuve que bajar la mira, pero lo único que conseguí ver, era como sus manos se paseaban por todo mi cuerpo, esparciendo toda la espuma, que las manos de Edward tenían.

 

Cuando baje mi mirada, después de unos segundos pude sentir, como Edward tomaba mi cara con delicadeza y me obligaba a mirarlo.

 

Cuando nos miradas se encontraron, no pude evitar que nuestros labios hicieran lo mismo, se sentía realmente bien, sus fríos labios, besaban cada parte de los míos, y con su fina lengua delineaba el contorno de mi boca.

 

Después que retirar en jabón de todo mi cuerpo, sentí como las manos de Edward tomaban nuevamente mi cuerpo, enrollándolo con una toalla.

 

Así mismo, me llevo a la habitación y me deposito en la suave cama.

 

-Ten Bella- Dijo señalando unas piezas de ropa- Colócate esto, iré a prepararte el desayuno.

 

La verdad en estos momentos estaba mas que sorprendida, Edward nunca se comportaría así, a menos que se sintiera culpable, y así debería ser, por que gracias a el todo mi cuerpo estaba totalmente golpeado y lleno de espantosas marcas, las marcas de sus dedos.

 

Tomando la ropa que el me había tendido, me di cuenta de que ya podía moverme, claro aunque todavía me dolía todo. Pero ya de nada servia pensar en eso, el daño ya estaba hecho.

 

Tome la ropa y observe que era una hermosa camisa, cuello tortuga, y manga larga. Que irónico, pensé mentalmente, a Edward no le gustaba ver lo que había hecho, las marcas de sus dedos en mi cuello. La otra parte de mi ropa era un pantalón tipo pitillo, completamente negro, la verdad es que todo junto se veía realmente bien.

 

Me coloque primero que nada, la ropa intima. Pero antes de ponerme el pantalón, me entraron unas ganas de ver el estado de mi cuerpo, así que me dirigí hasta el baño, ya en este pude ver e estado de mi cuerpo.

 

Los moretones de mi cara estaban ya de un color verdoso, eso significaba que iban a desaparecer pronto, Los de mi cuello todavía se veían intensamente. Los de mi pecho y estomago, estaba hay todavía, aunque en algunas zonas ya casi estaban desapareciendo.

 

Pero le agradecía a Edward profundamente el que me allá aplicado esa crema, ya que el dolor había disminuido. Pero ya no pensaría mas en todo esto, decidida volví a la habitación dispuesta a vestirme para bajar.

 

Dándome cuenta de algo a lo que no le había prestando atención, mi enorme hambre, no había comido desde antes de ayer en la mañana. El día que Salí de mi casa normalmente, el día que mi vida dio un giro completamente diferente.

 

Ya Bella basta, me dije mentalmente antes de que mis lágrimas empezaran a salir de mis ojos sin mi consentimiento.

 

Tenia que demostrarle a Edward que yo era fuerte, trataría de no llorar mas, tendría que demostrar que era una mujer madura, fuerte, decidida. Pensando en todo esto no me di cuenta de que ya estaba completamente lista, solo faltaba que cepillara mi cabello.

 

Me senté frente al enorme espejo, de la fina peinadora, donde se encontraban todas las lociones de Edward, sus cremas, y objetos para su cuidado personal. Busque por unos minutos algún cepillo o peine que sirviera para desenredar, mi maraña de pelo.

 

Y por fin lo encontré, pero cuando me disponía a comenzar la tarea, una mano tomo el cepillo, arrebatándomelo de la mano, y haciendo este la tarea. A través del espejo pude ver que era Edward, que cepillaba mi cabello con delicadeza, como lo haría cualquier profesional.

 

Deje que hiciera su trabajo, lo hacia tan dulcemente que me sentí adormilada por un momento, pero aun con la vista fija en Edward, que no apartaba su vista de mi, nos observamos mutuamente.

 

Mientras el terminaba su tarea, yo me dedicaba a admirar cada fracción de su rostro, cada movimiento, que el pudiera hacer.

 

Sus ojos, ni tan grandes, ni tan pequeños, eran hermosos, de un color caramelo. Su nariz, recta y perfecta que provocaba jugar con ella, como lo hace una madre con su hijo. Sus labios, tan dulces, del tamaño adecuado, perfectamente delineados, el labio superior un poco más fino que el inferior, pero igual de perfectos, e igual de dulces.

 

 Su enorme y moldeado pecho, que aun con la camisa puesta, se marcaba perfectamente a través de esta. Después de terminar de adorar cada parte de su cuerpo visible para mí, en estos momentos, dirigí nuevamente mi mirada a su rostro.

 

Me di cuenta de que el, tenia su vista clavada en mi, seguí en rumbo de su mirada, y me di cuenta de que esta estaba fija en mi pecho, me sonroje levemente al darme cuenta, pero todo esto no duro mas de unos minutos, ya que Edward volvió a fijar su vista en mi cabello.

 

Pude sentir como mi cabello, estaba ya lizo, pero Edward seguía peinándolo, no lo detuve como en realidad se sentía bien, y me provocaba un estado de ensoñación, con el cual casi me caigo de lado, si no es porque Edward me sostuvo.

 

-Vamos a desayunar- Dijo colocándome  establemente sobre el suelo. Depuse de que quede completamente parada, Edward tomo mi mano, para guiarme, hasta la cocina, aunque ya concia muy bien el camino.

 

Pero antes de que pudieras dar dos pasos, un dolor casi insoportable, por parte de mis costillas impidió que pudiera seguir avanzando más. Y apartando el dolor de mis costillas, mi cabeza la sentí a explotar por un momento.

 

Edward al notar esto, dirigió sus frías manos a mi costado, sus manos se movían como si tratara de encontrar algo sobre mi piel, pero en un momento justo cuando sus manos tocaban mis costillas, un gemido salio de m boca.

 

Ante esto Edward dirigió, una mirada penetrante directa a mis ojos, yo solo pude devolverle la mirada sin decir nada, Edward volvió a posicionar su mirada en mi costilla, pasando lentamente su mano sobre esta.

 

Otro gemido, esta vez Edward no me mira, si no que levanto directamente a la mesita donde se encontraba el pequeño frasco de crema, que el había aplicado hace un rato.

Pero en vez de venir directamente hacia mi, fue directamente hacia otra parte del cuarto, otra pequeña gaveta, de donde saco una gruesa venda.

 

Cuando Edward volvió a mi lado, antes de que yo pudiera siquiera reaccionar, este ya me había  tomado en sus brazos, y se dirigía a la cama.

Una vez ya sobre la cama, Edward delicadamente me quito la camisa que me había puesto, solo hace unos momentos.

 

Y cuando solo quedo mi pecho tapado por mi brazier, Edward empezó a esparcir, la crema por todo mi torso, por ambos costados, el derecho y el izquierdo, masajeando suavemente, sentí como si las manos de Edward exploraran por primera vez, mi cuerpo, como si desvirginizaran mi cuerpo nuevamente.

 

Los toques de Edgar se sentían aun más fríos, debido a la alta temperatura de la crema, más los fríos dedos de este.

 

Pero antes de que pudiera “congelarme”, Edward detuve el esparcimiento de la crema, y coloco la venda, alrededor de todo mi torso, luego se dedico a cargarme y a llevarme al piso de bajo, donde supuse estaría mi desayuno.

 

Pero cuando llegamos al primer piso, vi que Edward se dirigía a la gran sala. En vez de al comedor, pensaba que iba a comer, Pero no pude preguntarle nada, ya que Edward me dejo sobre uno de los hermosos sofás y salio de la habitación.

 

Ante la ausencia de Edward, me pregunte que le pasaba, el tiempo el cual llevaba aquí, me había dado cuenta de que el no era muy cariñoso, ni mucho menos mucho menos hospitalario, nada simplemente, concia su faceta de hombre violento, sádico, Dueño de una compañía y eso. Eso era lo único del hombre con el cual, me besaba, me acariciaba y demás.

 

Quería preguntarle a Edward, si podría llamar a mis padres, Genial, pensé internamente, tenia que pedirle permiso a alguien para llamar a mis padres, pero igual quería hablar con ellos, sabia que iban a empezar a preocuparse, pero que les diría si no tenia la menor idea de que haría Edward conmigo, si me dejaría ir, o me seguiría obligando a estar aquí.

 

Pero no pude seguir con mis “profundos” pensamiento ya que Edward interrumpió en la habitación, con una gran bandeja llena de comida de todo tipo, había tostadas, tocinos fritos, huevos revueltos, muchas mas cosas, y una copa llena de lo que se veía que era un delicioso jugo de naranja.

 

Edward se sentó a mi lado, y sin yo esperármelo Edward empezó a darme la comida en la boca, Guao, pensé, esto si es mucho, se que no estoy muy bien, pero creo que no era para tanto.

 

Después de un momento, me deje llevar tanto por la ocasión que tome, una pequeña porción de tocino, y se lo di en la boca, justo cuando mis dedos tocaron su boca, sentí un escalofrió, pero antes de poder pensar otra cosa, la boca de Edward atrapo mis dedos, dentro de ella.

 

Me sorprendí tanto, que no me moví un centímetro, solo deje que los labios de Edward besaron mis pequeños dedos. Pero me sorprendí mucho más cuando los labios de Edward se estamparon contra los míos.

 

Acepte gustosamente el beso, y no sabia exactamente porque, pero poco a poco nuestro beso fue subiendo de intensidad, tanto que la bandeja de comida había ido a parar al piso, y Edward se había posicionado sobre mi.

 

Pero justo, cuando su lengua había empezado a pedir permiso para entrar en mi boca, un fuerte dolor invadió el área de mis costillas, y una queja de dolor salio, de mis labios, me quede inmóvil, porque no sabia cual seria le reacción de Edward.

 

Pero fue totalmente distinta a como yo la esperaba, se levanto lentamente tomando, la bandeja de comida, y colocándola a mi lado, de nuevo. Esto era todo lo contrario a la que yo hubiera esperado de Edward alguna vez.

 

Se dirigió a la puerta del Fran salón, diciendo algo antes de salir.

 

-Come, ya volveré.-En realidad eso fue lo único que pude escuchar, no se porque me sentía decepcionada, talvez hubiera esperado un grito, o cualquier otra cosa, mas que un simple, Come.

 

Pensando, en todo lo que había pasado, fue comiéndome mí comida lentamente, esperando a Edward, pero este nunca llego, ante esto, solo pude seguir comiendo, no debería preocuparme o ponerme ansiosa. Pero como le decía a mi corazón que no si en estos momentos lo único que deseaba, era que Edward entrara por la gran puerta y me besara.

 

Quitando de mi mente esos raros pensamientos, trate de levantarme, y lo logre, cuando estuve de pie, me dirigí, a la puerta, para llevar la bandeja de comida a la cocina, y tomar un poco mas de jugo.

 

Pero justo al entrar a la cocina la imagen que vi me asombro demasiado, y a la vez me rompió de corazón. Edward estaba sentado en la silla, con su cabeza entre sus manos, y tomando su cabello con fuerza, como si estuviera molesto por algo.

 

Totalmente asombrada ya que Edward, siempre mostraba su porte de hombre fuerte y dominador, no esperaba nunca ver algo así ante mis ojos. La imagen era realmente triste lo único que quería era ir a abrazarlo y estrecharlo en mi pecho fuertemente.

 

Pero cuando este se dio cuenta de mi presencia, se levanto rápidamente mirándome fijamente, tanto que pude jurar que vi en sus ojos, como se reflejaba  el dolor, pero antes de que pudiera comprobar esto, Edward desvió su mirada.

 

 

-No te oí entrar- Dijo mirando otra cosa que no fuera yo, esto en cierta parte me puso mal.

 

-Yo… lo siento- Dije bajando la mirada, y colocando la bandeja sobre la mesa, no sabia que hacer, a donde ir, me sentía como en casa de un extraño, aunque eso era Casi cierto.

 

-No te preocupes- Dije por fin desviando su atención a mi.

-Yo...este... Edward quería ver si…- Vamos Bella no tienes que pedirle permiso, tome un suspiro de fuerza y lo dije- Yo podía llamar a mis padres.

 

Edward me miro, durante unos minutos, los cuales me parecieron eternos, tenia ganas de gritarle que me respondiera.

 

Pero no pude hacer nada, ya que Edward se me acerco, ante esto yo solo pude retroceder un paso, cuando Edward noto mi movimiento, paro su caminata, y clavo sus ojos en mi fijamente, sentí como si con la mirada el podría preguntarme que pasaba.

 

-Ten- Dijo estirando su brazo, para entregarme algo que parecía ser un teléfono- Puedes hablar solo 5 minutos.

 

Esto me molesto de sobre manera, me dieron unas enormes ganas de tirarle el teléfono en la cara, el no era NADIE, para decirme cuanto tiempo yo podría hablar con mis padres.

 

Sabia que tenia que calmarme por lo menos hablaría con mi madre, con el poco tiempo que me quedaba dudaba, de que pudiera siquiera saludar a mi padre.

 

Tome el teléfono, prácticamente arrancándoselo de la mano, y trate de caminar rápido, pero un dolor de mis costillas, arruino mi dramática salida.

 

Dando un fuerte suspiro, decidí que no valía la pena, así que camine como yo pudiera, Salí por una de las grandes puertas que daban al patio trasero, en este había una hermosa piscina, con hermosas rosas, y todo tipos de flores, parecían un jardín, de esos que habían en los cuentos de hadas.

 

Marque rápidamente el numero de mi casa, repico solo unos momentos antes de que mi madre contestara.

 

-Alo- Por fin, el poco tiempo que tenia sin saber de ella parecía eterno.

 

-¿Mama?- Pregunte, aunque sabia perfectamente que era ella.

 

-¿Bella? O mi hermosa Bella, Donde estas cariño, porque no me has llamado- Dije rápidamente.

 

-Cálmate mama- Aunque yo ni siquiera pudiera calmar mis nervios.

 

-Ok, pero Bella cuando piensas volver.- Genial, pensé internamente, ahora que le diría si eso no lo decidía yo.

 

-Bella, ¿cariño estas ahí?-

 

-Si mama.

 

-Y entonces cuando vuelves.

 

-No lose mama.

 

-Tu padre te quiere aquí mañana- Dijo mi madre esperando mi reacción, y en realidad eso no me lo esperaba como rayos haría si, estaba toda morada y no sabía si Edward me dejaría volver mañana.

 

-Yo… mama por favor mañana no- Dije tratando de convencerla- Los padres de Ángela tendrán una cena mañana y estoy invitada.

 

-Mmm, bueno pero tu padre y yo podremos ir- Dijo ella, ante esto un grito de horror salio de mi boca.

 

-NO.-Grite

 

-Que sucede Bella- Pregunto mi mama asustada.

 

-Yo… nada mama es Ángela que me a asustado.- Dije no muy convencida.

 

.-Que linda Bella, porque no me la pones para saludarla.- Estaba toda estresada, que haría con mi mama.

 

-No, mama volvamos a tema- Pero justo en ese momento vi que Edward se asomaba por unas de las puerta y me hacia señas para que terminara la conversación.

 

-Mama por favor.- Dije apurada.

 

-Bueno Bella no lo se- Me estaba frustrando.

 

-Mama uds no podrán asistir porque ya todo esta arreglado, y hay comida justa solo para los que iban a venir y punto- Dije algo molesta.

 

-Bueno te espero aquí pasado mañana, ya no mas Bella- Necesitaba mas tiempo, pero sabia que mi madre no iba a dar su brazo a torcer.

 

-Ok, chao mama me tengo que ir Te quiero- Y colgué antes de oír su respuesta.

 

Me dirigí a la puerta y cuando pase justo al lado de Edward, le devolví el teléfono, ahora estaba mas nerviosa por que no sabia si el me iba dejar ir.

 

-Que te dijo tu madre- Pregunto mientras, me seguía el ritmo lentamente, hasta la gran sala.

 

No respondí la primera vez, sabia que se iba a molestar, pero no podría hacerme mas daño, del que ya me había hecho.

 

Pensando en esto me dio un deje de rebeldía, no le respondería, sabía que se iba a molestar pero en estos momentos no me importaba.

 

Llegue lentamente hasta uno de los sofás, sentándome con toda la tranquilidad de este mundo, aun podía ver como Edward estaba parado en el marco de la puerta.

 

-Bella, te he preguntado algo- Dijo mientras me miraba con algo de rabia.

 

Seguí sin responderle.

 

-Bella…- Dijo mirándome ya con furia.

 

Observándome las uñas como si no me importara le respondí.

 

-Mi mama me quiere, en la casa pasado mañana- Dije mientras observaba su expresión, en estos momentos mi rebeldía había desaparecido.

 

-Y quien ha dicho que yo te dejare ir….

 

Los placeres violentos, terminan en la violencia, ahora creo que soy masoquista…

Capítulo 10: Casa Cullen Capítulo 12: Asi Sera

 
14436169 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10755 usuarios