-Hola
-Hola –me respondió, ¡Rayos! Pensaba que seria más cómodo
-Eh… quería hablar contigo
-¿De que? –Tenia que ser tan duro, si bueno esta bien, me lo merecía ¿o no?
-Eh… Bueno… -trataba de buscar las palabras, pero no las conseguía, ¿exactamente que era lo que tenia que decir para solucionar las cosas? Suspire, pensé que esto seria mas sencillo, Edward claro se dio cuenta de mi debate interior y ¿Sonrió? No estoy segura porque cambio su expresión muy rápido y volvió a poner cara de nada
-Pensé que venias a hablar conmigo –Me dijo tajante
-No tienes que ser así conmigo Edward, somos amigos ¿o no?
-¿A si? Pensé que no querías ser mi amiga
-Y yo que siempre ibas a estar allí para mí.
-Tal vez “siempre” es mucho tiempo -¿Que? Mis oídos se negaban a escuchar esas palabras y el debió notar el daño que me hizo con su comentario –Bella lo siento –dijo suspirando – Tienes razón, eres mi amiga y siempre lo serás, pasa –Dijo casi solemnemente y yo entre en la habitación.
-Lo siento, no eso no es suficiente, en verdad lo lamento mucho Edward yo… -¡Demonios! En serio que no sabia que decir, ¿pero vamos que podía decir que arreglara esta situación? Edward me sorprendió sacándome de mi debate interior
-Exactamente ¿Qué es lo que lamentas?
-…
-¡Oh vamos Bella! –Dijo alzando las manos al aire, realmente mi amigo estaba molesto, esto era algo que no me esperaba, pero que ilusa había sido al pensar que me recibiría con los brazos abiertos después de como lo trate y una lagrima ya rodaba por mi mejilla, ¡esta situación apesta! –Es el colmo, ¿A ver ahora por que lloras? –dijo cruzándose de brazos
-Yo… yo… -Instintivamente como siempre había hecho en mis momentos de crisis me arroje a sus brazos, y él me recibió en ellos.

Llore, llore como una magdalena, llore hasta que me canse y Edward estuvo allí a mi lado consolándome, ¡Que asco de situación! A pesar de todo aún no sabia como arreglar las cosas con mí amigo, ¡No sabia que rayos decirle! Edward me había llevado hasta su cama y estábamos allí sentados, el me abrazaba y yo me aferraba a el como si fuera mi salvavidas, esperaba que una vez mas hiciera su magia y todo se resolviera, pero era en vano, sabia bien que no seria tan sencillo. Ninguno había emitido nuevamente siquiera una palabra, pero sabía que él esperaba a que yo hablara, así que me arme de valor y lo hice

-Quiero arreglar las cosas contigo Edward, eres mi amigo, mi mejor amigo, no puedo estar sin ti. –Me pareció ver que torcía el gesto, pero como las lágrimas no se habían secado en mis ojos era difícil asegurarlo
-¿Eso que quiere decir? –Ok me la estaba poniendo difícil, ¡Como si ya no fuera suficientemente complicado! Grite para mi fuero interno, suspire
-Que no puedo vivir sin ti, Edward te quiero demasiado como para perderte.
-Oh vamos Bella, ¡Que rayos dices! ¡Vivir sin mí! Claro que puedes, o es que no has podido sobrevivir estas últimas semanas, yo te veo y aun respiras –Me dijo, mejor dicho me grito mientras se alejaba y se ponía de pie frente a mí, esta reacción me asusto Edward jamás me había gritado, ni siquiera el día que discutimos, tal vez ya es demasiado tarde pensé, le hice demasiado daño, las lagrimas inundaron nuevamente mi rostro –No te entiendo Bella, de veras –decía mientras caminaba de un lado a otro de la habitación
-¿Qué quieres que te diga? –le pregunte cuando conseguí mi voz y aun así fue apenas audible
-…
-Te das cuenta, tampoco me facilitas la situación –Edward se llevo las manos a su cabello y luego las bajo, me miraba fijamente
-Quiero Bella, quiero que me digas que dejaste a esa basura –dijo torciendo el gesto y moviendo mucho los brazos –Que me digas que todo vuelve a ser como antes y que todo esto no ha sido mas que una terrible pesadilla –Vi mi dolor reflejado en sus ojos, era su dolor pero era el mío también, no podía mentirle, no tendría ninguna oportunidad para arreglar las cosas si le llegara a mentir y el fácilmente me descubriría porque ya había visto la respuesta en mi ojos, en mi dolor
-Lo siento –Fue todo lo que pude alcanzar a decir entre sollozos
-Esto… Esto es sumamente doloroso… No tienes ni idea de cuan doloroso es esto para mí…
-¿Y yo que? ¿O es que crees que estoy muy tranquila con todo esto? ¡Mi felicidad no es completa sino te tengo a mi lado! –Es que tenía una reserva ilimitada de lágrimas o pensaban acabarse en algún momento.
-Al menos tienes algo de felicidad
-¿? – ¿Qué había querido decir con eso? Pero no me dio tiempo de formular la pregunta
-Lo lamento muchísimo Bella, tu dolor me duele a mi también, pero no puedo apoyarte con esto, no cuando tu vas en serio y él esta jugando contigo, no puedo aceptarlo –Abrí la boca para defender a mi novio, pero algo me decía que no ayudaría en nada  sino que por el contrario complicaría mas las cosas
-¿No puedes aceptarme a mí?
-No juegues con las palabras, se que me entiendes perfectamente –Y era verdad, lo entendía, sin mayores explicaciones –Al menos respóndeme algo –Yo asentí con la cabeza- ¿Cómo puedes creer más en él que en mí? Yo que soy tu amigo desde… siempre y a ese lo conoces desde hace que ¿4 o 5 meses?
-Lo quiero –Me limite a responder sin dar mayores explicaciones, su pregunta había echo mella en mi, pero era mi novio yo confiaba en él, ¿Por qué Edward no podía hacer lo mismo? Recordé entonces lo que me había dicho “Si no estuviera completamente seguro no te lo diría” ¿Era que él lo había visto en algo? No, no podía ser posible, Jacob me quería a mi, yo confiaba en él me decía a mi misma
-¿Por qué dudas entonces?

Lo mire sorprendida, aunque la verdad es que mi amigo me conocía a veces mejor que yo, nuevamente su pregunta me dejo sin respuesta ¿Dudaba de Jacob? No claro que no me apresure a decirme ¿o si? Se notaba claramente mi debate interior, y el sufrimiento de mi amigo se palpaba en el ambiente a pesar de ser yo la ganadora del papel protagónico de dramatismo, su dolor no era menor al mío, por un rato nos quedamos en silencio, un silencio un poco incomodo y yo no paraba de llorar, Edward fue el primero en hablar esta vez

-Bella –Suspiro –Ten en cuenta que sigo siendo tu amigo y así será siempre –Yo asentía mientras él hablaba –Solo que en estos momentos… No podemos estar juntos… de veras que lo siento mucho… -Se notaba su lucha interna mientras encontraba las palabras adecuadas, si es que existían
-Yo también –le dije suspirando y secándome las lágrimas con el dorso de mi mano
-Solo… ¡Rayos! Detesto verte así y lo que mas rabia me da es que yo soy el causante
-Yo también tengo parte de culpa ¿o no?
-¿De que eres tu culpable? El único responsable de todo esto soy yo –Respiro hondo llevándose las manos al cabello nuevamente –Tu me preguntaste y yo te dije que estaba bien, que parecía buen chico, así que… Discúlpame tú también
-No te preocupes, estaré bien –Mentí
-Te repito Bella, entre cielo y tierra no hay nada oculto –me dijo mientras se agachaba frente a mi y tomaba mi rostro con sus manos para que lo viera a los ojos -cuídate mucho y trata de no poner tu corazón en juego… Aunque tal vez ya sea tarde para esa advertencia… -Suspiro sonoramente -En fin… búscame cuando llegue la tormenta… Aquí estaré, estaré hoy mañana y siempre…

Yo simplemente asentí con la cabeza mientras me iba levantando para irme, no tenia caso seguir discutiendo, al parecer ninguno iba a cambiar de opinión, él prácticamente me estaba obligando a decidir entre los dos y eso era algo que no podía hacer. Edward estaba completamente seguro de lo que me decía, ¡Que complicado! Pero quien dijo que vivir era fácil…

-¿Te llevo? –Se apresuro a decir
-Traje mi auto
-Te llevo, no era una pregunta –No tenia ánimos de seguir discutiendo pero tampoco tenia intenciones de irme a mi habitación a seguir regodeándome en mi sufrimiento, más bien había pensado ir a la habitación de Jacob, suspire, sabia que si le decía eso a Edward no iba a salir nada bueno, ya era suficiente tal y como estaban las cosas.
-¿Me puedo quedar aquí? –Fue la única opción que se me ocurrió, no se como describir su expresión, ¿estaba extrañado? Pero como no iba a querer su compañía, era mi mejor amigo ¿Es que no lo entendía? –Solo… por esta noche… por favor no quiero estar sola –Insistí al ver que no me contestaba
-Esta bien, puedes quedarte –dijo secamente, tajante, eso me dolió, pero sabia que lo que trataba de hacer era ocultar su propio dolor

Yo que seguía sentada en su cama espere a que el se acercara, espere lo que me pareció que fue una eternidad, cuando se acerco yo me levante, el quito la sobre sabana y me hizo un gesto para que me acostara, aparentemente su compañero de cuarto no vendría esta noche y sentí como si clavaran un puñal en mi corazón cuando vi que se dirigía a acostarse en la otra cama, mi expresión lo debió decir todo porque Edward se dirigió nuevamente a donde yo estaba y tomo mi rostro entre sus manos

-¿Quieres que duerma contigo? –Yo solo me limite a asentir con la cabeza, ya no tenía fuerzas para hablar.

Miro a la cama vacía y me miro a mi nuevamente, lo hizo varias veces hasta que suspiro y camino hacia la cama y se acostó sobre ella esperándome, me abrace a él como si fuera una niña pequeña, y en esos momentos así me sentía, me sentía tímida, asustada, sola… Me abrace a mi amigo y él me abrazo a mi, los sollozos aún no terminaban

-Ya Bella –Me calmaba mi amigo mientras me acariciaba el cabello –Todo esta bien –Mentía, pero quise creer en sus palabras y me deje llevar, respire hondo varias veces para después sumergirme en un sueño profundo, sintiéndome protegida y segura en los brazos de mi amigo.

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