Me impacto desde la primera vez que la vi en aquella calle del puerto, su hermosura era inigualable, jamás había visto a un chica tan linda, se veía que era una chica sencilla, vestía unos jeans azules y una camiseta negra que se le ceñían al cuerpo, llevaba su cabello negro amarrado en una cola que le quedaba espectacular, su rostro me dejo sin aliento con una simetría casi perfecta, tenia unos ojos color chocolate con una mirada profunda, nariz perfilada y los labios eran simplemente perfectos, tenia leves ojeras debajo de sus ojos y se notaba que no dormía bien, a pesar del maquillaje que llevaba se podía ver el cansancio.


    Entro en un restaurante que estaba a la vuelta de la esquina y casi sin pensarlo la seguí, me sorprendió mi reacción pero no la pensé mucho y me deje llevar por mis instintos, que me decían que debía acercarme a esta mujer, que tenía que conocerla, no llegue a entrar al restaurante tampoco eran mis intenciones acosarla y la estuve observando desde la ventana, se sentó en una mesa sola, esto me sorprendió bastante pero luego pensé que debía estar esperando a alguien eso era lo mas lógico, la mesonera se acerco y se saludaron, aparentemente iba muy seguido a este sitio o la conocía de algún otro lado; se retiro de la mesa y ella empezó a ver por la ventana, definitivamente estaba esperando a alguien.


     Al rato le trajeron la comida: hamburguesa y papas fritas con un refresco grande, de acuerdo eso no era alimentarse bien, ¿pero que estaba pasando? ¿Por que me preocupaba su alimentación? Si ni siquiera la conocía, sisee, seguí observándola se termino su comida y yo aun seguía allí parado viéndola, detallándola, comió sin apuro y pidió la cuenta, su mirada se perdía a través a la ventana y se veía triste, miraba al cielo, era una noche oscura sin luna pero había un montón de estrellas que lo iluminaban, ¿Era que la habían plantado? ¿Por eso estaba triste? ¿Seguía aun esperando a alguien?, tenía que ser lo más probable, mi cerebro se negaba a procesar la posibilidad que estuviese sola por elección, aunque mi corazón quería creer fervientemente esa posibilidad.


     La chica cancelo su comida y salio del restaurante, afortunadamente no se dio cuenta de mi presencia, lo ultimo que quería era asustarla y que por ende se alejara de mi, camino a paso lento pero firme hasta un vehiculo que imagine seria su carro, hecho que constate días después al verla a menudo en el mismo sitio, si así es, continué siguiéndola por un tiempo y viéndola a lo lejos porque por algún motivo que no lograba entender no me atrevía a acércame a ella y tampoco podía alejarme, ya sabia varias cosas de ella, estaba en la universidad del Noreste, por lo general andaba sola y a veces se veía con un muchacho que para mi conveniencia estudiaba en la universidad a la que yo asistía y teníamos algunas clases juntos, gracias a ello sabia su nombre y también que ellos eran simplemente muy buenos amigos, aunque él era muy reservado al respecto.


Por fin hoy la conocería, no iría yo mismo a presentarme, no, no lo haría, seria un encuentro fortuito o al menos eso parecería, Walter nos había invitado a una cerveceada en la universidad donde ella estudiaba así que ya tenia planeado conocerla, pero el universo me sonreía, me sorprendí mucho al verla llegar caminando al lado de otra chica y que saludara a Walter era su novia, Darkladys mejor no podía haber quedado el encuentro y lo agradecí de corazón, Jessenia  nos introdujo, ella estiro su mano y mirándome fijamente a los ojos me dijo:



-Un placer soy Bella.



Yo me envolví en su profunda mirada, con sus espectaculares ojos chocolate, me pareció que… ¿estaba sonrojada? Estire mi mano y apreté la suya con suavidad presentándome como todo un caballero:



-El placer es todo mío, soy Jacob Black.