Capítulo 8.
Sanemos juntos
Jake POV
Salí tan rápido como pude de la casa de los sanguijuelas, si bien no había sido tan doloroso como lo esperaba, no había sido la mejor experiencia de mi vida, ¡vaya que no lo había sido!, mi cabeza era un embrollo de pensamientos, no precisamente dolorosos, no precisamente felices tampoco, pero al menos podía hablar con ella, finalmente había pasado, ella jamás seria mía, mi compañera, ella jamás me vería más que como su amigo, y a pesar de que la idea me hubiera molestado unos días antes, sacado de mis cabales, fastidiado la vida…ahora, ahora no era más que un simple recuerdo de lo que jamás pudo ser, y a pesar de mis expectativas…había pasado y yo seguía aquí y estaba entero, no había furia, no había dolor , incluso me sorprendí a mí mismo cuando le felicite y le deseé lo mejor, porque en el fondo lo decía con todo mi ser, no la perdería, era mi mejor amiga, más allá de cualquier estupidez, ella era mi Bella, incluso aunque fuese una chupasangres vegetariana, ella seguiría siendo mi amiga….bueno vale, quizá tenga que trabajar esa parte un poco más, la idea de ver a Bella sin su rubor y aniquilando un animal, aun me revolvía las entrañas y me provocaba un escalofrió involuntario
Camine sin rumbo fijo por unos minutos, sabía lo que tenía que hacer, el problema era, ¿cómo hacerlo?, ¿Cómo no arruinarlo? Y lo más importante… ¿en serio iba a hacerlo?, la sola idea me hizo sonreír, vaya que debía tener un tornillo suelto por lo que estaba a punto de hacer…
Finalmente tome una gran bocanada de aire y me dirigí hacia La Push, corrí hasta que sentí que el aire me haría olvidarme de mis pensamientos y con un poco de suerte olvidara mi objetivo…no lo logró, era un día nublado, como los tantos que ocupaban los cielos en Forks al año, no caía nieve, ni hacia aire, era…cómodo, tranquilo…
Llegue al límite del pueblo, me sorprendió que el traje de mi padre, que aun llevaba puesto, permaneció intacto, un par de motas de polvo en la orilla del pantalón, pero aun así estaba impecable…ósea me veía como un pingüino estúpido…
Mi cabello…bueno ese era otro problema, nunca siguió un patrón y jamás lo haría…
Camine por las calles, niños jugaban con sus bicicletas en las silenciosas calles de La Push, una familia estaba reunida en el jardín preparando una pequeña casa de árbol para sus pequeños quienes no paraban de gritar y aplaudir las acciones de sus padres…¡vaya que tenían pulmones esos enanos!, por el camino saludé a un par de personas que me reconocieron, supongo que algunas ya sabrían de mi regreso, aunque con mi vestimenta no creo que fuese muy reconocible, llegue a la esquina de la calle que buscaba, la gran casa azul con arreglos blancos, con una jardinería admirable y una cerca blanca que me traía recuerdos de cuando siendo niños, la casa donde había pasado años de mi infancia jugando a cosas que apenas recordaba, la casa de los Clearwater…la casa de Leah
“bien Jacob Black, aquí vamos, no lo pienses más, solo improvisa…” me dije a mi mismo, suspiré y di un par de pasos a los que les siguieron otros más…
Alcance la cerca, apenas y me llegaba a la cadera, recuerdo cuando pretendíamos que era una enorme muralla que protegía al castillo, sonreí ante el recuerdo, salte sin dificultad la cerca, subí los escalones y me pare frente a la puerta de cristal con madera, respire un par de veces y toque el pequeño timbre, escuche ruido al interior, sillas que se movían y unos pasos accidentados, escuche una voz ronca, claramente femenina pero alterada por alguna razón
— Debe ser Seth, bendito muchacho debió dejar las llaves otra vez— decía la voz claramente molesta, entonces escuche como daban vuelta al cerrojo y se alejaba la figura— pasa, ¡demonios Seth!, mama te ha dicho miles de veces que…
— Hey Leah— le interrumpí, me daba la espalda, llevaba una manta sobre su espalda y unas pantuflas de dormir, se paralizó…
— ¿Jacob?— dijo ella mientras se giraba, entonces me vio, después de poner los ojos como platos por la sorpresa, pude percibir su rostro relajado, dentro de lo que cabe se veía…tranquila, por un segundo sus facciones eran más femeninas de lo que jamás había visto en ella, sus ojos estaban rojos e inflamados, lucia enferma pero había algo en ella que jamás había visto, vulnerabilidad…— ¡diablos!, ¿Qué haces aquí?— dijo ella recuperando esa mascara de frialdad e ira
— Yo…, vale , veras…— no se me ocurría algo que decir que no fuese “Hey Leah solo vengo para ver porque demonios escribiste esa carta, que planeabas…¿lo decías en serio?, diablos debes de estar loca para escribir algo así para alguien como yo, por cierto te ves enferma pero me gusta cuando quitas esa mascara de gruñona”, no definitivamente no diría eso— ¿podemos charlar afuera?— le dije, necesitaba un poco de aire, de repente sentí que la habitación se hacía muy pequeña
— No tenemos mucho que charlar Black— dijo remarcando mi apellido, nunca lo usaba, tenía que estar realmente molesta
— Vale , lo merezco…quiero disculparme, no me siento bien con esto — le dije sincero
— Puedes irte tranquilo Jacob, no me ha afectado en nada— me dijo ella con una cara indescifrable, aunque había dolor en su tono de voz
— Vamos Leah, solo unos minutos… lo prometo— dije y utilice una mirada algo manipuladora, tendí mi mano al frente— ¿vamos?— dije y de repente la manta de su espalda cayó al suelo, ella me miraba tratando de interpretarme, se veía confundida…
— Bien, espera aquí, iré a cambiarme esto— dijo ella señalando su pijama, que ahora podía ver que era de un rosa pálido y tenía ositos pequeños en todas partes, no pude evitar recorrer su cuerpo con mi mirada
— ¿ositos rosas Leah?, ¿en serio?— dije sonriendo, ella se puso de mil colores e inmediato alcanzo la manta y se cubrió
— Ni siquiera vuelvas a pensarlo, si los demás se enteran sufrirás una mu..
— “Una muerte lenta y dolorosa”— terminé por ella entonces lleve mi mano a la boca y la recorrí con mis dedos, hice la seña de que mi boca estaba cerrada, incluso tire la llave del “candado” , ella casi sonrió por mi gesto — aquí te espero— le dije, ella asintió y salió corriendo hacia su habitación
Vaya…ositos, me reí internamente, jamás lo pensé, no es que pensara en la pijama de Leah, jamás lo había hecho, pero aunque me reía no podía negar que de repente había mas de esa persona que yo conocía, o creía conocer, había cosas nuevas que…me gustaban, algo había cambiado, no sé en qué momento exacto, si fue la carta, si fue el charlar con Bella y darme cuenta que lo había superado o si era el asombroso cuerpo detrás de la pijama de osos, pero…había algo en Leah Clearwater que llamaba mi atención…algo que me atraía
Después de diez minutos en los que me pregunte “¿Qué demonios hago aquí?, ¿es muy tarde para irme?, ¿existen los osos rosas?”, Leah bajaba por las escaleras de madera, dirigí mi mirada hacia ella, llevaba unos simples vaqueros, una playera de manga larga y unos guantes con los dedos descubiertos, en su brazo llevaba una chamarra, cuando estuvo frente a mí, pude ver que sus ojos estaban maquillados para enmascarar los signos del llanto que lucía minutos antes, observe su rostro sus ojos eran de un café tan oscuro que prácticamente podrían pasar por negros, su nariz era casi perfecta, y su piel…sus labios eran…
— ¿nos podemos ir o esperamos a alguien más?, aun no entiendo cómo es que vienes y …
— Leah, tranquila, relájate— le dije mientras me paraba frente a ella, quedamos a centímetros a distancia, la tome de las manos estrechándola para brindarle tranquilidad, al parecer funciono, no dijo otra palabra…— ¿ves?, así luces más linda—lo dije rápidamente casi me arrepentí, podía sentir un puñetazo a mi mejilla, uno que no llego, me gire hacia la puerta, pude escuchar como aguantaba la respiración, sonreí y abrí la puerta, entonces ella me siguió— las damas primero dije— ella me observo como bicho raro y paso por la puerta
Salimos en silencio de su casa, yo iba un paso adelante y la dirigí hacia el bosque, necesitaba un lugar que me trajera paz y serenidad y sobre todo, un lugar donde podía entrar en fase por si Leah decidía arrancarme la cabeza. Mientras caminábamos ella no dijo nada, yo tampoco, de repente me giraba a observarla, solo sentía que tenía que verla, y cuando lo hacia descubría que ella me observaba a mí, en ese momento los dos nos girábamos nerviosos, pasaron unos minutos y finalmente entramos en el bosque, sentía la humedad y el silencio que los arboles brindaban para nosotros, busque una raíz lo suficientemente grande como para sentarnos y cuando lo encontré me quite la chaqueta, me molestaba la tela, jamás había usado un esmoquin y jamás lo volvería a hacer, tome la chaqueta con una mano y la tire sobre la raíz del árbol
— Si quieres puedes sentarte— le dije rompiendo el silencio
— No tardaremos mucho ¿o sí?, así me siento bien— dijo ella cruzando sus brazos, yo suspire — por cierto— dijo mirando la chaqueta— ¿porque luces como un idiota?
— He gracias Leah, un cumplido siempre es bien recibido— le dije sarcástico alzando los ojos—no vine a hablar de mi ropa
— ¿entonces?, ¿Por qué estas aquí?, ¿Cuándo regresaste?
— Yo…mira Leah, varias cosas han pasado desde que te marchaste, yo… no sé cómo decirlo pero creo que estoy mejor, o lo estaré pronto, no lo sé, pero…regresé porque no quiero ser otro tipo patético que huye de sus problemas…
— Bien, en eso tienes razón…
— Hem… gracias— le dije molesto— en fin como dije varias cosas pasaron y pues estoy tratando de enfrentarme a esos problemas, si …por eso estoy aquí
— Bien, ya que soy un problema, arreglemos esto y podrás largarte a arreglar todos los demás
— Para ya Leah!, no es fácil, ¡maldición! , no es nada fácil
— Viniste a la boda ¿cierto?, ¿Cómo pudiste?, ¿planeas machacarlos?— preguntó ella— cuenta conmigo— dijo ella poniendo las manos en su cintura
— No, no Leah, no pienso hacer nada al respecto, ellos ya… Bella… ella, ya es tarde para eso, y no quiero causarme más problemas y mucho menos a ti— ella dejo caer los brazos y me observo en silencio
— ¿dejaste que sucediera así nada más?— preguntó ella incrédula— ¡estuviste ahí!—aseguró sorprendida, por un segundo observe su mirada sobreprotectora, y como una de sus manos se levantaba como tratando de alcanzarme, aunque un segundo después la regreso a su costado
— Recién vengo de allá— dije y me deje caer en la raíz del árbol
— ¿fue difícil?— dijo ella más tranquila, se sentó a mi lado y percibí como iba quitando sus escudos poco a poco
— ¿Sabes que es lo que más me sorprende?— le pregunte , ella negó con la cabeza— no lo fue Leah, no fue la mejor tarde de mi vida sin duda pero… creo que lo he superado — le dije y me recargue en el tronco del árbol, ella se giró escondiendo su rostro un segundo— ¿Qué pasa?
— No quieres perderla, creo que de cierta manera lo entiendo, no importa si solo son amigos… solo no quieres perderla — dijo sin voltear su rostro
— Supongo, pero eso es algo bueno ¿no?, ya no tendrás que soportar mis lloriqueos cuando entremos en fase— dije poniendo mi mano sobre su hombro para hacerla girarse hacia mí, ella lo hizo y vi sus ojos enrojecidos otra vez, ¡demonios! ¿Ahora que hice? Pensé — Hey Leah, veras…hay otra cosa, algo que necesitaba charlar contigo, ¿estás bien?— le dije
— Diablos Jake, ¿Cómo lo haces?, hace poco más de una semana estabas sufriendo y lamentándote como…como yo, y ahora simplemente…bahhh— dijo ella nerviosa — olvídalo, me alegro que te sientas mejor es solo que desearía que… en fin, ¿Qué quieres Jake?— preguntó y yo saque de mi pantalón la pequeña carta desgastada y arrugada, ella no la reconoció en un principio, pero cuando la extendí frente a ella y la coloque en la raíz del árbol , su mirada cambio de la melancolía al terror, no hablaba ni se movía
— Esto…yo, ¿creo que debemos hablar?
— ¿Dime que no la leíste Jacob?, ¡maldición! Claro que la leíste, porque habrías de estar aquí si no es por eso, claro, “compadézcanse de Leah”, ahora lo entiendo, quieres empezar tu tarea de buen samaritano, ¡¿quieres salvarme?!, ¡ha!— grito sarcástica, se puso de pie y movía sus brazos de un lado a otro realmente irritada, de repente desee no haber sacado el tema— escúchame Jacob Black, no me conoces, no creas que lo hace por haber leído esa… tu solo…no sabes nada de mi— dijo ella apuntándome con su dedo en mi pecho , hasta que ese dedo se convirtió en puño y entonces lagrimas comenzaron a recorrer su rostro , comenzó a lanzarme golpes con sus ojos cerrados, realmente estaba molesta, no pude pensar en otra cosa que sujetarla
— Leah, vamos relájate— dije tomando sus muñecas impidiendo que me golpeara, no porque doliera, solo que no me gustaba verla en ese estado, después de unos segundos escuche como comenzaba a sollozar, relajo sus manos y me abrazo , de la nada, un momento estaba golpeándome y al siguiente estaba sujetándome con fuerza, no dije nada, deje que llorara en mi pecho, recargo su cabeza en mi hombro y yo comencé a pasarle la mano por el cabello, tratando de tranquilizarla , pasaron minutos, tal vez una hora y entonces ya no escuche nada, su respiración se tranquilizó y permaneció ahí a mi lado—lamento haberlo hecho sin tu permiso
— No se supone que debías de leerla… nunca debí escribirla — dijo ella todavía escondiendo su rostro
— ¿Leah?, todo lo que está ahí, ¿es cierto?, ¿es lo que piensas de mí?
— No tiene sentido decírtelo, dejémoslo así… no volveremos a tratar el tema— dijo ella separándose un poco de mi
— No Leah, si lo tiene, al menos para mí…
— ¿Qué tratas de decir?
— Crees que soy una buena persona, que merezco ser feliz, que vale la pena estar a mi lado…es todo lo contrario a lo que pienso de mí, ¿lo entiendes Leah?, ¿era verdad?
— Yo…es verdad Jake, eres un buen chico…— dijo ella bajando la cabeza
— Entonces…¿crees que podrías ayudarme?— le dije
— ¿ayudarte?
— A ser esa persona, quiero…ser esa persona, lo deseo en verdad, y quiero que tú me ayudes a lograrlo, necesito que me digas lo cabezota que soy cuando cometo algún error, que me aplaudas cuando hago algo bien, quiero…— dije levantando su barbilla para que me viera a los ojos—quiero que estés ahí Leah…a mi lado
— Jacob… — dijo ella
— Sé que estoy dañado, sé que será difícil , no soy alguien fácil de llevar, sé que tengo fantasmas en mi pasado como para atormentarnos a los dos pero…de verdad quiero intentarlo — dije y ella soltó una carcajada, yo enarque las cejas , no entendía porque se reía—vamos Leah esto no es fácil…dame algo de crédito— dije casi molesto
— No, no Jacob…no me reía de ti, es que has dicho que tú eres el difícil de llevar— dijo ella riendo histéricamente, no pude evitar reírme con ella— ¿Cómo crees que estoy yo?, es la primera vez que escucho decir a alguien que describe mi carácter como suyo… también estoy dañada Jacob
— Entonces…sanemos juntos— le dije, de repente su risa desapareció, me observó a los ojos por un momento
— No lo sé, no será…fácil— dijo ella acercándose un poco
— No, no lo será…pero ¿eso es un sí?— me puse de pie y le dije acercándome a ella
— ¿no lo haces por lastima verdad?— dijo ella a escasos centímetros de mi boca y cerro sus ojos , yo tomé con mis manos su rostro
— Jamás me había sentido tan egoísta… — le dije y acorte el espacio que nos separaba, uní mis labios a los suyos, al principio un poco torpe pero después de unos segundos nadie podía negar que sus labios habían estado hechos para tocar los míos, lleve mis manos a su cintura y la atraje hacia mí, la necesitaba aún más cerca, entonces ella llevo sus manos a mi espalda y me estrecho como si no hubiera un mañana, duramos unos minutos en los que nuestras bocas se exploraron mutuamente, reconociéndose , acoplándose a la perfección… entonces lo sentí
— ¿Qué…—dijo ella con la voz entrecortada cuando me aleje un poco, la vi a sus ojos, y todo cambió, ya no había nada que me importara en este mundo, nada me mantendría lejos de mi centro de gravedad, que ya no era la tierra, ya nada tenía sentido solo estaba ella, mis costumbres, mi pasado, mi presente, todo lo mandaría por un tubo, solo estaba mi futuro a su lado, no había más, no había elección, sentí tanta calidez que creí que derramaría una lagrima… entonces lo vi en su mirada, de repente ella había destrozado todos y cada uno de sus escudos y finalmente podía verla como era, su sonrisa que tan solo de mirarla me dolía el pecho y esos ojos que hacían que temblaran mis piernas — ¿Jacob?
— ¿Leah?— le dije y la abracé, mi sorpresa fue que ella hizo lo mismo, con la misma determinación, el deseo de no separarse jamás…
— ¿Qué fue eso?, ¿lo sentiste también?— dijo ella acariciando mi mejilla sorprendida
— Yo… creo que ahora entiendo a los demás, ¡diablos! …es tan poderoso — dije acercándome a besarla una vez más, no se opuso
— creo que acabo de…
— imprimarme contigo— dijimos los dos a la vez sorprendidos
— ¿es eso posible?, ¿Qué sientes, que estás pensando?— preguntó ella preocupada por lo que me pasaba
— Pienso que… no hay palabras para describir todo lo que pienso de ti ahora mismo, no habría comparación, pienso que no quiero dejarte nunca, me destroza de solo pensarlo — le dije sincero, estaba aterrado, era como si todo mi ser hubiese sido absorbido por esa luz que ella irradiaba pero en vez de molestarme me llenaba de dicha— ¿tu cómo te sientes? —pregunté acomodando uno de sus mechones detrás de su oreja
— No podría describirlo mejor de lo que tú lo has hecho… estoy asustada— dijo ella y se escondió en mi pecho
— No tienes porque…no permitiré que nada te pasé— lo dije , así sin más , lo único que deseaba era su seguridad , su felicidad y haría lo que fuese para conseguirlo— vamos con el viejo Quil, él sabrá que hacer… tranquila —dije y bese su mano, tome mi chaqueta y la puse sobre su espalda, estreche su mano y nos dirigimos hacia la casa del viejo Quil , si había alguien que supiera lo que había pasado, ese era el viejo Quil
Continuará
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Estado de la autora: Subiendo mas capitulos ^^
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