Advertencia: me dieon la sugerencia que dijera "este capitulo puede contener material no recomendable para menores de 16 años"...aunque si leyeron amanecer, la verdad no esta nada heavy ^^ , saludos!
Capítulo 10
Hielo y fuego
Después de tomar una cantidad de caminos y vuelos, llegamos a Sao Pablo, Brasil, si, aun desconocía el lugar a donde nos dirigíamos, pero estar a su lado era como un tranquilizante inagotable, podía pasarme horas solo viendo su encantadora mirada…
— Falta poco Bella— dijo él rompiendo el silencio mientras acomodaba las maletas dentro de una pequeña embarcación que había en un puerto, “entonces esta no era la última parada” pensé, me ayudó a subir al bote y entonces en unos segundos ya estábamos zarpando por las oscuras aguas del mar brasileño
— Estoy bien… ¿Por qué no te acercas un minuto?— dije cuando el acomodaba el timón, estar lejos de él aunque fuese por minutos me incomodaba, fijo la dirección y comenzó a avanzar hacia mí, se recostó a mi lado y me envolvió en sus brazos, su piel fría era un contraste con el calor que hacía en esta zona del mundo y me proporcionaba alivio, giramos nuestras miradas hacia el cielo y comenzamos a ver las estrellas
— ¿sabías que Alice tiene una estrella con su nombre?— dijo él señalando una constelación— ahí, la pequeña centellante entre las dos más grandes, ¿la vez?— dijo él y yo asentí — un regalo de Jasper para su vigésimo noveno aniversario de bodas— dijo Edward…¡wow!, un estrella de regalo, no sabía lo romántico que podía llegar a ser Jasper, pero supongo que para haber hecho eso significaba había muchas cosas que aun desconocía de él
— Cuéntame más…— le dije y el comenzó a detallar algunas historias que envolvían a su familia y al cielo nocturno, no sabía por ejemplo que todas las transformaciones de la familia habían ocurrido en luna nueva, me preguntaba si así lo escogían o si había sido una mera coincidencia, en ratos me acercaba más a su rostro y le besaba, el me regresaba el gesto y después continuaba, hasta que dejo de hablar, sus manos ahora estaban sobre mi abdomen y su boca en mi cuello trazando besos y caricias donde sus manos llegaban, él no tenía más que una ligera camisa encima y unos pantalones cortos, intente que se despojara por lo menos de alguna de esas prendas pero como solía ocurrir…él se alejó, giro sobre su cuerpo una vez, extendió sus manos y respirando con dificultad se giró hacia mi
— No sabes lo difícil que es esperar…pero tenemos que hacerlo— dijo al ver mi expresión algo frustrada, cada vez era más difícil detenerse…por suerte no lo seria por mucho — ven aquí—dijo el levantándose en menos de un segundo, tome su mano y lo seguí hasta la punta del barco, puso sus brazos a mis lados y apoyo su barbilla en mi hombro
— Dímelo a mi…— dije después de un rato involuntariamente, él se giró hacia mí y levantó una ceja— habló sobre…esperar, el calor… no ayuda mucho— dije sonrojada y el beso mi mejilla pegándose más a mi cuerpo para brindarme un poco de balance
— ¿así está mejor?— preguntó el pegando su mejilla a la mía, un escalofrió me recorrió el cuerpo, y una vez más…no era por el frio
— Todo lo contrario — dije girándome para besarlo, el comenzó a sonreír y entonces señalo al frente
— Ya llegamos— dijo él y el solo escucharlo me puso los vellos de los brazos de punta, bien…habíamos llegado después de todo y en unos minutos ya no habría nada que podría detenernos, no habría excusa…y estaba lista para ello
En menos de un par de minutos el había acomodado la embarcación a un pequeño puerto en la orilla de lo que parecía ser una isla, la luz de la luna iluminaba las palmeras ligeramente y la arena lanzaba destellos que eran salpicados por motas de agua plateada, Edward ahora bajaba las maletas y se dirigía hacia las sombras, antes de que pudiera decirle algo o sorprenderme, él ya estaba a mi lado, me sonrió
— Bienvenida a isla Esme—dijo él, ¿isla Esme?, bien, ahora sabía algo nuevo de los vampiros, los humanos regalan flores, brazaletes, anillos, chocolates…mientras que ellos se regalan, estrellas, islas, una vida eterna… — ¿me permites?— dijo él ofreciéndome su mano, yo la tome y un segundo después me sostenía en sus brazos, yo abrace su cuello con mis manos y me recargue en su pecho, su fría piel me mantenía en equilibrio con el clima que se percibía en la pequeña isla
— ¿Isla Esme?, Carlisle, ¿cierto?— pregunté , él asintió con otra sonrisa
— Un regalo de aniversario también —agregó confirmando lo que ya pensaba— ¿Qué te parece?...hace un poco de calor, supongo para ti, pero…
— Es perfecto Edward— le interrumpí con un beso, me acerque más a su cuerpo y comenzamos a avanzar, las tenues luces que se perdían entre la vegetación nos brindaban un ambiente cálido y misterioso, Edward no usaba su supervelocidad, quería tomarse con calma cada paso que dábamos, de repente se giraba y besaba mi frente, mi cuello… haciendo que yo perdiera por segundos mi orientación…
— Be..lla — dijo alejándose un poco, yo le estrechaba con fuerza animándolo a continuar con el beso, entonces el me giro un poco y se separó obligándome a enfocar mi atención al camino cubierto con pétalos de rosas blancas y rojas, algunas velas atenuaban las sombras y brindaban luz al mismo tiempo, al final del camino había una casa no tan grande como la de los Cullen pero, quizá aún más elegante, los marcos donde deberían estar las ventanas, solo los cubría una fina tela que la brisa cálida empujaba a su antojo pero con sutileza, dentro de la casa el camino de rosas y velas se continuaba, llegamos al marco de la puerta y yo aún no podía pronunciar alguna palabra, estaba absorta en cada detalle, lo cuidadoso y perfecto que estaba preparado el ambiente solo para nosotros… — lo sé, soy un romántico empedernido— dijo el riéndose al ver que yo no lo hacía— ¿te gusta?
— No Edward…más que eso, me encanta, ¿Cuándo…— iba a preguntar ¿en qué momento lo había preparado?, apenas lo había perdido de vista unos segundos…
— Creí que sería más…especial de esta manera — dijo el interrumpiéndome— no me llevo mucho— dijo riendo, cruzamos la puerta y llegamos a una habitación que parecía ser la principal, no había muchos muebles y si los había no repare en su presencia, lo que llamo más mi atención fue la enorme y comodísima cama que estaba al centro
— Bien…estamos aquí— dije nerviosa y el me bajo lentamente sin despegar sus manos de mi cuerpo, ni su mirada de mis ojos, su respiración aunque innecesaria se percibía lenta y difícil…al igual que la mía, finalmente el momento había llegado…
— Estamos aquí…— dijo el eliminando el casi inexistente espacio que nos separaba, puso sus manos en mi cadera y se acercó a mi rostro
— …Edward— dije entrecortadamente, entonces sentí sus labios en mi frente y un segundo después ya no estaba en mis brazos, me sobresalte ante la falta de su frio cuerpo — ¿Edward?
— Te daré unos minutos, debes necesitar algunos como humana a solas, el baño esta por allá, ha sido un viaje bastante largo…esperaré aquí —dijo el sosteniendo mis manos, yo no pude negarle una sonrisa, siempre tan considerado, si, había sido un viaje largo, pero querer estar sola en mi luna de miel sin su presencia aunque fuese por unos minutos…no, esa no era un opción
— Lo único que deseo esta frente a mí— le dije
Me acerque, tome sus manos y las puse en mi espalda mientras yo me amoldaba a su cuerpo, de repente sus labios se unieron feroces a los míos, no hubo rechazo, no hubo disculpas, sentía como sus manos se movían libremente en mi espalda y mi abdomen, un segundo después sentí como me levantaba y me estrechaba contra su cuerpo, yo me aferre con mis piernas a su torso y cuando abrí los ojos estábamos recostados en la gran cama, mi respiración cada vez más entrecortada, cada sentido de mi cuerpo estaba totalmente despierto donde él me tocase, los besos continuaron y se tornaron cada vez más intensos, y la distancia por corta que fuese era cada vez más dolorosa, me olvide de respirar por unos segundos cuando nuestra piel chocaba contra la otra…pero ¿Quién necesita respirar cuando tienes a un ángel a tu lado?...definitivamente si respirar me alejaba de este ángel, simplemente no lo haría, si finalmente moriría en este momento…sabría que estaría…feliz
Conforme los minutos pasaban la temperatura parecía haberse incrementado varios grados en la habitación, la ropa había comenzado a desaparecer hasta que hubo un momento donde ya no fue un problema, no había fronteras, no había un límite que nos separara, nuestra piel estaba en contacto y por un segundo pensé que Edward jamás había sido frio, que solo habían sido pensamientos en mi mente, en ese momento era tan cálido como la suave briza del mediodía, como un baño de sol después de un cielo nublado, no había diferencia…
Con mi mano trace su espalda y aprendí cada línea, cada detalle de su perfecto cuerpo, cuando el calor no podía ser mayor sentí como sus ojos se hundieron en los míos, nos quedamos así, simplemente mirándonos, sin decir palabras, su mano acariciaba mi mejilla y lo mismo hacia la mía con su mejilla, pudieron ser segundos, minutos, horas… ¿a quién le importaba?, entonces él se acercó a mi oído mientras besaba mi cuello
— Bella, eres lo más importante para mi…si hago algo mal, o si…llegase a lastimarte, tienes que detenerme, no podría vivir sin…
— Shhh…— le dije besando su cuello— no me harás daño, somos…uno mismo— dije, sentí su respiración en mi cuello, asintió con su cabeza y entonces todo pensamiento, palabra o miedo desapareció, nuestros cuerpos, nuestra mente…se unieron y fueron uno mismo, una explosión de sensaciones aún más fuertes se desplego en cada célula de mi cuerpo, una danza perfectamente sincronizada, un patrón donde dos seres se convertían en uno…
— Te amo mi Bella
— Te…amo Edward— dije y una cascada de sentimientos se apodero de mi cuerpo, una explosión de sentidos que ni siquiera puede ser descrita con palabras, mis manos que habían estado aferradas a su espalda finalmente cedieron ante la presión de todas esas emociones y lo sujeté con mis brazos, su cuerpo se desplomo a mi lado e hizo lo mismo, mi respiración comenzó a volverse algo regular, sentí como mis parpados cedían ante la profundidad de la noche, sus manos guardando mi sueño mientras acariciaban mi rostro con ternura…entonces mis sueños que ahora no podían ser mejor que la realidad se adueñaron del momento…
A la mañana siguiente, el sonido de las olas al fondo y las melodías que algunas aves componían especialmente para nosotros logro despertarme, sentía la cálida briza que llenaba mis pulmones, sentía la luz del sol bañando mi cuerpo y sobre todo sentía los brazos de Edward a mi alrededor mientras tarareaba en voz baja mi nana, había algo distinto en la atmosfera, algo había cambiado y se había impregnado a mi espíritu para siempre, una ola de satisfacción que rodeaba a mi propia burbuja de felicidad
Sin abrir mis ojos me gire hacia Edward y pase mis brazos por su cuello y me acurruque aún más cerca…
— Buenos días, ¿Dulces sueños? —pregunto él con una sonrisa
— Mmm… prefiero la realidad— le dije acercándome a besarle, el me respondió con la misma atención y se alejó un poco—…¿qué pasa?—pregunte abriendo mis ojos, veía una mirada recelosa de su parte
— ¿Cómo te sientes Bella?— dijo sosteniendo ahora mi rostro como si fuese una delicada pieza de cristal, yo gire mis ojos, ¿que si estaba bien?, no…estaba increíble y majestuosamente bien, jamás en mi vida me había sentido tan bien, ¿Por qué lo preguntaba justo ahora?
— Edward, nunca he estado mejor que ahora— le dije y el trato de sonreír aunque la mirada preocupada en su rostro aún se mantenía— ¿Por qué…
— Tu cuerpo no parece opinar lo mismo— me dijo el pasando su mano por mis brazos, enseñándome la causa de su preocupación— trate de contenerme, de verdad que lo intente…— dijo el cabizbajo
— ¿Esto?—pregunte moviendo mis brazos, no pude evitar una mueca de dolor aunque trate de disminuirla— Edward esto no es nada en comparación con lo que siento…apenas y me duele— le dije sonriendo y me acerque, él me tomo en sus brazos y me apoyo en su pecho
— ¿Segura?—preguntó, yo lance un pequeño siseo de aparente molestia por la clara respuesta de mi parte— lo siento entonces…
— Edward, no otra vez…— le dije, no quería que comenzara a volverse esa persona que se culpaba por cada cosa que me pasaba…
— Creo…que me has malinterpretado—dijo sonriendo— sí, siento haberte hecho esto— dijo señalando las marcas en mis brazos y otras en mi abdomen— pero, lo que quise decir es que también ha sido…la mejor noche de mi vida Bella— dijo sonriendo, su mirada ahora no era de preocupación si no de complicidad, sus brazos me estrecharon aún más y comenzó a besar mi mejilla
— ¿de verdad… lo crees así?—pregunté entrecortadamente, comenzaba a perder la cabeza por lo que sus labios hacían
— Lo juro Bella, ha sido… ni siquiera tengo palabras para expresarlo— dijo el sonriendo y me beso de lleno en la boca, yo abrace su espalda y sonreí ante mi triunfo, entonces sentí como sus labios se separaron una vez más— pero no será hoy cuando volvamos a hacerlo Bella— dijo el besando mi frente
— ¿Qué?, pero…pero— comencé pero él se acercó y me beso rápidamente callando mi pequeña suplica, un segundo después él se encontraba de pie a un lado de la cama, con los brazos cruzados y cubriéndose la cintura con una toalla, una enorme sonrisa se dibujó en su rostro cuando no pude generar palabras ante su perfecto cuerpo casi desnudo— al menos puedo preguntar ¿porque?— dije adoptando la misma posición que él con mis brazos cruzados, fue cuando percibí por primera vez que a diferencia de él, yo no tenía una toalla para cubrir mi aparente desnudez, inmediatamente me sonroje, él sonrió aún más, yo alcance a taparme con mis manos
— No tienes por qué hacerlo Bella…eres total y deslumbrantemente hermosa— dijo el sonriendo y mis mejillas se prendieron ante el comentario— te amo Bella, esa es la razón, por mi salud mental…¿podríamos esperar a que te recuperaras totalmente?— dijo el señalando las demás lesiones en mi cuerpo, que hasta ese momento no había percibido en su totalidad— no es que no vayamos…a intentarlo de nuevo, como dijiste alguna vez “con un poco de practica…” — dijo el sonriendo
— Entonces…¿es solo porque no quieres lastimarme?— pregunté, las dudas e inseguridades sobre mi persona salían a flote de vez en cuando, este…era uno de esos momentos
— Tonta Bella— dijo él sentándose en el borde de la cama acariciando mi brazo— ¿Por qué habría otra razón?— dijo acercándose a mí, me beso una vez más con delicadeza y se separó un poco — prepararé el desayuno… te esperare en la cocina— dijo besándome y un segundo después solo había aire frente a mí, un tanto frustrada, pero con la esperanza de un mañana…o más bien dicho de muchas noches, me deje caer pesadamente a la cama e inmediatamente me arrepentí de haberlo hecho, cada articulación me dolía como si hubiese corrido un maratón y hubiese escalado una montaña al mismo tiempo, aunque comparado con mi aura de felicidad eso no era nada, nada que pudiera quitarme la enorme sonrisa de mi rostro
…
Continuará
Bueno, espero les haya gustado, si no han votado o comentado hay les encargo diez segunditos de su tiempo ^^
un abrazo enorme, y gracias a todos los que me impulsaron a escribir otro fic ^^. Besos Vyanka
Este capi va para Veronikice ^^ Saludos amiga!
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