La muerte es el comienzo de la inmortalidad"
M. Robespierre
Prologo
Algunos dicen que la inmortalidad es un camino inalcanzable, un meta que jamás llegara a ser superada por ningún ser humano... por lo que se, ninguno de estos personajes conoció a alguien como Edward, mi...prometido, él, al igual que su familia, son, bueno...inmortales, son...vampiros.
Habían pasado ya casi 2 años de haberlo conocido, cuando me mude aquí al lugar más húmedo y frio de los estados unidos, Forks, Washington, donde vivo con mi padre, al descubrir la naturaleza de Edward creí, en un principio, que su ferviente deseo por beber mi sangre era aquello que llevaba a Edward a quererme de la manera en que lo hacía, yo era, su cantante, para él no había sangre en el mundo que le llamara, le cantara, más que la mía, pero eso no era más un problema más para él, según me había hecho saber hace poco, todo cambio cuando creyó que me había perdido, y corrió a solicitar ayuda a la realeza de su mundo, Los Volturi, el no quería existir en un mundo en el cual yo no existiese, ahora lo entendía perfectamente, estar separados... no funciona para ninguno de los dos realmente, "No importa si el mundo pereciese y el estuviera con vida, pero si el mundo viviese y el pereciera... nada tendría sentido para mí", así lo decía en alguna parte de Cumbres Borrascosas, mi libro favorito, explicando perfectamente como era para nosotros...en fin, como les decía él quería entregarse a la muerte, si es que existía una forma en la que los inmortales vampiros pudieran morir, si alguien lo sabía, esos eran los Volturi, el único problema con su decisión...es que yo no estaba muerta, por lo que viajé junto con Alice hacia Volterra en Italia, su hermana vidente y evitamos que se mostrara y forzara su muerte, lo habíamos logrado, cuando regresamos, Charlie me había concedido el castigo más grande que se le pudo ocurrir y casi no pude ver a Edward durante las tardes , lo que no sabía Charlie era que Edward básicamente vivía en mi habitación, apenas estábamos fuera de la vista de Charlie y él ya se encontraba a mi lado, casi todo iba bien, casi... a excepción de que mi mejor amigo Jacob Black, estaba desaparecido...Había huido de casa y seguramente yo era algo responsable de esa decisión, se había alejado del mundo, no había forma de comunicarse con él, y aunque lo quisiera, sabía que era por su propio bien no hacerlo, nuestra amistad estaba a punto de llegar a su fin, un hombre lobo y un vampiro no pueden ser amigos... está en su naturaleza, por más que yo tratase de unir esos imanes en mi...pero tenía que escoger, y ya lo había hecho, siempre había sido él, Edward, así que... solo deseé que Jacob encontrara la felicidad y estuviera bien, eso era lo único que me podía permitir sentir por él, aunque todavía dolía...
Ah por lo menos había algo por lo cual no tendría que preocuparme nunca más, finalmente Victoria había muerto, había visto con mis propios ojos, como Edward terminaba con su existencia, eso era algo que me mantenía tranquila al menos por ahora, claro que la última visita de Jane, la gemelo de los Volturi me había generado algo más que ansiedad
"Caius estará interesado en conocer que no has sido...transformada" había dicho ella, eso era algo más que una amenaza, pero yo iba a ser transformada, nada iba a impedirlo, una vida no bastaba para estar con Edward, simplemente no era suficiente, yo sería como él y su veneno se encargaría de transformarme...realmente nos perteneceríamos, claro que para que él accediera a mis demandas, había algo que me hacía temblar aún más que Victoria, aun mas que los crueles Volturi...bueno quizá no tanto como ellos, pero ciertamente más que Victoria, eso que me hacía temblar era...Matri, ma-ma-tri-m-monio, aún me cuesta inclusive pensarlo, esa era la única e irrevocable condición de Edward para llevar a cabo mis demandas, ¿Que iba a pensar la gente de mí, Charlie, ¿Reneé?, "la gente responsable no se casa a los 18 años Edward, no al menos que crean que..." le había empezado a discutir una noche a Edward antes de que el cerrara mis labios uniéndolos a los suyos y su frio aliento recorriera mis mejillas, logrando su objetivo, distrayéndome, pero yo tenía razón, aunque eso...no cambiaba en absoluto el hecho de que se haría, Alice, la pequeña hermana de mi pro-prometido, era la encargada de organizar la fiesta, no podía creer lo mucho que la hacía feliz el hecho de que ella se encargara de la celebración, era un tanto irritante, aunque conocía los limites...o al menos eso esperaba.
Mi nombre es Bella Swan, tengo dieciocho años y esta es mi historia...una que apenas, comenzaría...
Bien aqui una pequeña introduccion, nada nuevo, pero a partir del siguiente capitulo la historia en si comienza a formarse
Espero les haya gustado
|