La Elección Correcta

Autor: kroana
Género: Drama
Fecha Creación: 04/02/2010
Fecha Actualización: 10/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 14
Comentarios: 57
Visitas: 32620
Capítulos: 23

Realmente alguien puede decirme cual es la elección correcta, ¡Siquiera existe!, cuando tienes varias opciones y te decides por una no estas dejando ir a la otra, ¿Y si era la otra la que debías elegir? ¿Cómo realmente puedes saberlo?


Bella se debate entre el amor del que una vez fue su mejor amigo y el del que fue su novio, su amor su ilusión y la engañó? ¿Puede Bella tomar la decisión correcta?

TERMINADO

***************

Chic@s lo prometido es deuda jejeje, acá les dejo otra historia, espero que les guste y me dejen sus tan apreciados comentarios y sus votos XD

Esta es la continuación de ASI EMPEZO, pero también la pueden leer de manera independiente =D


Kroana =D

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Capítulo 22: Mi Angel

Dejamos los bolsos en la entrada, yo estaba absorta viendo lo espaciosa, bonita y acogedora que era la casa, "Nuestra casa" repetía en mi mente y era aun tan irreal, iba pasando con calma tocando todo con mis manos, asegurándome de que fuera verdad, de que no era un sueño del que luego despertaría, todo era real y lo mejor de todo estaba conmigo la persona que mas quería en el mundo, ese pensamiento me lleno de alegría y me ruborizo.

Voltee inmediatamente a buscar a Edward, en los pocos momentos que estábamos allí casi olvido su presencia, aunque claro eso seria imposible, estaba de pie en la entrada de la sala recostado cual modelo de la pared, con su rostro calmado en apariencia pero en sus ojos pude leer toda la emoción contenida que tenia, me estaba dejando asimilar la situación, cruzado de brazos hablo, y su voz me acaricio  como la seda

-Entonces, ¿Qué me dices? -Como si tuviera que preguntarlo, aunque claro, en retrospectiva eran lógica su pregunta
-Es preciosa Edward, y para mi es un honor que la quieras compartir conmigo
-No habría nadie más en el mundo con quien quisiera compartirla Bella
-Mas nadie -Pregunte en un susurro suficientemente audible mientras me acercaba a él.
-¿Lo dudas? -Dijo con incredulidad, y no lo dudaba al menos no ahora, no dudaría de su amor
-Jamás -lo rodee con los brazos por la cintura sintiéndome segura entre sus brazos, el tomo mi rostro entre sus manos colocándolo frente al suyo, su aliento inundándome, haciéndome desfallecer y volver a vivir, con deliberada lentitud se acerco a mis labios y poso los suyos con suavidad, mi cuerpo reacciono estremeciéndose ante su contacto y los latidos de mi corazón se aceleraron, poco a poco profundizamos el beso, el calor emanaba de nuestros cuerpos y mi piel gritaba por la necesidad de sus caricias, mis manos se movieron deseosas por su cuello y su cabello atrayéndolo mas hacia mi, ya nuestros cuerpos se rozaban por completo y aun sobre la ropa podía sentir la calidez y la sensación de corriente que emanaba de el.

Rompimos el beso y nos miramos a los ojos, ambos jadeábamos tratando de normalizar nuestras respiraciones mientras nos perdíamos en la mirada del otro...

-Te quiero - Dije con intensidad
-Te quiero - Respondió con adoración

Y nos abrazamos con fuerza, haciendo de nuestros cuerpos uno solo. El piso de arriba era igual de espacioso que la sala y me imaginaba también debía ser la cocina a pesar de que no la vi,  habían tres habitación y un baño al final del pasillo. Yo había subido a cambiarme y a darme un baño ya que el clima era bastante húmedo acá, Edward me había dicho que iríamos a comer fuera en un local lo que me pareció perfecto, a pesar de estar feliz por la casa aun estaba abrumada por todo, todo estaba pasando tan rápido.

Me tome mi tiempo arreglándome en una de las habitaciones que tenia baño, yo precisamente no la había elegido, Edward me había dejado instalada aquí antes de bajar a toda prisa, aun seguía sintiéndose extraño estar solos en una habitación, así que deje que todo mi estrés y todas mis preocupaciones se fueran con el agua y me asee concienzudamente; seguramente tardándome mas de lo debido, pero Edward no vino en ningún momento a buscarme ni me pidió que me apurara, no era necesario, él me conocía.

De entre la ropa que había traído tenia un lindo vestido de algodón azul cielo que decidí ponerme por lo fresco que era, y como sospechaba que en la noche el clima seria fresco tome mi suéter; me combine el vestido con mis adoradas sandalias y deje mi cabello suelto sobre mis hombros, algo de maquillaje ligero, perfume y una mirada mas en el espejo me dijo que estaba lista para salir; salí de la habitación y escuche una música suave que subía por las escaleras, era el grupo favorito de Edward “Cold Play” debo admitir que eran buenos pero no era su mayor fan.

Llegue a la sala, que era justo el lugar que daban las escaleras esperando verlo allí pero no estaba, la música venia de otro sitio, una puerta que estaba al fondo por detrás de las escaleras, la seguí y me encontré en la cocina, igual de espaciosa que el resto de la casa; y allí estaba él, había un pequeño equipo de sonido sobre la mesa que se encontraba en el medio del salón, detrás estaba mi angel personal, como solía decirle desde hacia tanto tiempo, estaba ensimismado en la música y no noto mi presencia hasta que termino la canción, tenia una copa de vino en su mano y al lado de la botella que reposaba al lado de la cocina había una copa vacía.

Edward la lleno y la acerco hasta mi, el gesto fue tan simple pero tan intenso, su cercanía me daba calor, me daba seguridad y el ambiente entero estaba rodeado de ella, la tome con ambas manos, estaba nerviosa y no quería que se me fuera a caer; se quedo frente a mi muy cerca, coloco su frente sobre la mía, me miraba directo a los ojos, esos ojos azules, ventanas de su alma, un alma que compartía conmigo, desde siempre había sido y estaba segura de que jamás cambiaria; me hundí en sus ojos azules mar, y lo sentía también a él dentro de mi, también podía ver a través de mis ojos oscuros.

Cerré mis ojos inhalando con fuerza su aroma, recordándolo bien, haciéndolo parte de mi, nuestros cuerpos echaban chispas eléctricas de todas partes y todo el ambiente estaba cargado de amor, del amor rebosante que sentíamos el uno por el otro, en este momento, así como estaba me sentía estúpida por todo lo que había pasado, aunque sin ello no podrías realmente haberte dado cuenta de lo que tenias frente a ti siseo una voz en mi cabeza y tenia razón, luego de haberlo perdido lo cuidaría con mas recelo que nunca, lo valoraría como realmente debía ser y jamás lo daría por sentado.

Sentí como se acerco, su calido aliento sobre mis labios, y luego su el roce de su dulce boca sobre la mía, sentí como mi cuerpo se estremeció con su contacto, como todas mis terminaciones nerviosas parecieron cobrar vida, trate de recordar la ultima vez que me había sentido así y no lograba hacerlo, sentí sus manos rodeando mi cintura con mas fuerza, apretándome mas a él, me perdí en ese beso y me volví a encontrar, fui al paraíso y regrese, regrese con mi angel de la guarda que estaría a mi lado por siempre jamás.

Finalmente salimos de la casa, Edward había dicho que íbamos a comer, nos tomamos un par de copas de vino, no lo suficiente para embriagarnos pero si lo suficiente como para relajarnos, me dijo que iríamos a un local donde la comida era buena y disponían de música en vivo, llegamos y el lugar era realmente agradable, estaba a media hora mas o menos de la casa, en el pueblo mas cercano, no estaba muy lleno a pesar de ser sábado por la noche pero supuse que siendo tan temprano la gente llegaría después.

Nos sentamos en una mesa para dos alejada de todo, sin embargo desde allí aun se podía ver la pequeña tarima que había frente a un espacio vacío rodeado de mesas, supuse que seria algo así como una pista de baile, en la tarima había estaban unas cornetas y un micrófono en medio de todo, el local tenia televisores pantallas planas por todas partes, en ellos veías los videos de la música que sonaba de fondo y cuando la mesonera nos trajo la carta de comidas también nos dejo otra explicándonos que era noche de karaoke y que allí se encontraban las listas de las pistas para cantar, si queríamos alguna solo teníamos que pedírsela a ella.

Edward ordenó un par de coca-colas y yo lo mire con desaprobación mientras la mesonera se retiraba, quite mi mirada de él y me concentre en el menú

-¿Qué? –Dijo en tono inocente
-Nada – le dije y lo fulmine con la mirada, no era necesario que le dijera él ya lo sabia
-Oh vamos – dijo en tono dulce y estiro la mano sobre la mesa en dirección hacia mi – Mientras comemos –Me dijo – Luego pedimos vino o lo que tu quieras –Una sonrisa se deslizo sin querer sobre mis labios, no olvidaba que no le gustaba comer mientras bebía y ambos teníamos hambre
-Te quiero –Fue mi respuesta
-Te quiero – Me sonrío

Ordenamos la comida cuando la mesonera trajo las coca-colas y nos quedamos allí sentados esperando nuestras respectivas comidas, hablábamos de todo y al poco tiempo el local empezó a llenarse, no estaba a reventar pero si habían mas mesas ocupadas y rápidamente empezó a cantar en el karaoke, había quienes cantaban bien pero habían otros tantos que no, Edward tenia rato tratando de persuadirme de que cantara, creo que él era la única persona en el mundo a parte de mis padres que me habían escuchado hacerlo, claro y su familia también en una navidades donde él también me había hecho cantar, decía que cantaba bien y yo siempre pensé que lo decía porque me quería al igual que mis padres, pero su sugerencia esta vez me había dado una idea que parecía ser genial.

Comimos casi en silencio, la verdad era que si teníamos hambre, y en mi mente seguía formándose esa idea, pensaba en cantarle una canción a Edward, pero no una canción cualquiera, sino una canción que de verdad pudiera expresar todo lo que sentía por él, lo mucho que lo quería y todo lo que realmente significaba para mi, era difícil encontrar esas palabras, así que tal vez una canción lo describiría mejor, me devane los sesos en busca de una canción así, hasta que mi mente decidió colaborar conmigo esta vez y me vino a la mente la canción perfecta Angel of Mine  de Evanescence y me propuse que si la canción estaba en la lista pues se la cantaría.

Afortunadamente o desafortunadamente quizás, se encontraba la canción en la lista; digo desafortunadamente porque sufro de miedo escénico, y eso de tener que pararme frente de todo el mundo, un montón de desconocidos y cantar me llenaba de nervios; pero ya había dicho que lo haría así que estaba esperando ahora que fuera mi turno

-Cálmate –Me había dicho Edward tomándome las manos por encima de la mesa –Cantas bellísimo, van a adorarte, lo sabes –Yo solté una de mis manos y tome mi copa, habíamos pedido finalmente vino
-Eh… Claro –Balbucee

Entonces llego mi momento, mi canción fue anunciada y camine con lo que pensé seria un paso firme; las pantallas mostraban el titulo de la canción y el autor de la misma, ya estaba tomando con fuerza el micrófono cuando la canción empezaba a sonar y antes de que comenzara la letra pude decir

-Con todo mi amor a mi novio, Edward Cullen, tú eres mi angel –Sentí como los colores me venían al rostro y me concentre en la pantalla que tenia mas cercana, no para guiarme en la letra, me sabia la canción de memoria, lo hice mas bien para evitar ver a los demás a mi alrededor, pude escuchar silbidos y aplausos y era muy conciente de la mirada de Edward sobre mi. La letra empezó a salir de mis labios y momentáneamente me olvide del mundo:

Angel mío

Eres todo lo que necesito ver
Sonríes y luz de sol, luz de sol haces para mí,
Ríe y ven a ver a través de mí.
Gotas de luz de luna lavándome.
¿Puedo mostrarte lo que tú eres para mí?

Ángel mío, ¿Puedo agradecerte?
Me has salvado una y otra vez de nuevo
Ángel, tengo que confesarte
Que tú eres ese que siempre me da fuerza,
Y no sé donde estaría sin ti…

Después de todos esos años, una cosa es verdad,
Voz constante en mi corazón, eres tú
Me tocas y siento que me traslado dentro de ti…
Atesoro cada día que pase contigo,
Todas las cosas que soy vuelven hacia ti…

Ángel mío, permíteme agradecerte
Me has salvado una y otra vez de nuevo
Ángel, tengo que confesarte
Que tú eres ese que siempre me da fuerza,
Y no sé? donde estaría sin ti…

De vuelta en los brazos de mi ángel,
De vuelta en la paz que tanto amo,
De vuelta en los brazos de mi ángel,
Por fin puedo quedarme,
Dándote un obsequio para que me recuerdes…

Ángel mío, déjame agradecerte
Me has salvado una y otra y otra vez de nuevo
Ángel, tengo que confesarte
Que tú eres ese que siempre me da fuerza,
Y no sé donde estaría sin ti…

Ángel mío, ¿Puedo agradecerte?
Me has salvado una y otra vez de nuevo
Ángel, tengo que confesarte
Que tú eres ese que siempre me da fuerza,
Y no sé donde estaría sin ti… sin ti…


Capítulo 21: Edward y Bella Capítulo 23: Epílogo

 
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