La Elección Correcta

Autor: kroana
Género: Drama
Fecha Creación: 04/02/2010
Fecha Actualización: 10/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 14
Comentarios: 57
Visitas: 32624
Capítulos: 23

Realmente alguien puede decirme cual es la elección correcta, ¡Siquiera existe!, cuando tienes varias opciones y te decides por una no estas dejando ir a la otra, ¿Y si era la otra la que debías elegir? ¿Cómo realmente puedes saberlo?


Bella se debate entre el amor del que una vez fue su mejor amigo y el del que fue su novio, su amor su ilusión y la engañó? ¿Puede Bella tomar la decisión correcta?

TERMINADO

***************

Chic@s lo prometido es deuda jejeje, acá les dejo otra historia, espero que les guste y me dejen sus tan apreciados comentarios y sus votos XD

Esta es la continuación de ASI EMPEZO, pero también la pueden leer de manera independiente =D


Kroana =D

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Capítulo 17: Tratando de Ordenar Todo


Bajaba las escaleras del edificio a toda velocidad, Edward ya estaba en su auto, claro como era de esperarse no me iba a dejar llevar el mío. Los diez minutos que le había pedido para arreglarme se habían extendido pero solo un poco, de acuerdo se extendieron mucho, y él ya me estaba presionando con que íbamos a llegar tarde, era un viaje relativamente corto, de dos horas, estaría sola con Edward en la carretera por dos eternas horas.

Ya lo había pensado y era el mejor momento de aclarar las cosas entre nosotros, claro que si de la conversación sucedía lo contrario y no nos arreglábamos sería un fin de semana terrible. Aunque también estaba la opción de devolverme sola, sacudí la cabeza tratando de sacar esos pensamientos de mi mente “Piensa positivo” me decía “Todo saldrá bien” me repetí una y otra vez.

-Me había olvidado lo mucho que te tardas para salir –Expresó Edward cuando llegue a su carro, sólo me traje una mochilla con las cosas esenciales, de todas maneras llegaríamos hoy y nos devolveríamos al día siguiente, en el mejor de los casos claro, elimine ese pensamiento en cuanto se produjo, en ocasiones mi mente podía jugar conmigo.
-No me tarde tanto –Le dije con una sonrisa dulce tocándole con mi dedo la punta de su nariz, todo se desenvolvía de manera tan natural

Tomamos la tan conocida carretera hacia la casa de sus padres, no era la primera vez que iba, de hecho siempre asistía a todos los eventos familiares, todos habían estado de acuerdo con nuestra relación de noviazgo pero ahora que volvíamos a ser amigos… De hecho esto me hizo pensar ¿Sabía su familia que nos habíamos separado? ¿Qué tanto le había contado Edward a su familia? ¿Había ido solo a su casa y le habían preguntado por mi? ¿Con qué me iba a encontrar en su casa? Debía saberlo

-Edward –Llame su atención pero no pude decir nada más
-¿Sí?
-Es solo que… estaba pensando –Estaba sumamente aterrada a cualquier cosa que pudiera contestarme –Tu familia… ¿Ellos saben? –No podía terminar de formular la oración, jugaba con mis manos y las miraba con los nervios de punta, a la espera de su respuesta.
-No –Fue lo único que dijo, aguarde y parecía que no iba a decir más nada pero esa respuesta no me daba mucho, no sabían que nos hablábamos de nuevo, no sabían que habíamos terminado
-No… ¿Qué?
-No les he hablado de eso, no saben que terminamos Bella
–Eso me tranquilizo, pero solo un poco
-Le piensas decir…
-No
–Parecía estar tenso, apretó muy fuerte el volante y no me miro en un solo momento, tenía los ojos fijos sobre la carretera

Si no pensaba decirles, quería decir entonces que… En mi mente se amontonaban miles de teorías posibles pero había una que importaba mas que las demás, una que se abría paso entre las otras para llegar a mi conciente “Él pensaba volver conmigo”, aun me quería, me quería mas que como a una amiga, tenía que ser eso, así que me aferre con todas mis fuerzas a esa mínima posibilidad.

-¿Por qué? –Abrí de nuevo mi gran bocota, para luego cerrarla, el camino lo habíamos hecho en un silencio denso y pesado, como cien veces trate de decir algo, de entablar una conversación, pero las cien veces había fallado, ahora que había podido emitir un sonido, salio la gran pregunta “¿Por qué?”
-¿A que te refieres? –Ahora ¿Qué iba a hacer?, esconderme como siempre o terminar de hablar y aclarar las cosas.
-Nada –Dije tal cobarde era
-Sé bien que algo quieres decirme Bella, te estas carcomiendo por dentro –Claro que lo sabía, así como debía saber también exactamente que era lo que le quería decir
-¿Por qué no le dijiste a tu familia? –Ahora si volteo a verme, su rostro tenía una mirada de “es necesario que te lo diga”
-No lo sé –Respondió encogiéndose de hombros, Bufé –Llámame iluso o lo que quieras, pero mis sentimientos por ti no han cambiado –Se aferro mas al volante y veía de nuevo fijamente a la carretera, no pude evitar alegrarme al escucharlo, aunque conociéndolo las cosas no serian tan sencillas, justo en ese momento estábamos dando la vuelta a ultima esquina para llegar a la casa de sus padres, tenia los últimos minutos a solas con él, ya luego dudaba mucho tener de nuevo la oportunidad
-Los míos tampoco –Me apresure a contestar, ya se estaba estacionando, apago el auto y volteo a verme, alzo su mano y con suavidad toco mi rostro
-Mi Bella –Susurro, yo cerré mis ojos y me concentre en su contacto, su piel sobre la mía, su dulce y tierna voz con la que pronuncio mi nombre, sin querer de mis ojos unas lágrimas luchaban por salir
-Edward...

Sentí como se acerco, sentía su calor más cerca de mi piel, su respiración chocaba contra mí, poso su frente sobre la mía con lentitud, mi corazón danzaba un ritmo nuevo y conocido a la vez, habíamos pasado por muchas cosas y aún no estaba segura de si podíamos superarlas, de lo único que estaba segura era de lo que ambos sentíamos. Nos quedamos así por un rato, no estoy segura de cuanto tiempo; sin decir una sola palabra, solo sintiendo nuestras respiraciones acompasadas, su dulce aliento me inundaba, todo estaba bien, aunque fuera solo en apariencia; hasta que el fuerte sonido de una corneta nos hizo brincar del susto, chocamos con fuerza y reímos al instante.

-¿Cómo están los tórtolos? –Dijo la hermana de Edward en la ventana, no pude evitar el sonrojo y ambos nos separamos, ya había terminado mi momento, no tendría un momento a solas de nuevo con Edward.

O al menos eso pensaba.

Nos bajamos del auto y Alice de inmediato acaparo a Edward; él por supuesto tomo mi bolso y todos caminamos hacia la casa, en la puerta estaban los padres de Edward esperándonos, había mucha gente que conocía, estaba el hermano de Edward con su novia, Jasper el prometido de la hermana de Edward y sus padres que supuse eran las personas que no conocía. Los padres de Edward me saludaron con mucho cariño y como siempre me sentí sumamente apenada

-Bella, que bueno que pudiste venir, ya Edward nos había dicho que tenias complicado el fin de semana –Dijo Esme y yo voltee a ver a Edward significativamente, o sea que si había hablado de mí, pero me había cubierto, él realmente no les quería decir que habíamos terminado.
-Si, no me lo perdería por nada –Conteste con una sonrisa, Alice se acerco a mí
-Mas te valía cuñadita, pero bueno suban a la habitación y arréglense para la cena, será dentro de pocas horas y ambos tienen caras de no haber dormido bien anoche –Lo dijo haciendo insinuaciones que eran comprensibles, ellos creían que aún seguíamos juntos, eso quería decir también que compartiríamos habitación, suspire.
-Esta bien…  –Le dije mientras me abrazaba, mas cohibida que antes
-Alice, ¿De qué hablamos? –Hablo Edward en un tono que sonaba como un “te lo dije”
-Esta bien hermano, yo no te la voy a espantar –Le dijo haciendo muecas con la cara, Jasper se acerco y la abrazo con ternura mientras le decía algo al oído y ambos reían, se veían tan felices. Edward me tomo de la mano y me llevo camino a las escaleras, supuse iríamos a su habitación, bueno seria “nuestra” por esta noche, suspire de nuevo.

En la casa reinaba la alegría y la armonía, todos estaban felices en especial los comprometidos, era sencillo dejarse envolver por ese ambiente, aunque fuera solo en apariencia; no pensaba ni por asomo hacer ningún espectáculo, ni mucho menos hacer pasar un mal momento a nadie, pero las cosas seguían tan tensas entre Edward y yo que esa resolución se me hacia cuesta arriba. Entramos en la habitación y Edward dejo mi bolso sobre la cama mientras lanzaba el suyo al piso, yo entre con mucha pena, como si fuese la primera vez que entrara allí; camine a paso lento hacia el centro, hasta que llegue a la cama y tome mi bolso, lo abría con torpeza, no buscaba nada en particular, solo no quería ver nada a mi alrededor

-Yo me voy… -Edward hablo desde la puerta de la habitación –Te dejo para que te cambies, supongo que quieres arreglarte o lo que sea –También parecía incomodo con la situación, era extraño, la noche anterior la habíamos pasado juntos pero claro estaba de por medio el licor, que si bien no te hacia inconciente al menos te quitaba algo de pudor, parecía que toda la “normalidad” entre nosotros había pasado.
-Es tu habitación –Musite
-No hay problema… Yo espero abajo… –Cambiaba su peso de un pie a otro –Luego me cambio –Creo que jamás lo había visto así de nervioso, solo pude asentir con la cabeza y ver como salía mientras cerraba la puerta detrás de él.

Me lleve las manos a la cabeza desesperada, las pase a través de mi cabello o eso intente; resulto que mi cabello era un maraña, caí en cuenta de que realmente necesitaba ese baño, rebusque en mi bolso esta vez con conciencia de lo que hacia, saque mi cosas de aseo personal y me dirigí al baño; al estar allí no pude evitar recordar aquella vez que vi a Edward semi-desnudo en ese mismo sitio; esa primera vez que realmente lo había visto más como hombre que como amigo; di un largo suspiro sacándome de la ensoñación, termine de entrar y cerré la puerta con seguro, debía usar rápido el baño lo mas probable que alguien mas estaba esperando para refrescarse también, con tantas personas en la casa era mejor no acaparar.

Salí lo mas rápido que pude del baño, el agua de la regadera salía tan deliciosa que tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para poder obligarme a salir; ya en el cuarto mas relajada, saque algo de ropa ligera para ponerme, una falda color caqui con una franela azul oscuro, me vestí, arregle mi cabello, me calce una vez mas mis sandalias y baje a la sala de estar, pero ésta estaba vacía, fui hasta la cocina y no había nadie, ¿Dónde estaban todos? Estaba desconcertada.

-Estas preciosa –Casi susurro Edward detrás de mí, sorprendiéndome
-Gracias –Conteste ruborizándome por completo, volteándome para quedar frente a él -¿Dónde están todos? –Pregunte para sacar algún tema porque Edward me veía de una manera tan tierna, hace mucho tiempo que no lo hacia, en sus ojos claros había amor, pasión, sentí por ese instante que nuestros ojos se conectaron que de verdad las cosas se podían solucionar entre nosotros y en mi corazón ya se quería arraizar la esperanza, aunque pudiera ser falsa, solo una mala jugada de mi imaginación.
-Salieron un rato a la ciudad, los padres de Jasper no habían venido por acá –Dijo encogiéndose de hombros –Yo me quede a esperarte –Eso me hizo sentir sumamente culpable, si yo no fuese venido de seguro Edward estuviese con los demás disfrutando del paseo
-Podemos alcanzarlos –Dije como opción
-Preferiría quedarme aquí contigo –Dijo acercándose a mí con deliberada lentitud, ya empezaba a sudar frío y a sonrojarme de nuevo, Edward estaba frente a mí, mirándome fijamente a los ojos, lo sentía mas cerca que nunca y todo mi cuerpo reaccionaba a ese gesto. Poco a poco termino de recorrer el poco espacio que estaba separándonos, para finalmente darme un tierno abrazo, yo lo rodee por la cintura aferrándome a él como si fuese un salvavidas.
-Te quiero –Susurre contra su pecho
-Yo te quiero mas –Dijo y me beso en el cabello. No se cuanto tiempo estuvimos así, pero ciertamente pero pareció corto
-Hum, hum –Alguien carraspeaba desde alguna parte, estaba algo desorientada, como si fuese una niña a la que pillaron haciendo algo indebido mi instinto fue separarme de Edward, pero él no lo permitió, se separo lo suficiente de mi para darse la vuelta pero no dejo de abrazarme.
-Emmet, pensé que te habías ido con los demás –Dijo Edward mientras yo escondía mi rostro contra su pecho
-Yo también pensé lo mismo –Dijo con una sonrisa gutural, el hermano de Edward era agradable, pero tenia un cuerpo tan grande, una contextura gruesa, que me hacia sentir pánico de él.
-Emmet, Emmet –Una voz femenina lo llamaba, esa voz era inconfundible, Rosalie su novia, ella era de toda la familia la única a la que tenia que soportar, ella era un poco pedante
-Acá estoy amor, en la cocina –Eso si, no había duda que ellos se amaban, a los segundos Rosalie estaba en la puerta de la cocina
-Oh, no estamos solos –Dijo sin tratar de aparentar lo que sentía, una clara decepción al vernos a Edward y a mí en la casa
-No mi cielo, al parecer ellos también tuvieron la misma idea –Le contesto Emmet mientras la abrazaba y le daba un pequeño beso en los labios.

¿Misma idea? ¿A que se refería? Luego caí en cuenta de que la casa habría estado sola sin Edward no se fuese quedado a esperarme, sola, no era difícil imaginar a que “idea” se refería. En ese instante quise ser un avestruz para poder enterrar mi cabeza en la tierra y ocultarme del mundo. Edward se dio cuenta de mi incomodidad y me jalo para que saliéramos de allí, no me había fijado en que mis pies parecían haber echado raíces en el suelo. Salimos de la cocina directo a la sala de estar y pude escuchar las risas que provenían de Emmet y su novia.

Edward literalmente me sentó en el mueble y se fue a encender las luces, el tiempo había pasado muy rápido y estaba oscureciendo, eso era bueno, quería decir que ya debían estar todos por llegar para la cena ¿O no? De repente llego de nuevo Emmet con Rosalie, él traía una botella de vino y ella cuatro copas.

-¿Qué dices si compartimos hermano? –Tenia una mirada que no supe descifrar, pero algo de licor no le vendría mal a mi organismo, tal vez eso aplacara un poco los nervios.

Excepto por el hecho de que no tenia mucho en mi estomago. Emmet sirvió las copas y el ambiente se relajo casi de inmediato, todos conversábamos agradablemente, a parte de los comentarios insinuantes de Rosalie de vez en cuando y los sarcasmos de que decía, estábamos pasándola bien, al menos yo la estaba pasando bien.

-Deberíamos comer algo
–Le dije a Edward cuando llevábamos un par de tragos
-Debemos esperar a la cena, Alice lo tiene todo preparado
-¿Cuándo va a ser eso?
–Bufé señalando el gran reloj de pared que marcaba las siete y media.
-Podríamos buscar algo que comer mientras esperamos la cena

Y así nos levantamos para ir a la cocina, Edward me tomo de la mano, algo que era normal entre nosotros pero seguía sintiéndome extraña con esos detalles; a pesar de que la conversación nos había relajado a ambos – seguramente con ayuda del vino – aun estaba el hecho de que estábamos en un punto incierto y por mas que quisiera obligarme a no pensar en ello, terminaba haciéndolo. Llegamos a la cocina y yo me recosté de la mesa, mientras Edward buscaba algo en la nevera y en los gabinetes.

Estaba deleitada con su figura, mil recuerdos venían a mi mente, estaba totalmente nostálgica y no por ello dejaba de apreciar el momento; él estaba allí conmigo, desde que habíamos terminado no había salido con nadie mas, no le había dicho a sus padres que habíamos terminado y me había dicho que me quería mas de una vez desde ayer.

-¡Finalmente! –Exclamo con una caja de galletas en las manos –Ahora vamos para que comas algo –Tomo un plato y sirvió las galletas, de la nevera saco una salsa, que resulto ser paté de atún  y me lo ofreció, yo aun lo veía embelesada
-Gracias conteste –Me moví del borde de la mesa hasta uno de los estantes para tomar un cuchillo, el único detalle que le había faltado a Edward, siempre tan atento. Él sonreía y no pude evitar sonreírle de la misma manera.

Coloco el plato sobre la mesa y camino hacia mi, en sus ojos había deseo y estaba segura que en los míos también se podía leer lo mismo; se pego a mi haciéndome quedar contra el mesón que estaba debajo de los gabinetes, su respiración era tan entrecortada como la mía, solo me miraba, me miraba con intensidad y eso bastaba para despertar todas y cada una de mis hormonas; acerco su rostro al mío y ya podía sentir su respiración, su dulce aliento me invadía una vez mas y en ese instante deje de pensar.

Recorrí el ínfimo espacio que separa nuestros labios y pose los míos sobre los suyos por apenas un par de segundos para retroceder esperando por su reacción; me miraba complacido, se veía felicidad en sus hermosos ojos y mi corazón estaba a punto de explotar; Edward me tomo por el rostro con fuerza y atrajo hacia su boca, besándome con todo el amor que tenia guardado, nuestros labios se fundieron en uno solo con el fuego de la pasión.

Capítulo 16: Finalmente Encontré mi Camino Capítulo 18: El Lugar al que Pertenezco

 
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