CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 30/11/2012
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 30
Comentarios: 97
Visitas: 110335
Capítulos: 24

Se conocieron de forma accidental, su amistad se forjó con el tiempo y se enamoraron sin darse cuenta.

El corazón al igual que el amor son impredecibles... ¿Lograran Edward y Bella superar todos los obstáculos y alcanzar la felicidad...

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

Las invito a pasar por mi nueva historia

SIEMPRE TUYA (+18)

 

Además les invito a pasar por mi fic (Dando clic en el título del fic)

AMOR POR CONTRATO (+18) (En proceso)

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Capítulo 5: Deseo

Caminando con Edward a mi lado abrazándome me sentía tan protegida y amada que apenas podía pensar en lo había ocurrido con Jacob hacía solo unos minutos hasta que Edward lo mencionó.

– Bella ya llevamos un buen rato caminando y no has dicho ni una sola palabra ¿Debo preocuparme?

– No es solo que me siento cómoda así.

– Pues si yo también pero quería asegurarme de que te sientes bien.

– Pues ya no sigas preguntándolo o me voy a enojar.

– ¿Quieres que te haga compañía hasta que llegue Rosalie' – me dijo Edward cuando al fin llegamos a mi apartamento.

– Sí, si no es molestia para ti.

– No seas tonta Bella a mi siempre me hace feliz estar cerca de ti sin importar el tiempo ni las circunstancias – me dijo y al ver sus ojos y la sinceridad impresa en ellos no pude evitar que mi pulso se disparara.

Subimos al apartamento en un silencio de lo más cómodo pero cuando llegamos hasta la puerta e introduje la llave en la cerradura me di cuenta de un pequeño detalle, estaríamos solos Rosalie no estaría presente como lo había planeado en la mañana.

Cuando habría la puerta consideré seriamente el decirle que había cambiado de idea y que quería estar sola pero de inmediato deseché la idea al darme cuenta del dolor que me produciría estar sin él más aun cuando ya me había hecho a la idea de que pasaríamos un buen rato juntos.

Entramos y mientras el se quitaba su chaqueta y la colgaba en el perchero de la entrada yo me dirigía hacia mi habitación a dejar mi bolso y mis libros.

– Ponte cómodo enseguida vuelvo – le dije y él solo asintió regalándome una sonrisa que nuevamente me dejó sin aliento.

Cruzó por mi mente la idea de que lo mejor sería llamar a Rosalie y que viniera para no estar a solas con Edward, pero al considerarlo un poco más me di cuenta de que la idea no solo era de lo más infantil sino que también descubrí que estar a solas con él era lo que más deseaba.

Deseaba poder disfrutar de su compañía, deseaba que pudiéramos hablar sin interrupciones de lo que sentíamos el uno por el otro aunque yo misma aún no lo sabía con claridad lo que sentía, pero aún a riesgo de no saber que decir, deseaba estar con él y aunque no quisiera admitirlo ni para conmigo misma deseaba desesperadamente sus besos y sus caricias.

Así que me dirigí al baño, abrí el grifo y me tiré agua fría en el rostro pues la verdad lo necesitaba el solo hecho de pensar que estábamos solos y que había la posibilidad de que se repitiera lo de la otra noche hacía que mis mejillas ardieran, mi corazón se acelerara y se me formara un nudo en el estómago pero definitivamente la idea no me desagradaba para nada, así que solo dejaría que las cosas fluyan.

Al mirarme en el espejo me sorprendió mi propio reflejo y es que sencillamente era otra sin saber con certeza que era lo que había cambiado definitivamente algo era diferente en mis ojos había un brillo, una chispa que no era usual en mi.

Así que decidí dejar a un lado todas las confusiones y dejar que las cosas caigan por su propio peso después de todo era Edward el que estaba ahí afuera y en el confiaba ciegamente.

Definitivamente no había razón para sentirme incómoda con Edward pese a lo ocurrido en su apartamento él seguía siendo mi mejor amigo y por supuesto que algo había cambiado sino no no estaría arreglando mi cabello una y otra vez frente al espejo pero el cariño y la confianza que nos tenemos no tenía porque desaparecer o al menos eso quería creer desesperadamente.

Después de acomodar nuevamente mi cabello e inspeccionarme minuciosamente por última vez en el espejo salí hacía la sala decidida a olvidarme de todo y disfrutar de la compañía de Edward.

Al entrar en la sala nuestras miradas se cruzaron ya que obviamente él había estado pendiente de mí.

– Vaya por fin, empezaba a preocuparme.

– Acaso pensaste que soy tan depresiva como para encerrarme en el baño para atentar contra mi vida.

– No digas eso ni de broma Bella y no es que pensara eso es solo que tardaste mucho.

– Lo siento es que necesitaba refrescarme un poco me sentía algo… abrumada.

– Ya veo, te ves realmente hermosa.

– Gracias – le dije y no pude evitar mirar hacia otro lado pues su mirada penetrante sobre mi me estaba poniendo nerviosa y ya sentía mis mejillas arder.

– Se que no quieres que pregunte y aun arriesgándome a que te enojes lo haré ¿Como te sientes Bella?

– La verdad… me siento… aliviada, muy pero muy aliviada.

– ¿Aliviada? Después de lo que te acaba de hacer pasar el idiota de Black? – me dijo Edward implorando con su mirada que le explicara a que me refería.

– Es eso es lo que siento, me siento bien últimamente me había sentido culpable por que sentía que estaba usando a Jacob para escapar de la soledad, para sentirme parte de algo pero ahora que se la verdad no solo siento a mi consciencia en paz, sino que también siento que estamos a mano y sé que lo que me hizo no tiene comparación se comporto como un canalla, aún así siento que todo está saldado.

– Pues me alegro por ti preciosa – dijo mientras me abrazaba – por que lo que más me habría dolido sería verte sufrir por ese imbécil.

– Pero ya ves que no tendrás que preocuparte por ello.

– Y bien preciosa ¿que quieres que hagamos? ya que ambos faltaremos al resto de nuestras clases me tendrás que soportar por un buen rato.

– No digas eso Edward ya sabes que te quiero mucho y me encanta pasar tiempo contigo, además estamos a una semana de los exámenes finales y no creo que nos den nada nuevo.

– Wow Isabella Swan incitándome a faltar a clases eso si que es una novedad, sino estuviera escuchándote jamás lo habría creído.

– Ay por favor Edward ya deja de burlarte de mí que no soy tan aburrida.

– Claro que no Bella era solo una broma por supuesto que no eres aburrida, es más si me perdiera en una isla desierta y pudiera escoger a alguien para hacerme compañía te escogería a ti sin pensarlo – me fue imposible controlar mi imaginación y sentí mi rostro arder de pensar en las cosas que podrían ocurrir si llegáramos a estar solos en un lugar tan remoto solo esperaba que Edward pensara que mi sonrojo se debía al cumplido que acababa de hacerme y no a mis pervertidos pensamientos – y tienes razón con las graduaciones tan cercanas no creo que hayan temas nuevos así que entonces dime que prefieres quedarte aquí o salir un rato, puedo llevarte a donde tu quieras.

– No, prefiero quedarme aquí.

– ¿Segura?

– Sí… si quieres preparo algo de comer.

– Si por que no…, vamos te ayudaré – dijo mientras nos dirigimos hacia la cocina.

Sacamos todo lo necesario para preparar unos sándwiches aunque Edward en lugar de ayudarme se dedicaba a comerse todo lo que yo iba rebanando.

– Pensé que ibas a ayudarme – le dije en tono acusador.

– Pero si te estoy dando apoyo moral además te ves tan hermosa en la cocina que prefiero admirar tu belleza – iba a contraatacar pero cuando vi su sonrisa y su mirada sobre mi se me fue el aliento y antes de decir una estupidez mejor guardé silencio y solamente le sonreí.

Comimos allí mismo en el pequeño desayunador de la cocina entre bromas y risas, así habían sido siempre las cosas con Edward siempre me hacía olvidar de todo lo malo cuando estábamos juntos.

Al terminar de comer me ayudó a recoger y ordenar todo en la cocina al dirigirnos al sillón a ver una de las películas que teníamos en casa, en mi infinita torpeza no se como tropecé con mis propios pies y me habría estampado contra el piso de no ser por que Edward fue más rápido y me sostuvo entre sus brazos.

No había manera de que me hubiese preparado para ese tipo de cercanía con Edward, como amigo siempre me había abrazado acariciado el rostro mientras escuchaba mis conflictos pero esto era infinitamente diferente.

Tenía su rostro a menos de diez centímetros del mío, podía sentir su cálido y dulce aliento golpear contra mi rostro, podía sentir como su respiración empezaba a acelerarse de la misma manera que se aceleraba la mía, podía escuchar en mis oídos los fuertes latido de mi corazón y sentía también como golpeaba fuertemente contra mis costilla de forma casi dolorosa.

– Lo siento – dije con la respiración entre cortada y sin apartar nuestras miradas.

Pero él no respondió ni una sola palabra solo acaricio mi mejilla con la palma de su mano, continuó deslizando su mano acariciando con las yemas de sus dedos hasta llagar a mi barbilla y tomándola con suavidad acerco nuestros rostros hasta que nuestros labios se juntaron.

El contacto de sus labios contra los míos era algo delicioso, sus labios se movían de forma lenta pero profunda una de sus manos se deslizó hacia mi nuca acercándome más mientras que se aferraba a mi cintura con la otra, de inmediato sus labios empezaron a moverse deforma más insistente y apasionada, sus manos viajaron hacia mi espalda presionándome más contra su pecho aumentando el contacto de nuestros cuerpos.

La sensación de estar así con Edward era irresistible, su aliento era embriagador, sus besos adictivos lo único que en ese momento me provocaba era perderme en ellos y dejarme llevar, mis manos habían cobrado vida propia acariciando su pecho por encima de la camisa enroscando mis brazos en su cuello y enredando mis dedos en su cabello atrayéndolo más hacia mi.

Me tensé de inmediato al sentir como Edward se separaba lentamente y me miró de forma suplicante.

– Yo lo siento mucho Bella pero ya no puedo seguir ocultando lo que siento por ti.

– ¿Y que es lo que sientes por mi? – los dos segundos que tardó en responder me parecieron una eternidad.

– Te amo – dijo volcando otra vez sobre mi todo el poder de su mirada cortando así mi respiración.

Pero no era solo su mirada la que causó ese efecto sino que no podía dar crédito a lo que estaba escuchando.

– Yo también te amo – solo cuando escuché como las palabras escapaban de mi boca, fui consiente de que era cierto yo lo amaba tanto como él a mi y al dirigir mi mirada a Edward me di cuenta de que el estaba tan impactado como yo.

– ¿Que fue lo que dijiste Bella?

– Te amo… no se cómo paso ni cuando empezó solo sé que te amo – sin decir una sola palabra sus labios capturaron los míos en un beso urgente y apasionado que de inmediato transformo mi respiración en un jadeo.

Cuando interrumpimos el beso en busca de aire continuo esparciendo besos por todo mi rostro y continuo hasta mi cuello su contacto me estaba volviendo loca deseaba sentir sus labios sobre los míos nuevamente así que sin detenerme a pensarlo tome su rostro y lo atraje de vuelta a mis labios besándolo de forma insistente y desesperada saboreando su aliento, recorriendo cada rincón de su boca, sintiendo la suavidad y la calidez de sus labios sobre los míos.

– No sabes cuantas veces soñé estar así contigo Bella acariciándote y besándote de esta forma – susurraba sobre mis labios – no sabes los celos que sentía cuando te veía con ese idiota, quería matarlo cada vez que te acariciaba, deseaba que fueras solo mía y me sentía tan impotente al saber que no tenía ningún derecho sobre ti.

– Eso se acabo para siempre ahora solo somos tu y yo – le dije sosteniendo su rostro entre mis manos.

Ahora fue él quien sostuvo mi rostro entre sus manos y me atrajo hasta juntar nuestros labios nuevamente, sin dejar de besarme me condujo hacia el sofá y nos recostamos en él sus besos se volvieron más profundos y apasionados, su lengua recorría cada rincón de mi boca.

Sin detenerme a pensar en lo que estaba haciendo empecé a desabotonar su camisa un jadeo se escapo de mis labios al rosar los músculos de su pecho y él se estremeció al sentir el contacto de mis manos sobre su piel.

Sus labios descendieron hacia mi cuello, sus besos húmedos sobre mi piel solo me hacían desear más y más de él.

– Bella te necesito no sabes cuánto te deseo – dijo de forma entrecortada, mirándome de forma suplicante y era inútil seguirlo negando yo también lo deseaba.

– Y yo a ti – fue único que pude decir.

Sus labios nuevamente reclamaron los míos, con cada beso me nublaba más sentía todo mi cuerpo arder y con cada caricia suya solo aumentaba la sensación.

Me tomó entre sus brazos y me llevó hasta mi habitación depositándome con suavidad en la cama deteniéndose frente a mí para terminar de quitarse su camisa, no pudo evitar sonreír y yo sonrojarme cuando me vio mirando fijamente su pecho desnudo.

Me quitó mis botas y de inmediato acortó la distancia entre nosotros, se recostó sobre mi sin dejarme sentir su peso pero de todas maneras podía sentir el calor de su piel, sus besos eran cada vez más insistentes sus manos bajaron por mis hombros y recorrieron mis brazos hasta llegar a mi cintura donde sus manos se detuvieron en la orilla de mi blusa quitándomela ágilmente.

El calor de su piel desnuda sobe la mía acabó con mi autocontrol lo tomé del rostro y nuevamente lo atraje hacia mis labios besándolo con toda la pasión y el amor que sentía en ese momento.

Sus manos no se quedaron quietas nos giró hasta quedar debajo de mi cuerpo acariciando mi espalda, besando mi cuello y descendiendo hasta el inicio de mis senos.

Sus manos empezaron a desabrochar mi brazier y lo apartó para acariciar mi espalda sin la estorbosa tela, nuevamente nos giró sobre la cama hasta quedar sobre mí, me terminó de quitar el brazier con mucha suavidad.

No pude evitar el impulso de cubrir mis senos al ver su mirada lasciva sobre mí.

– No te cubras… eres lo más hermoso que mis ojos han visto, no me quites el placer de admírate – dijo mientras apartaba suavemente mis brazos dejando mis senos al descubierto nuevamente me besó deslizándose por mi mejilla, deteniéndose a besar mi cuello y descendiendo a mis senos besándolos con delicadeza tomando uno de mis pezones entre sus labios y masajeando el otro con sus manos.

Jamás había sentido nada comparado a lo que las caricias de Edward me hacían sentir, podía sentir como mi ropa interior se humedecía más y más con cada caricia.

Sus labios abandonaron mis senos y continuaron descendiendo por mi abdomen al igual que sus manos, no puede evitar tensarme en el momento que sentí que las manos de Edward desabrochaban mis jeans y bajaban el cierre y el de inmediato se dio cuenta de mi reacción.

– Bella tu sabes que no pasará nada que tu no quieras que pase ¿verdad? – asentí – así que si tú no quieres hacerlo o crees que esto va demasiado rápido solo debes decirlo.

– No es eso es… es que es mi primera vez… soy virgen Edward – esperé su respuesta pero no dijo nada solo me miraba con la confusión en su rostro así que decidí hablar nuevamente.

– Edward yo nunca he estado con nadie y entenderé si mi falta de experiencia te resulta incómoda pero… - no terminé la frase porque sus labios me silenciaron besándome de la forma más tierna en que hasta ahora lo había hecho.

– No seas tonta Bella como crees que eso me molestaría.

– Es que por la forma en que reaccionaste creí que… - me silencio colocando su dedo índice sobre mis labios.

– Bella solo me sorprendiste yo no sabía que fueras virgen y con lo que me acabas decir te amo todavía más no tienes idea de las veces en que los celos me mataban cuando Jacob y tu salían a solas y te imaginaba en sus brazos haciéndote el amor mientras que yo solo podía tener tu amistad.

– Pero eso jamás ocurrió y no hay nadie con quien desee vivir esta experiencia que contigo.

– Estás segura de que esto es lo que quieres sabes que yo nunca te presionaría.

– Completamente… quiero ser tuya, quiero ser tu mujer Edward.

De inmediato retomamos las cosas donde quedaron Edward me quito mis jeans besando mis piernas a medida que los iba quitando, luego sentí sus manos acariciando mi cintura y sus dedos tirando de la última prenda que llevaba.

– Dios eres tan hermosa – dijo y no pude evitar sonrojarme ante su comentario, sus labios continuaron besando mi abdomen no pude controlar el gemido que se escapo de mi boca cuando sentí sus besos en mi intimidad, la sensación era indescriptible sentía que estaba ardiendo por dentro.

Edward continuó besando hasta que llego el orgasmo y arqueé mi espalda sin poder controlar tanto placer.

Edward se retiro para quitarse el resto de su ropa y de inmediato volvió a mi lado, ambos ardíamos en deseo por amarnos y sentirnos, sus manos continuaron acariciaban mi intimidad mientras sus labios torturaban mis senos, mi necesidad por él crecía a cada segundo hasta que una de sus manos se deslizó por una de mis piernas separándola levemente mientras él se colocaba en el centro cuando lo vi desnudo no pude evitar admirar su belleza pero tampoco pude evitar los nervios al ver el tamaño de su miembro.

Sus labios devoraron los míos nuestras respiraciones eran pesadas y ruidosas entonces el me dijo “te amo” y todos los miedos se fuero.

Sentí como me penetraba lentamente y con delicadeza pero pese a sus esfuerzos no podía evitar el dolor de la primera vez, mis uñas se clavaron en su espalda.

– Solo relájate y dime cuando pase – me dijo quedándose muy quieto, poco a poco el ardor disminuyó y el deseo por él me embargó nuevamente y de forma involuntaria me descubrí empujando mi cadera hacía él.

Edward empezó a moverse de forma lenta pero profunda besándome de forma apasionada y susurrándome todo el tiempo lo mucho que me amaba. 

Las estocas aumentaron de ritmo mientras la habitación se llenaba de nuestros gemidos debido al inmenso placer que estábamos sintiendo gemimos al mismo tiempo cuando alcanzamos el orgasmo.

Edward me atrajo a su pecho, me abrazo con fuerza y dejando un casto beso en mí frente me dijo

– Te amo Bella eres la única mujer a la que he amado en mi vida.

– Y yo te amo a ti… siempre te amaré – dije antes de que selláramos mi promesa con un beso lleno de ternura.

 

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Hola mi gente hermosa gracias por leer mi fic por fa comenten. Por está semana voy a dejar dos capítulos pero la próxima semana solo dejaré uno no se si pueda publicarlo el jueves o el viernes porque tengo una semana muy ajetreada tengo que salir de la ciudad con mi hijo a unos asuntos médicos y mil cosas más pero igual lo voy a publicar ya sea el jueves o viernes. Por fa comenten...

Besitos y hasta la semana próxima.

 

 

Capítulo 4: Trago Amargo Capítulo 6: Errores

 
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