CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 30/11/2012
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 30
Comentarios: 97
Visitas: 110329
Capítulos: 24

Se conocieron de forma accidental, su amistad se forjó con el tiempo y se enamoraron sin darse cuenta.

El corazón al igual que el amor son impredecibles... ¿Lograran Edward y Bella superar todos los obstáculos y alcanzar la felicidad...

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

Las invito a pasar por mi nueva historia

SIEMPRE TUYA (+18)

 

Además les invito a pasar por mi fic (Dando clic en el título del fic)

AMOR POR CONTRATO (+18) (En proceso)

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Capítulo 13: La Fiesta

Hola chicas por aqí estoy celebrando mi cumple con ustedes y un nuevo capítulo Noe amiga mil gracias por tus mensajes te quiero montón. Este capítulo va dedicado a GINNADECULLEN por ser la más nueva de mis amigas y a Noe por su constante apoyo. No las canso más y aquí se los dejo disfrutenlo.

 

Los días restantes de aquella semana pasaron rápidamente y casi sin darme cuenta. Junto a Edward era tan feliz que el tiempo pasaba volando, la semana de los exámenes finales llegó y con ello el tener que pasar más tiempo separados porque al estar a solas en una misma habitación era muy difícil que nos concentráramos en estudiar.

Estar separados nos estaba volviendo locos a pesar de que nos veíamos en la universidad y después de clases, habíamos dormido juntos todas las noches durante casi una semana a excepción del domingo ya que después del fallido pero muy placentero intento por estudiar la noche del sábado decidimos que si queríamos aprobar los exámenes y graduarnos deberíamos dormir y estudiar cada quien por su lado.

Estos días me habían parecido eternos pero al fin se habían acabado la semana entrante serían las graduaciones y empezaría una nueva etapa de nuestras vidas.

Continuaba caminando con mis pensamientos hasta que mis ojos le vieron allí parado esperándome y como siempre el corazón se me aceleró, así que corrí y me lancé hacia sus brazos.

– Te he extrañado tanto – dijo correspondiendo a mi abrazo.

– Y yo a ti – le respondí aspirando su delicioso aroma, de inmediato sus labios y los míos se juntaron besándose con pasión pero los pasillos de la universidad no eran el lugar indicado para dejarnos llevar así que a regañadientes nos separamos.

– ¿Que tal te fue hoy preciosa?

– Este fue mi último examen y creo que me fue bien espero aprobar ¿Y tu?

– En media hora me toman el último.

– Ni siquiera tengo que preocuparme eres mucho más inteligente que yo – dije sinceramente.

– Te amo – dijo sonriéndome de esa forma que me cortaba el aliento – aún me parece un sueño tenerte y ser tan feliz.

– Pero no lo es y yo también te amo con todo el corazón – dije mientras juntaba nuestros labios y lo besaba suavemente.

– Ya basta tortolitos están derramando miel por todas partes – dijo Rosalie que llegaba acompañada por Alice y Ángela.

– Lista – dijo Alice.

– Si claro – dije suspirando haciendo sonreír a Edward.

– Si te torturan demasiado llámame e iré en tu rescaté – dijo en voz baja.

– Te oí – dijo Alice – y ya sabes que nada de hombres es una tarde de compras solo para chicas, visitaremos tiendas hasta hallar los vestidos perfectos para la fiesta de mañana.

– Aquí empieza el terror de las empleadas departamentales – dijo Edward.

– Aja – contestó ella de lo más sonriente.

Este sábado sería el aniversario de Esme y Carlisle y ofrecerían una muy exclusiva recepción en la mansión Cullen para celebrarlo, habrían unos 70 invitados así que nuestra misión era conseguir los mejores vestidos para la ocasión y Alice se encargaría de que así fuera por lo que me arrastrarían toda la tarde torturándome en el proceso.

Me despedí de Edward no sin antes desearle suerte en su examen, salimos rápidamente hasta el centro comercial, tal como Edward lo predijo Alice era el terror de las empleadas de las boutiques y por alguna razón estaba aun más obsesionada con mi vestido que incluso con el suyo pero después de ropa y más ropa dimos con los vestidos indicados.

– ¿Alice estás segura de que me veré bien en ese vestido que elegiste para mi? No creo que este vestido sea muy de mi estilo – dije señalando la bolsa que llevaba en mi mano.

– Claro que si Bella te veías hermosa con ese vestido cuando mi hermano te lo vea puesto el sábado se va a morir.

– Aunque creo que lo que más le gustará será quitártelo – dijo Rosalie.

– Rose por favor no empieces.

– Ay por favor Bella si la mejor parte de arreglarte para tu novio es llegar a casa y verlo desesperado por quitarte la ropa – dijo Alice logrando que Ángela y yo nos sonrojáramos.

Llegamos al apartamento con el cargamento de bolsas, a los pocos minutos llegaron Edward, Emmet y Jasper quienes aseguraban estar muriendo de hambre así que por decisión unánime me enviaron a cocinar espagueti de albóndigas.

Unos minutos más tarde Ben el novio de Ángela la llamó para que se reunieran y al invitarlo a almorzar aceptó encantado, Ben resultó ser tan agradable como Ángela definitivamente el uno para el otro.

Ben y los demás chicos congeniaron de maravilla se dedicaron a ver películas de acción mientras yo cocinaba con la ayuda de las chicas o más bien debo decir con su compañía porque a Alice y Rosalie se les quema hasta el agua de manera que Ángela y yo hicimos todo el trabajo.

Comimos riendo y disfrutando de la compañía de nuestros amigos.

Edward me ayudo a recoger los platos y luego a lavarlos.

– No veo el momento de estar a solas contigo – dijo atrayéndome hacia su cuerpo una vez que terminamos con los platos – está espera me está matando, no sabes las ganas que tengo de hacerte mía – susurró en mi oído haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera.

Sus labios se juntaron con los míos devorándose con desesperación, nuestras lenguas batallaban la una contra la otra, sus manos acariciaban mi espalda presionándome más contra su cuerpo hasta que….

– Wow… hermanito te la vas a devorar.

– Emmet no fastidies quieres – contestó Edward que aún me abrazaba.

– Ok – dijo levando las manos en señal de rendición – yo solo venía por un refresco.

En definitiva habían sido demasiados días de abstinencia pues la semana pasada ni siquiera habíamos tocado los libros y esta semana habíamos tenido que estudiar tanto que el tiempo apenas y nos alcanzó.

El maratón de películas se alargó tanto que cuando nos dimos cuenta ya era hora de cenar así que pedimos pizza, cuando ya era realmente tarde Alice corrió a todos los chicos que nos verían a la hora de la fiesta ya que en la mañana siguiente iríamos a ayudar a Esme, así que después de muchos besos de despedida que a Edward y a mi nos dejaron deseando más los chicos se fueron y nosotras también nos fuimos a dormir ya que mañana sería un largo día.

Después de que cada una se sirviera un tazón de cereal fuimos a ayudar a Esme aunque no hicimos mucho porque ella había contratado suficiente personal para que hiciera el trabajo pesado como siempre ella lo tenía todo bajo control, así que cuando cayó la tarde regresamos al apartamento y no tardaron en llegar las personas del salón de belleza.

Nos hicieron manicure, pedicure, mascarillas, nos peinaron y maquillaron, a penas se despidieron empezamos a vestirnos porque en cualquier momento llegarían nuestras respectivas parejas a buscarnos.

El vestido de Alice era plateado con escote corazón, en corte A y lentejuelas colocadas cuidadosamente en la orilla superior del busto.

Rosalie eligió un vestido color chocolate sin tiras, con escote recto, en corte A, con una cinta color crema en la cintura que se ajustaba a su figura maravillosamente.

El vestido de Ángela era recto, color crema con finos tirantes y bordados con pedrería.

Todos los vestidos incluyendo el mío eran largos, el que eligió Alice para mí en cambio era negro sencillo pero a la vez muy sexy demasiado para mi gusto, era algo ajustado, se amarraba en el cuello dejando al descubierto gran parte de mi espalda y con una partidura del lado derecho que llegaba hasta mi muslo.

El estilista me había recogido el cabello en un elegante moño del que caigan rizos cuidadosamente peinados dejando por fuera varios mechones.

– ¿Alice estás segura que me veo bien con esto? – dije saliendo del baño.

– Estás hermosa – dijeron las tres a coro.

– Alice no creo que esto sea mi estilo.

– Claro que lo es te ves hermosa y muy elegante es exactamente como tienes que lucir esta noche.

– “Tienes que lucir” – dije citándola.

– Bella entre los invitados de esta noche están la familia de Tanya y no creo que ella pierda la oportunidad de ver a Edward.

– ¿En serio ella estará ahí? – dije con el pulso desatado.

– Bella no tienes de que preocuparte mi hermano te ama solo a ti.

– Si Bella además creo que con lo que pasó la semana pasada el dejo muy en claro que a quien prefiere es a ti – dijo Ángela.

– Si Bella además esta noche luces bellísima Edward estará orgulloso de tenerte a su lado y por si la dudas no te despegues para nada de tu hombre – dijo Rose haciéndonos reír a todas hasta que el timbre sonó.

– Bueno chicas no los hagamos esperar – dije intentando olvidarme de Tanya.

Nos fuimos todos juntos ya que los chicos habían traído una limusina, al llegar la casa lucía aun más bella que en la mañana habían luces desde el portón del frente hasta la puerta principal, en el jardín y los árboles.

– Esta noche te ves más hermosa de lo que puedo expresar – susurró Edward en mi oído mientras me ayudaba a bajar.

– Gracias – dije completamente sonrojada.

Al entrar como siempre Esme y Carlisle nos dieron una cálida bienvenida.

– Hasta que al fin llegaron Esme estaba impaciente – dijo Carlisle.

– Es porque yo siempre los extraño mucho, pero déjenme verlos están hermosos – dijo dirigiéndose a los chicos – y ustedes también están preciosas, oh por Dios Bella ese vestido se te ve maravilloso.

– Gracias Esme – dije sonrojándome nuevamente.

Después de que Ángela le presentara a Ben, Carlisle y Esme lo saludaran y le diera una calurosa bienvenida todos nos dispersamos y empezamos a disfrutar de la fiesta.

Las chicas tenían razón Edward no paraba de repetirme lo particularmente hermosa que me veía esa noche y me presentaba con cierta nota de petulancia como su novia a todos los presentes incluyendo al matrimonio Denali y su hija Katte que a diferencia de Tanya resultaron ser muy agradables.

– ¿Me concedes esta pieza? – preguntó ofreciéndome su mano.

– Encantada – contesté tomando su mano.

Fuimos hacia la improvisada pista y empezamos a movernos al suave ritmo de la música, percibiendo el maravilloso aroma de su piel, sintiendo sus manos en mi espalda descubierta transmitiendo electricidad a través de ellas.

– No sabes cuánto extraño hacerte el amor y despertar junto, a ti sintiendo el calor de tu cuerpo desnudo pegado al mío, estos días han sido una tortura – susurraba en mi oído.

– Te he extrañado tanto que duele y ese vestido… – dijo mirándome con adoración – te ves demasiado hermosa para tu propia seguridad, en este mismo instante estoy usando todo mi autocontrol para no arrastrarte hacia la habitación más cercana, quitártelo y hacerte el amor como un loco – continuo haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera ante aquel pensamiento.

– Yo también te extrañado mucho y también te deseo – dije lo último en susurro arrancando una sonrisa de sus hermosos labios.

– Ese sonrojo te hace lucir tan adorable – dijo aun sonriendo y acercando su rostro al mío unió nuestros labios besándome suavemente mientras intentábamos continuar moviéndonos al ritmo de la música.

– Hermano siento interrumpirte pero necesito tu ayuda hay que sacar unas cajas de champagne de la bodega y los meseros que contrató mamá ya no se dan abasto – dijo Emmet.

– Si claro vamos – dijo Edward separándose de mí a regañadientes – enseguida vuelvo – continuó dirigiéndose hacia mí.

– De acuerdo – le contesté, ese esmoquin le quedaba tan bien que me quedé embobada mirando como se alejaba, caminé distraídamente hacía a uno de los pasillos alejándome un poco del bullicio de la fiesta admirando los hermosos cuadros en el corredor.

– Hasta que al fin conozco a la famosa Isabella – dijo una voz a mis espaldas y aunque solo la había escuchado una vez la reconocí de inmediato.

– Hola Tanya – dije intentando guardar la compostura al ver a mi rubia y bellísima rival.

– Vaya… veo que aun no te has olvidado de mi – dijo sonriendo descaradamente.

– Porque mejor no me dices que deseas y nos ahorramos tiempo – dije para terminar lo más pronto posible esa desagradable conversación.

– Edward eso es lo que quiero así que aléjate de él – dijo tajante.

– Creo que está muy claro que Edward no piensa lo mismo – le contesté intentando mantener la calma.

– ¿Y crees que te ama porque se entretiene contigo?... Despierta querida un hombre como Edward jamás podría tomar en serio a alguien tan… insignificante como tu – dijo intentando hacerme perder el control pero yo no jugaría su juego.

– Te entiendo perfectamente Tanya, Edward es un hombre maravilloso, inteligente, guapo y realmente bueno en la cama así que debe ser muy difícil para ti haberte arrastrado durante años y años para a penas conseguir meterte en su cama una o dos veces – dije sacando valor de quien sabe donde.

– Eres una estúpida si crees que te vas a quedar con Edward, él es mío y ni tu ni nadie me lo va a quitar voy a ser lo que sea necesario para alejarlo de ti – dijo realmente enojada, obviamente no esperaba la respuesta que le acababa de dar.

– Pues eres libre de hacer lo que te venga en gana pero amo a Edward, él me ama a mí y creo que te lo dejó muy en claro al preferirme, además yo soy su novia y esta noche me ha presentado como tal a todas las personas que conoce incluyendo tus padres, así que creo que te llevo cierta ventaja y hagas lo que hagas no me alejaré de él – dije desafiándola pero sorprendiéndome de la calma con la que pude enfrentarla porque si hubiese habido alguien presente de no ser por su expresión indignada habría pensado que estábamos teniendo una charla de lo más agradable.

– Interrumpo – dijo Edward acercándose a mi y tomándome por la cintura.

– Para nada mi amor tu nunca interrumpes – dije dándole un corto beso en los labios – además Tanya ya se estaba despidiendo.

– Pues en ese caso fue un placer verte Tanya – dijo Edward siguiéndome el juego.

– Cielo podríamos ir a un lugar más privado – dije intentando sonar sensual e ignorando por completo a Tanya.

– Tus deseos son ordenes para mi, hasta luego Tanya – se despidió Edward sin siquiera mirarla.

Caminamos rápidamente hacia el despacho de Carlisle ante la atónita mirada de Tanya que continuaba allí parada sin poder creer lo que acababa de suceder así que antes que Edward abriera la puerta lo besé con toda la pasión de la que fui capaz hasta que un siseo captó nuestra atención era Tanya que al fin reaccionaba y regresaba furiosa a la fiesta, ambos sonreímos y volvimos a juntar nuestros labios entramos rápidamente y el cuerpo de Edward me aprisionó contra la puerta.

– Lo lamento tanto – dije contra sus labios.

– ¿Que es lo que lamentas preciosa?

– Haberte besado así delante de Tanya, no quiero que pienses que te estaba usando para darle celos pero es que ella es tan desesperante que… – y no pude continuar porque los labios de Edward silenciaron en un beso tan apasionado como el de hacía unos segundos.

– Pues si es así por mi puedes usarme las veces que quieras – dijo separándose un poco para de inmediato juntar nuestros labios de nuevo.

Caminamos hacia el escritorio donde me apoyo y continuó devorando mis labios.

Habían sido demasiados días deseándonos y ahora lo único que necesitábamos era perdernos en el cuerpo del otro.

Sus manos acariciaban mi espalda pero rápidamente bajaron por mis caderas hacia mis piernas perdiéndose bajo mi vestido, sus caricias hacían que todo mi cuerpo se estremeciera.

Nuevamente sus manos subieron a mi cuello para soltar el fino lazo del vestido y bajar mi vestido hasta dejar mis pechos descubiertos para luego devorarlos haciéndome gemir de placer.

Me quitó mi vestido ágilmente gimiendo al verme en la única pieza de lencería que llevaba puesta y en tacones.

– Me vuelves completamente loco, no he pensado en nada más que en arrancarte ese vestido desde que te ví esta noche – dijo para luego volver a mis labios.

La temperatura subía rápidamente y yo ya no toleraba más mi necesidad por el así que deslicé su saco por sus hombros hasta que cayó al piso, continué con su camisa sin despegar mis labios de los suyos y seguí con sus pantalones el quito mi última prenda, saco de su bolsillo un condón y se quitó su ropa interior.

– Sabía que solo sería cuestión de tiempo antes de que te arrastrará a la habitación más cercana – dijo colocándoselo ante mi atenta mirada.

Terminamos acostados sobre la costosa alfombra persa del despacho de Carlisle haciendo el amor de forma salvaje, disfrutando de la sensación de nuestros cuerpos unidos hasta que el orgasmo nos envolvió. Luego de acomodar nuestra ropa y retocar mi maquillaje salimos a disfrutar de la fiesta sin importarnos las iracundas miradas de Tanya divirtiéndonos en compañía de nuestros amigos y las personas que más queríamos.

La fiesta fue todo un éxito ya bien entrada la madrugada todos regresamos en la limusina Emmet se quedó en el apartamento de Rosalie y yo obviamente en el de Edward.

Cuando entramos a su apartamento Edward me besó desesperadamente y me tomo entre sus brazos conduciéndome hacia su habitación para continuar amándonos toda la noche… o al menos lo que quedaba de ella.

 

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Hola chicas aquí les dejo un nuevo capítulo de mi fic espero que les haya gustado hayan disfrutado leyéndolo como yo escribiéndolo porfa comenten y voten. Las quiero montón, besitos y nos vemos el sábado.

 

Capítulo 12: Confesiones Capítulo 14: Sorpresas

 
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