CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 30/11/2012
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 30
Comentarios: 97
Visitas: 110352
Capítulos: 24

Se conocieron de forma accidental, su amistad se forjó con el tiempo y se enamoraron sin darse cuenta.

El corazón al igual que el amor son impredecibles... ¿Lograran Edward y Bella superar todos los obstáculos y alcanzar la felicidad...

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

Las invito a pasar por mi nueva historia

SIEMPRE TUYA (+18)

 

Además les invito a pasar por mi fic (Dando clic en el título del fic)

AMOR POR CONTRATO (+18) (En proceso)

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Capítulo 21: Felicidad

– Despierta dormilona – susurró Edward en mi oído sacandome del sueño profundo en el que me hallaba sumergida.

– Ya casi llegamos y debes abrochar tu cinturon – continuó.

Aun adormilada obedecí y abroche mi cinturón estabamos apunto de aterrizar en el aeropuerto JFK de New York.

Al desembarcar lo primero que vimos fue a Alice corriendo hacia nosotros y Jasper siguiendola.

– No vuelvas a desaparecer de esa manera – me riñó cariñosamente.

– Lo siento Alice – dije a modo de disculpa.

Después de los respectivos saludos y recoger nuestro equipaje nos dirijimos hacia el estacionamiento, Alice llevaba el auto de Edward así que nos deslizamos en la parte trasera.

– Mamá quiere que pasemos por la casa, preparó la cena para todos y no hay discución – dijo señalandonos a ambos.

– ¿No estás muy cansada? – preguntó Edward ignorando a su hermana.

– Un poco pero estaré bien, además es la ocación perfecta para dar la noticia ¿No te parece? – le dije en voz baja.

– Hey ustedes dos que tanto secretean allí atrás – preguntó Alice sin poder ocultar su curiosidad.

– Tranquila hermanita todo a su tiempo – le dijo Edward divertido al ver el ceño fruncido de su hermana.

El viaje fue muy comodo y confortable tanto así que casi me vuelvo a dormir en el trayecto.

– Oh cielo no vuelvas a desaparecer así – dijo Esme de forma maternal mientras me abrazaba.

– Lo lamento Esme no era mi intención preocuparlos – dije bastante apenada.

La familia completa se había reunido y todos tenían algo que decirme sobre mi inesperada partida sobre todo Alice y Rosalie.

La cena estaba particularmente deliciosa o tal vez era mi apetito voráz el que me hacía apreciarla más.

El tiempo paso volando mientras Alice y Esme parloteaban animadamente sobre que debiamos reanudar los planes de la boda pues pese a que no se había canselado nada, aun había mucho que hacer.

La decisión de realizar la boda en el hermoso jardín de la mansión Cullen seguía en pie, Alice y Esme estaba más que ilucionadas ante la idea.

Nos encontrabamos en la sala y las ideas de Alice y Esme para la decoración no paraban de fluir mientras Carlisle y Emmet aparecían con una charola llena de copas y una botella de champagne.

– Creo que esta es una ocasión para celebrar – dijo Carlisle mientras con la ayuda de Emmet rápidamente servían las copas.

– No, yo prefiero no beber – dije cuando Emmet me tendió una copa.

– Oh vamos Bella es solo una copa – replicó Emmet.

– Emmet ya te dijo que no… además no puede – dijo Edward enercando una ceja.

– ¿A que te refieres con que no puede? – preguntó Emmet desconcertado.

– Familia, tenemos excelentes noticias – dijo Edward mientras se ponía de pie y yo lo imitaba.

– ¿Y bien? – preguntó Alice sin poder contener su curiosidad.

– Bella y yo vamos a hacer padres… está embarazada – dijo Edward mirandome con orgullo.

– ¡Embarazada!... – gritó Alice seguida de Rose y luego Esme.

La sala estalló en gritos de alegría, felicitaciones, buenos deseos y planes de Esme y las chicas sobre ropa y accerios de bebé.

La velada fue maravillosa todo era tan perfecto que el infierno que habían sido mis últimos días parecía solo un mal sueño.

 

**********

Me encontraba en medio del terrible tráfico de New York y no podía evitar recordar el día sugiente de nuestra llegada.

– Edward por favor ya quedarte quieto que me estás poniendo nerviosa – dije al verlo caminar de un extremo al otro del consultorio.

Nos encontrabamos en el consultorio de la doctora Brandon esperando por mi turno, ella era la ginecóloga de Esme y además una buena amiga la noche anterior la había llamado y de inmeiato aceptó recibirme a primera hora.

– Lo siento preciosa es que estoy algo nervioso – me dijo a manera de disculpa.

Ese día era el primero de mis controles prenatales además de la primera ecografía.

Por suerte todo marchaba bien con el embarazo, nuestro bebé estaba completamente sano aunque no pude evitar las lágrimas al escuchar el latido de mi bebé y Edward se encontraba igual de emocionado que yo, tomó mi rostro entre sus manos y me beso tiernamente.

Me parecía mentira que ya estuvieramos a tan solo una semana de la boda y con ella nuestro felices para siempre.

Los últimos días habían sido agotadores yendo y viniendo de un lado a otro con los preparativos de la boda.

Esme, mi madre y las chicas habían sido de gran ayuda pero siempre terminaba muy cansada.

Pese a mis malestares mi vida había retomado su rumbo de cuento de hadas y por primera vez me sentía segura de mi misma y de lo que teníamos Edward y yo, completamente feliz con el hombre de mi vida y la llegada de mi bebé.

Eran las 7:00 pm y me encontraba en la entrada de la constructora para recoger a mi futuro esposo, pues me dio su auto esta mañana y tenía que pasar por él.

Ya todos se habían ido cuando llegué salvo el portero que me saludo atentamente.

Rápidamente tomé el asensor, me dirijí hacia la oficina de Edward y al abrir la puerta allí estaba de pie junto a su escritorio guardando varias carpetas en su portafolios, se veía tan sexy con ese traje gris sin corbata y los dos primeros botones de su camisa abiertos.

De inmediato mis alocadas hormonas estaban de vuelta logrando que mi sangre hirviera al ver su sexy sonrisa.

– Hola – susurré totalmente desconcentrada.

– ¿Qué tal tu día preciosa? – preguntó sonriendome dulcemente.

Definitivamente mi cerebro no estaba funcionando bien por que no lograba articular nada coherente, me acerqué rápidamente a él y estampé mis labios contra los suyos besándolo con todo el amor y el deseo que sentía por él en ese preciso momento y el correspondio con el mismo fervor a mis caricias.

– Me encanta cuando me besas de esa manera tan llena de deseo… me vuelves completamente loco – dijo entre jadeos.

Yo solo pude sonreir ante su comentario y volver a sus labios para seguir deleitandome en ellos.

Su sabor y su aroma embriagaban todos mis sentidos y sin darme cuenta cuando ni como mis manos ya estaban en los botones de su camisa y pude sentir su sonrisa contra mis labios.

– Lo siento – susurré contra sus labios con la respiración completamente errática.

– Culpa a las hormonas si quieres pero te deseo… aquí y ahora – dije mientras deslizaba su saco por sus hombros.

Me levantó tomándome por la cintura y yo embolví mis piernas a su alrededor haciéndome gemir al sentir su erección contra mí y sus manos acariciando mis muslos dejando mi falda recogida en mis caderas, caminó hasta sentarme sobre el escritorio sin separarnos.

– No te disculpes… te amo… y amo a tus hormonas… ya te lo había dicho – dijo entre besos.

– Y yo te amo a ti y en este momento necesitos que me ames – dije sintiendo mi cuerpo arder en deseos por él.

De inmediato sus labios volvieron a los míos y sus manos fueron direntamente a mi blusa tomándola por los bordes, quitándola por mi cabeza de un tiron para luego continuar con mi brazier lanzándolo a la pila de ropa que empezaba a juntarse a nuestros pies.

Mis manos temblorosas desabrocharon por completo su camisa y rápidamente deslizé su camisa dejandola caer en el piso.

Dirijió su naríz por por mi mandibula aspirando profundamente en mi cuello y besándolo.

– Me encanta la suavidad de tu piel Bella y tu aroma… eres completamente irresistible – dijo mientras su mano acariciaba mi intimidad por encima de mi ropa interior.

Yo solo podía gemir una enredada versión de su nombre ante su contacto, su cálida piel contra la mía la sangre en mis venas quemaba y mi pulso estaba completamente fuera de control a causa de sus caricias

– Déjame escucharte, me encanta escuchar mi nombre entre tus gemidos – dijo para luego tomar uno de mis pezones entre sus labios obligándome a complacerlo.

– Te amo – dije entre jadeos.

Aquellas dos palabras lo hicieron perder el control su manos arrancaron literalmente la tangita que era una pieza de fina lencería francesa cortesía de Alice.

Entró en mí rápida y profundamente, apoyé mis manos en el escritorio y tiré mi cabeza hacia atrás disfrutando de la exquisita sensación, cada terminal nerviosa de mi cuerpo ardía y sus movimientos cada vez más rápidos me estaban llevando al límite hasta que mi cuerpo explotó entre sus brazos y luego de dos escocadas más él también obtuvo su liberación.

Nos quedamos allí abrazados durante unos minutos recuperando el ritmo de nuestra respiración para luego vestirnos sonriendonos por lo que habíamos hecho en su oficina.

– Jamás volveré a ver de la misma forma este lugar – dijo una vez que estabamos listos.

– Creo que yo tampoco – dije sonrojandome.

Se acerco a mí, acariciando mi mejilla suavemente con sus dedos para atraerme hacia él y reclamar mis labios nuevamente con la misma pasión que hacía un momento arinconándome contra la puerta de su oficina y mi cuerpo volvió a despertar por sus caricias reclamando a gritos el suyo.

– Llevame a casa – susurré contra sus labios y pude ver una sonrisa de suficiencia extenderse por sus labios.

– Tus deseos son ordenes para mi preciosa…

 

 

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Hola chicos y chicas espero que hayan disfrutado el capítulo y sea de su agrado. Muchas gracias por tomarse el tiempo para leer por fa dejen sus votos comentarios y sugerencias. Saluditos a GINNADECULLEN, NOE, PRINCESAVESPA y a mi marido HANSVULTURI_85 mi amor muchas gracias por inspirarme y hacerme feliz cada día te amo monton. Porfa pasense por el fic de HANSVULTURI_85 se llama LA DAMA Y EL VAGABUNDO (+18). No los canso más cuidense mucho, los quiero monton, nos vemos el próximo sábado. Besitosss…

 

 

Capítulo 20: Perdonando Capítulo 22: El Gran Día

 
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