CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 30/11/2012
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 30
Comentarios: 97
Visitas: 110331
Capítulos: 24

Se conocieron de forma accidental, su amistad se forjó con el tiempo y se enamoraron sin darse cuenta.

El corazón al igual que el amor son impredecibles... ¿Lograran Edward y Bella superar todos los obstáculos y alcanzar la felicidad...

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

Las invito a pasar por mi nueva historia

SIEMPRE TUYA (+18)

 

Además les invito a pasar por mi fic (Dando clic en el título del fic)

AMOR POR CONTRATO (+18) (En proceso)

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Capítulo 17: Nuestra Noche

Hacía más de una semana que habíamos vuelto del viaje en Hawái y yo me encontraba disfrutando del rumbo que había tomado mi vida, Edward empezó a trabajar en la constructora de su padre y yo ya tenía trabajo Carlisle me había ofrecido un empleo en la administración y empezaría cuando regresáramos de nuestra luna de miel que aun no habíamos decidido donde sería, Esme y él lo decidieron así sería para que pudiera dedicarle tiempo a la organización de la boda.

Los preparativos para la boda continuaban avanzando bajo la supervisión de Alice, Esme y aunque pareciera imposible Reneé, con quien habíamos cenado hace unos días y tomó tan bien la noticia que se ha unido a mi cuñada y suegra para ayudar en todos los preparativos de la boda, entre ellas tienen todo bajo control cosa que yo agradecía.

A mi padre le alegró que haya terminado con Jacob y aceptó de buen agrado mi noviazgo con Edward ya que lo conoce desde pequeño pero no le agradó tanto la idea de que nos casáramos, pero pese a eso prometió venir la boda.

Tanya no había vuelto a fastidiar aunque por Katte sabíamos que cuando se entero formo una rabieta épica tanto así que su habitación quedó como zona de desastre y prueba de ello era el enorme espejo que había roto.

Hoy había sido el gran día de comprar el vestido y fue toda una odisea después de probarme más de una docena de vestidos apareció el vestido perfecto, el que estaba hecho a mi medida en otras palabras mi vestido de novia.

Me despedí de mi madre Esme y Alice para dirigirme hacia nuestro apartamento ya que después del viaje Edward me dio mis propias llaves y ahora oficialmente vivíamos juntos, decidí irme temprano pues últimamente todo el tiempo me sentía muy cansada de seguro era por el estrés de tantas cosas por hacer y Alice arrastrándome a todas partes.

Entre al apartamento y me dirigí a la cocina para tomar un vaso de agua, cuando el timbre de la puerta me sobresaltó, dejé el vaso en el fregadero y me dirigí a la puerta, lo que no me esperaba era la figura que me esperaba cuando abrí.

– ¿Qué haces aquí Tanya? – pregunté con el pulso desatado, no es que le temiera pero por mi corta experiencia con ella, de Tanya no podía salir nada bueno.

– ¿Que modales son esos no me invitas a pasar? – dijo entrando sin ser invitada.

– Claro ponte cómoda – dije sarcásticamente.

– Gracias – contestó ella acomodándose en un sillón.

– Porque no nos ahorramos todo esto y me dices que quieres para que cada una siga con lo suyo.

– Lo mío es Edward y te quiero lejos de él lo más pronto posible – dijo con tono de suficiencia definitivamente se traía algo entre manos.

– ¿Estás loca o no te quedó claro en nuestra última conversación? No voy a dejar a Edward aunque insistas cada día de tu fastidiosa existencia – le contesté muy segura de mi misma.

– Estoy embarazada y Edward es el padre – dijo extendiéndome un sobre con el logotipo de un laboratorio.

Lo tome, lo abrí y era una prueba de embarazo ella tenía razón estaba embarazada, por unos segundos no pude articular palabra alguna.

– ¿Y porque tendría yo que desaparecer? – dije cuando logre recuperar el habla.

– ¿Acaso piensas dejar sin padre a mi hijo? – preguntó incrédula.

– No me creas estúpida Tanya tu y yo sabemos perfectamente que Edward se haría cargo de ese bebé y siempre estaría para él sin necesidad de que ustedes dos estén juntos y yo lo apoyaría en todo.

– Así que no eres la noble y sacrificada Isabella que todos creen, al contrario sabes jugar muy bien tus cartas.

– No se trata de eso Tanya eres tú la que está usando a tu bebé como una instrumento de chantaje – dije exasperada.

– De acuerdo… Entonces… ¿No lo dejarás? – preguntó con una sonrisa burlona en su rostro.

– Pierdes tu tiempo Tanya te dije que podías hacer lo que quisieras pero que no me alejaría de él y cuando lo dije, lo dije en serio – dije sosteniéndole la mirada.

– Está bien vamos a ver si Edward te perdona que por tu culpa su hijo no nazca – dijo poniéndose de pie y tomando su bolso.

– Espera ¿A qué te refieres? – pregunté sintiéndome asqueada al suponer a lo que se refería.

– Lo que quiero decir es que no tengo ningún interés en tener este bebé sino tengo a Edward conmigo, así que tú eliges Bella.

– No serías capaz… – dije sin aliento.

– Por supuesto que si ¿Crees que voy a sacrificar mi cuerpo con un embarazo sino voy a tener a Edward? – contestó como si hablara cualquier cosa.

– Tanya no puedes hacer eso, es tu hijo, además Edward no te lo perdonaría – dije como último recurso.

– Pero tampoco te lo perdonaría a ti – dijo sonriente.

– ¿A mi porque? – pregunté confusa.

– Porque tú me orillaste a esto, sabes bien que Edward será infeliz por tu culpa y en el fondo te culpará por ello siempre.

– Él jamás se comportaría de esa manera conmigo y menos por algo que no sería mi culpa – dije empezando a dudar de mis propias palabras.

– Creo que ya hemos hablado demasiado y sinceramente ya me aburriste, así que dime si vas a dejar a Edward o no porque en una hora tengo una cita con mi ginecólogo y si no desapareces me desharé del problema hoy mismo – dijo mirando sus largas uñas.

– ¿Como puedes hablar de esa manera de tu bebé? ¿Qué clase de madre eres? – dije impresionada por su frialdad.

– Mira ahórrate el sermón y habla de una vez estoy esperando tu respuesta – dijo enarcando una ceja.

– Está bien me alejaré de él – dije en un susurro.

– Perfecto ya ves que fácil fue ahora quiero ver que lo hagas – dijo amenazante.

– Me iré tienes mi palabra, pero no ahora lo haré mañana a primera hora – dije sintiendo como mis ojos empezaban a arder.

– Está bien mañana a primera hora y desaparece por favor porque sabes bien que él te buscará, más vale que cumplas tu palabra sino ya sabes lo que haré.

– Por supuesto que se que lo harás, ahora por favor vete – dije señalando la puerta.

– Esta bien y disfruta de tu última noche con él, adiós querida – dijo sonriendo.

En el instante en que Tanya cerró la puerta me desplomé en el sillón y empecé a llorar, como iba a hacer esto como iba a mirar a Edward a la cara cuando llegara sin decirle lo que acaba de ocurrir, como iba a actuar normal sabiendo que mañana lo dejaría y no lo volvería a ver.

Sin duda saber que me de cierta manera me estaba sacrificando por evitarle un sufrimiento mayor me reconfortaría pero no tenía idea de cómo iba a sobrevivir a esto.

Después de un largo rato de lágrimas y sollozos me puse de pie y fui hasta la habitación, me quité la ropa y entre en la ducha, tenía que calmarme en menos de dos hora llegaría Edward y no podía encontrarme en ese estado.

Allí bajo el chorro de agua mi mente empezó a analizar la situación, tal vez solo tenía que ser valiente y desparecer por un tiempo hasta que Tanya tuviera a su bebé y luego regresaría y juntos buscaríamos una solución.

Aunque también estaba la posibilidad de que Edward se olvidara de mí, se enamorara de ella o simplemente decidiera que lo mejor era quedarse con su hijo y la madre de su hijo.

Sin duda debía correr ese riesgo para que el bebé del hombre al que amo pueda nacer, aunque aun no supiera como sobreviviría tanto tiempo lejos de él.

Decidí dejar de compadecerme a mi misma si todo lo que tenía esta era esta noche la viviría al máximo e intentaría grabar en mi mente cada instante, cada mirada, cada uno de sus gestos, su sonrisa, sus besos y cada una de sus caricias.

Tal vez esta fuera nuestra última noche juntos pero sería nuestra noche y la disfrutaría como si fuera la última de mi vida.

 

Edward POV

El día en la oficina había estado bastante pesado aun poniéndome al corriente de todo el funcionamiento de la compañía lo único que quería era llegar a casa y relajarme en los brazos de la mujer de mi vida que además pronto se convertiría en mi esposa.

Conduje ansioso hasta el apartamento, al entrar las luces estaban apagadas lo que me pareció extraño a esta hora Bella siempre está en casa di unos cuantos pasos más buscándola con la mirada hasta que una venda en mis ojos me sobresalto aunque al sentir su perfume supe que era ella.

Rápidamente me rodeó hasta abrazarme y unir sus labios a los míos muy suavemente.

– Bienvenido a casa – susurró contra mis labios.

– Siempre adoro volver a casa para verte y si me recibes así con mucha más razón – dije buscando sus labios para besarla nuevamente.

El beso comenzó lento y suave pero pronto se volvió pasional y demandante hasta que ella se separó un poco en busca de aire.

– ¿Tienes hambre? – pregunto con la respiración agitada.

– Muchísima hambre – dije en tono sugerente mientras deslizaba mis labios por su cuello aspirando su aroma, dándome la satisfacción de sentir como se estremecía entre mis brazos.

– Se va a… enfriar… la cena – dijo entre jadeos.

– De acuerdo vamos a cenar – dije dirigiendo mis manos hacía mis ojos para quitarme la venda.

– No aún no – protestó sosteniendo mis manos.

– Ven – dijo tomándome de la mano dirigiéndome si no me equivoco al comedor y me soltó la mano.

– Listo ya puedes quitártelo – dijo y en su voz noté que estaba sonriendo.

– Wow – dije cuando me quite la venda.

Efectivamente estábamos en el comedor que estaba cuidadosamente arreglado con un elegante mantel, cubiertos de plata, un ramo de rosas como centro de mesa, platos correctamente arreglados como para una cena formal y lo más importante ella parada en la cabecera de la mesa sonriéndome.

Se había puesto un vestido corto de color azul oscuro dándole a su piel un aspecto encantador, el vestido se ajustaba maravillosamente a su figura, había recogido su cabello con un broche plateado y el resto caía en suaves ondas sobre su espalda y los tacones de los zapatos negros que usaba eran tremendamente altos, hacían que sus torneadas piernas lucieran más largas y estilizadas.

Me acerqué a ella y sin decir nada besé sus labios devorándolos con pasión.

– Te amo – susurré contra sus labios.

– Y yo a ti Edward, te amo tanto que sería capaz de hacer lo que sea por ti.

Algo en sus palabras hizo que mi estómago se retorciera y tomé su rostro entre mis manos.

– ¿Ocurre algo? – le pregunté ansioso.

– Claro que no, es solo que te amo tanto que temo perderte, mi vida jamás había sido tan perfecta, jamás había sido tan feliz que a menudo siento que esto es un sueño del que voy a despertar y entonces no sé como sobreviviré – dijo y una lágrima escapó de uno de sus hermosos ojos.

– Preciosa ve aquí – dije atrayéndola a mi pecho y envolviéndola con mis brazos intentando desesperadamente que cualquier atisbo de tristeza se fuera.

– Sabes que eso jamás ocurrirá porque te amo tanto que nunca te dejaré escapar – dije sonriendo para calmarla.

– No me hagas caso Edward ya sabes que últimamente he estado demasiado sentimental, deben ser nervios de novia – dijo sonriendo aunque esa sonrisa no le llegó a los ojos.

– ¿Y a que se debe todo esto? ¿Qué estamos celebrando? – pregunté señalando la mesa.

– Nada en especial solo quería sorprenderte y que olvidemos todas las presiones, solos tu y yo, que esta sea nuestra noche – me sonrió y volví q tener la misma impresión respecto a su sonrisa.

– Esa es un idea excelente – le devolví la sonrisa, preferí no mencionar nada más y retiré una silla para que ella se sentara.

Cenamos mientras hablábamos de nuestro día, insistió en que primero le contará como me había ido en el trabajo y luego le pregunté cómo le había ido con mi madre, Alice y Reneé, me contó todo cuanto había hecho y los lugares que habían visitado pero cuando me hablo del vestido que había encontrado, lo mucho que le había gustado y lo hermoso que era nuevamente tuve la sensación de que su sonrisa no era genuina pero tal vez estaba siendo paranoico y solo se encontraba algo nerviosa por la boda y la tensión de los preparativos.

Al terminar de cenar le ayudé a recoger los platos y lo cubiertos de la mesa, los llevamos a la cocina y Bella empezó a apilarlos en el fregadero, se veía tan hermosa que no resistí la tentación de tomarla por la cintura y atraerla hacia mí hasta que su espalda chocó contra mi pecho.

– Hoy te ves realmente hermosa – dije susurrando contra su oído y continuando el camino hacia su cuello.

– Siempre dices lo mismo – contestó en voz baja y con los ojos cerrados.

– Porque siempre es verdad, cada día te veo más hermosa – dije con mis labios contra su piel sintiendo como su respiración se volvía más pesada.

Continué esparciendo besos húmedos en la delicada piel de su cuello, luego la giré para que quedara frente a mí y poder besar sus labios, y caminamos hasta que quedó atrapada entre el desayunador y mi cuerpo, la bese con amor y pasión, mordiendo suavemente su labio inferior sintiendo como gemía en mis labios cada vez que tiraba de su labio, haciéndome sentir la calidez de su aliento.

Mis manos no podían quedarse quietas y se deslizaron de sus caderas a sus muslos introduciéndolas bajo su vestido y acariciando la parte interior de sus muslos hasta llegar a su intimidad logrando que un fuerte gemido escapara de sus labios.

Aparté su ropa interior y acaricié rítmicamente introduciendo mis dedos en su interior sin dejar de besarla hasta que su cuerpo entero vibró entre mis brazos.

Le quité su ropa interior rápidamente sin quitarle el vestido, la tomé de la cintura para subirla al desayunador y le bajé cierre del vestido acariciando la piel que quedaba al descubierto mientras deslizaba el vestido por sus brazos bajándolo hasta sus carderas dejando al descubierto su piel que resaltaba con el brazier negro de encaje que le quité inmediatamente.

Ella tampoco se quedó quieta, envolvió sus piernas en mi cintura y tiró de mi camisa dejándola por fuera de mi pantalón para luego desabotonarla rápidamente acariciando y besando mi pecho, mordiendo mis hombros suavemente mientras deslizaba mi camisa hasta tirarla al suelo.

Mis labios se apoderaron de sus senos alternando mis caricias entre cada uno de ellos logrando que su espalda se arqueaba llenándome de placer al ver como su cuerpo reaccionaba ante mis caricias.

Sus manos desabrocharon mi cinturón, luego mi pantalón y por último mi ropa interior haciéndome gemir ante su rose, le ayudé terminando de quitarme mi ropa.

Me introduje en ella de un solo golpe haciéndola gemir con fuerza mientras entraba y salía de ella sintiendo como la pasión nos consumía hasta que ambos estallamos al mismo tiempo en un placentero orgasmo.

Después de besarnos en silencio por unos minutos tomamos una ducha para luego ir a la cama, ambos estábamos todavía envueltos en toallas cuando me empujo contra la cama y se inclinó sobre mí besándome no solo con pasión sino con desesperación continuó besando mi cuello y mi pecho, se posicionó sobre mí y yo solté su toalla que cayó de inmediato.

La temperatura subía rápidamente y verla tomar la iniciativa de esa manera me hacía arder en deseo por ella, quitó mi toalla, tomó mi miembro entre sus manos y lo deslizó dentro de ella y ambos gemimos al mismo tiempo.

Esta vez no necesitó que la guiara en lo absoluto supo exactamente como hacerme llegar al cielo con sus sensuales movimientos hasta que ambos quedamos exhaustos pero muy satisfechos.

– Te amo más que a nada Edward nunca lo olvides – dijo con los ojos cerrados a punto de sumirse en la inconsciencia.

– Al igual que yo te amo a ti – dije besando su frente mientras dejaba que mis ojos se cerraran con la tranquilidad de tener entre mis brazos todo cuanto amaba y necesitaba para vivir.

 

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Hola chicos y chicas aquí les dejo un nuevo capítulo de mi fic esperando que sea de su agrado y si tienen alguna sugerencia no duden en hacérmelo saber.

Como siempre saludos y agradecimientos a todas las personas que siguen mi fic y sobre a todo a quienes se animan a comentar HANSVOLTURI_85, NOE, GINNADECULLEN, PRINCESAVESPA y mi nueva amiga ISAKRISTEN millón gracias por el apoyo.

Para quienes no lo saben HANSVOLTURI_85 es mi marido y quiero darle las gracias porque estaba algo bloqueada esta semana y él me inspiró y me dio excelentes ideas para el capítulo de hoy (a veces es muy gruñón pero igual lo amo con todo el corazón).

No quiero cansarles más por fa déjenme sus votos y comentarios si el capítulo es de su agrado. Me despido y nos vemos el próximo sábado. Besitos...

 

 

Capítulo 16: Vacaciones Capítulo 18: Despedida

 
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