CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 30/11/2012
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 30
Comentarios: 97
Visitas: 110345
Capítulos: 24

Se conocieron de forma accidental, su amistad se forjó con el tiempo y se enamoraron sin darse cuenta.

El corazón al igual que el amor son impredecibles... ¿Lograran Edward y Bella superar todos los obstáculos y alcanzar la felicidad...

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

Las invito a pasar por mi nueva historia

SIEMPRE TUYA (+18)

 

Además les invito a pasar por mi fic (Dando clic en el título del fic)

AMOR POR CONTRATO (+18) (En proceso)

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Capítulo 19: Reencuentro

Desperté con un fuerte olor que quemaba mi nariz y la lejana pero aterrada voz de Jacob, conforme regresaba a la conciencia su voz se hacía más clara y el dolor de cabeza se acentuaba.

– Bella por favor háblame... Bella por favor abre los ojos – repetía una y otra vez.

– Estoy bien Jake tranquilo solo fue un mareo – dije en voz baja.

– Oh cielos en realidad me asustaste – suspiró aliviado en cuanto me senté.

– Ya estoy bien Jake cambia esa cara – dije intentando sonar despreocupada.

– Esto no puede seguir así Bella te estás haciendo daño a ti misma y tu cuerpo empieza a resentirlo – dijo con la preocupación marcada en su rostro.

– No comes, casi no duermes, no sé lo que pasó entre ustedes dos y cuando te pedí que vinieras aquí conmigo prometí comportarme y en ningún momento pensé en romper esa promesa pero en el fondo estaba complacido con la idea de que te olvidaras de él y decidieras volver a intentarlo conmigo pero me doy cuenta de que no pasará y de lo mucho que estás sufriendo así que debes volver a New York y aclarar las cosas con él lo antes posible – dijo hablándome en tono autoritario.

– Se que no lo entiendes pero tengo mis razones, no quiero hablar de lo que pasó y tampoco puedo ir a verlo porque le haría más daño, debes creerme Jake – dije en tono suplicante.

– No Bella no puedo entenderte, no sé lo que pasó pero sea lo que sea deben intentar arreglarlo antes de que enfermes. Ven necesitas recostarte – dijo tendiéndome su mano.

En cuanto entré a mi habitación me desplomé sobre la cama y cerré los ojos esperando que el dolor de cabeza y el mareo se disiparan, Jacob tenía razón lo que estaba haciendo me estaba afectando y me prometí ser más disciplinada y obligarme a comer aunque sea un poco a la hora debida.

Esa noche dormí mucho más ya que estaba agotada debido a las pocas horas de sueño en los últimos días, me levante poco antes de las siete de la mañana y Jacob estaba en la cocina con su chaqueta puesta listo para salir.

– ¿Vas a salir? – pregunté aunque era obvio.

– Si, papá llamó necesita que regrese a New York porque olvidé firmar unos documentos así que iré, los firmaré y volveré de inmedato ¿A menos que me quieras acompañar? – dijo mirándome con precaución mientras guardaba su laptop en su bolso.

– No te preocupes por mi Jake estaré bien aquí – dije sonriendo para tranquilizarlo.

– De acuerdo no insistiré aunque ya sabes lo que opino sobre…

– Estaré bien aquí Jake gracias – dije interrumpiendo su fallido intento de arrastrarme a New York.

– Está bien regresaré esta noche o mañana a más tardar, en la cocina hay café recién hecho, tocino y huevos revueltos por favor desayuna – dijo mirándome de forma acusatoria.

– Lo haré Jake lo prometo ve tranquilo y ten buen viaje.

– Adiós Bella, cuídate mucho – dijo mirándome a los ojos.

– Tranquilo Jake estaré bien – dije preocupada por la intensidad de su mirada, besó mi mejilla y se fue.

Decidí ser una buena chica y desayunar algo de lo que Jake había preparado, sorprendentemente esta mañana tenía mucho apetito.

Empecé a comer a toda prisa y los huevos estaban deliciosos, me levanté para servirme un poco de café y en cuando tomé la jarra de la cafetera el fuerte olor del café me golpeó, mi estómago se revolvió y al igual que el día anterior tuve que correr al baño y devolví todo lo que acababa de desayunar.

Me lavé los dientes para eliminar el horrible sabor en mi boca y mojé mi rostro intentando inútilmente disipar el malestar, después de unas profundas respiraciones me sentí con el suficiente equilibrio para llegar a la sala, así que caminé hasta allí y me dejé caer sobre uno de los sillones.

Un poco más relajada empecé a divagar en lo que haría, tal vez me quedara unos días con papá y luego empezaría a buscar empleo en Washington tal vez podría quedarme por aquí una semana o dos.

Entonces una pregunta surge de repente ¿Cuándo fue la última vez que tuve mi periodo? Intenté hacer un cálculo mental y aunque fracasé miserablemente definitivamente estaba retrasada.

– ¡Oh por Dios!... – exclamé para mí misma.

Me levante y tomé la vieja camioneta del padre de Jacob conduciendo lo más rápido posible hasta la farmacia más cercana tomé lo que necesitaba y regresé a toda prisa entrando directamente hasta mi baño.

Coloque la prueba de embarazo sobre el lavamanos esperando nerviosamente por su resultado y al cabo de unos minutos allí estaban dos líneas que cambiarían mi vida para siempre estaba embarazada.

Una mezcla de emociones revoloteaban en mi interior y aunque el nerviosismo y la tristeza estaban presentes era la felicidad la que predominaba.

Sin pensarlo llevé mis manos a mi vientre aun plano con mis emociones a flor de piel y mis lágrimas empezaron a fluir pensando en que tenía un pedacito del hombre que amo creciendo dentro de mí y lo amaría y protegería con mi vida.

Pero entonces pensamientos menos agradables se hicieron presentes ¿Se lo decía a Edward? ¿Cómo se lo decía? ¿Qué haría Tanya cuando lo supiera? ¿Acaso podía sacrificar al bebé de Tanya por el mío? Me estremecí ante aquellos pensamientos y decidí desecharlos y disfrutar de la dicha de saber que un pequeño pedacito de Edward crecía en mi interior.

Salí a caminar por la playa para despejarme un poco y cuando me di cuenta ya era hora de almorzar así que me obligué a comer algo pese a que no tenía apetito y luego me fui a recostar.

 

***************

Cuando abrí mis ojos la habitación estaba oscura y la lluvia repiqueteaba salvajemente sobre el tejado lo que quería decir que dormí de más porque ya había anochecido, confusa, sedienta y algo mareada me levanté caminando con mucho cuidado hasta la cocina.

Bebí un vaso de agua rápidamente y de inmediato el sonido de la puerta abriéndose captó mi atención, por lo visto Jake había solucionado todo muy de prisa y ya estaba de vuelta.

– Estoy en la cocina – grité y escuché sus pasos dirigirse hacia la cocina.

– ¿Quieres algo de beber? – pregunté agachada en el refrigerador revisando su contenido.

– Lo único que necesito es a ti – dijo una voz que reconocería entre miles voces y al girarme lo vi allí parado con pequeñas gotas de agua brillando en su chaqueta de cuero, su cabello mojado y una mochila colgando de su hombro traspasándome con su intensa mirada y todo mi mundo se tambaleó.

 

************

Desperté y estaba en mi habitación casi a oscuras con la luz de la lámpara junto a la cama encendida y no pude evitarlo sentí que mi corazón se rompía todo había sido un sueño pero al girarme...

– ¡Gracias a Dios que estás bien! Si no fuese por esta tormenta te habría llevado al hospital – exclamó Edward envolviéndome con sus brazos y no era un sueño realmente Edward estaba allí conmigo.

– No fue un sueño – susurré prácticamente en shock.

– No lo es, no fue un sueño, estoy aquí contigo pero tú me has hecho pasar una verdadera pesadilla estos días – dijo mirándome con el ceño fruncido pero presionándome aun más contra su pecho.

Y por un momento no quise pensar, porque estaba aquí, ni que pasaría con Tanya, ni como le diría de mi embarazo, solo disfruté de su abrazo, de su aroma, de su cercanía ya habría tiempo para enfrentar la realidad.

– ¿Como supiste que estaba aquí? – pregunté aun entre sus brazos.

– Gracias a Jacob, fue a nuestro apartamento y me dijo toda la verdad – dijo mientras pasaba su mano por mi cabello una y otra vez.

– ¿De que estás hablando? – pregunté confusa.

– Debo reconocer que la culpa no fue toda suya a su manera él intentaba protegerte, Tanya también lo manipuló a él – dijo suspirando pesadamente.

– Sigo sin entender… ¿Jacob y Tanya? – exclamé con asombro.

– No exactamente, Tanya lo abordó el día que fue a hablar contigo y le dijo que debía estar atento a primera hora porque tú me dejarías y necesitarías que alguien este a tu lado y tal vez el tendría una oportunidad contigo pero él no tenía idea del engaño de Tanya.

– ¿Engaño? – dije sin aliento.

– Efectivamente está embarazada pero ese bebé no es mío es de uno de los modelos de la agencia de modelaje a la que Tanya pertenece, todo fue un engaño para manipularnos. Pero aun no entiendo porque te fuiste debiste hablar conmigo acaso pensaste que abandonaría a mi hijo o…

– ¿O qué? – pregunté ante su frase inconclusa.

– ¿O habría sido demasiado para ti si ese bebé hubiese sido mío? – dijo titubeando.

– ¡Edward no!... ¡Claro que no!… ¿Cómo puedes pensar eso?… – dije intentando liberarme de su abrazo pero él no me lo permitió.

– Lo siento Bella no te estoy acusando de nada es solo que quiero entender – dijo mirándome de manera suplicante.

– Tanya vino al apartamento y me mostró sus análisis, me dijo que me hiciera a un lado, yo le dije que eso no era razón alejarme de ti, ella argumentó que le estaría quitando el padre a su hijo y yo le dije que tú no harías tal cosa y que yo te apoyaría en todo.

– ¿Pero entonces que fue lo que pasó? – preguntó impaciente.

– Yo en verdad creí que el bebé que esperaba era tuyo… ella... amenazó con abortar – dije estremeciéndome ante tal pensamiento.

– Lo siento Edward yo no sabía que todo era un engaño y preferí estar sin ti antes que causarte ese dolor – dije mirando mis manos esperando su reacción.

– Te amo – fue su respuesta.

– ¿No estás enojado conmigo? – pregunté en un susurro.

Pero él tomó mi rostro entre sus manos y juntos nuestros labios en un beso lleno de alivio y necesidad, era como si en estos días de separación la respiración hubiese sido dolorosa y por primera vez en mucho días pudiéramos respirar profundo y disfrutar de la sensación del aire en nuestros pulmones.

– Te amo tanto, tenía tanto miedo de perderte para siempre y no volverte a ver nunca – susurré contra sus labios.

– ¡Dios te he extrañado tanto!... Debiste decírmelo – susurraba mientras recorría mi cuello con su nariz.

– Pero no podía correr el riesgo de que Tanya cumpliera su amenaza y si te lo hubiera dicho no me lo habrías permitido – dije en voz baja pues su cercanía empezaba a afectar mi capacidad para articular las palabras con claridad.

– Claro que no te lo habría permitido… acaso no te das cuenta que sin ti no puedo ni respirar – dijo y atacó nuevamente mis labios hasta recostarnos en la cama.

Sus labios eran aun más dulces y suaves de lo que los recordaba, su aroma masculino inundaba mis fosas nasales y su aliento en mi boca resultaba embriagador, sus manos empezaron a viajar por todo mi cuerpo y la ropa empezaba a resultarnos estorbosa.

Ambos empezamos a quitar la ropa del otro con el anhelo de sentirnos piel con piel, desesperados por sentir que aun nos teníamos después de estos horribles días de separación.

Sus labios se deslizaban por mi cuello besando y mordiendo suavemente hasta llegar al inicio de mis senos deteniéndose y regresando hacia mi cuello y luego a mis labios volviéndome completamente loca ante su tacto.

Sus besos eran adictivos tiernos pero a la vez tan apasionados y solo me hacían desear más de él, abandonó mis labios para apoderarse de mis senos alternando sus besos en ellos mientras que dos de sus dedos se perdían en mi intimidad haciendo que mi espalda se arqueara ante sus placenteras caricias.

Habían sido muchos días de extrañar la sensación de nuestros cuerpos amándose, era demasiado tiempo necesitándonos y sin demasiados juegos previos entró en mí de una sola embestida moviéndose al principio lento y profundo saboreando el mar de sensaciones que nos embargaba en ese momento hasta que la pasión nos sobrepasó y sus embestidas se volvieron frenéticas hasta que mi cuerpo convulsionó bajo el suyo y luego de dos embestidas más el consiguió también su liberación.

Lleno mi rostro de pequeños y suaves besos mientras me decía cuanto me amaba y necesitaba hasta que el cansancio nos venció.

A la mañana siguiente el sol brillaba por primera vez desde que llegué al parecer la tormenta de anoche no solo se llevo todas mis aflicciones sino también las nubes dejando un día soleado y un cielo despejado.

Me levanté con cuidado de no despertar a Edward y me envolví en mi bata, fui hasta el baño y allí estaba aun esperándome la prueba de embarazo que me había practicado el día anterior.

La tome y revise nuevamente sonriendo al ver las dos rayitas que confirmaban mi embarazo, la guardé en el gabinete del baño, me lavé los dientes y la cara para luego dirigirme a toda prisa a la cocina.

Mientras preparaba el desayuno pensaba en cómo iba a decírselo a Edward y en cómo reaccionaría, era consciente de que él estaba abierto a la idea de tener hijos pero no tan pronto, de inmediato deseché cualquier pensamiento pesimista y me concentré en lo que estaba haciendo.

– ¿Bella me puedes decir que significa esto?…

Cuando me giré me encontré con Edward parado en la puerta de la cocina con la prueba de embarazo en la mano y el desconcierto en su rostro. Es ahora o nunca pensé en mi fuero interno.

– Es una prueba de embarazo – dije con tranquilidad.

– Eso ya lo sé pero ¿que hacía en tu baño? y ¿que significa las dos líneas? – preguntó tendiéndome la prueba.

Caminé hacia el lentamente, tomé la prueba de su mano y rodeé su cuello con uno de mis brazos y con mi mano libre sostuve la prueba de manera que él pudiera ver las líneas.

– Es mía… me la hice ayer y… esas dos líneas… significan positivo – dije sonriéndole.

– Eso quiere decir que… – dejo la frase inconclusa aun mirándome como si fuera todo un enigma.

– Quiere decir que vas a ser papá – dije lentamente y mirándolo a los ojos.

– ¿Vamos a tener un bebé? – preguntó nuevamente.

– Si vamos a tener un bebé Edward pensé que con tanta práctica te sería más sencillo comprender – le dije intentando bromear con él.

– ¡Oh por Dios vamos a tener un bebé!... – al fin reaccionó y me tomó en sus brazos haciéndome girar.

Yo solo podía reír al verlo tan feliz por nuestro bebé me sentó sobre la barra del desayuno y besó apasionadamente.

– Te amo, te amo, te amo, te amo, me has hecho el hombre más feliz del mundo – dijo sosteniendo su frente contra la mía.

– ¿Lo dices en serio? – pregunté feliz por su reacción.

– ¿Bromeas?... Como iba a reaccionar de otra manera me has hecho el hombre más feliz sobre la faz de la tierra, te amo y a nuestro bebé – dijo acariciando mi vientre por encima de mi bata.

Deshizo el lazo de mi bata y sonrió al ver que no llevaba ninguna prenda debajo de ella, la abrió por completo y beso mi vientre con ternura, pero no se detuvo allí continuó repartiendo besos en mi estómago y subiendo hasta mis senos podía sentir la sangre palpitando en mis oídos y mi respiración agitada ante sus caricias.

Sus labios torturaban mis senos y mis hormonas alocadas por el embarazo jugaban a su favor, deslicé mis manos por la cintura del pantalón de su pijama deslizándolo junto con sus bóxers.

Envolví mis piernas alrededor de su cintura atrayéndolo más a mí y al entender mi necesidad por él, me complació sin más preámbulos embriagándonos del cuerpo del otro, disfrutando de la felicidad que sentíamos en aquel momento y con la tranquilidad de que nuestras vidas continuarían tal como las habíamos planeado y ahora tendríamos una razón más para ser felices.

 

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Hola chicos y chicas espero que les haya gustado la reconciliación y todo el capítulo en si. El final se acerca ya solo quedan un par de capítulos y acepto sugerencias para el final y el epílogo así que por fa comenten y díganme como les gustaría que terminara el fic.

Una vez más gracias por leer por fa comenten y voten. Besitos y nos vemos el próximo sábado…

 

 

Capítulo 18: Despedida Capítulo 20: Perdonando

 
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