CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 30/11/2012
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 30
Comentarios: 97
Visitas: 110338
Capítulos: 24

Se conocieron de forma accidental, su amistad se forjó con el tiempo y se enamoraron sin darse cuenta.

El corazón al igual que el amor son impredecibles... ¿Lograran Edward y Bella superar todos los obstáculos y alcanzar la felicidad...

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

Las invito a pasar por mi nueva historia

SIEMPRE TUYA (+18)

 

Además les invito a pasar por mi fic (Dando clic en el título del fic)

AMOR POR CONTRATO (+18) (En proceso)

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Capítulo 4: Trago Amargo

Después de todo lo ocurrido el día anterior lo último que quería era levantarme y asistir a clases como si nada hubiera ocurrido estaba cubierta de pies a cabeza con mis sábanas considerando seriamente la idea de no ir a clases y así evitar todo lo que me esperaba el día de hoy cuando de repente mis sábanas desaparecieron y la luz proveniente de la ventana abierta me sobresaltó.

– ¡Qué es lo que te propones Rosalie matarme del susto o dejarme ciega?

– Ni lo uno ni lo otro, lo único que en verdad me propongo es no permitir que te deprimas así que arriba dormilona a ducharse que tenemos clases a las cuales asistir.

– Está bien mamá ya voy – dije mientras iba arrastrando los pies hacia el baño.

Después de una relajante ducha el agua caliente había hecho su trabajo de relajamiento y después de vestirme con unos jeans oscuros, un suéter color blanco, unas botas cafés y recogerme el cabello en una coleta al mirarme al espejo logré ver a una persona medianamente presentable así que salí de mi habitación para ir a clases como cualquier lunes pero sabiendo lo que me esperaba.

– Al fin, date prisa Bella o vamos a llegar tarde.

– Rosalie podrías prestarme tu cámara un momento te prometo que no tardaré mucho.

– Aquí está ¿para que la quieres?

– Ya lo verás – le dije mientras conectaba la cámara a la computadora y empecé a imprimir las fotos que Rosalie le había tomado a Jacob.

– Pues si ya veo, así el muy imbécil no tendrá opción a negarlo.

– Eso es precisamente lo que quiero pasar este trago amargo de una vez por todas y de un solo tajo no quiero que se escude en decir que no es cierto y que no debo creer más en lo demás que en él.

– Tienes razón así será un poco menos doloroso para ti.

– Si Rosalie así al menos será más rápido pero aún queda Edward y con él verdaderamente no sé que hacer.

– No seas tonta Bella Edward te quiere y aunque tú no lo reconozcas también estás loca por él pero tienes miedo.

– Puede que tengas razón Rosalie por que anoche casi me acuesto con él sin importarme nada y yo no soy así.

– Pues entonces que esperas Bella ve por él antes de que venga otra y te lo quite.

– Es que no lo entiendes Rosalie no puedo hacer eso en este momento las cosas son demasiado recientes y si me equivoco y nos hacemos daño mutuamente jamás me lo perdonaría.

– Yo sé que eso no ocurrirá Bella ustedes son el uno para el otro puedo verlo aunque tu no, pero es tu decisión y aunque no me guste cerraré la boca.

– Y no sabes como te lo agradezco te quiero mucho amiga.

– Si yo también pero ya vámonos o llegaremos tarde – al llegar a la universidad nos apresuramos hacia nuestros respectivos salones.

La clase terminó antes de que yo me diera cuenta debido a que yo estaba en las nubes pensando en lo que me esperaba al término de mis clases.

Al salir del salón mi mente continuaba pensando en ello cuando mi teléfono sonó al mirar la pantalla de mi teléfono vi el nombre “Jacob” y supe que no podía seguir retrasando una de las cosas a las que tanto había estado temiendo hoy así que contesté.

– Hola.

– Hola cariño ¿como estás?.

– Bien.

– Te oigo muy extraña amor ¿pasa algo?

 

– La verdad si pero es mejor que lo que te tengo que decir te lo diga viéndote a los ojos.

– Bella por favor ya no me asustes y dime de que se trata o me voy a volver loco hasta que te vea.

– Jacob en serio es mejor que hablemos en persona.

– De acuerdo cariño ¿A qué hora estás libre?

– Tengo dos horas libres a partir de este, momento.

– Perfecto te veo en diez minutos en la cafetería.

– De acuerdo.

– Voy para allá ahora mismo… Bella… 

– ¿Qué?

– Te amo Bella – en ese momento sentí que se me derramaba la bilis y le colgué sin decir nada más.

¿Como podía ser así acaso no tenía vergüenza? ¡Como podía decir que me amaba cuando hasta el día anterior había estado revolcándose con otra?

Empecé a caminar hacia la cafetería para terminar de una vez por todas con este mal rato pensando en que ya nada peor podía pasarme cuando vi a Edward sentado bajo un árbol distraído con un libro en su regazo.

No es que ver a Edward fuera algo malo al contrario en cualquier ocasión habría alegrado mi día de no ser por el incidente de ayer de inmediato vinieron a mi mente las imágenes de lo ocurrido el día de ayer, no pude evitar recordar todo lo que ocurrió en su apartamento, no pude evitar recordar sus besos tan dulces pero a la vez tan apasionados que me hacían estremecer de solo recordarlos, sus caricias, sus manos recorriendo mi piel encendiéndome con su contacto en cada centímetro que sus manos tocaban, y sobre todo sus labios sobre mi senos esas caricias tan íntimas eran algo que me hacía desear desesperadamente que lo de la noche anterior se repitiera.

Seguramente mi mente pervertida me había jugado una mala pasada y mi rostro se había ruborizado pues podía sentir como ardían mis mejillas y no solo mis mejillas todo mi interior ardía al recordar las caricias de Edward.

Al ver que Edward seguía con la mirada fija en el libro consideré la posibilidad de que quizá si caminaba de prisa y de forma sigilosa lograría evitar que me viera y así posponer un poco más lo impostergable, pero de inmediato deseché la idea porque con mi torpeza y mi mala suerte tropezaría con mis propios pies o quizá una rama el árbol en el que mi amigo se encontraba apoyado caería de repente justo entre nosotros y quedaría al descubierto, así que la mejor opción era dar todo un rodeo por el otro lado para así esquivarlo.

Cuando estaba a punto de darme la vuelta para ejecutar mi plan maestro mi amigo levanta la mirada y al verme de inmediato se puso de pie y empezó a caminar hacia mi así que no me quedó más remedio que sonreír y quedarme en donde estaba.

– Hola preciosa ¿Como estás?

– Bien en lo que cabe.

– Sabes iba a llamarte en la mañana pero pensé que después de lo de anoche sería mejor darte algo de espacio.

– Y no sabes como te agradezco que no lo hayas hecho Edward… no hubiese sabido que decir, habría sido muy incómodo.

– ¿Bella crees que podríamos hablar de lo de anoche?

– Este no es un buen momento Edward yo…

– Está bien si aún no quieres hablar yo te entiendo yo… no debí comportarme de esa manera.

– No es eso Edward lo que pasa es que Jacob me está esperando en la cafetería y ya sabes me siento un poco… extraña.

– No sabes lo que daría por evitarte esa situación Bella – me dijo mientras tomaba mi rostro entre sus manos acercándose peligrosamente.

– Estoy bien lo único que quiero es terminar con esto de una vez por todas y te prometo que luego hablaremos.

– Quieres que pase por tu apartamento después de clases? – aunque me pareció peligroso tenerlo tan cerca, pues ya había comprobado lo débil que era mi carne, no me imaginaba a nadie con quien deseara más estar en cuanto me hubiese enfrentado a Jacob, además Rosalie estaría presente.

– Es lo que más deseo – le dije segura de que mis ojos estaban reflejando el anhelo en mi interior.

– Entonces no te detengo más, nos vemos luego preciosa – y sin más se fue, yo no pude decir nada más así que solo le sonreí, él me devolvió la sonrisa y aunque lo que más deseaba en ese momento era alejarme con él de la mano no podía evitarlo por más tiempo tenía que enfrentar a Jacob.

Apresure mi caminar hacia la cafetería pues ya llevaba unos 15 minutos de retraso ya que hablando con Edward como siempre el tiempo se me había ido volando y cuando llegué hay estaba Jacob como si nada esperándome con una sonrisa cuando llegué hasta su mesa se puso de pie e intentó besarme en los labios pero yo lo esquivé provocando que solo me besara la mejilla.

– Me vas a decir de una vez por todas que es lo que te ocurre Bella cuando te llamé por teléfono estabas muy rara y ahora me esquivas para que no te bese en los labios ¿Dime que es lo que pasa?

– ¿Estás seguro de que no sabes que es lo que me pasa Jacob? – le dije con el tono más mordaz que me fue posible.

– ¿Pero porqué me hablas así mi vida? ¿Porque estás tan enojada?

– Pues para empezar que te parece si me cuentas como te fue en Washington el fin de semana.

– Ah ya veo sigues enojada porque cancelé nuestros planes para el fin de semana pero fue por trabajo creí que lo entendías.

– No estoy enojada por la cancelación pero…

– Pero si estás enojada por algo – me dijo interrumpiéndome.

– Jacob por favor solo quiero que me cuentes sobre cómo te fue en Washington – le dije y con ello le daba la oportunidad de redimirse diciéndome la verdad y al menos salvar en una parte el cariño que sentía por el pero en lugar de ser sincero dijo:

– No sabes lo cansado que ha sido mi padre y yo hemos estado todo el tiempo de un lado para otro ha sido una locura, no sabes como te he extrañado.

– ¿Entonces estuviste todo el fin de semana en Washington?

– Pues claro que estuve en Washington Bella o... ¿acaso estás dudando de mi? – dijo claramente ofendido.

Yo solo sonreí con amargura, saqué de mi bolso las fotos que había imprimido unas horas antes y las extendí sobre la mesa.

La expresión de Jacob era algo digno de ver definitivamente si algo no se esperaba era que yo estuviera al tanto de su engaño y mucho menos que tuviera pruebas de ello.

– Bella… esto… yo… no es… no es lo que parece.

– ¿Que no es lo que parece?

– Bella eso no significó nada para mi por favor déjame explicarte.

– ¿Y que vas a explicarme? Aquí no hay nada que explicar Jacob todo está muy claro – le dije y de inmediato me puse de pie dispuesta a irme de allí pero el fue más rápido, tomo mi brazo y de un fuerte tirón me hizo sentar nuevamente.

– ¿Que te pasa idiota? No te basta con lo que me hiciste sino que también tienes que lastimarme físicamente.

– Yo lo lamento Bella no fue mi intención lastimarte de ninguna manera.

– Pero lo hiciste y está muy claro lo descarado que eres por la forma en la que mientes.

– Por favor Bella dame otra oportunidad te lo suplico.

– No Jacob yo jamás podré volver a confiar en ti así que lo mejor es que terminemos y cada quien siga su camino antes de seguir haciéndonos daño.

– No mi vida no podemos terminar y que hay de nuestro amor y todo el tiempo que pasamos juntos no podemos terminar debemos luchar por nuestro amor.

– Pero de que amor me estás hablando si es claro que amor del que tanto hablas no existe por si existirá no me hubieras sido infiel.

– ¿Que acaso tu ya no me amas?

– No Jacob tu engaño hizo que me diera cuenta de que me lastimaste con tu engaño porque yo confiaba ciegamente en ti más no porque me doliera compartirte con otra mujer.

– No Bella eso lo dices porque estás dolida y quieres que yo sufra.

– Jacob acéptalo se acabó…, adiós – le dije y por lo visto el estaba seguro de que lo perdonaría porque mis palabras lo dejaron tan impresionado que ni siquiera se movió cuando tomé mi bolso y me fui.

Apresuré mis pasos intentando alejarme lo más rápido posible de allí cuando de repente sentí como alguien tiraba de mi brazo obligándome a detenerme, cuando me giré me di cuenta de que era Jacob que me había seguido desde la cafetería y agarraba con fuerza mi brazo.

– ¿Jake que haces? Ya te dije que se acabó ya déjame en paz – le dije mientras intentaba sin ningún éxito deshacerme de su agarre.

– No Bella esto no se ha terminado porque aunque lo niegues tu aún me amas.

– Jacob se acabó entiéndelo.

– No eso no puede ser Bella, no puedes terminar conmigo.

– Entiende ya que lo nuestro se acabó y suéltame que me lastimas, me estás haciendo daño Jacob ya suéltame – le dije y de pronto escuché su voz detrás de mi.

– ¿Que no oíste? que la sueltes la estás lastimando – le dijo Edward con la voz fría y la mirada llena de ira.

– Tu no te metas.

– Que no te basta con lo que le hiciste también quieres hacerla pasar este mal rato – dijo Edward y la dureza de su mirada hizo desistir a Jacob que de inmediato sentí como me soltaba sin decir nada más.

– Lo siento Bella no quise lastimarte.

– Solo quiero que te mantengas alejado de mi, no quiero volverte a ver – le dije mientras Edward me abrazaba por la cintura sacándome de allí.

 

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Hola mis amores aquí les dejo mi cuarto capi quiero dar las gracias a todos los que se han tomado el tiempo de leer el producto de mi loca imaginación y por fa comenten si...

 

 

Capítulo 3: Inesperado Capítulo 5: Deseo

 
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