CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 30/11/2012
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 30
Comentarios: 97
Visitas: 110328
Capítulos: 24

Se conocieron de forma accidental, su amistad se forjó con el tiempo y se enamoraron sin darse cuenta.

El corazón al igual que el amor son impredecibles... ¿Lograran Edward y Bella superar todos los obstáculos y alcanzar la felicidad...

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

Las invito a pasar por mi nueva historia

SIEMPRE TUYA (+18)

 

Además les invito a pasar por mi fic (Dando clic en el título del fic)

AMOR POR CONTRATO (+18) (En proceso)

LlLlllllLL

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 12: Confesiones

Hola chicas para empezar quiero agradecerles por el apoyo a todas aquellas que se toman el tiempo de leer y sobre todo a las que comentan cada semana EC07, PRINCESAVESPA, NOE y mi nueva amiga ERI18 este capítulo es dedicado a ustedes que me alientan a seguir escribiendo. Chicas este lunes es mi cumple así que para celebrarlo subiré otro capítulo así que de regalo quiero muchos comentarios jajaja, bueno no las canso más y aquí les dejo el capítulo, disfrútenlo…

 

 

 

Sentía el dolor aplastante en mi pecho, cada latido era doloroso y los sollozos incontrolables que escapaban de mi garganta hacían que respirar fuera una tarea casi imposible, pero lo peor de todo era que mi estúpido corazón saltaba en mi pecho al escuchar su voz al otro lado de la puerta suplicando que le abriera.

Me levante del piso y me senté en un sillón con mis brazos rodeando mis piernas o más bien debo decir que mis manos se aferraban a ellas y viceversa para no permitirles que se levantaran y le abrieran.

Resultaba tan doloroso escuchar sus suplicas y su voz tan atormentada.

Pero ¿Que es lo que pasa conmigo? El me engaño entonces ¿Porque es que mi corazón y mi cuerpo no dejan de extrañarlo y necesitarlo? ¿Porque soy tan estúpida?

Estaba tan concentrada en no escucharlo que de un momento a otro no lo escuché, preste atención y me di cuenta de que se había ido y lejos de sentirme aliviada sentía que mi corazón había sido arrancado de mi pecho y se había ido con él.

Las lágrimas empezaron a fluir aun con más fuerza mis sollozos se habían transformado en gemidos de dolor, al cabo de unos 20 minutos de intentar controlarme ya casi lo había logrado cuando la puerta se abrió, aparecieron mis amigas, corrieron a mi lado con los brazos abiertos y todo el control que había logrado obtener sobre mi cuerpo se fue a la basura.

Mis lágrimas y mis gemidos de dolor regresaron aún con más fuerza en el cariñoso abrazo de mis amigas.

– Pero... ¿Que fue lo que pasó? – preguntó Rosalie.

– ¿Que fue lo que te hizo mi hermano? – preguntó Alice.

– Ya déjenla respirar – dijo Ángela – tranquila amiga desahógate que aquí estaremos para escucharte cuando estés lista – dijo Ángela dulcemente.

Y le obedecí, sin poder evitarlo lloré y lloré hasta que el ardor en mis ojos y mi garganta empezaron a volverse demasiado incómodos pero al parecer eso era lo que necesitaba agotar mis lágrimas y sacar en una pequeña parte el dolor que presionaba mi corazón.

Al cabo de no se cuanto tiempo de lágrimas estaba mucho más calmada.

– Lista para hablar – preguntó Ángela suavemente y yo solo asentí.

– ¿Que fue lo que pasó Bella? – dijo Rosalie más calmada.

– Él me engañó, se burló de mí – dije y aunque pareciera imposible mis lágrimas comenzaron a fluir nuevamente aunque no con la misma intensidad de antes.

– Bella no quiero que pienses que quiero defender a mi hermano pero el te ama eso salta a la vista.

– ¿Si me ama porque no me dijo nada, porque no fue sincero conmigo?

– Tiene que haber una explicación lógica – dijo Ángela tomando mis manos entre las suyas.

– Ahora entiendo todo – dije más para mi que para mis amigas – antes de que empezáramos nuestra relación estaba algo distraído, siempre en el teléfono y cuando se fue de viaje no me quiso contar nada y yo tampoco pregunté, era a ella a quien iba a ver.

– Por favor Bella ya dinos que pasó sabes de sobra que no sirvo para el suspenso – dijo Alice muy impaciente.

– Edward se estaba duchando y conteste su teléfono, era una mujer que me exigía que lo ponga al teléfono, dijo que se llamaba Tanya y me preguntó quien era yo.

– Esa zorra – musitó Alice.

– ¿La conoces? – pregunté.

– Claro que la conozco la muy estúpida siempre a estado enamorada de Edward y el nunca le ha hecho caso.

– Pues parece que al fin lo consiguió – dije en un susurro y las palabras quemaron mi garganta.

– ¿Y tu que le dijiste? – preguntó Rosalie.

– No le di mayores detalles solo le dije que hablaba Isabella.

– ¿Y que te dijo? – preguntaron las tres en coro.

– Ah si… dijo ella en una clara muestra de que yo era de poca importancia, sabía de mi no entiendo como Edward pudo contarle de mi y no decirme nada a mi sobre ella.

– ¿Y que más te dijo? – preguntó Ángela.

– Que le dijera que le había llamado su novia – dije y lágrimas asomaron nuevamente en mis ojos por el doloroso recuerdo.

– Esa maldita loca – gruñó Alice.

– Bella no puedes creer en la palabra de Tanya ella haría cualquier cosa por conseguir lo que quiere, lleva toda su vida encaprichada con mi hermano y el jamás le ha correspondido. Dale la oportunidad de que el mismo te lo explique todo – continuó.

– Estaba en verdad desesperado – acotó Ángela.

– ¿En verdad creen que ella mintió? – pregunté aun cautelosa pues no quería albergar esperanzas que solo dejaran mas adolorido mi corazón si resultaban ser falsas.

– Te lo puedo asegurar yo que conozco bien a esa loca y viví mucho tiempo con su hermana, hasta Katte lo sabe y te diría que Tanya está loca si estuviera aquí.

– ¿Entonces que dices lo escucharás? – dijo Rosalie y yo asentí.

– Lo llamaré y… – dije poniéndome de pie pero Ángela me interrumpió.

– De hecho el está afuera, sentado junto a la puerta esperando para hablar contigo.

Y aunque no quería tener esperanzas y me repetía a mi misma que no debía alegrarme aun, mi corazón latía fuertemente de felicidad.

– ¿Entonces que dices los dejamos solos? – dijo Rose moviendo las cejas de arriba abajo igual que Emmet.

– De acuerdo – dije en un susurro.

– Edward – gritó Alice y salió corriendo hacia la puerta.

Las chicas salieron y el tardó unos segundos en entrar conociéndolas como las conocía le estaban dando recomendaciones y una que otra amenaza.

Cuando lo vi traspasar la puerta mi corazón se detuvo y luego se aceleró a tal punto que cada latido lastimaba mis costillas.

– Preciosa es un mal entendido solo te pido que me escuches – dijo acercándose lentamente.

– De acuerdo pero quiero que me prometas que serás sincero conmigo.

– Completamente no te ocultaré absolutamente nada – y la sinceridad en sus ojos confirmaba aquella promesa.

– Ven – dije tomando su mano y conduciéndolo hacía el sofá – empieza cuando quieras – le dije cuando nos sentamos.

– Conozco a Tanya de toda la vida nuestras familias mantienen una estrecha amistad, ella siempre ha manifestado cierto interés en mi el mismo que yo nunca he correspondido.

– ¿Como es que ella sabe de mi? Hoy actuó como si me conociera – dije aun muy dolida por su falta de confianza.

– Bella te juro que no es mi novia entre Tanya y yo no hay nada pero….

– ¿Pero que Edward? – dije exasperada.

– Mi amor ¿recuerdas el fin de semana que fuiste con Jacob a la cabaña de su padre en La Push?

– Por supuesto.

– Acompañé a Jasper a Seattle ese mismo fin de semana, yo no quería ir a ningún lado pero Jasper insistió tanto que no pude negarme, fuimos al bar de unos amigos suyos y empecé a beber, me encontré con Tanya – se calló mirándome como estudiando mi reacción.

– Continúa – le dije aun cuando tenía la sensación de que no me iba a gustar lo que escucharía.

– No estaba de humor para nada le dije a Jasper que tomaría un taxi y me iría, además ya me sentía un poco mareado, así que me despedí de Jasper y de Tanya pero ella insistió en llevarme.

Una vez en el departamento insistió en subir un momento yo le dije que solo un momento porque quería regresarme temprano, ella preparó unos tragos que por idiota bebí y no se como terminé hablándole de ti, bebí de más…

– ¿Te acostaste con ella? – pregunte apretando los dientes por la furia que me embargaba.

– Bella yo…

– Solo responde – dije respirando profundo.

– Si… – dijo y nunca una palabra tan pequeña me había resultado tan dolorosa, sabía que mi reacción era estúpida después de todo Edward era libre en ese entonces pero no podía soportar los celos que estaba sintiendo.

– Bella lo lamento tanto ni siquiera recuerdo claramente lo que pasó, me sentía tan mal por lo ocurrido, sentía que te había traicionado, Tanya dijo entenderlo pero luego hubieron llamadas y mensajes de todo tipo de su parte, el fin de semana pasado viajé a Seattle para aclarar las cosas con ella por eso fue que no quise contarte nada sobre el viaje que iba a hacer y te juro que nada pasó en ese viaje.

– Mi amor se que cometí un error, estaba ebrio y deprimido, sé que eso no me justifica pero el simple hecho de imaginarte con Jacob hacía que me hirviera la sangre.

– Pero entre Jacob y yo no ocurrió nada – dije a la defensiva.

– Pero yo no lo sabía – dijo poniéndose de pie caminando exasperado – estaba muriendo de los celos de pensar que él podía estar haciéndote el amor en ese preciso momento sin que hubiera manera en que yo pudiera evitarlo, que era él quien disfrutaba de tu cuerpo y sobre todo que era él a quien amabas y que yo no tenía derecho ni siquiera a enojarme – se agacho hasta mi altura y tomo mi rostro entre sus manos.

– No tienes idea de lo doloroso que resultaba incluso respirar sabiendo que jamás serías mía, que tu corazón jamás sería mío, que solo podía ser tu amigo nada más y lo más tortuoso era que no podía sacar esos pensamientos de mi mente ni un solo instante – dijo mirándome de forma suplicante y todo mi enojo se vino abajo al verlo así y escuchar sus palabras.

Lo tome del rostro y junté nuestros labios en un beso urgente lleno de necesidad después de todo quien era yo para enojarme con él por haberse acostado con alguien cuando no teníamos una relación y mientras yo estaba en una romántica cabaña en la playa con mi entonces novio.

Lo atraje hacia mí recostándonos sobre el sofá disfrutando de su aroma, de sus besos, su calor, de la sensación de tener su cuerpo pegado al mío, de saber que no lo había perdido sino que aun nos pertenecíamos.

Sus besos eran desesperados al igual que los míos, el temor de estar separados que nos embargaba hacia unos instantes ahora solo lograba que nos deseáramos, que nos necesitáramos, sus manos acariciaban cada centímetro de mi cuerpo continuamos con nuestras apasionadas caricias hasta que la ropa empezó a estorbarnos, sus manos se perdieron bajo mi blusa acariciando mis endurecidos pezones, haciendo que empezara a gemir sin control.

– Vamos a mi habitación – susurré en su oído haciendo que él se estremeciera.

Sin decir nada me levanto y yo envolví mis piernas en su cintura, pero unos pasos más allá se detuvo y sosteniéndome contra la pared me besó aun con más pasión, bajado por mi cuello hasta llegar a mis senos mordiéndolos suavemente por encima de la blusa, la sensación del rose de nuestros sexos aun con la ropa de por medio nos estaba volviendo locos, se palmeo el bolsillo de sus jeans.

– Demonios – susurró.

– El jarrón sobre esa mesa – dije señalando la mesita a dos metros de nosotros el solo sonrió, me bajó y saco uno de los preservativos.

– ¿Condones en un jarrón? – preguntó sonriendo.

– Emmet – le respondí – si revisaras la casa detenidamente te sorprenderías de los lugares en que los esconden – él solo sonrió y volvió a mis labios guardando el condón en su bolsillo.

Sin despegar nuestros labios continuamos dando traspiés hacia mi habitación a penas cerramos la puerta me aprisionó entre ella y su cuerpo devorando mis labios con pasión, se separó un poco de mi para quitarme la blusa y arrojarla al piso yo hice lo mismo con su suéter.

Sus manos acariciaron mi espalda hasta llegar al broche de mi brazier quitándomelo hábilmente, ambos gemimos al sentirnos piel con piel, mis manos tampoco podían quedarse quietas y fueron hasta su cinturón pero sus deliciosos labios sobre uno de mis senos me distrajeron completamente de mi labor.

Torpemente lo intenté otra vez hasta lograr desabrochar su cinturón y el botón de su pantalón bajándolo un poco, él se quitó sus zapatos a puntapies y se termino de quitar sus pantalones tirando de ellos con sus propias piernas hasta quedar en bóxers dándome una excelente vista de su muy bien formado cuerpo ¿Será que alguna vez me iba a acostumbrar a tanta perfección?

Sus labios se deslizaron más abajo besando todo a su paso jugueteando con su lengua en mi ombligo hasta llegar a mi pantalón desabrochándolo rápidamente dejando besos húmedos a lo largo de mis caderas,  quitó mis zapatos para luego quitárme el pantalon junto con mi ya humedecida ropa interior.

Volvió a mis labios mientras sus dedos se perdían en mis pliegues íntimos causando sensaciones indescriptibles.

Me levanto en sus brazos hasta mi escritorio que estaba a pocos pasos de allí y me sentó sobre él, se quitó rápidamente sus bóxers y se agachó para buscar el condón en sus jeans colocándoselo rápidamente.

Se hundió en mí de una sola embestida amándonos con pasión desenfrenada, entrando en mí por completo empujando con fuerza para luego salir de mí casi por completo hasta alcanzar un ritmo frenético disfrutando casi al mismo tiempo de un orgasmo de lo más placentero.

Terminamos abrazados con nuestras frentes en el hombro del otro intentando controlar el ritmo de nuestras respiraciones sintiéndonos nuevamente las personas más felices del mundo por tener a la persona amada al lado.

Con aquella sensación continuamos amándonos, sintiendo que nada más importaba en el mundo si estábamos juntos…

 

*************************************************

 

Hola chicas espero que les haya gustado el capítulo les dije que esta reconciliación no tardaba mucho jajaja, las quiero monton porfa comenten y voten que de esa manera me inspiran para segiur escribiendo. Besitos y hasta el lunes...

 

 

Capítulo 11: La Llamada Capítulo 13: La Fiesta

 
14437878 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios