Amor Oculto +18 (Terminada)

Autor: CatRussell
Género: Drama
Fecha Creación: 11/12/2010
Fecha Actualización: 08/03/2011
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 40
Visitas: 114695
Capítulos: 32

Bella y Edward han sido los mejores amigos desde que ambos tienen memoria. Cuando ambos regresan de Vacaciones creen que será el año perfecto pero eso no será posible cuando seis chicos entran a la cafetería y uno de ellos cautiva el corazón de Bella, ¿Que pasara cuando por fin Edward se dé cuenta de que está enamorado de su mejor amiga? o ¿Que harán cuando todos se enteren de que Bella es maltratada por su novio? -Seré tu ángel guardián por siempre, te amo.

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Capítulo 26: No te Vayas

Bella


-¿Bella? Bella, hija ¿Eres tú?-pregunto mi madre encendiendo las luces del pasillo y al verme corrió hacia mí.

-¡Mami!-Me avente a sus brazos y me ayudo a caminar hacia la sala para sentarnos en el primer sillón que pudimos.

-Bella, hija ¿Qué sucede?-comenzó a acariciar mi cabello lentamente y darme besitos en la cabeza-¿Qué pasa?

-Se va mamá-las lagrimas volvieron a salir-Edward se va y me dejara.

-Ya mi niña, ya…-seguía acariciándome, tratando de calmarme pero nada serbia.

-¿Qué hare?-me pregunte a mi misma pero mi madre me contesto aquella pregunta.

-Búscalo, dile lo que sientes y retenlo, no dejes ir lo que más quieres, hija.

-¿Qué? Yo no amo a Edward-dije y mi madre me miro a los ojos cuando nos separamos-Yo lo quiero, si, pero solo como amigos.

-Bella no, nos engañemos, he visto como observas a Edward y también he visto con que ojos te ve él y créeme cuando el te observa es como si todo el mundo girara a tu alrededor, Bella, Edward te ama como tu a él, Date cuenta hija.

Tal vez mi madre tenía razón, tal vez era cierto y mi amor estaba oculto o bueno no tan oculto porque ya todos parecen verlo, diablos no dejaría que Edward se fuera, no lo dejaría, él era todo para mi y si es cierto lo que mi madre dice, Edward también me quería y era obvio sino, no me hubiera besado. Me levante le dije a mi madre que gracias y subí a mi habitación, busque mi celular entonces me acorde que lo había dejado en casa de Rosalie, perfecto eres muy inteligente, Bella. Una voz en mi cabeza hizo que saltara y chocara contra mi escritorio, la computadora se encendió y sonreí, inmediatamente me conecte y apareció Edward conectado, “Bingo” me dije a mi misma e inicie una conversación.

Bella Swan dice: Hola J

Me quede esperando pero nada, Edward no contestaba.

Bella Swan dice: Necesito decirte algo, por favor dime que estas ahí.

Pero Edward siguió sin hacerme caso hasta que escribió.

Edward Cullen dice: No quiero saber nada de ti, jugaste conmigo así que espero que te vaya bien con Steve, recuerda que te quiero, adiós.

Y se desconecto. Corrí de inmediato hacia la ventana y la cortina estaba cerrada “diablos” pensé y un ruido provoco que mirara hacia la entrada de su casa y ahí estaba, estaba a punto de salir corriendo pero me tropecé lastimándome la mano y haciéndome un gran chichón en la frente. Pero no me importo camine directo hacia la puerta y salí corriendo detrás del carro cuando observe que arrancaba. Edward se había ido y me había dejado y ahora si no había forma de hablar con él. Entre en mi casa con una gran pesadez y con el corazón adolorido, “perfecto Bella tu única oportunidad de ser amada y hechas todo a perder” me regañe a mi misma mientras entraba en mi cuarto y con un portazo cerraba mi puerta, era una estúpida, una imbécil había dejado escapar lo que tanto amaba y ahora no había forma de recuperarlo. Me recosté sobre la cama llorando y desahogándome con mi almohada la cual quedo completamente empapada, al poco rato me quede dormida.

Abrí los ojos lentamente y observe que estaba nublado, hoy era un mal día y comenzaba a ser peor cuando resbale en el baño y haciéndome un gran moretón en el trasero, perfecto me duele el corazón y ahora traía una pompa ponchada, ¿Qué faltaba? ¿Qué me cayera un rayo? ¿Qué me meara un perro? Solo eso faltaba, me duche, me cambie pero no estaba de humor como para ponerme algo bueno para salir, de hecho no tenía ni ganas de salir y andar por ahí, observe por la ventana y el carro de Edward todavía no estaba, “no regresara” fue lo único que pensé y baje las escaleras, mi madre había dejado una nota diciéndome como siempre que saldría a la guardería y que llegaría tarde que si quería fuera con Alice, pero para eso ni siquiera tenía ganas de ir, camine hacia la cocina sintiendo mi cuerpo pesado y sacando un bote enorme de helado de fresa, hacia mucho que no lo comía y como mi madre había comprado uno nuevo ya que el otro se echo a perder, pues ahora este no lo hará, subí de nuevo a mi cuarto y agradecí a Alice por decirle a mi padre que una televisión en mi cuarto me ayudaría a superar lo de Steve, me recosté de nuevo sobre la cama y comencé a comer mi helado a grandes bocados, no me importaba que me doliera la cabeza ni que mi cerebro se congelara lo único que quería era que mi corazón se detuviera y se congelara para que ya no sintiera dolor, solo así podría estar tranquila.

Estaba viendo una película que se llama “Te odio aun después de la muerte” y creo que me estaba sirviendo para odiarme a mí misma por ser tan tonta, nunca se me quitaría entonces en el momento en que ambos chicos se perdonaron y se besaron varios recuerdos pasaron por mi mente de cuando era amiga de Edward, todos aquellos momento que habíamos pasado juntos y aquellos pocos besos que alcanzamos a darnos, dios lo extrañaba tanto y quería tenerlo a mi lado para besarlo y decirle que lo amaba tanto, pero ahora nada importaba, ahora todo estaba perdido porque había sido una estúpida y había echado todo a perder. Al poco rato de que acabo la película mi helado se había terminado también y tuve que bajar para buscar el teléfono y llamar a una tienda de regalos, ahí vendían chocolates y creo que sería adecuado para comer, al diablo la dieta que me había puesto Rosalie y al diablo los barritos lo que importaba era sentirme amada y que más que con los chocolates.

-Tienda de Regalos y dulces, ¿En qué podemos ayudarle?-pregunto un hombre al otro lado.

-Eh si bueno yo quisiera saber si tiene chocolates-pregunte y mas que una pregunta para ellos parecía para mí.

-Si claro tenemos de…-comenzó a decir todos los tipos de chocolates que tenían hasta que opte unos de tres chocolates y centro de cereza.

Habían dicho que llegaría en unos treinta minutos y estaba esperando en la sala cuando tocaron, inmediatamente abrí, tome los chocolates y pague antes de salir disparada como bala hacia mi habitación y meterme un pedazo a la boca, dios era tan delicioso y tan exquisito que pensé durante un momento que nadaba en un mar oscuro con sabor a chocolate. Comencé abrir todos los chocolates y quitarles el centro a sabor a Cereza y para después comerme todo el trozo, hasta que comencé a sentir demasiado asco y tuve que correr hacia el baño para vomitar, todo lo que había comido ahora estaba siendo expulsado, perfecto tanto trabajo para nada, ahora me sentiría peor que antes, me lave los dientes y volví a bajar a la cocina para poder comer algo pero al parecer mi estomago no estaba de acuerdo conmigo porque volvía amenazar con correr al retrete y sacar mi estomago por la boca, al pensar eso me dio aun mas asco y decidí irme a sentar a la sala, tal vez algo de música me hará sentir mejor y puse la radio.

Todos estaban contra a mí, todos hasta el locutor que hoy se le había dado la gana de poner música para cortarse las venas, ¿Es acaso esto una señal? Pregunte alzando la vista hacia mi techo y suspirar, ¿Qué hago ahora? Me pregunte a mi misma y entonces tocaron la puerta. El timbre sonó como tres veces antes de querer abrir y entonces observe a mis dos mejores amiga detrás de la puerta, Alice traía películas y Rosalie traía bombones, ¡claro! Nunca se me abría ocurrido. Les abrí la puerta dejándolas entrar y entonces tome rápidamente la bolsa de bombones y comencé a comerlos invitándole a mis amigas que me observaban con los ojos abiertos.

-¿Te sientes bien, Bella?-pregunto Alice tocando mi cabeza.

-Sí, ¿Por qué lo preguntas?

-Porque ya no enteramos que Edward se va a ir hoy y les pidió a Jasper y a Emmett que lo llevaran, nos dio su carro.

Rosalie me mostro las llaves del carro de Edward y mi corazón se aplasto, aun no se iba pero si tenía pensado hacerlo, dios eso dolía mas que otra cosa. Me encogí de hombros dándole poca importancia y Alice movió la cabeza de lado a lado al mismo tiempo que Rosalie alzaba una perfecta ceja dorada, sabía que no podía engañarlas, las conocía muy bien al igual que ellas a mí y tanto ellas como yo sabíamos que esto me estaba doliendo en el alma.

-Bien ¿Qué harás Bella?-pregunto Alice poniendo una película en el DVD.

-¿Qué hare de qué?

-Con Edward, ¿Simplemente lo dejaras ir? ¿Así como así?

-Pues sí, yo no puedo hacer nada-conteste y pulse el botón de Play.

Ahí había quedado el tema cuando la película inicio, la verdad ver “Jamás Besada” con mis amigas era extraordinario, Alice estaba acostada en el sillón mientras la cabeza de Rosalie descansaba en su estomago, yo estaba en el suelo sentada y comiendo palomitas mientras trataba de limpiar mis lagrimas que solitas habían salido y no es que la película estuviera triste, no nada de eso, en cambio era divertida y mis dos mejores amigas reían sin parar en cambio yo solo lloraba, lloraba en silencio.

-Eres una tonta-Rosalie provoco que me limpiara la ultima lagrima que había escapado y la mire al igual que Alice.

-¿Qué?

-Que eres una tonta, dejas escapar lo único que es bueno y tu estas aquí como si nada-dijo y rodo los ojos-Tengo que irme Emmett acaba de mandarme un mensaje y dice que está en mi casa con Jasper así que me voy.

Rosalie se levanto y me observo moviendo la cabeza de lado a lado. Entonces comencé a chillar, las lagrimas salieron solitas y corrí hacia mi cuarto cerrando la puerta y tirándome a la cama, ¿Cómo era posible que siendo mis amigas me dijeran esto? ¿No se dan cuenta de que me siento mal y aun así me molestan? Seguí llorando hasta que alguien abrió la puerta y unos diminutos brazos me abrazaron. Me aferre a esos brazos y comencé a llorar con más ganas, esto dolía y dolía fuerte, quería que parara, que mi corazón se detuviera que por favor alguien entrara y me diera un tiro para que este dolor se terminara pero no había forma de terminar con esto, no existían las hadas madrinas y esto lo sabía.

-Bella, ¿Dejaras que Edward se vaya?-pregunto Alice.

-Bella, Edward te ama y tu lo amas a él, no dejes que por una estúpida discusión todo se vaya a la mierda-Rosalie me abrazaba y Alice me limpiaba las lagrimas.

Tal vez ellas tenían razón, tal vez Edward era la persona para mí y si lo era, no dejaría que se marchara y si Edward me había besado había sido por algo y ayer había deducido esto con mi madre o más bien sola pero mi madre me había ayudado, estaba en un error, no podía dejar que mi única forma para existir se marchara, no podía. Me levante de golpe y me puse los zapatos haciendo que mis amigas se miraran entre sí.

-Iré por él, chicas-dije- Rosalie necesito que me lleves, no dejare que el amor de mi vida se vaya.

Ambas me sonrieron y me siguieron, tome mi chamarra y me la puse, al salir note que ya era de noche y que tenía poco tiempo, Rosalie subió al carro, Alice se sentó a su lado y yo iba en la parte de atrás, mi amiga me regreso mi celular que por idiota había dejado y comencé a marcar el numero de su celular, nada, no contestaba o no quería contestar, Rosalie lo intento al igual que Alice pero no obteníamos respuestas, era como si nunca hubiera existido. Al principio me sentí sin fuerza pero cuando Rosalie me dijo que Emmett le había contado que su avión salía a las ocho, las esperanzas regresaron, como dice el dicho, la esperanza muere al último y esperaba que esa siguiera aun con vida hasta entonces. Rosalie condujo hasta el aeropuerto y apenas comenzaba a estacionarse cuando abrí la puerta sin esperarme, las chicas me observaron y salí corriendo hacia el interior, mucha gente salía y entraba, otros se saludaban y unos mas esperaban taxis para irse, yo solo rezaba para que no fuera demasiado tarde, observe los vuelo y gracias a dios todavía no salía el de Italia, corrí hasta la señorita de caja y le pedí un boleto pero lamentablemente ya no había y ahora sí que era tarde. Una voz tranquila y amable comenzó a decir que el vuelo a Italia salía en cinco minutos y mi corazón se detuvo.

-Señorita tiene que parar ese avión-dije casi llorando, la señorita me observo y negó con la cabeza.

-Lo siento tanto pero eso es imposible.

-Señorita por favor, se escuchara de telenovela pero le juro que ahí dentro va el amor de mi vida, por favor, por favor.

-No podemos, lo sentimos.

-Señorita por favor si algún día usted ha amado por favor ayúdeme.

La señorita de nombre Anna me observo y sus ojos brillaron, tal vez si había amado en algún día y también tenía suerte de ver tantas novelas con Renne sino ahora no podría ni que decir, la señorita hizo una llamada y comenzó a discutir con alguien, una sonrisa se formo en su rostro y el mío se ilumino, después su mirada se apago y cerro el teléfono.

-Lo sentimos pero el vuelo con destino a Italia ya ha salido.

Mi corazón se detuvo y Alice y Rosalie ayudaron a que me sostuviera de pie porque ahora mismo sentía mis piernas de goma y no podía ni hablar, tenía un nudo en mí garganta y los ojos me quemaban, lo que tanto temía ahora estaba pasando. Después de llorar un rato y que un policía me trajera un vaso con agua, nos subimos al carro y esta vez Alice venia conmigo en la parte trasera y me limpiaba las lagrimas mientras que estas de necias aun seguían saliendo. Llegamos en un tiempo récor a mi casa y Alice estaba dispuesta a quedarse conmigo pero sabía que eso no era necesario, aun con ella o sin ella seguirían las cosas y nada cambiaria. Les dije que se fueran con cuidado y sin preocuparse y observe como el carro rojo desaparecía en la esquina, dila vuelta sobre mis talones y observe una sombra en los escalones de mi puerta, camine con mucho cuidado no sin antes tomar una piedra del suelo, al ver que esa figura se levantaba trague con dificultad saliva y entonces una mirada esmeralda provoco que mi corazón se detuviera, ahí estaba, ahí estaba él, frente a mí y con la mirada perdida.

-¿Sabes que odio más?-pregunto y su voz me asalto-Que quieres irte pero no puedes, que tratas de desaparecer pero por más que lo deseas tu corazón siempre te lo impide-dijo.

-Edward…-Fue apenas un susurro lo que salió de mis labios y el sonrió.

-Hola Bella…

Capítulo 25: Pastel, Regalos y más Problemas. Capítulo 27: Noche Eterna +18

 
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