Edward aun dormía profundamente eran las 4:00 de la mañana y me era imposible seguir durmiendo así que con mucho cuidado me zafé de su cálido abrazo, afortunadamente no se despertó la noche anterior había trabajado mucho y nos habíamos acostado muy tarde así que eso jugó a mi favor, me levanté y aproveché para silenciosamente arreglarme y recoger algunas cosa que no empaqué por temor a que Edward notara el vacío en el armario y escribí una carta para él sin sospechar lo doloroso que sería, después de lágrimas y muchos titubeos lo logré.
Coloqué la carta en un sobre, escribir su nombre en él y lo puse sobre la mesita de noche, me senté en el sillón mirándolo dormir e intentando grabarme cada facción de su rostro tal y como estaba en este momento tranquilo y relajado.
Me prometí ser fuerte pero sabiendo que había una gran posibilidad de que jamás volviéramos a estar juntos no pude serlo y lágrimas empezaron a deslizase por mi rostro.
Cuando volví a ver el reloj ya eran las 5:30, el despertador de Edward sonaría exactamente a las 6:30 así que no podría seguir aquí por mucho tiempo. Mi celular vibró anunciando un mensaje de texto.
Dijiste que te irías a primera hora, espero que cumplas tu palabra Isabella porque sabes bien que no estoy jugando.
Tanya
Maldije en un susurro pensando en cómo había logrado Tanya obtener mi número de teléfono, suspiré pesadamente y tecleé rápidamente mi respuesta.
Te di mi palabra y no tienes por qué dudar de ella me iré y te dejaré el camino libre, así que por favor ya déjame en paz.
Observé a Edward dormir unos minutos más, no podía retrasarlo más tomé mi maleta la llevé a la puerta y regresé a la habitación en donde Edward continuaba durmiendo, con mucho cuidado me incliné y besé su frente con tanta suavidad que él apenas y se movió.
Tuve que cubrir mi boca con mi mano para evitar que el fuerte sollozo que sentía a punto de escapar de mi garganta despertara a Edward.
Salí de la habitación tomé mi maleta y salí del apartamento a toda prisa hasta la acera para tomar un taxi, aun no estaba segura de que haría ni a donde iría pero por lo pronto me quedaría en un hotel hasta pensar que hacer.
De repente un auto se detuvo frente a mí sacándome de mis pensamientos.
– ¿Bella que ocurre? ¿Qué haces aquí fuera a esta hora? – preguntó mientras apagaba su auto y se bajaba de él.
– Jacob ahora no por favor vete – dije intentando sonar normal pero las lágrimas traicioneras apenas me permitían hablar.
– Por favor Bella no me pidas eso ¿dime que ocurrió? – preguntó realmente alarmado por mi expresión.
– Solo déjame sola y vete – le contesté entre sollozos.
– Me comporté como un idiota y te pido perdón por mi actitud el día de tu graduación, pero no me pidas que te dejé sola en este estado.
– Estás perdonado pero por favor ya vete y déjame sola – le supliqué.
– Por favor Bella déjame ayudarte, me comportaré lo prometo no diré nada si no quieres pero no me pidas que te dejé sola en este estado – dijo con la mirada suplicante.
– Está bien solo sácame de aquí – dije resignada.
Tendría que aceptar su ayuda pues entre más tiempo transcurría mayor era el riesgo de que Edward notara mi ausencia y me encontrara aquí.
Jacob tomó mi maleta y la puso en la cajuela de su auto y me percaté de que él tenía allí otra maleta pero no tenía ánimo para hacer preguntas.
– ¿Llévame a cualquier hotel? – dije sin mirarlo.
– No preguntaré que ocurrió y no te ofendas pero creo que estás huyendo, si quieres hablar o necesitas algo cuenta conmigo – dijo y sentí que su preocupación por mi era genuina.
– No estoy escapando pero si intento alejarme para evitarle un sufrimiento mayor a más de una persona – dije pensando en cómo se sentirían Edward y sus padres principalmente si Tanya se atrevía a atentar contra la vida de su bebé Edward sufriría mucho y se sentiría tan culpable que no podría perdonarse jamás y Esme siempre tan maternal no soportaría la pérdida de su primer nieto.
Carlisle es más fuerte pero eso no significa que no vaya a sufrir, más aun viendo a su mujer y a uno de sus hijos sufriendo y sobre todo pensaba en ese bebé ese pedacito de Edward que amaba aunque no estuviera en mi vientre no podría permitir que su madre lo lastimara por mi causa.
– Yo voy a pasar la semana en la cabaña de La Push ayudé a mi padre en un caso muy complicado y quería tomar un descaso antes de comenzar a trabajar en el bufete ¿porqué no vienes conmigo? Prometo comportarme – dijo levantando su mano derecha en señal de promesa.
– De acuerdo Jake solo quiero alejarme de todo, pero deberás comportarte – dije señalándolo.
– Prometido – dijo sonriendo.
– Gracias Jake – dije intentando devolverle la sonrisa aunque no me salió nada creíble.
– No hay de qué – dijo mientras aceleraba y yo me perdía en mis dolorosos pensamientos.
**************
– Había olvidado lo hermoso que es este lugar – dije mirando el hermoso horizonte.
El clima de lugar no encajaba en nada con una tradicional playa soleada sino que por el contrario estaba casi siempre con el cielo nublado, hacía mucho frío pero no por ello el paisaje era menos hermoso.
– Si lo es, iré al pueblo por algunas provisiones ¿Estarás bien? – dijo mirándome con preocupación y es que mi comportamiento en los últimos días había sido el de una persona realmente perturbada.
– Estaré bien Jake puedes estar tranquilo no voy a suicidarme o algo así. Estaré bien – dije sonriéndole para tranquilizarlo.
– Lo siento Bella no quise decir eso es solo que me preocupas desde que llegamos siempre estás cansada, casi no comes y te la pasas llorando todo el tiempo no intentes negarlo – dijo cuando yo abrí mi boca para rebatir.
– Tu habitación está junto a la mía y te escucho llorar todas las noches hasta que el sueño te vence y te quedas dormida – continuó.
– No te preocupes Jake no tengo intención de ser un zombi por siempre estoy esforzándome por salir de esto pero me tomará un tiempo – dije concentrando mi vista en el horizonte para que no viera el dolor en mis ojos.
– De acuerdo te dejaré en paz y no volveré a insistir en que me cuentes que pasó pero cuando decidas hacerlo aquí estaré para escucharte – me besó la frente y se alejo hacia su auto, cuando supe que estaba sola dejé de luchar contra mis lágrimas y les permití fluir libremente.
Caminé por la playa por un largo tiempo pensando en que hacer no podía esconderme por siempre tendría que salir de mi estado depresivo y pensar en que rumbo tomaría mi vida.
Llevaba tres días aquí y a menudo tenía que controlarme usando toda mi fuerza de voluntad para no salir corriendo y tomar el primer vuelo a New York, la tranquilidad de este lugar definitivamente ayudaban pero a la vez me dejaba mucho tiempo libre para pensar y por desgracia a mis pensamientos no los podía controlar.
Caminar por la playa me resultaba relajante pero era uno de esos momentos en que sin darme cuenta mi mente me trasladaba junto a él y a los momentos felices que pasamos juntos logrando recordar con claridad su voz, el sonido de su risa, los momentos juntos, sus besos y sus caricias.
Lágrimas silenciosas rodaban por mi rostro eso era muy común por estos días y se que estaba asustando a Jake con mi comportamiento pero no lo podía evitar, lamentaba preocuparlo de esa manera porque él había cumplido su promesa de comportarse y estaba verdaderamente preocupado por mí.
Entré a la casa a las diez de la mañana y solo había bebido una taza de chocolate caliente así que preparé un sándwich y me senté en uno de los bancos de la cocina a comerlo, al tercer bocado mi estómago se revolvió por completo.
Corrí al baño y me incline sobre el inodoro sosteniéndome de los bordes devolviendo lo poco que había ingerido, me lave los dientes y caminé rumbo a la sala para recostarme en el sofá pero a pocos pasos de alcanzar mi objetivo sentí el piso desaparecer bajo mis pies y todo se volvió oscuro…
Edward POV
Desperté con el fastidioso ruido del despertador y la luz que entraba por la ventana me lastimaba los ojos así que los cerré otra vez y estiré mi brazo hacia el otro lado de la cama en busca de la mujer de mi vida pero en su lugar solo estaban las sábanas frías prueba de que se había levantado hacía mucho tiempo.
Me levanté y me puse unos bóxers, la busqué en el baño y en la cocina pero no la encontré por ningún lado y mi ritmo cardiaco empezó a aumentar.
Volví a la habitación para buscar mi celular que estaba sobre mi escritorio y marque su número pero me envió a buzón ahora si estaba preocupado, volví a marcar el número y me llevé el celular al oído cuando el sobre blanco junto a la lámpara llamó mi atención.
El sobre tenía mi nombre escrito así que lo abrí rápidamente y saqué la carta en su interior, temiendo a su contenido.
Edward escribirte esta carta es una de las cosas más difíciles que he hecho y el dejarte sin duda alguna es lo más doloroso que haré jamás.
Antes que nada quiero que recuerdes siempre que te amo y te amaré siempre, la razón de nuestra separación la conocerás probablemente hoy mismo.
No olvides cuanto te amo, nada hay en este mundo que modifique mis sentimientos por ti y mis razones para dejarte son para ahorrarte una pena que para ti será aún mayor que nuestra separación.
Se fuerte yo intentaré serlo con la esperanza de que tal vez algún día nuestros caminos vuelvan a cruzarse y podamos volver a estar juntos.
Te amo… te amaré durante toda mi vida y quizás aún después.
Siempre tuya
Bella.
Al leer estas líneas que eran lo único que por lo visto me quedaba de ella el aire huyo de mis pulmones y mi corazón acelerado palpitaba con tanta fuerza que lastimaba mi pecho en cada latido.
Me dejé caer en mi cama intentando entender lo que estaba ocurriendo y de pronto todas las piezas encajaban como en un macabro puzle, la cena de anoche, la forma en que me miraba, sus caricias desesperadas no era solamente nuestra noche como ella había dicho, era nuestra última noche.
No eran ideas mías ella en verdad estaba triste y la razón era esta se estaba despidiendo de mí ¿Pero cuál era su razón para dejarme?
Ella me ama no tengo la menor duda de ello y en su carta me lo confirma entonces algo realmente grave tenía que haber ocurrido.
Sentía que mi cabeza iba a estallar tenía tantas preguntas y ninguna respuesta.
Llamé a Ángela, Alice y Rose sabía que solo a ellas acudiría Bella si algo grave ocurriera pero ninguna podía darme una respuesta y en cuestión de minutos todos estuvieron en mi apartamento.
Ángela y Ben acababan de llegar pues habían estado de visita en casa de los padres de Ángela, Rosalie tampoco la había visto ya que pasó todo el día con su padre y Jasper resolviendo un asunto relativo a uno de sus hoteles y Alice no la había vuelto a ver desde que salieron de la prueba del vestido, todos teníamos la misma pregunta ¿Qué pudo haber ocurrido?
– ¿Pero estás seguro que no te dijo nada? – volvió a preguntarme.
– Por enésima vez Alice no me dijo nada en absoluto pero anoche estaba rara le pregunté muchas veces que le ocurría pero insistía en que estaba cansada y algo nerviosa con los preparativos de la boda – dije elevando la voz.
– Tranquilo Edward, se que estás desesperado pero debes calmarte para poder pensar con claridad – dijo Rose.
– Lo sé Rose pero en este momento me estoy volviendo loco sin tener noticias de ella – dije exasperado.
El timbre sonó y todos saltamos al mismo tiempo con la esperanza de que fuera ella, me puse de pie y corrí hacia la puerta pero mis esperanzas colapsaron cuando vi a la persona que menos deseaba ver en la entrada de mi apartamento.
– Hola cariño ¿Puedo pasar? – preguntó Tanya aun en la entrada.
– Tanya ahora no tengo tiempo y menos para ti, así que lo siento pero tienes que irte – dije mientras cerraba la puerta sin importarme lo que venía a decir pues en ese momento no me importaba nada más que encontrar a Bella.
– ¿Acaso no quieres saber porque se fue tu amorcito? – dijo poco antes de que cerrara por completo.
– ¿Qué fue lo que dijiste? – dije completamente intrigado por sus palabras.
– ¿Me dejas pasar? – abrí la puerta por completo cediéndole el paso.
– ¿Qué hace esta zorra aquí? – gritó Alice.
– Al parecer sabe porque se fue Bella – contesté atropelladamente – habla de una vez por todas Tanya ¿Qué es lo que sabes?
– Creo que la pregunta correcta es que fue lo que hizo para que se fuera – dijo Alice en tono mordaz.
– Tanya por favor habla de una vez por todas antes de que pierda la paciencia – dije intentando controlarme.
– Si no te importa preferiría que habláramos a solas – dijo señalando a los demás.
– Chicos me pueden dejar a solas con Tanya – dije mirando sobre todo a mi hermana.
– Estaremos en tu habitación Ed – dijo mi hermana más calmada y llevándose a todos con ella.
– Tanya no estoy de humor así que te suplico que vayas al grano – dije a punto de estallar.
– Estoy embarazada amor – dijo sonriente y yo me quedé sin palabras.
– ¿Embarazada? ¿Estás segura? – pregunté cuando al fin logré encontrar mi voz.
– Por supuesto que si cariño vamos a ser padres.
– Eso es imposible yo siempre uso preservativo – dije con seguridad.
– Edward no estoy mintiendo esa noche estabas muy ebrio y no lo usaste, yo estaba tan feliz que ni siquiera pensé en eso – dijo ofendida.
Me quedé en silencio estudiando los borrosos recuerdos de aquella noche en Seattle y por más que intentaba recordar no lograba recordar con claridad y por ende no podía estar seguro de que usé o no protección.
– Supongamos que estás diciendo la verdad… ¿Eso que tiene que ver con Bella? – pregunté confuso.
– Tu querida Isabella se fue porque le dije que estaba embarazada – dijo con despreocupación.
– No eso no es cierto, Bella no se iría por eso, ella sabe lo que ocurrió en Seattle me perdonó, ella no me dejaría por eso – dije más para mí que para Tanya.
– Pues te equivocas tu amorcito te dejó ante el primer problema y se fue con su ex – dijo con malicia.
– No eso no es cierto Bella me ama, ella no me haría eso, estás mintiendo no te creo absolutamente nada y ahora vete de aquí – grité tomándola del brazo para sacarla.
– No estoy mintiendo – gritó desde la puerta lanzándome un sobre a la cara – aquí te dejo la prueba y cuando quieras saber de tu hijo llámame – dijo antes de salir.
– Estas bien hermanito – dijo Alice en voz baja colocando su mano sobre mi hombro.
–¿Escuchaste? – pregunté en un susurro.
– Si estuve escuchándolo todo – dijo con cierto tono de culpabilidad.
– No tengo valor para abrirlo Alice – dije tirando el sobre la mesa de la sala.
– Lo haré yo – dijo Alice recogiendo el sobre.
De inmediato sentí una mano sobre mi hombro y era mi hermano brindándome silenciosamente su apoyo ni siquiera me había dado cuenta el momento en que todos habían regresado a la sala.
– Es positivo – susurró Alice.
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Aquí estaba en el despacho de mi padre escuchando en silencio a un muy enojado Eliazar que exigía reparara mi falta y me casara con su hija pese a que ya le había explicado la situación, pero tenía que afrontar mi error y permitir que él desahogara antes de que pudiéramos razonar.
– Eliazar tienes razón es mi responsabilidad y la acepto estaré siempre para mi hijo y Tanya en lo que necesiten, me haré cargo de todos sus gastos, pero no la amo y no pienso que crecer con dos padres que con el tiempo empezarán a odiarse sea lo mejor para mi hijo – dije cuando al fin pude hablar y vi la furia cruzar por sus ojos.
– ¡Maldito imbécil!... – dijo tomándome por el cuello de mi camisa – vas a hacerte responsable de mi hija y de mi nieto como es debido o te juro que…
– Papá suéltalo – gritó Katte quien entró de repente muy agitada en la habitación.
– Por favor Eliazar cálmate – dijo mi padre.
– Papa déjalo ya…
– No te metas en esto Katte – dijo amenazante.
– Papá Tanya mintió – dijo logrando que todos prestáramos atención.
– ¿Qué es lo que estás diciendo? – dijo Eliazar soltándome de inmediato.
– Katte habla de una vez por favor – dije acercándome hacia ella.
– El bebé que Tanya espera no es tuyo es de uno de los modelos de su agencia la escuché cuando estaba en casa hablando con Jessica le decía que pese a que no logró evitar que usaras protección esa noche bebiste de más y no habías logrado recordarlo, que todo le había salido de maravilla, que Bella había hecho todo lo que ella le pidió y que tu terminarías criando al hijo de Michael.
– ¿Y Bella? – pregunté ansioso.
– Edward en verdad lo lamento pero no sé nada más fue todo lo que escuché – dijo entono de disculpa.
– No es tu culpa Katte. Gracias – dije sinceramente.
Después de las incómodas disculpas por parte de Eliazar me dejé caer abatido en el sofá.
– ¿Qué voy a hacer Alice? ¿Como la encontraré? – dije con mis manos en mi rostro.
– La encontraremos hermano ya lo verás todos te ayudaremos – dijo abrazándome.
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Cuatro días habían pasado sin noticias de Bella y con cada día que pasaba me sentía más desesperado preguntándome donde podría estar y que fue lo que Tanya le dijo, no contestaba su teléfono y nadie sabía dónde estaba.
Cada día era más difícil sobrevivir sin ella, no podía dejar de pensar en ella ni un solo instante, extrañaba todo de ella su sonrisa, su aroma, sus besos, sus caricias, la suavidad de su piel, el calor de su cuerpo desnudo junto al mío.
La recodaba en todas partes, en la cocina tarareando mientras se desplazaba con fluidez preparando la cena, en el comedor en aquella cena con la que se despedía sin que yo lo supiera y sobre todo en nuestra habitación su aroma aun estaba impregnado en su almohada, extrañaba todo de ella, su risa, sus besos, sus caricias, el calor de su cuerpo junto al mío.
El timbre sonó sacándome de mis dolorosos pensamientos, limpié las lágrimas que hasta ahora me daba cuenta que corrían por mi rostro, me dirigí a la puerta y la abrí.
– Que haces tú aquí? – pregunté ya que él era la última persona a la que esperaba ver…
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Hola chicos y chicas saluditos para todos y principalmente para NOE, GINNADECULLEN gracias chicas por los comentarios de apoyo son lo máximo y HANSVULTURI_85 te amo mi amor muchas gracias por el apoyo con el fic.
Espero que les haya gustado el capítulo, no me odien la separación de Edward y Bella ya saben que no soy partidaria de las separaciones largas así que muy pronto volverán a estar juntos jajajaja. Gracias por tomarse el tiempo de leer y por fa estaré mucho más agradecida si dejan sus votos y comentarios ya que su opinión es muy valiosa para mi. Nos vemos el próximo sábado. Besitosss…
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