Bella POV

- Emmett no – amenazo Edward casi gruñendo

Por cualquier respuesta, Emmett se limito a sonreírle.

- ¡Chicos tengo una idea! – lanzo Emmett victorioso

Todos quedaron mirando. Edward estaba a punto de explotar en ira, pero yo no entendía nada. ¿Qué podía planear Emmett para que Edward reaccionara así?

Alice se adelanto, despejando mis dudas.

- ¿Quién puede enfurecer más rápido a Ed? – grito Alice, aplaudiendo emocionada

- ¡Estoy de acuerdo! – grito Rosalie

- ¡Demasiado fácil! – grito Jasper sonriendo

- Estupendo, no tienen alguna otra cosa más inteligente que hacer – vocifero Edward, descolocado

- Mira todavía no he empezado y ya lo tengo furioso - rio Emmett

Ahora entendía. Que malditos podían llegar a ser. La mayor diversión de todos era molestar a Edward, como si fuese el juego más popular del mundo. Claro que la culpa era mayormente de él, por molestarse y darles cuerda. Si los ignorara, ellos ya se hubiesen aburrido, pero el temperamento de Edward no ayudaba mucho.

- Hay que sacarle el Volvo sin permiso – lanzo Jasper comenzando

- No eso no lo molestaría suficiente, hay que chocarlo - dijo Rosalie complacida

Yo mire a Esme y Carlisle, en busca de apoyo para Edward, pero para mi sorpresa, se habían unido a la tortura.

- No, no – comenzó Carlisle riendo, mientras Edward lo miraba atónito – Hay que decirle que si no transforma pronto a Bella, lo va a dejar por otro… quizá un Vulturi – dijo, totalmente serio.

Edward estaba catatónico, y era evidente que no podía creer que Carlisle también entrara en el jueguito.

De pronto, todos lanzaron un coro de carcajadas, después de comprobar que realmente era Carlisle quien había dicho eso.

- ¡Excelente Carlisle, salud por eso! – lanzo Emmett

- Edward, Carlisle te mato… de nuevo – grito Jasper casi ahogado de risa

Si yo fuera Bella, ya te hubiese dejado – dijo Alice, ayudando bastante poco

- O puede que lo deje por Jacob, el perro ese… murmuro Rosalie bajito, aunque todos la oyeron

Yo estaba oficialmente casi tan furiosa como Edward. Mi cara estaba roja, podía sentirla arder y tenía la mano de mi novio tan aferrada que ya me estaba doliendo.

Lo mire buscando su reacción, pero Edward estaba tan fuera de este mundo que podría haber caído un meteoro y no se hubiese enterado.

Era increíble… me estaba… ¿oliendo?

Tenía su rostro cerca de mi cuello y los ojos firmemente cerrados, la boca era solo una línea fina y apretada.

- Esto está resultando – me murmuro al oído, con voz aterciopelada, haciéndome estremecer.

- ¿A qué te refieres? – pregunte bajito

- Me concentro solo en tu olor para no escuchar a los idiotas – me dijo – Además solo están empezando – agrego ceñudo – pero me vengare, ya verás… no saben todavía de lo que es capaz Edward Cullen.

Vaya, esto era nuevo. Edward tranquilo y planeando venganza. Eso habría que verlo.

- Dirán un millón de idioteces mas – me advirtió – pero no los escuches. Ellos cuentan con nuestro enojo y no lo tendrán – sentencio

Extraño… a estas alturas, si yo fuera Edward les hubiera, mínimo, roto el piano en la cabeza. Era un hecho que el alcohol lo estaba afectando, pero ¿de qué manera? Decidí obedecer a Edward.

El jueguito seguía y la única que no se unía además de nosotros era Esme, quien solo se limitaba a observar y… seguir bebiendo.

- ¡Hay que pintarle el piano… de rosa! – dijo alguien

- Hay que recordarle que solo los psicópatas están constantemente espiando a la gente – murmuro otro

- Hay que llevarlo al loquero, porque tiene tendencias suicidas –

- Hay que decirle: "Bella murió" y luego "no, perdón me equivoque"- lanzo Emmett

Rosalie le asestó un golpe de puño tan fuerte que casi lo bota de la silla.

- Idiota, eso no me hace ninguna gracia – bufo ella

- ¡Amor, que mal sentido del humor tienes! – grito Emmett, sobándose la mandíbula.

- Y tú de qué te ríes – me dijo Rosalie, mirándome con furia

- Lo siento – murmure yo, poniéndome seria.

- Ya sé que lo enfadara – dijo Alice

Entonces vi como Edward dejaba de estar tranquilo y se volvió hacia Alice con una voz que me estremeció.

- Alice, si comienzas esto, te vas a arrepentir – sentencio Edward

- No he visto que harás nada excepto enfadarte – canturreo Alice convencida

- Eso no implica que no hare nada – escupió Edward

- No te atreverías – contesto Alice

- Pruébame –lanzo Edward

- Me tientas – dijo ella

- Me arriesgo – contesto el seguro

- Esto se está poniendo bueno – lanzo Emmett emocionado

- ¡Tú te lo buscaste! – grito Alice

- Veremos – dijo Edward, sonriendo

- Te hare una pregunta deberás decir la verdad – sentencio Alice – Y créeme que sabré si estas mintiendo-

- Pregunta lo que quieras – dijo Edward, abrazándome

- ¿Lo que sea? – pregunto Alice, bebiendo un gran sorbo de tequila

No sé por qué razón me entro un ataque de pánico. Alice tenía una mirada extraña, que no le había visto nunca y algo me decía que su pregunta no iba a ser muy delicada. Me tense y me aferre a Edward. ¿Es que él no estaba nervioso?

- Si - contesto Edward – lo que sea –

- Bien – grito Alice, dejando la botella en la mesa – ¿Te has masturbado alguna vez pensando en Bella?

Una bomba hubiese causado menos efecto. Edward, que estaba bebiendo de la botella, se atraganto, mientras que a Emmett se le cayó el vaso de entre los dedos de puro asombro, yo me puse de todos los colores del arcoíris para terminar quedando pálida, mientras Carlisle y Esme estaban con la boca abierta – literalmente - y Rosalie junto a Jasper abrían los ojos como platos. Nadie se lo vio venir.

Edward se sereno pronto y suspiro resignado. Me miro unos segundos con un aire de timidez y luego, increíblemente tranquilo, respondió:

- Alice, antes de responderte quiero decirte que con esto que has hecho te has ganado mi más increíble resentimiento, que si no fuera una falta de respeto para Esme y Bella, ya te hubiese hecho tragar tus palabras. En todo caso, te arrepentirás, ya me encargare yo de eso. Y como soy un hombre de palabra, te contestare, aunque Bella no debería estar escuchando esto – me miro de nuevo – Si, Alice, para tu deleite pervertido, si, lo he hecho, mas de una vez para tu información, y, para despejarte ese pensamiento insano que tienes ahora, si, me ha gustado y si, lo volvería a hacer…. ¿Algo mas hermanita? – finalizo Edward

Oh Dios mío, Oh Dios mío… ¿Edward se ha tocado… pensando en mi? ¿Lo excitaba tanto que tenía que tocarse? Mi corazón casi se me salía del pecho, estaba más que asombrada, emocionada y un poco… excitada. No podía eliminar de mi cabeza la imagen de Edward, tan controlado, tan educado, tan correcto, haciendo algo tan… humano. Al menos para él. Me lo imaginaba jadeando, murmurando mi nombre, tocándose y tensándose hasta gritar al alcanzar el orgasmo… ¿Era mi idea o de pronto hacía mucho calor? Era un alivio que Edward no pudiese leerme la mente.

- Parece que alguien se ha acalorado – dijo Jasper, mirándome con una cara extraña.

- ¡Qué confesión! – dijo Esme, asombrada

Entonces, me decidí a preguntar. Seguro no iba a tener esta oportunidad de nuevo.

- Edward Cullen – dije yo - ¿Me puedes explicar lo que acabas de decir? –

Edward me miro con un atisbo de arrepentimiento.

- Lo siento – dijo él, sonriendo levemente - ¿te molesta que haga algo así? Lo comprendo Bella, no debieses haberte enterado de ese modo… a veces mi lado humano es un tanto incontrolable… en realidad lo siento, si te he ofendido – termino, fulminando a Alice con la mirada-

¿De qué me estaba hablando? Por Dios… ¿ofenderme? No tenía ni idea…

- Me ofende que no me lo contaras antes – le dije por lo bajo - ¡Qué manera de enterarme de esto!

- Edward se agarra la cosa – rio Emmett, muerto de risa

- Eso no es algo que se escuche todos los días – comento Carlisle

- ¡Qué cerdo! – lanzo Rosalie venenosa

- Ahí tienes Bella, tu Edward no es tan santo – me lanzo Alice con una risita –

Edward me sonrió tímidamente y me guiño un ojo. Me dio un beso suave en los labios y se puso de pie.

No pude evitar lanzarle una mirada libidinosa que no se le escapo a Emmett.

- Uuuuuuu – me grito, lanzándome un hielo, que no conseguí esquivar – Acostúmbrate a la temperatura – me dijo, mientras el hielo se perdía por el escote de mi sweater-

- Bien – dijo Edward – Ya basta –

Su voz nos asusto a todos.

- Se divirtieron mucho a costa mía y de Bella – dijo serio – Ahora me toca a mí. Van a desear no haber empezado esta guerra. Ahora sabrán de lo que es verdaderamente capaz Edward Cullen.

Su sonrisa alarmo a todos. ¿En realidad Edward sería capaz?