No sabemos lo que resultara, pero lo vamos a intentar (+18)

Autor: nandir77
Género: Humor
Fecha Creación: 08/07/2010
Fecha Actualización: 05/10/2010
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 48
Visitas: 68612
Capítulos: 18

Los Cullen deciden hacer una prueba... que sucedera si deciden beber alcohol??? pueden suceder muchas cosas a decir verdad... si no lo imaginan, pues entonces les recomiendo pasar... y leer

Esta historia fue la primera que escribi, es una historia de humor principalmente, aunque nunca deja de lado la relacion Edward/Bella... pasaran algunas cosas inesperadas entre ellos tambien... :)  les recomiendo que se den su tiempo, al principio comienza algo flojo, pero luego les aseguro que no se arrepentiran...  Espero que les guste, cariñosamente....

 

NANDIR77

 

FINALIZADO

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 11: Sorpresas y mas sorpresas

Capitulo XI Sorpresas y más sorpresas

Bella POV

Cuando vi que todos los integrantes de la familia Cullen salían casi volando detrás de Edward, me arrepentí de haber sido tan osada. De hecho nunca lo era, y estaba segura de que esto era producto de mi incipiente borrachera, que me había dado más valentía de la normal. Escuche mucho escándalo en el segundo piso y probablemente el causante era Edward. ¿Por qué saldrían todos a verlo? Me había quedado sola y la única compañía eran los ronquidos desacompasados de Jake, que al parecer no tenía ninguna intención de despertar. Pobre, estaba literalmente desecho sobre el gran sillón de Esme. Me reí de pensar lo que diría cuando despertara. Cuando los gritos subieron de volumen en el segundo piso, sentí que debía ir a ayudar a Edward. Al final, todo este embrollo había sido culpa mía, sabía que Edward había huido de mi. Me puse de pie y subí lo más rápido que pude por la escalera, hasta encontrar el origen del escándalo. Cuando pude ver lo que sucedía, me quede asombrada.

Esme, Rosalie y Alice forcejaban con Edward para arrebatarle una toalla que tenia puesta sobre su entrepierna. Supe de inmediato que el problema era distinto al que su familia pensaba. No era que tuviera problemas de esfínter, sino que el problema era esa erección que le había causado yo misma. Me sentí orgullosa, aunque ahora Edward estaba sufriendo las consecuencias.

Dentro de todo, trate de interceder por él, pero con mi suerte ni siquiera pude acercarme. Solo pude oír cuando se desgarraba una tela, y una maldición salía de los labios de Edward, que podría haber estado rojo de ira, pero solo su ojos indicaban la furia que no podía reflejarse en el color de su rostro.

¡Ahora estarán felices supongo! – bramo Edward con una voz que pocas veces le había escuchado.

Nadie era capaz de emitir una sola palabra. Todos están petrificados, no sé si era el shock, la sorpresa o un poco de ambos.

La primera en reaccionar fue Esme, que lanzo un pequeño grito y se oculto el rostro en el pecho de Carlisle.

¡Dios mío, como lo siento hijo! – se escuchaba que decía, casi sofocada por la vergüenza

¡Rayos, creo que ahora si me siento pequeño! – se quejo Emmett, pegado en la visión de Edward.

¿Sera consecuencia del alcohol? – se preguntaba Carlisle - No considere el priapismo (*) entre las secuelas de beber – murmuro casi para sí mismo

¡Oh mi Dios, Bella, que afortunada! – grito Alice, haciendo que casi me pusiera morada de vergüenza

Los únicos que no emitía palabra eran Rosalie y Jasper. Rosalie estaba bastante impactada y no la culpaba, después de estar por años con una pareja un poco "pequeña" la visión de un miembro de semejantes proporciones debía de ser casi de ensoñación. Yo creo que nunca la había visto con la boca abierta.

Jasper parecía tan avergonzado y molesto como Edward, probablemente porque captaba las sensaciones dominantes de su hermano, y se sentía tan mal como él.

¡Rosalie, deja de mirar a mi hermano! – grito Emmett, dándose cuenta de la mirada inquisidora de su esposa

¡Wow! – fue lo único que ella emitió, siendo arrastrada por el fuerte brazo de su esposo

No es ni tan impactante – murmuro Emmett, saliendo del baño con Rosalie.

¿Podrían dejar de mirarme o es que no conocen la palabra intimidad? – rugió Edward

Con esto Carlisle pareció despertar de su mutismo y asintió con un dejo de vergüenza, llevándose a Esme que al parecer aun no se reponía de la visión de su hijo tan "emocionado".

Finalmente Jasper se llevo a Alice que no hacía más que mirarme con rostro pícaro, y al pasar me declaro un poco disimulado "ahora o nunca" que debieron escuchar todos.

Me quede sola en el baño con Edward y de pronto me invadió una oleada de pánico. Me imagine a Edward furioso, recriminándome por ser tan hormonal, como el siempre decía y llevándome una buena tanda de reprimendas. La cobarde que habitaba en mi me hizo dar la vuelta con rapidez, para tratar de conseguir huir de la situación, pero las desventajas de tener un novio vampiro se hicieron presentes cuando antes de mover un pie, Edward ya había cerrado la puerta del baño y me impedía el paso.

¿A dónde crees que vas? – me dijo con una voz sedosa que no reconocí

Yo… mmm… esteeee… creo que debo ir a ver a Jake… - murmure torpemente, como lo primero que se me vino a la mente

Tú no te mueves de aquí – me dijo tajante

Escrute su mirada, buscando la ira en sus ojos, pero no la encontré. En esa mirada solo había amor y también… deseo. Me estremecí.

Lo siento – murmure, bajando la vista

Qué pena, porque yo no lo siento para nada – me murmuro, meloso

Me asombre de sus palabras y levante la mirada. Sus ojos estaban oscurecidos por el deseo, y me miraba como nunca lo había hecho.

Has sido muy mala – me dijo con voz ronca, acercándose

¿Lo he sido? – dije estúpidamente, me tenía hipnotizada.

Si – dijo el acercándose a mi cuello- y creo que lo justo es que te devuelva la mano-

No alcance a articular otra palabra. Edward me capturo los labios, hambriento, tratando de abrirse paso entre ellos con su sedosa y fría lengua. Me impacto su audacia, pero le seguí la corriente en seguida, no creía tener otra oportunidad.

Sentí como sus manos se deslizaban por mi espalda y se detenían por un momento, palpando el borde de mi pantalón, haciéndome estremecer en la anticipación. Sus labios abandonaron mi boca, en busca de mi cuello, por donde deslizo su lengua fría haciéndome estremecer en forma inimaginable. No detuvo sus caricias y pronto sus labios estaban sobre mi clavícula, y pude sentir sus dientes mordiendo delicadamente, sin hacerme daño. Un gemido revelador se me escapo de la garganta, pero Edward no se detuvo.

Sus manos se apoderaron de mi pantalón y luego descendieron, con una lentitud exasperante hasta posarse completamente sobre mis glúteos, los cuales apretó con fuerza, haciéndome lanzar un quejido de sorpresa. Edward jamás había sido tan osado, y me encontraba en el límite de mis fuerzas, casi al borde de pedirle que me hiciera suya.

Pero Edward estaba lejos de detenerse.

No supe como mi espalda, de pronto estaba sobre el frio piso del baño. Me estremecí ante el contacto, pero debo decir que no había mucha diferencia entre esta temperatura y la del cuerpo de Edward. No me importo, pues mi piel hervía.

Sentí cuando se posiciono sobre mí, y cerré los ojos, extasiada. Pude sentir su aliento sobre mi cuello y de pronto, con una habilidad que me sorprendió, me había despojado de mi sweater. Tarde recordé que no me había puesto sujetador. Mis mejillas se encendieron más de lo físicamente posible, pero solo pude ver como Edward se sonreía satisfecho, al parecer le agradaba lo que veía.

Eres tan hermosa que duele – murmuro despacio

No pude articular palabra, estaba con la garganta seca. Mi piel se erizaba sin que siquiera me tocase, probablemente avergonzada ante el poder supremo de su mirada. Con suavidad sentí que posaba sus dedos fríos sobre mis costillas, para luego ascender con determinación hacia mis senos, que respondieron a su contacto al momento, mostrando un par de pezones erectos. Sentí como se le escapaba un pequeño gemido, lo cual me excito aun mas, como si eso fuese posible.

No sabía que esperar, pero me deje hacer. Lo que fuera que sucediera, estaba segura de que sería sublime.

Sentí el sonido de tela caer sobre el frio piso y supe que Edward se quitaba la ropa. Quise abrir los ojos, pero me dio un temor infundado. No sabía que sentiría al verlo de ese modo.

Bella, mírame – sentí que me decía, con su voz algo temblorosa.

Abrí los ojos despacio, como temiendo encontrarme con un sol demasiado radiante para ser observado. Pero no había sol alguno, había algo más maravilloso. Estaba el.

Casi se me abrió la mandíbula ante ese espectáculo de su cuerpo semi – desnudo. No había tenido aun el placer de verlo, pero estaba segura de que esta visión gloriosa debía de ser prohibida.

Allí estaba él, hermoso, pálido y sonriente. Me miraba como si viese algo sublime, aunque yo no estaba muy convencida de que eso tan sublime fuese yo. Antes de poder emitir cualquier palabra, sus manos se apoderaron de mis caderas, y se enroscaron atrás de mi espalda alzándome para poder apoderarse con mayor facilidad de mis senos, los cuales capturo con sus labios, haciendo que lanzara un grito tan audible que seguro podría haber despertado a Jake.

Su lengua conoció toda la extensión de mis senos, que se ofrecían a él como una ofrenda. Su boca busco hasta el último resquicio de piel, marcándome como suya, dejando el sabor de su aliento en mi cuerpo. Sus manos no se quedaban quietas y decidí reaccionar de alguna forma, perdiendo mis manos en la suavidad de su cabello desordenado, jalando de él, con lo que gane otro gemido extasiado.

Quiero hacerte sentir bien… quiero que sientas placer – sentí que murmuro contra mi piel

Si – fue lo único que pude murmurar

De pronto sus manos abandonaron mi cuerpo, y se apoderaron del borde de mi pantalón, el cual me fue arrebatado sin problema alguno. Así, quede expuesta ante él, deseosa de sentir, expectante ante lo que podría suceder.

Sentí sus labios de hielo besar mi pecho, y descender tan lentamente que dolía. Temblé cuando llego a mi vientre y pude sentí un leve mordisqueo en la curva de mis caderas.

Edward – musite, casi sin aliento

Bella - murmuro él, con voz distorsionada por el deseo

De pronto sus manos dejaron de ser gentiles y me apretaron con fuerza. Gemí desesperada, y sus labios descendieron por el camino de mi pelvis, acercándose peligrosamente a mi sexo, que a estas alturas estaba furiosamente excitado.

Se detuvo y lance un gemido de frustración. Sentí una leve risa, y luego su respiración descendió sobre mi sexo, haciéndome estremecer por el frio que me acariciaba.

Esta vez no es tu sangre la que me llama – susurró despacio – tengo hambre de tu cuerpo, y nunca he estado más seguro de que sería incapaz de hacerte daño-

No me dejo siquiera contestar. Sus labios eternamente fríos se posaron con frenesí sobre mi sexo, haciéndome lanzar un grito ahogado. Jamás creí que podría sentir algo semejante, ni siquiera en mis más alocados sueños. Edward me estaba besando, de la forma más intima que pudiese imaginar y a pesar de que me embargo la vergüenza, esta cedió para hacerme caer en un éxtasis puro y total.

Sus labios me devoraban y su lengua dibujaba formas desconocidas para mí. Sentí que la cabeza me daba vueltas y solo podía sentir el bombeo alocado de mi corazón, además de la respiración errática, de Edward, que a pesar de no necesitarlo, parecía bastante falto de oxigeno.

Sus manos se deslizaron sobre mi piel, y no dejo ningún centímetro sin ser tocado, besado o acariciado. Me sentí ahogada, extasiada, mareada e incluso hasta feliz. Mi cuerpo respondía a las demandas de Edward, curvándose, entregándose como jamás creí que sería capaz, hasta que desde la punta de los pies, sentí un calor desconocido, que comenzó a hacerme estremecer, primero comenzó lentamente, pero se presagiaba como una explosión, que yo desconocía del todo. El calor se concentro en mi vientre, para luego bajar a mi sexo, hasta que lanzando un grito que de seguro todos oyeron – quizás hasta Forks – el calor exploto en una oleada de placer inimaginable, que me hizo estremecer hasta el último folículo de mi piel. Era increíble. Había tenido mi primer orgasmo.

Cuando por fin pude abrir los ojos, me percate de que estaba aferrada con demasiada fuerza al cabello de Edward, y lo solté algo cohibida. El se subió un poco sobre mí y me sonrió con esa especial sonrisa curvada que traía de cabeza a tantas mujeres. También a mí.

Te amo – me susurro, acercándose a mi mandíbula y respirando sobre mi piel

Yo también te amo – murmure con un hilo de voz

Me levante con dificultad y pude ver como el origen de todo esto aun estaba haciéndose presente. Edward aun estaba excitado. Lo mire y me sonreí. Que Dios me perdone, pero no podía dejarlo así después de tamaño regalo que me había dado.

Con un movimiento que lo tomo por sorpresa lo tendí de espaldas y me puse sobre él. Sus ojos se abrieron como platos y vi temor en su mirada.

No te preocupes, esto no me hará daño – le murmure tratando de tranquilizarlo.

Aun así me miraba nervioso, y para evitar que su lado protector surgiera de nuevo, baje un poco y observe el objeto de mi deseo. Allí estaba, esperando por mí.

Cuando lo tomé entre mis manos, pude sentir el estremecimiento de Edward desde la cabeza a los pies. Vi como cerro lo ojos y dejo caer la cabeza, por una vez rendido y entregado. Sonreí con malicia. Yo también podía hacerlo sentir cosas increíbles. Al menos eso era lo que me proponía.

Lo acaricie con cuidado, pues la piel se me antojaba delicada, aunque era extraño sentir esa dureza pétrea y fría entre mis manos. Pronto me di cuenta de que si subía y bajaba con mis caricias, Edward se quejaba más. Así que me decidí por este movimiento. Mis dedos envolvían su erección, apretando y acariciando, lo más firme que pude. A medida que los gemidos de Edward se iban acrecentando, mi cuerpo respondía, excitándose de nuevo. Trate de no ponerle atención, pues mi propósito esta vez era hacer que Edward sintiera placer, tanto como el que me había entregado a mí. Mire su miembro, a mis ojos enorme, aunque nunca había visto otro, pero aun así mi mente me decía que era bastante más generoso que lo normal. Me entraron unos deseos locos de tenerlo en mi boca, así como lo había hecho el conmigo. Me lamí los labios, excitada ante mis propios pensamientos. Edward estaba con los ojos cerrados, las manos empuñadas y su hermosa boca entreabierta, profundamente entregado a lo que estaba sintiendo. Demonios, no podía ser más sexy. Me di el valor necesario y me acerque a su sexo, dudando en el último minuto. Respire cerca de él, lo cual hizo reaccionar a Edward, quien lanzo un gemido profundo, seguido de las palabras que me harían decidirme.

Estas tan cerca de mi… creo que moriré si lo haces – dijo casi susurrando

Para mí, eso fue suficiente. Encendida al máximo, abrí mi boca, para tragar a ese instrumento de placer, que me traía tan deseosa.

Apreté mis labios sobre su miembro, y pude sentir la suavidad de su piel, que sentí temblar ante mi profunda caricia. Edward ya no reprimía sus gemidos, se quejaba dulcemente y repetía mi nombre como una letanía

Bella, mi amor, Bella, mi vida…. – escuche que murmuraba, mientras todos sus músculos se tensaban al máximo.

Seguí con mi labor, extasiada en el sabor de su piel, que para mí era como probar el mismo cielo. Mi lengua se enrosco sobre su miembro, frio y duro y sentí que se estremecía con más fuerza que antes. Presentí que llegaría a su culminación y acelere mis besos, apretando, tocando, lamiendo y besando sin mucha técnica, pero repleta de deseo. Cuando su cuerpo tembló con fuerza y lanzó un gemido profundo, supe que había logrado mi objetivo. El sonido sordo de algo romperse no interrumpió mi concentración. Pude sentir la caricia fría de su semilla derramarse entre mis manos, y podría jurar que era la cosa más excitante que había presenciado en mis escasos años. Probablemente podría hacerme adicta.

Nos quedamos unos momentos recostados sobre el suelo, jadeando, yo cubierta por una fina capa de sudor, el tan perfecto como siempre, pero podría jurar que su temperatura se elevo varios grados.

Es lo más maravilloso que existe en todo el universo – musito Edward, sin aliento

No estoy de acuerdo – murmure

Edward me miro extrañado, exigiendo una aclaración

Yo creo que en el momento que nuestro cuerpos se unan, ahí si será lo más maravilloso del universo –

Edward sonrió ampliamente

Ceo que tienes razón – me dijo acariciando mi cabello. – Cuando por fin llegue ese día, seré el ser más afortunado del planeta-

Ambos sonreímos. Me arregle, deshaciéndome de las evidencias, aunque a estas alturas era bastante innecesario, pues de seguro todos nos habían oído. Mis ojos se posaron sobre el piso del baño, y lance una risita tonta cuando vi el motivo de aquel sonido de algo roto que había escuchado antes.

Esme va a terminar matándote Edward – le murmure

Edward entrecerró los ojos y una sonrisa se dibujo en sus labios.

Mejor enterrar mis manos en el piso que en ti – me dijo

En el suelo del baño estaban firmemente marcados dos grandes agujeros, como si alguien hubiese destrozado las baldosas blancas con una picota. Las manos de Edward podían ser muy suaves, pero tenía una fuerza que a veces intimidaba. Cuando volví a recordar que debíamos enfrentar a todos, me acobarde. Me avergoncé ante este pensamiento y Edward capto mi sentir

Nadie nos juzgara. Todos saben que nos amamos…- me dijo – finalmente era algo inevitable –

Sonreí ante la certeza de sus palabras.

Salimos del baño dispuestos a encarar un mar de bromas pesadas, sobretodo de Emmett, que a estas alturas debía de estar vuelto loco. Pero nos llevamos una sorpresa. En la sala, no había nadie. Ni siquiera Jacob.

¿Donde están todos? – pregunte confusa

No lo sé… ni siquiera pude oír que tramaban – me dijo algo avergonzado

Bueno no te culpes, estabas ocupado – le dije, con una sonrisa

Me devolvió la sonrisa y acaricio mi cabello. Me estremecí, creo que eso no cambiaría nunca.

Debemos buscarlos – me dijo – quizás estén metidos en algún lio… hoy ninguno está en sus cabales-

Me tomo de la mano y salió por la puerta principal. La noche era oscura y apenas si podía avanzar. Edward frunció el ceño, algo contrariado.

¿Qué sucede? – pregunte

No están lejos – murmuro Edward

¿Pero sucede algo malo? – le volví a preguntar, curiosa.

No sabría decirte si es bueno o malo – me aclaro – pero de que es muy extraño, definitivamente lo es – me dijo, apresurando el paso.

Me mordí la lengua para no preguntar algo más. Edward no se veía molesto, pero si algo preocupado. Cuando se canso de mi torpeza inherente, me tomo con rapidez y me puso sobre su espalda, para salir corriendo disparado entre los árboles.

Para mí, esto fue catastrófico, pues mi estomago se resintió a tal extremo, que estuve a punto de vomitar sobre Edward. Me aferre con fuerza y trate de de no respirar. De pronto se había detenido, y me ayudaba a poner los pies en el suelo.

Casi me desplomo, pero a duras penas conseguí alejarme de él, mientras mi estomago me traicionaba y me hacia devolver todo lo que había ingerido. Qué asco.

Edward se acerco a mí, preocupado, pero le detuve. Ya me sentía bastante mal para empeorarlo, no tenía ningún ánimo de que Edward presenciara semejante espectáculo.

Estoy bien – le dije, respirando profundo. – Creo que mi cuerpo no soporta el alcohol – le explique, tratando de componer mi aspecto.

No beberás más alcohol, de ningún tipo. Nunca más – sentenció Edward. No estaba preguntando, estaba dictaminando.

No lo hare – le respondí, no me interesaba volver a sentirme así de mal.

¿Te encuentras mejor? – me pregunto, tratando de acercarse

Si, ya paso – le dije, tratando de sonreír.

La verdad me sentía bastante mejor. El aire fresco me estaba sentando de maravillas.

Edward se volteo hacia el este, y pude comprobar con mi pobre visión, que algo iluminaba la oscuridad reinante.

¿Qué es eso? – pregunte curiosa

No estoy seguro – me confesó – pero mi familia se encuentra allí. Vamos –

Me tomo de la mano y me hizo avanzar sobre el césped del bosque. A medida que avanzábamos, la luz se hacía más potente y ya se podía observar que el motivo eran unas llamas, que indicaban una gran fogata. Mi oído comenzó a escuchar notas de una canción conocida, pero desconocía el nombre.

Cuando por fin llegamos al origen del pequeño recital, mis ojos se abrieron tanto que casi se me salen de las orbitas. Esto no podía ser.

Había una fogata grande, que iluminaba la amplia extensión del claro en que nos encontrábamos. Y pude reconocer a quien cantaba la canción familiar, aunque en mi vida lo había visto de esta forma. No pude observar por más de 10 segundos, porque la mano de Edward me tapo la visión, lo que hizo que se ganara un quejido de frustración de mi parte.

Emmett y Jasper y Carlisle estaba danzando alrededor del fuego. Eso no sería tan extraño, si no fuera porque… ¡estaban desnudos! ¿Cómo y en qué momento había sucedido esto? En los pocos segundos que conseguí mirar, también pude ver que Alice estaba recostada junto a Rosalie y en medio de ambas, estaba Jacob, que seguía el ritmo de la canción que los chicos trataban de cantar a punta de aullidos. El coro era terrible, pero al menos llevaba mejor el ritmo que Rosalie y Alice, que apenas cantaban… Más bien se quejaban.

Edward, quita, déjame ver – me queje tratando de zafarme

Están desnudos – murmuro Edward, atónito

Ya los vi – le dije – no tiene nada que me interese, ¡vamos, quita tu mano! –

De mala gana Edward me quito la mano de los ojos. No pude contener la risa, y de pronto sentí como Edward también se reía.

No puede ser – murmure – y ni siquiera nos han visto-

Lo que daría por una cámara – murmuro Edward.

Tengo la mía en mi mochila – le susurre cómplice – ¿por qué no vas y las buscas?

Edward me miro ceñudo

No te dejaré aquí con tres hombre desnudos – me gruño

No los mirare y te esperare entre esos árboles… además volverás en un minuto como mucho-

Edward me sonrió y me dio un beso en la frente.

A los arboles – me dijo y me dio una palmada en el trasero.

Vaya, ojala este Edward se quedara para siempre. Lo vi desaparecer entre las sombras mientras me acomode detrás de un viejo tronco.

No quería ponerme a espiar, pero la curiosidad me comía.

Tuve que taparme la boca para no soltar una carcajada.

Jasper y Emmett estaban abrazados, con una botella en la mano de cada uno. Yo pensé que habían dejado de beber, pero me había equivocado. Estaban cantando "Like a Virgin" de Madonna. Esa era la canción, el problema es que estaba tan distorsionada que apenas la había comprendido.

Carlisle movía las caderas con gracia. ¡Qué espectáculo!

Like a Virrrrrgin … touched for the very first timeeeeeeeeeeeeeeeee!- cantaban al unísono

Jacob aullaba al ritmo, dando uno que otro ladrido desentonado. Rosalie lo abrazaba y Alice casi estaba tirada sobre él.

When your hart beeeeeeats – chillo Alice, desgarrando mis tímpanos.

Pronto sentí la suave presión de la mano de Edward en mi hombro. Ni siquiera me sobresalte. Ya conocía su familiar toque

¿Disfrutando el espectáculo? – me dijo al oido

No tienes idea – le dije, reprimiendo mi risa.

Acá esta la cámara – me dijo - Les sacare fotos a todos –

Por favor, parte por Rosalie – le dije

Edward me cerró un ojo y patio a su cometido. Como todo lo que hacía, fue perfecto y rápido como un rayo. Apenas si se dieron cuenta de que estaba usando flash, creo que en realidad estaban perdidamente borrachos. Lo vi insistiendo mucho sobre Rosalie, a quien le saco casi una docena de instantáneas en diferentes ángulos. Era increíble que nadie notara que estaban siendo fotografiados, aunque Edward sol era un borrón entre ellos.

Cuando volvió a mí, Edward estaba reprimiendo las carcajadas.

Esto me va a ayudar a estar tranquilo y libre de ellos por lo menos por unos diez años – me dijo , riendo bajito

¿Y Esme? – le pregunte de pronto.

También estaba allí… detrás de Jacob… ella está algo ida… pero se encuentra bien. No sé cómo fue que decidieron beber mas todavía… después de lo que había pasado yo no me hubiese atrevido – me dijo Edward.

De pronto dejaron de chillar y aplaudieron su propia presentación. Emmett hablo, con la lengua bastante traposa.

Y esa fue la interrrpretashion de la canshión dedicada a nuesssstro hermanito Edwardsss… que quizá ahora ya no sea tan virgen – rio como bobo

¡Salud por eso! - grito Jasper, eufórico

¡Shaluuuuuuddddddd! – gritaron todos, como niños de parvulario.

Mi hijo es un hombre - casi lloraba Carlisle, abrazando a Jasper

Ni que antes hubiese sido niña – rio Alice –

No, pero lo parecía – murmuro Rosalie, bebiendo un largo trago – Ahora Bella será feliz… ¡Condenada! -lanzo de pronto, bastante envidiosa

Aquí tiene a su hombre para hacerla felizhhh amorshito – decía Emmett, dándose golpes en el pecho, como un orangután

Si, como no – murmuro Rosalie, aferrándose más a el cuello de Jake-

Y tu perrucho, ¿qué opinas? – le dijo, tonándolo de la cabeza mirándolo tan de cerca que pensé que lo iba a besar –

Ese gesto de Rosalie me dio un poco de temor. Nunca se habían llevado muy bien y me aterro que le arrancara la cabeza de un mordisco. Pero al parecer Jake todavía estaba bastante ebrio o lo que fuera, porque lo que hizo me sorprendió.

Jake Lanzo un pequeño ladrido, y dejo caer la lengua a un costado, levantando un poco la piel del hico, haciendo aparecer una sonrisa lobuna. Luego dio dos ladridos mas, que a mí me pareció una risa

Ja ¿ves…? hasta el pulgoso se ríe de ti – le dijo Rosalie, tendiéndole la botella a Jake - ¿Quieressh mas chucho?

Vi como Jake se dejaba hacer, mientras Rosalie le dejaba caer un chorro de la botella, que Jacob lamio con avidez, tragando en seguida. Esto estaba fuera de cualquiera lógica, no podía ser. De pronto me quede en blanco y observé a Edward, quien me miraba sonriente.

Lo tengo todo grabado – me dijo en un susurro triunfal, que era coronado por su enorme sonrisa.

¿Todo? – le pregunte divertida

Oh si – me dijo – tengo a los Cullen en mis manos

La risa que lanzamos juntos nos dejo al descubierto, y de pronto los chicos comenzaron a buscar desesperados sus ropas, tratando de ocultar sus cuerpos desnudos mientras Rosalie empujaba lejos a Jake, quien lanzo un gruñido molesto, y Alice salía disparada por el empujón

¡Estaban espiando! – chillo Rosalie, impactada

No deberían estar en otras ocupashiones? – pregunto Emmett, quien trataba inútilmente de taparse con una camisa muy pequeña apara él.

Esa es mi camisa, idiota – le grito Jasper, arrebatándola y dejándolo desnudo otra vez

Ni sssiquiera necesitas una camisssa – rio Alice, arrastrando un poco las palabras – porque no te pones una hojita… aun así te sobrara para cubrirte –

¡Ja Ja!, enana maléfica y compulsiva – le lanzo Emmett, molesto

De pronto, todos se fijaron en las manos de Edward, que giraba la cámara complacido

¡Tiene una cámara! – chillo Alice, de pronto – ¡Nosss ha tomado fotografías!

¡A por ellos! – grito de pronto Carlisle, corriendo hacia nosotros.

Ambos nos miramos asustados, mientras una horda de vampiros borrachos y desnudos se nos venía encima…

*Priapismo: El priapismo es un cuadro caracterizado por una persistencia de la erección no acompañada del deseo sexual ni seguida de eyaculación.

Capítulo 10: Sucesos Fisiologicos Inesperados Capítulo 12: Atrapame si puedes

 
14439491 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios