Emmett POV

Veo rojo, veo rojo… yo sé que mi esposa es un monumento de mujer, lo mejor que hay en Forks y en el Estado… quizás en el país. No es que vaya en desmedro de Alice, es bonita, pero pareciera venir en tamaño muestra, no se… todo muy pequeño… además es mi hermana, y seré muchas cosas, pero no soy ningún pervertido. Mi santa madre, Esme, es hermosa pero es eso: mi madre. Y Bella… bueno, Bella es linda, tiene lo suyo, pero yo prefiero mayor abundancia… además descontemos que literalmente no puedo ni pensar en ella de alguna otra forma, porque me descubriría mi celopata- virgen- reprimido… bueno, ya no tan reprimido, hermano, y me volaría el trasero de una patada. Eso era seguro. Así que ni mirarla, de todos modos… mmm… igual me parece sexy, peo solo espero que Rose no se entere.

El problema es que ahora alguien ha profanado con sus sucios ojos perrunos las posaderas celestiales de mi esposa y eso no lo puedo pasar por alto. Es demasiado regalo para un humano, ni hablar para una alfombra parlante. Ese chucho las va a pagar caro. En este momento grito mucho y babeo un poco, pero en realidad estoy pensando. Solo Edward me mira sonriendo, seguro porque sabe que mi cerebro procesa lento, pero todo el resto está la mar de asustado. Ni hablar de Rose, la pobre está segura de que explotare de un momento a otro… mmm… aun así, asustada se ve sexy, demonios, le quitaría esa blusa y la llevaría a la habitación para que…

- ¡Emmett! – casi rugió Edward, sacándome de mis pensamientos.

Bueno, Ed tiene razón, me estoy desviando del tema principal… si, la ultima vez veía rojo… claro, el chucho oloroso-pulgoso había visto lo mío… ahora se enteraría de lo que es bueno.

- ¡Donde esta ese perro sarnoso! – grite bien fuerte, tratando de asustar.

Debe haber dado resultado, porque Jacob se puso blanco a través del vidrio y corrió hacia los demás felpudos, al parecer, explicando que yo deseaba el pellejo de uno de ellos… y no solo eso…. tenía unas feroces ganas de meterle los testículos en la boca, al mal nacido. Quizás no se vería tan mal una piel de lobo sobre la chimenea de Esme…

- Quieren a Rosalie – murmuro Edward, de pronto

- ¡Me lo imagino! – bufe-¡Quien no la querría después de lo que vieron…!

- No me refiero a eso- me corto Ed – la quieren para deshacer el supuesto hechizo que le lanzo a Paul…

- ¡Están dementes! – chillo Rosalie – Solo fui a hacer pis… por culpa de ustedes, pervertidos, que no pueden frenar sus impulsos sexuales tuve que ir al bosque en vez de usar el baño - les recrimino a Edward y Bella.

- ¿Perdón? – grito Bella, extrañamente alterada – Tu nos hablas a nosotros de impulsos sexuales… ¡yo aun ni me acuesto con Edward y tu… hay que ponerse tapones en los oídos para no escuchar tus aullidos! –

Rosalie se descompuso.

- ¡Envidiosa, al menos tengo vida sexual y no tengo que estar a las tocaditas con el afeminado este que no se atreve a hacerse hombre de una vez…!

- ¿Qué? – grito Bella, al borde de la histeria

- Lo que escuchaste niñita…- escupió Rosalie - yo tengo quien me satisfaga plenamente y mi Em, no es ningún afeminado…

- ¿Le dijiste afeminado a Edward? – chillo Bella – ¡Estas desquiciada y loca, hasta donde yo sé el mas hombre aquí es el…! ¿o debo recordarte que necesitas un vibrador como ayuda?

Maldición. Eso fue golpe bajo… porque todo mundo insistía en recordarme sobre tamaños y esas estupideces… Quizás no debí regalarle el aparatito Rose…

- ¡Humana idiota! – grito Rosalie, furiosa – ¡al menos yo no estoy frustrada sexualmente y aunque use aparatitos no debo rogar para que me toquen… que patética!-

- ¡Estúpida vampiro! – respondió Bella – ¡Al menos lo realmente bueno se hace esperar… tu viste lo que yo tendré… envídiame idiota!

No sé si yo o Edward estábamos más asombrados. Era como ver una pelea de gatas. Emocionante. Y sexy. Ya me las imaginaba en una gran piscina de lodo…

De nuevo no pude terminar mi idea, porque Edward aguafiestas me asesto un sonoro golpe en el pecho. Pero ellas seguían.

- Lo más probable es que jamás llegue a tocarte – grito Rose- Es demasiado miedoso y tiene demasiados prejuicios –

- Bueno, pues yo creo que te equivocas… tuvimos un excelente comienzo…

- O final. Quizás eso sea todo de lo que es capaz Edward… que triste vida Bella… ¿no has pensado que quizás Edward no haga nada porque es impotente? No me gustaría estar en tu posición…

Se me desfiguro el rostro. Creo que Rose se estaba pasando y además estaba metiendo demasiado a Ed en el baile, y Edward enojado es lo peor que puede pasar. Pero Edward parecía más preocupado de las palabras de Bella que de las de Rose…

Vi como Edward sujetaba firmemente a Bella por la cintura, ya que parecía dispuesta a abalanzarse sobre Rose en cualquier momento. Estaba claro que Bella no tenia opción, pero había que ver que temple tenía esa chica…

- ¡Te sacare los ojos maldita víbora! – chillaba Bella

- Uh, parece que toque una fibra sensible… pobrecilla… morirá y renacerá virgen… quizás el estado de virginidad tampoco sea reversible… ¿has pensado en eso?

- ¡Rubia descerebrada y exhibicionista! - grito Bella – ¿Te gusta andarte mostrando por ahí, verdad? ¡Pues te recuerdo que no había chicas a las que seducir… lesbiana!

Corrí a atrapar a Rose antes de que saltara a morder el cuello de Bella. La atrape justo antes de que lo intentara. Edward no la dejaría acercarse, obviamente, pero no quería que se repitiera una tragedia como la de Jasper, tiempo atrás. Eso no sería divertido.

- ¡Ya cálmense por Dios! – grito Alice, exasperada

- Parecen unas dementes – gruño Jasper

- Te referirás a Rosalie – murmuro Edward – Ella es la única loca… Bella no ha hecho más que defenderme…

- ¡Tu cállate reprimido onanista! – gruño Rosalie

Vaya, que sucia boca la de mi Rose… ¿Estará mal excitarme con todo esto? Pensé, algo confundido. Quizás era algo pervertido en realidad…

Volví a sentir un golpe en las costillas. ¿Cuándo es que mi hermano dejara de meterse en mi mente?

- Déjame pensar Edward – le gruñí

- Piensa algo coherente – me respondió

- Pues qué diablos, ella tiene razón – le grite algo molesto – ¿cuándo dejaras de masturbarte y por fin te decidirás a saltar sobre tu presa…?

- Eso no te incumbe pequeñín – gruño Edward – mejor piensa como haces para quitar de la mente de los chuchos el trasero de tu mujer… es bastante desagradable estarlo viendo a cada instante…

- Maldición – gruñí – ya lo estaba olvidando de nuevo

Me detuve a pensar un instante mientras Bella y Rose se mataban con los ojos… mmmm… se me estaba ocurriendo algo bastante brillante…

Vi como Edward me miro asombrado y luego me devolvió una sonrisa cómplice. Estupendo. No necesitaría explicarlo.

- Bien… ¿tú crees que podrás convencerlos de acercarse tanto? – me pregunto Edward, mientras todos nos miraban intrigados. Alice estaba enojada, porque la cercanía de los lobos le impedía ver lo que tramábamos.

- ¡Por supuesto que sí, yo soy Emmett, el actor frustrado…! – dije riendo- ya verás… claro que no podre decirle nada a Rose, para hacerlo más real…

- ¿Qué me estas ocultando Emmett Cullen? – pregunto Rose, intuitiva

- Tranquila cielo. Solo me encargaré de que nadie ose posar sus ojos en ti otra vez…

Me comencé a sentir bien de tener por fin una idea genial que Edward apoyara. Es que jamás me apoyaba en nada…

- Para que tu interesante idea sea efectiva deberás recargar ¿no crees?- Pregunto Ed

- No solo yo hermano – le conteste

Edward me miro con el ceño fruncido.

- Yo no… - comenzó a decir el

- Es fácil – le corte – solo… déjalo fluir…

Me encantaba como todos me miraban frustrados de no saber de que demonios estaba hablando. Me sentí como Edward un momento, sabio y mesurado. Pero solo por un momento. Yo no era tan aburrido… ni tan contenido.

- Está bien – me dijo Ed, finalmente – todo sea por ayudarte… y de paso atacar el maldito Black…

Vi como Bella se tenso cuando nombro al lobezno borrachín. No sé como hacía para aguantar eso, del amigo tan cercano. Yo moriría de celos. Y lo haría notar.

- Amor tranquila – decía Edward- Veras que no le pondré un solo dedo encima a tu Jake- gruño un poco al decir esto último – Te lo prometo-

Bella se tranquilizó un poco.

- ¿Lo prometes?– dijo ella

- Por supuesto – declaro Ed, solemne - es mas… nunca estaré a menos de dos metros de él.

Lance una risotada gigante. No lo pude evitar. Si supiera Bella la verdad oculta bajo las palabras de mi hermano, no sé si estaría muy feliz. Pero claramente cumpliría su palabra.

- Bien empecemos – dije, tomando un par de botellas de Gin, lo último que quedaba -A la salud de los chuchos -

- Completamente – contesto Edward.

Y bebimos. Y esta vez en realidad lo necesitaríamos.

- ¿Me podrías explicar lo que traman? – le pregunto Bella a Edward, algo molesta por sentirse excluida.

- Ya lo veras – le dijo abrazándola

- ¡Odio estar ciega mentalmente! – chillo Alice.

Vi como Edward se dirigía a Carlisle, mientras me daba una mirada significativa.

- Carlisle – dijo Ed – Necesitamos un poco de tu sabiduría

Carlisle sonrio. Siempre era feliz cuando alguien lo necesitaba.

Edward me llamo y me dirigí a ellos… ¡No podía esperar por esto!