Bella POV
Me sentía del mejor humor del mundo….ya no recordaba cuando había sido la última vez que Edward habíamos hecho el amor sin preocuparnos, de qué la bebé estuviera bien y no sufriera daño psicológico después….jaja, esto último fue una ocurrencia de Edward…qué puede saber una bebé de sólo 4 meses y medio de nacida.
Bajamos risueños y tomados de la mano, entre caricias y apapachos.
¿Sé pueden saber donde estaban ustedes dos….diablillos? –dijo Emmett con una sonrisa de oreja a oreja.
Digamos que acampando. –respondió Edward mirándome a los ojos.
¿Dónde está Kris y Victoria? –pregunté
Bueno hace un rato, Victoria la llevó para que tomara su siesta, pero ya ha pasado un rato considerable desde eso. –dijo Alice
Voy a buscarlas. –dije
Te acompaño, están hacia la entrada principal. –musitó Alice y nos fuimos hacia allá bordeando la casa.
Llegamos a la parte frontal pero de mi hija ni de Victoria había rastros.
Me empecé a preocupar pero me relajé un poco.
Quizás se durmió y subió a acostarla en la cuna…aunque no la vimos cuando bajamos. –dije
Ustedes estaban en su propia burbuja….y no escuchaban a más nadie que a ustedes mismos. –dijo Alice dándome un guiño.
Subimos hasta la habitación de Kristen, que Esme había decorado para cuando venía a pasar tiempo con ellos…pero allí no estaba ni mi pequeña ni Victoria. Fuimos al cuarto de juegos, a la habitación de Reneesme, a la de Edward…y seguimos abriendo puertas….entramos hasta a los baños, pero no había rastros de ellas…fue cuando entonces sentí una punzada en mi pecho, algo que jamás había sentido…eso que llaman presentimiento…eso fue lo que sentí.
Alice….mi hija….Victoria, se ha llevado a Kristen. –grité desconsoladamente y muy fuerte tanto que todos quedaron en cuestión de segundos dentro de la casa, preguntando qué había sucedido.
Edward. –dije entre sollozos
Amor qué pasa. –preguntó, pero yo no podía hablar, solamente podía llorar.
Victoria y la niña no aparecen dentro de la casa…no están, se la ha llevado Edward. –dijo Alice casi en shock.
Quizás la ha llevado a caminar un rato. –dijo Emmett
Sí, tal vez. Vamos en los autos a ver si las encontramos. –le dijo Carlisle a Emmett y a Jasper y salieron.
Tengo un mal presentimiento, Edward. Mi niña está en peligro…quiero a mi bebé…¿y si tiene hambre, sueño o frío? O si la han sacado del país….Edward, no. –musité y nuevamente irrumpí en llanto.
Esme fue a la cocina y volvió con un té, pero yo no quería tomar nada, sólo necesitaba a mi pequeña de vuelta.
La vamos a encontrar me susurraba Edward en el oído, pero podía notar su desesperación en sus palabras.
Luego de casi una hora, Carlisle y los chicos volvieron de hacer la ronda de búsqueda, pero el resultado fue el mismo….nada.
Mi corazón seguía oprimido.
Llamamos a la policía pero nos dijo que solo podíamos dar por desaparecida a una persona después de 48 horas, pero yo no podía esperar tanto…en 48 horas podía suceder muchas cosas.
Le entregamos una fotografía de Victoria a la policía…pero antes le sacamos un par de copias y los chicos hicieron volantes que fueron a repartir por los establecimientos cercanos.
¿Tienen algún otro enemigo, o alguien qué pueda ser capaz de esto, algún otro sospechoso? –preguntó el policía, pero yo no podía nisiquiera pensar.
James. –musitó Edward con desprecio, entonces fue donde me abrumó la realidad de sus palabras.
Y si detrás de todo esto estaba James…claro, quién más podía ser el cabecilla de esta cruel idea, que un ser despiadado como él.
Las horas seguían pasando, y no teníamos noticias…el teléfono nisiquiera sonaba.
Los chicos volvieron de los alrededores, pero no venían solos. Charlie y Renee venían con ellos.
¿Qué hacen ellos aquí? –juzgué a Emmett
Bella, yo. –decía mi hermano pero fue interrumpido por Charlie.
Bella, tu madre y yo venimos a darles nuestro apoyo familiar, moral y económico, sabemos lo que sucede, nos encontramos con Emmett y no tuvo de otra que contarnos. –musitó Charlie
No necesito su compasión ni su respaldo, cuando lo necesité no estuvieron y ahora vienen como si nada…son un asco. –grité desesperada.
Bella. –susurró Edward
Hija yo sé que merezco todo el odio que me tienes, pero no nos alejes de tu lado en este momento, nos necesitas y nos necesitamos…esa criatura es sangre mía también. –dijo Charlie
Reí cínicamente. Vaya momento en que aceptas que lleva tu sangre. –le espeté
Hija, perdón. –dijo Charlie y se puso de rodillas.
Vamos, Charlie Swan levántate de allí, porque ni humillándote me vas hacer cambiar de opinión. Levántate de ahí y deja de hacer ese numerito barato…es un show de muy baja categoría. –dije y el teléfono de la casa Cullen timbró.
Edward POV
Estábamos todos en la sala, presenciando el arrepentimiento de Charlie para con su hija, pero mi Bella era tan soberbia que ni en estos momentos tan desesperantes que estábamos pasando, doblegaba su orgullo.
La policía había intervenido todos los teléfonos de la casa, incluso los celulares de todas las personas presentes.
Mientras Charlie Swan estaba de rodillas pidiéndole perdón a Bella el teléfono de la casa de mis padres timbró.
Yo tomé el teléfono luego de que los policías y detectives me dieran algunas instrucciones.
Hola. –contesté
Cullen. –dijo la desagradable voz de James
Maldito infeliz eres tú quién se llevó a mi hija. –espeté con odio
Una cosa por otra, Edward. Tú te quedaste con Bella, yo me quedo con tu hija. –musitó
Maldito idiota, dime dónde tienes a mi hija. –dije presionando tan fuerte el teléfono que sentí que podía volverlo polvo.
Él solo rió con sarcasmo….y antes de cerrar el teléfono, pude escuchar el llanto de mi hija.
Bella lloraba, yo golpeaba la pared….los rostros de los presentes era de desconsuelo e impotencia…él la tenía, y eso era como estar en el mismo infierno, sin haber muerto.
Charlie no podía creerlo…Renee abrazaba a Bella, que ya no tenía las fuerzas suficientes para pelear con nadie…estaba muda desde hacía un rato, con su mirada perdida en la nada, mientras que las lágrimas rodaban por sus mejillas, cuales gotas caen sobre la ventana durante la lluvia.
Estaba desesperado…me sentía impotente…la policía no nos permitía salir a buscar a mi hija por nuestros propios medios aduciendo que sería estropear la misión…para ellos mi hija era una misión de rescate, para mí era lo más importante junto con Bella de mi ser.
Tomé un florero de Esme en mis manos y lo estrellé contra la pared más cercana (en otros tiempos eso habría sido razón suficiente para que mi madre me echara de la casa), tratando de descargar mi furia. Mi madre en vez de molestarse, caminó hasta mí, y me abrió sus brazos, yo me dejé caer en ellos, y lloré como un niño, desconsolada y frustradamente.
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