Edward POV
Teníamos 2 días de habernos mudado a nuestro propio pent-house, un regalo cortesía de Carlisle mi padre, aunque si por mi familia fuera, nos hubiésemos quedado viviendo de por vida con ellos, pues se habían encariñado con Emmett y con Bella, y por supuesto con ver los cambios de mi ángel con el embarazo…pero ellos también sabían que toda pareja quiere su propio espacio y privacidad…(sí, sé que eso de pareja suena raro, pero es como veo a Bella, y espero con ansias el día de poder hacerla mi esposa, pero todo a su debido tiempo), así que luego de convivir con mis padres en su casa durante un mes…nos otorgaron este pequeño espacio, bueno no tan pequeño, pero era nuestro.
Emmett se venía a vivir con nosotros, según él, pero en realidad dormía más en el departamento de Rosalie, Jasper y Alice, pero igual dentro de nuestro nuevo hogar tenía su espacio. En el día Emmett trabajaba de instructor en un gimnasio, y estudiaba leyes junto a Rosalie, Jasper estudiaba psicología, yo medicina…no me agradaba la idea de no trabajar, pero mi padre y yo llegamos a un acuerdo; mientras yo estudiaba el depositaba una suma de dinero en una cuenta para mí y para Bella, claro que no me gustaba la idea, pero me amenazó diciendo que si no la aceptaba retiraría todo su apoyo.
Reneesme había conseguido un voto de confianza de mi padre….así que mientras todos los demás estudiábamos en la universidad, las chicas…refiriéndome a mi madre, Alice, Reneesme y Bella, se dedicaban a la decoración de habitaciones para bebé…la idea fue de Alice, pero a todas les agradó, así que Bella y Reneesme se encargaba de hacer compras por ordenador, buscar diseños en internet y demás, mientras que Alice y mamá hacían el demás trabajo…todo era totalmente maravilloso en realidad…la noticia de ser padres nos cambió por completo la vida a todos.
Los chicos se habían alegrado tanto como nosotros con la noticia…los chicos decían que sería un varoncito para cargarlos por todos los partidos de beisbol y basquetbol, mientras que las chicas decían que sería una niña, que aprendería ballet, modelaje, actuación y no sé cuantas cosas más.
Mi carrera era algo pesada, y debido a mis horarios, siempre llegaba entrada la noche a casa, pero a pesar de eso mi hermosa Bella siempre me recibía con una enorme sonrisa.
Los días siguieron pasando, y mis clases eran cada vez más pesadas…
Hoy era uno de esos días que ansias llegar y tomar una buena ducha, y descansar junto a los seres más importantes de tu vida…y era lo que tenía en mente.
La última clase había terminado. Ya eran casi las 9 de la noche…
Estudiantes…acabo de conseguir permiso en la morgue del hospital…hoy vamos a adelantar la clase de la próxima semana, ya que todos los días no se nos presentan oportunidades como esta. Así que en marcha. –dijo el profesor de anatomía.
Tomé mis cosas, y procedía a llamar a Bella, pero no contestaba su celular, pensé que a lo mejor se había quedado dormida…el cansancio siempre la dominaba, así que decidí dejar un mensaje de voz explicándole la situación.
Fui directo a mi clase de anatomía y el tiempo pasó más lento que de costumbre.
Eran casi las 2 de la mañana cuando llegué a casa.
Entré, de veras me moría de hambre, pero primero iba a ver si Bella se encontraba bien.
Bonita hora de llegar Edward…con quién mierda estabas. –gritó Bella desde la sala.
Bella cariño…te dejé un mensaje de voz diciéndote que tuve una clase extra de anatomía con la que no contaba. –dije acercándome hacia ella
Y me crees tan estúpida como para creerte. –espetó
Sus celos me dieron gracia…se veía tan linda así enojada y celosa…que no pude reprimir una pequeña sonrisa.
Maldita sea, de qué te ríes Edward, no me parece gracioso. –dijo
Yo no le contesté y me acerqué para besarla, pero metió sus manos entre nosotros.
No me toques…sepa a quién estabas tocando hace unas horas y vienes ahora a tocarme a mí. –dijo y salió llorando hacia la habitación.
Esperé unos minutos, respiré varias veces, y me repetí que era normal su sensibilidad por el embarazo.
Entré a la habitación, y ella estaba acostada hecha un ovillo.
Bella. –dije pero me interrumpió.
Toma esas sábanas y ver a dormir a otro lugar…no te quiero en mi cama. –dijo
Amor, nada es como piensas. –dije en un susurro
Buenos días…ahora quiero dormir, apaga la luz al salir. –dijo y cerró los ojos
No me quedó de otra que agarrar las sábanas e irme al sofá a dormir. Por suerte era fin de semana y tenía el tiempo suficiente para arreglar las cosas con ella.
Los rayos del sol se colaron por el ventanal de la sala…igual no había pegado el ojo en todo lo que quedaba de la madrugada…estaba acostumbrado a dormir acurrucado junto a Bella y mi hijo, que se me hizo una agonía dormir separados de ellos.
Me levanté del sofá, me lavé los dientes y la cara y me dirigí a la cocina…iba a prepararle el desayuno para llevárselo a la cama….me dediqué tanto a lo que hacía que perdí la noción del tiempo…el desayuno estaba casi listo, cuando escuché nuevamente los gritos de Bella.
Maldita sea Edward…por qué no tuviste la cortesía de recoger y doblar las sábanas…sino que dejas todo tirado. –dijo mientras caminaba hacia mí.
Cariño, me levanté y me puse a preparar el desayuno para llevártelo a la cama….pero ya veo que arruinaste la sorpresa. –contesté con la mejor de las sonrisas.
Pero que le has hecho a la cocina Edward…no había otro utensilio más que ensuciaras. –espetó Bella ahora roja por la furia.
Una vez desayunemos, la limpio, no le veo el problema. –contesté encogiéndome de hombros
Claro que problema vas a verle…si tú no pasas en casa, y el tiempo que estas ya todo está hecho, limpio y arreglado…pero gracias a mí. –masculló y sus palabras ya me alteraron.
Isabella…tú misma decidiste que no quería una sirvienta en casa, que tú te podías encargar de todo lo de la casa, y ahora te quejas…en realidad no te entiendo. –dije apretando el tabique de mi nariz para controlarme.
Me estás gritando Edward. –dijo
No te estoy gritando Isabella. –contesté
Oh sí, si lo estás haciendo. –musitó
Pues no lo hice. –respondí en un tono un poco más alto
Ves, lo has vuelto a hacer. –dijo
Arggg. –gruñí
Eres insoportable, Edward. –expresó
Pues lo mismo pienso de ti. –dije y sus lágrimas empezaron a aflorar.
Me sentí mal por haberla hecho llorar, y por haberle levantado la voz y haberle dicho lo que le dije…en realidad lo dije en un momento de desesperación…así que lo único que se me ocurrió fue correr a abrazarla.
No. Déjame. –decía entre lágrimas y sollozos.
Amor…lo siento. –dije pero ella una vez más me rechazó
Trató de apartarse de mí, pero cuando dio un paso un grito ahogado salió de su boca.
Ed…Ward…me…duele…el…vientre. –dijo como pudo y no pensé dos veces cuando ya estaba a su lado, llevándola a la cama.
Llamé a mi padre y éste llegó lo más rápido que pudo.
Mi padre la revisó…le inyectó un calmante, le recetó otros medicamentos y le ordenó unos exámenes para ver si el bebé estaba bien. Y nuevamente le ordenó reposo, eso era algo que sabíamos bien y por eso ella trabajaba desde casa.
Edward me permites un momento. –dijo mi padre saliendo de la habitación.
Salí y fui con él.
¿Qué ha pasado? ¿Qué la ha puesto así? –preguntó
Anoche llegué tarde porque tuve una clase extra…y estaba despierta esperándome…me hizo una escena de celos y me obligó a dormir en el sofá…esta mañana traté de hacer el desayuno y sorprenderla, pero se levantó y vio las cosas sucias de la cocina y las sábanas desordenadas en el sofá…y empezó a gritarme una vez más, hasta que me descontroló papá…y le dije que era insoportable…yo tuve la culpa de que se pusiera así. –dije llevándome una mano a la cabeza
Hijo…tú sabes bien que las mujeres embarazadas son muy sensibles…debes tener tolerancia…tú conoces el estado de ella, sabes bien que cualquier disgusto, puede hacer que el producto se desprenda del útero…y sé que eso sería un golpe muy fuerte para ambos…los primeros meses son los más difíciles…su cuerpo está cambiando, su humor también, y mientras se adapta a estos cambios debes saberla sobrellevar…los demás meses son más tranquilos…ya lo veras. –dijo mi padre y yo asentí.
Lo acompañé a la puerta y volví a lado de Edward.
¿Te sientes mejor? –dije arrodillándome a lado de la cama.
No. –dijo
Si quieres vuelvo a llamar a Carlisle. –dije haciendo ademán de levantarme, pero su mano me detuvo.
Me siento mal conmigo misma…me siento como una tonta…yo sé que tu carrera demanda mucho tiempo, y me puse hacerte una escena de celos….pero es que me desperté en medio de la noche y no te encontré a mi lado…me desesperé y me enojé, no pude controlarme lo siento. –dijo y una lágrima resbaló por su mejilla
Llevé mis labios hasta donde estaba la lágrima y la absorbí…escucha algo y que te quede bien claro…en el mundo entero, no existe mujer más importante para mí que tú…y si tú me lo pides en este mismo momento dejo la universidad, y me quedo contigo 24 horas, eso sí, me tocará ayudarte a cotizar por internet, para que me toque algo de los dividendos del negocio. –dije mientras la veía a los ojos.
No. Tú vas a ir a sacar tu título, y cuando me veas así…te haces el sordo y me besas mucho mucho mucho, así sea en contra de mi voluntad, ¿de acuerdo? –dijo
De acuerdo. –respondí y nos fundimos en tierno beso.
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¿Qué les pareció? espero sus reacciones!!!
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