Bella POV
Estaba acostada en la cama de hospital, bañada en lágrimas…no sabía cuando me había convertido nuevamente en la frágil Bella...pero por más que luchaba contra mis lágrimas, ellas terminaban saliendo.
Tenía una intravenosa puesta, ya había perdido la cuenta de cuantas veces habían entrado y salido enfermeras a extraerme muestras de sangre…en realidad de no haber estado acostada y conectada a ese líquido transparente creo que me hubiese desmayado de nuevo.
Lo último que recuerdo fue los brazos de mi hermano consolándome, y luego todo se volvió negro…cuando desperté ya estaba aquí…y las enfermeras no me dicen que tengo…se limitan a decirme cuando todos los estudios estén listos el doctor hablará con usted….basura, me jodía que me trataran como una niña…demonios, aquí va otra dosis de llanto.
La puerta se abrió y por ella apareció…Carlisle, el padre de Edward.
¿Cómo te sientes pequeña? –dijo el doctor Cullen desde el umbral de la puerta.
Atontada, deprimida. –respondí sincera mientras las lagrimas seguían fluyendo.
Creo que te puedo ayudar en algo…por lo menos a que esas lágrimas bajen en intensidad. –musitó el doctor con rostro compasivo, y abrió más la puerta.
Pasa. –dijo a alguna persona que estaba afuera.
Edward. –grité con ánimo una vez lo vi aparecer.
Edward corrió hasta mí, me dio un tierno beso en los labios y luego puso su cabeza sobre mi pecho, rodeando con su cuerpo.
Gracias por venir…doctor gracias por traer a su hijo…es mejor que esta intravenosa. –susurré
De nada Bella…creo que esto le concierne a los dos. –dijo él
Edward levantó su cabeza y tomó mis manos entre las suyas…me veía con rostro lleno de amor.
Doctor me puede decir que tengo. –dije
Bella…tienes a mi nieto creciendo dentro de tu cuerpo…vas a ser madre, y mi hijo padre. –expresó el señor Cullen, y yo sentí que mi corazón se contrajo.
Edward clavó sus ojos verdes en los míos. Sentía como brotaban más lágrimas de mis ojos, veía que en el rostro de Edward también habían lágrimas…mis sentimientos se agolparon en mi pecho y en mi mente…no podía creer que iba a ser madre…sentía una emoción enorme, también sentía temor, dudas de si sería buena madre y…decepción al recordar que no tenía como sacar a mi bebito nada…no tenía nisiquiera un lugar donde vivir…y regresar con el rabo entre las patas donde Charlie no era una opción a considerar…él, él no quería a mi bebé.
Edward percibió todas las dudas que afloraba mi rostro, y como si fuera un lector de mentes me acarició el rostro y me dijo que no tenía de que preocuparme, que todo estaría bien…que juntos saldríamos adelante y que a nuestro bebé no le haría falta nada…eso fue suficiente para mí…sus palabras me relajaron tanto como un arrullo a un niño.
Gracias por darme esta felicidad…nunca tendré como pagarte que me hayas devuelto la alegría que hace dos años perdí. TE AMO. –dije mirando plenamente a Edward.
Y yo nunca tendré como pagarte…la dicha de ser padre, es un regalo, una bendición Bella. TE AMO. –musitó Edward besando mis manos.
Doctor. –dijo una enfermera entrando a la habitación con unos papeles en sus manos.
Gracias. –dijo Carlisle tomando los documentos.
Se quedó en silencio analizándolos.
Chicos. –dijo
Nosotros volteamos la mirada y lo encaramos.
Aquí están todos tus análisis…me dictaminan que tu útero y matriz fueron sometidos a un procedimiento quirúrgico. –musitó el padre de Edward.
Yo asentí con la cabeza y sentí como mis mejillas se enrojecían de pena.
Papá…es algo a lo que fue obligada en el pasado. –dijo Edward.
Entiendo. –respondió Carlisle
Eso pone en peligro a mi bebé. –pregunté asustada.
En realidad un poco hija…necesitas guardar absoluto reposo durante los primeros meses, mantener una dieta balanceada, no tener enojos ni emociones fuertes y otra serie de cosas que yo mismo me encargaré que cumplas junto con Edward. –dijo el señor Cullen.
Por lo pronto tú y Emmett se mudaran a mi casa…ya luego veremos que hacemos. Creo que deberías comunicarte con tus padres, Bella. –dijo Carlisle
No, no, no. Ellos quieren apartarme de mi bebé. –dije histérica
Tranquila recuerda las recomendaciones que acabo de darte…mantendremos a tus padres lo más alejado de esto, ya que veo que solo mencionarlos te altera…esto es un gran riesgo, eres menor de edad y nos podemos meter en un problema…pero ya se nos ocurrirá algo. –dijo Carlisle nuevamente
En tres meses cumplo la mayoría de edad. –dije ya más calmada.
Bueno en esos tres meses lo mejor sería que tus padres no supieran que vives bajo el mismo techo que Edward. –musitó Carlisle y yo asentí.
Carlisle se fue ya que tenía otros casos pendientes.
Edward estaba tan cariñoso y tierno que se me olvidó todo el sufrimiento por lo que había pasado hace unas horas…nuevamente la puerta se abrió, dejando ver a Nessie, Emm, y la madre de Edward…mi rostro se encendió nuevamente.
Felicidades hermanita. –dijo Emmett acercándose y depositando un tierno beso en mi frente
Me debes una. –dijo golpeando el hombro de Edward.
Si, Emmett las que quieras pero luego. –rió Edward.
Cuñadita…que cayado te lo tenías. –dijo Reneesme besando mi mejilla.
OMG, voy a ser abuela….aun no lo puedo creer…gracias hija por este regalo. –dijo la madre de Edward dándome un abrazo.
No había duda, cuando la vida te trata mal…el destino trata de recompensarte…y yo no podía ser más feliz con mi recompensa.
Se puede. –dijo una vocecita, que podía distinguir a leguas.
Alice. –chillé una vez la vi
Sí, sí soy yo…pero no he venido sola. –dijo y tras ella aparecieron Jasper y Rosalie.
Vinimos una vez Reneesme le envió un mensaje a Alice diciéndole que estabas internada. –dijo Jasper
Todos volteamos la mirada hacia Nessie.
Ok mamá, siento haber roto las reglas, pero mientras hablabas con papá por teléfono, tomé tu celular y le envíe un mensaje de texto a Alice, además no sabía nisiquiera si seguía respirando.-dijo Reneesme avergonzada.
Estoy más viva que nunca y más feliz también…mis padres nunca se preocuparon por mí, y siempre me sentí mal por ello, por eso cometí tantas estupideces, pero ahora más que nunca me siento agradecida de que nunca lo hayan hecho ya que nisiquiera les preocupo para darme un castigo, me dijeron que hiciera de mi vida lo que quisiera…que escogiera el nuevo colegio, que ellos estaban muy ocupados y que dejarían una cuenta a mi nombre para que no estuviera que estar llamándolos a cada momento, así que estoy mejor así. –dijo Alice
¿Y qué hay de ustedes chicos? –dije dirigiéndome a los mellizos Hale
Ni se imaginan. –dijo Rosalie caminando hasta el sofá de la habitación.
Bueno resulta, que mi madre perteneció a la misma sociedad secreta que nosotros, por lo que no le dio importancia a los que hicimos. Tuvo unas serias discusiones con mi padre, pero al final nos regaló un pent-house para que nos fuéramos a vivir solos. –dijo Jasper
Y yo, me mudé con ellos. –sonrió Alice
Bueno chicos, nosotros tenemos que darles una noticia. -dije
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