Bella POV

Luego de contarle a Emmett y a Reneesme la clase de basura que era James y de casi amarrar a Emmett para que no fuera a matarlo…decidimos que era hora de volver a casa. Mis padres ya debían estar por llegar sino era que ya habrían llegado.

Acordamos entre todos que lo mejor sería seguir haciéndole creer a James que nadie sabía nada, así nos daría más oportunidad para actuar.

Me despedí de Edward y de Reneesme y partí junto a Alice y Emmett…mi gran amiga se quedaría con nosotros en casa, ya que sus padres no vendrían a Los Hamptons como veces anteriores.

Una vez entramos en la casa, encontramos un sobre sin remitente, que al parecer lo habían introducido bajo la puerta…lo tomé en mis manos, quizás podría ser una advertencia por parte de James…me disponía a abrirlo ante los ojos expectantes de mi amiga y de mi hermano…pero la voz de mis padres hizo que ocultara el sobre.

Chicos…no me digan que vienen entrando…eso quiere decir que la fogata estuvo de maravilla. –dijo mi madre mirándonos expectante.

Mi padre nos miró serio a Emmett y a mí.

No mamá, venimos de recoger a Alice que llegó hace poco, ¿verdad Alice? –dije dándole una mirada a mi amiga

Así es…mis padres no vienen este año. –dijo fingiendo una cara de congoja.

No te preocupes cariño…yo seré tu madre por estos días y cuando quieras. –dijo mi madre dándole un guiño a Alice, mientras mi padre cambiaba el gesto de pocos amigos.

Bueno mamá y papá…están en su casa, voy a ayudar a Alice a instalarse…mmm, pueden llamar a la servidumbre, nosotros llegamos y no lo hicimos. –dije mientras ponía un pie en las escaleras.

Mis madre asintió con la cabeza, y mi padre rodó sus ojos…yo le di una mirada a Emmett donde le di a entender que cuando supiera el contenido del sobre se lo haría saber.

Subimos a la segunda planta de la casa, dejamos las maletas de Alice en la habitación de huéspedes, y caminamos hasta mi habitación…una vez dentro nos comía la ansiedad de descubrir lo que había dentro del sobre…no dudé un segundo y lo abrí.

Creo que no te quedaron claras mis advertencias Isabella…y mucho menos de lo que sería capaz de hacer…luego no te quejes…ah y gracias por dejarme en Los Ángeles.

Decía una nota que venía engrapada a otro papel.

Cuando leí el contenido del otro escrito, mis ojos se salieron de mis órbitas literalmente hablando…era los resultados de mi prueba de embarazo de hace 2 años atrás, y debajo de la palabra POSITIVO decía:

Esto es solo una copia…el original lo tengo en mí poder, y en cualquier momento puede llegar a manos de tus padres.

Sentí como la sangre se me iba a los pies.

Bella…Bella, qué dice ese papel. –preguntó Alice

Es mi prueba de embarazo de hace dos años y me está amenazando con entregársela a mis padres en cualquier momento. –dije en casi un susurro

Maldito infeliz. –bufó Alice

Si mis padres se enteran estoy perdida. –musité

Oh Bella ya pensaremos en algo…ahora que hablas de prueba de embarazo…disculpa que te diga esto precisamente en este momento, pero ya se me había olvidado que…

Qué pasa Alice. –dije interrumpiéndola

Ella caminó hasta su bolso, lo abrió y sacó una cajita de ella.

Bella estás son tus pastillas…¿desde cuándo no te estás cuidando? –preguntó Alice

La situación me tomó por sorpresa…y en realidad nisiquiera me acordaba de las pastillas…mi corazón se aceleró.

Bella. –dijo una vez Alice a ver mi reacción.

Creo que hace una semana no las tomo, Alice…con lo de la picadura de la serpiente, se me habían olvidado por completo. –dije en casi un susurro.

Bueno, pero si es  hace una semana no corres riesgos, ya que Edward y tu están distanciados y tú no has tenido pareja en los últimos días, así que… -decía Alice casi sin respirar

Pero luego desvió su mirada a mis ojos y la mantuvimos fijos por unos breves segundos.

Uh Uh. –dijo llevándose una mano a su boca en señal de asombro.

Bella, tú y Edward…Edward y tú….ambos pasaron la noche juntos. –dijo Alice abriendo los ojos como platos.

Ajá. –fue lo único que respondí, me dejé caer en la cama y me llevé ambas manos a mi rostro.

Oh cariño. –dijo Alice corriendo hasta mi y dándome un profundo abrazo.

Alice no hay algo que desee más que tener un bebé entre mis brazos y que cubra el vacío que me dejó la perdida injusta que tuve y más si es producto de mi amor a Edward, pero ahorita todo está tan complicado…James y sus amenazas, el internado, mis padres…todo es un completo caos. –musité

Te entiendo amiga…pero no nos precipitemos, estamos sacando conjeturas previas a las cosas, ahorita solo nos debería preocupar es cómo deshacernos del odioso de James. –dijo mi amiga y yo asentí.

Toc toc. Se puede. –dijo la voz de mi madre.

Claro ma, pasa. –dije

Chicas, es que venía a preguntarles que si ya tenían en mente que iban a donar en la subasta. –preguntó Renee

Se me había olvidado por completo cuál era nuestra función en este lugar. Pero luego de un par de minutos recordé que tenía un par de joyas que James me había regalado para deslumbrarme y de las cuales me quería deshacer.

Trajiste el cofre que te pedí que retiraras de la caja fuerte del banco. –le pregunté a mi madre, allí guardaba las joyas que habían tenido un valor sentimental alguna vez para mí pero que debido a las circunstancias no quería tener cerca para no torturarme con su presencia.

Claro cariño, aunque casi no me la entregan, porque según ellos no bastaba con llevar la llave sino que necesitaba una autorización escrita tuya…pero conoces como es tu madre, así que les dije que tú eras una menor de edad y que  yo tenía todo el derecho de retirarla por ti, así que aquí está tu cofre. –dijo mi madre y me extendió el cofre

Lo tomé en mis manos, y lo llevé a la cama…mi madre y mi amiga, caminaron y se acomodaron en mi cama para deleitarse con lo que ocultaba dentro del joyero.

Lo abrí lentamente, con temor a que los recuerdos me traicionaran y sucumbiera en llanto.

En él había un collar de zafiros heredado de mi bisabuela materna, la gargantilla de diamantes de mi madre que utilizó el día de su boda con mi padre, un anillo Chopard con Rubí y diamantes que me había regalado James en nuestro primer mes de novios, un collar de esmeraldas con sus zarcillos a juego que me dio en el segundo mes de novios, un brazalete de diamantes y zafiros que me dio en el tercer mes de novios, un anillo Chanel que me había regalado mi padre y un anillo Dior que me había regalado James antes de salir embarazada.

Saqué el collar de zafiros de mi bisabuela y la gargantilla de diamantes de mi madre.

Lo demás lo donaré a la subasta. –dije ante la expresión de asombro de mis acompañantes.

Estás segura cariño. –dijo mi madre enarcando una ceja

Más que segura madre…no quiero tener nada que me lo recuerde.

Mi madre tomó las joyas y las volvió a meter en el cofre y trató de preguntarme el por qué de mi actitud.

No quiero hablar de ello ni ahora ni nunca. –dije antes de que hablara

Mi madre salió de la habitación, y yo me quedé con mi amiga.

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