Edward POV
Mi madre estaba tocando la puerta por lo que me puse mis jeans y mi sueter rápidamente.
Hola madre. –dije una vez que abrí la puerta.
Su rostro a pesar de que siempre reflejaba paz y amor mostraba algo de molestia.
Edward…me llamaron del internado para decirme que no estabas en clases y tampoco en tu dormitorio y cuando llego a casa la nana me dice que en efecto tú estabas en casa pero que no estabas solo, sino con una muchacha…¿me puedes explicar que está pasando Edward Anthony Cullen? –dijo mi madre exasperada
Shhhh. –dije poniendo un dedo sobre sus labios y llevándola fuera de mi habitación.
Lo siento madre, pero tranquilízate…todo tiene una explicación. Bella es hija de Charlie Swan, el dueño de Swan Corporation y me la encontré en un pasillo del internado muy temprano…ella no se sentía bien y no quise dejarla así, de verdad se veía mal…y lo único que se me ocurrió fue traerla aquí para que papá la atendiera…pero ya ahorita vamos de regreso. –mencioné
El rostro de mi madre cambió un poco pero muy en el fondo sabía que no me había creído una pizca de lo que le había dicho…total era mi madre y me conocía muy bien.
Es que me extrañó mucho hijo…tú siempre has sido muy responsable…nunca te habías salido así de clases y mucho menos traído una desconocida a la casa. –expresó mi madre
Madre, ya te dije que lo hice porque la vi muy mal, y tampoco es una desconocida…es mi compañera y además hija de un buen amigo de papá. –musité
Claro que sí Edward, Charlie y Renee son viejos amigos nuestros y por lo mismo, no quiero que esto llegue a sus oídos porque no quiero que por niñerías, inmadureces y calenturas de ambos se pierdan años de amistad. –dijo mi madre con determinación, sabía que no se había tragado el cuento de la enfermedad de Bella.
Ok. –fue lo único que salió de mi boca y mi madre desapareció ante mis ojos.
Volví a entrar a mi habitación y Bella se encontraba completamente vestida y sentada en mi cama con la mirada perdida en la nada.
¿Sucede algo? –le pregunté
Debemos regresar…escuché lo que hablaste con tu madre y ella tiene razón…no quiero ocasionarte problemas con tu familia y si mis padres se enteran que pase el día aquí contigo pueden armar una tormenta en un vaso de agua…para ellos soy su “niña” y por más años de amistad que los una a tu familia…ellos no apadrinarían que duerma contigo y en tu casa menos. –respondió sin nisiquiera verme a la cara.
Ok, voy a terminar de vestirme. –musité y fui por mi ropa.
Cuando bajamos al jardín principal, ya el auto con el chofer nos estaba esperando. Ni mi madre ni mi nana salieron a despedirme pero sentía las miradas de ambas a través del ventanal del gran salón.
El camino de regreso al internado lo hicimos en completo silencio. Ni una palabra, ni un roce, ni la más mínima mirada…esto me estaba preocupando…quería proteger a Bella de lo que fuera, pero sentía que una vez más estaba poniendo distancia entre nosotros.
Al llegar a la parte trasera del internado, aparcamos el auto y de inmediato bajamos de él…una vez estuvimos abajo, una figura del tamaño de un duende apareció a nuestro lado, parloteando sin parar…Alice.
¿Qué demonios piensan que hicieron? ¿acaso están locos? Rosalie está enterada de esto y nos ha convocado a reunión…saben que esto puede terminar con la competencia….se supone que ustedes no deben permanecer juntos. –hablaba sin parar la enana de Alice
Alice, cállate de una vez. –le sugirió Bella
Simplemente me sentí mal y Edward me ayudó llevándome con su padre que es doctor…tengo la incapacidad por mi ausencia a clases y así puedo sustentarlo ante las autoridades del internado, en cuánto a Rosalie creo que puede entender que me siento mal y que tengo derecho a enfermarme…no soy un ser inmortal que no sufre de nada. –musitó Bella
Ok…lo siento con ambos por atacarlos con mis preguntas, pero es que su ausencia del día de hoy ha causado revuelo…Bella, toma aire profundamente y asimila lo que tengo que decir. –dijo Alice
Alice, por un demonio deja el rodeo y termina de una vez por todas de hablar. –refunfuñé
Miren…pase lo que pase prefiero mil veces que seas tú, Edward, el líder de Libido antes que “ese” imbécil…claro eso no quiere decir que te prefiera a ti sobre Bella, pero…
Alice…mierda, al grano rápido. –gritó Bella
Bella…James ha entrado a Libido, y es la pareja de Rosalie de ocasión…sabes que tenemos permitido dormir entre nosotros mismo más no involucrarnos sentimentalmente, pero él la tiene en sus manos…ayer en el club todo empezó como un juego divino entre amantes, pero hoy cuando Rosalie trató de despacharlo la amenazó con unas fotos y un video porno de Rosalie y el chofer privado de su madre…Rosalie no tuvo de otra que otorgarle la entrada a la Sociedad, y estar como su subordinada…esto se está saliendo de control. –expresó Alice llevándose una mano a su rostro.
James. –susurró Bella y tragó gruesamente su saliva
Tranquila Bella, ya veremos cómo nos libramos de él. –musité
Bells…¿dónde demonios te habías metido todo el día? –dijo Emmett llegando hasta nosotros.
Estaba enferma Emm. –respondió Bella
Pero ya estás bien, pequeña. –nuevamente preguntó
En realidad no sé si ahora me siento peor que antes. Porque tuvo que volver a cagarse en mi vida de nuevo. –musitó Bella desanimada
¿Hablas de James? ¿A qué te refieres con cagarse en tu vida de nuevo? –preguntó desconcertado Emmett
Es sólo un decir Emmett…de una u otra forma tu hermana y él fueron pareja y sólo ellos saben porque terminaron a lo mejor no fue de la mejor manera como todas las relaciones, quizás Bella se refiere a eso, no crees. –dije para sacar del paso a Bella que estaba sumergida en sus pensamientos.
Es más vamos…pronto va a oscurecer y todavía tenemos que ir a reportarnos a la dirección del internado y dar nuestras excusas para que no nos sancionen para luego ir a la dichosa reunión en la guarida secreta, que creo que ninguno va a estar de acuerdo en lo que vamos a escuchar pero tenemos que estar unidos para poder conservar nuestra autonomía. –musité y todos los demás asintieron.
Nos pusimos en marcha…Emmett y Alice a sus respectivos dormitorios y Bella y yo a la dirección a presentar nuestras justificaciones por habernos salido del internado sin el debido permiso.
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