El amor de mi vida (+18)

Autor: sachiko065
Género: Drama
Fecha Creación: 04/06/2013
Fecha Actualización: 23/05/2014
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 46
Visitas: 34004
Capítulos: 21

Bella:

Yo era una chica normal. Un poco gruñona tal vez y no la mejor en clase. Era cariñosa con mis familiares y amigos, me encantaba la música. En fin, era alguien normal como dije. Lo único que odiaba en este mundo era el amor de pareja. Me parecía algo repulsivo y bobo... Hasta que conocí a un bello italiano que llegó a mi escuela. Edward Vulturi. Él sintió cosas por mi desde que me vió, pero yo me quise resistir a lo que sentía porque... Me daba asco el amor. Pero... Terminé aceptandolo. Amandolo con toda mi alma más bien. Solo hay algo que no me gusta de su vida. Su padre es el más grande mafioso de Italia.

 

Edward:  

En mi familia había una especie de maldición, o así lo veía yo. Los hombres de mi familia solo podían enamorarse una vez en la vida y el amor duraba para siempre. Además, se enamoraban solo con ver a su chica a los ojos, aunque no se conocieran. Eso sin duda me parecía una patraña. Mi padre no lucía muy enamorado de mi madre que digamos. Por eso, dejé de preocuparme y disfruté de la vida. Tenía dinero, muchos autos, tenía a cualquier mujer que quisiera en mi cama. De repente mi padre me dió una noticia que me llenó de optimismo. Iriamos a vivir a Norteamérica. No me entristecía dejar Italia, yo no era apegado a las cosas ni había amado a alguien... Hasta que la conocí a ella llegando a mi nueva escuela. Con solo ver sus hermosos ojos chocolate supe que ya no volvería a amar a nadie más. 

 

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Capítulo 10: Enojada

Hola chicas. He decidido que siempre no voy a borrar este fanfic… Lo terminaré lo más rápido que pueda, eso sí. Espero sus comentarios para saber su opinión. Es importante para mi saber que piensan de cada capítulo y me motivan a seguir con la historia.

Agradezco a ustedes que me comentaron en el capítulo anterior:

TIKACULLEN: Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario y tu voto. Espero que te guste el cap. Una vez más… Muchas felicidades por ser la fan de la semana :D. Besos!

KEIT: Jajajaja no mueras Key, no mueras ¿Ahora a quien molestaré a diario? Jajaja no te creas. Ya actualicé, así que no podrás matarme ahora XD. Muchas gracias por leer mis historias y dejar tu comentario. Me alegra mucho que te guste mi forma de escribir, al igual que a mí me gusta mucho la tuya! Besos!

PCULLEN: Aquí está el cap. Espero que te guste. Gracias por comentar :D

MEIRYCULLENBLACK: Gracias por seguirme en esta historia y en Hacienda Cullen. Aquí está el nuevo cap. Muchas gracias también por tu voto ;)

______________________________________________________________

 

Capítulo 10: Enojada

Bella POV: 

 

-Dile la verdad- insistió mamá. Jane la miró con odio.

 

-No voy a hacerlo, me odiará de por vida

 

-Más te voy a odiar si no me dices- gruñí. El rostro de mi hermana mayor se descompuso.

 

-Yo... Te voy a contar, pero promete que no te enojarás, lo hicimos por tu bien

 

-¿Tiene que ver conmigo? Vaya, eso no me lo esperaba

 

-¿No?

 

-No... Ahora continúa

 

Jane iba a hablar pero mi madre tomó la palabra.

 

-¿Recuerdas que hace meses te dije que tu hermana dormía mucho a los quince años?

 

Asentí sin entender por qué.

 

-Ella estuvo embarazada a esa edad...

 

Mierda santa... Jane, ¿Estuvo embarazada tan joven?

 

-¿Y qué pasó?- pregunté ansiosa.

 

-Por ese tiempo tú ibas a nacer también- me explicó Jane-. De hecho tienes la edad de mi hijo porque...

 

Se quedó a mitad de la frase. Yo me imaginé lo peor, ¿Yo podría ser ese bebé del que estaban hablando? No, no podía creérmelo. Yo era hija de Esme.

 

-Nos embarazamos por las mismas fechas- continuó mamá. Jane la miró sonriendo levemente-. Yo estaba embarazada de ti cuando ella también lo estaba de su hijo, ambas teníamos casi los mismos meses

 

-¿Y qué pasó con ese bebé?- pregunté aliviada. Quise reírme. Por un momento había pensado lo peor. A la vez estaba desesperada por saber que ocurrió con ese hijo. Con mi sobrino.

 

-Lo aborté- confesó Jane. Esperé a que continuará, tal vez lo perdió-. Creí que era lo mejor, no podía darle una carga más a mamá, ella te iba a tenerte a ti

 

No pude evitar odiarla.

 

-¡Eres una inhumana!- susurré. Si algo odiaba más que el amor, eran los abortos. Uno no podía matar bebés inocentes solo porque se les daba la gana.

 

-¿Qué?

 

-Te odio Jane, jamás te perdonaré

 

-Hija, no digas eso- me pidió mamá.

 

Jane me miró angustiada.

 

-Mi amor, lo hice por ti, para que tú fueras el único bebé en casa, para que tuvieras todo lo que merecías, renuncié a tener a mi bebé por ti

 

-¡A mi no quieras echarme la culpa que yo no la tengo!- exclamé enfurecida-. Lo que hiciste fue absurdo... Ese bebé no iba a estorbar, era tu hijo

 

-Es cierto- susurró Esme-. Un hijo nunca es un estorbo, uno no debe evadir sus responsabilidades

 

-Pero mamá, ¿Qué estás diciendo? Tú estuviste de acuerdo en esto- le recriminó Jane.

 

-¿Eso es cierto mamá?- le pregunté con histeria.

 

-No con el aborto, pero si a que evadiera su responsabilidad- confesó avergonzada.

 

-Simplemente, no las entiendo- solté con furia-. Pero hay algo que si entiendo, Jane abortó, no se quiso hacer cargo de su hijo y según ella, se sacrificó

 

Jane rompió en llanto.

 

-Espero de verdad que no abortes a ese bebé que esperas- le dije seria-. Pero aunque no lo abortes, para mi seguirás siendo una inhumana, es más, estoy segura de que tu primer hijo no es el único que has abortado

 

-Hija, no seas tan cruel con tu hermana- me pidió mamá con voz cariñosa.

 

La ignoré.

 

-Estoy segura de que cuando te revuelcas con tu novio te has embarazado algún par de veces y has abortado...Jane, existe el condón si no quieres tener hijos ¡Eres una estúpida!

 

Jane me pegó una cachetada con todas sus fuerzas. La miré con rabia. Mamá estaba boquiabierta. Quise llorar del dolor, pero no le daría el gusto a esa tipa de verme hacerlo. Tenía ganas de golpearla, pero me abstuve de hacerlo. Ella estaba embarazada y yo si respetaba la vida de un bebé. Si no tuviera nada en el vientre seguramente ahora mismo la estaría matando.

 

-Perdóname- suplicó mi hermana cuando reaccionó-. Yo no quería, pero me estabas faltando al respeto

 

-Olvídalo- murmuré.

 

-No debiste golpearla- dijo mamá. Jane gimió por la culpa.

 

-Nena, perdóname

 

-La cachetada te la perdono, es solo una milésima parte  de lo que le hiciste a tu propio hijo, estoy segura de que él hubiese preferido que le dieras esta cachetada, yo jamás en la vida te perdonaré el que lo hayas matado

 

Dicho esto me subí corriendo a mi habitación para encerrarme. Lloré durante un buen rato. Cuando estuve a punto de dormirme sonó mi celular. Era Edward.

 

-¿Si?- contesté.

 

-Mi amor, ¿Qué tienes?- preguntó angustiado.

 

-¿Por qué dices eso?

 

-Hace rato sentí una tristeza horrible, presiento que te está pasando algo muy malo, dime que estás bien

 

-Estoy mal- sollocé-. Pero no te preocupes, estoy bien, al menos físicamente

 

-¿Qué ocurre princesa?- su voz cada vez sonaba más histérica.

 

-Me enteré de algo, por favor ven a mi casa y llévame a alguna parte, te necesito

 

-Claro que si, mi niña, estaré allí en un rato

 

-Gracias Ed... Pero, no vayas a mi casa ¿Podemos encontrarnos en alguna otra parte?

 

-No, quédate en tu casa, no quiero que salgas sola, por favor hazme caso

 

Puse los ojos en blanco. Él estaba siendo sobreprotector otra vez.

 

-Está bien Ed- gruñí-. Me quedaré en casa

 

-Voy para allá cariño, te amo

 

Quise contestarle que yo también lo hacía pero me colgó. Me dirigí hacia el baño y me lavé la cara. Después me maquillé ligeramente para que Edward no viera lo horrible que estaba. Después me regresé a mi cuarto. Ignoré los sollozos de mi hermana y la charla que tenía con mamá. Nada me importaba ya, excepto Edward.

 

Me cambié de ropa. Tenía que estar arreglada;  me puse un pantalón de mezclilla muy ajustado y una camisa de tirantes color negra. Me puse mis converse negros y dejé que mi cabello siguiera suelto. Estaba comenzando a estar harta de la coleta que me hacía para ir a la escuela.

 

Cuando me vi, quise burlarme de mi misma;  estaba esmerándome en mi arreglo solo porque Edward vendría, como si su opinión fuera importante... Vaya, creo que realmente si estaba enferma.

 

Tomé un poco de mi dinero ahorrado, el cual si era mucho ya que yo no gastaba más que en los autobuses y bajé las escaleras. Jane y mamá seguían allí. Las dos me miraron confundidas.

 

-¿A dónde vas?- me preguntó Jane, la inhumana.

 

-Mamá, voy a salir- avisé ignorando a mi hermana.

 

-¿A dónde cariño?

 

-Voy a salir con Edward

 

En ese momento sonó mi celular. Era mi novio. Le contesté y él me dijo que estaba afuera de mi casa. Al colgar, mi hermana me miró furiosa.

 

-No te he dado permiso de ir, no vas, te quedas aquí, necesito hablar contigo

 

-Nadie te pidió tu opinión- mascullé. Después me volteé hacia mamá-. ¿Me dejas ir mamá? Quiero distraerme...

 

-Claro hija, ve con cuidado

 

-Entonces adiós

 

-¡Mamá!- protestó Jane. En ese momento salí de la casa y corrí hacia Edward quien estaba abriéndome la puerta del coche. Me observó de arriba a abajo completamente embobado. Yo también estaba así, viéndolo a él. Parecía modelo de revista con esa camisa negra y con esos pantalones ajustados. Dejé de concentrarme en lo guapo que estaba para fijarme en la cara de tonto que tenía ahora.

 

-Estás, estás...

 

-¿Hermosa?- pregunté riendo.

 

-Esa no es la palabra, hermosa se queda corto...

 

Me ruboricé.

 

-Gracias- dije subiéndome.

 

-¿A dónde quieres ir, Isabela?

 

-A un lugar tranquilo, por favor... Una cafetería está bien

 

-Perfecto, tú me dices cual

 

Un rato después estábamos llegando a la cafetería que le indiqué. No me agradaba mucho, pero al menos era un lugar tranquilo y cómodo para hablar.

 

-Cuéntame que te ha pasado ¿Por qué estás mal?- me preguntó Edward con interés. Ambos esperábamos que nos trajeran lo que pedimos.

 

-Mi hermana está embarazada, eso no me importó demasiado, bueno, si me alegró pero yo me refiero a que no me escandalicé, lo vi como algo bueno ya que ella se casará

 

Edward asintió y espero a que continuara.

 

-Mi mamá me lo dijo, ella estaba histérica y yo no entendía por qué, después llegó mi hermana y tuvieron una discusión, mamá no sabía que iba a hacer Jane con su criatura

 

-Tenerlo, ¿Qué más?

 

-Yo le dije lo mismo- sonreí ligeramente-, pero después de que llegó mi hermana, entendí a lo que mamá se refería, ella tenía miedo de que hiciera lo mismo que cuando tenía quince años

 

-¿Qué hizo?- cuestionó tenso.

 

-Se embarazó, por un momento llegué a creer que...

 

-Tú eras su hija

 

-Sí, pero eso es imposible, mi acta de nacimiento dice que tengo los mismos apellidos que Jane y aparece que soy registrada por ambos padres, ellos no cometerían ningún delito

 

-Entonces, ¿Qué pasó con el bebé de tu hermana?

 

-Abortó- dije entre dientes. La rabia volvía a invadirme-. Es inhumano lo que hizo...

 

Edward me miró serio. De repente estiró el brazo para acariciar mi mano. Ese contacto me consoló. 

 

-Estoy contra el aborto- confesé-. No me gusta que maten a bebés inocentes, puedo respetar que no los quieran, pero ¿Matarlos así porque si? Eso es cruel

 

-No es por contradecirte cariño, pero tu hermana debió tener razones para hacerlo, tal vez por su salud

 

-Según ella, lo hizo para que yo pudiera nacer, para que su hijo no fuera un estorbo y yo recibiera todo el amor, me resulta absurdo...

 

-Creo que debes entenderla, yo lo hago

 

-Creo que no me hace bien hablar contigo- gruñí-. Te vas a poner de su parte... No esperaba que estuvieses del mío tampoco, hubiese sido preferible que no tuvieras opinión

 

-No me estoy poniendo de su parte, yo también odio los abortos, pero... Entiéndela un poco, sacrificó a su bebé para no darle problemas a tu mamá, lo hizo por ti, créeme, yo también mato a quien sea para que tú estés bien

 

-¿Incluso a un hijo?- pregunté contrariada. Edward me miró triste.

 

-Eso no lo sé, es difícil, es un hijo...

 

-¿Ves?- sonreí-. A un hijo no lo puedes matar por el bien de otra persona

 

-Hum... Tal vez, espero no verme en esa situación nunca

 

-Yo podría estar en esa situación, elijo mil veces a mi bebé, pase lo que pase

 

Mi novio mostró una sonrisa perfecta que casi hace que me vaya de espaldas. En ese momento llegó el mesero con la comida. Yo había pedido una rebanada de pastel de chocolate, Edward también hacía pedido lo mismo. El mesero se retiró.

 

-Vas a ser una excelente mamá- me dijo Edward.

 

-No lo creo, solo sé que daría mi vida por ellos

 

-Por eso eres excelente... Eres tan noble, tan tierna... Te amo Isabella

 

Me quedé callada. Mi corazón otra vez estaba acelerado por él, por sus palabras. Le sonreí.

 

-Sé que tú también me quieres, es solo que te cuesta un poco decirlo... Me cuesta entenderte- dijo serio ahora.

 

-Yo... Siempre he tenido miedo a enamorarme- admití-. Bueno, no miedo, terror

 

-¿Por qué?

 

-El amor me da asco, más bien, me sigue dando

 

Lamenté haber dicho eso. Edward me miraba como si fuese un bicho raro.

 

-Entonces ¿Por qué aceptaste ser mi novia?

 

-Porque te quiero, desgraciadamente no iba a ser feliz si no aceptaba

 

-Entonces, hubieses deseado no enamorarte de mi

 

-Tengo que ser sincera Edward, si, hubiese deseado no enamorarme

 

Los ojos de Edward mostraron dolor. Yo no quería que él sufriera, debía decirle mis razones.

 

-Te diré por qué no hubiese deseado enamorarme, yo... Temo volverme una tonta, volverme romantica, eso es todo lo que me preocupa, pero me hace feliz ser tu novia, eso no lo lamento

 

-Entonces ¿No te arrepientes de haber aceptado?- preguntó sonriendo.

 

-Claro que no, tonto... Yo nunca me negué a tener novio, pero yo quería un noviazgo donde ninguno de los dos se quisiera o que solo hubiera cariño, también quiero casarme, pero sin amor...

 

-Eres muy rara- se rió.

 

-Por lo menos no es nada malo

 

-No, porque tú no puedes ser mala...

 

-¿Y tú si?- pregunté en plan de broma pero no esperaba que se pusiera tan serio-. ¿Qué ocurre? Solo bromeaba

 

-Ya lo sé, pero... Es que a diferencia de ti yo si he sido malo

 

-¿Por qué lo dices? ¿Tienes que ver con la mafia o algo?

 

-Yo nunca me he metido en eso

 

-¿Entonces?

 

-Yo... He estado con muchas mujeres, y no fueron precisamente mis novias...

 

Me puse tensa pero no dejé que él lo notara. Edward tenía derecho a tener un pasado.

 

-¿Por eso dices que eres malo?- me reí falsamente. Mi sangre estaba hirviendo y hacía que tuviese ganas de no tomar en serio esta relación.

 

-¿No te importa?- preguntó aliviado-. ¿Puedes quererme?

 

-Claro que si, no has matado a nadie, no embarazaste a nadie

 

-No, claro que no, yo siempre fui muy cuidadoso

 

-Eso está bien... Pero déjame decirte que conmigo no la tendrás fácil, a mi no me puedes enamorar para luego acostarte conmigo y luego dejarme, si solo quieres sexo dimelo de una buena vez

 

Mis palabras lo dejaron boquiabierto. Yo tenía ganas de llorar. Lo más probable fuera que él solo quisiera sexo conmigo

 

-Claro que no- gruñó-. Yo te quiero de verdad, si no ya te habría hecho mía en mi departamento o en el baño de la escuela, no sé como puedes pensar eso de mi, o más bien dudar de mi amor...

 

Yo sabía que él me estaba gritando a pesar de hablar en susurros. Podía ver lo enojado que estaba.

 

-Entiende que te amo, esto jamás lo había sentido por nadie, debes creerme

 

Maldita sea, le creía; le creía todo.

 

-Está bien- gruñí-. Te creo, pero ya no hablemos más sobre el tema por favor

 

-Te has puesto celosa

 

-¿Yo? Para nada

 

-¿Ah no?

 

Me metí un trozo de pastel a la boca y negué con la cabeza.

 

-Está bien entonces- dijo divertido. Comimos en silencio y cuando terminamos yo me puse seria. Tenía que agradecerle.

 

-Edward, quiero darte las gracias por haberme traído aquí, por todo...

 

-No me lo tienes que agradecer, mi niña

 

Mi niña. Me encantaba que me dijera así.

 

-De verdad gracias, creo que cualquier chico se hubiese aburrido con mis cosas pero tú... Eres diferente

 

-Créeme, nadie se aburriría contigo, eres diferente, especial... Por eso debo cuidarte y no dejar que ningún hombre se te acerque porque eres mía...

 

-Edward, ¿Te has puesto celoso?

 

-¿Yo? ¿Para nada?

 

Me reí.

 

-Es mentira- dijo interrumpiendo mi risa-. Me muero de celos al imaginarte con otro que no sea yo, Isabella, ¿Tú has tenido novios?

 

-Eso es algo que no pienso responder- sonreí.

 

-¿Qué?

 

-Esas cosas no tienen importancia, yo también tengo un pasado...

 

-Entonces has tenido

 

-Saca tus propias conclusiones

 

-Quiero pensar que soy el primero

 

Quería decirle que si, él era el primero, pero tenía quería protegerme. No quería que algún día él me lastimara o que por lo menos él supiera que lo hizo. Algún día le diría que él era mi primer novio pero solo cuando ya estuviese segura de que esto iba en serio.

 

-Pues piénsalo- contesté.

 

Unos minutos después llegó el mesero con la cuenta. Iba a sacar mi dinero pero Edward me detuvo.

 

-¿Qué te pasa? Yo te estoy invitando...

 

-Edward, pero yo te pedí que vinieras, además no es tanto

 

-Aun así, lo pagaré yo y no discutas

 

Esa discusión la ganó él. Edward terminó pagando la cuenta. Después me llevó a mi casa. Antes de que se bajara para abrirme la puerta me besó de una manera tierna, lo cual hizo que estuviera en las nubes. Cada beso que me daba era como llegar al cielo.

 

-Adiós mi amor- me dijo subiéndose a su coche.

 

-Adiós Ed, gracias de nuevo...

 

-No hay de que, siempre estaré para ti, amor, por favor ya metete a tu casa

 

-Muy bien, lo haré- prometí.

 

-Quiero que entres

 

-Está bien

 

Iba a dar media vuelta pero él me llamó.

 

-Espera

 

-¿Qué pasa?

 

-Te amo

 

-Supongo que debo decirte que yo también- dije sonriendo como retrasada. Me di media vuelta y me metí a mi casa con esa misma sonrisa. 

Hola chicas. He decidido que siempre no voy a borrar este fanfic… Lo terminaré lo más rápido que pueda, eso sí. Espero sus comentarios para saber su opinión. Es importante para mi saber que piensan de cada capítulo y me motivan a seguir con la historia.

Agradezco a ustedes que me comentaron en el capítulo anterior:

TIKACULLEN: Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario y tu voto. Espero que te guste el cap. Una vez más… Muchas felicidades por ser la fan de la semana :D. Besos!

KEIT: Jajajaja no mueras Key, no mueras ¿Ahora a quien molestaré a diario? Jajaja no te creas. Ya actualicé, así que no podrás matarme ahora XD. Muchas gracias por leer mis historias y dejar tu comentario. Me alegra mucho que te guste mi forma de escribir, al igual que a mí me gusta mucho la tuya! Besos!

PCULLEN: Aquí está el cap. Espero que te guste. Gracias por comentar :D

MEIRYCULLENBLACK: Gracias por seguirme en esta historia y en Hacienda Cullen. Aquí está el nuevo cap. Muchas gracias también por tu voto ;)

 

Capítulo 10: Enojada

 

-Dile la verdad- insistió mamá. Jane la miró con odio.

 

-No voy a hacerlo, me odiará de por vida

 

-Más te voy a odiar si no me dices- gruñí. El rostro de mi hermana mayor se descompuso.

 

-Yo... Te voy a contar, pero promete que no te enojarás, lo hicimos por tu bien

 

-¿Tiene que ver conmigo? Vaya, eso no me lo esperaba

 

-¿No?

 

-No... Ahora continúa

 

Jane iba a hablar pero mi madre tomó la palabra.

 

-¿Recuerdas que hace meses te dije que tu hermana dormía mucho a los quince años?

 

Asentí sin entender por qué.

 

-Ella estuvo embarazada a esa edad...

 

Mierda santa... Jane, ¿Estuvo embarazada tan joven?

 

-¿Y qué pasó?- pregunté ansiosa.

 

-Por ese tiempo tú ibas a nacer también- me explicó Jane-. De hecho tienes la edad de mi hijo porque...

 

Se quedó a mitad de la frase. Yo me imaginé lo peor, ¿Yo podría ser ese bebé del que estaban hablando? No, no podía creérmelo. Yo era hija de Esme.

 

-Nos embarazamos por las mismas fechas- continuó mamá. Jane la miró sonriendo levemente-. Yo estaba embarazada de ti cuando ella también lo estaba de su hijo, ambas teníamos casi los mismos meses

 

-¿Y qué pasó con ese bebé?- pregunté aliviada. Quise reírme. Por un momento había pensado lo peor. A la vez estaba desesperada por saber que ocurrió con ese hijo. Con mi sobrino.

 

-Lo aborté- confesó Jane. Esperé a que continuará, tal vez lo perdió-. Creí que era lo mejor, no podía darle una carga más a mamá, ella te iba a tenerte a ti

 

No pude evitar odiarla.

 

-¡Eres una inhumana!- susurré. Si algo odiaba más que el amor, eran los abortos. Uno no podía matar bebés inocentes solo porque se les daba la gana.

 

-¿Qué?

 

-Te odio Jane, jamás te perdonaré

 

-Hija, no digas eso- me pidió mamá.

 

Jane me miró angustiada.

 

-Mi amor, lo hice por ti, para que tú fueras el único bebé en casa, para que tuvieras todo lo que merecías, renuncié a tener a mi bebé por ti

 

-¡A mi no quieras echarme la culpa que yo no la tengo!- exclamé enfurecida-. Lo que hiciste fue absurdo... Ese bebé no iba a estorbar, era tu hijo

 

-Es cierto- susurró Esme-. Un hijo nunca es un estorbo, uno no debe evadir sus responsabilidades

 

-Pero mamá, ¿Qué estás diciendo? Tú estuviste de acuerdo en esto- le recriminó Jane.

 

-¿Eso es cierto mamá?- le pregunté con histeria.

 

-No con el aborto, pero si a que evadiera su responsabilidad- confesó avergonzada.

 

-Simplemente, no las entiendo- solté con furia-. Pero hay algo que si entiendo, Jane abortó, no se quiso hacer cargo de su hijo y según ella, se sacrificó

 

Jane rompió en llanto.

 

-Espero de verdad que no abortes a ese bebé que esperas- le dije seria-. Pero aunque no lo abortes, para mi seguirás siendo una inhumana, es más, estoy segura de que tu primer hijo no es el único que has abortado

 

-Hija, no seas tan cruel con tu hermana- me pidió mamá con voz cariñosa.

 

La ignoré.

 

-Estoy segura de que cuando te revuelcas con tu novio te has embarazado algún par de veces y has abortado...Jane, existe el condón si no quieres tener hijos ¡Eres una estúpida!

 

Jane me pegó una cachetada con todas sus fuerzas. La miré con rabia. Mamá estaba boquiabierta. Quise llorar del dolor, pero no le daría el gusto a esa tipa de verme hacerlo. Tenía ganas de golpearla, pero me abstuve de hacerlo. Ella estaba embarazada y yo si respetaba la vida de un bebé. Si no tuviera nada en el vientre seguramente ahora mismo la estaría matando.

 

-Perdóname- suplicó mi hermana cuando reaccionó-. Yo no quería, pero me estabas faltando al respeto

 

-Olvídalo- murmuré.

 

-No debiste golpearla- dijo mamá. Jane gimió por la culpa.

 

-Nena, perdóname

 

-La cachetada te la perdono, es solo una milésima parte  de lo que le hiciste a tu propio hijo, estoy segura de que él hubiese preferido que le dieras esta cachetada, yo jamás en la vida te perdonaré el que lo hayas matado

 

Dicho esto me subí corriendo a mi habitación para encerrarme. Lloré durante un buen rato. Cuando estuve a punto de dormirme sonó mi celular. Era Edward.

 

-¿Si?- contesté.

 

-Mi amor, ¿Qué tienes?- preguntó angustiado.

 

-¿Por qué dices eso?

 

-Hace rato sentí una tristeza horrible, presiento que te está pasando algo muy malo, dime que estás bien

 

-Estoy mal- sollocé-. Pero no te preocupes, estoy bien, al menos físicamente

 

-¿Qué ocurre princesa?- su voz cada vez sonaba más histérica.

 

-Me enteré de algo, por favor ven a mi casa y llévame a alguna parte, te necesito

 

-Claro que si, mi niña, estaré allí en un rato

 

-Gracias Ed... Pero, no vayas a mi casa ¿Podemos encontrarnos en alguna otra parte?

 

-No, quédate en tu casa, no quiero que salgas sola, por favor hazme caso

 

Puse los ojos en blanco. Él estaba siendo sobreprotector otra vez.

 

-Está bien Ed- gruñí-. Me quedaré en casa

 

-Voy para allá cariño, te amo

 

Quise contestarle que yo también lo hacía pero me colgó. Me dirigí hacia el baño y me lavé la cara. Después me maquillé ligeramente para que Edward no viera lo horrible que estaba. Después me regresé a mi cuarto. Ignoré los sollozos de mi hermana y la charla que tenía con mamá. Nada me importaba ya, excepto Edward.

 

Me cambié de ropa. Tenía que estar arreglada;  me puse un pantalón de mezclilla muy ajustado y una camisa de tirantes color negra. Me puse mis converse negros y dejé que mi cabello siguiera suelto. Estaba comenzando a estar harta de la coleta que me hacía para ir a la escuela.

 

Cuando me vi, quise burlarme de mi misma;  estaba esmerándome en mi arreglo solo porque Edward vendría, como si su opinión fuera importante... Vaya, creo que realmente si estaba enferma.

 

Tomé un poco de mi dinero ahorrado, el cual si era mucho ya que yo no gastaba más que en los autobuses y bajé las escaleras. Jane y mamá seguían allí. Las dos me miraron confundidas.

 

-¿A dónde vas?- me preguntó Jane, la inhumana.

 

-Mamá, voy a salir- avisé ignorando a mi hermana.

 

-¿A dónde cariño?

 

-Voy a salir con Edward

 

En ese momento sonó mi celular. Era mi novio. Le contesté y él me dijo que estaba afuera de mi casa. Al colgar, mi hermana me miró furiosa.

 

-No te he dado permiso de ir, no vas, te quedas aquí, necesito hablar contigo

 

-Nadie te pidió tu opinión- mascullé. Después me volteé hacia mamá-. ¿Me dejas ir mamá? Quiero distraerme...

 

-Claro hija, ve con cuidado

 

-Entonces adiós

 

-¡Mamá!- protestó Jane. En ese momento salí de la casa y corrí hacia Edward quien estaba abriéndome la puerta del coche. Me observó de arriba a abajo completamente embobado. Yo también estaba así, viéndolo a él. Parecía modelo de revista con esa camisa negra y con esos pantalones ajustados. Dejé de concentrarme en lo guapo que estaba para fijarme en la cara de tonto que tenía ahora.

 

-Estás, estás...

 

-¿Hermosa?- pregunté riendo.

 

-Esa no es la palabra, hermosa se queda corto...

 

Me ruboricé.

 

-Gracias- dije subiéndome.

 

-¿A dónde quieres ir, Isabela?

 

-A un lugar tranquilo, por favor... Una cafetería está bien

 

-Perfecto, tú me dices cual

 

Un rato después estábamos llegando a la cafetería que le indiqué. No me agradaba mucho, pero al menos era un lugar tranquilo y cómodo para hablar.

 

-Cuéntame que te ha pasado ¿Por qué estás mal?- me preguntó Edward con interés. Ambos esperábamos que nos trajeran lo que pedimos.

 

-Mi hermana está embarazada, eso no me importó demasiado, bueno, si me alegró pero yo me refiero a que no me escandalicé, lo vi como algo bueno ya que ella se casará

 

Edward asintió y espero a que continuara.

 

-Mi mamá me lo dijo, ella estaba histérica y yo no entendía por qué, después llegó mi hermana y tuvieron una discusión, mamá no sabía que iba a hacer Jane con su criatura

 

-Tenerlo, ¿Qué más?

 

-Yo le dije lo mismo- sonreí ligeramente-, pero después de que llegó mi hermana, entendí a lo que mamá se refería, ella tenía miedo de que hiciera lo mismo que cuando tenía quince años

 

-¿Qué hizo?- cuestionó tenso.

 

-Se embarazó, por un momento llegué a creer que...

 

-Tú eras su hija

 

-Sí, pero eso es imposible, mi acta de nacimiento dice que tengo los mismos apellidos que Jane y aparece que soy registrada por ambos padres, ellos no cometerían ningún delito

 

-Entonces, ¿Qué pasó con el bebé de tu hermana?

 

-Abortó- dije entre dientes. La rabia volvía a invadirme-. Es inhumano lo que hizo...

 

Edward me miró serio. De repente estiró el brazo para acariciar mi mano. Ese contacto me consoló. 

 

-Estoy contra el aborto- confesé-. No me gusta que maten a bebés inocentes, puedo respetar que no los quieran, pero ¿Matarlos así porque si? Eso es cruel

 

-No es por contradecirte cariño, pero tu hermana debió tener razones para hacerlo, tal vez por su salud

 

-Según ella, lo hizo para que yo pudiera nacer, para que su hijo no fuera un estorbo y yo recibiera todo el amor, me resulta absurdo...

 

-Creo que debes entenderla, yo lo hago

 

-Creo que no me hace bien hablar contigo- gruñí-. Te vas a poner de su parte... No esperaba que estuvieses del mío tampoco, hubiese sido preferible que no tuvieras opinión

 

-No me estoy poniendo de su parte, yo también odio los abortos, pero... Entiéndela un poco, sacrificó a su bebé para no darle problemas a tu mamá, lo hizo por ti, créeme, yo también mato a quien sea para que tú estés bien

 

-¿Incluso a un hijo?- pregunté contrariada. Edward me miró triste.

 

-Eso no lo sé, es difícil, es un hijo...

 

-¿Ves?- sonreí-. A un hijo no lo puedes matar por el bien de otra persona

 

-Hum... Tal vez, espero no verme en esa situación nunca

 

-Yo podría estar en esa situación, elijo mil veces a mi bebé, pase lo que pase

 

Mi novio mostró una sonrisa perfecta que casi hace que me vaya de espaldas. En ese momento llegó el mesero con la comida. Yo había pedido una rebanada de pastel de chocolate, Edward también hacía pedido lo mismo. El mesero se retiró.

 

-Vas a ser una excelente mamá- me dijo Edward.

 

-No lo creo, solo sé que daría mi vida por ellos

 

-Por eso eres excelente... Eres tan noble, tan tierna... Te amo Isabella

 

Me quedé callada. Mi corazón otra vez estaba acelerado por él, por sus palabras. Le sonreí.

 

-Sé que tú también me quieres, es solo que te cuesta un poco decirlo... Me cuesta entenderte- dijo serio ahora.

 

-Yo... Siempre he tenido miedo a enamorarme- admití-. Bueno, no miedo, terror

 

-¿Por qué?

 

-El amor me da asco, más bien, me sigue dando

 

Lamenté haber dicho eso. Edward me miraba como si fuese un bicho raro.

 

-Entonces ¿Por qué aceptaste ser mi novia?

 

-Porque te quiero, desgraciadamente no iba a ser feliz si no aceptaba

 

-Entonces, hubieses deseado no enamorarte de mi

 

-Tengo que ser sincera Edward, si, hubiese deseado no enamorarme

 

Los ojos de Edward mostraron dolor. Yo no quería que él sufriera, debía decirle mis razones.

 

-Te diré por qué no hubiese deseado enamorarme, yo... Temo volverme una tonta, volverme romantica, eso es todo lo que me preocupa, pero me hace feliz ser tu novia, eso no lo lamento

 

-Entonces ¿No te arrepientes de haber aceptado?- preguntó sonriendo.

 

-Claro que no, tonto... Yo nunca me negué a tener novio, pero yo quería un noviazgo donde ninguno de los dos se quisiera o que solo hubiera cariño, también quiero casarme, pero sin amor...

 

-Eres muy rara- se rió.

 

-Por lo menos no es nada malo

 

-No, porque tú no puedes ser mala...

 

-¿Y tú si?- pregunté en plan de broma pero no esperaba que se pusiera tan serio-. ¿Qué ocurre? Solo bromeaba

 

-Ya lo sé, pero... Es que a diferencia de ti yo si he sido malo

 

-¿Por qué lo dices? ¿Tienes que ver con la mafia o algo?

 

-Yo nunca me he metido en eso

 

-¿Entonces?

 

-Yo... He estado con muchas mujeres, y no fueron precisamente mis novias...

 

Me puse tensa pero no dejé que él lo notara. Edward tenía derecho a tener un pasado.

 

-¿Por eso dices que eres malo?- me reí falsamente. Mi sangre estaba hirviendo y hacía que tuviese ganas de no tomar en serio esta relación.

 

-¿No te importa?- preguntó aliviado-. ¿Puedes quererme?

 

-Claro que si, no has matado a nadie, no embarazaste a nadie

 

-No, claro que no, yo siempre fui muy cuidadoso

 

-Eso está bien... Pero déjame decirte que conmigo no la tendrás fácil, a mi no me puedes enamorar para luego acostarte conmigo y luego dejarme, si solo quieres sexo dimelo de una buena vez

 

Mis palabras lo dejaron boquiabierto. Yo tenía ganas de llorar. Lo más probable fuera que él solo quisiera sexo conmigo

 

-Claro que no- gruñó-. Yo te quiero de verdad, si no ya te habría hecho mía en mi departamento o en el baño de la escuela, no sé como puedes pensar eso de mi, o más bien dudar de mi amor...

 

Yo sabía que él me estaba gritando a pesar de hablar en susurros. Podía ver lo enojado que estaba.

 

-Entiende que te amo, esto jamás lo había sentido por nadie, debes creerme

 

Maldita sea, le creía; le creía todo.

 

-Está bien- gruñí-. Te creo, pero ya no hablemos más sobre el tema por favor

 

-Te has puesto celosa

 

-¿Yo? Para nada

 

-¿Ah no?

 

Me metí un trozo de pastel a la boca y negué con la cabeza.

 

-Está bien entonces- dijo divertido. Comimos en silencio y cuando terminamos yo me puse seria. Tenía que agradecerle.

 

-Edward, quiero darte las gracias por haberme traído aquí, por todo...

 

-No me lo tienes que agradecer, mi niña

 

Mi niña. Me encantaba que me dijera así.

 

-De verdad gracias, creo que cualquier chico se hubiese aburrido con mis cosas pero tú... Eres diferente

 

-Créeme, nadie se aburriría contigo, eres diferente, especial... Por eso debo cuidarte y no dejar que ningún hombre se te acerque porque eres mía...

 

-Edward, ¿Te has puesto celoso?

 

-¿Yo? ¿Para nada?

 

Me reí.

 

-Es mentira- dijo interrumpiendo mi risa-. Me muero de celos al imaginarte con otro que no sea yo, Isabella, ¿Tú has tenido novios?

 

-Eso es algo que no pienso responder- sonreí.

 

-¿Qué?

 

-Esas cosas no tienen importancia, yo también tengo un pasado...

 

-Entonces has tenido

 

-Saca tus propias conclusiones

 

-Quiero pensar que soy el primero

 

Quería decirle que si, él era el primero, pero tenía quería protegerme. No quería que algún día él me lastimara o que por lo menos él supiera que lo hizo. Algún día le diría que él era mi primer novio pero solo cuando ya estuviese segura de que esto iba en serio.

 

-Pues piénsalo- contesté.

 

Unos minutos después llegó el mesero con la cuenta. Iba a sacar mi dinero pero Edward me detuvo.

 

-¿Qué te pasa? Yo te estoy invitando...

 

-Edward, pero yo te pedí que vinieras, además no es tanto

 

-Aun así, lo pagaré yo y no discutas

 

Esa discusión la ganó él. Edward terminó pagando la cuenta. Después me llevó a mi casa. Antes de que se bajara para abrirme la puerta me besó de una manera tierna, lo cual hizo que estuviera en las nubes. Cada beso que me daba era como llegar al cielo.

 

-Adiós mi amor- me dijo subiéndose a su coche.

 

-Adiós Ed, gracias de nuevo...

 

-No hay de que, siempre estaré para ti, amor, por favor ya metete a tu casa

 

-Muy bien, lo haré- prometí.

 

-Quiero que entres

 

-Está bien

 

Iba a dar media vuelta pero él me llamó.

 

-Espera

 

-¿Qué pasa?

 

-Te amo

 

-Supongo que debo decirte que yo también- dije sonriendo como retrasada. Me di media vuelta y me metí a mi casa con esa misma sonrisa. 

Capítulo 9: Novios Capítulo 11: Estúpido

 
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