El amor de mi vida (+18)

Autor: sachiko065
Género: Drama
Fecha Creación: 04/06/2013
Fecha Actualización: 23/05/2014
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 46
Visitas: 33997
Capítulos: 21

Bella:

Yo era una chica normal. Un poco gruñona tal vez y no la mejor en clase. Era cariñosa con mis familiares y amigos, me encantaba la música. En fin, era alguien normal como dije. Lo único que odiaba en este mundo era el amor de pareja. Me parecía algo repulsivo y bobo... Hasta que conocí a un bello italiano que llegó a mi escuela. Edward Vulturi. Él sintió cosas por mi desde que me vió, pero yo me quise resistir a lo que sentía porque... Me daba asco el amor. Pero... Terminé aceptandolo. Amandolo con toda mi alma más bien. Solo hay algo que no me gusta de su vida. Su padre es el más grande mafioso de Italia.

 

Edward:  

En mi familia había una especie de maldición, o así lo veía yo. Los hombres de mi familia solo podían enamorarse una vez en la vida y el amor duraba para siempre. Además, se enamoraban solo con ver a su chica a los ojos, aunque no se conocieran. Eso sin duda me parecía una patraña. Mi padre no lucía muy enamorado de mi madre que digamos. Por eso, dejé de preocuparme y disfruté de la vida. Tenía dinero, muchos autos, tenía a cualquier mujer que quisiera en mi cama. De repente mi padre me dió una noticia que me llenó de optimismo. Iriamos a vivir a Norteamérica. No me entristecía dejar Italia, yo no era apegado a las cosas ni había amado a alguien... Hasta que la conocí a ella llegando a mi nueva escuela. Con solo ver sus hermosos ojos chocolate supe que ya no volvería a amar a nadie más. 

 

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Capítulo 16: Culpa

Hola chicas… Aquí les dejo otro cap, el último de Bella antes de empezar con el POV Edward en el cual ya estoy trabajando y que subiré pronto. Espero que les guste este capítulo porque vienen muchas cosas jajaja. Aquí Edward y Bella superan el primer problema que es chico a comparación del que se viene jajaja. Muchas gracias por sus comentarios en el capítulo anterior y por no caerles mal hehe. Perdón por molestarlas con mis traumas pero pues así soy, bien dramática XD. No había escrito en varios días porque  he estado de vaga. Tenía que disfrutar mis vacaciones, pero desgraciadamente todo se termina y pues ahora me encuentro muy triste por cosas malas que me suceden y pues ahora me estoy dando tiempo para mí misma y hacer una de las cosas que más adoro en esta vida, escribir. En vez de ponerme a llorar y a comer helado como loca mejor me puse a escribir otro capítulo más de esta historia que todavía le queda un rato para concluir. Las quiero mucho niñas, gracias por acompañarme y apoyarme en esta loca historia :D

Este cap lo hice con ayuda de mi One-chan KEIT… Ella me corrigió la porquería de escena +18 que tenía jajaj.

Saludos a:

KEIT: Hola nena, jajaja  controla tus instintos asesinos por favor… Lo bueno es que no me mataste, solo me mandaste al hospital… Qué bueno que hablé para que no me fuese peor jajaja Es broma, es broma. Si, eres mi One-chan  y te quiero mucho y yo creí que mi historia no te hacía sufrir pero ya veo que si lo hace un poco jajaja. Te quiero Key, gracias a ti, me quedó decente la primera parte del cap…

 

MEIRYCULLENBLACK: Hola preciosa. Me alegra mucho que te haya gustado el cap y que no sufrieran mucho esta vez. Vendrán más sufrimientos pero por ahora les daré un descanso a los protas en lo que dura el POV Alessandro (Jajaja me da risa que ya le digas así). Sobre la universidad jajaja eso se me ocurrió de repente XD andaba muy burlesca ese día con todo jajaj. Muchas gracias por considerarme tu amiga también, no sabes cuánto me alegró que lo dijeras. En cuanto lo de divertida… pues jajaj quien sabe si lo sea, pero pues yo trato de siempre bromear con algo. Me alegra tanto que ames mi historia al igual que yo y que me consideres buena escribiendo… De verdad yo también amo mis historias pues porque son producto de mi esfuerzo y mi imaginación loquita XD A veces me pongo a leer los capítulos que más me han gustado escribir, como el de Hacienda Cullen cuando Edward se pone a llorar cuando Bella bromea sobre acostarse con europeos, eso sin duda me encantó escribirlo. Y hablando de ese fic, pues ya tengo una ligera idea de lo que escribiré, así que pronto verán actualizado jjeje. Esa historia no le gustó a mi mamá, pero le gustó la de los Normales así que algo es algo jajaja… Sobre esa historia ¡MIL GRACIAS POR PASARTE! Me sentí muy feliz al ver tu comentario allí y pues obvio que te contesté para agradecer.

 

FABIANA: Awww que genial que te gustara el cap. Pensé que el reencuentro iba a ser un fiasco jajaja. Bueno, pues aquí te dejo el nuevo capítulo, espero que te guste y que no lo consideres un poco absurdo jaja. Muchas gracias por comentar  y siempre estar en cada actualización :D

 

RESISTANCE: Me da mucha alegría que aunque no te guste comentar de vez en cuando me dejes tu opinión. Realmente me pone feliz ver tu comentario aquí, saber que sigues mi historia jeje. Gracias por eso de que mi redacción es buena, jaja ya me estoy sonrojando XD. Sé que me hace falta mejorar y aprender muchas cosas pero es bueno saber que desde el comienzo les parezco buena o decente, eso significa que tengo la posibilidad de cumplir mi sueño de ser escritora jajaja.yo por ahora soy solo una novata en esto. Mi primera historia la publiqué en diciembre y pues como ya saben, es Hacienda Cullen, la cual ya recibió dos criticas malas- De con quien estaba saliendo hasta hace poco y de mi madre. Pero bueno, no me rendiré, yo solo me basó en los comentarios positivos y aprendo de los negativos para seguir mejorando. Espero que te guste este cap, está hecho con un  gran esfuerzo ya que últimamente mi cabecita está en otra parte. Las rupturas duelen.  Y no agradezcas, soy yo quien les agradece todo su apoyo para este fic. 

 

Bueno, para ahora si dejarlas leer pues me despido por ahora. Les envió besos y abrazos desde México. LAS QUIERO UN MONTOOOONNN!!!   

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Capítulo 16: Culpa

 

Bella POV:

 

Edward metió las manos debajo de mi blusa, acariciando mi abdomen. Subió la blusa hasta dejar a la vista mi sostén rosado. Luego la subió por completo sacándola por mi cabeza mientras yo le quitaba su chamarra; después me ocupé de su camisa desabrochando  cada botón. Cuando estuvo totalmente desabotonada la deslicé por sus brazos, sintiendo los músculos marcados de sus brazos y su abdomen. Edward fue besando mi cuello mientras yo gemía. De él se escapaba uno que otro gemido.

 

Siguió besando mi cuello jadeando por el deseo y llevó una mano a mi espalda para desabrochar mi sostén. Deslizó las tiras por mis brazos, dejándolo caer al piso. Edward observó mis senos con lujuria, mientras yo le quitaba su cinturón. Después de que hice eso él desabotonó mi pantalón y lo bajó despacio, besando mi abdomen.

 

Al quitármelo por completo me llevó a hasta la cama, acostándome en ella, quitando sus pantalones se lanzó encima de mí, devorando el lóbulo de mi oreja.

 

-Te amo Bella- susurró-. Eres el amor de mi vida…

 

Mientras me decía eso, yo no podía parar de gemir. Él estaba jadeando y eso me llevó a pensar que esto era un coro en donde nosotros éramos los instrumentos.

 

Edward saboreó todo mi cuerpo. Yo le pedí que fuera despacio. Él continuó hasta llegar a mi ombligo en donde duró unos segundos jugando con él. Mis bragas parecían una piscina en este mismo instante. Edward bajó hasta mi centro pasando su lengua sobre mis bragas, después las tomó para bajarlas y entonces, empezó a lamer mi intimidad con vehemencia, mordiendo de vez  en cuando, chupando mis labios vaginales y mi clítoris. Cuando sentía que llegaba al cielo, se detuvo.

 

-Ya no puedo más nena, me terminaré corriendo afuera, si no te lo hago pronto, tu sabor es delicioso, preciosa… Es lo mejor que he probado en mi vida… Arg, quiero hacértelo

 

-Hazme tuya, pero ve despacio- le supliqué.

 

Edward asintió mientras se levantaba para quitarse el bóxer. Casi muero de excitación al ver su enorme erección. Ya lo deseaba adentro.

 

-Despacio- le recordé gimiendo. Él asintió mientras se posicionaba encima de mí. Entró despacio. Sentí como la punta de miembro entraba en mi vagina. Noté como me desgarraba, pero aguantaría porque deseaba con locura a Edward y no perdería esta maravillosa oportunidad. Él empujó un poco más hasta meterlo todo en mí. Pude notar como aquella tela que representaba mi inocencia, se rompía.

 

Edward se detuvo pero sin salir de mí.

 

-¿Te duele mucho mi amor?- preguntó con pánico al ver que yo cerraba mis ojos con fuerza-. Dime la verdad

 

-Me duele mucho, Edward, pero no pares

 

Edward seguía mirándome angustiado pero se quedó adentro, esperando a que me acostumbrara al intruso de su miembro. Cuando el dolor se apaciguó, moví mis caderas, dándole así la señal a Edward para continuar. Él me embestía despacio, lo cual era una tortura.

 

El dolor se convirtió en placer. Grité pidiendo más rapidez. Él cumplió mis deseos.

 

-Joder Bella, se siente delicioso, eres muy estrecha, arg… Te amo, pequeña, te amo

 

Edward aumentó aún más el ritmo de las embestidas y pronto comencé a sentir los primeros temblores del orgasmo.  Segundos más tarde me dejé ir gritando el nombre el nombre de Edward. Este gritó mi nombre y en una milésima de segundo sentí como me invadía un líquido caliente lo cual se sintió demasiado bien.

 

-Acabamos de hacer el amor- susurró Edward. Parecía incrédulo.

 

-Sí, Ed

 

-Esto ha sido lo más jodidamente placentero de toda mi vida- soltó dejando caer su cabeza a un lado de mi hombro. Aun no se retiraba de mí.

 

-Para mí también lo fue…

 

-Ahora sabes lo mucho que te deseo- me dijo mirándome de nuevo, con intensidad. Después se salió de mí y se acostó boca arriba, lo cual me hizo sentir vacía.

 

-Yo también te deseo demasiado- afirmé antes de volverlo a besar con desesperación. Me monté encima de él, aprovechando que su amigo aún seguía erecto. Edward gimió cuando entró en mí.

 

-Nena, me vas a matar- gruñó mientras cabalgaba encima de él… ¿Cómo rayos me había negado tanto a esto?

 

Eché mi cabeza hacía atrás, disfrutando de esto… Edward me agarró por la cintura y movió sus caderas lo cual hizo que se me nublara la vista por el placer.  Estaba a punto de alcanzarlo de nuevo…

 

Después de unos segundos exploté junto a Edward. Al recuperarnos quedé encima de él mientras intentábamos recuperar nuestras respiraciones. La lujuria desapareció de los ojos de Edward para regresar a la mirada dulce y enamorada de siempre.

 

-No sabes cuánto te extrañé- dijo besando mis labios-. Te necesito, me niego a apartarme de ti seamos familiares o no… Soy tuyo Bella, soy completamente tuyo

 

-No somos familiares, amor

 

-¿Cómo sabes eso? ¿Cómo sabes que fue esa la razón por la que te dejé?- me preguntó mientras yo me bajaba de él y me ponía a su lado. Edward nos tapó con una sábana.

 

-Yo… Antes de abrir los ojos ya estaba despierta, podía oír lo que hablabas con tu padre… Escuché que no podías estar conmigo porque eras mi tío

 

-¿Es en serio?

 

-Sí…

 

-¿Entonces por qué no me preguntaste nada? ¿Por qué?

 

-No lo sé amor, no lo sé… Pensé que era absurdo decirlo, a mi madre no le quise preguntar porque no me iba a creer que lo escuché todo y no quería meterte en problemas… Y después, simplemente me aguanté las ganas de preguntar porque quise irme porque si sabía que no era tu sobrina iba a salir de aquel taxi en el que iba cuando me llamaste e iría por ti

 

 

-¿Por qué quisiste irte, cielo?- me preguntó-. Si había la posibilidad de que no fuésemos nada, ¿Por qué te fuiste?

 

-Quería vivir tranquila, necesitaba mi tiempo para calmarme

 

-¿Apartada de mí?

 

-Sí… Pero no lo soporté… Ayer exploté, lloré y dije todo lo que tenía dentro… Acepté que ya me estaba muriendo sin ti, que te amo

 

-Ambos nos necesitamos, eso me ha quedado claro… Bella, nunca más volvamos a separarnos así… Si surge un problema por favor intentemos solucionarlo… Todo lo que ha pasado ha sido una autentica mierda, casi morimos por una mentira

 

-Sí… Por una mentira de mi propia madre- gruñí.

 

En ese momento sonó mi celular en el piso de abajo.  La canción era dango daikazoku de Clannad. Esa canción era demasiado adictiva y Daniel tenía la culpa de que me gustara ya que en cuanto llegué me metió en el mundo del anime.

 

-¿Qué es eso?- cuestionó Edward riéndose.

 

-Mi… Mi celular- respondí apenada y con la cabeza a punto de estallar. Me levanté rápidamente.

 

-Eres hermosa- gruñó Edward mirando mi cuerpo de arriba abajo mientras se paraba. Noté como volvía a crecer su erección pero comencé a vestirme. Seguramente era Reneé.

 

-Vístete, yo iré por el celular- le avisé cuando me puse la ropa interior.

 

-¿Irás así?- me preguntó alarmado.

 

-Sí- contesté saliendo del cuarto. Bajé las escaleras en un tiempo record.

 

-¡Te vas a enfermar Bella!- me gritó Edward, angustiado.

 

Llegué a la sala y saqué el celular de mi mochila de la escuela. Como supuse. Ere Reneé, pero ya había perdido la llamada. La llamé y contestó al primer timbre.

 

-¿Qué pasa Reneé?- cuestioné.

 

-Bella, tu papá y yo vamos a llegar más tarde a casa, necesitamos ir a resolver algo

 

-Sí, está bien- respondí. En ese momento vi que Edward estaba bajando las escaleras, ya estaba vestido y traía en sus manos su chamarra con la cual me tapo y abrazó.

 

-Haz la cena por favor…

 

-Ya sabes que siempre hago la cena, Reneé- dije divertida.

 

-Nena, te escuchas genial… Pareces feliz

 

-¿Yo? No, no tengo nada- mentí sonriendo de oreja a oreja.

 

-No Bella, tu voz se escucha distinta, te conozco ¿Qué pasó?

 

-Reneé… Soy completamente feliz- exclamé-. Cuando llegues a casa sabrás por qué- colgué. El teléfono sonó de nuevo pero ya no contesté.

 

Edward me volteó para que lo mirara y me besó.  Luego me miró mis pies, muy enfadado.

 

-No me gusta que estés descubierta, ni descalza, ve a vestirte princesa

 

-Ok

 

-Bueno, mejor te llevo, ya no soporto que pises este frío suelo

 

Y me cargó como si fuese un costal de papas. Grité por la sorpresa.

 

-Bájame- le pedí riéndome a carcajadas mientras Edward me subía por las escaleras.

 

-No te muevas, te puedes caer- me reprendió mi novio. Esperen… ¿Él era mi novio? No, aun no habíamos vuelto. Simplemente nos limitamos a besarnos y a… Hacer el amor. Me sonrojé al pensar en eso.

 

Cuando Edward me bajó me dispuse a buscar mi ropa y cuando la encontré me la puse. Edward no me miraba sino que miraba a la cama.

 

-Bella…- susurró espantado señalando las sábanas.

 

-¿Qué ocurre?- le pregunté mientras me ponía los zapatos. Me acerqué a la cama. Había sangre en ella. Era solo una pequeña mancha pero para Edward debía ser un charco de sangre. Sonreí porque sabía de qué era-. ¿Por qué te espantas?

 

Edward se volteó a verme. En sus ojos había mucha culpa.

 

-Te hice sangrar, nena, contéstame con la verdad ¿Te dolió mucho? ¿No te arrepientes de lo que sucedió? Yo no pero… Es tu cuarto… No te hice el amor como tú te merecías…

 

Puse los ojos en blanco. Me acerqué a él y rodeé su cuello con mis brazos.

 

-No digas eso, Edward… Mi primera vez fue mágica ¿Y sabes por qué? Porque fue contigo, solamente contigo… No me importa en donde haya sido, ¿Acaso tú te arrepientes de lo que sucedió?

 

-Jamás- dijo con intensidad en la voz-. Ese ha sido uno de los momentos más hermosos de toda mi vida… Mis mejores recuerdos son contigo…

 

-Los míos también…

 

-Te amo tanto Bella, este amor me va a hacer explotar

 

-No explotes- le pedí-. Tu cuerpo es hermoso… Quiero hacerle tantas cosas- me mordí el labio. Bien… No sabía de donde venía la Bella pervertida. Los ojos de Edward se oscurecieron de deseo.

 

-Si dices cosas así no vamos a salir de esa cama- me amenazó. Acerqué mi rostro al suyo y pasé la lengua por sus labios y con mi mano agarré su notoria erección. Antes jamás se me hubiese ocurrido hacerle esto, pero él ya era mío.

 

-Hum… Es muy grande- gemí. Ya estaba excitada de nuevo. Edward soltó un jadeo mientras masajeaba a su amiguito por encima del pantalón.

 

-Bella, detente- me pidió-. Voy a terminar haciéndotelo y no voy a ser suave… No me provoques así… Eres una prin… cesa y mereces que… Ah… te trate bien

 

Su voz había vuelto a ser ronca. Eso me enloquecía.

 

-Eres mío y hago contigo lo que me plazca- sentencié-. Además, no quiero que seas suave

 

-Hum… Me encanta ser tuyo

 

-¿Quieres ser mi novio otra vez?- le pregunté.

 

-S…Sí, claro que sí, ¿Por qué lo preguntas? Yo soy tuyo…

 

En ese momento tocaron a la puerta. Me aparté bruscamente de Edward. El ambiente lleno de deseo se convirtió en uno de pánico.

 

-Bajemos…- murmuré.  Edward carraspeó y señaló su problema.

 

-¿Cómo voy a bajar así?- preguntó.

 

-Piensa en Jacob siendo un travesti- le aconsejé. Edward hizo una cara de asco y se estremeció.

 

-Wow, jamás en mi vida se me había bajado tan rápido una erección… Gracias Bella

 

Me reí mientras los dos bajábamos a toda prisa. Edward se sentó en la sala y yo arreglé un poco mi cabello antes de abrir. En la puerta estaba Alice con unos libros en la mano. Al lado, se encontraba mi primo Daniel. Mi amiga me miró incrédula.

 

-¿Tengo monos en la cara?- le pregunté.

 

-Isabella Swan, ¿Qué rayos te pasó? ¡Eres otra! Tienes color, tus ojos brillan, ¿Qué coño te hicieron? ¡Cuenta!

 

-Déjala hablar, cariño- se carcajeó Daniel. Alice respiró profundo.

 

-Quiero presentarles a alguien- respondí mientras los hacía pasar. Cuando llegamos a la casa presenté a Alice con Edward.

 

-¿Tú?- preguntó al mismo tiempo. Daniel y yo vimos la escena confundidos.

 

-¿Te acuerdas de que te conté que me había peleado con una niña en Nueva York, Bella?- me preguntó Edward sin apartar la vista de ella. Asentí-. ¡Ella es!- exclamó señalando a mi amiga. Alice gruñó, Edward también. 

 

Alice y Edward comenzaron a discutir en italiano. Daniel y yo nos quedamos pasmados… ¿Desde cuándo Alice sabía italiano? A Edward jamás le había escuchado hablar en su idioma natal… Sonaba tan sexy.

 

Pero pronto me harté. Como no paraban de discutir mi primo y yo pusimos los ojos en blanco y nos largamos a la cocina. Yo comencé a preparar el pollo que haría para la cena de esta noche. Daniel cerró la puerta de la cocina para no escuchar aquel griterío.

 

-Son unos tontos- gruñó Daniel.

 

-De hecho- contesté mientras cocinaba.

 

-Bueno… Olvidando eso… El fin de semana, Sam, el chico de La Push me invitó a saltar de los acantilados… Quise invitar a Alice pero lo pensé mejor, no la quiero exponer a eso

 

-¿Van a saltar desde lo más alto?- pregunté.

 

-Sí… Y me preguntaba que si tú querías ir… Hace dos semanas me dijiste que querías saltar

 

Y era cierto. Hace dos semanas fuimos a La Push. Vi saltar a Sam y a su grupo de amigos desde lo más alto del acantilado. Quería repetir la experiencia. Cuando tenía doce años fui con Charlie a saltar pero desde la parte más baja. Ahora quería experimentar algo más fuerte.

 

-Perfecto, voy contigo a los acantilados- acepté. En ese momento Edward entraba a la cocina junto con Alice. Apagué la estufa por unos momentos para poderlos mirar.

 

-¿Qué acantilados?- cuestionó Edward confundido. Alice gruñó.

 

-¿Sigues con eso de ir a saltar del acantilado Daniel?- preguntó a su novio.

 

-Sí y acabo de invitar a Bella

 

-¿Por qué no me invitas a mí?- protestó Alice.

 

-No te pienso exponer a ese peligro, además, nunca has saltado, Bella si…

 

-¿Has saltado de un acantilado?- exclamó Edward con preocupación.

 

-Sí, pero desde los más bajos- sonreí-. Ahora iremos a los más altos

 

-De ninguna manera- mi novio se acercó a mí y me abrazó como si me estuviese protegiendo-. Tú no vas a exponerte a ninguna clase de peligro

 

-Joder, no es peligroso- gruñó Daniel.

 

-¿Entonces por qué no me llevas?- le reclamó Alice.

 

-Porque no te quiero exponer a ti

 

-¿Y a mi novia si la quieres exponer?- preguntó Edward mirándolo irritado.

 

-Para Bella no es ningún peligro… Ella y yo sabemos nadar en el mar, Alice no

 

-Así que no tienes por qué temer- le dije a Edward.

 

-Ya sé que no voy a temer nada porque simplemente no irás- me sonrió mi novio.

 

-Claro que iré… No seas injusto, quiero divertirme

 

-Te puedes divertir, pero de manera más segura, puedes ir de compras

 

Maldije a Edward porque esa simple palabra hacía que los ojos de mi amiga brillaran como estrellas.

 

-¡Sí! ¡De compras!- exclamó Alice-. Tenemos que ir los cuatro de compras

 

-Te detesto- le dije a Edward.

 

-Y yo te amo- me contestó-. Por eso los cuatro iremos de compras

 

-Demonios chico, ¡te odio!- gritó Daniel.

 

-¿No sabes con quien estás hablando?- le preguntó Edward a Daniel-. Soy Edward Vulturi, hijo de Carlisle Vulturi… El…

 

-Mafioso más temido de Italia y probablemente del mundo- dijo Daniel con voz más aguda-. Sí, y yo soy el príncipe William, el nieto de la reina Isabel dos de Inglaterra

 

Me eché a reír. Edward gruñó.

 

-Es en serio- le dijo Alice-. Él es Edward Vulturi

 

-Lo sé- se rió Daniel-. Se parece a su padre… Yo soy un fanático de los mafiosos, y por eso sé quién es Carlisle Vulturi

 

-¿Entonces por qué te metes conmigo?

 

-Eres un delicado, yo solo dije que te odiaba… No es para que te pongas así…

 

-¿Por qué me odias?

 

-Porque… Me obligarás a ir de compras con Alice, es una locura, un maldito infierno

 

-No creo que sea para tanto

 

-Mejor vamos a los acantilados- gruñó Daniel-. Por favor, deja ir a Bella y tú te vas de compras con Alice

 

-Esa podría ser buena idea- sonreí. Edward me abrazó más.

 

-No, no lo permitiré, ¿Por qué no llevas a Alice a los acantilados y yo me llevo a Bella de compras?

 

-¿Por qué no vamos los cuatro de compras?- preguntó Alice.

 

-¡Qué no!- gritamos mi primo y yo al mismo tiempo.

 

-¿Y por qué no vamos los cuatro al acantilado?- sugirió-. Yo no me aviento y Bella puede saltar junto a Edward

 

-Oye… Ya veo que si tienes cerebro después de todo- la felicitó Daniel. Como agradecimiento se llevó un golpe en la cabeza. Daniel se quejó.

 

-Bella no va a saltar- afirmó Edward-. Y si lo hizo antes fue porque no la conocía, si no si lo hubiese impedido

 

-Por favor, vamos- le supliqué-. Será divertido…

 

-Estúpido e imprudente querrás decir- me dijo enojado-. Bella, no puedes hacer cosas así… Mejor vamos de compras, más vale ir al infierno que ir a que te arriesgues

 

-Eso solo lo dices porque nunca has ido de compras con Alice- le dijo Daniel con los ojos entrecerrados. Mi primo recibió otro golpe en la  cabeza.

 

-Mierda, Alice, deja de pegarme

 

-Te lo mereces- le dijo Edward-. Te lo mereces por querer ir a hacer cosas peligrosas y emocionar a mi novia con eso

 

-Pues sí, estoy emocionada y vamos a ir a los acantilados- afirmé-. Nada de compras, prefiero mil veces tirarme del acantilado

 

-Qué mala eres Bella- me dijo Alice con un puchero.

 

-Amiga… Tardas una eternidad en comprar- le contesté-. Yo te quiero, pero… Ir contigo de compras si es un infierno

 

-No exageres Bella- Alice puso los ojos en blanco.

 

-Mejor díganle a Edward que no exagere- intervino Daniel-. No es peligroso para los que sabemos saltar acantilados

 

-Ya dije que no iremos a ningún acantilado, o ya se… Puedes ir tú solo y yo me llevo de compras a Bella

 

-¿Y dónde quedo yo?- reclamó Alice.

 

Después de eso los tres se pusieron a discutir mientras yo terminaba la cena. Edward aunque estuviese discutiendo no me quitaba la vista de encima; me encantaba tener a mi novio sobreprotector  de nuevo.

 

Los tres cenamos luego de que terminé. Edward no dejó de alabar mi comida lo cual hizo enfadar un poco a Alice y a Daniel porque ya eran muchas veces que lo hacía.

 

Durante la cena volvimos a discutir sobre lo de los acantilados. A Daniel y a mí se nos ocurrió una magnífica idea. Iríamos a ambos lugares. Así Daniel y yo seríamos felices y Alice y Edward también.

 

-Bueno, el sábado vamos al acantilado, a los más bajos- explico Daniel. Esto último era mentira, iríamos a los más altos, lo conocía demasiado bien-. Y el domingo temprano nos iremos a una excursión al centro comercial…

 

-Hum… Si es a lo más bajo no hay problema- opinó Alice-. Y podremos ir de compras al día siguiente

 

-Sigue sin gustarme la idea de los acantilados- gruñó Edward. De repente se me ocurrió algo.

 

-Te prometo que no saltaré- le dije. Edward me sonrió.

 

-¿De verdad?

 

-De verdad, solo Daniel saltará y pues los dos nos quedamos a ver… Si no es peligroso otro día iremos a saltar ¿De acuerdo?

 

Edward asintió. Yo sabía que por su mente cruzaba la posibilidad de engañarme, de nunca dejarme saltar fuese o no fuese peligroso.

 

Daniel no estuvo muy conforme con eso pero terminó aceptando porque quería ir a los acantilados.

 

Cuando terminamos de cenar dejamos los trastes en el lavadero y fuimos a la sala. Alice y yo comenzamos a planear como serían nuestras sesiones de estudio ya que en el almuerzo no lo pudimos terminar. Edward se puso con nosotras a hacerlo y dijo que estudiaría conmigo. Con esto estaba segura de que iba a sacarme unas calificaciones magnificas.

 

Cuando Daniel y Alice se fueron llegaron mi papá y Reneé. Les presenté a Edward. Papá fue muy amable con mi novio y le dijo que lo llamara Charlie.

 

-¡Ah! ¡Es él!- exclamó Reneé abrazándome y después abrazó a Edward. Cuando lo soltó nos miró a ambos-. Con razón tienes ese brillo en la mirada y ya no pareces un zombi

 

Ese comentario puso tenso a Edward.

 

-¿Cómo que zombi?

 

-No tiene caso mencionar eso- murmuré matando con la mirada a Reneé-. Es pasado

 

-Pero…

 

-Pero nada… Ya pasó

 

Reneé y Edward al notar mi incomodidad dejaron el tema.

 

-Bueno, tenemos una noticia que contarles- dijo mi papá-. Sobre todo a ti hija, creo que te hará feliz como a nosotros

 

-Vamos a tener a nuestro primer bebé- anunció Reneé con una sonrisa enorme en el rostro-.  Tengo un mes de embarazo

 

-¡¿En serio?!- exclame feliz. Después la abracé fuertemente-. No puedo creerlo

 

-Nosotros tampoco- sonrió papá. Solté a Reneé para abrazarlo a él.

 

-Felicidades papi- susurré y después le di un beso en la mejilla.

 

-Felicidades- dijo Edward.

 

-Gracias a ambos- contestó Reneé-. Ahora la felicidad está completa

 

-Tenemos otra noticia- anunció papá-. Jane va a venir con su niño mañana y con Alec

 

-¿Qué?- pregunté sin emoción alguna. No sabía si sentir felicidad u odio hacia ella-. Mi hija ya me explicó lo que ocurrió… Ella no fue la responsable de la mentira, fue tu mamá… Jane no dijo nada porque…  Bueno, eso no es asunto mío, que te lo cuente ella mañana ¿Sí?

 

-Eh… Sí- contesté-. Está bien… No tendré resentimiento con ella

 

-Lo importante es que estamos juntos ahora- me dijo Edward-. Ya no importa el pasado, además Jane solo calló, ella no fue quien dijo la mentira

 

Iba a responderle que tenía razón pero en ese momento sonó el teléfono. Iba a responderle que tenía razón pero en ese momento sonó el teléfono.  Yo fui a responder y me enfadé al escuchar quien era. Era Esme. Esta siempre me llamaba cada tres días para ver cómo estaba.

 

-Hola hija ¿Cómo estás?

 

-Muy bien mamá- le respondí sinceramente-. Al fin descubrí tu mentira y Edward volvió a mí

 

-¡¿Qué?!- exclamó.

 

-Te inventaste una mentira que casi acaba con mi vida y con la de Edward… Pero por fortuna todo se aclaró

 

-Hija, yo…

 

-No me digas nada Esme, no intentes negarlo, yo soy hija de Charlie Swan y tuya.

 

-Hija, déjame explicarte

 

-No quiero que me expliques nada

 

-Por favor- suplicó sollozando-. Lo hice por protegerte

 

-No, tú solo querías que muriera

 

-¡No! ¡Cómo puedes decir eso!

 

-Tú solo querías que no fuese feliz como tú no lo fuiste, tienes algo en contra de los mafiosos

 

-Te alejé de Edward porque él es hijo de un mafioso

 

-Y tú amas a ese mafioso, pero lo dejaste porque eres una tonta, lo amabas

 

-¡Si no sabes nada mejor no hables!- exclamó. Me alteré.  Estaba harta de esto, quería reclamarle lo que me hizo. Sentí que alguien me abrazaba por detrás.

 

-Cálmate- me pidió Edward. Puse el alta voz para que él escuchara.

 

-Sí, sí sé lo que pasó, te alejaste por cobarde

 

-¡Lo hice por proteger a Jane!- me gritó-. El padre de Carlisle me dijo que si no lo dejaba me dispararía y mataría a mi bebé… Él no creía que mi hijo fuese de Carlisle porque uno de sus primos intentó abusar de mí y él lo vio todo y nunca creyó lo del abuso

 

Edward y yo nos quedamos paralizados. Charlie quien iba entrando a la cocina se quedó muy serio por lo que acababa de escuchar. Seguramente él lo sabía.

 

-¿Qué has dicho?- pregunté.

 

-Sí, nadie me quería en esa familia, no me aceptaron y por eso me tuve que alejar, por los acosos y amenazas hacia mi persona y hacía mis padres y amigos… Tu papá también estuvo involucrado, él me quería y al confesarse a Carlisle le vino un ataque de celos y casi lo mata

 

Miré con incredulidad a mi papá quien se puso más serio y asintió. Edward estaba atónito ante lo que escuchaba.

 

-Me da miedo que salgas con Edward- continuó mamá-. Sé que  nadie te odia, pero son peligrosos, corres peligro, Edward y tú son de mundos distintos, si fuesen amigos no habría ningún problema, pero al ser pareja te estás involucrando en asuntos peligrosos

 

-Pero Edward no se involucrará en eso- repliqué.

 

-No lo puedes saber, Carlisle me dijo lo mismo y velo ahora

 

-Él se metió a eso porque tú lo dejaste, ¿No se te ha ocurrido pensarlo?- la cuestioné.

 

-No, él se metió a eso antes de separarnos, quería entrar al negocio y me aseguró que no me involucraría en eso…

 

-Joder, pero Edward no es igual- protesté.

 

-Sea como sea, no quiero que te involucres más con él- dijo antes de colgar.

 

-Tu mamá no confía en mí- susurró Edward. Me volteé hacia él y tomé su rostro entre mis manos.

 

-Escúchame Edward Vulturi, no me voy a volver a separar de ti jamás, que te quede bien claro…

 

-No, no lo harás… Yo no seré un mafioso como mi padre, con Carlisle se muere el negocio, ni mi hermana ni yo seguiremos sus pasos, por eso estudiaré, para tener un trabajo propio, legal y darte lo que mereces

 

-Eso espero- murmuré.

 

-¿Ya están planeando casarse o algo así?- preguntó mi padre con burla. Enrojecí furiosamente al igual que Edward.

 

-¿Acaso escuché boda?- preguntó Reneé entrando a la cocina-. Olvidemos lo de Esme, ella ya hablará con ustedes en otra ocasión, ahora contesten

 

-Pero yo no puedo olvidarlo- le dije-. Es impresionante lo que me dijo

 

-Mi abuelo la amenazó- gruñó Edward-. Pensé que él era una buena persona

 

-¿Sigue vivo ese viejo?- le preguntó Charlie a Edward.

 

-No, ya murió, pero… Lo alcancé a conocer- respondió Edward.

 

-Esme sufrió mucho- susurró Reneé-. Comprendo porque quiere alejarte de él, pero pues esa no es razón para inventar una mentira así

 

-No, no la es- dijo Charlie mirando a mí novio-. No me gusta mucho eso de que seas hijo de Carlisle, pero tú ya diste tu palabra de que no entraras a eso

 

-Te lo juró Charlie, no entraré a eso- contestó Edward-. Bella es lo más importante para mí y jamás la voy a exponer a esa clase de peligro, además desde antes de conocerla yo no quería entrar así que puede confiar en que no lo haré

 

-¿Tu padre está de acuerdo con eso?- preguntó mi padre con interés-. Si te obligan a entrar alejaré a mi hija de ti

 

-Mi padre está más que de acuerdo con mi decisión- respondió mi novio.

 

-Bueno, ya olvidemos por la paz ese tema, ya habrá tiempo para eso- insistió Reneé-. Ahora todo debe ser felicidad, ustedes dos están juntos, llegará un bebé a la familia y mañana conoceremos al bebé de Jane y Alec

 

Después de eso decidimos que ya no tocaríamos el tema por el momento y comencé a servir la cena a Charlie y a su esposa.

 

Cuando se hizo de noche Edward se disculpó y dijo que tenía que irse. Después de las despedidas fui con Edward afuera.

 

-¿Mañana irás a la escuela?- me preguntó.

 

-Si amor, iré, entro a las ocho de la mañana,  nos vemos mañana por la tarde entonces

 

-No, yo te llevaré- me dijo.

 

-No, yo siempre voy caminando, no pienso cambiar mi hábito

 

-No puedes irte sola, así que te recogeré, no insistas- me contestó molesto.

 

-Voy con Alice

 

-Pues le vas diciendo que te recogeré

 

-No, no puedo hacerle eso… Nosotras nos vamos juntas…

 

-Ni sueñes que continuarás haciendo eso, nena, yo te recojo y punto

 

-Cómo te echaba de menos, tonto sobreprotector- me reí mientras rodeaba su cuello con mis brazos y lo besaba con desesperación. Pude sentir como se ponía duro.

 

-Maldita sea- gruñó Edward-. Quiero volver a hacerlo…

 

-Yo igual- confesé. 

 

-Tenemos que repetirlo definitivamente

 

-Si

 

-Pero después- susurró-. Después de tu graduación, a partir de mañana estarás muy ocupada con tus estudios ¿No?

 

-Tienes razón, esperemos a que me gradúe

 

-Si amor, y… Sobre la universidad

 

-Iré a la misma a la que me inscribí

 

-Entonces me inscribiré en esa misma escuela

 

-Pero… Tienes la oportunidad de ir a Harvard o la Universidad de Nueva York

 

-No me importa- se rió-. Yo solo quiero estudiar una carrera y que mejor que sea a tu lado

 

Sonreí ante la idea. Después miré el Volvo en el que Edward había venido.

 

-Oye… ¿Y ese auto?- le pregunté.

 

-Es el auto de mi hermana, el que le compraron al llegar, ella y mi padre han venido conmigo

 

-¿Tu hermana? ¿La que estaba en el internado?

 

-Sí, ella vino porque… Bueno, ella fue a visitarme porque me encontraba mal y quería estar conmigo… Ella se salió del internado y  ahora asistirá al mismo colegio que nosotros

 

De repente me puse muy triste. Edward estuvo muy mal por mi culpa.

 

-Fue mi culpa- susurré-. Si no me hubiese ido…

 

-No digas eso- me pidió preocupado-. Tú no tienes la culpa de nada

 

-Pero me fui sin haber preguntado nada

 

-No es tu culpa… Tú creíste esa mentira que nos dijeron para separarnos, pero ahora nadie nos separará, es una promesa, ahora que te encontré nadie te alejará de mi

 

-Edward… ¿Cómo me encontraste?

 

-Contratamos un investigador privado cuando mi padre se cansó de mi depresión, pero ya no hablemos de eso, mi vida… Me duele recordar ese tiempo, por favor no lo menciones

 

No paré de pensar en esas palabras después de que nos despedimos. Estaba preocupada por mi Edward quien todavía se veía muy delgado y pálido. Podía imaginarme como pudo haber estado antes de encontrarme. Él no quería hablar sobre el tiempo en que estuvimos separados. Ahora me quedaba claro quien había sufrido más y todo fue por mi maldita culpa, por quedarme callada.

 

Cuando entré a la casa Reneé comenzó a decirme muchas cosas. Que Edward era muy guapo pero que  su aspecto era como si se recuperara de una gran crisis. Después de esas palabras me eché a llorar en sus brazos. Charlie también trató de consolarme y los dos no pararon  de insistir que no era mi culpa lo que había sucedido.

 

-Todo esto ocurrió por los traumas de Esme- me dijo papá-. Ya cálmate amor, ya estás junto a tu novio otra vez

 

-Y nadie va a separarlos pequeña- me prometió Reneé.

 

-Pero se puso mal- sollocé.

 

-Pero eso ya pasó nena- insistió ella-. Ya fue, ahora se sabe todo

 

Después de un rato logré tranquilizarme y me fui a duchar. Sonreí al notar la leve incomodidad en mi parte intima. Había tenido mi primera vez con Edward. Cuando salí de la ducha y entré a mi recamara me quedé paralizada. Reneé estaba retirando la sábana de mi cuarto. Cuando volteó a verme casi sonrió burlona.

 

-¿Y esto?- susurró.

 

-Esto… Me vino el periodo- mentí. El periodo tenía que llegarme en unos quince días más.

 

-Nena, tú ya tuviste el periodo hace varios días, así que no me mientas

 

Joder. Si no hubiese pedido ese té para calmar mis cólicos cuando me vino el periodo Reneé me habría creído.

 

-Reneé- gruñí poniéndome muy roja-. No te miento

 

-¿En serio? Estabas con Edward a solas cuando llegamos

 

-Esto… No ocurrió nada- volví a mentir. Mi madrastra alzó una ceja.

 

-No me la creo…

 

-Bueno- dije cerrando la puerta y me acerqué a ella para hablarle al oído-. Lo hice con Edward

 

Reneé soltó un grito de alegría.

 

-¿Qué sucede?- preguntó Charlie desde abajo.

 

-¡Nada Charlie!- contestó Reneé-. Estoy emocionada por nuestro bebé, eso es todo

 

Oímos la carcajada de mi padre y yo asesiné con la mirada  a Reneé.

 

-Casi nos descubren- mascullé enojada.

 

-Calma nena, tu padre es un despistado, seguramente se creyó mi mentira

 

Puse los ojos en blanco.

 

Cuando Reneé se llevó la sábana yo puse otra y me acosté pensando en este hermoso día. Respiré profundo, cosa que no había podido hacer durante meses. El agujero en mi pecho se había ido definitivamente; era como si jamás hubiese estado.

 

Antes de dormirme le llamé a Alice para decirle que no me iría con ella. Ambas nos quejamos de los novios sobreprotectores que teníamos y terminamos riendo. Al colgar me dejé llevar por la inconsciencia, disfrutando por primera vez en meses un sueño tan tranquilo. 

 

A la mañana siguiente me levanté temprano como siempre pero sintiéndome muy rara. Hoy no me iría con Alice a la escuela.  No desayuné como siempre. Yo desayunaba en la escuela por culpa de mi padre quien me vigilaba casi todos los días. Ayer no lo hizo pero posiblemente ahora lo haría de nuevo.

 

Cuando salí de mi casa el volvo estaba estacionado afuera de mi casa. Edward estaba recostado en este y al mirarme sus ojos se iluminaron. Corrió hacía mi para tenerme entre sus brazos y llenarme de besos.

 

-Buenos días amor- me saludó mientras besaba una y otra vez mis labios. El pecho me ardía por lo rápido que latía mi corazón.  

 

-Bu… Buenos días- tartamudeé. Sus besos me ponían muy nerviosa y más ahora que había pasado meses sin ellos.

 

-¿Cómo amaneció mi princesa?- preguntó besando ahora mi oído.

 

-Muy bien- contesté-. ¿Y tú?

 

-Mejor que nunca… Te he recuperado, eres mía otra vez y eso me hace feliz, tanto, que hasta podría ponerme a cantar

 

Me reí de su frase.

 

-Creo que si me extrañaste entonces- dije divertida.

 

-Demasiado, nena, demasiado…

 

-Tenemos que irnos- le avisé y él hizo un puchero-. No querrás que no me gradúe y no podamos hacerlo de nuevo 

 

Después de unos minutos de estar besándonos nos fuimos a mi escuela. Solo le dije una vez a Edward por donde quedaba ya que Forks era un pueblo pequeño. Cuando llegamos Edward se quedó impresionado con los edificios de la escuela.

 

 

 

-Esta escuela está genial- murmuró-. Mejor que la de Nueva York

 

 

 

-Sí, mi padre es el director y ha mejorado mucho la escuela desde que comenzó con su cargo…

 

 

 

-Debe ser genial venir a esta escuela- comentó mientras estacionaba.

 

 

 

-Sí, aquí cada quien tiene sus propias clases, no hay grupos y puedo venir con ropa normal

 

 

 

-Sí, eso no me gusta mucho- dijo serio-. Te ves tremendamente sexy con lo que tienes puesto

 

 

 

Miré mi atuendo. Solo era una camisa de tirantes color morado y unos pantalones de mezclilla, ¿Qué había de malo? Este era mi atuendo de los milagrosos días soleados en Forks.

 

 

 

-Eh… No estoy sexy- lo contradije ruborizándome.

 

 

 

-Oh, claro que lo estás… Quisiera ir contigo para arrancarle los ojos a quien  se atreva a mirarte

 

 

 

-Por favor no seas celoso- le pedí muy seria-. Recuerda lo que pasó la última vez

 

 

 

Con lo que dije una expresión de dolor pasó por su rostro. Sus ojos comenzaron a cristalizarse y me sentí sumamente culpable.

 

 

 

-Perdóname, amor… Yo no quería recordarte eso…

 

 

 

-No importa cielo, lo merezco

 

 

 

-No amor, por favor no llores- le supliqué-. Por favor, no me hagas esto

 

 

 

-No lloraré princesa- me prometió mientras secaba un poco las lágrimas que había derramado.

 

 

 

Después de que nos despedimos me sentí como el ser más despreciable del mundo. La culpa me consumía.  Había hecho sufrir a mi novio cuando él solo me daba amor. Sin duda era una estúpida.

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NOTA: Hay algo que vi y que me resultó gracioso… La canción “Solo para ti” de Camila le queda como anillo al dedo a esta historia, sobre todo a lo que Ed siente por Bella jajaja me reí mucho cuando comencé a escuchar esa canción y que supe que le quedaba. Si pueden escúchenla o lean la letra  y me dicen si es cierto o no lo que yo les estoy diciendo jajaja. 

 

Capítulo 15: Descubriendo la verdad Capítulo 17: Monstruo

 
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