El amor de mi vida (+18)

Autor: sachiko065
Género: Drama
Fecha Creación: 04/06/2013
Fecha Actualización: 23/05/2014
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 46
Visitas: 34014
Capítulos: 21

Bella:

Yo era una chica normal. Un poco gruñona tal vez y no la mejor en clase. Era cariñosa con mis familiares y amigos, me encantaba la música. En fin, era alguien normal como dije. Lo único que odiaba en este mundo era el amor de pareja. Me parecía algo repulsivo y bobo... Hasta que conocí a un bello italiano que llegó a mi escuela. Edward Vulturi. Él sintió cosas por mi desde que me vió, pero yo me quise resistir a lo que sentía porque... Me daba asco el amor. Pero... Terminé aceptandolo. Amandolo con toda mi alma más bien. Solo hay algo que no me gusta de su vida. Su padre es el más grande mafioso de Italia.

 

Edward:  

En mi familia había una especie de maldición, o así lo veía yo. Los hombres de mi familia solo podían enamorarse una vez en la vida y el amor duraba para siempre. Además, se enamoraban solo con ver a su chica a los ojos, aunque no se conocieran. Eso sin duda me parecía una patraña. Mi padre no lucía muy enamorado de mi madre que digamos. Por eso, dejé de preocuparme y disfruté de la vida. Tenía dinero, muchos autos, tenía a cualquier mujer que quisiera en mi cama. De repente mi padre me dió una noticia que me llenó de optimismo. Iriamos a vivir a Norteamérica. No me entristecía dejar Italia, yo no era apegado a las cosas ni había amado a alguien... Hasta que la conocí a ella llegando a mi nueva escuela. Con solo ver sus hermosos ojos chocolate supe que ya no volvería a amar a nadie más. 

 

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Capítulo 13: Todo se acabó

 

Holaaa jaja pues aquí me tienen otra vez actualizando está loca historia. Aquí volvemos a arrancar la trama, después de la pausa XD. Espero que les guste y que no me quieran matar por lo que va a suceder. Plis comenten todo lo que opinaron- incluso las amenazas de muerte si es que quieren hacérmelas XD

 

Saludos a todas las que se pasan por este fic.

MEYRYCULLENBLACK: Hola nena, muchas gracias por leer el cap anterior y responder a mi pregunta jaja. Estoy igual que tú… Me gusta más el POV Bella porque así escribo cosas nuevas y pues con Edward tengo que repetir escenas e inventar cosas jaja.  Pero bueno el siguiente POV Edward será importante. Allí se conocerá algo que Bella va a ignorar durante un tiempo jejeje. Eh… con respecto a la segunda parte de la promesa  pues no pensaba en hacerla en un tiempo. Necesito terminar las historias que tengo, estoy hecha un lío realmente, esto me estresa más que la escuela ¬¬. Lo que prometo es tratar de terminar muy rápido mis fics para poder empezar las nuevas. Saludos :D

 

KEIT: Hola one-chan!!  yo también amo a Ed, quiero uno para mí jajaja. Espero que te guste el cap y que no me quieras degollar, quemar viva, quitarme la piel o cosas así… jajaja. En pocas palabras, por favor  no me mates XD Las cosas van a resolverse obviamente, pero no sé si será en mucho o poco tiempo jejeje. Besosss!

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Capítulo 13: Todo se acabo

 

Bella POV:

 

Hoy conocería los resultados de mis exámenes. Estaba sumamente nerviosa, ¿Lo habría hecho bien? Esperaba que sí.

 

-Te va a ir excelente, mi amor- me dijo Edward mientras nos íbamos a la escuela. Él había dicho que pasaría todos los días por mí y me había negado, le dije que no era cierto eso que yo había dicho de que me llevara pero usó su encantador rostro y sus besos para convencerme. El muy maldito sabía que me tenía muy enamorada y que era adicta a sus labios. Para que él pudiese llevarme le había tenido que decir a mi mamá que estaba saliendo con él. Jane se enteró por ella ya que yo no le hablaba. Sabía que la estaba lastimando, pero ella merecía que le dejara de hablar algún tiempo. Aun me dolía lo que hizo.

 

Llegamos a la escuela. Mis amigos me saludaron, pero a Edward no. Supongo que seguían enojados con él. Cruzaría unas cuantas palabritas con Carlie y Jacob.

 

Al conocer los resultados de mis exámenes me quedé sumamente pasmada al igual que los maestros. En todos saqué un A al igual que mi novio quien me sonreía con orgullo. En vez de leer sus resultados, leyó los míos. Lo amaba, simplemente lo amaba. Era el mejor tutor del mundo.

 

-Bueno, señorita Swan, lo ha hecho muy bien- me felicitó el profesor de historia cuando me entregó mi calificación-. Yo sabía que podía hacerlo…

 

Esas palabras nunca iba a olvidarlas y este día tampoco. Era histórico.

 

-Tenemos que ir a algún lado para celebrarlo- me dijo Edward a la hora de la salida. Asentí.

 

-Amiga, ¿Podemos hablar?- me preguntó Carlie. Ángela estaba detrás de ella.

 

-Yo también quiero hablar- me dijo. Suspiré. Ya me imaginaba de qué querían hablarme.

 

-No pienso dejarla sola- advirtió Edward.

 

-Es solo un  momento- le dijo Carlie. Edward me miró esperando a que dijera algo.

 

-Ve cariño, yo hablaré con ellas

 

Su rostro se iluminó. Yo lo había llamado cariño por primera vez. Edward asintió.

 

-Estaré afuera del salón

 

-Perfecto

 

Edward salió y las chicas empezaron a hablar.

 

-Te advertí que te alejaras de él- me dijo Ángela sin miedo a que la escucharan-. Ahora te has vuelto más cercana

 

-Tú lo odias- me recordó Carlie-. Y yo también, casi hace que pierda a mi Jake

 

-Yo no lo odio- contesté-. Sonará raro viniendo de mí, pero yo lo amo… Estoy enamorada de mi novio y no pienso dejarlo

 

-¡¿Es tu novio?!- gritó Ángela. Carlie se rió.

 

-¿En serio amiga? ¿Lo amas?

 

-Sí, lo amo…

 

-Esto es histórico, bien, ya no puedo odiar más a Edward, ha cumplido un milagro… Tienes mi apoyo en esa relación- sus ojos verdes brillaban. Estaba muy de acuerdo.

 

-Siempre estuviste de acuerdo- la acusé-. Es por eso que le dijiste en donde estaba el otro día

 

-Hum… Sí, además me ofreció una buena cantidad por mandarte ese mensaje y a Jacob por dejarme hacerlo

 

-¿Hizo qué…?

 

-Lo puedo explicar- dijo  Edward entrando al salón-. Yo quería encontrarte

 

-¿Por eso los tienes que sobornar?

 

-Sí…

 

-Eso es todo lo que hace un Vulturi, comprar las cosas, jugar sucio- gruñó Ángela. Las miradas de Edward y de Carlie se fijaron en ella.

 

-Tú… Hiciste que ella quisiera alejarse de mi ¿No es cierto?

 

-Sí- admitió ella enojada-. Le puedes hacer daño, eres hijo del mafioso número uno en Italia

 

Carlie se quedó perpleja.

 

-Sí Carlie- le dije-. Es hijo de un mafioso, pero no nos hará nada

 

Mi amiga asintió.

 

-Mi padre no le hará nada a Isabella- dijo Edward a Ángela-. En primera porque a él le agrada y segunda porque si le llega a tocar un solo cabello yo lo mataré, sé utilizar mejor las armas que él

 

-¡¿Sabes usar armas?!- pregunté alarmada-. Edward…

 

-No te preocupes nena, no las uso, lo que más odio es lastimar a la gente… Me enseñaron a usarlas por seguridad

 

-Confío en ti- entrecerré los ojos. Edward me acarició el cabello.

 

-Entonces, ¿Puedo confiar en ti?- le preguntó Ángela, recelosa todavía. Mi novio asintió.

 

-Jamás lastimaría a la persona que más amo en el mundo

 

Mis mejillas se tiñeron de rojo al oír las palabras de mi novio. Fingí que tenía mucho interés en mirar al suelo.

 

Los tres se empezaron a reír de mi reacción. Estaba perdida, si notaron mi rubor.

 

-Entonces confío en ti, espero que la cuides- dijo Ángela poniéndose seria ahora.

 

-Te lo juro- contestó Ed-. Tienes mi palabra de que la cuidaré con mi vida… Los Vulturi tenemos palabra

 

Cuando Edward me fue a dejar a mi casa me detuvo para decirme algo.

 

-Isabella, antes de que te vayas, quiero decirte algo…

 

-¿Sí?

 

-Soy un tonto, se me había olvidado… El día en que soborné a tus amigos para que  me dijeran donde estabas, Jacob te dijo Bella

 

-Ah- me reí-. Así me dicen, se me olvidó decirte, me gusta que me digan Bella, no Isabella

 

-¿Entonces por qué no me lo dijiste?

 

-No sé, la verdad se me olvidó…  Últimamente me estaba dando igual

 

-No sé porque te gusta que te pongan sobrenombres, tu nombre es precioso

 

-Lo dices porque es italiano- lo acusé en broma.

 

-No, de verdad es hermoso…

 

-Igual, dime Bella

 

-Creo que no podré

 

-Anda, dime Bella- supliqué.

 

-Be… Isabella

 

-Ed, solo dime Bella

 

-Isabella

 

-Joder, dime Bella, ¿Qué hay de malo?

 

-¿Desde cuándo te llaman así?

 

-Desde niña, anda dime Bella, ahora que lo pienso nunca me has llamado así

 

-Isabella- se rió. Le pegué un puñetazo en el hombro.

 

-¡Dime Bella!- exclamé.

 

-Isabella – cantó. Gruñí-. Isabella, Isabella, Isabella

 

-Si no me dices Bella ahora mismo, dejaré de besarte

 

Tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso.

 

-No puedes dejarme sin besos

 

-Puedo dejar de responderlos

 

-No podrás resistirte, Isabella

 

-¡Deja de molestar  y dime Bella!

 

-Lo siento Isabella- se carcajeó. Refunfuñé.

 

-Está bien Edward Alessandro Vulturi Lombardo, desde ahora te diré así, a este juego podemos jugar dos

 

-Ese es mi nombre completo, ¿De verdad me llamarás así?- preguntó un poco molesto. Detestaba el nombre de Alessandro, me lo había confesado el fin de semana cuando nos mandamos mensajes.   

 

-Tú me dices Isabella

 

-Seguiré diciéndote así

 

-Entonces adiós Edward Alessandro- me despedí. Poco me faltaba para soltar una carcajada estrepitosa semejante a la de Daniel, mi primo-. O más bien, adiós Alessandro

 

-Ya deja eso, por favor

 

-No, mientras tú me digas Isabella seguiré con esto,  Alessandro

 

-Te amo Bella- sonrió-. Haces que siempre me divierta

 

-¡Me dijiste Bella!- exclamé. Le di un beso en la boca y después le acaricié la cabeza-. Buen chico

 

-¿Crees que soy un perro?- preguntó incrédulo. Después sacudió la cabeza-. Bueno como sea, quiero que me digas que me amas

 

-Eh, yo…

 

-Dímelo- suplicó con un puchero-. Casi no lo haces, voy a terminar pensando que…

 

-No pienses cosas así, claro que te amo- dije desesperada.

 

-Eso es lo que quería oír- murmuró antes de besarme de nuevo. El beso comenzó de la forma habitual. De manera lenta y suave. El corazón como siempre se me aceleró y la corriente eléctrica que sentía al tocarlo apareció porque tenía mi rostro entre sus manos.

 

De repente el ambiente se tornó caluroso. Sentí ganas de frotarme contra él. Solté un gemido involuntario ante tal pensamiento.

 

Edward detuvo el beso abruptamente.

 

-No, Bella- dijo con voz ronca-. No es tiempo aun

 

-Lo sé, lo sé- contesté agitada.

 

-Quiero que sepas que te deseo y mucho- me aseguró-. Si quieres ve esto

 

Señaló su entrepierna. Había una muy notoria erección. Comencé a sentir como mi parte intima se humedecía. Aparté la mirada de allí para no hacer nada de lo que después pudiese arrepentirme.

 

No estaba en contra del sexo fuera del matrimonio pero… Ahora no me sentía lista para dejar de ser virgen. Además solo teníamos pocos días de ser novios.

 

Me despedí de él y me metí a mi casa rápidamente. Por suerte ya no volvimos a hablar de sexo de nuevo ni a ponernos en situaciones en donde nos diesen ganas de comenzar a tenerlo.

 

Desde ese día ya habían pasado dos meses. En el colegio todo iba bien.  Ángela se había vuelto nuestra amiga. Jacob y Carlie abandonaron su aversión hacia Edward.  Incluso, Edward y Jake se habían vuelto muy amigos. Parecían hermanos lo cual nos alegraba mucho a mí y a Carlie.

 

Cuando les entregué las calificaciones a mi hermana y a mi mamá dos meses atrás se pusieron locas de contentas. Me compraron una nueva computadora como regalo. Me alegré. Mi computadora anterior ya estaba agonizando.

 

Con Jane, la relación había mejorado solo un poco. Ya le hablaba, pero seguía sintiéndome incómoda. No podía perdonarla del todo por lo que hizo. Además de que muy en el fondo me sentía culpable de la muerte de ese bebé.

 

Hoy, me sentía cansada. No había sido muy buen día. Hubo un festival en la escuela por el aniversario de esta. Tuve que estar en un puesto durante todas las horas. Para colmo, a Edward le tocó lejos de mí. Mi novio estaba desesperado porque no podía verme. En una de las horas se escapó de su puesto para ir a verme, pero recibió un fuerte regaño de la presidenta del consejo estudiantil. Casi me moría de risa pero no me reí hasta que Edward se fue.

 

Me despedí de Edward antes de entrar a mi casa cuando me trajo. Aventé la mochila a algún lugar. No había tarea.

 

El resto de la tarde pasé tiempo de calidad conmigo misma. Vi televisión, comí dulces. Llamé a casa de Edward y hablé con este y con Nana. Ella desde que supo que Ed y yo éramos novios estaba más alegre.

 

De repente oí que sonaba mi teléfono después de un rato de haber colgado.

 

-¿Sí?

 

-Bella- dijo Jane. Su tono de voz me alarmó. Su tono era seco, un poco ronco, como si hubiese llorado.

 

-¿Qué pasó?- la cuestioné con el pulso acelerado-. ¿Tú y el bebé están bien?

 

Ella tenía cinco meses de embarazo y estaba muy sana pero… Podían ocurrir accidentes. Esperaba que no fuese así.

 

-Sí, el bebé  está bien y yo… No muy bien, estoy nerviosa

 

-¿Qué te ocurre?

 

-Nena, ¿Podrías venir al hospital? Mamá se puso mal, un ataque de nervios y se desmayó… Un señor la trajo aquí, está desolado y no sé porque… Esta situación es extraña

 

-¿Cómo está mamá?- pregunté angustiada.

 

-Ya está estable, ya la calmaron pero por favor ven, te necesito, no me siento muy bien- sollozó-. No quiero que le ocurra nada a mi mami

 

-Voy para allá inmediatamente, dime que hospital

 

-Hospital Roosevelt, ven lo más pronto que puedas por favor

 

 Colgué. Tomé un poco de mi dinero y fui a la calle a coger un taxi. Quería estar junto a mi madre.  En el camino sonó mi celular. Era Edward.

 

-¿Sí?- pregunté. Traté de sonar tranquila.

 

-Amor… Quería invitarte al cine, hay una película bastante buena que quiero ver y…

 

-Edward, disculpa, pero ahora no

 

-¿Qué sucede?

 

Suspiré.

 

-Voy en camino hacia un hospital

 

-¡¿Qué te pasó?!- gritó. Su grito fue tan fuerte que el taxista volteó un poco.

 

-A mi nada, pero si a mi mamá… Le dio un ataque de nervios y está internada… Voy a ir a verla

 

-Oh mi amor… ¿Quieres que te lleve?

 

-Voy en camino ya, estoy en un taxi

 

-Isabella- gruñó.

 

-¿En qué quedamos? Me ibas a decir Bella- quise sonar alegre pero no lo logré. Mi preocupación por mamá era grande.

 

-Bueno, Bella… ¿Por qué te has ido en un taxi? ¿No te parece que puede pasarte algo?

 

-Edward, no estoy para tus regaños, entiéndeme

 

-Bueno amor, es cierto… Solo por esta vez te la paso, ¿A qué hospital vas a ir?

 

-No es necesario que vengas

 

-Claro que sí, quiero estar contigo

 

-De verdad no es necesario- insistí.

 

-Voy a buscarte en cada hospital de Manhattan si no me dices

 

-Hospital Roosevelt- murmuré-. Ya voy a llegar, no vivo tan lejos de allí

 

-Perfecto… Voy para allá

 

-¿Sabes encontrarlo?

 

-Sí, estoy cerca además, mi padre iba a ir hoy a ese mismo hospital de hecho… Tiene asuntos que atender

 

-No me digas que…

 

-No, nada peligroso… últimamente se ha sentido raro, necesita revisión… Bueno amor, nos vemos en el hospital

 

-Sí

 

-Te amo, no lo olvides, estoy contigo- dijo antes de colgar. Suspiré. Yo también lo amaba y mucho. Era un excelente novio.

 

Cuando llegué al hospital pagué al taxista y me bajé. Para mi sorpresa mi hermana me esperaba fuera. Sus hermosos ojos azules estaban hinchados de tanto llorar. Me abrazó. No me aparté como normalmente habría hecho si fuese otro día. Hoy teníamos que estar unidas por mamá fuese o no grave la situación en la que se encontraba.  

 

-Fue mi culpa Bella- sollozó.

 

-¿Por qué?

 

-Ella hoy tenía trabajo pero iba a salir temprano, le pedí que me hiciera el favor de ir a recoger una blusa que mandé a la tintorería… No hice caso de que ella no se sentía muy bien

 

-¿Cómo que no se sentía bien?- pregunté soltándola.

 

-Sí… Se sentía rara, no mal… Pero bastante extraña, está así desde el día en que le presentaste a Edward y que este dijo su apellido

 

Ahora que lo recordaba. Era cierto. Hace una semana Edward y Esme al fin se habían conocido. En la cena, mi madre le preguntó su apellido. Cuando Edward lo mencionó Esme casi se atraganta. En ese momento creí  que se había ahogado con el refresco ya que muy seguido le sucedía.

 

-¿Y de quien eres hijo?- cuestionó mamá después de pedir perdón por lo que le había sucedido.

 

-De Eric Vulturi- mintió Edward. Lo miré extrañada. Esme se rió y se relajó. Continuó la cena-. Es el dueño de una cadena de restaurantes italianos- comentó mi novio. Yo no desmentí nada pero me preocupé. ¿Por qué Edward negaba a su padre?

 

-¿Por qué le mentiste a mi mamá?- le pregunté a Edward cuando nos despedimos.

 

-Tengo miedo de que quiera apartarme de ti si se entera de quien es mi padre porque me da la impresión de que tu madre lo conoce por la pregunta que me hizo después de saber mi apellido-confesó-. Además, nunca me ha gustado decirle a la gente que soy hijo de Carlisle Vulturi, el mafioso más temido en Italia y en la mayor parte del mundo… Mi padre está de acuerdo en que mienta… Y si un día se conocen ellos, estará dispuesto a mentir para que tu madre no tenga miedo

 

Asentí. Estaba de acuerdo con él ahora. Mi madre sentía aversión hacia los mafiosos. Seguramente sabía sobre  Carlisle Vulturi y me querría mantener alejada de Edward si se enteraba de que era su hijo.

 

-Vamos adentro, tal vez ya nos dejen pasar a verla- la orden de mi hermana me sacó de mis pensamientos lo cual agradecí. No me gustaba imaginarme cosas sospechosas.

 

Asentí y caminé con ella hasta adentro del hospital.

 

-¿Y cómo estuvo todo?- pregunté a Jane.

 

-Según el señor, él y ella se encontraron en la tintorería… Esme cayó en sus brazos desmayada, el tipo se sintió responsable y la trajo… Dice que se llama Eric Vulturi

 

Me quedé paralizada con esa información… ¿Sería Carlisle? ¿O el verdadero Eric Vulturi? Casi me atraganto con mi propia saliva.

 

-¿Qué tienes?- me preguntó mi hermana.

 

-¿Dónde está?

 

-¿Para qué quieres saber?

 

-Es mi suegro

 

-Oh, cierto Eric Vulturi- dijo comprendiendo-. Está en la sala de espera… Bella, he sentido algo muy raro al mirarlo… Siento que ya conocía a mi mamá de antes, él no me ha dicho nada pero, yo lo siento así, además es tu suegro, es una coincidencia

 

-Son ideas tuyas, yo no creo que lo conozca- dije con los nervios de punta. Algo raro ocurría aquí. La única explicación que se me ocurría era que tanto Carlisle como Esme se habían encontrado en la tintorería, mi madre se había desmayado de la impresión al verlo. Pero… Mi madre no era esa clase de persona que se desmayara cuando veía a alguien que detestaba. Además estaba eso de que Carlisle estaba afectado.

 

Al llegar a la sala de espera lo vi. Era Carlisle. Estaba sentado en una de las sillas con la cara entre las manos. Parecía morirse de desesperación.

 

Me acerqué hacia donde estaba y me senté al lado suyo. Él levantó la vista.  Me miró impresionado.

 

-¿Isabella?- me preguntó-. ¿Qué haces aquí?

 

-Vine… Con mi madre- respondí.

 

-¿Ella es tu madre?-su mirada iba de mi rostro al de Jane. Me percaté de que sus ojos azules estaban inundados de lágrimas. Me recordaban un poco a los de mi hermana cuando llegué al hospital. Sacudí la cabeza ligeramente para desechar ese pensamiento irrelevante.

 

-Sí… Ella es mi madre, vine a ver cómo está

 

-No lo puedo creer, si se casó con Charlie Swan- musitó para sí mismo.

 

-¿Conoce a mi papá?- pregunté muerta de miedo. Temía por la seguridad de mi padre-. ¿Además por qué llora?

 

-Eh… No me hagas caso querida

 

En ese instante sentí que sonó mi celular. Jane me miró con desaprobación y yo me ruboricé de pena. Me levanté y contesté.

 

-¿Sí?

 

-Amor, soy yo- dijo Edward-. ¿En dónde estás?

 

-Sala de espera

 

-Perfecto, ahora mismo voy

 

-Te espero

 

Me callé la información de que Carlisle estaba aquí. Consideraba importante que Edward supiera de la situación en la que su padre se hallaba para después tratar de encontrar una explicación a esto.

 

Colgué el teléfono y después lo puse en vibrador. Después me volví hacía Jane y Carlisle. Jane observaba a “Eric” como si fuese un bicho raro. Sinceramente, la entendía. No es que mi madre no fuese importante, pero… La reacción de Carlisle era exagerada ya que no se trataba de alguien conocido, ¿O sí? La pregunta esencial era esa para entender el porqué de esta escena tan extraña.

 

¿Carlisle conocía a mi mamá? Esa simple pregunta traería otra en caso de una respuesta afirmativa… ¿Esme era importante para él? Y allí se sabría todo.

 

“¿Pero en qué mierda piensas, Bella?” la voz de mi consciencia me cuestionó. Tenía razón, ¿Por qué mi inquietud? ¿Por qué simplemente no podía pensar que Carlisle se sentía culpable de haber hecho que una extraña se desmayara al verlo? Bueno, eso no tenía sentido. Un mafioso como él no podía sentir culpa por algo así.

 

Y eso nos traía de vuelta a mi inquietud, ¿Por qué Carlisle reaccionaba así? ¿Acaso le hizo daño a mi madre y el ataque de nervios no era más que mentira? Sentí rencor hacia Carlisle en ese momento. Si alguien de mi familia salía afectado por su maldita culpa, no dudaría en pedirle a Edward que lo matara, o mejor aún. Lo mataba yo misma.

 

“Hasta donde han ido a parar mis pensamientos” pensé un poco divertida, olvidando el rencor que de repente sentí hacia mi suegro “Si la hubiesen herido ya se sabría y probablemente Carlisle estaría peor”

 

En ese momento entró Edward a la sala de espera. Primero corrió hacia mí y me rodeó con sus brazos;  me sentía protegida. Hundí mi cabeza en su pecho y aspiré su delicioso aroma.

 

-Siento lo que pasó… No te angusties bebé, tu madre va a estar bien- susurró en mi oído.  Después levantó la vista-. ¿Papá?

 

-Hijo, ¿Qué haces aquí?

 

-¿No es obvio? Vine a acompañar a Bella, ¿Tú qué haces aquí? Yo pensé que estarías en consulta ahora mismo

 

-Tu padre trajo a mi mamá al hospital

 

-¿En serio?

 

-Sí, ambos nos encontramos en la tintorería, ella se desmayó y la traje- le explicó Carlisle.

 

-Eso puedo entenderlo porque me dijiste que ibas a ir a recoger un traje,  lo que no me explico es por qué estás llorando- espetó Edward con tono serio, como si le extrañara la situación-. ¿La conoces?

 

Volteé a verlo.

 

-No quiero hablar de eso- dijo mi suegro. Las comisuras de los labios le temblaron antes de contestar. Estaba sumamente nervioso. Mi sospecha aumentó.

 

Alcé la vista para mirar el rostro de Edward. Esté tenía una ceja levantada.

 

-Familiares de la señora Platt- anunció un doctor. Prácticamente corrimos hacía él.

 

-¡¿Cómo está?!- exigió saber mi suegro. Por poco y tomaba por el cuello de la camisa al pobre médico.

 

-Díganos como está- pidió mi hermana de forma amable. Estaba angustiada pero sabía guardar la calma, algo que le admiraba mucho.

 

-Ya está mejor por fortuna… Lo que le pasó solamente fue una gran sorpresa que hizo que se desmayara, también tuvo otro un ataque de nervios después de que despertó, pero por suerte no fue nada grave y ahora mismo podrá irse… Solo tiene que reposar un rato

 

Todos suspiramos con alivio.

 

-¿Podemos pasar a verla?- pregunté.

 

-Claro que si…

 

-Voy a verla- le avisé a mi novio. Este asintió.

 

-Síganme entonces…

 

-Yo la quiero ver- dijo Carlisle. Edward negó con la cabeza.

 

-No papá, tú te quedas aquí y me explicas que sucede

 

-Pero hijo…

 

-Te quedas

 

Le sonreí a Edward cuando Carlisle se rindió y nos dejó ir. Jane y yo seguimos al doctor hasta llegar a la puerta de un cuarto.

 

-Aquí está la señora Platt- nos dijo abriendo la puerta. Ambas entramos. Ver a mi madre acostada en una cama de hospital era muy feo. Ella nos veía con cara de disculpa.

 

-¿Cómo estás mamá?- le preguntamos al mismo tiempo.

 

Mamá se puso seria y suspiró.

 

-Necesito contarles una verdad… Ya decidí que no voy a seguir cargando con eso

 

Las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas. Fui hacía ella y se las limpié.

 

-¿Qué tienes mamá?

 

-Lo vi hoy… Por eso me desmayé

 

-¿A quién viste?

 

-A Carlisle Vulturi

 

Me puse tensa. La sospecha volvía a invadirme.

 

-¿Quién es?- preguntó Jane.

 

-Es… El mafioso más temido y… Alguien importante para mí

 

-Wow, wow, wow, wow, wow, ¿Te encontraste con un mafioso?

 

-Sí… Me impresioné tanto que me desmayé, tengo un pasado y Carlisle está en él

 

De repente se escucharon gritos.

 

-¡Papá detente!- exclamó Edward-. Es la mamá de mi novia

 

-No Edward, la veré y punto- dijo Carlisle. La puesta se abrió bruscamente.

 

Carlisle y Esme se miraron a los ojos durante un par de segundos. Después se echaron a llorar.

 

Mi suegro corrió hacia mi mamá y la llenó de besos ante nuestra mirada atónita. Observé a Edward quien estaba horrorizado. No me miraba, solo contemplaba la escena.

 

-¡¿Qué ocurre aquí?!- preguntó Jane.

 

-Mi amor- sollozó el padre de Edward-. Te encontré… Por favor dime que estás bien…

 

-Lo estoy Carlisle, lo estoy, suéltame

 

-No, nunca- dijo este con un hilo de voz.

 

-Por favor

 

Carlisle le hizo caso a mi mamá. Se apartó. El doctor que hace rato nos trajo entró furioso al cuarto a exigir que saliéramos. Mamá dijo que no ya que tenía que decir una verdad. Carlisle lo amenazó para que saliera.

 

Al final nos preparamos para escuchar lo que mamá tenía que decir. Jane interrumpió.

 

-Mamá, solo una pregunta… ¿Él es Carlisle?

 

Esme asintió.

 

-Sí, ¿Por qué?

 

-Pero él es Eric, el suegro de Bella, y el padre de Edward

 

-Yo les mentí respecto al nombre de mi padre- confesó Edward.

 

-¿Qué?- preguntó Esme.

 

-Le dije que Eric Vulturi es mi padre para que no me apartara de ella… Yo sentí que usted conocía a mi padre y que por eso se atragantó al oír mi apellido… No quería alejarme de Bella y por eso mentí…

 

-No puede ser, entonces Edward y Jane son…- susurró Esme. Se quedó a mitad de la frase.

 

-¡¿Ella es mi hija?!- preguntó Carlisle posando la mirada en mi hermana. Estaba boquiabierta al igual que mi novio.

 

Esme se puso a sollozar. Asintió.

 

-Sí, Carlisle, ya no puedo más con esto…

 

-¿Por qué no me dijiste nada?

 

-Quería a mi hija lejos de todo esto- admitió Esme.

 

-¡¿Pero qué mierda pasa?!- gritó Jane-. ¿Me estás diciendo que soy hija de este señor?

 

-Sí… Eres hija de Carlisle

 

-Yo me voy de aquí- susurré. Este tema no me correspondía.

 

Jane… ¿Hija de mi propio suegro? Ahora todo tenía sentido. Podía  entender varias cosas. Entendía por qué ella no se parecía a Charlie, porque mamá le temía tanto a los mafiosos, por qué Carlisle estaba así de afectado en este momento.

 

Cuando salí del cuarto por fortuna Edward no me siguió. Seguramente ni siquiera notó que me fui. Lo entendía, estaba demasiado impresionado y a él le correspondía ese asunto. 

 

Fui hacia la cafetería y me compré un café con un pan. Me senté a disfrutarlos en la sala de espera. Después de un rato de que terminé de comer oí gritos.

 

-¡Bella! ¡Bella!- era Edward. Mi novio entró a la sala de espera. Corrió para abrazarme-. Tonta, ¿Por qué te has ido?

 

-Yo… No quería interrumpir, es asunto de los tres, no mío

 

-Aun así, no quiero que vuelvas a hacerme esto… No soporto que me des estos sustos

 

-Quiero irme a mi casa, mi madre está bien, yo ya no tengo nada que hacer aquí…

 

-Está bien, vamos

 

Los dos nos fuimos sin decirle nada a nadie. Notaba muy raro a Ed, parecía estar agonizando. Lo comprendía, debía ser muy fuerte enterarse de que tienes una hermana que también es hermana de tu novia.

 

-¿Cómo está ese asunto de que mi hermana es tu hermana también?- le pregunté cuando estuvimos en el auto.

 

Edward suspiró.

 

-Esme y Carlisle se conocieron cuando eran jóvenes… Se enamoraron, pero ella lo dejó cuando se enteró de que era un mafioso…  Pero Esme se quedó embarazada de él pero no se lo dijo y Charlie   quien era su mejor amigo en ese entonces  le propuso matrimonio para darle una familia al bebé y alejarlo de la mafia… Hicieron pasar a tu hermana como hija de Charlie Swan cuando nació y ese es el fin de la historia

 

-No puede ser- susurré-. Con razón mi madre evita hablar de los mafiosos, los detesta

 

-No, no los detesta… Le recuerdan a su pasado con Carlisle… Bella, mi padre tiene a alguien que le impide amar a mi madre… Esa mujer es Esme

 

-¿No estás enojado?- pregunté con miedo. No quería que se enfadara conmigo por todo aquello.

 

-No mi amor, no estoy enojado-sonrió-. Estoy aliviado, por fin la conozco… Mi padre no pudo haber elegido a una mejor mujer…

 

-Mi madre es una buena persona- dije-. Y muy bonita, pero… No me imaginaba que nunca amó a mi papá… Se veía afectada cuando se divorció

 

-Por la culpa- murmuró Edward-. ¿Nunca te preguntaste por qué se divorciaron?

 

-Nunca hubo peleas, pero  se divorciaron porque ya ninguno de los dos se amaba

 

-Esme nunca pudo olvidar a Carlisle y por eso le dijo a Charlie que ya no podían seguir… Ya te tenían a ti pero esperaron a que crecieras un poco para que no te afectara tanto, me lo dijo Esme, cuando estábamos en el hospital

 

Me quedé sin saber que decir. Me sorprendía que Esme confesara todo. Tenía que tener una buena charla con mi padre.

 

-Entonces mamá nunca quiso a mi papá y sufrió cuando se divorciaron por la culpa que sentía- sugerí. Edward asintió.

 

-Sí… Exactamente como tú dices

 

De repente los ojos de Edward se llenaron de lágrimas.

 

-¿Qué te pasa Edward?- cuestioné asustada.

 

-Ya no aguanto… Te lo tengo que decir

 

-Me estás asustando…

 

-Tu madre me quiere lejos de ti- contestó con voz temblorosa-. Después de contar su historia me advirtió que no te volviese a molestar, Carlisle protestó al igual que yo… No te quiero fuera de mi vida así como mi padre no quiere a Esme fuera de la suya

 

-Ella no va a impedirme que este contigo Edward… Mi mamá entenderá que no estás en la mafia, ¿No se lo dijiste?

 

-¡Se lo dije Bella!- gritó-. Se lo dije… No me quiso escuchar, me dijo que me alejara inmediatamente de ti, que no podíamos estar juntos

 

-No te angusties, nadie nos va a impedir que estemos como hasta ahora

 

-Si tu madre no me acepta no podemos, no quiero que tengas problemas con ella… Quiero estar contigo pero si eso implica hacerte quedar mal con tu familia…

 

-¡¿Me estás dejando?!- exclamé.

 

-No lo sé

 

-Detén el auto Edward- le ordené.

 

Él me hizo caso y estacionó enfrente de una tienda. Sin que se diera cuenta me desabroché el cinturón.

 

-¿Me estás dejando?- le pregunté con voz firme. Edward asintió y eso me rompió el corazón.

 

-No quiero que tengas problemas con ella- contestó. Las lágrimas corrían por sus mejillas-. Si no te dejo vas a ser muy infeliz

 

-¿Y no te has puesto a pensar en que voy a ser infeliz sin ti?- grité. Mis ojos comenzaron a arder, en señal de que las lágrimas se me iban a salir.

 

-No creo que me ames tanto como para eso… Tú no querías enamorarte de mí… Vas a superarlo, eres una chica fuerte

 

Me quedé perpleja… ¿Acaso Edward decía que yo no tenía sentimientos? Esto era el colmo.

 

-Dices que no te amo… ¿Verdad?

 

-Voy a decirte la verdad… Tengo una razón muy poderosa para dejarte… Lo de tu madre es solo una parte… No podemos estar juntos, pero no puedo decirte, juré callarme esto

 

-¡Dímelo!

 

-No voy a decirte, no insistas Isabella

 

-¿Por qué me estás dejando?- sollocé.

 

-Créeme que yo no quiero, mi amor, no quiero- gimoteó. Sus ojos estaban inundados de lágrimas-. Pero tengo que hacerlo… Sé que te vas a recuperar, yo no porque te amo como un desquiciado

 

-¿Y tú crees que yo no te amo de esa forma?- le reproché-. ¿Crees eso solo porque no me la paso diciéndotelo a cada cinco minutos como tú haces conmigo? Haces muy mal Edward, haces muy mal en pensar eso de mí…  Yo te amo como una idiota, eres lo más importante para mí y me duele mucho que dudes del amor que te tengo, por ti hice muchas cosas que juré que no haría… Vencí mi estúpido miedo al amor, el asco ¡Todo! Todo lo hice por ti…

 

-Mi amor…

 

-Mi amor nada, me estás dejando

 

-Bella, por favor, yo…

 

 -Déjame en paz- dije tratando de abrir la puerta.

 

-No, mi amor, no te vayas, te tengo que llevar a casa…

 

-Ya no quiero nada de ti- espeté-. No puedo creer lo tonta que he sido… Creí por primera vez en mi vida que amar era algo bueno, pero no, solo hace sufrir… No me detengas Edward, me quiero ir

 

-No te vas a ir sola- sollozó-. Es peligroso, mi vida

 

-¿Mi vida? ¿Cómo te atreves a decirme así cuando me estás lastimando de esta manera? Me estás terminando por una tontería

 

-No es una tontería- replicó.

 

-Como sea, me voy sola

 

Abrí la puerta del coche. Edward me sostuvo por un brazo para que no me fuera. Luché para soltarme de su agarre y por fortuna lo conseguí.

 

Una vez fuera del auto comencé a correr a toda velocidad. Escuché los gritos de dolor de mi ex novio. No me importó. Quería huir de todo.

 

Cuando crucé la calle tuve la mala suerte de tropezarme. Sentí que alguien me levantaba. Por esa sensación de electricidad supe que era mi Edward.

 

-No te vayas, princesa, no lo hagas, no huyas así de mí-susurró en mi oído

 

-Suéltame Edward- gruñí-. Lo nuestro se acabó

 

-Lo sé, pero no puedo evitar amarte de esta manera, te necesito para vivir

 

-Eso lo hubieses pensado antes de dejarme- respondí apartándolo bruscamente. Me volteé para encararlo-. No quiero que vuelvas a hablarme Edward Vulturi, todo se acabó 

Capítulo 12: Mi novia Capítulo 14: Disparo

 
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