El amor de mi vida (+18)

Autor: sachiko065
Género: Drama
Fecha Creación: 04/06/2013
Fecha Actualización: 23/05/2014
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 46
Visitas: 34005
Capítulos: 21

Bella:

Yo era una chica normal. Un poco gruñona tal vez y no la mejor en clase. Era cariñosa con mis familiares y amigos, me encantaba la música. En fin, era alguien normal como dije. Lo único que odiaba en este mundo era el amor de pareja. Me parecía algo repulsivo y bobo... Hasta que conocí a un bello italiano que llegó a mi escuela. Edward Vulturi. Él sintió cosas por mi desde que me vió, pero yo me quise resistir a lo que sentía porque... Me daba asco el amor. Pero... Terminé aceptandolo. Amandolo con toda mi alma más bien. Solo hay algo que no me gusta de su vida. Su padre es el más grande mafioso de Italia.

 

Edward:  

En mi familia había una especie de maldición, o así lo veía yo. Los hombres de mi familia solo podían enamorarse una vez en la vida y el amor duraba para siempre. Además, se enamoraban solo con ver a su chica a los ojos, aunque no se conocieran. Eso sin duda me parecía una patraña. Mi padre no lucía muy enamorado de mi madre que digamos. Por eso, dejé de preocuparme y disfruté de la vida. Tenía dinero, muchos autos, tenía a cualquier mujer que quisiera en mi cama. De repente mi padre me dió una noticia que me llenó de optimismo. Iriamos a vivir a Norteamérica. No me entristecía dejar Italia, yo no era apegado a las cosas ni había amado a alguien... Hasta que la conocí a ella llegando a mi nueva escuela. Con solo ver sus hermosos ojos chocolate supe que ya no volvería a amar a nadie más. 

 

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Capítulo 15: Descubriendo la verdad

Chicas… Sé que es pronto pero ¡Aquí les dejo un capítulo nuevo! Jejeje. Como ustedes son buenas y rápidas en comentar pues yo soy rápida en actualizar y contestar sus comentarios. Es como una manera de agradecer el apoyo que me están brindando, no lo hago por la necesidad de aumentar comentarios. Aunque, si me encanta que me dejen sus opiniones porque para mí es muy importante sentir su apoyo, saber que les gustó, que no y así ir continuando con este fic que ya está a la mitad…

 

Gracias por su apoyo en esta historia. Siempre me motivan a seguir escribiendo, bueno, ahora mando mis saludos a:

 

FABIANA:  Holaaa! Sí, comprendo que mis locuras del cap anterior te hayan dejado con cara de WTF? O que te hayan sacado de onda jaja. Espero que este capítulo te guste :D Muchísimas  gracias por estar aquí en mis actualizaciones y dejar tus comentarios. Espero que me sigas  acompañando en esta locura que hace poquito comencé y que espero terminar dentro de poco jejej.

 

TIKACULLEN: Hola Tikaaa! Ojalá que este cap te quité la tristeza que tienes por la separación y del accidente jejeje. De hecho, esto último no lo planeaba … Se me ocurrió de repente y lo metí en el fic XD… Y sobre lo del tío. No puedo aclarar nada, tendrán que leer el cap jajaja (Soy mala) No, ya en serio, en este episodio está la respuesta… Muchas gracias por dejar  tu comentario  :D

 

MEIRYCULLENBLACK: Que bueno que te haya gustado el cap, nena . Me alegra muchísimo que te ames la historia. Yo también la amo, no porque la considere buena- ya que no soy escritora- sino porque… Es la historia  que de cierta manera me gustaría vivir (A excepción de lo del disparo, eso sería doloroso jaja). Y sobre el POV Alessandro (Jajajaja Edward nos va a matar a las dos XD)… Falta un cap de Bella para poderlo subir. Sin duda me quedará ¡LARGUISIMO así, que si tardan en leerlo lo comprenderé perfectamente. Sobre Alice, aquí te llevarás una sorpresita jaja. Respecto a Hacienda Cullen, mi inspiración está nula… No tengo cerebro para esa historia, pero les prometo que ya me voy a poner a escribir esa historia y a mandar a volar las tareas jajaja ok, no. Pediré  a mis amigos adictos al anime sus consejos para hacer el final de Hacienda Cullen algo dramático y de cierta manera trágico. Ese fic lo empecé como una telenovela mexicana y la terminaré como una novela mexicana jajaja Lo que te puedo adelantar es que posiblemente muera uno de los personajes. Y sobre el agradecimiento… jajaja no lo hagasss, soy yo quien agradece su apoyo :D

 

KEIT: Key, mi beta de la escena XXX de Bella y Edward jajaja. A ti no hace falta que trate de tranquilizarte, hermana mía… Ya pude impedir que te arrancaras el ojo jajaja. Espero que el cap te guste (Aunque ya te di un “pequeño”  resumen ¬¬) Muchas gracias por apoyarme en todas mis locas historias y en la de “La camarera” la cual no he subido a ninguna parte, pero que tal vez hoy mismo suba a Facebook. Aishiteru one-chan!!

 

A TODAS LES MANDO MUCHOS BESOS Y ABRAZOS DESDE MÉXICO. LAS QUIERO MUCHOOO!! LAS COSAS QUE ME DICEN Y RESPONDERLES HACEN QUE SE ME QUITE  UN POCO LA TRISTEZA POR LA QUE PASO AHORA  (Problemas en el amor para ser exacta) Perdón si me comporto muy confianzuda y les hago bromas o cosas que parezcan que ya me confié mucho de que les gusta el fic. En verdad, no es así… Yo sinceramente las considero ya mis amigas. Al publicar esta historia me siento como en la secundaria, cuando les mostraba a mis amigas las historias que escribía. Les hacía comentarios así “No se desesperen… Ya escribí” y cosas así, pero todo era por broma. Espero no caerles mal nunca ni que me consideren mala onda ni confiada.  También saludos a las hermosas lectoras silenciosas- si es que hay- jaja. Muchas gracias también a ellas :D.

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Capítulo 15: Descubriendo la verdad

 

Bella POV:

 

Después de la conversación con mi padre llegaron Reneé y el doctor. Ella se puso a llorar como niña pequeña en cuanto me vio. Yo me alegré de verla. A pesar de que era algo alocada e irresponsable ella era como mi segunda madre. La adoraba, papá no pudo escoger mejor mujer para compartir su vida.

 

El médico me miró muy serio y me habló con sinceridad. Yo debía estar muerta pero de milagro sobreviví. Me ordenó estrictamente guardar reposo durante semanas. Charlie casi se vuelve loco haciéndole preguntas al doctor sobre mi estado de salud. Memorizó todo lo que el médico dijo.

 

Después de aquello Charlie y Reneé hablaron con Jane y con Esme sobre lo de irme a Forks. Mi mamá aceptó que me fuera a vivir con Charlie; Jane no quiso pero después de que le dije que yo deseaba irme en verdad, ya no puso protesta. Esme aceptaba esto porque me quería mantener a salvo y se lo agradecía, pero a la vez me enojaba que no fuese honesta conmigo y no me dijera la verdad.

 

Quise que Edward viniese para poder decirle que me iba pero ambas dijeron que él tenía prohibido entrar a verme. Ahora entendía lo del soborno que dijo Carlisle.

 

-¿Por qué no quieren que lo vea? Ya terminé con él… ¿Qué importa si lo veo como un amigo?

 

-No pueden estar juntos de ninguna manera- dijo mi madre-. No puedes verlo ni como amigo, no pienso consentirlo… Te irás a Forks sin decirle nada

 

-Pero…

 

-Pero nada, te vas a Forks sin avisarle

 

-Está bien- suspiré-. Pero si me busca yo no tengo la culpa

 

-No te buscará, no vamos a decirle donde estás

 

Desde ese día ya habían pasado varias semanas. Semanas en donde no había vuelto a ver a Edward, pero si hablaba por teléfono con él cuando mi mamá o Jane se descuidaban. Aun no le decía nada a Ed sobre mi partida y no quería hacerlo. Por eso lloraba cada vez que colgaba el teléfono. Jake y Carlie me visitaban casi todos los días y se quedaban conmigo durante horas. Gracias a ellos no caía en una profunda depresión.

 

Yo me había recuperado casi completamente de la operación y ya era hora de irme a Forks. Me sentía agonizar, me mataba apartarme de él porque lo amaba con toda mi alma. Sin él yo no podía vivir. Era increíble el cambio que Edward había hecho en mí;  hace meses el amor me daba asco y era lo más repugnante del mundo, pero ahora creía lo contrario; era maravilloso pero, también te hacía sufrir cuando no se podía estar junto a la persona que se amaba.

 

Me subí al taxi junto con Reneé después de despedirme de mamá y Jane quienes lloraban por la despedida. Charlie ya se había ido hace dos semanas debido a que debía volver a su trabajo y a arreglar lo de mi entrada a la escuela a la cual asistiría este lunes.

 

-¿Vas a estar bien pequeña?- me preguntó Reneé cuando el taxi arrancó. Nos dirigimos hacia el aeropuerto.

 

-No Reneé- sollocé-. Lo voy a extrañar, lo amo demasiado

 

Yo le había contado a Reneé toda mi historia con Edward, y lo que realmente pasó con lo del disparo. Lo único que omití fue que Edward era mi tío. A Reneé le decía que yo no sabía la razón que Edward tuvo para dejarme pero que le entendía.

 

-El muchacho va a morirse de tristeza si es que te ama tanto como dices…

 

-No quiero que eso pase Reneé… Me quiero ir porque no puedo estar con él, pero quería decirle, ni mi madre ni Jane me dejaron decirle ni a él ni a mis amigos… A estos solo pude decirles que me marchaba

 

Y aún estaban llamándome y mandándome mensajes para preguntar a donde me iba. De repente me llegó un mensaje. Era de Jake.

 

“Bella, si no me dices a donde coño te has ido, voy a decirle a Edward que te fuiste y que te busque. Atte. Carlie y Jacob”

 

Me aterroricé. Edward no debía encontrarme.

 

“Por favor no le digan nada… Yo no me voy del país, en un tiempo los visitaré… No voy a decirles donde estoy porque lo tengo prohibido… No me busquen ahora, estaré muy bien, entiéndanme “

 

Ya no me contestaron lo cual era preocupante. Después de un buen rato me llegó una llamada al celular. Era Edward. Decidí contestar.

 

-Hola Ed- respondí fingiendo estar bien aunque las lágrimas corrían por mis mejillas. Reneé intentó limpiarlas.

 

-Hola princesa, ¿Cómo te sientes?

 

-Bien Edward…

 

-Nena, ¿Te sucede algo? Te escucho rara…

 

-No, no tengo nada, acabo de despertar- mentí. Por fortuna soné muy convincente.

 

-Ok preciosa, te creo… Te extraño Bella, siento como si estuvieras lejos de mí… No lo soporto

 

-Te lo estás inventando, sigo en Manhattan- me reí un poco a pesar de las lágrimas. Moría por sollozar.

 

-Eso espero… Me matarías si te vas

 

-No digas eso-susurré-. No lo digas ni de broma

 

-Es cierto… Eres el amor de mi vida y sin ti yo no puedo vivir a pesar de que no estemos juntos como pareja

 

-Yo tampoco puedo vivir sin ti- le contesté y se me salió un sollozo.

 

-Nena ¿Qué pasa? Te noto muy angustiada

 

-Te extraño Edward, te extraño mucho

 

-No llores pequeña- dijo con voz quebrada.

 

-No puedo evitarlo… Te extrañaré Edward, te extrañaré- contesté mirando por la ventana. Ya estábamos a punto de llegar al aeropuerto.

 

-Nos vamos a volver a ver, te lo juro…

 

-No… No me querrás ver después de esto

 

-¿Qué  dices?

 

-Te amo, nunca lo dudes… A pesar de la distancia siempre te voy a tener presente

 

-Princesa, no me asustes- dijo angustiado-. Oigo como si estuvieses en un coche, ¿En dónde estás?

 

-Perdóname mi amor, no puedo decirte- dije antes de colgar. El teléfono volvió a sonar. Me apresuré a apagarlo.

 

Me abracé a Reneé y comencé a llorar como niña pequeña. El taxista carraspeó.

 

-Discúlpenme que me meta en lo que no me concierne pero permítame decirle que todo se resolverá, si hay amor verdadero las cosas se van a acomodar para que al final estén juntos

 

Me incorporé un poco para mirarlo. Me percaté de que era bastante joven y guapo. Aunque no se comparaba ni un poco con Edward.

 

-¿En serio?

 

-Sí…  Eso mismo me ha sucedido a mí… Yo amo a mi mujer pero cuando fuimos novios nos dijeron mil mentiras para separarnos porque según yo era muy poca cosa… Al final el destino nos volvió a unir y se supieron las verdades

 

-¿Ves?- sonrió mi madrastra-. Todo va a ir bien, si ustedes dos se quieren todo va a salir bien… Vamos a Forks y pasa un tiempo con nosotros, toma tu tiempo para calmarte y si realmente hay amor se volverán a encontrar

 

Asentí. Los dos tenían razón. Un amor como el que Edward y yo teníamos era verdadero. Tal vez no fuésemos familiares y podríamos estar juntos algún día. Aun así no le pregunté nada a Reneé. Si ella me decía que yo era hija biológica de Charlie sería capaz de salir de este automóvil e ir a buscar a Edward. Necesitaba tiempo para calmarme, necesitaba apartarme un poco de él y de Nueva York, vivir tranquila. Si él me amaba realmente, me iba a esperar.

 

Llegamos al aeropuerto minutos después y pedimos ayuda a un maletero. Yo no llevaba gran cosa pero aun no podía cargar cosas pesadas por lo de la operación.

 

Cuarenta y cinco minutos más tarde Reneé y yo estábamos abrochándonos los cinturones en el avión. Nos dirigíamos al aeropuerto de Seattle, allí nos recogería Charlie para ir en auto hasta Forks. Nos quedaba un viaje largo.

 

En las primeras tres horas de vuelo me sentí sumamente desesperada. No me gustaban los aviones y todavía me quedaban dos horas más de vuelo.

 

-Duerme un poco, querida- me dijo Reneé mientras besaba mi frente.

 

-Está bien- dije bostezando. Segundos después caí en un profundo sueño.

 

-¡No me dejes Bella!- exclamó Edward. Me daba miedo su aspecto, estaba pálido, ojeroso. Parecía como si estuviese muerto en vida-. Me vas a matar nena, no te vayas

 

-Tengo que irme, mi amor… Es lo mejor

 

-¡No!- sollozó-. No me dejes, ¿Qué no te das cuenta de que si te vas te estás llevando toda mi vida contigo?

 

-Perdóname, necesito saber la verdad y para eso necesito estar  lejos de Nueva York

 

-No me importa si somos familiares o no, lo que hay entre nosotros es amor – dijo acercándose. Nuestras respiraciones se agitaron al estar muy cerca uno del otro. -. No podemos vivir separados

 

-Te amo Edward, por favor perdóname

 

-No, nunca te perdonaré si te vas… Me estás destrozando

 

-Por favor perdóname- dije angustiada.

 

-Nena, nena despiértate, ya vamos a aterrizar- me dijo Reneé en el oído. Me incorporé bruscamente y me abroché el cinturón. Seguía aturdida por el sueño.

 

-¿Ya vamos a aterrizar? Wow, apenas me quedé dormida…

 

-Y estabas soñando con él- me miró burlona y triste a la vez.

 

-¿Qué?

 

-Estabas hablando en sueños- se rió un poco-. No se te ha quitado eso

 

Me sonrojé. Pensé que había superado eso. Cuando era niña mis vacaciones las pasaba en Forks. Reneé me decía que hablaba en sueños. Ella era pareja de mi papá desde que yo tenía nueve años. No tenían un hijo aun porque no se sentían preparados. Mi padre ya tenía cincuenta y Reneé  apenas treinta y cinco. Sí, la diferencia de edades era mucha pero no era problema ya que Charlie se veía muy joven aun.

 

Cuando llegamos al Sea- Tac Charlie nos recibió con un gran abrazo.

 

-¿Cómo están pequeñas?- nos preguntó. Le dio un beso en los labios a Reneé. Aparté la vista. Ver a una pareja feliz me lastimaba.

 

Y vaya que seguí viendo a parejas felices después de días de mi llegada a Forks. Al parecer todo mundo estaba de novio.  Yo aparentaba estar tranquila para no preocupar a Charlie pero el dolor allí estaba. Quería estar con mi Edward. Me estaba muriendo sin él.

 

Por suerte en la escuela me distraía un poco. Asistía junto con Daniel, el hijo de mi tía Tanya. Este estaba de novio con Alice Brandon una chica preciosa de cabello corto y negro.  Con ellos dos me la pasaba y hacían que mis días fríos y oscuros en Forks fuesen más llevaderos.

 

Últimamente le tenía muchísima confianza a Alice. Era mi mejor amiga en Forks y ambas decidimos mandar una solicitud a la Universidad de Columbia, que estaba ubicada en Manhattan. Tenía que regresar. Yo quería estudiar economía y Alice arquitectura y planificación. Nuestras solicitudes fueron aceptadas debido a que teníamos muy buenas calificaciones. Por su ayuda yo podía salir con buenas notas y me podría graduar pronto sin ningún problema. Ella era igual o más inteligente que Edward.

 

Edward. La simple mención de su nombre hacía que me pusiera a llorar por horas seguidas. Generalmente lloraba en silencio para que ni Charlie ni Reneé se enteraran, pero hoy no lo soporté y sollocé como nunca. El agujero que sentía en mi pecho me impedía respirar. Me sentía vacía.

 

-Nena, Alice te busca- me dijo Reneé entrando al cuarto. Corrió hacia mí cuando vio en el estado en el que me encontraba-. ¿Qué tienes preciosa?

 

-¿Puedo subir?- gritó Alice.

 

-¡Sí, sube, Bella está mal!- exclamó Reneé. Yo sollocé.

 

-Ya no lo soporto Reneé, lo amo, lo quiero ver- le dije.

 

-Tranquila, mi niña… Tranquila

 

-¿Qué te pasa Bells?- dijo Alice viniendo conmigo. Me abrazó-. Nena, ¿Qué ocurre?

 

-Las dejaré solas un momento, le traeré un té a Bella- anunció Reneé. Alice asintió.

 

Reneé salió del cuarto y Alice me soltó para tomarme las manos y mirarme a  los ojos.

 

-Bella, dime de una buena vez que es lo que te pasa… Desde que te conozco yo sé que no eres tú misma, pareces muerta en vida, tus mejillas no tienen color y tus bellos ojos no tienen brillo, ¿Qué pasa? ¿Por qué no me cuentas lo que te sucede?

 

Me quedé asombrada… ¿Tanto se notaba mi sufrimiento?

 

-Alice, ¿En serio notas que sufro?

 

-No soy una tonta, amiga, no te lo había dicho antes porque me daba pena, pero te quiero y no deseo que sigas así… Si sigues así puedes morirte y no quiero eso

 

-Me voy a morir de amor- gimoteé.

 

-Lo sabía- sonrió levemente-. Sabía que era por amor… Ahora cuéntame todo

 

-Espera a que llegue Reneé, te lo contaré todo

 

-Perfecto, pero no omitas nada, trataremos de ayudarte…

 

-Nadie me puede ayudar…

 

-No digas eso

 

Minutos después llegó Reneé con mi té. Le dije a ella que le contaría todo a Alice. Estuvo muy de acuerdo.  Suspiré antes de empezar; necesitaba contar absolutamente todo. Tenía que saber si era cierto eso de que Edward y yo éramos familiares.

 

Cuando terminé mi relato a  ambas se le salieron las lágrimas.

 

-Bella, esto es muy triste- dijo Alice-. Amiga, debiste decirme antes, eres una tonta… Ahora dime, ¿Por qué te dejó Edward? ¿Cuál fue la verdad que le dijo tu mamá para que se alejara de ti?

 

Casi me atraganto con el té. Era el momento de la verdad. Dejé la taza en mi mesita de noche.

 

-Él me dijo que era una razón importante… Cuando me desperté después de lo del disparo fingí estar dormida, escuché que Edward y Carlisle hablaban y dijeron que… Edward y yo no podíamos estar juntos porque él era mi tío, se lo dijo mi mamá

 

-¡¿Cómo?!- exclamó Reneé-. Eso no me lo habías contado

 

-No estaba preparada- confesé-. Por eso me callé, no quería saber si era cierto o no

 

-Joder, Bella… Pero, ¿Cómo coño les dijo eso  Esme? Yo si sabía que Jane era hija del tal Carlisle pero, ignoraba que hubiese algo más… Contesta, ¿Cómo rayos puedes ser sobrina del hombre que amas?

 

-Soy hija de Jane y de su novio Alec, eso dijeron ellos… Jane estuvo embarazada a los quince años y son exactamente los años que ella me lleva… Además un día me dijo que abortó pero hicieron insinuaciones muy raras, por eso dudo eso del aborto

 

-Por Dios, eso es una tontería, lo tiene que saber Charlie

 

-¿Qué?- preguntamos Alice y yo al mismo tiempo.

 

-Nena, aquí hay un vil engaño… Esme me caerá bien, pero quiero matarla en estos momentos

 

-¿Por qué?

 

-Nena, escúchame con atención lo que te digo… Eres hija de Charlie y Esme… No eres hija de nadie más… El bebé de Jane nunca fue abortado o más bien abortada porque fue niña, pero no fuiste tú, mi amor… Eres hija de Charlie, jamás lo dudes, y si quieres te realizamos una prueba de ADN para comprobarlo y que lo creas, aunque nos cueste mucho dinero, la haremos para que no estés dudando

 

En ese momento el alma me volvió al cuerpo y la emoción me embargó. Charlie era mi papá verdadero y por lo tanto Edward no era mi tío.

 

-¡Gracias Reneé!- exclamé y me levanté para abrazarla.

 

-Cuando llegue tu papá de la escuela, vamos a hablar con él ¿De acuerdo?

 

-Sí, está bien- contesté sorbiendo un  poco por la nariz debido al llanto. Alice sacó de su bolsa unos pañuelos  y me los tendió. Me soné la nariz.

 

Las tres estuvimos platicando de otras cosas hasta que llegó mi padre. A pesar de que la escuela era por la mañana, él seguía trabajando por las tardes para dejar todo en orden para el nuevo ciclo escolar que comenzaría en septiembre. Papá era el mejor director que había tenido esa escuela y por eso me arrepentía de no haber estudiado en la preparatoria de Forks. Las instalaciones de la escuela eran geniales y la educación bastante buena. Mejor que mi antigua escuela. Además, podía ir con ropa normal y cada quien tenía sus propias clases y no eran por grupo, lo cual me encantaba.

 

Alice se fue cuando llegó Charlie no sin antes despedirse de él. Esos dos se llevaban genial incluso desde antes de que yo llegara. Los padres de Alice eran amigos de mi padre.

 

-Queremos hablar contigo- dijo Reneé a Charlie. Comencé a sentirme nerviosa.

 

-¿Qué ocurre?

 

-¿Sabes por qué Bella vino a Forks?- Reneé tenía las manos en la cintura. Oh, no… Estaba muy molesta.  Charlie lo notó también.

 

-Sí, cariño, vino para recuperarse y alejarse de la inseguridad, ¿Qué ocurre?

 

-No papi, no te conté la verdad, bueno… No toda- le dije.

 

-¿Qué?

 

Media hora más tarde estaba ronca de tanto hablar. Le conté sobre Edward. No le conté mucho de mi historia con él porque mi papá era muy celoso, seguramente odiaría a Edward si le contaba todo con lujo de detalles y sobre todo si le decía lo del disparo, así que no desmentí lo del asalto. También relaté lo más importante, la historia de Carlisle y la razón de Edward para dejarme. Mi papá estaba boquiabierto.

 

-Y falta lo peor- gruñó Reneé-. Por culpa de Esme y Jane, nuestra pobre niña está sufriendo

 

-¿Qué? Amor… ¿Te afectó mucho que Jane no sea mi hija biológica?- me preguntó Charlie-. Yo las amo a las dos, princesa, esto no te tiene que afectar

 

-No es eso- murmuré-. Solo quiero hacerte una pregunta y quiero que me contestes con la verdad…

 

-Sí, lo que quieras

 

-¿Soy tu hija?

 

Charlie me miró serio por unos minutos y mi corazón se encogió de miedo.

 

-Hija, ¿Qué clase de pregunta idiota es esa? ¡Claro que eres mi hija!

 

-Lo sé, pero ¿Tu hija biológica? Jane tuvo un hijo cuando tuvo quince años y son exactamente los que me lleva

 

Charlie suspiró y su mirada pasó del rostro de Reneé al mío.

 

-Sí, eso es cierto… Jane tuvo una bebé de su novio actual, Alec cuando iban en preparatoria… Nació el quince de mayo, como tú…

 

-¿Qué?

 

-Tú estabas muy cerca de tu propia sobrina- afirmó Charlie-. Piensa en alguien que cumpla el mismo día que tú

 

Mi cabeza no trabajó mucho. Yo me acordaba perfectamente quien cumplía el mismo día que yo.

 

-¿Carlie Hale? ¿Mi mejor amiga?

 

Charlie asintió.

 

-¡No puede ser!- exclamé levantándome. Recordé el rostro de mi amiga… Ojos azul cielo como los de Alec, cabello rubio oscuro como el de mi hermana-. ¿Cómo es posible?

 

-Jane no sabe que ella es su hija… Yo me llevé a la bebé y la dejé con la señora Hale quien era viuda, desde entonces le mando dinero para sus estudios y para sus gastos al igual que a ti… Por eso viven igual

 

-¿Y ella no está enterada?

 

-No… No sabe nada, yo soy el supuesto papá que está lejos, bueno no sé si te haya contado pero…

 

Recordé lo que Carlie me dijo cuándo nos conocimos… “Solo vivo con mi madre, a mi papá no lo conozco, pero me manda dinero y cartas… Lo quiero mucho porque siempre está pendiente de mí… Dice que vendrá algún día a verme… No puede ahora porque es soldado”

 

-Sí, si me lo contó, una vez o dos, casi nunca habla de su familia…

 

Charlie bajó la mirada.

 

-Entonces, ella es la verdadera hija de Jane y Alec

 

Charlie asintió.

 

-No puedo creerlo, sinceramente, no lo creo

 

-Por favor no se lo digas- me suplicó-. Bueno, volviendo al tema que me interesa ahora… ¿Quién coño te dijo que eras hija de ellos dos?

 

-Escuché por accidente una conversación entre Carlisle y su hijo… Edward cuando me terminó me dijo que fue por una razón importante, algo que le había dicho mi mamá… Esa razón es que supuestamente soy sobrina de Edward por ser hija de Jane quien es su hermana

 

-¡Voy a matar a Esme! ¡Yo soy tu papá! Ella es muy cruel… Ya sé porque lo hizo… Quiere mantenerte fuera de la mafia, y hasta cierto punto la comprendo, pero ¡No debió decir semejante mentira! Bella, ¿Por qué no me preguntaste esto hace meses?

 

-No estaba lista, necesitaba descansar… Quería apartarme un poco de él, pero ya no puedo y tal vez ya sea muy tarde, tal vez me olvidó

 

-¿Se te olvida lo que dijo el taxista?- Reneé me miraba sonriente-. Él dijo que cundo hay verdadero amor las cosas se van a acomodar para que estén juntos, y es esto lo que sucede ahora

 

-Pero no por eso dejo de ser una idiota- hice un puchero-. Espero que Edward no me odie por lo que le hice…

 

-Si te ama, nunca te odiará

 

-Espero que no

 

-Si te ama te  va a encontrar, ahora mismo- bromeó Reneé. La miré raro.

 

-Ni siquiera sabe dónde está Forks, él es de Italia y solo conoce Nueva York

 

Reneé iba a reírse pero alguien tocó la puerta.

 

-Yo voy- dijo Reneé. Papá se acarició el estómago.

 

-Quiero pedir una pizza, se me acaba de antojar

 

Me reí. Mi padre siempre pensando en comida después de una charla dramática. Por alguna extraña razón comenzó a acelerarse mi corazón y  sentí nervios… ¿Qué coño me pasaba?

 

-Eh… Buenas noches- dijo Reneé con voz de sorpresa.

 

-Vengo a entregar unas pizzas- contestó el chico.

 

Miré a mi padre con una expresión divertida.

 

-¿Qué? ¡Tengo hambre!

 

-¿Acaso mi comida sabe tan mala?- le pregunté alzando una ceja. Desde que llegué aquí yo hacía la cena. Charlie estaba encantado porque Reneé sinceramente cocinaba horrible. Se le quemaba hasta el agua.

 

-No, es que se me antojó la pizza, la he pedido mientras regresaba del trabajo, últimamente tengo antojo de eso…

 

-Ok, te creo solo por ahora

 

Papá se levantó y fue a pagar las pizzas mientras Reneé las traía a la sala.

 

Esa noche cenamos entre bromas y risas. Por extraño que parezca me sentía feliz como antes, como si algo bueno fuese a ocurrirme, como si estuviese completa de nuevo.

 

A la mañana siguiente me levanté temprano para ir a la escuela. Ya eran los últimos días de clases. La próxima semana sería la última y nos graduábamos.

 

Sonó mi celular; era Alice. Desde que me mudé a Forks lo había cambiado  por uno que me compró mi papá. No contesté la llamada ya que significaba que Alice estaba fuera de mi casa. Bajé las escaleras corriendo con todo y mochila y salí.

 

-Buenos días, Alice- saludé y nos dimos un beso en la mejilla. Mi primo Daniel estaba a su lado, muriéndose de sueño. Me reí.

 

-Hola primo, ¿Qué haces aquí? ¿Qué no te lleva mi tía?

 

-Esta loca me obligó a venir caminando- se quejó Daniel. Alice lo miró con el ceño fruncido.

 

-Hey, no estoy loca… Te estás poniendo gordo, necesitas ejercicio y caminar es bueno

 

-¿Yo gordo? ¡Yo soy extremadamente sexy!

 

Me eché a reír y ambos me observaron muy contentos.

 

-¡Te reíste Bella!- exclamó Alice dando saltitos. Daniel sonreía.

 

-Sí, prima, es la primera vez

 

-¿Qué no me puedo reír?- pregunté fingiendo estar ofendida. Hoy me sentía eufórica, con ganas de hacer bromas. Este extraño presentimiento hacía que estuviese llena de energía-. Bueno, vámonos a la escuela

 

Ambos se encogieron de hombros y comenzamos a caminar. Alice y yo siempre íbamos caminando a la escuela porque caminar nos hacía bien. Además, la escuela no quedaba muy lejos que digamos. Era solo un kilómetro y medio pero para Daniel parecía como si camináramos cien ya que estaba sudando a pesar de que hacía frío. Moría por reírme a carcajadas pero eso equivaldría a una pelea con él y no estaba para discutir.

 

Cuando llegamos a la escuela mi primo ya estaba casi falleciendo. Alice solo puso los ojos en blanco.

 

Las clases fueron normales. Solo nos dieron los temas que vendrían en los exámenes finales. No estaría tan complicado pasar si estaba Alice a mi lado, ayudándome con los estudios.  A la hora del almuerzo Alice y yo planificamos un horario para estudiar, o al menos intentamos ya que yo no me contuve y le dije lo de Edward,  y las verdades que había sabido ayer.

 

-Wow, esa historia está de locos- dijo boquiabierta-. Pero bueno, lo más importante ¡Tú y Edward no son parientes! ¿Qué esperas para buscarlo?

 

-Lo haré, pero… Creo que después de la graduación, si lo vuelvo a ver no me voy a poder concentrar

 

-Bueno, eso sí… Tienes razón- se rió.

 

Las siguientes clases se pasaron con tranquilidad, pero yo estaba ansiosa por algo y no sabía. Era una sensación demasiado extraña.

 

Este día regresaba a casa sola. No me sentía muy bien. Esa sensación en el estómago no me dejaba en paz y para colmo tenía la carne de gallina y no era por el frío ya que me había acostumbrado perfectamente a este clima.

 

Cuando estuve a punto de llegar a la casa comenzó a dolerme el pecho. Me paré bruscamente, preocupada por esto. Levanté la vista y me quedé confundida viendo como un volvo plateado se detenía frente a mi casa.

 

Los ojos se me llenaron de lágrimas al ver quien se bajaba de allí. Era él… El amor de mi vida. Edward, mi Edward.

 

Quise correr con él pero la cobardía pudo conmigo, ¿Y si ya no me amaba? ¿Y si me insultaba al verme? Por la expresión tan seria que tenía creo que hasta sería capaz de golpearme.

 

Di unos pasos hacia atrás. No quería que Edward me viera porque con sus palabras me rompería el corazón. Ya sabía que esperar. Edward me volteó a ver y se acercó a mí.

 

-¡¿Por qué te fuiste?! ¡Me dejaste abandonado! ¡Eres una perra sin corazón que no se detuvo a pensar en mí antes de largarse! ¿Pero sabes qué? ¡Me cansé de ti! Ya no te amo- me gritó-. Solo vengo a Forks a decirte esto

 

-Perdóname Edward- susurré-. Soy una perra sin corazón como dices

 

 Sacudí la cabeza para alejar ese pensamiento. Edward todavía no me veía y quería evitar que mi visión se hiciera realidad. Me puse el gorro de mi chamarra y di media vuelta.  Cuando me disponía a irme la voz sin vida e inexpresiva de Edward me detuvo.

 

-Señorita, ¿Aquí viven los Swan?- me preguntó-. Quiero encontrar a Isabella… ¿La conoce?

 

Asentí.

 

-Dígame donde está, es el amor de mi vida, la quiero encontrar… Quiero verla, por favor ayúdeme

 

Se me escapó un sollozo audible.

 

-¡¿Bella?!- gritó y yo me volteé.

 

-Edward- lloriqueé-. Mi amor, no me odies, yo…

 

No pude decir nada porque ya me tenía atrapada entre sus brazos. Ambos lloramos como niños pequeños durante un par de minutos.

 

-Al fin te encontré, mi amor- sollozó-. Me hiciste mucha falta, muchísima falta

 

Me soltó un poco para poder mirarme a los ojos. Estaba muy pálido y ojeroso, incluso más que en mi sueño.

 

-Mi amor, no te ves bien… ¿Qué te pasó?

 

-Yo… No puedo vivir sin ti, me moría nena, te lo juro que me moría… Apenas si pude asistir a mi graduación

 

-¿Ya fue?

 

-Sí, hace dos días, pero eso no importa… Yo quería encontrarte y por fin lo hice… Sufrí demasiado, pero entendí tu partida, querías olvidarme… Sé que no podemos estar juntos y maldigo a la vida por eso… Yo te amo como un loco y muero por besarte pero…

 

No lo pensé dos veces y lo besé. El corazón comenzó a latir como jamás me había latido  en la vida. Sentía que recuperaba una parte de mí. Edward se resistió dos segundos al principio, pero después me apretó más contra él y comenzó a corresponderme de una manera desesperada. Los dos gemimos, porque sin duda esto era delicioso… ¿Cómo había sobrevivido sin besar estos hermosos labios? Más bien… ¿Cómo había podido vivir sin él? En ese momento supe que él era mío, completamente mío.

 

Cuando lo terminé de besar deposité tres besos más en sus hermosos labios.

 

-Como extrañé besarte- le confesé-. Estaba muriéndome sin ti

 

-No podemos besarnos- dijo con un hilo de voz-. Está mal, mira como me has dejado

 

Me reí al notar su gran erección en mi vientre.

 

-No rías Isabella, en serio no podemos besarnos

 

-Claro que podemos, mi amor… Somos una pareja

 

Edward se puso más triste. 

 

-Lo éramos, te dejé, pero fue por una razón muy…

 

-Poderosa, lo sé- dije con rabia hacia mi madre. Tenía ganas de ahorcarla por hacerme esto. Después sonreí. Edward y yo éramos libres para amarnos.

 

-Sí… Pero quiero que sepas que yo te amo y que siempre lo voy a hacer, aunque sea incorrecto

 

-No es incorrecto, no es un incesto

 

-Esto…

 

-Edward, lo sé todo- sonreí-. Ahora bésame

 

-¿Qué es lo que sabes?

 

-Que supuestamente eres mi tío

 

Sus ojos se abrieron como platos.

 

-Yo… ¿Entonces por qué me besaste?

 

-Porque no estamos cometiendo ningún incesto precioso… ¡No eres mi tío!

 

-¿Qué?

 

-Ayer supe la verdad… Yo soy hija biológica de Charlie y Esme… La hija de Jane y Alec es otra, no yo

 

-¿Es  en serio?

 

-Sí, mi mamá te mintió para alejarte de mí

 

-No- gimoteó-. Me hizo sufrir como nunca… Bella, ¿Por qué?

 

-No sé, mi vida, no sé… Lo único que sé es que podemos estar juntos

 

-No lo puedo creer, dime que no estoy soñando- dijo cargándome. Me dio un beso en los labios.

 

-No, no estás soñando, me encontraste… Te amo y vamos a ser felices…

 

-Yo te amo más, mi princesa, yo te amo más… He estado como un loco buscándote, tu mamá ni tu hermana me quisieron decir dónde estabas

 

-Las odio- mascullé.

 

-Yo igual, perdóname, pero es cierto… Tú no corres peligro a mi lado… Yo solo quiero hacerte feliz, a eso quiero dedicar mi vida entera

 

-Lo sé, Edward, lo sé… No te imaginas lo feliz que soy al tenerte aquí- dije mientras él me bajaba.

 

-Nunca voy a dejar de amarte ¿Me entiendes? Ya no voy a volverme a separar de ti… Me tendrás molestándote la vida entera

 

-Tú no me molestas… Tú eres lo que yo necesito para vivir- contesté. Después de eso volvimos a besarnos, olvidándonos del mundo entero. -Vamos a mi casa Edward- le dije cuando terminamos de besarnos. Edward asintió.

 

-Sí, muero de frío, nena

 

Me reí de él. Tenía puesta una gruesa chamarra de color negro que lo hacía verse más pálido de lo que ya estaba. Me preocupaba su aspecto, estaba mucho más delgado y sin color aunque había recuperado el brillo en la mirada que momentos atrás cuando recién lo vi, no tenía.

 

Los dos pasamos a la casa. Edward observó el lugar mientras yo me quitaba mi chamarra.

 

-Esta casa es muy bonita y acogedora, me gusta más que tu otra casa- comentó-. ¿No hay nadie?

 

-No, mi padre es el director de la preparatoria de Forks y se queda en las tardes a preparar los asuntos de la graduación y el próximo ciclo escolar y Reneé su esposa trabaja en una boutique hasta las tres de la tarde, y apenas es la una… Bueno Edward, siéntate, iré a traerte algo de beber…

 

-No quiero nada, solo abrazarte- me dijo con un puchero-. He estado alejado mucho tiempo de ti

 

-Está bien- dije tomándolo de la mano. Los dos nos sentamos en el sofá a abrazarnos, a darnos pequeños besos. No necesitamos hablar. Con la mirada nos podíamos decir cuánto nos habíamos extrañado.

 

-¿Qué has hecho en estos meses?- me preguntó de repente.

 

-¿Aparte de llorar por ti?

 

-Amor… No quiero que llores por mí, no sufras, más, me tienes aquí contigo

 

-No pude evitar llorar… El dolor me mataba, sentía como un agujero en mi pecho- confesé. Edward abrió los ojos sorprendido.

 

-Yo igual, preciosa…

 

-Ambos estamos muy conectados- sonreí mientras tomaba una de sus manos y la besaba. Este gesto hizo que Edward me mirara con ternura y besara mis labios.

 

-Sí… Demasiado conectados y por eso no funcionamos si estamos lejos

 

-Tienes toda la razón… Yo intenté ir a la escuela, hice dos amigos, Daniel y Alice, pero yo no funcionaba del todo, Daniel intentaba hacerme reír pero no funcionaba mucho…

 

-¿Daniel?- alzó una ceja.

 

-Es hijo de mi tía Tanya, o sea mi primo… Alice es novia de él

 

Edward suspiró aliviado.

 

-Eres un celoso a morir- me burlé. Edward se tensó.

 

-No me menciones esa palabra… Los celos provocaron que te disparara, mi amor… ¿Cómo sigues? ¿Te duele algo? Contesta bebé…

 

-Ay mi amor, con lo que estás- reí-. Ya me recuperé, te lo aseguro… Me quedó una pequeña cicatriz de la operación pero hasta allí…

 

-Nunca me perdonaré por haber hecho eso…

 

-Pues yo si te perdono… No pasó nada más feo así que ya olvídalo, es pasado

 

-Pero…

 

-Nada Ed, nada- lo interrumpí acariciando su perfecto rostro.

 

-Ahora eres más cariñosa- sonrió Edward-. No sé qué pasó contigo, pero… Me encanta

 

-Esta separación me hizo darme cuenta de lo mucho que te necesito en mi vida… De que no me quiero volver a apartarme de ti… No me importa si me tengo que volver una cursi, te voy a demostrar cada día que tú eres y que siempre vas a ser el amor de mi vida… Sé que eres mi primer novio pero yo sé que no amaré a nadie más que a ti

 

-¿Tu primer novio?- sus bellos ojos verdes brillaron de emoción.

 

-Sí… Cuando comenzamos a salir te dije que yo también tenía mi pasado, pues lo tengo pero no uno romántico… Yo nunca tuve novio, ni me había besado con nadie

 

-Oh, mi amor- dijo conmovido-. Eres tan tierna… De verdad no me importaba si ya habías tenido novio, yo te amaría igual, pero… Me da alegría saber que nadie más te ha tenido, solo eres mía y jamás te dejaré ir… Te debes resignar- se rió-. Nunca tendrás otro novio…

 

-Y no quiero tenerlo… Tú eres al único hombre que yo amo y que amaré para siempre

 

-Y tú eres la única mujer que yo he amado y que amaré toda la eternidad

 

Le sonreí mientras me recostaba en su pecho. Nos quedamos callados un par de minutos hasta que él habló.

 

-Hace un rato mencionaste la escuela… ¿Estás asistiendo?

 

-Sí… Me gradúo la próxima semana

 

-¿En serio mi amor?

 

Asentí.

 

-Me gradúo sin ningún problema ya que tengo notas altas… Mi amiga Alice me está ayudando

 

-Estoy orgulloso de ti, cielo- besó mi cabeza-. Y… ¿Ya mandaste tu solicitud para la universidad?

 

-Sí

 

-¿En cuál?

 

-¿En cuál solicitaste tú? Dime primero, amor…

 

-Harvard, la Universidad de Columbia, Dartmouth, la Universidad de Nueva York… En todas me han aceptado… Supongo que les impresiona que el promedio de toda mi educación sea diez

 

Me quedé boquiabierta. No por las calificaciones sino que fuese aceptado en tantos lugares.

 

-Y… ¿En cuál te quedarás?

 

-Lo más probable es que en Harvard o la Universidad de Nueva York… Las otras dos las descarto completamente… Sobre todo la de Columbia, mi amigo Emmett, dice que allí estudian puros imbéciles… Su primo estudió allí y es una mierda… En Italia, mis amigos y yo hacíamos burlas de esa universidad

 

-Ah- dije secamente. Tenía un sentimiento muy extraño. Quería reírme pero a la vez estaba ofendida; muy, muy ofendida.

 

-¿Y tú a cual irás, mi amor?- me preguntó.

 

-¿A cuál crees?

 

-A Harvard, conmigo, ¿Verdad?... No me importa lo que tenga que hacer… Yo haré lo que sea para meterte allí

 

-No gracias… Yo ya tengo elegida mi universidad, la única que solicité de hecho… Lo hice con intenciones de regresar a Manhattan

 

-Amor, yo no quiero separarme de ti… Vamos a Harvard, o esperemos un año y después continuamos nuestros estudios para ir a la misma escuela

 

-Yo no pienso perder el año- fruncí el ceño-. Además no tengo tanto dinero para pagar una carrera allí

 

-Bella, yo te la pagaré… Por eso no te preocupes

 

-¿Ah sí?- me burlé.

 

-Sí, cielo…

 

-No, no lo acepto… No iré a Harvard jamás ¿Y sabes por qué? Porque soy una imbécil…

 

-¿De dónde sacas eso princesa? ¡Tú no eres ninguna imbécil! 

 

-Tú mismo me dijiste imbécil- le respondí levantándome. Me planté frente a él y puse las manos en mi cintura.

 

-¡Yo nunca te dije así!- replicó-. Tú eres la mujer que amo, jamás te ofendería de esa manera…

 

-No me vengas con palabras de amor, estoy molesta- dije frunciendo el ceño. Luego le saqué la lengua-. Y sí, si me dijiste imbécil

 

-¡Qué no!

 

-Sí, lo hiciste… “Descarto la Universidad de Columbia, allí solo entran imbéciles”-  traté de imitar la perfecta voz de Edward pero no me salió. Él se quedó petrificado.

 

-¿Esa universidad fue donde te aceptaron?- preguntón atragantándose. Asentí energéticamente.

 

-Sí, maldito cabrón… Me insultaste

 

-Hey… ¿Y esas palabras?

 

-¿Y esos ataques a la universidad de la mujer que supuestamente amas?- contraataqué.

 

-Nada de supuestamente, yo te amo… Siéntate aquí- señaló sus piernas mientras me hacía un puchero.

 

-No, no me siento allí, me insultaste

 

-Perdóname, cielo… No sabía

 

-Eres cruel- dije fingiendo el llanto-. Insultas mi universidad

 

-No llores, princesa- me pidió mientras se levantaba.

 

-No, largo- lo aparté. Mi ataque de risa lo hice pasar por un sollozo.                

 

-Perdóname por favor…

 

-No, no quiero

 

-No estás llorando, te estás riendo- se carcajeó Edward. De repente comenzó a hacerme cosquillas.

 

-¡No, Edward!- le grité mientras me daba un gran ataque de risa.

 

-Te estás riendo, mi amor, te estás riendo

 

Como pude me liberé de él y me fui corriendo a mi cuarto. Edward me siguió. Los dos caímos en la cama riéndonos a carcajadas. Por primera vez en meses me sentía completa.

 

-Cómo te necesitaba, mi amor- me dijo Edward cuando se nos pasó la risa. Ambos estábamos acurrucados en mi cama.

 

-Yo a ti, Ed… Aunque no te perdonaré lo de la universidad- bromeé y él me miró avergonzado.

 

-Fue Emmett quien empezó, yo solo seguí el juego…

 

-Ya, no importa- lo corté-. Ya sé que no era tu intención insultarme… Ha resultado bastante divertido esto, hace mucho que no me río a carcajadas

 

-Ni yo… Ahora me siento completo, lleno de vida… Porque eso eres tú, mi vida entera, cuando estuvimos alejados me sentía morir

 

Después de decir eso comenzó a besarme con intensidad, con deseo. Sentí como comenzaba a humedecerme. Hoy era el día. Me  entregaría a Edward.

 

Ambos nos levantamos y nos miramos a los ojos.

 

-Quiero hacerte el amor, Bella, pero no sé si tú…

 

-Shh… Calla- susurré poniendo un dedo en sus labios-. Hazme tuya, estoy lista

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NOTA: sí, me burlé de una universidad, pero no es porque tenga algo en contra sino porque quería agregarle algo divertido a la historia... Sí de casualidad alguna de ustedes o un conocido o saben de alguien que estudió allí, mis más sinceras disculpas. No es mi intención ofender a nadie :)

 

Capítulo 14: Disparo Capítulo 16: Culpa

 
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