Abrí los ojos con los primeros rayos del sol de la mañana. Estire mi mano para el lado de mi cama y lo sentí vacio. Me incorpore agarrándome de las sabanas tapando mi desnudez, pero Edward no estaba en la habitación. Me estaba desesperando. Desde que habíamos comenzado a estar juntos, nunca había despertado en sus brazos o en su compañía, y pensé que luego anoche, me encontraría con el…

Al costado de la cama vi mi ropa tirada, asique me la puse y Salí a buscarlo. Busque por toda la planta alta y no pude encontrarlo. Baje las escaleras de la casa y fui para la cocina. No pude encontrarlo. La puerta de entrada se abrió de golpe, haciéndome asustar

-     Bella! – Dijo Edward.

Me gire para verlo y no estaba solo. Un hombre lo acompañaba. Me vi como estaba vestida y automáticamente quise cubrirme…

-     Te estaba buscando – Dije

-     Estoy con Dimitri… El es hermano de James y vive aquí en forks… - Dijo señalándolo

-     Guau… creo que mi hermano se quedo corto cuando dijo que eras hermosa… - Dijo mirándome descaradamente.

-     Gracias, supongo – Dije

Mis ojos se posaron en Edward, quien parecía estar ausente…

-     Iré a cambiarme, pero necesito hablar con tigo – Dije

-     Sera después, tengo que salir con demetri, y debo volver a casa…

Sentía mi corazón aprisionarse nuevamente. Lo podía ver, estaba ignorándome completamente…

Salí disparada a mi habitación con los ojos llorosos. Me quede en mi cama oliendo su aroma. Pase un par de horas allí, y luego me cambie para desayunar con mis padres.

La semana que pase en Forks fue sin Edward… por mas que lo busque, lo llame e intente hacer contacto con el, no hubo respuesta. Parecía que la tierra se lo hubiera tragado. Hablaba con Esme como tres veces al día, pero Edward nunca estaba. Teníamos la vuelta programada para Alaska en un par de horas, pero el parecía no importarle.

Llego el día de irme, y mis padres me llevaron al aeropuerto. Me saludaron efusivamente y se fueron para casa a mi pedido. No me gustaban las despedidas largas, y de igual manera nos veríamos en Navidad… Me quede esperándolo en el aeropuerto, pero no venia… Era la última llamada para abordar nuestro vuelo, asique agarre mi celular y marque su número. El contestador atendió.

-     Hola – Dije – Estoy en el aeropuerto, esperándote para volver… Que fue lo que paso? Lo que paso para ti fue un error? Porque no me hablaste? Porque no diste la cara con migo? Me siento una estúpida! Eso querías?...

Una lagrima cayo por mi mejilla. Estaba desilusionada nuevamente…

-     Adiós – Dije al ultimo – Fue un placer haber sido tu cogida…

Cerré el móvil y me fui a tomar mi vuelo. No pensé más en el asunto. No intente mas pensar en el. Solo quise olvidarlo. Olvidarlo para siempre.

Al llegar a Alaska, comencé a ver las cosas con otros ojos. No valía pensar en los hombres, no tenia razón de ser pensar en ellos… no se podía decir que tenia el corazón roto, porque el me lo había roto hacia ya mucho tiempo… Alice y Rose me hablaron esa misma tarde, y quede en verme con ellas, pero les pedí que vengan a mi departamento, ya que no quería ir para allá.

Nos juntamos y por supuesto les conté lo que había pasado…

-     Estas bien? – Dijo Rose

-     Si, porque habría de estar mal?  - Dije levantando la frente.

-     Porque el hombre que amas te dejo nuevamente – Dijo

-     Pues no, no lo estoy – Dije- Se ve que tanto no lo amo…

-     Puedes querer engañarte a ti misma – dijo Alice – Pero no a nosotras… Te conocemos…

-     Y que quieren que haga? – Dije Enojada – No llorare mas por el!

-     Lo sabemos – Dijeron abrazándome.

Comencé con uno de los cursos de inicio. Estaba feliz porque al menos mi cabeza se despejaba en el estudio. Una tarde uno de mis compañeros de clase me invito a tomar algo por la noche, y acepte encantada. Era una fiesta cerca del campus, y era la oportunidad perfecta para mezclarme con otras personas. Para la ocasión, elegí un pantalón entallado, con una camisa igualmente entallada, y unas botas altas que quedaban preciosas… Mi acompañante pasó a buscarme por mi departamento.

-     Te ves hermosa – Dijo cuando abrí la puerta

-     Gracias – Dije – Nos vamos?

La fiesta estaba a todo dar… Música, Alcohol… Hombres y mujeres bailando… Un poco descontrolada para mi gusto, pero la verdad valió la pena olvidarme de todo.

-     Estas bien Bella?

-     Si – Dije

-     Te ves ausente… - Dijo Alec, mi cita.

-     Porque lo dices?

-     Tu expresión es un poco triste.

No quise decirle nada. No sabia que era lo que mi rostro decía, pero no quería discutirle tampoco.

-     Sabes… Yo estuve triste mucho tiempo… Luego me hice amigo de los chicos con los que salgo ahora, y estoy mucho mejor…

-     Si?? Que son amigos mágicos? – Reí ante mi chiste.

-     Podría decirse… - Dijo

Caminamos hacia un costado de la fiesta…

-     Todo empezó cuando mi novia me dejo, y yo estaba tirado. No podía hacer nada… Uno de mis amigos me saco de mi poso llevándome a fiestas, y en una me hicieron probar algo que cambio mi manera de ver la vida…

No me gustaba la línea a la que llevaba todo esto, y mis temores se corroboraron cuando saco de su bolsillo unas pastillas y me ofreció una.

-     No gracias – Dije – No hago drogas…

-     No son solo drogas – Dijo – Es un pasaporte a la felicidad…

-     Gracias, pero no.

Quise irme de su lado, y me tomo del brazo.

-     Discúlpame… No te volveré a insistir – Dijo

-     Esta bien – Dije – pero no quería saber nada con el… Quería irme ya mismo de su lado e irme de la fiesta.

-     Tomemos un trago mas y te llevare a tu departamento… quieres?

Mi mente me decía que no… que no aceptara nada de el, pero todo cambio cuando lo vi a Edward… Acepte el trago y lo tome completo…

-     Despacio! – Dijo Alec

Unos minutos mas tarde me sentí mareada… imágenes pasaban por mi mente, pero no sabia ni si quiera donde estaba… Alec bailando con migo. Hombres a mi alrededor… Edward… Mi Edward entre ellos… De un momento a otro sentí un gran peso en mi pecho, y todo se volvió negro.