Dulce y Violento (Terminado)

Autor: magui_vulturi
Género: + 18
Fecha Creación: 14/07/2011
Fecha Actualización: 25/09/2011
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 33
Visitas: 34599
Capítulos: 16

Perdonen es que no se como hacer el resumen haci que lean el prologo y hay mas o menos descrive la historia! XD

no sean duras es mi primer fic!! XD


Ninguno de los personajes aqui descritos me pertenece, todos son de Stephenie Meyer. No ahgo este fic con animos de lucro ni gano nada con ello, solo el reconociemiento de todos aquellos que lo leen. No me acuseis de nada, por favor!


Espero que les guste y comenten!

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Capítulo 9: Sorpresa

Llegué a casa con el tiempo suficiente para darme una ducha y prepararme antes de ir al colegio. Agradecía que Alice se hubiera llevado mi coche a su casa, eso facilitaba el traslado hasta la mía. Y a pesar que había insistido en ir sola a la escuela, habían quedado en pasar por mí. Pero no esperaba encontrar...

La puerta de entrada estaba abierta y a pesar de que el miedo me envolvió cuando pensé que Phil había regresado, suspiré de alivio al no encontrar su auto en ninguna parte. Lo que significaba que aun estaba sola. Pero, ¿por qué mi puerta estaba abierta? Solamente yo tenia llave y Phil...pero eso ya estaba claro. Él no regresaba todavía y yo estaba por entrar... ¿entonces, como demonios...?

Terminé de empujar la puerta y a pesar que era de día, todo estaba oscuro; cerré la puerta a mi espalda, (algo tonto, lo sé) y tanteando la pared llegué a cumplir mi objetivo. Encendí la luz, pero no contaba con un jarrón roto en el mismo lugar donde me apoyé para mover el interruptor.

Sentí el filo cortar la piel de mi pierna y la sangre caliente corrió de la herida, marcando su camino hasta mi pie. El olor me llegaba con fuerza, a pesar de no ser nada profunda. La cabeza comenzó a darme vueltas, pero todo se derrumbó cuando noté el estado de la planta baja.

Algunas paredes estaban rayadas con gis, crayolas e incluso con lápiz labial. Sus mensajes eran parecidos a los que había escuchado en el colegio la mañana anterior, cuando la noticia sobre mi acostón con Newton se hizo correr. El suelo estaba lleno de trozos de vidrio y porcelana, algunos cuadros estaban en el suelo, las fotografías rotas y los marcos molidos. Todo era un desastre.

Llevé una mano a la cortada y sentí en los dedos la sangre roja. Mi estómago se contrajo del asco, me pegué a la pared y comencé a hiperventilar. Con pasos torpes, y aferrada a la pared, subí las escaleras. El piso de arriba parecía estar bien. La habitación de Phil estaba en orden. El espejo del baño estaba rayado y roto. El piso estaba mojado y resbalé, cayendo de rodillas sobre él. Me levanté a duras penas, agarrada al lavamanos, sintiendo mas sangre correr por mi pierna, siendo conciente que me había cortado con el azulejo al caer.

Salí de ahí, sosteniéndome del marco de la puerta. El cuarto de mis padres, el que alguna vez fue suyo, estaba mal también. La cama estaba desecha y la ventana rota, las fotos despedazadas, los marcos quebrados...la ropa tirada en el suelo y el vestido de novia que guardaba con tanto cariño en el armario estaba un poco roto, podía arreglarlo. Pero de todas formas, mis ojos se llenaron de lágrimas. El espejo del tocador de mi madre estaba rasgado, mi reflejo era partido en trozos. Y tirado por el suelo, estaban todos los recuerdos de mi madre...sus sortijas, aretes...su anillo de bodas estaba partido en dos. Igual que el de Charlie. Un sollozó escapó de mi pecho.

¿Quién había entrado a mi casa? Sus nombres me golpearon con fuerza: Jessica y Lauren. Era su forma de desquitarse por lo de Mike. Corrí a mi cuarto, siendo conciente que estaría peor que el resto de la casa. Y no estaba equivocada.

La cama estaba desecha, las almohadas tiradas por la habitación. Los maquillajes en el suelo, mis fotos hechas pedazos, mi armario abierto y la ropa esparcida en todas direcciones, muchas prendas rasgadas; las paredes pintadas, las cortinas trozadas, el espejo roto. Los frascos de perfumes quebrados en un rincón de la habitación, provocando que esta oliera de diferentes maneras, la pared contra la cual habían sido lanzados estaba sucia.

Y lloré, con dolor, con histeria, con furia, con tristeza. Como no lloraba desde la primera vez que Phil puso sus manos sobre mí. Porque ni siquiera en el funeral de mi madre lloré tanto como la primera vez que él me tocó. Y ahora lloraba igual que esa vez...

La sangre seca había formado costras sobre la blanca piel de mis piernas, y la cabeza me seguía doliendo. El llanto no paraba y no deseaba que lo hiciera.

Tomé un short negro que estaba tirado por ahí y una blusa azul que encontré en uno de los cajones. Me cambié a prisa y recogí mi cabello con una pinza. No importaba nada. Entré al baño, cayéndome de nuevo. Lavé en la ducha las cortadas y puse una venda sobre ellas. Bajé y tomando algunas bolsas de la cocina, un trapo, un balde de agua y la escoba junto con el trapeador, regresé a la sala. Dejé todo al pie de la escalera y miré de nuevo el desorden.

Me encaminé hacia las ventanas y bajé las persianas, no deseaba que nadie me viera. Intenté ponerle el seguro a la puerta, pero la chapa ya no servía, la emparejé de nuevo y coloqué una silla frente a ella. Con torpeza tomé el bolígrafo y comencé a anotar en el blog de recordatorios todo lo que debía comprar y arreglar antes de que Phil volviera, contaba con 72 hrs. para hacerlo, en realidad menos...

Saltando entre los destrozos, corrí escaleras arriba para buscar mi cartera. La encontré bajo un montón de prendas desgarradas. Pero estaba bien. No traía efectivo, pero todas las tarjetas que Phil me había dado, las que yo tenia y las que me dejó mi madre sin avisarle a su "esposo"; junto con la que mi abuela me había regalado, estaban ahí. Eso era una gran ventaja. Phil cuenta con que solo tengo tres tarjetas, pero nunca ha sido así. Tengo tres suyas, dos mías, dos de mi madre y una de mi abuela; si lo sumamos, es una gran cantidad de dinero, pero no pienso permitir que él se entere...bastante gasto cuando arreglo la casa por...pequeños problemas como este.

Bajé de nuevo, a trompicones por la prisa, hasta quedar en la pared mas sucia. Con el trapo en la mano, los ojos llenos de lágrimas y las manos temblorosas, comencé a limpiarla. Poco a poco los minutos fueron pasando, y la pared no avanzaba mucho. Mi ropa estaba mojada por algunas caídas en el baño y las cortadas me picaban, estaba aterrada por si alguien llegaba y notaba el desorden en mi "perfecto" hogar. El constante tic tac me recordaba que Alice y su familia estaban por pasar a recogerme, y aunque intenté mandarle un mensaje con mi celular, no traía saldo...desperfectos de la vida...

Las paredes quedaron limpias, lo suficiente para ser presentables y ahora, debía comprar pintura para toda la casa...

Subí de nuevo, y con cuidado quité el vidrio del tocador y recogí las joyas en el cuarto de mis padres, aparté las que iban a ser reparadas. En el baño tuve que quitar el espejo, pero como no, me caí de nuevo. Terminando empapada y con más cortadas. Escuché como alguien tocaba la puerta, pero no iba a abrir. Mi teléfono sonó y tuve que responder, después de todo...mi auto estaba afuera, así que yo estaba dentro.

-¿Bella, que pasa?-preguntó una inquieta Alice. Yo estaba de pie en mi habitación, juntando la ropa del suelo para luego arrojarla sobre la cama. -¿Cómo que no irás?-chilló y tuve que apartar el celular de mi oreja.

-Tengo algunos pendientes y no puedo ir.-dije, pero no era buena mintiendo.

-Si es por lo de Mike...-dijo ella, y se me revolvió el estómago. Phil, Newton y la sangre, eran lo peor con lo que podría toparme.

-No metas a Newton en esto.-dije cortante y al instante me sentí arrepentida. –Vayan sin mi, no deben llegar tarde.-

-Bella...-

-Adiós.-y colgué, por la ventana vi el volvo de Edward marcharse a toda prisa por la carretera. Un suspiro de alivio escapó de mis labios al verme sola de nuevo. Tomé la ropa que estaba desgarrada y creando un gran bulto sobre mis brazos, empecé a bajar por las escaleras. Resultado: resbalé en el último escalón y caí sentada, la ropa voló por todos lados.

-¿Estas bien?-preguntó con preocupación y burla. Y me giré a mirarlo con los ojos como platos.

-¿E-Ed-Edward?-mis mejillas se colorearon y de un salto me puse de pie. -¿Qué haces...?-

-Bueno, pensé que algo andaba mal si ibas a faltar a clases.-dijo y le miré con la boca abierta. -¿Qué ha pasado aquí?-preguntó viendo el desorden y me puse mas roja, pero de rabia.

-Nada.-dije cortona.

-Pues para no ser nada, es mucho.-hice una mueca. -¿En que puedo ayudarte?-lo pensé un segundo.

-Ve a la escuela y pásame los apuntes.-dije sencillamente. Él negó. –Haz lo que quieras...-dije resuelta. Tomé el trapeador y subí las escaleras, dispuesta a secar el piso del baño. Edward me siguió. Resbalé de nuevo con el agua, terminando sonrojada y en sus brazos, mientras él sonreía divertido. Realmente los odiaba, ¿por qué todos ellos eran tan perfectos y yo no? La respuesta me dio de frente: "porque ellos son vampiros, y tu..una insignificante humana". Los colores escaparon de mi rostro.

-Creo que necesitas sentarte un rato...-dijo dulcemente y tomándome por la cintura me sacó del pequeño cuarto, para sentarnos ambos en la escalera. -¿Les robaron o...?-comenzó a hablar, pero tuve que interrumpirlo y responder a la vez. Coloqué inconscientemente la cabeza sobre su pecho.

-No, no nos han robado.-dije en un susurro. Y él me miró interrogante. –Creo que a esto se le llama venganza.-dije resuelta.

-¿Crees que Stanley y Mallory..?-asentí y él pareció pensarlo. –Es demasiado para ser una simple venganza, además, no hiciste mucho.-dijo serio, pero sus ojos estaban un poco oscuros y apretaba su mano en un puño.

-Si acostarse con el novio de una amiga, no es mucho...-dije decaída y por un segundo, repasé toda mi patética vida. ¿Por qué demonios todo lo malo me pasaba a mi? –Y de todas formas, no es la primera vez que me pasa.-dije sin querer.

-¿Sueles acostarte con los novios de tus amigas?-le miré con las mejillas encendidas y la boca abierta. Él se rió.

-No me refiero a eso, Newton es el primero. Pero...-pensé un segundo como explicarlo. -...los chicos suelen mirarme de un modo...-

-¿pervertido?-cuestionó riendo.

-Algo similar.-hice una mueca. –A las chicas no les gusta...ni a mi, pero...-me callé y encogí los hombros. –No entiendo que ven en mi...-dije resuelta.

-Eres bonita y lista.-susurró con voz aterciopelada y sentí la temperatura de mi cuerpo aumentar. –Eres divertida, y eres fuerte.-dijo con una sonrisa. –Eres especial, ¿no te basta con eso?-

-Vosotros son perfectos...-dije con aires de envidia. – ¿Por que dices que soy especial, acaso no se han visto en un espejo?-él se rió con fuerzas y yo me levanté molesta. Aun quedaba mucho por hacer.

-No te enfades, no lo dije en broma.-repuso y le ignoré. Con pasos sigilosos, sin perder la elegancia de su especie, se acercó a mi y tomó mi muñeca. Me giré para encararlo, pero el caramelo de sus ojos me derritió y embelezada me olvidé de lo que iba a decir. Odiaba el efecto que causaba en mí, aunque no es su culpa; debe ser algo natural en los vampiros.

Tomó mi rostro entre sus heladas manos y sus ojos se fundieron con los míos, en ese momento, todo dejó de tener importancia. Lentamente fue acortando la distancia que nos separaba, y se detuvo a escasos centímetros de mis labios, dubitativo. Esperé, pero no parecía decidido a acabar lo que ya había iniciado. Acaricié con una de mis manos su mejilla y lo miré a los ojos, infundiéndole confianza, dándole permiso. Cuando sus labios y los míos se tocaron, mi corazón empezó a latir; y conforme los roces eran mas dulces, mi ritmo aumentaba.

Mi corazón se aceleraba a cada segundo.

Recordándome que aun tenía uno…

Y que solo latía para él.

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¡Van a matarme! He tardado demasiado, o eso creo xD. Me gustó este capítulo xD aunque he tenido mejores u.u'. Espero les guste. Falta poco para que se acabe, unos cinco o talvez seis, el final ya está decidido xD Sin más por el momento...me voy n.n

Magui_vulturi

 

Capítulo 8: Secretos Capítulo 10: Reflexiones

 
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